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REPúBLICA FR
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DI! L A

RE VOLUCION DE FRANCIA
EN FEBRERO DE t 848 ,

<!thtba1Jano JrtynalJirr ,
ANTIGUO RRDACTO tl DEL PERl.ÓDICO 1.,\ J\11\'0l. UCION DE 1f\30 1 Y AUTOR
DP. LA. JIISTORtA D& I.AS neVOLUC 10~&8 DE S.UROPA.

Dtnlro eincutnto oiiol la. Buropo urti


Rtpublicona 6 c-.
NAPOLEON
( MR:WORi.. L 08 SANrA. BL&."'C,l. )

~!ltCtÍOUI\.
J.llll\El\JA DE D. JUAN OLlVBI\ ES,
f.A L-LE m; t:SC:UDEU,F.IlS) N. tíS.

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INTRODUCCION.

Durante los quince años que preced ieron al de 1830 ,


al vera\ absolutismo antiguo de Europa restab lecer poco á
poco sobre las mismas bases el poder formidable que se
creia pat·a siempre destruido, se llegó á poner en duda el
verdadero carácter de la revolucion de 1789 , y se la pre-
sentaba bajo unas dimensiones mucho mas red ucidas de
lo q ue fueron en realidad, en cuanto á su objeto de r eno-
vlr la faz de la sociedad francesa ; de modo que antes se
ofrecía como un accidente, que como una revolucion esen-
cial. Felizmente llegó la revolucion de 1830, y u rojó nueva
y brillante luz, sustituyendo por segunda vez el principio
de la soberanía nacional al del derecho divino; á manera
de un trueno recordó al absol utismo que ta rdeó temprano
debia prepararse ácoutarcon la desconocida legitimidad de
las naciones.: Evidencióse entonces que la revolucion de
1'789, que por algun tiempo se '\)iró como accidental, era en
real idad esencial ; y que lo que se creyó solo un'aconte-
cimicnto, formaba una verdadera época.
Los tres dias de ·1848 han dado á este hecho el carácte r
de un dogma .
En efecto, oponiéndose al principio del todo personal y de
rcaccion que fue ca\JSa de la revolncion de 1830, fueron clc-
senvolvi6ndose y ga nando á las masas dos distintas ideas,
la una de progreso, es decir con tendencia á desa rrollar to:
das las consecuencias inmedi~t.as de la r evolucion de 89 ;·
y la otra de conscrvacion, es decit• contentándose con los
derechos conquistados desde esa misma revol ucion , y que-

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riendo ó paralizar las unas, ó dejar a l tiempo e l cuidado
de asegurar las otras. He un idas estds dos ideas momen-
taneamente antes de 4830 para dar de consuno un ataq ue
á la restauracion, luego de vencida esla se encontraron de
frente y de su lucha sostenida por espacio de estos ú ltimos
<tuince aiios han resultado las jornadas de 486S.
Para apreciar debidamente esta nueva revolucion, una
1 de las mas sorprendentes que nos ofrece la h istoria, se
hace necesario r easum ir en pocas ¡la labras algunos h echos
trascendentales acaecidos durante e l rein ado de Luis Fe-
lipe, que han apresu rado la explosion.
Los diez aiios pri meros de este reinado ofr·ecen dos ca-
racteres muy marcados: el uno de resistencia á todo p r·o-
gr·eso, ya político, ya social; y e l otr·o la entronizacion de
una especie de gobierno personal.
En vista de a lgunos buenos resultados, antes apar·entes
que reales , habiéndose la monarquía de julio fortiGcado
materia lrnente en ese sistema de resistencia creída poco
· constitucional, se víó menos d ispuesl.a q ue nunca á tomar
en cuenta las necesidades reales del país, y trató de rodc-
:rrsc de ministros capaces en su mayor parte de faci li tar
ta l sistema .
Encont.ró a uxilio en una intriga de la cámara de Dipu-
tados , y el ministerio de 4.0 de marzo cayó para ceder su
lugar a l de 29 de octubre.
La persona de mas consider·acion de este min isterio, es
decir .Mr. Guizot, el que mejor parecía reasumi r e l espíritu
del poder, apenas fue ministro, que desde Jo alto de la tri-
buna soltó esas desdichadas expresiones, que po r largo
tiempo pesan durante una determinada situacion: Erwir¡ue-
ccos: ¿Qué pr·etcndia decir elmin istrocon estas palabras?
¿acaso que cstabc¡ abie·rta ¡>am tocios la senda del biencslat·me-
cliantc el u·abajo y la probidt.ul? Todos lo duda ron, y la m uJ-
ti!.ud las tradujo asi : Todos los tllC<"lios son brwros ¡Jan• hl.t·
ccr {ot·twra; em·it¡ueceos, y seréis electores y c!iputaclos, siel~­
do tambien¡>artici]lcS de la ralea.

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INTRODUCC!ON.
3
ahí mil acus a-
Do ahí una espan tosa dcsmoralizacion, de
pare cer debía justi ficar una espec ie de fa-
cione s que al le que
mas y mas notab
talidad. En efecto, cada día se hacia os
en que parec íamo s cond enad
en la esfera de corru pcion
conta ban en la ancio n á las como d idade s, en
á viv ir , unos
al paso que otros
la prudencia y la timidez de los hom bres;
su ener gía , á su integ ridad , y á
hacía n unlla mam iont()á
tad. Moru entan eame nto triunfó el ma-
su amor do la liber
ndo todas las ch,so sdel
terialismo, y la corru pcion fue gana
para reeib ir un impulso
estad o, y hasta al pueb lo, apto
de muy disti nta espec ie.
o en la historia
Parae:otplicar la importancia de este hech
preci so persu adirs e de que lodo
de los tresd iasde febrero, es
que tiend e á herir dema siado la imag ioa-
acontecimiento
aque l sea en si,pu e-
cion del pueblo, por insignificante que
una poten cia terri ble, capa z de
de llega r á convertirse en
sterio s, de trast orna r mona rq uías y do desco ncer-
volea•· mini
icaces estadistas.
tar los cálculos de los ma; hábiles y persp
los hech os, sino en las ded uccio nes
El peligro no se halla en
ellos el pi1eb lo, yen lasfic cione sque les añad e.
que saca do febre ro.
revol ucion de
Vo abi uno de los secretos do la
das han atiza do las llam as, y se
Algu nas maldades aisla
o en la seüa l de una espec ie de cond ena mo-
han convertid
nle>s culpa bles.
ral en ma sa de las clases á que pertenecia
o ti empo que los crímenes in-
En esa Ó¡)OCa hacia much
no habi nn baila do en la opini ou pública· de
div id uales
a, cuan do de impro-
Fran cia una susceptibilidad muy celos
sos de Test e, Ecc¡u eville y, el
viso apa •·ecie ron los proce
Pras lin, lasac usac iooes de Gi•·a rdin, el asun -
asesinato de
mari na, y otras .
to do las ~ubsislen cias de la g uer·•·a, de la
ndo en relie ve todos estos asun -
La pren sa ¡>eriodistica, ponie
os que hasla ento nces no habí an sa lido do
tos, uiiadió hech
n do las clases
u1eras teorías , ;, sabe r la desmoralizacio
· caus a do ella al gobie mo,
supe riore s. De ahl acus ando dese• l,
esto una es1>e cie de comp licida d mora
hacíase recae r sobr e un
fi'Ulo de
que fácilm ente se bacía subir hasta 61: trisle

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4 DEVOLUCION DE FRA!'iCIA.
principio odioso, del cual se había hecho un arma el Go-
bierno y que estaba la opinion publica tanto mas dispuestn
á volverla contra él, cuanto que incesantemenl.c se repe-
tían palabras proféticas, que se reducían á lassiguientes:
" A los hombres se les gobierna de dos maneras: por me-
• dio de sentimientos generosos , ó por medio de sen ti-
" mion tos de egoísmo. ¡Desgraciado de aquel gobierno q ue,
"dando la preferencia á los ultimos,sedirige á la s cuerdas
• bajas del corazon 1"
Esto era una condenacion anticipada del sistema puesto
en cuestioo. Por consiguiente para reformar un tal estado
de cosas, se hacia necesaria é indispensable una demos-
tracioo.
La opio ion constitucional tomó la iniciativa, efectuóse
el banquete del Cilatcau-llouge, y le subsiguieron otros
sesenta, los cuales ostenta ron en todos los puntos de la
F rancia por medio de ruidosas manifestaciones cuan irri-
tada se hallaba la opinion publica contra la supuesta des-
moralizacion.
El duodécimo distrito de París quiso asociarse á ellas, y
proyectó un banquete, el cual prohibió el gobierno, po-
niendo asi en cueslion el derecho de reunion, quo hasta
entonces babia tácitamente reconocido : de abí nació un
conOict() primero en la prensa, luego en la tribuna, y por
11n en las calles. Aquí solo debemos tratar d~ este ultimo.
En el discurso de la Corona el ministerio puso en boca
del !ley estas palnbras: cttcmigos ó ciegos, apl icadas á
cuantos asistieron á las grandes manifestaciones reformis-
tas; no obstante contarse en este nttmero mas de cien di-
putados. Estos no quisieron aceptar tan injuriosos epítetos,
y protestaron en la tribnna; pero el ministerio no hizo ca-
so de sus protestas. Apoy3do en una mayoría, que consti-
tucionalmente le daba grande fuerza, se empeñó en la
injuria hecba á una grao partc:~d!l la Cámara. Estos dcha-
tes conmovieron á la Francia, y en especial á París, y se
anunció públicamente el proy ectado banquete del duodéci-

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INTRODUCCJON. 5
mo distrito. El ministerio, c.on el fin de imped irlo, invocó
de
una ley de l790 cuand o menos cuestionable, y despue s
tes aun en la memor ia de todos, se fi-
los debates presen
jó definitivamente para el martes 2! de febrero.
Pero fuera del aspecto que tomó el debate entre la opo-
sicion y el ministerio combin ábanse inapercibidos junta.
s,
mente con los elementos políticos, otros eleme ntos sociale
s on las region es legisla -
cuya graved ad seSQSpechaba apena
tivas,d onde acaso se agitab an taotasa mbicio nes person ales
fá-
como patriotismo. Asi pues, con algo de perspicacia era
enia con Indo su peso en
cil prever que si el pu eblo interv
este debate, llevado indisc retame nte ante él, pudier a ver-
de·
se reprod ucida la fábula de los litigantes!/ la ostra; es
ci r , que se apode raria del poder que los demás se dispu-
taban. Los acontecimientos justificaron esta prcvision.
Es necesa r ia aqui alguna explicaciou para dar á conocer
tc,
en su justo valor el verdad ero caréct or de este elemco
que en estos grande s suceso s compa reció á cortar la difi-
cultad de un modo lan inesperado.
No cabe duda que la revolueioo de 1789 fue deteni da, y
sofocad os sus natura les progresos por todos los podere s sus
suceso res; y si bien babia desaparecido . toda aristocracia
nobiliaria y clerica l, quedaba una aristocracia de censosdue-
iia de la sociedad y del poder por medio del monop olio
electoral y legislativo. Dicha aristocracia pndia asegur arse
m(ttuamenle contra toda diminucion de tarifa, contra
toda suspension de prohibiciones, contra teda concu rren-
cia en fin, de género s extrao geros, los cuales teniendo en-
trada ft·anca en los mercados fmnce scshub iernn disminuido
el precio de la carne de que se alimentan las clases labo-
a
riosas , do los hterro s que las mismas trabaja o, de la lana,l
tela, el algodo n de que se vislen. Es dcciJ· que el mono-
polio solo habia pasado de unas manos~ otras, y el nivel
democ rático se paró on las clases medias de la socie-
dad.
Esto encerr aba un górmen fatal de revolucion; pero esta

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6 INTI\ODUCCION.
vez no era de revolucion política, sino social: es decir, que
la primera obra humanitaria completada en el siglo IX hi-
zo del esclavo un siervo; un segundo combate dado en el
siglo XYIIl, convirtió al siervo en asala•·iado; {t su tiempo
el asalm·iado dehia perfeccionarse mediante una nueva
modificacion, que emancipase la agricultura al pormenor,
el reducido comercio, y las cortas industrias; en una palabra,
el proletario, abrumado enteramen te en Francia por el pri-
vilegio de los ca pita les.
Este hecho que nos importaba seiíalar explica la esen-
cia del elemento social que tan inopinadamente iba á to-
mar parte en un debate, cuyos campeones no contaban
con su participacion.

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!! DE PEilREIIO. i

22 de Febrero.

La comi.iiou general encargada del arreglo del banque-


te del duodécimo drstrito, siempre bajo la impresion do los
violentos debates sostenidos en la Cámara de diputados ,
hizo publicar el d ía 20 de febrero por· los periódicos el ma-
nifiesto sigu iente :
• La Comision general encargada de organizar el ban-
• quelcdcl duodécimo distrito cr·ce de su deber recordar·
"e¡ ue su rnanifcslacion fijada pura el mar·les próx imo lleva
• por objeto el ejercicio lega l y pacifico de un derecho
• constituci onal, á saber, del de rcuuion polilica , sin el
• cual rucra el gobierno represent ativo una irrision. •
« Habiendo el min isterio declar·ado y sosten ido en la
• ll'ibuna que la práctica. do este derecho está sujeta al an -
• tojo de· la policía, los di¡>utados de la oposicion , y á m:rs
" varios pares de Francia, antiguos diputados , miembros
• <,lcl Consejo general, magistrados , oficiales, sub-oficia le;
« y soldados de la Guardia nacional, miembros del comiU!
• central de los electores de la oposicioo , redactores do
"periódicos de París, todos estos han aceptado la invita-
• cion quo se les ha dirigido para qua tomen parte en In
• manirostacion, á fin de protestar en virtud do la ley
• contra ttna pretension ilegal y arbitraria .
• Como naluralme nle es do prever que esta pírblica
• protesta puede atr'acr una concurren cia c.onsidera blc de
• ciudadanos; como igualmente os de presumi r quo los
• Guardias nacionales de París, fieles á su tli,•is~ dn f.i-

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8 nBVOLUCION DE fRAl'ICIA.
• b~rtad y Orden, quer nín en esta circu
nsta ncia llena r un
• doble debe r y defe nder la liber
tad junt ándo se á la
• manifestacion; p1·oteger el órden
impidiendo con su
• presencia todo choq ue; que prev
iendo una num eros a
"reu nion de Guardias nacionales y
de ciudadanos pare ce
• conv enie nte tomar cuan tas disposici
ones sean capaces
• de aleja r toda causa de agilacion
ó de tumulto.
"La comision 1\a creído q ue la man
ifcstacion debe
• efectuarse en aquel barrio de la Capi
tal en que la an -
" ch ura y espaciosidad de las calles
y plazas permite la
• acum ulac iond elge ntio , sin que por
esto qued en obst ruí-
• das.
• A este efec to , los diputados, pare
s de Francia y de-
• mas personas convidadas al banq uete
se reu nirá n el
• ma rtes próximo á las ouco en el sitio
ordin ario de las
• reun ione s de la oposicion parlamenta
ria en la plaza de
• la Magdalena n. • 2.
« Se ruega á los fi rma ntes del
banq uete que for·m an
• parl e de la Gua rdia naci•:mal que
se reun an dela nte de
• la Iglesia de la Magdale na form ando
dos hiler as para le-·
• las, en medio de las cual es se colo
carion los convidados.
"A l fren te de la comitiva irán los
oficiales supe riores
• de la Guardia nacional que se p•·es
ente u para unir se á
" la manifcstacion. •
• Jmnedialamente despues de los
convidados segui rá
• una linea de oficiales de la Guardia
nacional.
"De trás de estos los Gua rdia s naci
onal es formados en
• col una siguiendo el núm ero de las
legiones.
• Entr e las colunas terc era y cuar
ta se colocará n los
• jóve nes de las escuelas , conducid
os por comisionados
• que ellos mismos desi gnar án.
• En seguida irán los deuoás Guardias
nacional es de
• París y de sus afueras en el órde n
scií alado .
• Snld rá la comitiva á las once y med
ia, y se dirigirá
" por la plaza de la Co11cordia y los
Campos Eliseos báci a
• el luga r del banq uete.

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2~ DE PEDRE RO. 9
" Convencida la Comision de que la presente manifesta-
" cion será tanto mas eficaz, cuanto sea mas sosegada, y
« t"nto mas imponente, en cuanto evite h<osta el mas leve
«pretexto de conflicto, ruega á los ciudadanos q ue no
«den ningun grito, n i lleven bandera ni signo alguno ex-
• terior. Invita á los Guardias nacionales que tomen par-
" te en la manifestacion á q ue se presenten sin arm as,
«puesto que se trata solo de una protesta legal y pacífica ,
• que debe priocipahn ente mostrar su fuerza por el nú-
" mero y actitud tranquila y firme de los ciudadanos .
• La Comision espera que en !al ocasion todos los pre·
• sen tes se considerarán como destinados á mantener la
« conservacion del órden, confia en los sentimientos del
• pueblo parisiense, quien desea la paz ptiblicaju nto con la
« libertad y sabe que para asegurar la conservacion de
"sus derechos solo necesita de una demosto·acion pa-
" cífica, como conv iene á una nacion intel igente é ilus-
" trada que conoce la ir•·esistible autoridad de su fuerza
"mora l y está segura de hacer prevalecer sus votos legí-
" timos mediante la expresion legal y tranquila de su
• opinion . »
Las escuelas por su parte hicieron pu blicar tambien la
siguiente decision .
• Pieles las escuelas á sus trad iciones patrióticas con-
« curri rán á la solemne protesta organ izada en favor del
« derecho de reun ion desconocido por el poder. Las es-
" cuelas estan determinadas á conservar en esta maoifcs-
« tacion toda la calma , el espíritu de órden y la firmeza
« tao necesa•·ios para el cumpl imiento de ese go·ande acto
« político.
« La reun ion gene1·a l se efectua rá el martes á la hora
«i ndicada en los periódicos. La col una de estud iantes se
" colocará ento·e las dos lineas formadas por los Gua rd ias
« n¡tcionales de la d uodécima legion, cuya concurrencia
« se acepla con reconocim iento. "
Vivamente conmovida la opioion pública, aprobaba to-
l.

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10 REVOLOCION PE FRANCIA .
das esas demostraciones, tomando en ellas tanto mas in-
te rés, cuanto que corrían los mas s iniestros rumor es to-
cante á las medidas tornadas por el min isterio.
En erecto, Mr . Duchatel en la Cámara al contestar á
las interpelaciones d e Mr. Od ilon-Barrot prevaliéndose del
manifiesto de la Com ision gen era l del banquete, e nl a tar-
de del2·1 mandó fijar : 1.• un decreto de la policía fun dado
en el artículo 1H , n.• 3 del titulo Il de la ley de 16-24
de agosto de 1790: en e l articulo 46 del titulo ·t .• de la ley
de 22 de j ulio de 179·1 : en el a rticulo 4.• del decreto del
gobiem o de 3 bruma río, año XI : en dos ordenanzas de
policía de 30 noviembre de 1830, del 31 de mayo de ·1831;
y por último en el artículo 47i n.• i5 del código pena l: 2. 0
u na ordenanza relativa á los grupos, recordando las d is-
posiciones de la ordenanza de policía de ·13 de j ulio de
1831 , y fina lmen te la siguiente proclama del prefecto de
policía Mr. Delessert:

" Habita ntes de París.

" Una inq uietud perjudicial al trabajo y á los negocios


(( domina hace a lgunos d ías los an imos' y proviene de
• manifestaciones que se preparan. El gobierno, determi-
• nado por motivos de órden público, IHH'to justi ficados, y
• usando de un derecho que le conceden las leyes, y que
"ha sido constante mente ejerc ido sin contestacion, h a pro-
" hibido e l banquete del duodécimo distrito. Con todo ,
" habiendo declarado ante la Cámara de diputados, q u e
« esta cuestion e ra de tal naturaleza, que debía r·ecibir
• una solucion j udicial, e n vez de oponerse por med io de
• la fue rza á la proyectada reunion, ha resuelto dejar con-
• firmarse la contravencioo, permitiendo la entrada de los
"convidados en la sala del banquete, esperando que
" estos te ndr,\n la discrecion de retirarse á la prime-
" r<> intimacion, para que un acto de s impl econtra vencion
" 110 se convierta en acto de rebeld ía. Este era e l único

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~2 DE PEO~EaO. 11
• medio de poner la cueslion de que se trata al juicio del
• lribunal de Casacion.
• Bl gobierno insiste en esa rlelerminacion; pero el ma-
• niflesto publicado esta maiiana por los periódicos de la
"oposicion anuncia otro fin y olras intenciones: él levan-
• '"un gobierno al lado del verdadero gobierno del país
• insliLuido por la Carla y npoyado en la mayoría de
u las Cámaras. Apela a una manifestacion pública ,
• peligrosa para la lranquilidad de la poblacion; con-
• voca, quebrantando la ley de 1831 , los Guardias na-
• ciónales, que de anlemano arregla en formacion regular
«por numero de legiones y con sus oficiales al frente. No
«queda pues duda de que so infrinsen las leyes mas claras
• y mejor establecidas. El gobierno, empero, sabrá hacer-
" las respetar, pues son la baso y sarantía del órdan pú-
" blico
• Invito pues {, todos los buenos ciudadtmos á que se
• conformen á dichas leyes, no adhit'iéndose á reunion al-
• suna por temor de dar lugar á sensibles turbuleucias.
• Apolo á su pa~riotismo y á su sensatez en nombro de
• nuestras instituciones, de la tranquilidad pública, y de
• los mas caros intereses del pueblo. •
Ellcnienlegeneral Jaquuminol, comandante superior do
la Guardia nacional, hizo larnbicn publicar la órdcn si-
suicnrc:

ODDEN DllL DIA Dll 21 PEUIIEDO DE 18~8.

• Guardias nacionales del departamento del Sena: mien-


• Iras la manifeslacion que se prcparano ha hecho un llama-
• miento directo á vuestro concurso y apoyo, me he abste-
• uido dClrccordaros los límites qull pone la ley á vuestros
• rlercchos y á Vltestros debct·es, pues durante dillz y siete
• aiios lllc habcis siempre datlo ¡wuebas de que conoccis
• unos y ot•·os s il1 haberlos nunca infdngido.
• lloy, cn tpero, que se trnln ck cxlt·aviaros en nombre

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f2 REVOLUCION DE FRANCIA.
• de la legalidad, cuyo sosten seba conGa do á vuestra adbe-
« sion y patriotismo; hoy q ue unos hombresr¡ue os son ex-
'' traños os convocan, os llaman y usurpan el derecho á
• vuestros jefes , debo protestar altamente de semejante
« injuria, y así, en nombre de la ley me dirijo á vosotros.
«Los artículos L •, 7. 0 y 93 de la ley de :22 de marzo de
« t831 estan concebidos en los t.éo·minos siguieniP.s:
• Art. 4 .<>-La Guardia naciona l está instituida para de-
« fender la monarquía constitucional, la Ca rta, y los de-
« rechos que esta consagra; para mantener la obediencia
«á las leyes, conservar ó restablecer el órden público,
• auxiliar al ejército de línea en la defeosa de las cosl.as y
• fronteras, asegurar la independencia de la Francia y la
« integridad de su territorio.
• Toda deliberacion tomada por la Guardia nacional so-
« breasuntosdel llstado, del departamento ódela Comuna.,
« es un ataque á la libertad y un delito contra la causa
« pública y la Conslitucion.
• ArL 7.. 0 - Los ciudadanos no podrán tomar las armas,
a DI reunirse en formacion de Guardia nacional, si o órd eo
«de los jefes inmediatos; ni estos podrándardicha órden sin
" ser requeridos por la autoridad [civil, de lo que se dará
" conocimiento a.t frente de la Guardia.
• Art. 93. -Todo j efe de cuerpo, piquete ó destacamento
'' de la Gua rdia nacional que se niegue á obedecer un re-
" querimiento de los magistrados ó funcionarios investidos
«del derecho de requerir la fuerza pública, ó que obre
"sio ser requerido,será perseguido ante los tribuna les, y
''castigado conforme á los artículos 234 y 258 del Código
« penal.
• El proceso llevará consigo la suspension , y si hubie-
" re "condena , la pérdida del go·ado.
« Ya lo veis, Guardias nacionales del departamento del
"Sena, la ley habla en térmi nos muy claros y precisos
.<par~ que poda is ser engañados por una intcrprelac ion que
" sabrá distinguir vuestro recto juicio.

