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Resumen:
Un campo de pruebas fue conducido por 118 peros machos callejeros en la Patagonia Chilena,
donde 36 perros peros fueron químicamente esterilizados usando EsteriSol, 39 perros fueron
quirúrgicamente castrados, y 46 perros permanecieron intactos como controles. Los niveles de
testosterona en la sangre fueron determinados en cuatro periodos: en la inscripción 6 meses
antes del tratamiento, al momento del tratamiento (una hora después de la castración quirúrgica
o esterilización química y durante las concurrentes 2 semanas para el grupo control), cuatro meses
después del tratamiento, y seis meses después del tratamiento.
Fueron evaluados factores temporales e intrínsecos; la edad fue asociada de manera significante
con la testosterona, donde perros entre 2 y 4 años tenían la mayor concentración de testosterona,
mientras que el peso corporal y la condición física no fueron asociados con la testosterona; las
concentraciones de testosterona no fueron influenciadas por la hora del día, mes o estación.
Después de tratamiento (4 y 6 meses), todos los perros castrados quirúrgicamente mostraron
concentraciones de testosterona bajo los 1.0 ng/ml. En base a este punto de referencia (menos de
1 ng/ml), la testosterona permaneció invariable en el 66% de los perros esterilizados
químicamente a los 4 y 6 meses; permaneció baja en el 22% de los perros a los 4 y 6 meses; se
mantuvo invariable a los 4 meses , pero bajo a los 6 meses en el 9% de los perros; y se mantuvo
baja a los 4 meses, pero se revirtió a los 6 meses en un perro (3%). Incidentalmente, la
testosterona en perros esterilizados químicamente amento considerablemente dentro de la
primera hora de tratamiento, a más del doble (131%) en comparación a la concentración de los
perros control al momento del tratamiento, probablemente debido a la severa necrosis de las
células intersticiales. El uso de EsterilSol como método para esterilizar perros mostro un efecto
variable en las concentraciones sanguíneas de testosterona. Aproximadamente, el 30% de los
perros químicamente esterilizados tuvo una reducción en la concentración de testosterona
(máximo actual, 1 ng/ml) después de los 6 meses, similar a lo que ocurrió con los perros castrados
quirúrgicamente. La mayoría de los perros esterilizados químicamente, sin embargo, no mostraron
cambios a largo plazo en la concentración sanguínea de testosterona.
1) Introducción
Como parte de un proyecto a largo plazo para determinar la idoneidad de diferentes métodos de
castración en el control de la población de perros en Latinoamérica, nuestro objetivo fue conducir
un campo de pruebas para determinar como la testosterona en perros callejeros en la Patagonia
Chilena cambia con la esterilización química y castración quirúrgica.
2) Materiales y métodos:
Todos los procedimientos médicos realizados en los sujetos de este estudio fueron aprobados por
patrocinadores internacionales, en coordinación con las pautas impuestas por las
correspondientes instituciones.
Fueron seleccionados perros machos desde ocho barrios urbanos de Puerto Natales, una ciudad
aislada y remota en la Patagonia Chilena. Como parte del criterio de inscripción, los perros machos
debían tener dueño pero que fueran libres de circular por las calles, y de al menos 6 meses de
edad al momento de la inscripción. El consentimiento firmado por los dueños para la
esterilización, fuera quirúrgica o química, fue requerida para la participación, y la inscripción
incluyo una examinación física por parte de veterinarios licenciados. La información pertinente a
los factores intrínsecos que pudieran afectar en la testosterona, en general la edad, peso y
condición física (calificada de 1 a 5), fueron registrados e inscritos el dia del tratamiento. Un índice
ajustado de tamaño corporal fue calculado multiplicando el peso corporal con la puntuación de la
condición física.
