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EL DESAFÍO DE LOS DOCENTES EN FORMAR EL HOMBRE DEL PRESENTE Y

FUTURO

Anteriormente la pedagogía que regía la educación era la tradicional, pedagogía que tiene

fundamentos ambiguos. Esta educación era solo para privilegiados, quienes eran formados

con una norma estricta y el castigo que infundían miedo. En general y para dar un vistazo

rápido a la compendiosa evolución de la educación universalmente hablando, se conoce que

desde sus inicios ha tenido fuertes cambios que la han ido convirtiendo en un eje vital y

necesario para la vida del ser humano. Época tras época, la educación se ha moldeado por

el mismo hombre o acontecimientos que la han puesto a lo que es hoy en día; desde sus

propias transformaciones, es un agente transformador de la sociedad, de cada ser humano,

individuo y ciudadano. La filosofía, como la más importante rama del pensamiento, se

convirtió en la gestora influenciadora directa de que el ser humano retomara un papel

protagónico en la transformación de su mundo, la inspiración tenía como fundamento el

cambio de faceta del hombre y la educación se convirtió de a pocos en una herramienta

fundamental para este propósito de crecimiento y desarrollo social universal. La finalidad,

el progreso de la raza humana y de su contexto.

La educación evolucionó y se creó la pedagogía activa donde el alumno era tratado como el

centro de la educación, se piensa en su formación integral activa por medio de la

interdisciplinariedad, el saber conjugado con el ser. Formar ciudadanos capaces de

transformar su futuro trabajando en su presente. Porque mundo sigue cambiando y la

sociedad sigue evolucionando; la globalización en todo el mundo ha traído el avance hacia


la ruptura de fronteras viéndonos frente a los tiempos de la información y la tecnología. La

educación no está exenta a las drásticas transformaciones de nuestro mundo, las realidades

se han alterado; nuestras cátedras y reflexiones frente a los conocimientos y el pensamiento

deben ser replanteados para alcanzar una enseñanza, fundamental para este nuevo siglo y p

continuar adaptándonos al cambio de los tiempos.

Pero desafortunadamente la sociedad “con carencias de valores “de hoy se ha encargado de

delegarle toda la responsabilidad de la formación intelectual y humana de los niños, jóvenes

y adultos a la “escuela”; igualmente no basta con que el maestro brinde solo su intelecto, es

importante que de amor, apoye, comprensión y respeto.

Se debe enseñar a dar lo mejor de sí, escuchando a los alumnos y comprometiéndolos para

motivarse y motivar a los demás a cambiar el futuro del mundo desde el corazón.

Con la ruptura de las fronteras aparece la multiculturalidad que ahora es un término que

debe ser comprendido para entender que la sociedad es una construcción plural, colectiva e

integra, entendiendo a la interculturalidad como la estrategia fundamental para la

convivencia, compresión y aceptación frente al otro.

La escuela recibe una sociedad que se encuentra frente a la incertidumbre, a pesar de estar

informados y conectados a las redes sociales, el ser humano está frente una realidad que

quizás mañana deje de ser. Los cambios que generan esta incertidumbre deben ser

contestados y la educación aparece para brindar estas respuestas. La globalización ha traído

consigo una imposición del saber y este presenta un problema para los conocimientos

propios de las comunidades apareciendo así las epistemologías del sur una forma de

decolonialidad, rescatando las compresiones de nuestra realidad y las soluciones a las

cuestiones que se presentan en ella.


Entendiendo que los cambios son constantes nuestras posturas deben ser procedimentales

capaces de juzgar y realizar una crítica que nos ayude a comprender lo que nos rodea a

través de investigaciones periódicas; por esa razón es inconcebible alejar el carácter

investigativo de nuestras aulas, instituciones y comunidades, pues es la investigación la que

nos tendrá atentos y reflexivos frente a las trasformaciones que nos rodena. Los cambios

generan diferencias y las diferencias deben ser una oportunidad para aprender y reconocer

al otro, el problema de los tiempos actuales es que estas diferencias son vistas con rechazo,

represión y censura., la escuela a través de las nuevas ciudadanías presenta un espacio para

la observación y aproximación al otro.