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22 OE FEBRERO. 13
" Pocos habrá si n d uda entre vosotros dispuestos á dejar -
• se a rrastra r á u n paso culpable; pero quisiera evitar pa-
" ra ellos tant-O la falta como e l sentim iento de ver s u cor -
« to número e n medio de los ochenta mil Guardias nacio-
" na les de q ue constan v uestras legiones.
«En nombre de la ley, pues, os suplico que oo b urle is
" las esperanzas del país, e l cual ha puesto bajo vuestr a
"custod ia la defensa de la mon arquía constitucional y del
« órden legal.
«Tampoco querréis desoir la voz de vuestro comandante,
"quien nu nca os ha engañado. Cuento con vuestra discre-
" cion y patriotismo, lo mismo q ue debeis siempre contar
" con mi fidelidad y adhesion . •
Al propio tiempo corrían \•oces de que de todos puntos
se concentraban tropas en Pa rís : acababan de sacarse de
Vincennes una mu!Litud de pertrechos m ilitares y de mu-
niciones de toda especie , las cuales á todas horas se veían
di rigirse hácia la Capital.
Viendo tan form idables prepa rativos, Jos d iputados de la
oposicion aplazaron el banquete , y basta la Comision gene-
ral, por huma n idad, hizo publicar la s iguiente decla racion:
u La Comision general encargada de organ izar e l ba n-
« quete del duodécimo distrito, despues d e l1aber tomado
" conocimiento de lo deliberado por los diputados de la
« oposicion :
• Conside randoqueelmin isko del intel'ior ha declar ado
• en la tri buna que toleraría el banquete, con tal que se
" acud iese á él ind ivid ualmente;
"Que así se daría ocasion á los ministros de con fi rmar
• una conl.ravencion, y de h acer j uzgar por un sim ple tl'i-
'' bunal de pol icía u n derecho político que es de la compe-
" tencia de h1s Cama ras y del pa ís entero;
• Que de este modo se sa tisfal'ia á los deseos del min is-
u tc rio, y en provecho de este se rep ,·eseota d a una espc-
• c ie de come<.l ia, indigna de u nos qiud!idanos penetrados
" de s u debe r ;

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IIEVOLOCIOM J)E PDANCIA.
"Considerando á nws, que la man irestacion general a
a qu e debia concurrir el pueblo de París, daba el verda-
« dero carácter al banquete proyectado;
"Que las medidas tom<Odas por la autoridad milil<~ r nos
« expondrían á choques seguros y sangrientos, para c uan-
« tos qu isiesen hacer una demostracion colectiva contra
'' la fuerza ;
u Que tanto la humanidad como el patriotismo exigen
« que se evite tales extremos : ·
«Por todos estos motivos, la Comision h a determinado
• que el banquete del duodécim o d isll'ito quede apta-
• zado; y deja al poder la responsabilidad de las provoca-
• ciones y violencias; con la plena con fia nza d e que se pre-
« senta rá maiiaoa eo la Cáma ra el acta de acusac ion con-
" tra u n ministerio que ha conducido a l pueblo de P;~ris al
«borde del p•·ecipiciodeunaguel'l'acivil ; en segu ida, con-
" soltada la Franc ia, sabrá hacer justicia con todo el peso
"de su opio ion á una política que desde hace tanto ticm-
« po excita el de3precio y la indign acion del pais. •>
A pesar de todo, desde l'a mañana del dia j\2 descend ían
oleadas del pueblo á lo largo de los muelles y de los &oulc-
varts, y esas dos corrientes se reunían en la Magdah~ta,
eo la plaza de la Concordia, y en los Campos Eliseos: Pero
en pa rticular un gentío inmenso se dirigía hácia el lugar
designado para e l banq uete, calle del Chemi" de Vel'sal/es
hasta Cha-illot.
Ese pueblo parisiense qu e durante las borrascosas d is-
cusiones de los últimos dias, vió á la oposicion e mpeiiar-
se públicamente en •·esisli r á la a•·bitrariedad, y que ha-
c ia algunos dias habia s ido informada de los pre pa rulivos
que se estaban h aciendo pa ra una ruidosa man ifestacion ,
debía probar que se hallaba p ronto á sosten e •· á aquellos
que con s us palabras mostraban esta r dispuestos á defen-
de•· ~os derechos de lodos. Asi ac udió en número conside-
rable al lugar de la re un ion y cuando aguardaba á los di-
putados, se encontró con la (!·opa.

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,

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22 DB FEllll~l\0.
En derecto de la anunciada maniresl.acion, entonó la
Alarselksa, y á los gritos de ¡ Viva la Reforma! AbaJO Gui-
!lOL ! se ruc hácia el ministerio do negocios extranjeros ,
donde algunos de los mas acalorados rompieron los crista-
les.
Por otra parte, la poblacion de la orilla izquierda, con-
movida ó inquieta por estos acontecimientos, é ignorando
aun la rcsolucion de los diputados, se d irige en su mayor
número al palacio por la calle de Bourgogn~. Una grande
mullitud, dando con rusos gritos, trata de penetrar por el
puente de la Concordia, que esl.aba derendido por un des-
tacamento con bayoneta calada y en ademan de tirar.
Adelántanse tres ó cuatro jóvenes, y descubriéndose el pe-
cho, dicen ti los soldados : • Tirad , si quereis, á vuestros
• hermanos. • Entonces los soldados los dejan pasar , y so
dirigen á la Cítma ra; rompen la reja del peristilo, y algu-
nos de ellos llegan á peoeto·a o· hasta en la escalera que con-
duce u lus tribunas públicas: acuden los ugieres con algu-
nos diputados, llega un escuadran en su auxilio, y se res-
tablece el órden.
Poco dcspues, serian las tres de la tarde, hubo algunas
colision~s en la plaza de la Concordia, que estaba forlilica-
da para poder resistir no solo á una multitud indisciplina-
da, si no hasta á un ejército entero: la Guardia municipal
de infnnleria y caballería dió algunas cargas en los Cam]JOS
Elíseos, haciendo uso solo de las armas blancas, y el pueblo
se dcrcnd ia á pedradas, muchos citodadanos se vieron obli-
gados á prc:cipitarse en los rosos do la IJiaza de la Concordia
parn·escaiJilr de la ira de los guardias municipales: los
Guardias nacionales, sin armas y con unirorme,seadelan-
laban entre los grupos y Jos municipales, protestando oon
vigor contr.t lalcs violencias: la 1ro1Ja de línea asistía in-
móvil y con el arma al brazo á tan trislc espectáculo: en
esta ocasion se hicieron mas do doscienlos prisioneros.
Desde csln instante l)l'incipiao·on á circular numeo·osos
grupos IJOr todos los ha o·ri<)S dn la capital , dando g ritos de

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l6 REVOLUCION DE FRANCIA.
Viva la Reforma! Abajo Gt•izot 1 y por donde quiera que
pasaba el tumulto se cerraban las tiendas: el I'alacio lleal
y las Tutlerías estaban tambien cenados, lo mismo que
los pasajes de las calles de Saint-llonoré , Jlfom1wrt1·e y
Monto1·gucil. En mu chos punt.os se empeñaron algunas es-
caramuzas, y los combatientes iban ocupando sucesiva-
mente las ca lles de 1'iquetom1e, Bourg-l'Abbé Grcnctat y
Tmnsnonain; apenas llegaban á tr·ein ta ó cuaren ta lo:;
que tenían armas' Jos que bien pr·on!o consumieron sus
municiones. El combate mas sangrien to tuvo lugar en una
casa de la calle de IJeattbourg, do o de estaban encerrados
cinco prisioneros. Sus compañeros quisieron libertarles y
entonces se trabó una lucha entre estos y los guardias
municipales, resultando algunos heridos y muert.os de am -
bas parles.
En el barrio de los P·rouvaires y eo el de Ararais se reu-
nieron turoult.os considerables: pero entre doce y una de
la noche se habían dispersado casi todos.
Durante este día todo el mundo notó el aire taciturno y
consternado de Jos militares: conocía se que cumplían con
visible repugnancia un penoso deber: su actitud era triste y
resignada y su conducta para con el pueblo atenta y res-
petuosa. Habían notado coll sentimiento do loroso que la
Guardia nacional no había sido convocada, y esta descon-
fianza de parl-e del gobierno hácia la milicia ciudadana
produjo eo el espíritu de las tropas de !odas armas perple-
jidad é incertidumbre, cuyas consecuenciasrueron de gran.
valía para la causa popular.
Apesar de todo y en med io de estas colisiones sangrien-
tas, la Cámara continuaba discutiendo con una calma filo-
sófica la cuestion de un banco provincial. No se pronunció-
n i una palabra que tuviese relacion con las luchas doloro-
sas que habían ten ido lugar en!r'e las tropas y el pueblo
que acababa de llegar alli : ún icamen te se había presenta-
do en la mesa de la Cáma ra la siguiente peticion de las es-
cuelas au torizada con mil firmas:

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22 DE >'EDRI>I\0. 17
el gobie rno, es la pruc-
• La manifestacion impedida por
ia del
• ba mas grand e de c¡uc t~me apcla t· á la justic
• país.
consa-
"Para conseguir la consc r vacion de los derec hos
mas que nuest ra cootl an-
• grados en f 830 , no nos queda
dos de la oposic ion : esper amos pues que
• za en los diputa
de an-
• prese ntará n la acusa cion del minisLerto; y como
de quo será refuta da por
• tema no estamos conve ncido s,
los lazos que la unen , esper amos que
• la mayo ría, vistos
ras libert a-
• los diputados verda deram ente adictos á nuest
cion enérg ica que eone s-
• des sabrá n tomar una resulu
• ponda á la oxpec tacion gener al. •
Tolosa ,
Además de esto, M. de Gcno ude, diputado por
de 3Cusa cion del minis terio, y
prese ntó una proposicion
la oposi cion hicier on una petici on conce -
los diputados de
bida en estos térmi nos:
ble: "
"Prop onem os acusa t· al mini~terio como culpa
comp romet ido en el exter ior el honor y
• 1. De haber
0

« los inlet·cses de la Franc ia;


ilucio n
• 2.0 De baber fallado á los principios de la Const
lasga rantía s de la libert ad y atenta do á los dere-
• violado
• chos do los ciudad~ nos;
, Ira lado
• 3.0 De haber , por una corrupcion sistemótica
la libre ex presio n de la opinio n públ ica los
"de sustituir á
o de este modo
• cálculos del interé s partic ular, pen•irtiend
"el gobie rno repre senta tivo;
terial,
e (.• Deba ber traficado, guiado por el interé s minis
cotl todos los
• con los em(>leos públi cos, lo mismo que
e atributos y privilegios del pode r;
las ren-
• s• De haber, por ~:1 mismo interé:>, arruioyndo la gmnd e-
• las del Estad o, y comp romM ido las fuerza s
(< za de la nacion;

• 6.• De babor deSJ>Ojado violen tamen te á los


ciudada nos
n libre¡ y en-
" de un derecho inher ente á toda constitucio
tido por la Carta , por las
• yo ejet·cicio les había sido garan
• leyes y por los prece dente s;

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48 nEVOI,UC I ON 08 FnANCB.
«7.• En fin , de haber, por una política altamente con-
• Ira revolucionaria , puesto en cueslion todas las conquis-
• tasde nuestras dos revoluciones, y producido en el país
«una profun4a conmocion.
• Odilon ilarrot, Duvergier de Haurannc , general Thi-
• ard, Dupout [del' Eure) , lsambcrt, Léon de Malevillc,
• Garnier-Pagés , Chambolle , Bcthmont , Lherbette ,
"Pagés [Ariége), Baroche, Havin , Leon Faucher: Fe ro de
« Lasteyrre, de Cou rtais, 11. de Sain~Aibio , Crémieux,
"Gaultier de 1\umill y, Rainsbault, Boisselt, de Beaumont
« (Somme) , Luneau , Baron , Georges de Lafayette,
« niaric, Carnot, Baureaux de Puzy, Dusoll ier, ñlatb ieu
• ( Saone-et-Loire ) , Drouyn de Lbuys , d' Ai'agon ,
" Cambaceres , Dr·ault, Marquis, lligot , Quinette ,
<dl.la ichai n , Lefort-Goussollin, Tessié, de La-~lo!te,
• Demarca y, Bonnin , Larabil, Garnon, ~raurai-Dallan-
• ..:he, Taillandier, Abbatucci , Crcton , Lesscps, Ma uguin,
<-e Vavin , Jouvencel. ))
Esta proposicioo se puso en la órden del di a para la pró-
xima reunion de las secciones.
Tales fueron los sucesos de esta primera jor·oada : el mi-
niSl{)rio había arrojado e! guante, y el pueblo lo iba :1 reco-
ge!'.

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IY

23 de Febrero.

Pasóse la noche en prepnralivo s por una par te, y en


c:tpectacion por la otra; y ofectiva menlo nada a nunciaba
<1ue hubiese e n el partido popu lar una direccion superior,
un centro de donde parliescn lodos Jos ataques y resisten-
cias que se iban á presenciar en las siguientes jornadas:
pa recia que cada uno de los que se arrojaban á la h1cha,
obedecia únicamcule a su propio instinto' los demas se
l>rcsenlaban mas bien como cu riosos que como hoslilcs:
solo un obscn•ador alenlo podia distinguir las marcadas
pruebas de lo que podría llamarse un patriotismo conta-
!JÍOSO, que, e n verdad , poseen los Franceses en alto
grado, y por el que emprenden y eJeCutan en ocasiones
cos.~s lan maravillosa s, que los de roas pueblos solo pue-
den imaginar.
'En cuan lo al Gobierno ; había desplegado desde por la
muiiana un aparato de fuerzas formidable: los principa-
les puntos de la capital se hal laban ocupados militarmenl e,
y en los Campos Eliscos, acampaban numerosas &ropas de
inrantcria y caballería: conociase que las disposiciones
estratégicas tcnian por obje to mantene r libre la linea de
los ma lecones y de la callo de RivoU hasta los ~!c reados,
In linea de los boulevat·ds I>Or la calle de Saint -Jlonoré,
conservand o la comunicaci oo del mercado con los boulc-
varts por la calle do Sai11I-Dt11is.
Por su pa•·le la Guardia nacional, Ctimplicndo con su
mision de órdcn , a1>cnas so habian r eunido e n la vÍSilera

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20 REI'OLUCION Dll }'RANCIA.
algunos piquetes, sin embargo C(ue man ifestaba sus sim-
patías por el pueblo, y el disgust{) que le causaban las
provocaciones de losGua•·dias municipales. A pesa r de esto,
á las nneve de la mañana se oia en casi todas las calles el
toque de generala; era pues de presumir que iba á tener
lugar una solemne man irestacion de la milicia ciudadana.
Ta l era, en la mañana del 23, la situacion respectiva
del Gobierno, de la Guard ia nacional y del pueblo: el
primero contando con la fuena y decidido á usarla, <•que-
Ha dispuesta á secunda •• la iniciativa del pueblo, y este
preparado por una especie de instinto á emprender y aco-
met.er á todo, sin que tan grave delenninac ion :;e revelase
por otro ind icio qne la inqu ietud y la agitacion . Es digno
de ootarse q ue desde este momento la oposicioo, llamada
constituciona l , se habia ocull.ado, colocándose en segun-
da linea, pa ra desaparecer mas larde .
m movimiento princit>ió en el arraba 1 de Saint-Denis:
bácia las ocho de la noche una multitud de trabajadores,
vestido:; con blusa y armados ll e picas y enormes pa los,
cercaron la puerta de Sai11t-Denis; torcieron y arrancaron
algunas barras de la reja que defendía la puerta; y en
seguida descendieron por la calle de Beaurega•·d, blan-
diendo sus palos y ba rras : en su tránsito p•·ocuraban apa-
gar los mecheros del gas y al llegar á la calle de Saint-
l'hilippe intentaron levantar una barricada. A consecue'n-
cia de esta tentativa , un a batería conducida por artilleros
de caba llería se situó en el boulevart de Bonne-Nouve/!e,
en el centro de un destacamento del regimiento 52 de línea
formado e9 cuadro, que habia pasado alli toda la noche
con el arma al brazo sufriendo una lluvia abundante. Tres
carros cargados de forraje ¡• un Ciljon de municiones des-
tinados á la caballería estacionada en el boulevart y ca-
lles inmediatas, llegaron en frente de la puerta de Saint-
Denis: el ataque comenzó en este punto, y esta lucha que
concluyó tan sangl'ienta, principió por un incidente bas-
tante bmlesco.

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!3 DE FEBRERO. il
Efectivame nte, estos carros habían sido protegidos por
mucho tiempo por fuertes destacamen tos del 62 de linea ;
pero bien fuese porque la disciplina se hubo r elajado, bien
por cualquiera otra causa, los soldados habían perdido su
severodad; así es que los trabajadore s se metieron entre
las folas, subióronse sobre los cajones y montaron las mu-
las de los carros. llabiendo llegado poco despues la órdon
uo retirar estos carros , que embarazab an el bouleoor·t y
que habían sido la ocasion de que desde por la mañana se
aglomeras~n tan considerabl es reuniones, retrocedier on
cao·gados de numerosos invusores, que se encaramab an
sobre tan extraiios carros triunfales: los soldados de la
escolla seguían riéndose á los héroes de esta inesperada
ocasion hasla lo alto de la calle de Saint-Eiienne. En aquel
punto se unieron á estos rao·os triunfadore s unos sesenta
hombres con blusa , precedidos de un tambor batiendo
gcucrala, y bajo las órdenes de un individuo con burba
larga, que ag¡laba en el aire una bandera lricolor: reuni-
das las dos turbas, recorrieron sucesivame nte muchos
calles invitando :i levantar barricadas.
Por·o serian cerca de las diez y media, cuando un pique-
te de gmu·dias municipales de infantería, coonpucslo de
cincuenta hombres, penetró por la calle de Clcrg y desa-
lojó á lodos los que eslaban guarecidos detrás de las bar-
ricadas: por espaciado una hora las colisiones se renova-
ron en cada una de las barricadas erigidas entre el &ou-
levart y las calles de Saint-Dcnis, Montmatrc y los Mcr-
caclos: a poco ralo fueron ocu1>ados todos estos puntos por
fuerzas considor¡oblcs, desplegándose casi al mismo licm-
po y en número no menos imponen le en el arrabal do los
Mcr·ccrúos, en doudc desdo poa· la maiiana se babia notado
grande agiL1cion: habiausc colocado en cslc punlo di ro-
ren les piezas de arlillería, y mulmud de centinelas csca-
lonndos de distancia en distancia prolegian á los que iban
lo 1wovecrse; o·ccor,.icndo oh·os Itas ca lles pno·a im pedir flll O
se formaseu corrillos. Apesar do todo csl~, y al paso c¡ue

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22 USVOLUCION DE l~ RANCh\ .

las tropas destruían unas barricadas, formáhansc otras


en d iferentes puntos : así es que á la una del d ia las m;os
fuertes y mejor eonstruid<1s ento·c el Temple , y la Clllle de
Saint-Martiol, est.a bao defendidas por algunos centenares
de j óven es : el punto de mayor resistencia se hallaba en
la calle de Twnsnonain; habianse establecido barri cadas
en la calle de Jcar~-Robert, en la del Oimetiere-Saint .....
Nicolas, y en las de Jllontmorency, Chapo11, Gmvilliers,
illichel- le -Comte y Grenier-Saint- Lazare.
En Lodos estos puntos el entusiasmo del pueblo dió lu -
gar á escenas de resignacion y de valor. Cilarómos solo
algunos hechos en tre los muchos que dieron a conocer e l
irresist ible é impehtoso a rroj o de los combatientes, y ese
;ldmio·able instinto de iniciativa, pel'[>l)tua he rencia del
pueblo parisiense.
Una compañia de tropa de línea qu ería tomar por asalto
la bar ricada c¡ue se ba bi a formado en la calle de Saint-
llfa,·tin; un jóven de quince años salla por encima de la
bafl'icada , se cobre con una bandera encamada que lle-
vaba en la mano, hincase de rodillas, y dice á los soldados
con voz resuelta : «T-irad, siquereis:" á imitacion de este in -
trépidoj óven saltan todos los que estaban detrás de la bar-
ricada, y colocándose delante de los fusiles gritan : " l1e1·id
• <i v«est?·os ltemtanos, si os a~reveis, he-rid á los paism1os
"indefensos. • Los soldados q ue ya estaban apu ntando,
lo1•antan sus armas y rehusan hacer uso de ellas: esta-
llan entonces por todas partes numerosos g ritos de ¡ Viva
la t•·opa de línea !
He aquí oto·o h echo semejan te :
En u no de los tumultos que tuvieron luga o· en el bollle-
vart de la Boune-Nouvelle fue detenido u n jóven, y con -
d uc ido á un cueqlo de gu(ll'd ia, establecido frente d el
Gimnasi(\; reúnense en aquel sitio los compañeros del pre-
so en gran mull itud, p idiendo s u libertad á go·a nd es vo-
ces : los soldados amenazaron bacer fuego , ~ cuya accion
todos los jóvenes gritaron á la vez:- « ¡Poco nos importa!

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!3 llF. FE11RllRO. !3
cu mplid vuestro deber, nosotros h.arémos el nuestro. • En-
tonces á pesar de las bayonetas escalan la faelwda del edi-
ficio: penetran por una .ventana, libertan al prisionero ,
desarman á los soldados , descargan los fusiles al aire, y se
los devuelven gritando desaforad amente: ¡ Viva la tr·o¡¡a
de línct• ! Todo el mundo aplaudía ma ravillado de un acto
tan heróico coruo generoso.
En cuanto á los sentimien tos que animaban á este pue-
blo tan valiente, los si¡;oienles hechos soo mas elocuente s
que lodo cuan to pudiera decirse:
En la loma de las Tullerías el pueblo halló en la capilla
un Crucifijo de magnífica escullura ; lodo el mundo se de-
licue y lo saluda; un disc.ipulo de la escuela politécnic a
les dico: • Am igos mios, ved ac¡uí á nu estro Seiior."
Entonces el pueblo toma el Crucifijo y lo lleva en proce-
sion solemne á la iglesia de san 1\oc¡uc: á su paso decían:
• Ciudadan os, descubrí roo, saludad ,¡Jesucris to: "y todo
el mu ndo su inclinó con r·eligi o~a vcneracio n.
Cuando los guardias municip~leosuspcndieron el ruego en
el Carrousel, algunos hombres, exalLados por el combate,
c¡uerian vongarse en estos instrumen tos del poder; poro
bion prpnto la exa ltu cion do Jos vcnccdonls~e convirtió en
sentimientos de union. Un paisano¡;ri!aba sin cesar: • liJan
• muerto á mi hermano en el Palacio lleal ~ es menester
•que yo mate á alguno.-A cualquier a c¡uc males, res-
" pondió un Gua rd ia naciona l , será hermano tuyo tam-
• bien. • y estas palabras sublimes extinguier on todo cspi-
ritu de venganza .
Entre tanto, una numerosa roun ion do doscientas 1í
lrcscicuta s per'Sooas, q ue se lHtbia formado en la plaza del
l'tlllleoll, descendió por la calle do Saint-IUal'tÍil r·eclutand o
nuevo gentío en su marcha y le,•antand o barricada s, prin-
cipa lmcnto en el arr·aba l de Saint-Antoine, en cl!Jal'ais y
J¡¡ Cité, donde sucesivamente habklllSidocdilicada s y des-
truidas: así es <¡ue, en vez de reducirse , se extendía mus•
y mas el camJlO de batalla.

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24 UEVOLUCION D8 ~UANCIA.
Sin embargo, h:lcia la una cesó la lucha en varios pun-
tos; empezó á difund it'se la voz de haber ca ido el mini s-
terio : la tropa de lin ea descansaba sobre las armas, gri-
tando que todo estaba concluido.
Entonces empezó á descubrirse de un modo claro el ca-
rácter del movimiento popular: no era un simple motín>
ni menos una insurreccion; sino, si asi puede llamarse,
una revolucion moral , que el gobierno había provocado,
y bajo la cual iba á sucumbir .
En efeclo , en la Cámara de diputados reinaba una emo-
cion indecible á consecuencia de las lamentables escenas
que l·enian lugar en todo París: á cada instante se pre-
sent.aban nuevas peticiones contra el ministerio y á favor
de la reforma : de proolo se anuncia ;que quinientos na-
cionales de la cuarta legion, sin armas, iban á entregar
una pelicion á M.M. Cremieux y Marie; pero que estaban
deten idos en el puente de la Co1rcordü' por u o destacamen-
to de la décima legion y los cazadores de caballería: al
instante salen los dos diputados, se colocan en medio del
circulo que habían fo rmado los Guardias nacionales, y re-
ciben una peticion concebida en estos términos :
«Señores diputados, los infrascritos , ciudadanos del
"cuar·to distrito, dec laramos para rendir horneuaje á la
"verdad y á nuestras conviccio nes personales, esta r d is-
• puestos á sostener en las filas de la Guardia nacional su
«d ivisa de Libe1·tad, ótden ¡Jríblico, y á tomar las armas
« bajo las órdenes de nuestros jefes para mantener el ór-
" deo y la tranqu ilidad; pero la mbien manifestamos ex-
• presa men te que ue ningun modo sercírnos dere,nsores de
• un mi nisterio corruptor y corrompido , cuyos actos y po-
" lítica rechazamos con toda la rucrza de nuestras conv ic-
"ciones, dando nuestros votos para su pronta acusacion
ce é inmed iata caída. »
Al recibi r ~Ir. Crcmicux la peticion , diri¡;ió á los Guar-
dias nacionales la alocucion siguiente:
"Queridos conciudadanos, vosot1·os sois los pr·orcctores

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23 DE FERRERO. t :j

" dul Ól'dOn públ iCO y de la libertad: a VOoOII'OS OS lOCa

• poner lérmioo , en cualguier punto donde cs!.alle la lucha


• á la'efusion desangre entre vuestros hermanos, paisanos
• ó soldados¡ porque los soldados, lo mismo qull el pueblo
• son tambien vuestros hermanos. Temeis q uo vueslro
• concurso aparezca como un consentimiento {o la dctesla-
• ble política ¡ os he :oconsejado que present:orais peticiones
" a la Cámara, manifest-ando vuestra opinion como ciuda-
• danos, y q ne des1>ues os colocarais en las filas como
"G uardias nacionales. Acabo de recibir estas peticiones ,
• y voy á exponerla s en la tribuna. Enlre t.anto, id á don-
• de quiera que haya colisiones , restableced el órden y
« la paz: 1el ministerio está herido de muerte, la Guardia
• nacional ha pronunciado su sentencia l.· .. 1'
Unánimes y numerosa s :oclamaciones acogen estas ialli-
mas palabras, que justificaban los sucesos en aquel mismo
momento.
Bfectivamentc , uno de los diputados de París , Mr. Vn -
vin, dirigía en la Cámara al ministerio las siguientes inter-
pelaciones:
• Hace mas deveinle y cuatro horas que afligen g1·3vcs
" desórdenes á la capital. La poblacion notó ayer con t1·istc
• admiracion la ausencia de la Guardia nacional: este sen-
• limiento era lanto mayor y mas doloroso, cuanto que se
"sabia que el lunes por la tarde so había dado la órden de
"convoca da. ¿Serü, pues, cierto que en la noche del lunes
• al martes rué revocada la órden de reunirla? Hasl.a ayer
• á hos cinco no se ha oi:lo el tambor en algunos barrios
" para reunir á los nacionales En todo el din la pohlacioo
.. de París ha estado ¡obandonada en medio Je los pel igt·os
" que la rodeaban , sin la protcccion de su milicia ciudada-
• na. Tristes y funestas colisiones han tenido lugar; y hO)'
"Llia no tcmlriamos nosott·os <1ue deplorarlas , si, desde el
« principio de los desó rdenes, se hubiese visto en nucs-
• lt·as wllos y plazas cs.1 Guardia nacional, cuya clivis~ e~:
• Ordm Jlliblico , Libtrlacl.