La mayoría de los perros fueron asignados al azar a uno de los tres grupos de tratamiento:
Orquiectomia bilateral (castración quirúrgica), inyección intratesticular de EsterilSol (esterilización
química), y sin intervención (control). Un selecto número de perros, sin embargo, fueron puestos
a propósito en grupos específicos debido a consideraciones médicas o de bienestar, o por solicitud
del dueño. Por ejemplo, perros considerados por los veterinarios inadecuados para la anestesia
debido a un historial de sensibilidad con los fármacos usados para la sedación, o porque los perros
que presentaban síntomas de enfermedad el día del tratamiento fueron sido puestos ene l grupo
de control. Perros con tumores venéreos contagiosos fueron castrados quirúrgicamente, y los
perros con signos neurológicos clínicos moderados y con un historial de haber padecido
enfermedad por virus de distemper canino, fueron puestos en el grupo de esterilización química.
Dos de los perros en el grupo de esterilización química sufrieron severas reacciones adveras que
requirieron corrección quirúrgica (orquiectomia bilateral con extirpación escrotal) al octavo (8) y
decimotercer (13) día después del tratamiento. Las muestras de testosterona del primero de estos
dos perros no fueron incluidas en el análisis, ya que el animal fallo en completar el estudio; el
segundo perro fue finalmente incluido en el grupo de castración quirúrgica pero la muestra de
testosterona tomada el día del tratamiento (esterilización química) para ese animal fue removida
del análisis. Los testículos extirpados y porciones del escroto de ambos perros fueron fijados en
formalina al 10% y transportados al Atlantic Veterinary College (AVC) para examinación
histopatológica. Las lesiones fueron similares en ambos perros, constando de orquitis necrotizante
severa y dermatitis escrotal ulcerativa con granulación de tejido a lo largo de los tractos de
drenaje.
2.2 Medición de Testosterona:
La sangre fue recolectada cuatro veces durante un periodo de 12 meses: 1°) en la inscripción, 6
meses antes del tratamiento, 2°) al momento del tratamiento, dentro de la primera hora después
de la esterilización quirúrgica o química y durante el siguientes 2 semanas, 3°) 4 meses, y 4°) 6
meses después del tratamiento. Cada recolección de muestras, la hora del día, mes y estación,
fueron registradas. Los perros fueron inmovilizados y amordazados para la recolección de sangre,
y 5 ml de sangre completa fueron extraídos desde la vena cefálica utilizando técnicas asépticas
estándar.
Dentro de las 6 a 8 horas de recolección, fue extraído suero desde las muestras de sangre y
congelado en proporción de 0,5ml a -20°C hasta ser enviado en hielo al AVC Diagnostic Laboratory,
Charlottetown, Canada. Al llegar al AVC, las muestras fueron mantenidas en refrigeración (4°C) y
analizadas en 48 horas. Los métodos de recolección y almacenamiento fueron seleccionados en
base a consideraciones prácticas y a los insignificantes efectos que aquel método de recolección,
duración, y temperatura de almacenamiento pudiera tener sobre el análisis de la testosterona.
La orquiectomia bilateral fue realizada bajo anestesia general después de la sedación y utilizando
técnicas quirúrgicas estándar. Los protocolos de sedación, utilizados para tanto la castración
quirúrgica como para la esterilización química, incluyeron tramadol, 5 a 10 mg/kg; acepromacina
intramuscular, 0,03 mg/Kg; glicopirrolato intramuscular, 0,01 mg/kg; medetomidina
intramuscular, 10 a 20 mg/kg; tiletamina/zolazepam, 5 a 10 mg/kg. La anestesia, utilizada
solamente para la castración quirúrgica, fue inducida con ketamina intravenosa ( 5 mg/kg),
diazepam intravenoso (0,25 mg/kg), medetomidina intravenosa (10 a 20 mcg/kg), y mantenida con
tiletamina/zolazepam intravenoso (5 a 10 mg/kg), ketamina intravenosa (5 mg/kg) o diazepam
(0.25 mg/kg). Después de la esterilización química o castración quirúrgica, todos los perros
recibieron ketoprofeno, un anti inflamatorio no esteroidal subcutáneo (1 a 2 mg/kg).