Es imposible hablar de cambios y no reconocer al entorno como uno de los factores que

está en constante cambio. La ciencia nos ha hecho conocedores de los elementos, la

industria ha solventado nuestras necesidades y la tecnología ha facilitado nuestra

compresión y relación con el mundo, pero, ¿a qué costo? Hemos alterado nuestros

ecosistemas, sobre producido y consumido a niveles extremos, no es desconocido que el

planeta se encuentra en grave riesgo. Cómo la educación concientiza y forma a un

ciudadano capaz de entender la gravedad de su entorno y la responsabilidad que la que se

encuentra para salvaguardar su hogar y el hogar de los suyos, debemos desarrollar

pedagogías y metodologías atentas a nuestra habitat y su conservación.

Es por ello, que el impacto de la educación en nuestros días, especialmente aterrizando el

concepto a nuestra realidad colombiana y construcción constante de país, tiene que

reinventarse en la medida que el ser humano necesita responder ante nuevas y en muchos

casos, críticas y graves necesidades de modo, tiempo y realidades. Entre ellas podemos

mencionar:
1. La agigantada revolución tecnológica le pasa una cuenta de cobro alta a la educación

tradicional, ambigua y poco práctica; educación donde se formaban conductas y seres

adiestrados paso a ser relegada por estrategias que acompañen procesos de digitalización,

sistematización y adecuación del conocimiento y de la formación. Existe ahora un ser

humano libre, dispuesto a descubrir a cada instante y lleno de factores distractores y

atrayentes como las TIC que la educación debe abarcar todos los campos posibles a donde

esta revolución tecnológica tenga alcance.

2. El cambio climático, la agudizada problemática ambiental y el deterioro de los

ecosistemas necesitan de un andamiaje educativo riguroso y de resultados casi que

inmediatos para contrarrestar las consecuencias de no haber planteado una conciencia

amigable y respetuosa con el medio ambiente desde hace muchísimos años atrás; ahora hay

que trabajar en ello a marcha continua y acelerada.

3. Las grandes urbes, que se llenan de más y más población con necesidades cada vez más

insatisfechas, requieren de respuestas desde los diferentes aparatos políticos, sociales y de

los estados que promuevan el desarrollo de sus comunidades partiendo de garantizar los

derechos fundamentales, entre ellos y obviamente dentro de nuestra discusión, la

educación; ésta, no debe convertirse en algo ambiguo, simple y masificado a lo básico, que

sea una mera acción de simpleza e insignificancia y se convierta en el motor de las

sociedades, en los caminos para aportar a la construcción de los pueblos, de las gentes con

mayores oportunidades a un desarrollo social sostenible, una educación de impacto social

mayor.

4. La multiculturalidad y el universo de posibilidades dentro de la construcción de

libertades de pensamiento y adopción de identidad y afianzamiento de culturas, ya que se

deben generar muchísimos más espacios de comunicación, conciliación, comunidad y


neutralidad, donde se respete y valore a cada ser, tolerancia y carisma hacia el otro y visión

de pluriculturalidad e interculturalidad vistas como oportunidades de fortalecimiento de las

necesidades del ser humano a socializar e interactuar con otros. Mujeres y hombres capaces

de entenderse en medio de sus diferencias y logrando entrar en acuerdos, compartiendo sus

percepciones, sentimientos, emociones e ideales originadas en contextos y momentos

diversos.