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10 bE VOLUCIOll DE FRANCI>\ .
• Sobre un hecho tan grave y tnn desgraciado , espero
• que los señores ministros nos den algunas explicacio-
• nes. •
Algunos aplausos salieron de la oposicion, losdemas mur-
muraron. l\lr. Guizot, que estaba sentado en el banco de
los ministrvs con Hebert , Salvandy , Jnyr , Dumon y
Cunin-Grida ine, se di r·igc hacia la tri buna: su actitud
es lr·istc,sumirada no expresa aquel fuego ni aquella se-
guridad que lecaracleriznba:
• Señores, dijo creo que no será ni conforme al interés pú-
• blico , ni á propósito para la Cámara , el entrar en este
• momento en debate alguno sobre las interpelaciones que
• nos acaba de dirigir el honorable preopinante.
• El Rey ha llamado en es le momento a 1 señor conde de
• Moté .... "
Numerosos aplausos sa len simultanearn ente de alg unos
bancos y de una rle las tribunas. Mr. Guizot continua con
voz allerada:
• La inlerrupeion que se me acaba de hacer, no innu-
• irá para que quite ni añada nada a mis palabr~s. El Rey
• ha hecbo llamar en este momento al conde de Motó , pa-
• ra encargarle la formacion de un nuevo gabiocl~. o
Concluidas estas palabras, los diputadosdejan sus a sien-
Los; algunos miembros del centro se acercan á Mr. Guizot,
y le apostrofan con gran energía.- • ¡Esto es imperdonable!
• le dice u no.»- • ¡Esto os abandonar la mooar·quia!
~ l'•ii:tde otro. »
l~stos hombres, dueiios porlanto tiempo del poder, qu()
solo habían sabido esplolarlo, sin cuidarse de rortalcccrlo
ni hacerlo beneficioso y popular, estaban mas aterrorizados
11ue el mismo Guizot.
Respecto á los miembros de la izquierda, dirígian arectuo-
samente la palabra á aquel ministro derrocado por la GX-
plosion de la cólera popular· , y crcian que la cuesLion csta-
brr resuella con la r·cti radrr del rrrin isle ri o.
En medio tic lu agitacion pr·oducida por aquella declar:r-

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23 DE FEBRERO. 27
cion, se levanta M. Dupio para pedir se diese cuenta de la
determinacion que por lamaiiana se babia adoptado en las
secciones sobre la acusacioo del ministerio. M. Barro! apoyó
esta proposicion. Pero el gabinete y sus·amigos insistieron
en lo contrario , y se continuó la órdeo del dia .
La misma agitacion , el mismo desórden tenia lugar en
la Cámara de los pa res. Mr. d' AHon-Shée y ~Ir. de Boissy
renovaron las interpelaciones, dirigidas el dia antes sin
éx ito alguno; mas esto fué causa de que se produjese un a
de aquellas escenas violentas, que nunca se babian visto
e n esta Cámara. He aqui los detalles:
El co11de d' Alton-Sheé. - Suplico á la Cáma ra me
autorice para interpela r á los ministros sobre los graves
s ucesos que desde ayer ensangricntan la capital. (Sensa-
ciOII.)
El P•·esidente. - Present-ad una proposicion .
.Mr. d' Alton-Shée extiende su proposicion, que lec uno
de los señores secretarios, concebida en estos térmi nos :
"Se han verificado graves desórdenes; una agitacion
• general reina en la poblacion; ayer y hoy han tenido lu-
• gar lamentables colisiones entre la tropa y los ciudada-
« nos.
" Unos cargan la responsibilidad de estos esórdenes so -
• bre el gobierno, y otros sobre la oposicion. Suplico á la
«Cámara , en interés de la juslicia y de ·la verdad, me auto-
,, rice, si considera este momento opor-tuno , pa1·a interpe-
• lar á los señores ministros. Importa establecer por medio
"de un debate público y contradictorio, ante la cámara y
"ante el pais entero, la parte de responsabilidad que ha
«cada uno le toca. ce

"23 de febrero de l 848. »


• El conde n' ALTON- SnÉE, par de Francia. »

El m.arquts de Boissy. - ¿ Se puede apoyar la propo-


sicion antes que voto la Cámara?

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28 IIEVOLUCION Oll PftANCII\.
El P·reside11tc. - No 1 ¡Consultaré á la Cámara!
La Cámara decide por una grande mayoría que no se
oiga á Mr. D. Alton-Shée.
illt· ele Boissy.- Pído la palabra. {;Alórdcn! al órclen 1)
Ah-. de BoisSIJ. - i Pues qué! no soy yo tan libre como
vosotros? Pr esento una proposicion ( Interrupcion ).
Muchas voces. - i No! no! al órden !
Ah. de BoiSSIJ, con energia.-iCómo! seiiores, el re-
gla mento no os comprende como á mí! Presento una pro-
posicion con ínl<lr·pelacíones ! (Rumores.)
El Presidente. - Dadla pues .
.llr. de Boissy.- Héla aquí. ( Agilacicm.)
El vizconde de Flavigny, secretario, la lee:
• Considerando que ayer co rrió la sangre en diversos
pu ntos de la capital ;
« Considerando q ue hoy mismo el pueblo paris1ensc está
• amenazado de muerte y de incendio; de muerte por se-
" sen la bocas de fuego, provistas la mitad de metralla, y la
• otra mitad de ba las; que está amenazadodedevastacion y
"de incend io por cuatrocientos petardos; transportado
" todo con urgencia y precipitacion desde Vincenncs á la
" Escuela militar.. .. •
El conde de Tascher, inf.errulllpiendo. - Ilsto no es una ,
peticion de interpelaciones; no se puede tolerar .....
Air. de Boissy. ....:. Sciiores , pido que se lea , sin discu-
tir .... (¡ No! no! alórden : )
Los pares son .... (¡Al ó•·dcn! al órden 1}
( Un desórden extraordinario oe levanla en Lodos los
puntos de la Cámara; muchos pares d irigen al orador in-
terpelaciones que no ¡pudimos percibir, dirigiéndose pa-
labras acaloradas. Mr. de Boissy trat,1 de continuar ha-
blando, pero su voz es confundida con el ruido. )
El Presidente. - Mr . de Boissy , os llamo al órden: no
te neis la pa labra; tomad asiento.
Elmarqu.és de Boissy. - El reglamento se ha hecho para
mi como para vos.... {Nt~evos gritos. ¡

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!3 DE FEBRERO. ~~

(El desórden estalla con mas fuerza, todos los pare~


apostrofan á Mr. de Doissy. El presidente procura hacerse
oir.)
El marqués de Doissy. -Si se hace tanto ruido , me
vCJ'Ó obligado á calla1· ; po1·que no puedo luchar con-
Ira tantas personas que gritan todas á la vez: callaró
pues ....
Mr. Laplagt~-Barris.- Pues bien, callad.
El marqués de Boissy , voh•iéndose con prontitud há-
cin Mr. Laplagnc-Darris .- ¡Cómo que calle 1 (El •·u.ido au-
menta. ) No te neis vos el derecho de interpela rme de ese
modo. Ils el mnyor do los despropósitos. (La vo;:; del
orador se con(ut1de con los nuevos gritos ele: ¡Al órden! al
órden!)
El1110rqués de Boissy , con vigor.- 1Nol Aole la Cá-
mara y á la faz de mi país digo que desprecio las perso-
nalidades, y mas que á las persooalidudcs, á los que me
las d irigco faltándome al respeto. Se lo advierto á los que
me injurian.
ilfr. ck Mackan.- Vos no debeis hablar.
El marqués de Doissy. -Contestaré ó. Mr. de Macknn
que él no es el presidente, y que eso no le incumbe.
El Presidente, en medio de una agitacion imposible de
dcscribir.-No puede permiLirse que un solo individuo
falle al respeto á toda la Cámara.
El marqués de /Joissy. - Yo respeto ñ la Cúma ra; pero
de ningun modo r()Speto á los q ue so pormilcn d irigi¡·mo
pcrsonulidadcs.
Tengo el honor de pedir á la Cámara ...... (No /no! vos
110 tetaeis la palabra ! A1 orden! al orden 1)
1>1 Presidenle.-Scn tarse, Mr. de Doissy, no leneis vos
la flD labra.
Jllr. <le Flaviany. - llo aquí las conc lu siones de la pcLi-
cion de Mr. d() Uoissy:
• Tengo el honor du pedir á la C•imara el permiso de di-
·• rigir interpelaciones al gabinete sobre lJ situacion de la
2

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30 1\EVOLUCION DE FRANC IA .

• Ca pila! 1 y mu y parlicularmcnte por· que no ha reunido


• uras pronto la Guardia nacional.

Firmado. - IJIARQUt::; DB BOISSY .


par de JI rancia .
l'arís . 13 d~ (Pbrt•m de~ 848.

l'resiclclltc. - ¿ Estñ a¡JOy;~da la demanda ?


o· AltOII Shée. -Lo está .
l'resitlente. - f>.S preciso que estó apoyada por dos
mi embr·os ( Siltmcio ).
Como la pr·oposicion no es apoyada ¡>or· dos miembros ,
110 ha luga r a tratarse de ella.
Pasado este incidente , la Cámara , cuyn cmocion aun
no se ha calmado, pasa á la órden del día , á la discusion
del proyecto de ley sobre la expropiacion ror¿ada en las
Colonias.
En el ex terior de la Cámara, hasta entro los mismos
q ue comlutian 1 mcchos creían resuella la cueslion con
la caída del ministerio. En erecto, el anuncio de la caída
do los ministros llenó de gozo á todos los grupos 1 el cua l
se com unicó á todas las clases de la socíedud 1 siendo una
manifiesta reprobacion del sistema que por tanto tiempo
<•br·u mara á la Francia. En los botolevarts , en las calles,
en todas p:or·tes corría de boca en boca la noticia. llnsta las
:mtor·idncles, empeza ndo á conocer la n ecesidud de poner
li n ll la asitacion que se había apoderado de la poblacion
1,arisicnso, enviaron con algunos piquetes de tropa ollcialcs
ele estado mayor, anunciando en alta voz á los s rupos el
vuelco del ministerio.
En todas partes se aplaudía y todo el mundo se bailaba
c•quivoca do con respecto á la trascendencia y al incremen-
to que había lomado aquel movimiento, que Ilesa ha ya
.i tener un increíble desarrollo. Totlo esto 1 la C<Juivocacion
t•n u nos y la rucrza siempre crecicnlc del otro , se debía
espcciul mcnle ¡í la acmud pasiva de l:t Guardia n.•cional

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!J DE FEnttERO . 31

en nlgunos puntos, y en otros ú su inlervencion concil ia-


dora. Así puede con razon revindic ar por su inteligente
cooperacion duranto esa jornada una parte de la gloria
que acaso iba á colluar sus cspe1·an zas hasta sobrcpuján-
dolns. Pudiera formarse una idea exacta de la complic a-
cion y mecanismo de aquella fuerza de resistencia qul'
obraba cont m la autorida d conside rando que el pueblo
era la espada que heria , la Guardia nacional el brazo que
ayudab a al movimiento de la espada, y el todo pertenc cia
á 1111cuerpo, q ue al paso quo en todas partes se manircs -
t"b,,, eu ninguna era visible.
Algunos hechos tomados á la aventur a demostr arán la
pa1·tc que ntaiie á la Guardia nacional en el movimento.
Unos cuatroci entos Guardia s naciona les de la décima
legion se reunier on en la calle del DrQ{JOn. Llegó su co-
rono! á caballo , y en una arenga que les hizo, dijolcs
que ostaban convocados para restablece•· la conlianza. Un
suardia nacional salió de las filas, y declaró quo se reu-
nían para hacer r espetar las propi ededes y establec er la
paz y la confian za; pero que lejos de manifes tar con acto
alguno adhesion al ministe rio, tenian inlencion tle recla-
mar la roforma. Apeóse el coronel á fin de vencer la rc-
solucion do los demás; pero s •·itó un o á su lado: ¡ Vive• la
reforma! El coronel hizo ademán de a¡>Oderarsc ue él, po-
ro los demñs se opusier on, haciénd ole observa r que no
podian prender á Ul\ Ciudada no por haber dadO \10 SI'Í(O
que ollos mismos estaban dispuestos á secunda r.
Por otro lado ha llábase reunido en el pórtico de la
Opera un batalton do la segunda legion. El comand ante ,
dirigióse á los Guardia s naciona les diciend o: que su intcn-
• cion era tic contrib uir por su parte á hacer respola r con
'
su auxil io la propiedad y el órden ; pero que no quot·ia
acndir á defc•'dc r al ministerio. lnlerrum pióle Utl guardia
nacional diciend o: - l\o estamos ac¡ui para hablar do
polilica -Muy al contrar io, contestó el comamlanlc.
Todus los clrmús le di eron la razon inmcuiatamcnt c y se

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3~ nEVOLUC!ON DE !'RANClA .
pusieron en marcha al grito de ¡ Viva la rc{rmua 1 grito
que iba á ser la señal de reunion durante aquel día.
Por último en otro lugar, en la plaza de Pctits Peres ba-
llabase ele plan ton medro escuadr·on de coraceros el cual
se disponía á cargar sobre ciudada nos, cuando un capitan
de la séptima legion se interpuso sable en mano diciend o;
i Alto! Nadie avance pues estamos aquí ¡¡ar·a defender el
órden, y en tanto que aqui estemos no daréis un paso. De
todo respondemos sin vuestra interven cion , pero si ade-
la nlais harém os resistencia. •
Al oir esas nobles palabra s , el escuadr on volvió grupas.
Así pues, los cuerpos de ejército , infanter ía, caballería
y artillería puestos en el caso de tener que luchar con la
Guardia nacional, no podían hacer otra cosa que pasar del
abatimiento que les infundí a esa lucha fratricida á la irre-
solucion; de este modo artilleros, infantes y ginetes, todos
iban á ser destrozados por el furor del pueblo, y ese hu-
racao vengador no debía parar hasta despues de tomadas
las Ttdlerías.
Un de¡Jlora blc acontecimiento apresur ó una solucion
que nadie preveía . Aunque en algunos puntos se hubiese
en cierto modo hccbo una suspension de hostilid ades, en
otros continu aba el tiroteo. Los curiosos llenaban las calles
y las ventana s, presenciando por interval os escenas ter-
ribles. Llegó la noche, y para reempla zar á los faroles de
gas, los numerosos grupos que recorda n las cal les grita-
ban : ¡llwninad 1 ¡Iluminad! ¡ Viua la reforma 1 Uno de di-
chos grupos se dirigió al boulevart de Capuccins, aglome-
rándose .delante del pala cio de Negocios extranjeros, cuan-
do de improviso se abren las puertas de dicho pa13cio, y
se forman en batalla unos piquetes de tropa de linea, ha-
ciendo fuego por pelotones contra ol paisa naje . Caen he-
ridas por las halas muchas persoM s, cuyos cucr·pos se
colocaron en dos carros y pasearo n aquellos lúgubre s des-
pojos por diferent es barrios á los gritos de: ¡Venganza que
acaban ele a·sesinCII' ci nuestros hermcmos! Y cuando la lttcha

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23 DE FJ;RRERO. 33
casi estaba sofocada en todas partes, se reaviva en las ca·
lles de Transnoain), de Rambuteau, en la Cite, en el barrio
del !.!creado y la plaza de G1·eve, en cuyos diversos puntos á
las doce de 13 noche se oía aun el tiroteo. Tocábase llamada
en las calles, y á rebato en algunas iglesias; de suerte quo
en el mismo instante en que la lucha parecía llegada ;, su
lórmino, se preparaba todo á empezada de nuevo con
mayor encarnizamiento.

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llEVOLUCION DE FRANCIA.

24 de Febrero.

A la mañana del !4 el Comiti elecloral democrático es-


parció la comuuicacion siguieule:
• llaca ido el ministerio: muy bien.
• Pero los últimos acontecimientos que han conmovido
"la capita l exigen para otras medidas q ue se hao hecho
" ind ispensables la alencion de todos los ci udada nos.
o Una rnanifestacion legal anunciada desde mucho tiem-
" po, ha ca ido de repente en una amenaza liberticida arro-
• jada desde lo alto de la tribuna por un ministro. Se ha
• desplegado un inmenso aparato de guerra, cual si el ex-
• lranjero se hallase, no dir6 á las puertas de París , sino
• dentro de la misma capital. m pueblo generosamente
• conmovido y sin armas ha visto rolas sus filas por los sol-
• dados y ha corrido la sangre de héroes.
« En tales circunstancias, como miembros del Comité
"ele~toral democrático de los distritos del Sena creemos de
"nuestro deber recordar en alta voz que las ga rantías de
« libertad descansan segun los términos de la Carta en lO·
e dos los ciudadanos organizados en Guardia nacional.
• En varios par ajes hemos visto á los soldados detenerse
e con noble tristeza y fraternal emocion ante el pueblo
• desarmado. En efecto, ¡cuán sensible hade ser para unos
«hombres de honor la alternativa de faltar á los deberes
"d() la disciplina, ó dnr muerto á ciudadanos. La capita l
e de las ciencias, de las nrtes, de la ind ustria y de la ci-
• vil izacion , en u'na palabra Pads, no puede ser el ca m-

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3¡;
24 Dll FF.OI\EI\0.
e~ as: prne -
• pode batal la desea do por las tropa s frunc
la
bao toma do, pu es con-
• ba do ello so ve en la actitu rl que
" dena n el papel c¡ue se les ha impu esto.
decid ido cua l
• Por otra parte la Guar dia nacio nal se ba
ista, y es cierto que
• debía en ravor del movi mien to reform
obten ido sin erusio n de sang re,
e el rcsul lado se hubie ra
aber habid o por parto del minis terio una provo ca-
« á no h
bruta l apa rato de tropa s.
• eioo direc ta, resul tante de un
bros del Comit é elect oral domo -
• Por lo tanto , los miem
nen á la firma de todos los ciuda dano s la
• crálic o propo
" pctic ion sigui ente :
• Cons idera ndo:
sion do las
• Que la aplicacion del ejérc ito á la reprc
digni dad de u n
• turbu lenci as civile s , es a tenta toria á la
lidad del ejérc ito;
• puebl o libre y hasta á la mora
órden y n e-
« Que en esto hay inver sion del verda dero
• gativ a perm anen te de liber tad;
"Oue el solo rec urso a la fuerz a es un c r·im
en contr a el
"der echo ;
homb ros va-
• Que es injus to y bárba ro oblig ar á unos
limie nto del debe r milit ar,
• lieotc s á elegi r entre el cump
• y de los de ciuda dano ;
prcci saruc nlc
• Quo la Guar dia nacio nal fue instit uida
y para la sa lvagu ardia
"par a garan tir la paz do la ciuda d,
• de las libert ades de la nacio n;
da de la
• Que solo á ella perte nece distin guir In a;onn
• rcvolucion;
ue el pueb lo
• Los ciuda da nos abajo firma dos, piden q
incor porad o en la Guar dia nacio nal.
"ent ero sea
.
• Piden la disolucion do laG ua rdirt muni cipal
ativa ment e que en adela nte
• Piden que se decid a legisl
lcnrse el ejérc ito en sofoc a r las turl.> ulen-
" no pod rá Olllp
elect or, dele-
• cias c i.•iles. • - Firm ado: - A. Griru ard,
S" do del OCLIIVO clistrilo :
lrilo.
Luis Blanc , elect or, dc lcg.,d o del scgun dodis
undé cimo dis-
Dav id ( d'Ang ers) , electo•·, deleg ado de l
trito, ' y miem bro del lnslil ulo.

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36 UBVOLUC ION 0 1~ FJ\.\NCI:\.

Martín (de Strasbourg), elector, delegado del décimo -~


distrito, antiguo diputado. !
Dttrand Saini--Amand, elector , delegado del primer
distrito.
Felix Pyat, delegado del octavo distrito.
Gren heiser , capitan de la tercera legion , delegado del
tercer distrito.
Vainier, capitan de la cuarta legion, delegado del cuar-
to distrit{).
Flaguette, elector municipal, delegado del cuarto distrito.
Uecurt, capitan de la octava legion, elector, delegado del
octavo distrito.
V. Gellée , elector, delegado del nono distrito.
Thaumier, elector, delegado del nono distrito.
L. Manduit, elector, delegado del undécimo distrito.
~r. Goudchaux, elector, delegado del segundo distrito .
Darbier, elector, delegado del décimo distrito.
Laurea u, ca pitan de la séptima legion, delegado del
séptimo distrito.
Dauphin, capitan de la séptima legion, elector, delega -
do del séptimo distrito,
Destourbet, capitan de la séptima legion, elector , de -
legado del séptimo distrito.
J. Dastidc, elector , delegado del séptimo di,;trit{).
Hovyn, comandante de batallon de la tercera lcgion ,
elector, delegado del tercer distrito.
Víctor ~rasson , elector, delegado del undécimo distrito.
De La Chatre, elector, delegado del pt·imcr distrito. l
Ccrceuil, capitan de la octava legion, delegado del octa-
vo distrito. ~
Pot· otro lado la cuarta legion de la Guardia nacional ha-
cia ci rcular la sigu iente ·¡
DECLAL\ACION.