La administración del EsterilSol fuer realizada siguiendo las instrucciones del fabricante. En
resumen, los perros sedados recibieron una inyección dorso craneal de EsterilSol, con una aguja de
calibre 28 en el punto medio de la sutura medial del testículo, con una dosis correspondiente a la
medida del ancho de cada testículo. Todo perro con una anchura escroto testicular mayor al
máximo recomendado por el fabricante (27 mm) fueron inyectados con una dosis máxima de 1 ml
en cada testículo, como previamente hicieron otros investigadores. La anchura escroto testicular
fue medida con un set de calibradores proporcionados con la inyección de EsterilSol. Un índice
ajustado del tamaño testicular fue calculado para estandarizar el ancho de los testículos con el
tamaño corporal para el análisis estadístico (mm de ancho testicular promedio, dividido por el
producto de los kg de peso y la puntuación de condición física).
2.4) Análisis estadístico:
Ni en español entendí niuna wea de lo que dice asique filo (entera fome la estadística oe shiiii)
3) Resultados:
Un total de 118 perros contribuyeron con 1 a 4 muestras de sangre para el estudio (promedio de
3.47 muestras por perro). El total de 409 muestras de sangre obtenidas corresponden a 39 perros
castrados quirúrgicamente, 36 perros esterilizados químicamente, y 43 controles. No hubo
diferencias significativas en la concentración de testosterona en lo perros al momento de la
inscripción.
EL impacto de los factores intrínsecos en la testosterona de perros intactos fue determinado por el
análisis de las muestras recolectadas en la inscripción. La edad fue significantemente asociada con
l testosterona, donde perros entre 2 a 4 años tenían un promedio de 1.56 ng/ml más de
testosterona que en el resto de los perros. El peso corporal, condición física, e índice ajustado de
tamaño corporal no fueron asociados de manera significativa con la testosterona.
El efecto del ancho testicular en la testosterona fue evaluado utilizando solo perros en el grupo de
esterilización química, en los cuales el ancho testicular y la testosterona pre tratamiento estaban
disponibles (23). El ancho testicular tuvo un significativo efecto no lineal en la testosterona.
Cuando la edad fue incluida en el modelo, la testosterona disminuyo a medida que la edad
aumentaba (0,25 ng/ml por año aprox), pero la relación entre anchura testicular y testosterona
permaneció invariable. Sin embargo utilizando el índice ajustado de tamaño testicular, no hubo
una asociación significativa entre el ancho testicular y la testosterona.
El ancho testicular durante el periodo de tratamiento no tuvo algún efecto estadístico significante
en la testosterona pos tratamiento. Sin embargo, una tendencia sugiere que la testosterona pos
tratamiento es más propensa a permanecer invariable o revertirse a sus niveles pre tratamiento
en perros con testículos grandes (27+ mm). Esta observación es respaldada por la significante
diferencia en el ancho testicular de perros cuya testosterona fue baja a los 4 y 6 meses después
del tratamiento comparado con aquellos cuya testosterona permaneció invariable.
4) Discusión:
Aunque los efectos de la edad, peso, condición física y anchura testicular en la testosterona han
sido descritos en humanos y algunos animales domésticos, en conocimiento de los autores este es
el primer estudio que analiza todos estos factores en perros callejeros. En el hombre, la
testosterona es mayor durante el periodo reproductivo, iniciando en la pubertad y alcanzando un
nivel constante que dura hasta alrededor de los 60 años de edad. Un estudio en 102 perros fallo
en encontrar alguna asociación entre la categoría de edad y la testosterona. En contrate, se
observó una asociación entre edad y testosterona en perros machos con los más altos valores
durante un periodo de 2 años, de 2 a 4 años de edad, seguido de un declive estable. Es posible que
la mayor concentración de testosterona ocurriese a la edad cuando el perro macho es más
propenso a involucrarse en conductas reproductivas.