5. Finalmente, todas estas nuevas percepciones de la vida e historia contemporánea del

hombre aplicándolas a Colombia, propenden en reeducar al ser humano en si mismo, en

valores, en actitudes y en su desarrollo con el medio. Si es posible generar comunicación

más próxima, rápida y variada entre millones de personas, que esta sea de mejor calidad,

más efectiva y que contribuya a la creación y no al caos o al desastre; que tener procesos de

globalización del conocimiento, de las economías y de escenario sociales como la

educación sirva para fortalecer la hermandad, la cooperación y apoyo entre naciones; que la

conciencia hacia la preservación del medio ambiente sea más vivencial, aterrizada y

práctica, evitando que nuestra raza humana sea vulnerable ante escenarios catastróficos o

apocalípticos debido a las graves consecuencias de su actuar en contra de la naturaleza; que

su relación con el entorno, sea urbano, sea rural, incentive un armonioso binomio de

existencia, donde nadie afecte al otro, entienda y aplique formas acertadas de organización

política, cultural y social y no se desprenda de la esencia del ser, de su espíritu y de sus

contextos, ampliando todo espacio físico a un enfoque planeado, ordenado y que plasme el

instinto de conservación de la existencia y coexistencia del hombre.

Día a día las transformaciones que debe contemplar la educación se elaboran con un fin

determinado, el de aprender que la educación debe responder a la necesidad del hombre sin

deteriorar su significación, su construcción y su ideal. La educación hace parte de la


construcción del ser humano desde sus primeros años de vida y permanece allí mientras se

pueda acceder a ella a lo largo del tiempo o si es desde del individuo de formarse para

enriquecer su quehacer como agente que integra una sociedad y potenciar su existencia y la

relación de este con su entorno. Bien lo afirma Molina (2013):

No se nace, se hace. La educación como categoría moderna expresa una certeza que en la vida

subjetiva puede descubrirse como hallazgo o, por el contrario, se forja a través de un proceso de

construcción más o menos racional a lo largo de la vida, pero sin duda, encuentra su momento

determinante en nuestra adolescencia y después, en la madurez. El trabajo que hagamos en esos

años, las respuestas que encontremos ante los problemas condicionarán, en buena medida, el resto

de nuestra existencia (párr. 5).

La educación debe responder a las diferentes condiciones que todas las actuales

problemáticas ofrecen en nuestros escenarios, de una realidad y existencia que debemos

proteger y blindar de terminar en una caótica forma de vivir sin poder construir un

adecuado concepto de la vida humana, apropiada por todo el campo de acción que tiene la

educación en un individuo, en una comunidad, en una nación y en el mundo entero, un

campo que se delimita por el desarrollo y el progreso del ser humano, de la civilización.
En conclusión, el maestro debe analizar en primer lugar a cada uno de sus alumnos para

saber a quién se está educando, cómo lo puede ayudar e integrarlos con los demás

compañeros, para crear un ambiente armónico, proponerles retos para que resuelvan en

equipo y aprendan a trabajar por un bien común, enseñarles que todos son parte de la

sociedad, sin importar donde vivan, ni que bienes posean; todos son indispensables en ella

y darle el valor que merece nuestro planeta; crear conciencia sobre el uso de recursos

naturales y fomentar el desarrollo de proyectos sostenibles con el medio ambiente.

El desafío es construir entre todos el hombre del futuro, con un perfil en que se destaquen

características como la autonomía, el libre pensamiento, el respeto, la creatividad, el

compromiso consigo mismo y con los demás incluyendo la flora y fauna, para que estén en

capacidad de dar solución a los problemas de la sociedad, problemas como la

contaminación ambiental, la desigualdad de poder y riqueza y falta de valores.

Las TIC deben ser un apoyo para formar personas investigadoras a miras de innovar,

creativas ante cualquier circunstancia. Crear ser humanos competentes y no “máquinas”

con una mentalidad impuesta revolucionaria, con pensamientos egoístas, discriminativos,

dependientes e individuales.

Todo lo anterior debe ser un trabajo mancomunado con la familia, como núcleo

fundamental de la sociedad para que este proyecto de ” hombre del futuro” se haga

realidad.
BIBLIOGRAFIA

Molina Jiménez, Daniel. (18 de diciembre de 2013). ¿Para qué sirve la educación? Diario

Digital Nueva Tribuna. Recuperado de : https://www.nuevatribuna.es/opinion/daniel-

molina-jimenez/sirve-educacion/20131218174552099326.html

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