" Los abajo flrmados , pcrtcnccioutcs t11cl os á la Gttu'd ia

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2' DE FEDREBO. 3i
r • nacio n1l, decla ramo s que en medio de la conm
ocion de
• la capit al, habiéndose tocado llamada y reclam
ado nucs-
« Ira reuni on, como defensores del órden , vamo
s á reuni r-
• nos para ir á donde sea necesnria nuestra prese
ncia para
• evit.ar la efusion de sangr e; pero al mismo tiemp
o, co-
• mo lll"ol<lctores do la libert ad, decla ramos que
.,_ • reunion no tiene absol ulame ote por objeto
nuest ra
aprob ar la
• política ministerial ni interi or ni exteri orm ente,
ni da t·
• apoyo algun o á un ministerio que reprobamos,
al contr a-
• rio, con toda la energ ía de buenos ciudadanos
.
• No delibe ramo s c.;t.ando sobre las arma s, sino
que da-
• mos á conocer nuestro modo de pensa r antes
de acudi r
• á nuestros puestos.
• París !3 ele febre ro de 1848. •
Difund idas y comentadas en todas parte sesl-a scom
unica -
ciones en el inslan te en que igualmente se difo
odia la re-
lacion de la espa ntosa carn icer-ía de la nocbe ·delno
te del
palacio del ministerio de negocios extra njero s,
produ jeron
en la much edu mbre una improsion difícil de descr
ibir. La
víspera babia disposicion á content-arse con un
completo
cambio en la marc ha polilica, con la disolu cion de
la Cáma -
ra y con la s reformas pedid as¡ pero todas las notici
as que
iban llegando hacía n estos medios de satisfaccion
roas y
mas insuficientes. La lucha , al parec er, debía
camb iar de
aspecto. París tomaba el mirar amen azado r y
la voz ter-
rible de un pueblo al cua l insu rrecciona un solo
sentim ien-
to, y en todos los puntos de la inmen sa ciuda d
resonaban
los rapto s do cólera , seiia l precu rsora de una crisis
solem -
ne.
A med ia noche, M. Molé anunc ió al Rey que 110
se veía
con posibilidad de reu11ir un ministerio que corre
spond ie-
se á las exigencias de la situacion. Al. Tb icrs se
dirigió á
las 1'ullerias y aceptó la 'presidencia del conse
jo con M.
Odilon Barrot por colega en el interi or y M.M.
Duvergier
u'llaur·:r no e, de Rcmu sat y el ¡;eneral Lamoricicr
e como
¡1artes de esta corubiuacion. Al propio tiempo
el ,1/onitot·
3

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38 REVOLUCION DE FltANCIA.
public:aba dos decretos tan pronto dados como retirados,
nombrando al mariscal Bougeaud, comandante superior
de los Gua rdias nacionales del Sena, y general en jefe de
las !ropas de linea de la primera division militar·. Pero ha-
bía pasado ya la hora de las concesiones. Durante la no-
che se habían hecho inmensos preparativos de ataque
y de defensa, y París ofrecía un espectáculo formida-
ble. Obstruidas se hallan todas las calles con bani-
cadas enormes hechas con baldosas y ca rnraJeS, desde
el B01ileva•·t de los Italianos basta la puerta de Saint- Denis.
Los á rboles de los Boulevarts lodos se hab..an cortado,
derribáronse todas las columnas, y quilaronse los sellos á
lodos los asientos, y los combatientes guardan las desem-
bocaduras de las calles.
Pero aun son mas imponentes los preparativos desde la
calle de Saint-Denis: toda la anchura del Boulevao·t se ba-
Ila obstruida por una barricada sólida como un muro; otra
barricada todavía mas alla é im penetrable defiende la erl-
lrada de la ca11e, y otras se escalonan á trechos en el Bou-
levart hasta la Bastilla y por ambos lados de la puerta de
Saint-Denis hasta la Ghapel/e y la orilla del agua.
Estos direrentes prepar<Jtivos se llevaron á cabo sin nin-
gun obstáculo de p(r rtede la tropa alineada á lo largo del
Boulevart con el arma en descanso y mirando de lejos sin
moverse. La fisonomía de los soldados es triste y taciturna
y en ella se ven pintadas la incertidumbre y la ansiedad .
Ninguna agresion se intenta contra la tropa, la cual
tampoco pa rece dispuesta á empeña e la lucha .
Pero en otros puntos se notan ,algunos empeños. Sábc-
se que desde la eatástrore del boulevart de Capuccir1s, ni
un momento se ha interrumpido la lucha en los barrios de
Saint-Denis y Saiut- Jllao·tin.
Pronto las tropas desembocan en el mismo Bortlevart á
la altura de la calle de Jllontmart¡·e, y se ve ser un desplie-
gue de luerzas coosider·ables. Ap;u·ecen succsivamcnlc
Cawdorcs de Vürcemws, Dragones, cazadores de tropa de

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2~ DE FEUfiERO. 39
linea. Esta empeña un fuego de pelotones, contra los de-
fensores de la barricada construida á la entrada del arra-
bal.
A las ocho desfilan las tropas hácia el boulcvart de Samt-
Dcnis donde se efectuan mas mortíferas refriegas. Síguese
levantando barricadas , y el pueblo se proporciona armas
y municiones, en~ todas partes pelea, y en todas se muestra
sublime.
A las nueve difúndese el rumor de que han mediado
parlamentos. Crúzanseinnumerables oficiales de ordenan-
za en el camino de palacio.
No tarda en saberse de positivo que se han hecho pro-
posiciones, y se han resuelto nuevas concesiones.
Estas noticias reciben confirmacion oficial ; y llega á los
JJoul<Wat·ls la órden de suspender las hostilidades, é inme-
diatamente ta: tropa de linea se echa los fusi les al hombro,
y desfila al paso regular por delante del pueblo, que la sa-
luda con repetidos¡ vivas! Cierra la marcha la Gua rdia
nacional y es saludada tambien con entusiasmadas aclama-
ciones.
Al propio tiempo otra comitiva bajaba en direccion
opuesta por los 1Jouleva1·ts. Divisase á i\1. Odilon-Barrot, uno
de los jefes del ministerio designado, rodeado de Horacio
Vernet en uniforme de oficial de la Guardia nacional ;
Osear Lafayetl.e, Quin ette y otros varios miembros de la
Cámara de dipntados. Oyese una confnsagriieria, y la mul-
titud se precipita hácia el cortejo, el cual toma lad ireccion
de la calle de SaillJ;-Dc11is para ir al llotel de ville; pero se
detuvo en ft·eote de una barricada.
Los que acompañan á Odilon-Barrot tratan de abrirle pa-
so; pero la muchedumbre lo resiste.
Mr. Odiloo-Banot quiere hablar, mas solo puede pt·ofc-
rir estas palabras : ¡ Amigos mios ! nuestros comunes
esfuerzos han triunfado ! Hemos reconquistado la liber-
lacl , y lo que es mas la probidad ! Su voz es soforada
por los gritos. "No basta esto , hado á menudo se nos

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40 Rl>VOLUC!ON DE FRANCIA.

ha engañado • es la respuesta que sale de todos lados. En


esto se adelanta un hombre con ademan enérgico , y hace
notar que las concesiones llegan muy tardías . Enton-
ces Odilon- Barrot •·etrocede por donde vino, y se declara
limpiamente el carácter de la insurreccion por los gritos
que llegan á sus oídos. ~
A las diez y media se esparce y fija en las esquio.as la si- ·-1
guiente proclama :
" Ciudadanos de París!
• Se ha dado la órden de suspender el fuego; el Rey acaba
" de encargarnos la formacion de un ministerio : l..t Cáma-
• ra será d1suelta; se hará una apelacion al pais: el gene-
• ral Lamoriciereq ueda nombrado comandante de la Guar-
« d ia nacional de París.
" Los señores Od ilon-Barrot, Thiers, Lamoriciere, Du-
" l'ergier d' Hauranne son ministros.

¡ Libe¡·ta4 1 Orden 1 Reforma!

Firmado: - Odilon-Barrot.

La anterior proclama es de~garrada en un instante, y


prosigue la insurreccion. La mu ltitud se dirige por el Pala-
cio real y la plaza del Carrousel á las Tullerias.
A las doce algunos diputados llegan á las 'fullerías á
dar cuenta del estado de la Capital esco ltados por el pue-
blo, y son introducidos en la plaza del Cat-rou$el por ede-
canes de la Guard ia nacional ; en cuya plaza había á la
sazon varias cajas de víveres y municiones, pa ra algunos
escuadrones de coraceros y pa ra diversas tropas, las cua-
les presentan una actitud triste y abatida.
ce En palacio todos estan sumergidos en una verdadera
afiixion . Muchos generales ocupan los salones , piden
noticias; pero ningun medio proponen para salir del apu-
r o. Estan presentes á mas vn rios miem bros de enll-.ambas
Cámaras. M.M. T hiers, de !..asteyric, Dupin, Emilio Gi-

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La ramilie real.

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24 DE FEBRERO.
rardin , van llegando sucesivamente, y el último de estos
determina al Rey á firmar su abdicacion.
Fijan la siguiente proclama :
" Ciudadanos :
• Abd icacion del Rey;
• Regencia de la Duquesa de Orleans;
• Disolucion de la Cámara ;
" Amnistía general. »
Pasados algunos instantes se esparce por e! Cm'rousel
la nueva de la abdicacion ; pero á la sa·zon los Guardias
mun icipa les apostados en la plaza del Palais-Royal, hacen
fuego á los grupos y á la Guardia nacional que desem-
bocaba hácia las Tullerías..
Desde este instante se hacia inútil cualquieratentat>vade
conciliacion. Pronto el pueblo y la Guard ia nac·i onal se
presentan en la plaza de CarrottSel. El Rey se adelanta ha-
cia ellos y quiere hablar; pero. le interrumpen con gritos
de colera : pierde el color y se retira. Atraviesa el Jardin
por la parte que está junto al rio, con un numeroso acom-
pañamiento de caba lleria y artillería. Al través de losar-
boles desnudos de sus hojas podia desde la calle de Rivoli,
contempla rse aquella triste comitiva. Llegado que hubo á
la pina de la Concordia, arrojó el Rey una última mira-
da á ese palacio de Tullerías q ue no debia volver á
ver jamás. Estábale aguardando un coche de pobre as-
pecto; al cual subió , y se dirigió á Neu lly, de donde vol-
vió á sa lir con su familia para Versalles , de ahí á Treport,
y por último á Inglaterra.
Eran entonces las dos de loa: tarde .
Entretanto la tropa habia fonnado en la plaza de Can·ou-
sel á lo largo de los muelles adyacentes y en torno de la
Cámara de diputados. Pero del todo desmoralizada por el
influjo de unos acontecimientos tan maravillosos, que se
sucedían con una rapidez inconcebible, dejábase invadir y
penetrar por numeo·osos g rupos de paisanos que llegaban
éon bandera al frente ; y hasta muy pronto por órden de

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.U REVOLUCION DE FRANCIA.
sus generalesabandonóelterreno, conservando una actitud
sumamente regular y pacifica , y regresó á sus cuarteles ó
á sus acantonamientos acompañándola por todas partes los
gritos de ¡Viva 14 tropa de linea 1 Viva la artillerla !
En aquel entonces la verja frontera á la calle de Casti-
glione fue derribada juntamente con dos pilares, y las olea-
das del pueblo casi al mismo tiempo llegan á las Tullerias
por el patio y por el jardín. Todo es invadido, pero nada
devastado; se respeta religiosamente basta aquellos obje-
tos mas fáciles de ocultar: En el aposento de la Reina se
encontró un cofrecito y joyas, y lo llevaron á la prefectu-
ra; ese pueblo digno:de admiracion conoce que está alli por
habérsele negado justicia , no por niogun motivo do vil
interés; vino á vencer, no á saquear.
Ese increíble desinterés no será la última virtud de que
dara ejemplo. En el mismo instante en que se invadieron las
Tullerias ten ia lugar e ola plaza de Ghateau-d' Eau, de-
lante del l'alais- Royal, un encuentro en el que el gene-
ral Lamoriciere recibió una ligera herida en la mano. Allí,
como en todas partes, el pueblo triunfa, pero los vencidos son
hermanos, bien lo sabe , y los heridos inmediatamente son
conducidos á los hospitales por entre los vencedores , que
se alinean silenciosos y se descubren las cabezas con res-
peto delante de las angarillas en que yacen tendidos aque-
llos soldados, víctimas de un deber mal comprendido.
Lo mismo que los aposentos de las Tullerías,son tambien
invadidos los del Palais-Royal , y se arrojan por las ven-
tanas á u o patio los muebles; á los que se juntan los coches
reales, que se habían traído de las caballerizas de la calle
de Saint-Tomas-<lu-Louvre: todo se arroja á las llamas.
Durante este auto de re, unos hombres del pueblo lleva-
ban en la punta de sus armas letreros que decían: ¡Mr1erte
á los U.drones ~ y unos empleados improvisados regish·aban
á todos los que salían do los aposentos reales.
Rcspetáronse los cuadros do la Galería de Orlcans;
pero los sofás , los sillones dorados, los pr ociosos muebles

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24 DE FEBRERO. 13
del salon de Honor, van al ruego sin compasion; y las pa-
vesas, los llecos y las plumas , arrebatadas por un 'iento
sudoeste, llegan hasta el barrio de l'oissonniére.
Al propio tiempo, mientras la tropa de linea se retirab«
de todos los puntos y desfilaba por el Boulevart regresando
á la MagdclCiine á los gritos de¡ Viva la línea! que despe-
día mezclado orHre sus fi las el pueblo, los soldados de
la g uar·d ia del palacio de negocio extranjeros , viendo
aquel concierto y avenencia, se decidieron á evacuar el
palacio. Dos oficiales de la Guardia nacional que se halla-
ban presentes se apresuran á poner de pl•mton un centi-
nela, que eligieron de entre el paisanaje, para dcrender la
entrada de dicho palacio y proteger los importantísimos
archivos del ministerio. En una de las hojas de las puertas
se escribió con lapiz en letras muy gruesas: Palacio del pue-
blo, y on oll-a hoja : P·ropicdad nacional; y alindo se lljó
un cartel que decía: Ttenda para alquilar.
Al mismo tiempo el pueblo daba su último adios á la
monarquía en una de e.o;as grandiosas y poéticas inspird-
ciones, de las cuales los ~rabajadores do Parí& siempre han
sabido sacar erectos de un carácter vivo é inesperado.
El pueblo, despues de haber quitado de la sala del trono
el sillon dorado lo llevó en brazos hasta la plaza de la Bas.
tilla. Nada mas cxlraordioario qoc ¡1quclla marcha trionr.,l
á lo largo do los Boulevarts , al través de las ba rl"icadas ,
al son de una C!lja de goerra ~ocando á la carga y de cím-
balos quG tocaban el mismo monótono toque, acompañado
de tlll tropGI dG combatientes qu<l casi todos llevaban oro-
peles arrancados en los guarda ropas y de las colgaduras de
los ;~posen tos.
Al llegar al pié de la columna la comitiva, conservando
el mayor órden, dió vuelta á la verja. En seguida los que
llevaban el sillon lo levantaron encima del pedestal de
mármol blanco, mientras que varios paisanosdelacompaiía-
miento SGag,.upab:m al rededor, y qu e los roús•cos tomaban
lugar en el só~a lo, in;)lediatamcntc eucima del sillon do-

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44 RBVOLUCION DE FR.\NCJ,\,
rado. Bntonccs se pegó ruego ¡\In paja amontonada. deba-
jo, y muy pronto en medio de las aclamaciones de la mu-
chedumbr e que llenaba la plaza al ruido de las descargas
de millares de fusiles, el úllimo a;iento de la monarquí a
'luminaba con sus reflejos la inscripcion que consagra esa
olr·:r justicia del pueblo, tan nl pida y tan firme, al paso
que t:JO pronto olvidada .
La lucha babia terminado en todas partes.
El pueblo y la Gua rdia nacional aseguraro n la victoria
con su fraternal acue rdo. ·
-
La E!<eucla politécnica participó de todos los riesgos y
de todas las glorias de la jornada.
Tres milltuane nses y Bavrenses, tray endo grandes abas-
tos de s uerTa y ll egados aqu ella nliliíana por el camino de
hierro, tomaron parte en el com bate y en el triunfo de
parle de la poblacion de París.
A las dos el triunfo del pueblo en las calles era completo
y en todas las paredes leíase el siguiente cartel :

\'OTOS DEL PUEBLO .

Reforma para totks.

Amnistía general¡ -los ministros exceptuados y pues-


tos en :rcusacioo
Der·echo de reunion consagrado por una próxima mani-
festacion. - I nmediu la disolucion de la Cáma ra, y convo-
cacion de asambleas primarias.
Guardm urbana á las órdenes de la municipa lidad.-
Abolicio n de las leyes de sctiembre .-Libcrta d de la pala- ~·
bra ; libertad de la prensa ; libertad de pelicion ; libertad
de asociacion; libertad de eleccion.
Reforma electoral. Todo Guardia nacional es elector y
elegible. - Reforma parla menta ria. Retribucion á los dipu-
tados. - Los empleados publicos á sus destinos. - ncrorma
de la Cámara de pares. No mas nombramienl{) real , ni he-

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24 Dll 111l11RERO.
r encia arisklcrática. -Reforma administrativa. -Garan -
tías para lodos los funcionarios y empleados contra el abu-
so de las gracias y de las influencias.- Respeto á la pro-
piedad¡ pero asegurad o el derecho del trabajo. -El trabajo
asegurado al pueblo.
Union y asociacíon fraternal entre los dueños industria -
les y los trabajad ores. -Iguald ad de derechos por la edu-
cacion dada en kldos los hospicios. -Sa las de asilo. -Es-
cuelas rurales y escuelas urbana s.- No mas opresioo y
explotacioo de la infanci a.- Libertad absoluta de cultos.
Independencia absoluta de conciencias.
Proteccion para todos los débiles, como las mujeres y
los niños.-P az y santa-Al ianza entre todos los pueblos.
- Abolicion de la guerra, en la q ue el pueblo sirve do
pasto al caíion. - Independ encia para todas las naciona -
lidades .- La Francia protecto ra de los derechos de los
pueblos débiles. -EL ÓROKN CIMB:-lTADO EN LA LIBER-
TAD.
FRATERNIDAD UNIVERSAL!!
El drama no obstante sil!uió en la Cámara de diputa-
dos.
A ¡Jeoa r· de haberse anunciad o una reu nion en sesion
pública durante tres hor·as, des.ie la una Mr. Sauzel ocu-
paba el sillon de la presidencia.
En el exterior las inmediac iones de In Cámura por el la-
do izquierdo erno del lodo accesibles. Hallábase impe-
dido el paso del puente, lo mismo que el de la plaza de la
Concord;,, y un fuerte destacam ento de caballería ocupa-
ba el extremo del puente, y la esquin a del mue lle de Tu-
Herias.
En el interior del palacio se mostraba grave y solemne
el aspecto de la asamble a . Los diputados cooserv; odores in-
quietos y tu rbados, preguntan á las personas que llegan de
fuera, y al parecer se convenc en de que su causa está
perdida.
A eso de la una y media el l'residenl.o so vu elve de im-
3.

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.\6 DEVOLVClON DB FRANCIA
proviso hácia las puertas laterales, cual si esperase la lle-
gada de algunas personas de fuera. Do repente so esparce
la voz en las tribunas de que va á presentar se la Duquesa
de O.-! caos en compañía de sus dos hijos.
Los diputados entran atropellad amente en la sala de
sesiones , y son en número de unos trescientos. El banco
ministerial se ve enterame nte desierto. ·•
Obsérvase movimiento hacia la puerta del corredor de
entrada; y en efecto causábalo la Duquesa do Ol"leaos,
quien dcspues de la partida de Luis Felipe, se presentab a
en medio de la asamblea , donde entró llevando por la
mano á sus dos hijos el Conde de París y el Duque deCbar-
tres. Acompaiiában la los Duques ele Ncmou rs y de Mont-
pcosicr con algunos oficiales superiore s. Tanto la Duquesa
como sus hijos llevaban trajes negros, y se senlaron:e n el
hemiciclo , al pié de la tribuna y fronteros á la Cámara.
Detrás ele los tres se mantienen en pié los Duques de Ne-
mours y de Montpensier. Varios ciudadano s que entraron
al mismo tiempo en la Cámara se colocan al pié de la tri-
buna.
De todas partos salen voces do:- 1Silonciol silencio!
Mr. Dupin sube á la tribuna.
El Presitknú . (a los dipuladcs, qtuJ permane~n t«los en
pié) . Señores, senta rse.
Ah·. Dupin.- De las manifestaciones que ban tenido lu-
gar· ha resultado la abdicacion de S. M. Luis-Pelipe, quien
al propio tiempo ha declarado que deponía el poder y de-
jaba la libre tronsmision en la cabeza de S. A. R. el
Sr. Conde de París, con la regencia de 1a Sra. Duquesa de
Orleans. ( A¡J!ausos en algunos bancos).
Sciiores, ' 'uestrosap lausos, precioso testimonio en favor
del nuevo Rey y do la Sra. Regente, nosoo los primeros que
esta ha obtenido; pues acaba de atravcsnt· á pié las Tulle-
ri¡rs, la plaza y el puente en compañía de sus dos llij os ,
y cscolwda por la Guardia nacional.
Una vo.z. - Es demasiado tarde. '

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M ue Famneno. 17
J/r. Ou¡Jin.- La Princesa está convencida de cuanto le
impone esta mision, penetrada de un profundo sentimien-
to do interés público, y confiada en el apoyo de la nacion .
Seiiorcs, es necesario que el voto solemne de la C{,mara
y del país se manifieste por un acto.
MiontnlS aguardamos el acta deabdicacion, que sin duda
va á traernos Mr. Od ilon-Darrot, propongo que la Cáma1·a
dé acta de las aclamaciones que acaban de oírse, y dis-
ponga su insercion en el proceso verbal de la procla-
macion del Conde de París por rey de los Franceses, con
b regencia de la Sra. Duquesa de Orleans. ( Muclws diri-
ae•• la vista lldcia el duque de Nemours, y se oyen alou-
nas aclamaciones.
¡Jfucl~<•s voces. -¡ Silencio! No 1 no 1
Aft. Ot•Jiill. -Seüores, vuestr·as aclamaciones son un )Jro-
cioso testimonio para el nuevo Ro y y para la Sra 1\cgento.
( /luido y agitacion).
La Princesa comprenderá lo que le impone esta mision ,
penetrada como se halla del sentimiento de interés pú-
blico y confiando en el voto nacional.
1\lr. Arago (Manuel), colocado al pió de la tribuna, di-
rige con viveza la palabra á los diputados, y discute con
Mr. Sauzct, c¡ue le niega la palabra.
Presidente.- Antes de conceder la palabra á persona
algttna, cua lquiera que sea, recuerdo q ue eo nombrQ do
la Cúnw ra, y sobre la proposicion de ntr·. Dupin, debo clo-
clarar: que, atendida la abdicacioo fiel rey Luis Fel ipe y
las aclam:rciones de la Cámara, esta proclama ,rey de los
Franceses al Conde de París , bajo la regencia de su au-
gusta n{:adre.
Mr. Maríe sube á la tribuna.
Mr. de Lamarlioe sube lambicn á pclicion de llll gran
número de sus colegas y de las tribunas.
El !'residente. (En medio c/c! bullicio).- Mr. de Lamur-
tino, propone que la Cúmara suspenda sus deliberaciones
hasta dcspucs de la partida de la real f<tmilia.

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4.8 1\BVOLUCION DE FRANCIA .
Es un deber que tenemos que llenar.
La Duquesa de Orleuns y sus hijos ,despues de algunos
instantes de incertidumbre, suben á las gradas superiores
del centro, cerca de la puerta ,!el fondo, donde se bailan
rodeados de Guardias nacionales.
El general Oudinot, en med io del tumulto pronuncia
algunas palabras, que se pierden por causa del ruido.
Penetran en la Cámara un sin número de ciudadanos,
y algunos van á sentarse en medio de ruidosos b•·avos al
lado de los d ipu tados de la oposicion, donde encuentran
ansiosa acogida .
El P·r esidente.- El hemiciclo se halla obstruido. No pue-
do hacer otra cosa que invita r á salir de la Cáma ra á las
personas extrañas. Que se respete á la asamblea: señores,
servios despejar; es imposible que en este instante nadie
pueda usar de la palabra. ·
Ah·. Marie. (con{uP.7·za).-Pido la palabra (;Sí,si ,!ta-
blad! -Algunos diputados. - i Mr. Od ilon- Barrot! Mr. Odi-
lon-Barrol!)
Afr. Cremíeua;. - \'endrá Mr. Barrot, pero que hable
Mr. Marie.
Ah-. lJiaríe. -Señores, en la situacion en que París se
encuentra, no teneis que perder un momento en tomar
alguna medida que sea eficaz para la poblacion. Desde
esta mañana la insurreccion ha hecho inmensos progre-
sos; y si se ta rda un instante mas,¿ quién sabe lo que su-
cederá? Acaba de proclamarse á la Sra. Duquesa de Orle-
ans; sin en~ha r·go, tenemos una ley que declara regente
al duque de Nernours. Hoy no podeiJlos hace r una ley. No
obstante, es fuerza proveer algo y poner al frente de la
nJcion un gobierno provisional{Aplausos) . Pido pues que
se lastituya un gobierno provisional (Nuevos aplausos).
Luego, este proveerá, y de concierto con la Cámara, ten-
dril autoridad sobre el país.
¡]fr. Getloude.- Pido la palabra .
illr. C?·emieux. En interés de la salud pública es necesaria

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24 OE FEBRERO.
una gran medida : importa que wdo el mundo se ponga de
acuerdo para proclamar un gran principio, y asegurar al
pueblo vencedor sólidas garantías. No bagamos como en
1830, puesto que lo q ue entonces se hizo ha sido preciso
volverlo¡\ empezar en 1848 (¡Muy bien! Aplau$OS enlll$t·ribu-
'TI'lS.)
lnstiluyamos un gobierno provisional, no para arreglar
el porvenir , sino para roan tener el órden ¡Muy bien! muy
bien 1)
No podemos hacer mas en este instante (¡No! No ! Pro-
feso el mayor respetQ á la Duquesa de Orleans (¡Bravo!) y
hasta acabo de acompaña r la familia real hasta el coche
que se la ha llevado.
U11a vo.z. - ¡ Ouen viaje ! (Murmullos).
Ah'. Orem'it~tiX. - El pueblo de Paris ha dado muestras
del mas profundo respeto por la desgracia del Rey ; pero
nosotros que somos llamados á este sitio para hacer leyes,
no podemos abl'ogarlas. Ona ley volada dispone ya de la
regencia, y no admitQ que pueda en este instante ser re-
vocada.
Crcedme: toda vez que hemos llegado al punto de sufrir
una revolucion , confiémonos al país. Propongo pues un
gobiemopt·ovisional compuesto de cinco miembros.
Nmnerosas voces m las tribunas. - i Aprobado 1 Apro-
bado!
¡J/r. de Gcnoucle. Nada hay sin el concurso del pueblo.
En 1830 no llamaslc is al pueblo, y ya veis lo que os suce-
de. No será hoy lo mismo.
Ah. Odilon-1Ja¡1·ot. Jamás, señores, hemos necesitado mas
sa ngre fria y patriotismo. Oja lá que todos permanezcamos
uuidosen un mtsmo sentimiento de salvar el país de la
plt•ga de una guerra civil.
Ciertament-e las naciones no mueren ; pero se de-
bilitan con sus disensiones int.estinas.
l\unca como ahora ha necesitado la Francia de toda su
fuena y grandeza. En semejante situacion nuestro deber

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li0 REVOLUCION DE ~'RANCIA.
está trazado , y este nos impone unirnosú cuanto existe de
mas generoso en el corazon del pueblo. La corona de juiio
descansa en las sienes de un niño y de una mujer· (Viva
adhesion en la mayoria. de la Cámara. -Protesta$ en las tri-
bunas.)
Es un llamamiento solemne .....
La voz del orador es interrumpida. La Duc¡uesa de Orlcans ,.
se dispone á tomar la palabra ; pero solo se pueden oi r
estas expresiones: «Aquí tengo mis hijos.... • sofoca su voz
el ruido, las personas que la rodean la obligan á sentarse;
poco á poco se restablece el silencio y lllr. Odilon-Bcwrot,
que no ha abandonado la tribuna , prosigue .
En nombre de la libertad política, y sobre todo en el de
la necesidad de órden; en nombre de nuestra un ion y con-
cierto en las presentes difíciles circunstancias, pido al pue-
blo que se una en torno de sus representantes de la revo-
lucion de Julio.
Cuanta mayo r g randeza y generosidad debe haber
en realzar la pureza y la inocencia , con mas valor se
ad herirá el pueblo. En cuanto á mi me consideraré muy
felíz en consagrar mi existencia y cuanf.as facultades tengo
en este mundo al triun fo de esla eausa que es la ver·da-
dera libertad de mi patria (Aplausos en el Centro.
illr. de la.Rochcjaquelcin.-Pido la palabra.
J]h·. Odilon- Ba!Tot. - ¿Acaso se querrá volver á poner
en cuestion lo q ue quedó resuello por la llevolucioo de
Julio? ( ¡Muy bien! Muy bien!)
Señores, l.•s circnnstaocias son árd uas, convengo; pero
la nacion encierra la les elementos de g randeza, de ge-
nerosidad y de recto juicio, que estoy convencido de c¡ue
basta apelar á ella para que el pueblo de París se levante y
ag rupe en torno de este estandarte (¡Si! Sí ! )
Aquí tenemos los medios de asegurar ·al país lod<t
la libertad á que tiene derecho , de concil iado con !odas
las necesidades deórden , de reunir todas lasfúerzas vivas
do este país y de atravesar gr·andcs pm ebas c¡ue le es tan re-
scrvndas.