No se encontró asociación entre la testosterona y el peso o condición física del perro, pero se
observó una significancia estadística en la relación entra la testosterona y el ancho testicular
promedio. Esta asociación, sin embargo, dejo de estar presente cuando se utilizó un indicie
ajustado de tamaño testicular, establecido no solo en base a ancho sino también al peso y
condición física. Los resultados, por lo tanto, indican que la testosterona en perros machos tiende
a ser independiente del tamaño testicular. Estos hallazgos se refieren solo al tamaño testicular, sin
embargo, y de ninguna manera refleja cambios en la composición del tejido que puede ser
influenciado por mecanismos de regulación hormonal.
La mayoría de los estudios que han investigado la testosterona en perros han descrito grandes
variaciones en los niveles de testosteronita dentro de los perros. Hemos observado esta
variabilidad y usado regresiones lineales de efectos mixtos (¿?) para calcular el ICC que estima el
porcentaje de la varianza total perteneciente a perros individuales versus la varianza total
observada a lo largo de todas las observaciones. En resumen, la varianza dentro del perro fue
cuantitativamente comparada con la varianza entre los perros. Nuestros resultados indican que
solo un pequeño porcentaje de esta variabilidad está relacionado con factores intrínsecos del
perro individual, mientras que la mayoría de la variabilidad es debido a inexplicables factores
extrínsecos.
Como se esperaba, la castración quirúrgica tuvo un profundo y consistente efecto en la
testosterona, la cual disminuyo en algunos casos a niveles no detectables (-0.2 ng/mL) después de
la orquiectomia. Ya que la testosterona estuvo consistentemente por debajo de los 1 ng/mL en
todos los perros castrados quirúrgicamente en este estudio, proponemos esa concentración como
punto de comparación base para representar la respuesta a la extirpación quirúrgica de los
testículos.
Los estudios preliminares de EsterilSol reportaron que los perros de control y los esterilizados
químicamente tenían más testosterona que los castrados quirúrgicamente y esa testosterona fue
41% a 52% más baja en los perros esterilizados químicamente comparándolos con los perros de
control. Dos años después del tratamiento, la testosterona en el 70% (21 de 30) de los perros
esterilizados químicamente fue indistinguible de la de los perros de control. Con respecto al
restante 30% de los perros castrados quirúrgicamente, esto no esta claramente indicado.
Nuestros hallazgos también tienen implicaciones relacionadas a los más probables efectos
conductuales de la esterilización química en perros machos. Los resultados de estudios previos
indican que aquellas conductas específicas de los perros machos (agresión y vagabundeo) pueden
ser reducidas o eliminadas por esterilización quirúrgica, sugiriendo una directa influencia de los
niveles de testosterona en circulación. Los efectos variables e inconsistentes de la esterilización
química en los niveles de testosterona obtenidos en el presente estudio podrían en consecuencia
implicar equivalentes efectos variables e inconsistentes en la conducta de aquellos perros
machos. Sin embargo, para confirmar esto son necesarios más análisis de los efectos conductuales
en perros esterilizados químicamente.
4.1) Conclusiones:
Mientras que los efectos de la castración quirúrgica en los niveles periféricos de testosterona en
perros adultos fueron consistentes y predecibles, los efectos de la esterilización química utilizando
EsterilSol fueron variables. Determinamos que aproximadamente el 30% de los perros tenían
niveles de testosterona similares a aquellos castrados quirúrgicamente, después de 6 meses, lo
que significa que la mayoría de los perros no mostraron cambios a largo plazo (4-6 meses) después
de la esterilización química. Una mejor comprensión del rol que la testosterona tiene en las
conductas sexuales, de agresividad y vagabundeo es necesaria para visualizar el impacto que los
métodos de esterilización elegidos tendrán en perros machos. Sin embargo, hemos reportado que,
midiendo los niveles de testosterona, no todos los perros tratados con EsterilSol reaccionan de la
misma manera.