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:U DE FEBRERO . ~~

Esto deber es sencillo, trazado por el honor y por los ver-


daderos intereses del país; si no sabemos llenarlo con
firmeza, persever ancia y valor, ignoro cuales pueden ser
las consecuencias. Pero estad persuadi dos, como d ije al
principio, que el que tiene valor para tomar sobre sí la res-
ponsabilidad de una guerra civil en el seno de nuestra no-
ble Frnncia, este es culpable en alto grado, es criminal há-
cia su patria y bácia la libertad de la Francia y c.lel mundo
ent~ro (¡Muy b~n! ). En cuanto á mí, no quiero cargar
con semejant e responsabilidad.
La regencia de la Duquesa de Orleans.
Un ministerio elegido entre las opin iones mas proba-
das.
Y además el llamamiento á la nacion, la cual se declara-
rá con toda libertad dentro de la senda lega l.
Esto es lo que conviene á la siluacion; á lo menos tal es
mi opinion, y repilo que no cargaré con la responsabilidad
de otra sittucion .
Mr. de la Rochcjaq uelein, que se había sentado con
.\Ir. Bcrryer, Crcmieo x y otros varios diputado s en un banco
de los que de ordinario ocupan los ministros, subió á la tri-
buna y dijo: - Respeto profunda mente el acta que aca-
ba de comunic árseos; pero quiero mostrar al respetab le
Mr. Odilon-BarroL, que no tengo la loca pretension de ''enir
á eleva•· aquí una proposicion contrari a; sin embargo ten-
go derecho de hablar francam en te.
A la T:quier d4.- ¡ Es un poco tarde 1
Mr. de la Rochejaq uelein. -Acaba de comunicárscos un
acta sin autorida d; pues el Rey ha abdicado, aquí es ya
nada.
La voz del respetab le miembro se pierde en medio del
tumulto y gritos de: ¡Al órden!
Entonce¡¡ una tu1·ba de hombres armados , Guard ias
nacional es, estudian tes, trabajado res, etc. , penetra en el
s.1lon do sesiones y llega hasta el hemicicl o: algunos lle-
van banderas . Su llegada prodLICe u n tumulto sonora\ en

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1\BYOLOCION DE FRANCIA.
la asamblea. La mayor parte de los miembros que ocupa-
ban Jos bancos del centro 1 refluyen hácia los asientos su-
periores. Los gritos de: ¡Queremos la deslitucion del Rey l
La dcstitucio n 1 La deslitucion ! salen continuamente de los
que parecen jefes de la multitud.
Mr. diJ MorMy. Sr. Presidente 1 suspended la sesion ,
pero no la levanteis en estos momentos.
Presitknte. (Cubriéndose). Queda suspend ida la sesion.
Un orador extraño á la Cámara, Mr. Chcvalier , antiguo
redactor de la Biblioteca llistórica , escala la tribuna. -
Gritos y confusion general.
Señores, dice el orador, creed en la moderacion de mis
palabras {Rt•ido ). Vengo á proponeros el único expediente
que puede sacaros de apuros. Si querei:; salvar la situ a-
cion solo os queda un partido. Escuchad me: i guardaos de
proclamar sin derecho al Conde de Paris ; pero que la
Duquesa de Orlcans y el Conde de Paris tengan valor para
dirigirse á los Bottlevat·ts delante del pueblo y de la Guar-
dia nacional, yo respondo de su seguridad. Si el pueblo no
consiente en deferirles el poder.....
Voces de la multitud .- ¡Viva la república l (¡Sentarse 1
SCIItat·se /)
JI/r. Cilevallier . -Lo único que teneis que hacer en este
instante es darnos un gobierno, y esto ahora mismo: no
podcis dejar á una poblacion entera si n magistrados: esta
es la primera necesidad que urge satisfacer (El ?'uillo so-
foca lavo~ del orador ). Es preciso que el Conde de Paris
sea conducido d la Cámara.
Un miembro tk la Cámara .- Ahora mismo acaba de lle-
gu 1': aqui está.
Todas las miradas se dirigen á la parte superior del an-
fiteatro, en donde se babian sentado la Duq uesa de Orle-
ans y sus hijos. Bn el instante en que la multitud invadió
el sa loo , la Duquesa y los Principes 1 con los que losacom-
pai'iaba n , se salieron por la puerta que está en frente de
la tribuna.

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24 DE FEBRERO. 53
El corredor se hallaba tan lleno de gente, que la Duque-
sa se vió separada de sus hijos, quienes fueron recogidos
momentaneamente por un empleado de la Cámara. Para
facilit.a rles su evasion se les puso una blusa encima de
sus vestidos de luto. El Conde de París lloraba, y los que
le recogieron trat;¡ron de consolarle. -Yo sé bien porqué
ll oro, pero solo lo diré á Mamá.- Por último pudieron
reunirse á su Mari re, y jun tos salier·on por el jardín del
palacio del Presidente, y habi endo subido en un coche
fuér·onse á Neuilly, desde donde pud ieron ganar la fron-
tera .
Mientras tanto, la Cámara babia tornado uno de esos
aspectos que nos traen á la memoria las borrascosas :;e-
siooes de la Convencion.
El tumulto y confusion llegan al colmo.
Un ciudadano en traje de o6cial, que se dijo ser Mr. Du-
moulin, comandante de la casa de Ayuntamiento en julio
de 1830, sube á la tribuna y pone sobre el mármol una
bandera tricolor.
¡Señores! dice Oumonlin , el pueblo ha reconquistado su
independencia y su libertad hoy lo mismo que en ~ 830, ya
sabeis que el trono acaba de ser destruido en Tullerias y
arrojado por la vent.ana.
Cremieux, Ledru- Rollin y Lamartine, se presentan al
mismo tiempo en la tribuna. Una vo.z.- ¡No mas Barbones!
Caigan los traidores! -¡ Un gobierno provisional inmed ia-
t.amente:
Rumores, confusion. Vnrios diputados se retiran por la
puerta del fondo.
Mr. Ledru- Roll in- (dirig•ér1dose á la mult·itud) -¡En
nombre del pueblo de que sois representantes os pido si-
lencio!
Una vo:o del puebla. - iE!l nombre de Mr. Led ru- Rollin,
silencio 1
Mr. Ledm- Rollin. -Señores, en nombre del pueblo os
pido un poco de silencio.

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1\EVOLUCJON DE FI\ANCJA.
· Afr. Mauguin.-Sosegaos, tendréis gobierno prov isional.
Un hombre delzmeblo.- Un gobierno provisional.
.Mr. Ledru- Rollin, -En nombre del pueblo, en tod<Js
partes sobre las armas, y dueño de París, hágase lo que
se quiera (Si! sí!), vengo á protestar de la especie de go-
bierno que se ha venido á proponer en esta tribuna. (¡ Muy
bien/ muy Uen! aplausos en la multitud). Yo no hago una
cosa nueva como vosotros; pues en 4842, al discutirse
la ley de regencia, yo fui el único en este recinto que
declaré no poder hacerse dicha ley sin apelar al país.
(¡Es cie•·to! Muy bic11!)
Jlfr. de La l!ochejaquelein. - ¿Pues y yo?
Una vo.z. - i Sí! Mr. La Rochejaquelein tambienl
!Jfr. Ledru-l!oltin. - Acaba de hablarse ahora mismo do
la gloriosa revol ucion de ·1789, pero cuidado que los hom-
bres que así hablan de ella desconozcan su verdadero espí-
ritu, y no quieran respetar su Constitucioo.
En ·t794 , en el texto mismo de la constitucion se decla -
ró quo la asamblea constituyente ( a!ended bien} con po -
deres especiales no tenia derecho de hacer una ley de re-
gencia y que para esto debía apela•·se al país.
i}fuchas voces.-¡ Sí! sí! es evid.e nle !
Jllr. Leáru-Roltin.- Es el lexto de la conslitucion de
·179L
Por consiguiente, señores, hace dos di as que combati-
mos por el derecho; y si pre!endeis que un gobierno por
aclamacion, un gobierno efímero que lleva la cólera r evo-
lucionaria; si preteodeis, digo, que este gobierno existe,
COillbatirémos todavía en nombre de la constitucion de
·1791, que se cierne sobre el país y >obre nuestra h.istoria,
y quiere que se haga un llamamiento á la oacion para que
sea posible una ley de regencia.
Una vo.z. - Es imposible de otra manera.
Jllr. Ledru-Rollin.- Así pues, no hay regencia posible.
Muchas voces. - Ni la queremos.
A!r. Ledm-Rollin. - No l1ay regencia posible, tal como

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2~ DE FBBRERO. 55
acaba de ensayarse de establecerla de una manera en
verdad singular, y aun diré usurpadora.
¡Como, de repente y sin dejarnos deliberar , vosotros
mismos de la mayoría venís á infringir la ley que a pesar
de nuestros esfuerzos hicisteis en 1M2 l No lo quereis sin
duda : es un expedient~ c¡ue no tiene raíces en el país.
En nombre del derecho que hasta en las revolucio-
nes debe saber respetarse, puesto que solo en el dere-
cho está la fuerza, protesto en nombre del pueblo contr·a
vuestra nueva usurpacion ( ¡ Afuy bien! Viva M. Leáru-
Jio/li,. 1)
Ilabeis hablado de órden y de efusion de sangre. ¡ Ah!
la efusion de sangre nos conmueve, pues la hemos presen-
ciado roas de cerca que otro alguno. Pues bien, repito es-
ta declaracion: la efusion de sangre no puede cesar hasla
qu e esten satisfechos el principio y el derecho; y estos que
vienen del combate, se batirán de nuevo esta noche si se
desconocen sus derechos (Sí! Sí!)
En nombre de este pueblo, que lo es todo, os pregunto:
que especie de garantías nos da ese gobierno que entroni-
zabais óque tratabais no ha mucho deeneronizar? ( Aplau-
sos en la multitud).
Uno que está sentado en los bancos del centro en frente
de la tribuna se levanta y dice :-Declaro que las palabras
c¡ue aquí se han proferido ...... ( Interru¡>cion ).
Los diputados inmediatos á este último que habló le in-
vit.an á callar. -Nol no 1 grita, protesto ... ... ( Rt11>Wt ge-
neral ). El preopinante es llevado fuera del salon por los
cs[uerzos de los mismos diputados.
!llr. lJcttyet· (dirigiéndose á Mt·. Ledt'u- llollin ). 1 Apresu-
rad la cuestion 1 Concluid! Un gobierno provisional!
Mr. Lcdru-Rollin. Señores, hablando así en nombre del
pueblo, pretendo, repito, estar en mi derecho , é invoco
dos recuerdos ( ¡ Goncluíd ! concluíd ! ) .
En 481 5 Napoleon quiso abdicar en favor del Rey de
Roma. El país, que estaba levantado, lo r-ehusó.

'
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56 RBVOLUC ! ON DE F RAI'IC!A.
En t830, Cárlos X quiso abdicar en su nieto; pero el
pais se babia levan tado, y el país lo rechazó.
Mr. Berryer. - ¡Concluid! ya conocemos la historia.
i!fr. Ledru-Rollin. - Hoy dia el país se ha levantado , y
no podeis hacer nada sin consultarle.
Pido, pues, en conclusion, que se forme un gobierno
provisional (¡Si! si!), no nombrado por la cámara ( ¡No!
no!) sino por el pueblo. Un gobierno provisional y convo·
cacion inmed iata de una convencion , que regularice los
clerechos del pueblo. (¡Bueno 1 bueno 1).
(~fr. de Lamartine, que estaba en la tribuna , se ade-
lanta para hablar.)
Muchas voces. - ¡Lamartine! Lamartioe! ( Estallan
numc•·osos aplausos. - ¡Escuchad! escuchad!)
Mr. de Lamartine. - Señores, be participado tao pro-
fundamente como el que mas de los dolorosos sentimien-
tos que agitaban hace poco este recinto; presenciando
uno de los espectácu los mas tristes que puedan presentar
lqs anales huma nos , el de una princesa augusta preseo-
t ándose con su hijo inocente, y abandonando su palacio
desierto para venir á colocarse en medio de la rcpresen-
taci on del pueblo. (¡Muy bien! ¡muy bien!-¡ 01dl oid!
- ¡ No se ha entend:ido! retJetidlol)
Se pide que se repita mi frase, y yo os suplico oir la
siguiente : Oecia, señores, que habia participado tao pro-
fundamente, como cua lquier a de los que hay en este re-
cinto , del doloroso sentimiento que hace poco le agitaba.
Y con esto no hago distinci on alguna, porque la ocasion
no lo exige, entre la rep resenlacion nacional y la repre-
sentacioo de los ciudadanos, de todo el pueblo; y además,
este es el momento de la igualdad , y esta igualdad no
servirá, estoy cierto, sino para hacer· conocer la gerar-
quia de la mision que los hombres especia les han recibido
de su pais, no solo para apaciguar, si que lamhien para
dar la primera seña l del restablecimiento de la union y
de la paz pública. (¡Bravo! bravo 1)

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U DE J'EDIIEJIO. 57
Pero, señores, si he participado de esa emocion que
inspira el triste espectáculo de grandes inrorlunios, si be
participado de ese respeto q ue á todos os anima , cua lquie-
ra que sea la opinion que tengais en ese recinto, la mbien
participo vi,•amcnte del respeto que se merece este pue-
blo glorioso que combate hace tres dias por derrocar un
gobierno pérfido, y restablecer sobre una base inmutable el
imperio del órden y de la libertad (Aplausos).
No me bago yo la ilusion que se hacia hace poco en es-
ta tribuna; no creo que una aclamacion espontánea, ob-
tenida por entusiasmo y por un sen timiento público, pue-
da constituir un derecho sólido é inalterable, y un gobier-
no para 35 millones de hombres.
Es sabido que una aclamacion puede ser inval idada por
otra, y cualquiera que sea el gobierno que á la diserecion
y á los intereses del pais convenga establecer; en In crisis
en que nos hallamos importa al pueblo, á todas las clases
y á los que ban vertido su sangre en esta lucha, que sea
popula r, sólido é inmutable (Aplausos).
1Pues bien! Señores, ¿cómo lo haréis? i Cómo hnllaréis
las cond iciones necesa rias de semejante gobierno en me-
dio de estos elementos flota ntes, en esta tempestad en que
nos encontramos, y en donde en un instante puede una
oleada sobrepujar a la oleada que os ha conducido á este
recinto! ¿Cómo hallar esta baso inmutablo, b~jando al
fondo mismo del país, yendo ó. extraer, si a si pu ed() do-
ci rso; oste gran misterio del dorecho nacional , de donde
nace el órrlen , la verdad y la libertad? Por esto, en. \'CZ
de recurrir á estos subterfugios, á estas sorpresas, y á
estas emociones, de que, hien lo veis, tarde 6 temprJno
so arrepiente el país (¡Sí! sí!); porque cuando estas fic-
ciones llegan á desva necerse nada dojan sólido, perma-
nente, verdaderamen te popu lar, ni estable sobre el país;
por esto, os pido, os pido con todas mis fuerzas, lo que
ya hubiera pedido el primero en esta tribuna, si se mo
hubiese dejado subí r al principio do la sesion, os pido so

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J8 REVOLUCION OE FIIANC.IA.
forme un gobierno, no de necesidad, de órdcn público, de
circunstancias, un gobierno que restañe la sangro que cor-
re, un gobierno que detenga la guerra civil entre los ciu-
dadanos .... (Aclamaciones).
(Un hombre de entre la multitud, que estaba do pié en
el hemiciclo enva ina su sable diciendo : 1Bravo 1 bravo J ).
Jllr. de Lamartine. -Un gobierno que destr·uya eso fu-
nesto error que hacealgnnosaiios existe entre las diferentes
clases de la sociedad, que impidiendo reconocernos como
un solo pueblo, nos impide amarnos y abrazarnos (¡'Muy
bien ! muy bien J ) •
Pido, pues, que se constituya cuanto antes por derecho
á la paz pública, por el de .es1 sangre que ha corrido ,
por el de este pueblo ávido de gloria, por la lucha que ha
concluido en tres dias, pido que se constituya un gobieroo
provisional ( ¡ Bmvo! bravo! .... ). un gobierno que nada
prejuzgue de nuesh'os derechos, de nuestros r·esentimicn-
tos, de nuestras simpatlas, m ele nuestras iras, el gobierno
definitivo que plazca al país darse cuando sea consultado.
( 1Eso es! eso es ') Pido, pues, un gobierno provisional.
(¡Sil si!)
Nu-rosas voces.-Los nombres de los miembros del go-
bierno provisional.
i\luchas personas presc11tan una lista á M. de Lamarti-
ne.
Afr. do Lamar·tir~. -Esperad ! La grand e mision á que es-
tá llamado este gobiem o , se¡; un mi opinion , es: 1. • res-
tablecer el sosiego y la paz en tre los ciudadanos: ~.o adop-
tar al inslante las medidas necesarias para convocar y
consullar al pueblo enter·o, para consultar á toda la Guar-
dia nacional ( ; Si 1 si 1) al país entero, á todo el que posee
con el titulo de hombre losderechosde ciudadano (Arrlau-
sos rrrotongados ).
Otra palabra mas.
Los poderes que se ban sucedido desde cum·enla niios ....
( En est,c mom ento resuenan violentos golpes en la ¡ltlor-

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:H DE Fr;BREIIO. ;¡9
ta de unn tribuna pública, á poco cede la puerta , y pene-
tran multitud de hombres mezclados con Guardias nacio-
n:•lcs, gritando: •i Abajo la Cámara 1 ¡ ruera los diputa-
dos ! • Uno de estos hombres apunta su rusil en direccion
de la mesa. A los gritos de cqNotireisl no tireis! (es M. de
• Lamnrtine el q ue habla !) • retira el fusil.
El Presidente, que au n permanece en su asiento, r ecla-
ma el silencio agitando violen lamente la campan illa .
El ruido y el desórden adquieren cada vez mayor incre-
mento.
Ell'ruidenle.- Puesto que no puedo obtener silencio,
declaro concluida la sesion.
Despucs de pronunciar estas palabras, deja Mr. Sauzct
la silla do la presidencia.
Aqui concl uye la asamblea de la Cámara de diputados
pero el pueblo, armado de rusi les y sables, mezclado con
los Guardias nacionales y algunos diputados de la izquier-
da permanecen en la sala.
Dcspucs de algunos instantes de conrusion Mr. Dupont
( de !"E u re) sube á la silla de la presidencia: se ve rodea-
do de muchas personas extrañas á la Cámara.
) Ir. de Lamartine ¡:ermaoece en la tribuna.
Afuellas voces. - i Los nombres! los nombres de los
miembros del gobierno provisioual!
Mr. de Lama •·line se esfuerza en dominar el.alboroto; pe-
ro su oxhor·taciones no bastan pura ca lm arlo.
Algunas voces. - ¡Duponl (de I'Bur!l}l Duponl (dei'Eu r·e) 1
Otras coces. - Está en la presidencia. ¡Silencio! oíd-
le! (;Si! sil) .
.1/r. ele Lumartine, en medio del ruido. - Yoy á leer
los nombres.
Xrw•c•-osas voces. - ¡Silencio ! silencio!
A/r·. de Lam.artitiC. - Seflores, voy ti leer lo; nombres.
( '"·¡mido continua.).
¡Jf.A/ . Amgo, Camot.. .. (El clcs6n«m 11a siempt·e en au-
mmto).

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60 RBVOLUCJON DE PMNCIA.

M. S... - Mr. Du ponl (de l'Eure) va á nombrar el Go-


bierno provisional. (Bravos prolongados salen de todos los
bancos. )
Mr. Cl~vallier. -Si quereis que se haga alguna cosa,
dejad hablar!
Mr. Marian, diputado, á Mr. de Lamarlinc- i ~o aban-
doneis la tribuna!
Una vo.z. - i Escuchad , pues la proclamacion de los
nombres!
Un llmnbre armado d6 Wl{usil. - Pedimos que haya silen-
cio por un momeow ; nosotros queremos solamente oir lo:1
nombres de las per;onas que bao de componer el Gobier-
no.
Otro individuo.- Del silencio depend e la salvacion de
todos. Lo reclamo para que se pueda oir á M. Dupont ( de
1' Eure ).
UMvo;;. - ¡M. Duponl (de I'Eure) anle lodo!
Otra 1:oz. - ¡Viva la República!
Mu chas personas rodean á instan á M. de Lamartine pa-
ra que procure restablecer el órden pa ra hablar.
¡En nombre del pueblo , grita una de ellas, silencio 1De-
jemos hablar á l\J. de Lamartine.
Mr. de L11martine. -U u momento de silencio, Seiiores.
( El silencio serestablece al instante),
Seiiorcs, la proposicion presentada e¡ uo acabo dn n¡JO-
yar y á la que ha beis dado vuestro asenlimicnw con acla-
maciones, esta ya cumplida. Se va á proclama r nominal -
mente un gobierno ¡>rovisional (¡Bravo! bravo! - ¡Viva l.a-
tmlrtine!).
Enlre tanto, señores .....
Numerosas voces.- ¡ Nombrad los! nombrad los 1
Mr. de J.ama1·tine. -Se van á nombrar.
Despues de haber esperado algunos inslan les á que se
r estableciese la calma, l\lr. de Lamarline se retira delrás
de la tribuna.
Mr. Dumoulin sube á la tri huna y tr.tta de hacer:;e oir;

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M DE FEBRERO . Gt
pero el continuo ruido que hay en la sa la impide oir sus
palabras.
J,fr. Dumoulin (en 11ié sob1·e la mesa de los sec¡·etmios ele la
Cámara) . - Señores, se os pide un poco de silencio para
proclamar los nombres del gobierno provisional; si no hay
silencio nada oiréis, y no sabrémos á que atenemos. (¡ Si!
silencio!).
¡Jfr. Dupont {de l'Eure)- Seosp1·opone formar el gobiel'·
no provisional. (¡Sí! si 1 silencio !J.
Lostcu¡uígrafos. -¡Silencio! Se repetirán los nombres.
Mr. Dupont (de l'Eure). - Ved aqui los nombres (Si/m-
cio ).
.Muchas voces.- ¡ Nombrad los! decid los!
Mr. Dupont l(de l'Eu1·e). -Arago, Lamartine, Dupont
(de l'Eure), Cremieux ... ( lluiclo y agitacion) .
Jlfr. de Lamartine.- ¡Silencio, Seño res! Si se qu iere que
los miembros del Gobierno provisional acepten la misioo
que se les confia , es necesario al menos que sean procla-
mados. Nuestro honorable am igo no puede hacerse oir en
medio de tanto ruido.
Una voz. - Es necesario que se sepa que el pueblo no
quiere trono; sino república.
!lfw;has voces.- Acabemos pronto.
Una vo.z. - Sentaos , sentaos , vamos á sentarnos.
Ocupemos el l ugar de los que estaban vendidos .
Otmvo.::. -No mas Dorbones, un gobierno prov isionn l,
y despues r epública.
,)!!'. de la Rocl!ejacquelei11. - Ellos nos la robaron; v<iy3·
se lo uno por lo otro.
Una vo;;;. - Un momento de silencio, sino no harémos
nada .
Ot·ra vo,:;.- Pedimos que se proclame 1~ república.
ilh'. Dupont (del' Etwe) lee los nombres sigu ientes, c¡ue
son repetidos en alta voz por muchos taquigraros:
ilfr. Lmnartinc. (Si! si!)
~Ir. Lcclnt-Ro/lin. (Si! si!)

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62 RF.VOLUCION DE FRANCI.\.
ilh, Arngo. {Sí 1 sí 1)
Mr. Du¡Jont. (del' Eure). Si 1 sí!)
Una vo.z. - Mr. Burcaux de Puzy.
Mr, Dureaux de Puzy hace u o gesto negal.ivo.
Mt·. Dupo>!t (de 1' Eure) con tinua : Mr. Marie (Si 1 sí 1
no!
Algunas voces. - ¡Jorge Lafayette. (Sí 1 no 1 no/)
Much<1s voces. -¡La república! la república 1
Unava.z.- Es necesario que los miembros del Gobierno
provisional griten : ¡Viva la nepública ! antes de ser nom-
brados y adm itidos.
Otra voz. - Pido la destilucion de todos los diputados au-
sentes.
Una vo::. de ent•·e el pueblo .. - Es necesario que el Gobier-
no provisional se t1·aslade á la Casa de.la Ciudad. ,Nosotros
queremos un gobieroo sabio, moderado , sin sangre, pero
tambien queremos la república !
!Jfr. Bocage.- ¡A la Casa de la Ciudad , y Lnmartine á la
cabeza!
Mr. de Lamartine sale de la Cáma ra acompañado de un
gran núrnero·de ciudadanos.
Despues de su salida , contiouó el desórden en la mu lti-
tud, que quedód isemioada en los bancos, el hemiciclo y los
pasillos. M•· Leclr~<-Rollin.- ¡ Ciltdadanos ! babeis ejecu-
tado aquí un actog1·ave nombrando un gobierno provisio-
nal.
Voces cli·ver.sas. -¡ No lo querernos! - ¡Sí! sí ! es nece-
sario tener alguno !
Mr. Ledl'u-Rollin. - En las circunstancias críticas en que
nos hallamos, lo que todos los ciudada.nos deben hacer, es
guardar silencio y prestar atencion á los hombres que
quieren constitui1·se sus representantes. Por consecuencia,
escuchadme :
Vamos á emprender un acto grave : hace poco hubo
algun as reclamaciones :un gobierno provisiona l no puede
o •·ganiz,¡rsc ligeramente Qu creís permitirme os lea los no m-

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!4 DE FEBRERO. 63
brcs de los que segun paFece han sido proclamados por la
mayoría ? (¡Silencio 1 - Oid! oW!)
A medida que leeré los nombres, segun quo os corwen-
gan 6 no, diréis Si ó no (¡ Muy bien! Oid! ) ; y para hacer-
lo con algun-caráctcr oficial, los taquigraro s del Moni-
teur tomarán nota de los nombres á med ida que yo los vaya
pronuncia ndo, para que no podamos presentar á la Fran-
cia nombres que no bayan sido aprobados por vosotros.
( ¡lfaúlndl l•ablad')
DUPONT (dG 1' EurG) . (Si! St!)
A!IAGO. (Sí/ SÍ!)
LMIARTINB . (Si! $Í /)
1.6DRli-OOL LIN. (S i! $Í !)
GA IINI8R · I'AG8S (Sí/ SÍ /-No /)
»""RJB. {Sil si! - No ! )
CRElii8UX. (St r si !)
Una vo~ de entre la multitud. - Cremienx , si ; pero· no
Garnier-Pagés. (Sí ! sil- No!) Ha mnerlo el quG era
bueno!
OtrastJOC u.- ¡Callad! - i Alórdeu!
Mr. Ledru:.llollin. - bos que no quieran que levanten
la mano. {Nó ! no ! -Sil si!).
Pido aiiadir otra palabra : permitidm e, seiiores. El Go-
bierno provisiona l que se acaba de nombrar tiene grandes
é inmensos deberes que cumplir. Se vé pues precisado ti
levantar la ses ion y trasladarsG a1 seno del gobierno y adop-
tar las medidas necesaria s para que cese la erusionde san-
gre, y para que los derechos del pueblo sean respek1-
dos.
Mucll"a-st•oces.- ¡Si 1 sí 1á·la Cosa de la Ciudad 1·
Un alum110 de la escuela Politéc11ica . -Ya sabeis que al-
guno de ll>s miembros del Gobierno provisional no quiere la
1\epública 1Otra vez serémos engaiiaclos como en l.830.
J)fuchas voces. -¡Viva la república !
Otra vo;;. - ¡Viva la República y Mr. Ledru-llo llin! A la
Casa de la Ciudad ! á la Casa de la Ciudad!

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G4 llllVOLUCION DE FR.\NCIA.
Un jovet•. - ¡El centro del gobierno está aquí y no en la
Casa de la Ciu dad.
Mr. Ledru- Rollin se retira seguido de muchos ciudada-
nos.
La multitud que babia invadido la sala empieza á dismi-
nuir.
Un jóven , que parece ser estudiante , se esfuerza aun-
que en vano, en hacerse oír desde la tribuna.
Un ciudadano se sube sobre el mármol del la tribuna,
y blandiendo una arma, grita: ¡Viva la República! ;Parta-
mos para la Casa de la Ciudad!
Un jóven sub<J á la tribuna. - ¡ No mas lista civil !
Ott·o. - ¡No mas dinastía!
De pro oto un hombre llama la atencion sobre el gran r e-
trato colocado detrás de la mesa del presidente , que re-
presentaba á Luís Felipe prestando juramento á la Cart.1 ,
é inmed iatamente se oyen los gritos de: ¡Es necesario ras-
gado ! es preciso destruirlo!
Algunos de los que estaban subidos sobre la mesa inten-
tan dar sablazos al retrato.
Un obrero armado de un fusil de dos cañones , e¡ ue se
hallaba en el hemiciclo, gritó: « ¡Esperad! voy á tirarle á
Luís Fel ipe ! » Y al mismo in tan te salen dos tiros ( Gritos
diVC'I'SOS. )
Entonces otro obrero ~ube inmediata mente á la tribuna
y pronuncia estas palabras :
" ¡ Respetad los monumentos 1respetad las propiedades!
" ¿Porqué se bao de destruir? Porquó se han de fusilar
« los relratos? Hemos probado que es preciso no maltratar
« al pueblo; probemos La m bien que el pueblo sabe respetar
• los monumentos y apreciar su victoria 1 •
Estas palabras , pron un ciadas con energía y con una
verdadera elocuencia , fueron muy aplaudidas.
Apresúranse todos á rodear al obrero, y le preguntan su
nombre; él declara llamarse Teodoro Six , de oficio tapi-
ce r·o.

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2~ DB FEDnHno. 6ii
Todo el mundo se r etira, yéndose á la Casa de la Ciudad;
la sa la queda completamente vacía: eran mas de las- cua-
tro.
Muchos·g.-upos des-o1·denados, aunque sin mal tin, mul-
titud del pueblo, inquieto aun.por su tr iu nfo y desconfian-
do de su victoria, habían inundado la pl~za , las calles
adyacentes, las escaleras y las salas de la Casa de la Ciu-
dad.
La comitiva que sa lió de la Cámara tuvo que atravesar
!oda esta multitud ; e mpero el Gobierno, incesantemente
rodeado, interpelarlo, contradicho y amenazado, no pu-
do por mucho tiempo deliberar sino bajo la influencia de
una multitud armada , y del. ruido de las puertas q.ue ce-
dían á cada instante á los esfuerzos d e estas masas, cada
vez mas en aumento. En vano Mr. Crémieux, de La-
martine, Dupont (de 1' Eure) , Marie y Luis Blanc a re ngan
repetidamente á las masas ; en vano Mr. de Lamartine ,
en particu lar, hácia esfuerzos sobrenaturales para conte-
ner el desorden ; de nada servían su fuerza .física ni su in-
lluencia ..moral. Apenas se había conseguido algun r esul-
tado, cuando otra coluna del pueblo , a rmada con sables,
fusi les y b<~yooetas se presen taba de nuevo en la plaza,
rlcscar{l<Hldo tiros; esta se hallaba aun teíiida de sangre y
cubierta de caballos muertos. Poco despoes se .vió la plaza
cruzada por-multitud de camillas , donde el pueblo traía
los cadá-veres de los ind ividuos muertos en las refriegas de
las dos jornadas. Uoa sala de la Casa de la Ciudad estaba
ocupada po1· dichos cadáveres , y este especl.áculo era. el
mas p1·opio para excitar· e o el espit:itu del pueblo .l a ven-
ganza y la scd icion.
Sin emba rgo, la sesion continuaba : se había procla ma -
do el Gobiemo republicano, y el Gobierno pro,•isional ,
precedido por Mr. de La~1artíne , ú quien Mr. Dupont ( d0
1' llu rc) ced ió la presidencia, por no permiti rse lo su déb it:
estado, descend ió á lasgradas de la Casa de la Ciudad de-
l<~nte de la multil.ud . La p rcscncia_dc estos ciuthtdanos y•
.L

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06 REVOLt:CJON DI¡ FRAI\CJA.

de esiOs ministros foé acogida con numerosos gritos de: !


¡Viva Lamartioe 1 viva Dopont (de 1' Eore!) vivan los miem-
bros del Gobierno provisional! Mr. de Lamartino, despucs
de pronuncia r algunas palabras, en las qu e anunciaba al
pueblo el decreto mas sublime que jamás se ha dado en
nn cion alguna , en el instan!() mismo, en que aun se halla
ugitada por los combates que acaba de tener, lec el decr·e-
to de abolicion de la pena de moert.e por delitos políticos:
• Esto es, dice al concluir, esto es Jo q ue hará descender la
bendicion del cielo, cuya eficacia necesit.an las obras de
los hombres para ser eternas.
En este momento estalla un fuerte trueno, como si el
ciclo quisiese dar so sancion á tan sublimes palabras.
Despues de esta scsion al aire libre, el Gobierno provi-
sional subió á aqu()lla misma salad() ht Casa de la Ciudad,
q ue ha pres!lnciado tantos acto:; memorables de nu estros
g randes dramas revolucionarios, y por espacio do d os ho-
ras se ocu t>a en evacuar los innumerables negocios que le
rodean. Despoes baja solo Mr. de Lamarline con intcncion
de irse sin ser notado por una esquina de la plazn; t>ero
~ bien proniO es reconocido por la muiLilud y conducido en
triunfo hasta su casa; olli arenga por la última 'ez á !a
multitud, excitando todas sus virtud es, y diciéndole:; que
siempre que un gobiern o ó un hombre supiera conocer el
espíritu del pueblo francés, y d irigirse directamente y
con corJfianza á la virtud que Dios ha puesiO en sus ius-
tiniOs, no habria nada, por· grande que fuese, que no se
le pudiera pedir y obtener con certeza, sin miedo de ver-
se jamás desmentido por este pueblo.
Tal foé la jornada del 2i.

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:25 DE FEURERO.

2!) de Fcbrc1·o.

No era basLantc babor destruid o; so necesita ba tambicn


reedificar, y la reorganizacioo se operaba con tanta rapi-
dez, como so habia ejecutado la destru ccion. Parecía qu e
el Gobiern o provisiona l quería compet ir con el pueblo en
energía y actividad. Así es que desde el !li publicó el Go-
biemo provisional las proclam as , decisiones ó decretos
siguien tes:

ACTOS DEL GOBIERN O PROVISJON,\L.

Al pueblo francés.

Un gobierno •·ctrógrado y oligárqu ico acaba de ser dc-


roc.,do por el heroísmo del pueblo de París.
Este gobierno ha huido dejando tras de sí un rastro de
sangt·e, que le impid e ¡¡ara siem¡¡re S\1 regreso.
La sangre del pueblo ha corrido como en julio; pero
abota, esta generosa sangre no será defraud ada: se ha
conquistado un gobiern o naciona l y popular en co nfo•·-
midad con los derecho s, los progresos y la voluntad do
este generos o pueblo.
Un gobiern o provisional, salido de la aclumacion y de
la urgencia por la voz del pueblo y de los diputados de
los departa mentos en la sesion del !!4 de febrero , cst;í
cncnrsado en~ramenlc del cuidado de organiz ar 'fl asc-
gurtu· la vicloria .

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G8 n svoLU CION DE I'MNC IA.
Se compone de los señor es :
Dupon~ (de l'Buro ), Lama rtine, Crcm
ieux , Ar:1go ( del
Insti~to ) , Ledru-1\ollio, Garn ier-P
agés, Mario , Luis
Dlanc , Armand Uarra st, Flocon , Alber~ nouvi
er , secre -
tario de las deliberaciones.
Dumon, Alexandro de Montaigu y Maur in, subse
cretar io
de las deliberaciones.
Mr. Dupoo~ (de l'Eure) ha sido nombrado presid
ente del
consejo de ministros si n carter a.
Mr. de Lama rtino, ministro de negocios extra
njero s
Arag o, de marina .
Crem ieux, de justicia.
Dede au, de guerr·a.
Mari e, de trabajos públicos.
Ledru-Roll in , del interior.
Betbm ool, de comercio,
Carn ot, de instruccion públ ica·.
Gond chaux , de Hacienda.
Tambien son nombr~dos:
El gener al Cavaignac , gobernador de la Argelia,
Garn ier-P agés, mairt ó prefecto de París.
Los demá s mai1·es ó prefectos, como sus adjun
tos, que-
dan provi siooa lment o en sus puest os, con el nomb
re de
mai1·es adjuntos de didlri lo.
La prefectura depol icia, que se const ituirá con
otro nom-
bre , queda bajo las órde:1es delnl ilire eJe Paris.
L.• Guardia municipal es licenciada.
l.a conservacion de la tranquilidad do la ciuda d
de París
queda confiada á la Guardia nacional bajo las ó
rdene s de
Courtais, coma ndant e super ior de laG uardia nacio
nal do
Pa l'ÍS.
Mr Este van Arago es nombrado comisario del
Gobierno
provisionnl en la Dirccc ion gener al d·e correos.
Mr. Guin ard, jefe del estad o mayo r gener al de
IJ Guar-
dia nacional de París.
llr. Bucb cz, adjun to al tnaire de París.

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25 DE FBDRERO. 69
Mr. nccurt, adjunto al maire do París, es delegado de es-
te en la prefectura.
El Gobierno provisional nombra tambien comisarios pa-
ra que vayan á hacer reconocer la república en los de-
partn mcntos; entre ellos á Thouret, antiguo regento del
periódico la llevoluciondc l830, y !Delecluzo á Lille, Ma-
nuel Arago á Lion , y Neuson á Nimes.
Tambien fueron publicadas las proclamas siguientes :

Ciudadanos:

El Gobierno provisional declara que el gobierno actual


de la Francia es el REPUBLICANO , y que la nacion será lla -
mada inmediatamente para ratificar con su voto la reSO·
lucion del gobierno provisional y del pueblo y de París.

EN NOliBRS DEL POI!DLO FMNCES!

Abolicion de 14 dignidad t·eal.

La dignidad real, bajo cualquiera forma que sea, queda


abolida.
Nada de legilimismo, nada de bonapartismo, nada de re-
gencia.
El Gobierno provisional ha tomado todas las medidas
necesaria s para hacer imposible el regreso de la an tigua
dinastía y el adven imiento de una dinastia n ueva.
La república est.á proclamada.
El pueblo so baila unido.
Todos los fuertes que rodean la capital esta u en nuestro
poder.
La valiente guarnicion de Vinccnnes es una guarnicion
de hermanos.
Conservemos con respeto la antigua bander a republica-
na, cuyos tros colores han rccorrído con nuestros padres
el rcdodo•· del nl\mdo.

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70 RE\'OLUCION DB FRANCIA.
l\lostremos que este símbolo de igualdad, de libertad,
de fraternidad es al mismo tiempo el símbolo del órden , y
del órden mas positivo y duradero ; pues que la justicia es
su base y el pueblo entero su instrumen lo.
El pueblo ha conocido que e l abastecimiento de París
exigía mas libre circulacion en sus calles, y las manos que
levantaron las barricadas , han hecho en ellas en muchos
sitios aberturas bastante anchas para· el libre paso de los
ca rruajes de transporte.
Que este ejemplo se imite en las demás partes; que Pa-
rís recobre su acostumbrado aspecto, y e l comercio su
activ idad y confianza, que el pueblo á la vez que vigilu
por la conservacion de sus derechos, continue aseguran-
do, como lo ha hecho hasta aquí, por la tranquilidac.l y se-
gul"idad públicas.
Los miem~tos del Gobierno ptovisional de ta
República.

EN NO~DRE DEL PUEBLO FRANCBS .

El Gobierno provisional ordena :


Queda disuelta la cámara de diputados,
Queda prohibido á la de los Pares e l reunirse.
Será convocada una asamblea naciona l ta n p ronto co-
mo el Gobierno provisional haya arreglado las medidas de
órden y de policía necesarias para el voto de todos los ciu-
dadanos.
El Gobierno provisional decreta :
Todos los funcionarios del ór·den civil, milit.ar, judicial
y admin istrativo quedan relevados de su j uramento.
Los Guardias nacionales disueltos por el anterior gobier·-
no quedan organizados de derecho: e llos·· darán inmedia-
tamente su servicio eo toda la extension de la República.
El Gobierno provisional d"ech•ra: que la banrlcra nacio-
na l es la tricolor , cuyos colore~ serán colocados por el mis-
mo órden que había adoptado la república francesa ; e rt

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25 DE FEBRERO. 71
esta bandera se escribi rán las siguientes palabras : REPÚ-
BLICA FRANCESA, Llllll RTAD, IGUALDAD, FnATEnNtoAo, tres
pa labras que explican el sentido ma s lato de las doctrinas
democráticas, cuyo símbolo es esta bandera , al mismo
tiempo que sns colores recuerdan las tradiciones.
C01no seiíal de uuion y como recuerdo de reconocimien-
to por el ültimo acto de la revolucion popular , los miem-
bros del Gobierno provisional y las d emás autoridades lle-
varán cllazo encarnado , el que tambien será colocado en
el asta de la ba nde ra.
Otr·o decreto.
Se movilizarán inmediatamente en la ci udad de París
vcint.icuatro batallones de gua rdia nac ional.
El alistamiento principiará hoy al medio dia e n cada uno
de los doce distritos donde se hallan domicil iados.
llstos guardias nacionales recibirán u n sueldo de seis
reales diarios , y serán uniformados y armados á costa de/
la patria.
El ministro de la gue rra se concer ta rá con el comandan-
te genera l de los Guardias nacionales del departa mento
del Sena para la pronta organizacion, instruccion y arma-
mento de d ichos batallones.
Otro:
Los hijos de los ciudadanos muertos en los últimos com-
bates son adoptados por la patria .
La 1\epública se encarga de dar todos los socorros nece-
sarios á los heridos y á las familias de las víctimas del go-
bierno monarquico.
El Gobierno p rov isiona l de la República francesa decreta :
Las Tullerías servirán en adelante de asilo á los invá-
lid os por el trabajo.
Otro:
El Gobierno p rov isional decreta el establecim iento in-
mediato de tallere; naciona les.
El ministro de obras públicas q\1Cda encargado de la
~jccucion del presen te decreto.

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72 RBVOLUCION DE PRANCI,\,
Otro:
El Gobierno provision:~l, convencido de que la grandeza
del alma es la suprema polílica, y que cada revolucion
operada por el pueblo francés presenta al mundo la con-
sagracion de una verdad filosófica mas;
Considerando que no hay principio mas sublime que la
inviolabilidad de la vida humana ;
Considerando que en las memorables jornadas que he-
mos pasado ha visto con orgullo que ni un solo grito de
venganza ni de a.uerlc ha salido de la boca del pueblo ;
lls de parecer que la pena de muerte en materias polí-
ticas quede abolida , cuyo voto presentará á la ratifica-
cion definitiva de la Asamblea nacional.
El Gobierno provisional está tan firmemente conven-
cido ele la verdad <¡11e proclama en nombre del pueblo
franc.é s, que si los hombros culpables que acaban do ha-
cer correr la sangre de la Francia, cayesen en manos del
pueblo, tendría esl{) por un castigo mas ejemplar el degra-
darlos , que el darles la muerte.

DBPARTAMEl\'TO DE POUCIA.

Los delegados por la República francesa en el depal'la-


mento de policía.
Ordenamos á los panadcl·osque necesiten leiin 1>ara cocer·
el pan, que denun cie!>Jos almacenes de los mercaderes
de este artículo, y ordenamos en nombre de la l\CI}Ública
francesa á lodos los ciudadanos que procuren remediar
cuanto antes esta necesidad.
París !5 de febrero de t 8i8.
Firmado CAUSSIDJERB Y SODRIER.

Otro decreto :
Los alumnos de la Escuela politécnica y los ciudadanos
de Bassano y de Solms quedan encargados tlo vigila r· la
e ntera ejecucion de las determinaciones tomadas pOt' el

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15 DE PEBnERO.
gobierno provisionai de la República , para las subsisten -
cias de toda clase.
Cuidarán de que los puestos de comestibles, principal-
mente las panadería s esten suficiente mente abastecidos. Pa-
ra ello estan autorizados con los poderes necesarios, y al
erecto se tr·nsladar·á n á los mercados y depósitos , asegu-
rándose del estado completo de los abastecimientos:; es-
t.1odo tambien autorizados para requerir la roer-La arma-
da para proteger las ventas.
Así mismo deberán, ayudá ndoles en ta n g rande misio u
los ciudadanos que guardan las barricada s, twcer !!e modo
que la circulacion sea bastante libre para permitir el paso
¡\ los carruajes de transporte .
Hoy dia qne Vincenne s y sus fue rtes son nuestros, no
hay tanta necesidad de guardarno s contra una nueva in.
vasion .
Otro:
VgNCIMIBNTOS 08 LOS CRIÍD11"0S DE COMEfiCIO.
Atendido que, desde el 2l de febrero, la circulacion do
tos cambios é intereses del comercio en la ciudad de París
se hallan suspendidos;
Atendido q tte ocupados los ciudadanos en la defensa co-
mon, ban debido suspender el curso de sus pagos;
Considerando la urgencia de las circunstan cias, a pro-
puesta del minis~ro de hacieoda ,
Decreto:
Art. ·1 . • - Los vencimientos do los intereses de comer-
cio pagaderos en París desde el !2 de febrero hasta el 15
de marzo próllimo inclusi,,e, serán prorogados diez días,
de suerte que los intereses vencidos el U de febrero no
sor. pagaderos hasta el 3 de marzo, y así sucesivamente.
Arl. 2.• - Todas las protestas, recursos en garantía y
proscripciones sobre lo mencionado en el articu lo J.Oqnc-
dnn igua lmente suspendid os y prorogadosd urante diez dias.
Ar·t. 3.•-El min islr·o de hacienda quedtl especialm ente
l'ncargado de la cjccucion del presente decreto.
:;

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74
Otro decrelo.
RllVOLUC!ON Dll FRANCIA •
.
En nombre de la Patria, el Gobierno provisional do la
llcpública manifiesta allamcnle su rcconocimienlo á los
alumnos de la Escuela polilécnica y de las demas escue-
las, cuyo admirable comporlamienlo no ha sido desmen-
tido ni un inslanlo.
Otro decrclo:
Todo lo que concierne á la dircccion de las bellns artes
y muscos, que era antes ele las atribuciones de la lista ci-
vil, constituirá ahora una di1•ision del ministerio del Inte-
rior.
La comision encargada de recibir los cuadros para las
exposiciones anuales será nombrada por eleccion.
Los artistas serán convocados para este efecto por un
próximo decrelo.
El salon de 1848 SP.rá abierto el 15 de marzo.
Otro:
Todos losobjelosempeíiados en el monte de piedad des-
de el primero de febrero, consistentes en lencería, vesti-
dos, ele. , sobre los cuales no se hubiese prestado mas de
diez francos, serán devuellos á los imponentes.
El ministro de tlacienda queda encargado de subvenir
á los gastos que ocasiono la ejecucion del prcsenlc de-
creto.
Otro:
El Gobierno provisional de la 1\cpública se obliga á ga-
rantir la existencia del obr·cr·o med iante su trab~.io.
Se obliga á ga rantir· trabajo :'r todos los ciudadanos.
1\econocc que lo; obreros deben asociarse entre si para
gozar del beneficio legitimo de su trabajo.
El gobierno provisional entrega á los obreros á quienes
pertenece el ruillon de la lisia civil, cuyo plazo va á venwr.
En la nwyor parle de los ministerios se han adoptJdo
las mcdiu.1s neccsal'ias pam IJUe ningun ramo del ser-
' icio suft•a intcrrupcion. y para emprender sin demora
la orsanizacion de aquellos e¡ ue la necesiteri.

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25 DS FEBRERO. 7¡;
El ministro del interior ha dirigido una circular á todos
los prefectos inv itándoles á proclama r inmed iatamente el
gobierno republica no, y para que le informen de las dis-
posiciones IJliB adopten. .
Se han dado nuevamen te órdenes para que todos los pre-
sos polilicos sea n puestos en libe rtad, y para que á cada
uno se lo entregue la suma necesaria para restituirse al se-
no de su familia. Tambien se han dado órdenes para el ar-
mamento regu lar de toda la poblacion de Paris: los ciuda·
danos q uo no forman parle de la Guardia naciona l com-
pondrán batallones sueltos basta laorganiza cion definitiva,
eligiendo ellos mismos sus oficiales.
Co rrian rumores alarmante s contra la prJpicdad ; lo$
autores de estas fnlsas imputaciones no podian ser sino
enemigos del gobierno republican o que el pueblo acaba de
conquistar con su gloriosa victoria. El Gobierno provisio-
na l ha publicado un decreto condenan do á muerte á lodo
ladran que se coja inf•·aganli.
A consecuencia de que algunos hombres mal intencio-
nados destruian los monumen tos; se publicó el decreto
~iguicntc:
¡No mas dev~stacioncsl uo mus desórdenes 1
mpoder apela ~1 patriotismo de todos los buenos ciu-
dadanos contra las deplorabl es leotalh•as de algunos
hombres seducidos ó malévolos , y conlia que este lla-
ma mien to será oido.
Devastar ó destruir los edificios públicos, que son pro-
piedad do la nacion , es perjudica r á la nacion misma.
A mas es una impiedad conll·a el pueblo, ctiyos brazos y
t¡·;,IJajo hr11\ erigido estos monumen tos. !\espetemos al
p.•cblo en sus obras.
(Los miembros del Gobierno provisional).
Otros mal mtcncionr1dos lle,·abJn la alarma al pueblo
~ ictori oso, diciendo •1 11 0 las máquinas , los aparatos, y en
:s11ecial las 11rensas mecánica s, tollo esto se ,·e ria amcna-
•ado; pero los trabajado res les contesta han con la ror•
>iguicnte, 11ue loS homa sobre manera.

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76 RBVOLOCJOii DB PRANCL\.
¡tlermnnos!
Sabemos que en medio del júbilo de la victoria, algu-
nos de los nuestros, extraviados por pérfidos consejeros,
quieren mancillar la gloria de nuestra revolucion con
excesos que reprobamos con todas nuestras fuei'Uls: 1quie-
ren romper lds prensas mecánicas !
Horma nos: est.os no tienen razon. Nosotros su frimos
lo mismo que ellos por la introduccion de las máquinas en
la industria ; pero en lugar de volvernos conlra los inven-
tos que abrevian el trabajo y multiplican los product.os;
solo acusamos de nuestros padecimientos á los gobiernos
egoísta~ ó imprevisoo·es. Esto no puede seguir adelante.
ReSJ>eto á las máquinas. Por otra parto, ataca r las
máquinas es retardar y sofocar la voz de la Revolucion:
en las Jlrescn tes graves circunstancias es hacer una obra
de malos ciudadanos.

(Siguen/as firmas) .

1\llSIDENCIAS QU& IIAN PERTENECIDO Á L•\ MONARQUÍA


C¡\10.\.

lll prcfcct.o de Paris, sabiendo que algunos ciudadanos


han man ifestado la intencion de destruí•· lns residencias
que pertenecieron á la monarqula ca ida, á fin de hacer
desap~reccr hasta los últimos vesligios de la tiranía;
Les recuerda que estos edificios pertenecen en ade-
lante á la nacion;
Que por una resolucion tomada por el Gobierno provi -
sional, deben venderse, y aplicarse el producto do la ven-
la al alivio de las víctimas de nuestra gloriosa rcvolucion ,
y á las intlemoizaciones que reclaman el comercio y el
trabajo.
In vila ()Ues á todos los bnénos ci udadanos foque no olvi-

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25 DK FEUIIERO. 7í
den que los edilicios nacionales estan bajo la salvaguardi·•
del pueblo.
El Prefecto de París,
GARNIER-PAGÉS.

l'aris 25 de febrero del 848.

PROCLAMAS DIVERSAS.

EN NOMBRE DEL PUEBLO FMNCÉS.

A la Guardia nacional.

Ciudadanos!
Vuestra ;~c!itud en estos últimos y grandes días ha sido
tal como debia esperarse de unos hombres ejercitados des-
de mucho tiempo en las luchas por la libertad.
Gracias á vuestra union fraternal con el pueblo y con
las escuelas, la revolucion está colmada.
La patria os quedará reconocida.
Hoy todos los ciudadanos formarán parte de la Gnar-
dia nacional ; todos deben concurrir activamente con
el Gobierno provisional al triunfo regular de las libertades
públicas.
El Gobierno provisional cuenta con vuestra adbesion en
secundar SllS esfuerzos durante la árdua mision que el pue-
blo le ha confiado.

A LA GUARDIA N<\CIONAL .

El enemigo no ha podido venceros; pero quiere desbon-


•·ar nuesll·a victoria.
Algunos malhechores siembran en torno de París la dc-
vastacion y el incendio.
Levántese en masa el pueblo para hacerlos desaparecer·.

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78 REVOLUCJON DE l'MNCJA.
Que la un ion de la Guardia nacional y de los ciudadanos
hel\licos que se hallaban Iras las ba rricadas fulminando
contra la tiranía, que esta un ion anonade a la anarr¡u!a.
Que los primeros dias de nuestra república sean tan pu-
ros como glorioso ha sido su triunfo.
Ciudadanos : sosiego , firmeza y confianza en el Gobier-
no prov isiona l que acaba de proclama !" la republica fran-
cesa , y serémos bastante fuer·tes cootra todas las maqui-
naciones de los enemigos de la patr·ia .
La Guardia naciona l recibe en sus filas á todo el pue-
blo ar mado.
La juventud de las escuelas, que lo ha hec ho todo para
el triunfo , queda organizada y sobre las armas.
Nuestros heróicos y admi rables jóvenes de la Escuela
politécnica se hallan al frente de nuestras col unas.
Sus compañeros de la Escuela de Saint-Cyr y de la Es-
cuela de Estado mayor han ven ido ú reunirse ír aquellos.
¿Qué pod rán bacer contra el pueblo en tero sobre las
armas, conducido por el Gobiet"no provisional, é inspi rado
por la adhesion, la inteligencia y el valor· de nuestros ofi-
ciales del pueblo, nuestros enem igos tanto exteriores como
interiores?
1Ciudadanos! calma y un ion: nuestra cara patria ha re-
cobrado su rango al frente de los pueblos de Eur·opa. Los
Delgas, los Ha lo anos, nos imitan; los demás pueblos van á
seguirlos, y á levanta rse á los sacrosantos gritos de L-iber-
tad , igualdad , fraternidad. /
El Com¡mdante general ,
CounTAIS.
El Gefe de Estado mayot·,
GurNAUD .

A LOS CHJJ>AJ>ANOS Dll PA RJS.

Parisienses!
La emocion que agita á París ponía en com prom iso, no

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!5 DE PEDRERO. 79
In victoria, sino la prosperidad del pueblo. Ella retardaba
el beneficio de las conquistas que ha hecho en esas dos
jornadas inmortales.
Esta agitacion se calmará dentro de poco, pue>to que
no tiene en los hechos causa real. El gob1eroo derrocado
el~~ ha huido. El ejército vuelve por momentos á su de-
ber con respecto al pu eblo y á so glori a: la adhesion úni-
camente á la patria. La circulacioo suspendida por causa
de las barricadas, se restablece discreta aunque rápida-
mente; las subsistencias cstan aseguradas , los pannderos
á quienes hemos visto estan abastecidos de harinas para
treinta y cinco dias.
Los generales nos o! recen su adhesioo la mas completa
y csponláncn. Solo una cosa re!arda aun el sentimiento
do pública confia nza y seguridad: y es la agitacion del
¡>ucblo fa lto de trabajo y la infundada desconfianza que
hace cerrar lns tiendas y suspende los negocios.
Alaiiana la agitacion de una parte que sufre de la pobla-
cion se calmará bajo la imprcsioii de los trabajos que va
á emprender de nuevo y de los alistamientos que el Go-
bierno provisional hoy ha decretado.
l\o pedimos semanas á la capital y al pueblo d() Pads
¡>ara reorganizar un poder popular, y hallar la calma pre-
cursora del trabajo; sino dos di as mas, y la paz pública
quedará completa mente restablecida; dos días mas, y la
libcrt.ad qu eclal"á sólidamente ciment.nda, dos di as, y el
pueblo tcndr:l su gobierno.
!5 tle febrero á la tarde.
(Los miembros del GOOicrtw provisional).

PROCL,\11,\ AL EJÉRCITO.

¡Generales , oficiales y soldados!


El poder con sus alentados, y el pueblo de París con su
triun fo, han ocasionado la en ida del gobierno al cual ha-
bíais jurado fidelidad . Un cho<¡uc funesto ba ensangrent a-

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80 REVOLUCION DE FRANCIA.
do la capital. La sangre resultante de la guerra ch•il es la
mas repugnante para los Franceses. El pueblo todo lo ol-
vida eskechando las manos do sus hermanos que llevan
la espada de la Francia. Se ha establecido un gobierno
provisional, nacido da la imperiosa necesidad de derendcr
la poblacion, de restablecer el órden, y de preparar pa-
ra la nacion unas instituciones populares, análogas á
aquellas durante las cua les la t·evolucion tanto engrande-
ció á la Francia y al ejército.
No dudamos que saludaréis esta bandera de la patria
puesta en las manos del mismo poder que roe el primero
en enarbolarla. Ya conoceréis que las nuevas y vigorosas
instituciones populares que emanarán luego de la Asam-
blcn nacional, abren al ejército una senda de fidelidad y
de servicios, los cuales la nacion libre sabrá apreciar
tanto y mas que los monarcas.
Es necesario !'establecer la un idad del ejército y del
llUcblo momentáneamente alterada.
Jurad amor al pueblo, donde eslan vuestros padres y
hermanos; jurad fidelidad á sus nuevas iosliluciones, y
lo demás lodo quedará olvidado, excepto vuestro valor y
disciplina.
La libertad no os pedirá otros servicios que los que con
respecto á ella os obligarán ó regocijaros, y á gloriaros con
respecto á vuestros enemigos.
(Los mieml,ros del Gobiomo provisicnal. j
l 1mismo tiempo los comunistas y los socialistas hncian
una grande manireslacion para tranquilizar los ánimos to-
cante á sus intentos, y ofrecer su concurso al nuevo go-
bierno.
lié aqui la de los socialistas sacada de la Democracia:
lloy se ha hecho una solemne manifestacion propia pa-
ra infundir confianza y seguridad en todos los ánimos, por
mujeres, madres de familia y niños.
Una comitiva imponente, compuesta de dama s inspec-
toras , y patronas de asilos de Caridad de París, il la quo

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25 Dll FEDRBRO. S!
so juntaron un gran número de muchachos, ha atravesado
pausadamente la poblacion en sus ~ao·rios mas populosos,
y se ha dirigido á la morada del Gobierno provisiona l , con
el fJn de apresuo·ar la definitiva organizacion de las iusmu-
cioues que en adelante prestarán á la infancia Jos mateo·-
nalcs cuidados ele la educacion.
El cortejo rodeado de trabajadores armados y de Guar-
dias nacionales ha ·Sido objeto de las mas brillantes de-
mostraciones de respeto y de simpatía. En todas partes la
muchedumbr e se ha al ineado con respeto saludando el
estanda rte de la república, y las banderas, en las q ue
se leia;¡ las inscripciones siguientes:
" Educacion para todos los hijos del pueblo. »
" Hospicios, salas de asilo, escuelas y aprendizaje. •
«El sacrosanto principio de familia. ,
« Dejad á los infantes que vengan á mí. •
En la última bandera estaban escritas estas palabras:
UN ION DE LOS CULTOS. - FRATERNI DAD UNIVERSAL.
En seguida marchaban unidas personas de diferentes
cultos: el gran rabi, israelita, ministros catóhcos, y un
cura protestante.
El pueblo, que tan bien comprende las ideas grandes;
~cogió con tnl profundo afecto esta generosa manifestacion,
este primer paso hacia la orgaoizacioo de ta familia social .
lle aquí la declaracion de los Comunistas.

EL POPULAR.
Ó LOS COMUNISTAS ICARIANOS.

Hermanos trabajadores!
Siempre hemos dicho que ante todo éramos franceses,
patl"iotas demócratas tan intrépidos , como humanos y
1110dcrados. La horrible t.raicioo que ha hecho correo· la
>augrer de ciudadanos el23 de febrero delante del palacio
de negocios extranjeros, ha debido haceros tomar las ar-
o.

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1\E\'OLUCION DE FRM~Cl!\.
81
j ornad a del
mas para la comu n defen s;t, y e n la inmor lal
habei s partic ip.tdo de la heroic a adbcs ion de la deno -
2i
dada y scoc rosa pobla cion do J>nrís.
n ase-
Hoy la ttnion sola, el 6rden, y la düciplina, puede
puebl o el fr·uh> do s u vrctor ia, saratHi~ndole sus
gura r al
derec hos y sus intere ses.
sionn l,
Reun amon os pues en torno del Gobie rno pro,•i
ido por Oupo nt( del' Euro ), reem plaza ndo al od io -
presid
so gobie rno que acaba de des1¡>arecer.
decla ra re-
Apoy emos ese Gobie rno p1·ovisiona l , que se
y demo cr.ilic o, que procl ama la sober anía del
publi cano
adopt a la fmter ni·
puebl o y la unida d de la nacio n, que
ad, por prínci ¡>íos, y el pue-
dad, la igualdad, y la libert
las cámar ·as
blo po1· divisa y santo y soiia, y q ue clisuclve
que dará á la Franc ia
para convo car la asamb lea nac10nal
la constilUcion que solici ta .
las COII-
Pero sepam os recla mar coosl antem ente todas
sccuencias de estos ¡1rincipios.
Pidamos que todos los france ses seamo s het·1n
anos, igua-
en de recho s , miem bros todos de In
les en deber es como
par·a todos
Gttard in nacio na l , todos cleclo res y elegib les
condi cion J>ecu niaria .
los destin os públicos sin ningu na
derec ho natur al 6 impre script ible do asocia -
Pidam os el
ad indiv idual ,
cion, do 1'eunion y de discusion, la liber·t
sin a rb itrarie dad dP pe1·sona alguna .
derec hos
Pidam os, sobre todo, la garan lía de todos los
ses do los traba jador es; el recon ocimi ento fo rmal
6 intere
padre de fa-
del derec ho do "ivir traba jando, á fin de que ol
mas en la borror os.1 neces idad de
milia no se vuelv a :\ver
mujer · 6 bijos para ir á mol'i1· comb atiend o.
abnnd onar su
y la se:;ur idad del
Pidamos la organ izacio n del traba jo
bienest.ar por el trabaj o.
sobre los
Pidamos la abolicíoo do todos Jos impue stos
objeto s de prime ra neces idad .
rias é ini-
Pidam os la abolicion de las humi llante s, "cjato
cuas institu cione s el e las Adua na s y Al-bitl'ios.

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!!) DE PEDRERO. 83
Pidamos ¡>ara el pueblo la instr-uccion general, grahii-
ta, comun, verdadera y completa.
Pidamos inslilucioncs y garan!las para la felicidad de las
MUJERES y úe los :-liÑOS, para que cada cua\teoga lapo-
sibilidad ele casarse con la certeza de poder sostener á su
familia y hacerla feliz.
Fieles á nuestros principios de fraternida d, de humani-
dad y de moderacio n, de justicia y de equidad, publique-
mos siempre y en todas parles: «Nada de desórden, nada
de violencias , nad a de opresion pa ra el ind ividuo; 1 pero
firmez.1, perspicacia y prudencia á fin de obteuer juslicia
para todos! •
Nada de atentar d la t>ro¡>ieclad! peo·o firme persevera n-
cia en ped ir Loilos los medios qull pueden aceptarso de
juslicia J>ara suprimir la MISEI\IA, especia lmente adop-
tando un sistema democrático de desigualdad progresiva -
mente decrccien to, y de igualdad progresivamente co·c-
cieote. _
Kos gua rdamos bien de pedir la aplicacion inmediata de
nueslras doctrinas comu nistas. Siempre hemos dicho que
no queremos su triunfo sino por la d iscusion, por la con-
viccion , por el poder de la opinion pública, por el conscn-
limieolo individual y por la voluntad nacional, y somos
fieles :1 nuestras palabras.
Pero muchos do entre nosotros han conquistado con su
sangro el derecho do asociacion , de reunion y dediscusio n
públicas; tengamos lambien la forme constanci a de recla-
mar eslos derechos; y la experiencia unida á la discusion
bastará pa..n persuadir y convence r que nuestro sistema
de orgnnizacion socia l )' política es el único q ue puedo ase-
gurar el bi~nestar y felicidad de la humanida d.
Una palabra mas : el Gobierno provisional anuncia el
armament o de lodos los ciudadano s y la organizlc ion se-
ne.-al de la Gua o·d ia naciona l , todo pao·a segu ridad de la
ex islcncia del pueblo: pues bien no deshacer vuestras glo-
riosas é inmortale s barricada s: dejad, por el contrario ,

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8·\ REVOWCJOJ>; Dll ffi ,\NCJo\.

todos vuestro:> negocios para organizaros y regimentaros.


Acabad, completad y regu larizad vuestro armamento; pe-
did que los fuertes sean desarmados, que todos los caño-
nes, todas las armas y todas las municiones sean en trega-
das al pueblo, y que el pueblo parisiense esté todo sobre
las armas, organizado, disciplinado por gefes de su elec-
cion, y entonces sí que tendrá realmente la gar¡totia del ~
órdeo como d() la libertad, y la de la libertad como la del
órden; del mismo modo que cuando toda la Guardia na-
cional de Francia estará armada y organizada democr áti-
camente, se tendrá entonces una ga rantía positiva de la
paz universal , de la independencia de las naciones y de la
fraternidad de los pueblos.
París 25 de feb•·ero de l848.

CABE T.

De este modo se ofrecían espontáneamen te al Gobierno


provisional Jos Socialistas y Comunistas, C<;!OlO buenos ciu-
dadanos.
Tales fueron eo algunas horas los actos del nuevo go-
bierno. La causa del progreso y de la libertad creyó ganar
masen un dia, q11e no hab>a ga nado en diez y siete años con
la dinastía ca ida. Pa recía que Jos mismos hechos competían
por regularízarse, en la actividad con el pueblo cuando
habia vencido, y con la autoridad, cuando procuraba S<•-
car el fruto de la victoria.
Así es c¡ue los fuertes de Vincennes y de 1\Iont-Val-erien
se habían r endido.
Los principales gefes clel ejército, así de tierra como de
mar, se babian ad herido al nuevo órden de cosas.
Uoa diputacíon en nombre de la oposiciou de la Cámara
ele diput<~dos babia imitado este ejemplo.
El arzobispo de París maoda se diga u o oficio solemne
por Jos difuntos, y se baga una colecta para las familias de
Jos heridos y de los muertos.

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!1) OE FP.ORBRO. S(í

Los jueces y Lribunalcs habían princilliado á j uzga r y


administrar justicia en nombru del pueblo rrancés.
La cal ma y la seguridad renacía n por todas parles como
por enca nlo, no dejando de ser esto una de las cosas OlaS
admirables do esla revolucion la u asombrosa.
En fin cada uno len in re en el porveni r y parecía haber
•¡ adoplado por di" isa :
Dios y palria;
Olvido de lo pasado;
Toleran cia religiosa ¡
Vigilanc ia para el porvenir.
Cada uno parecía estar penetra do de la verdad, de que
es necesa rio ante todo preserv arse de los excesos , y que
no basla saber conquis lar la libertad , sino que es preciso
tambien hacerse digno de ella. B's verdad que eslo es lo
mas diricil , pero ha hecho ya la Francia tan grandes cosas
que no es aquello superio r á sus ruerzas.
Tales fueron estasme morablq sjornad as, despnes de las
cuales la Nacion soberan a podo recoger por tercera vez
en medio sislo la corona desprondida de la rrentc de tres
reyes, el uno legilimo , impuesto el segund o, y el tercero
elegido.
La ca ida de este úllimo no liene precede ntes en la his-
toria. Huye solo, y en su huida upenas puede unirse con
su ramilia dispers a; ni uoa sola espada se presta á deren-
óerle, ni un solo amigo le acompa ña on la dcsgr·nc ia, ni
unn sola de tantas barpias , cuya rapacidad babia minado
su trono, le orrece, por medio de una honrosa dimision,
su simpatía ó reconoc imiento.
Rn cuanto á los detalles sobre la huida de esto rey , he
aqui lo que sucedió en los pr imeros momentos.
Al salir· de la verja de las Tullel'ias iba rodeado de algu-
nos caballos y seguido por unas Lreiota personas vestidas
con direrent es unirormcs. Luis Felipe se apoya ruertem en-
rc con Slt brn zo derecho en el izquierd o de la reina , y esta
caminaba con l>aso linne mirando á todas partes con allí-

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86 REVOLOCION D8 PRA!>CIA .
vez y osadía . El l\cy vestía un trage n egro, ccu sombrero
redondo y sin in8ignia alguna. La 1\eina iba de lulo rigoro-
so. Se decía que iban á la cámara de di¡>Utados á presen-
tar e l acta de abdicacion: á cada momento se percibían
nume rosas voces, entre las que se d istinguían l:ts de: ¡Vi-
va la 1\eforma! viva la Francia 1so lo se oia alguna quo otra
de : Viva e l Rey! Dcspues d() h aber pasado el espac io que ~
antiguamen te ocupaba el pu ente Tot~rnant, y llegado a pe- ~
nas a l asfa lto que rodea e l obelisco, Luis Felipe, la Reina
y toJo su séquito se detuvieron sin saber á que causa ;ltri-
buirlo. De pronto se ''ieron envueltos por una infinidad de
personas unas á pió y otras á caballo, aumentándose do
tal modo el gentío que ni aun había espacio para moverse.
Luis Felipe pareció asustado rle tan súbita reunion.
Y efectivamente, esta detenc ion no e ra de bue n presa-
gio, por e l sitio fat;1 l en que por casualidad tenia lugar:
ti pocos pasos de allí un r·ey 13orboo se hubiera teniuo por
nu1y dichoso con sufrir un tratamiento semejante. Luís
Felipe se vuelve repenliname nlo , deja e l brazo de In 1\ci-
na , se quita el sombrero, y levantándolo al a ire, p ronun-
cia algunas palabras, que el ruido impidió oi r. Por todas
parles se oían gritos sin expre>ar opinion , los caballos ca-
racoleaba n al rededor del grupo; la confusion era general.
La !loina se alarma al verse separada de su esposo , y se
vuelve con una extrema vivacidad, hablando consigo mis-
•na. Uno de los circunstantes le dice entonces: Se1iora,
1rada tcmais;contilluad, la multitud os abri•·á paso. La con -
fusionen que se hallaba fu ó causa de que inte rpretase mal
la inlencion y el mo1•imicnlo d el interlocutor; y recha-
7.ando su mano , esclamó con acento irritado : ¡ Dtjadm<:!
En seguida se asió del b razo de Luis Felipe , y retrocedie-
ron á poca distancia de allí, donde eslaba n parados dos
coches, lirado cada uno por un caballo: dos niiios se halla-
ban en e l primero; Luís Felipe se sie nta á la izquie rda, In
He ina ;í la de rec ha, y los niií os se quedaron de pió, mir·an-
rlo al público con un¡, cu riosa atencion. El cochero pega ti

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!5 DE PEDRERO. 87
l.>s c.1ballos, y el coche 1>artió velozmente. El segundo coche
:\ cloutlc subieron dos seftoras, que se decía erau las prin-
cesas, procuró unirse al primero.
En cua nto 4 los minislros del interior. Apenas les llegó
la uoticia de la abdicacion y reti•·ada de Luís Felipe, pro-
c;u•·:u·on sal va1·se sallando por una veulana : a\ lleg'lr {J la
puerta do la cullc de Varenncs so dispe rsuro n e n difercutes
J irece iones. Mr. Guizot hu yo disf•·azado de cl'iado .
Mr. Duchalel lle,,aba un capoto que le cubría basta los
ojos.
)Ir. llcberl se puso bigotes.- Dícese que habiendo sido
reconocido por un grupo de paisanos hacia la Croix-Rouge,
pudo sin embargo atravesar la multitud sin recibir daüo
algu no.
- Oojémosle pasa r , dijo u n nbognrlo: el pueblo se en-
noblece mas , cuanto mas •·espctn ¡\sus enem igos ca iclos.
Dos días despues , todo París casi hnbia rccobr~do su as-
pecto acostumbrado : apenas podía, creerse que acababa
de pa"'u· por una gran revolucion.
Con lodo, dcspues de esta memor~ble victoria, ofrecía
París la imágcn de una ciudad que sale triunfante de un
grandoas.,llo: por todas parles se veían vestigios de la lu-
chn , por todas partes seiíales de triunfo. Sobre los ed ifi c:os
nc•·ibillados por las balas ondenba la bandera popula1·:
solwe las barricadns derri bada s por las tropas , u n herido
•·eferia á una multitud atenta algun episod io del g ra n dJ'11 -
ma : sob•·e ot•·as que aun pe•·mnnccian lcvaol<tdas resona-
ban los enórgicos acentos de la Jllarscllcsa y del coro ele los
Girondinos. lln la esquina de una calle peroraba un ora-
dor dando vivas á la Libertad, :\la Reforma y á la Rc¡níhlica,
que millurcs de voces repelian con entusiasmo; en las cn-
;as inmediah•s mujeres caritativas asisti11n piadosamente ít
un he rido desconocido , cuyo estado ala rmante no había
pc•·mi tido kanspo•·tarlo á otra pá r·to. l"or dó (¡ni era se for-
maban SI'UpO$ uuimados con la m:•s viva alegl'ia, con ka
coufiauz;• y al'e cto q ue nacen csponlaneame nte del co•·a-

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88 REVOLIICIO~ OE PMi'óCU.
z>n. ~ludábanso sin conocerse y todos se daban la mano
como si fuesen antiguos amigos: este acto familiar y afec-
tuoso entre personas de diferente estado y coodicion, que
jámas se babia o visto , que tal vez no se volverían a ver
mas , que el nacimiento ó la fortuna habia coloc:Jdo en di-
ferentes y aun en opuestos grados de la escala social , y
que el bautismo de la vicLOI'ia los habia puesto en un mo- ~
mento en el mismo nivel, era mas elocuente c¡ue las pa la-
bras; era el corazoo que hablaba con las manos y los ojos,
manifestando la embriaguez comun del triunfo , y el de-
lirio general del patriotismo. En suma , l'aris era digno de
' 'crso en estos primeros momentos : era una ciudad de her-
manos , animados todos do un mismo pensamiento , el de
inaugurar una era nueva.

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BIOGRAFIAS
DE LOS KIEM.DROS

DEL GOBIERNO PROVISIONAL

DE LA REPÚBLICA FRANCESA,
tle¡¡dos

Dupont (de I'Gu¡·c ) ,


( l'mld cntt) .

esta tura , su li-


Mr. Dupont (de 1' Euro ) tiene med iana
algo picad a de vi ruela s y expresa una
sonomia abie rta es
s y raro s, su sen-
ingenuidad atrac tiva¡ sus cabellos grise
bras brev es y su aspecto f•·an -
cillez en el vest ir, sus pala
cons tituy o uno de esos conjuntos que
co y seductor , todo
ador es de la repu -
atrib uye nues tra imaginacion á Jos fund
de su voz es forme y varonil.
blica ame rican a. fiJ tono
g( Eurc ) el ~7 de febre ro de 1767, y le
Nació en Ncn bour
lo tanto hoy tiene
llamaron Santiago Cárlos Dupont ¡ por
ochenta y un niios .
.o tic Normamlia
Recibióso de abogndo en el pal'lamcnt
abrazó 1<~ causa de
en 089 . Desde so mas tiern a juve ntud
erior mcn le sin jamá s dos-
la rcvo lucio o, la cual siguió posl
r do un amig o since ro de la libcrtatl ,
menti rse, con el valo
ado.
y con la moder.1cion de un hom bre honr

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90 RB\'OLliCION ))€ f l\t\NCI¡\ .

En 1792, el mismo dia en que llegó á sus 25 años, es de-


cir á su mayor edad, fué nombrado maire de su comuna.
Algun tiempo despues, se le nombró gefe de una adroi-
nistr·acion del distrito de Lnltviers, y en seguida j uez del
tl'i bunal de esta ciudad . Siendo miembro del Consejo de los
Quinientos, fue nombrado el año VIII consejero del tri-
buna l de apelacion de Rouen, y el mismo año fue llamado \
á la presidencia del tribu nal crim inal de Evreux.
fin ·1811, cuando se efectuó la reorganizacion judicial,
Mr. Dupont regresó á Rouen en calidad de consejero, y en
breve pasó á la presidencia del tribunal imperia l. Habiendo
sido presentado de nuevo por el colegio electora l de 1' Eure
como cand idato para el Cuerpo legislativo, fue elegido para
1:!1 Senado, y en el mismo tomó asien to en ·18·13. Volvió á
sentarse en él cuando en 18-14 Luis XVIU convocó esta
asamblea , y fue elegido primer presidente casi por u na-
nimidad. Eligió y fijó su asiento en los bancos de la
oposicion . Siendo diputado por su departamento en la Cá-
ma ra de representantes durante los cien di as, le nombra-
ron su vicepresid ente.
En t8t7 sus conciudadanos le honraron de nuevo con su
confianza, env iándolo a la Cáma ra á defender la causa de
la libertad. En l83!• el Colegio de Pont-Aulkmer lo volvió
á env iar á la Cámara de dipot:1dos . y desde entonces nun-
ca ha dejadv de formar parte de dicha asamblea.
No tratarémos de segu irle dura nte esa larga ca rrera
rarlamentaria. La Francia entera sabe que los principios
deDupont nunca han var iado, y que su condueLa siempre
se ha conformado á sus principios. c;uando se quiere citar
tm modelo de probidad política, el nombre de Dupon! (de
1' Eu re) se asoma naturalmente á los labios.
Durante todo el tiempo de la Restauracion i\lr·. Dupont
formó pa rte de aquella minoría q ue jamás se reunió a
la r·ama primogéuit.a de los Borbones. Cuando salieron los
decretos de julio, hallábase en su departamento, y solo
pudo llegar á Paris el vie rnes por la tarde del dia 30 de ju-

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DIOGRAFÍ,\ D& DUI'O~T DE L'EURE. 91
lío. El partido de Orleans había hecho ya sus negocios:
el duque de Orleans ni le inspiraba confianza, ni tam-
poco desconfianza, y se dejó persuadir por La filie de que
era necesario probar. Al dia siguiente 1\Ir. Duponl fue pre-
sentado al Duque de Orlenns en el l'alais-1·oyal. Primero
no quiso admili r el ministerio de juslicia que le fue ofre-
cido.
-¿Me habría tal vez engaitado? dijo Luis Felipe; os croi
harto buen cilldadano para no rehusar la cartera quo os
ofrezco en interés de la revolueion y de la lihertad.
-Debo manifestaros enteramente mi modo de pensar,
respondió: el poder en ~¡ se adapta muy poco á mis hábi-
tos populares; por otra parlo, mis ideas y sentimientos son
rep11blieanos.
-¿No conoceis pues los mios? dijo L\jis Felipe; ¿ igno-
ra is q ue con un corazon sano y un jtucio recto, es impo-
sible habe1· estado en América si n haberse vuelto republi-
cano? ¡Ah si supieseis cuanto sien lo no poder vivir como
ciudadano d o la república francesa! .....
Por último, despues de una larga cooversacion, en que
el duque de Orleans desplegó lodo su saber, Duponl fue
reclutado. fln manos de este mismo prestó juramento Luis
Felipe el 9 de agosto; y en sus mismas manos puede decir-
se que nació la república francesa, supuesto que él tomó
la presidencia de la Cámara el ~:H de febrero.
Desdo los primeros dias de su ¡;ntrada al ministol'io, Du-
pont {de l'llure) conoció la tendencia antilibera l que se
quería imprimir á la revolucion; y no tardó eo protestar;
()()ro Lafayelle y La6Ue conservaban todavía sus ilusiones
y hacían participar de ellas á su amigo Duponl. Por otra
p.1rlc había dado su promesa do conservar el ministerio
hasl:• despucs del proceso de los ministros, y creyó com-
p•·omelida su palabra. Por lo demás, hizo pagar muy cara
su inlorvcncion en los negocios á Luís l,elipe ; y aunque
se esperaba q ue seducirían :i Dupont por med io de mill i-
-;onjas y prevenciones, no tarda •·on en advertir que nada

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92 REYOLUCION DE f'RANCrA.
era capaz de hacer mella en la probidad republicana del
anciano patriota.
1\ehusó los 25,000 rraneos de gaslos del primer est.1blc-
cimienlo concedidos á los ministros, lo que era un grande
escándalo.
-Pero esto es increpar la conducta de vuestras colegas,
díjole Luis Felipe. ~
-Yo á nadie increpo; obedezco á mi concienc ia y nada
mas, - contestó Mr Dupont; y su resolucion ruó inmuta-
table. --He hallado el ministerio bien provisto de lo nece-
sario; mi mudanza de habitacion nada me ha costado;
por lo tanto no quiero indcmnizacion alguna. •
Otro dia, el Rey advirtió que su ministro no llevaba cin-
ta en el ojal.
-¿Como señor mio, no teneis una cruz de honor? le
dijo; yo os la doy, aqui teneis la mia.
-Perdonad ; poro soy oficial de la órden.
- En tal caso os hago comendador.
-Doy mil gracias á V. M., pero no puedo aceptar se-
mejante ravor.
Su resolocion rué irrevocable.
Otro dia Doponl (de l'Eure) presentó á la sancion real
un decrelo que con tenia el nombramiento de ,·cinte jue-
ces de paz. S. 1\f. lo leyó con atencion , y deteniéndose de
r~pcute : No pondré mi firma , exclamó, pues veo aquí el
nombre de una persona á la cual no llamaré á ningun desti-
no público. " Esplicáronse, y esta persona en otro tiempo
había suscitado un pleito á J.u is Felipe y lo babia ganado;
siendo esto á los ojos del Rey una razon suficiente para no
nombrarle juez de paz. Pero el ministro le nía o Iras mojo-
res para su nombramiento, y venció, viéndose Luís Felipe
obligado á firmar el nowbramicolo de su afortunado ad-
versario despuesde uo mes de diarias discusiones.
Era muy dificil de marchar con un ministro semejante;
pero como el tal ministro era necesario, ruer·za era surrir·lo,
!'ara calmarle alguno tanto modiflcóse el ministerio, y ha -

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93
UIOGO•WÍA DE OUPON'r Oll J)EUR E.
e, llizo en-
bicndo encar gado diclla modificacion á M. Lafitl
las ideas mas
tr;u· á Montalivet y á Soult, que osten taban
adver tirse que los patrio -
liberales ; pero fácilmente pudo
tas babian cuido en un htzo.
M. Odilon-Dar rot contin uaba siendo prefecto
del Sena .
de él, y de cuand o
mpartido doctrinario quiso desha cerse
en cuand o solici taba su dcstit ueion .
se opo-
Pcro,ol gener aiLar ayette y Mr. Dupont(de !' Euro)
tal satisf accion á la des-
nía n fuertemente á que se diese e
ría que humil ló á la Franc ia duran te quinc
dichada bande
Mr. Odilo n-Bar -
¡oiws. El Rey qu iso acaba r de una vez con
jo de minis tros, y Luis Fe-
rol. Uallábase reuni do el Conse
lipe propuso de nuevo la deslitucion del prefe cto.
).
Nueva negativa de parte de Mr. Dupo nt (de I'Bure
con el gener al Lafay elle, dijo
-Es cosa arres tada ya
que el gener al no quier e apare cer en es-
Luis Felip e; solo
to asunt o; acaba de darm e su palab ra.
-¡Es imposible! contestó Mr. Oupon t.
- ¿ Me dais un ment ís? '
- ¡ Señor , no ! repon go la verda d : no hace dos horas
con-
<tuc Mr. Lafay cllc mo ha dado palab ra.de qoe nunca
sentiría en est-a injust a dcstit ucion .
- A mi me ha dicho lo contr ario.
-Nun ca podré creerlo , Señor .
-¡Me fallais 1.. ..
- Proclamo la verda d .... y me re ti ro .
- A todo el mood o diré que me habci s fallad
o al res-
pelo.
- Yo diré lo contrario, y se me creerá.
y qui-
Dicha s estas pa labras , Mr. Dupo ntlom óel sombrcro
n , y le rogar on
so salir; t>ero sus colegas se interp usiero roa-
el mism o Roy le alargó la
que permaneciese; y hasta
ucion de-
no. Asi quedó el minis tro y fue aplazada la destit
seada .
o en
- Los amigos políticos do Mr. Dupo ntlc han echad
en esta ocasio n ; pues huboe ran que-
c..ra su perpl ejidad

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94 REVOLUC!ON DI! PBAN C!,\.
rido que hubi ese dado su dimision con estré
pito ; no han
tornado en cuen ta lo basta nte las sana s inten
cione s de \\fr.
Dupo nt, quie n espe raba aun hace r triun
far en el consejo·
de la Coror1a la caus a liberal y venc er ciert
as repu gnan -
cias.
El 2-1 de dicie mbre de 1830, el gene ral Lafa
yelle , justa -
men te ofendido por una en mienda que los
doctrirwr·ios in-
trodu jeron do inten to en la ley de la Guar
dia nacio nal, en-
vió su dimision al !ley , á la que sigu ió inme
diata ment e la
de )Ir. Dupo nt (de I'Bure) , y desde ento
nces el ministerio
qued ó en poder de los homb res de la r estau
racion.
Desde enton ces fué Mr. Dapo nt á loma r otra
vez su asien-
to entre los dipu tados do la opos ícion , á la
cua l es superfluo
decir que ni un insta nte abandonó. El mini
sterio de l3 de
ma r1.o lo hizo las mas brilla ntes oforl as,
las cuale s despr·e-
ció. Quísosele nom brar en el tr1bunal
de Casacion. "Si 1
aceptase, conlextó, mai'ianase creer iao con
dere cho á des-
tituir ,-cint e patri otas. •
Nombrado vicepresid ente de la Cámara el1. 0 1
de agosto
de 1831 , ba ocup ado dos vece s el sillon
, y presidido con 1
el mayo r tino, propio de un hom bre de prob
idad y de só-
lidas convicciones.
Desde los prim eros dias de 1834 , por
poco qued a 1~
oposicion pril•a da del conc urso de este virtu
oso ciudadn11o.
Dicn se reco rdará que en esa epoca su am
igo , discípulo ,
parie nte y colega , el desg racia do Dnlong,
fu6 hel'ido por
um1 bala mortífera disparada por el gene
ral nougeaud.
Dupont se halla ba ause nlc d() Parí s; y sus
amigos po lili-
cos le roga ron que regre sase entre ellos
para recib ir su>
consuelos. Este golpe hirió á Dopont en
el alma , y quiso
sepu ltar su dolor en el retiro ¡ negóse á
regre sar á París ,
y remitió su dimision do miem bro de la
Cirmar-.> ú los dipu-
lados. • !lace mucho tiem po, dice en su
carla al prcsidcll -
le, que babia formado la resolucion de aban
dona rla Cáma-
ra, viendo que el Gobierno y los di1>ulados
olvidan suco -
mun orige n, y se ;¡parlan de la 1·evolucioo
de julio, deseo

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DIOGIIAPÍA DK DUPONT DE L'EUR~. 9li
nociendo sus principios y repudiaudo á sus aut~res , cte. "
Pero los electores de I'Eure no quisieron ratificar esa
dimision, y volvieron á elegir á su virtuoso representante.
Duponl(dcii'Eure) quiso persistir en su primera resolucion;
pero sus amigos lo represe ntaron los grandes intereses de
la patria en peligro y la necesidad de su presencia en la
oposicion, y en si muy débil. Asi pudieron vencer su repug-
nancia, y este virtuoso diputado volvió á ocupar su puesto
acostumbrado en la oposicion.
Noobstantesusochenta y un aiios, nunca ha faltado en
losdias de grandes luchas parlamentarias. Casi nunca ha-
blaba, pero su voto, sus consejos, su animacion y hasta
su mera presencia , consliluian una potencia respeta-
ble.
Eso veterano de las asambleas legisla tivas , ese patriarca
de la oposieion, tuvo el va lor do per·manccer en su puesto
para recibir' en sus brazos la naciente república y serv il'le
como uc padrino.

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96 IIEVOLUCION Dll PRANCI,\,

Alt·. Cremieux.
( Mini1tro de ju$licia }.

Isaac Adolfo Cremieux , nació en Ni mes el ·t 1 florea! ,


año IV ( 30 de abril de 179& ). En el día cuenta cincuenta
y dos años. ·
Desde su infancia se hizo notable Cremieux por una ex-
traordinaria comprension y una memoria prodigiosa, y
además leia con una gracia particular. Cuando tuvo once
años su padre lo envió á París, al liceo imperial, hoy
colegio de Luís el Grande, para que siguiese sus estudios.
Muy pronto dió á presumir lo q ue babia de ser un d ía. Sus
compañeros de escuela llamában le el abogado. Eo 18·13,
fue premiado por tres veces eo el concurso general de
los liceos. Permaneció eo el colegio lwsta ·18·15. Su ú ltimo
acl.o fue un escrito presentado á Napoleon á su regreso de
la isla de E Iba, el cual terminaba así :
• Suplicamos á V. ~r. que nos vuelva los reglamentos de
disciplina interior que hemos perdido, y las armas que se
nos han quitado. » ¡,No es este un hermoso principio para
un futuro tribuno?
Despues de la presentacion de este mensaje, el jóven
Cremieux fué llamado otra vez á Ni mesa! seno de su fami-
lia. Hallábanse los ánimos en una grande exaltacion, y to-
do anunciaba esa horriblll guerra civil de que fue sangl'ien-
to teatro el mediodía de la Francia. Ell7 de julio se es-
parce el rumor de que en los cuarteles se ha enarbolado la
ba ndera bl,lnca ; el jóven Crcmieux coge un fusil y se
aro·oja á la rcfricg,,; pero lo detuvieron 110r fucrz¡o. No

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BJOGilAPÍA DE CREiollEOX. \17
obstante, aquella valerosa tentativa jnnto con las opiniones
nos republica nas de su padre·bastaro n para a traer el pilla-
jo sobre su casa.
Lue¡;o despoes fue Crcmieux á seguir su curso de dere-
cho en Aix; yen j ulio de l 8!7defond iósu tcsiscon brillan-
tez, y fue reci bido de abogado en el Colegio de Nimes en el
mes de agosto siguiente. Ya el jóvcn abogado profesaba las
opiniones mas liberales ¡ y posteriorm ente siempre se le
ha visto dedicar ~u persona á la utilidad de su partido, y
ti In defensa de los débiles, de los vencidos, de los oprimi-
dos, ya delante de los tribunales , ya en la Cámara, ya en
otras partes, en todas aquellas en que se ha tratado de algun
asunto grande. Las últimas luchas le han hecho enterame n-
te popular.
Los alumnos de las escuelas le han hecho el insigne ho-
nor de elegirle para presentar á la Cámara de los sati$fe-
chos su últ1mayenérgica peticioo.
Pero volvamos á lossueesos de su juventud. llallúbasc
entonces perseguido el partido libe•·al y napoleónico, y des-
do los primeros d1as Cremieux se presentó como su de-
fensor. No ha ha bid o causa politica donde no se haya oido
la voz de Cremie ux.
Un va liente oficial del antiguo ejército había gl'itado
l'iuael Emperado r, y fu o condenado. Cremicux lo defendió
en apelacion. Porla primera vez desde la ca ida del colosal
imperio, hizo oir el elogio de esos o.iércitos q ue llcva~•on·
nuestras banderas victoriosas á todas lascapit:llesdel ..,un-
do. En estaocasioo el defensor estuvo sublime, y el acusado
quedó libre.
Un aiio tlcspues, se atr·evió á dcnunci:1r 011 :wdiencia
correccional y abrmna.·c on los nombres mas od iosos :í ur1
hombre ante el cual todos temblaban , el famoso Trcstai-
llons.
Otra ve~. tres jóvenes se prescnt¡r ron ante el tribunal de
Assises acusados de haber entonado pública nr cn tc la M;u st•-
1/ua: C•·cmieux fue tambicn su defensor.

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98 RIVOLilCIOI' 08 FRANCJ,\,
Oigamos su sublime apología de ese himno patriótico, y
sobre todo no olvidernosq ue se necesitaba no poco valor
entonces para habl ar en tales términos.
• Seüoresjur ados: no sin una profunda amargura he
•leido un acta de acusacion para que comparezca n ante el
• h'ibunal de Assiscs tres ciudadanos por haber cantado la
" Marsellesa. Declaro en alla voz que es la Marsellesa Q.no do
• los ~a utos mas bellos que h a producido la h istoria poli ti-
• ca de las n~ciones. Los antiguos hubieran erigido esta-
• tuas al poeta, 31 m1j.sico, que en una crisis de su pntria
• hubiesen ba lindo tan maravillosa s inspiracione s.
"~1 ienh·as quo u n ilustre ca pita n de ingen ieros organ i-
« za catorce ejércitos, que como un solo hombre sa len de
• nuestro conmovido suelo , un mero ciudadano inspirado
• por el amor ó la patria, produce un canto sublime que en
" hreve formará ceo desde el Rhin hasta los Pirineos; que
u n.as larde despertará el antiguo Egipto e n s us arena les,
"y cuyos sublimes acentos dominarán el estruendo de las
• batallas. Esle canto es la Marsellesa; es el grito: ¡A /4$ ar-
• ma$ ciudada11osl el cual levanta á todo un pueblo de hé-
• roes.
•1 La Marsellesa 1Dios mio 1¿ y la acusais ? ¿Así pues no
• la ha beis leido? ¿O no lencis en vuestr~s venas sangre
• francesa? 11\o ! no 1 prosigue Cremieux , los que repren-
• den la Marsellesa n o la han leido , no la conocen , no la
• enticu_den; ceden ó las memorias del terror, y confunden
• la Marsellesa con el cada lso. ¡ AIJ! no bay duda: mas de un
e mártir glorificó la patria cantando la Marsellesa bajo el
• hach~ del verdugo ; pero lo repito fue el g rilo de
"muerte a l enemigo , el grito de salvacion de la patria .
u Gloria pues á la Jlfarsellesa: oidla, señores , y juzgad.
Gn medio de una agitacion scneral, mns fácil de con-
cebir que de cxprcsM, el defcusor se puso(, leer la Mar-
sclltsa con ese acento que penetra en el corazon ; y á la
c u;u·ta estancia 1<• m:1yor parte de lOS JUrados se levnn-
t;ut. Fm• nr¡uc11o una cs~cnn magr:ifiC(L

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BIOGRAI'Í~ DS CRUlii!UX. 99
w Pues bien, exclama el derenso•·, cerrando el libro , he
• ahí el canto que se quiere declarar criminal.¡ Criminal!
•1 Ogase admirable , sublime ! Ah cantemos, cantemos :i.
• nuestros hijos los nobles acentos de la Marsellesa! •
A la dercnsa siguióse la absoluciou .
Sucadia esto á los principios de la é poca de reslaura-
cion.
Neccsitaríase mayor espacio del que conviene á estas
noticias biográficas, si debiésemos hablar como correspon-
de de los triunros oratorios de Cremicux. Timon lo ha retra-
tado l>errccl.amentc, diciendo: Tiene un J>ablar rranco, unn
dialéctica copiosa, viva, ingeniosa , y una réplica. reliz. •
Pero menos nos llama la alencion su talento oratorio, que
su valor patriótico y su desprendimiento cívico.; así hay
pocos hombres que hayan dado tantas, tan continuas y
sinceras prueb~s á la causa do In libertad como le ha da-
do Cren,icux. 1

llallábase todavía en su despachodeNimes,cua ndo apa-


recieron l.1s ordenanzas que provocaron la revolucion de
l830. Suponiendo vencedor al partido legitimista, todas las
personas adictas á la caus.~ 1>0pular hubieran corrido los
mayores peligros, sobre todo en una comarca como el
mediodía de la Francia, donde los ánimos se bailaban tan
exnllados; pero no intimidó .á Cremieux las perspectiva; an-
tes bien iba á todas partes.pr·oclamando la resistencia ,
dando án imo á los tím idos y sosten á los débiles. La noticia
de los tres di as llegó rápida como el rayo; l"s autoridades
se·ne¡;aban á enarbolarla bandera tricolor; pero Cremieux
la llevó por todas partes, gritando : ¡Viva La libertad!
Despues de la revolucion de julio, los diputados de Gard
escribieron al ministro de justicia, Oupont (de I'Eurc) :
• Ln Oiputacioo y los ciudadanos de Gard verían con
• suma complacencia que se conced iese alguna d1stincion á
« Mr. AdoHo Cremieux, abogodo del tribunal real de Ni-
" mes, quien no solam cule á de rendido las cuestiones elec-
• torales , $ino que ba tomado una parle ·la mas ac~

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100


REVOLliC10N OB FnANCJA.

tiva y honrosa en In seneral reconeiliacion que ha


tenido lugar en Ni mes luego de llegada la noticia de
r
• nuestra gloriosa rcvolucioo. Bn consecuencia, Sr. minis-
• tro, solicitamos que S. M. se digne conceder la cruz de
" la Legion de Honor á Mr. Cremieux. »
El·Abogado popular no dió ningun paso para obtener di-
cha condecoracioo.
Bl 30 de agosto un real decr·eto nombraba abogado de
los Consejos reales y del tribunal de Casacion á Mr. Adolfo
Cremieux, sucesor de Mr. Odilon-Barrot.
lll dia siguiente el abogado de Nimcs empezó en el tri-
bunal de Casacion con una defensa del Constitucional.
Terminada dicha defensa, el presidente dijo á Cremieux:
• Seiior, el tribunal está muy satisfecho viendo que vues-
• tro elocuente predeceso1· ha sido dignamente recmpla-
., zudo. •
La apa ricion de i\!r. Cremieux en· esa alta jurisdiccion
fue pa ra él un verdadero triunfo. Cuando al día sigu ien te
se presentó en palacio, el presidente de Batarll fue hácia
él, y despues de darle la enhorabuena , le dijo:- Se-
iior, ¿os encargaríais de la defensa de algunos do los mi-
Iros de Carlos X? •
-Yo, señor , contestó Creo•ieux, aceptaría esta mision
con tanto mayor anhelo, en cuanto seria un homenaje á
la 11delidad de los hombres de mt opinioo polític3.
-Puede suceder, I'Opuso illr. do Batnrd, que me vea pre-
cisado á ejercer el cargo do juez de inslrnccion, en cuyo
caso, siendo juez no pudiera interveni r. Solo deseaba sa-
ber si podría dirigirme á vos.
-Mucho me honra el haber pensado en mí.
En efecto, la familia do l\Jr. Guerooo-Ranville babi!
determinado confiar á Mr. Cremieux la defensa del ex-
ministro. Mr-. Rocber y Mr. Ranville fueron aquel mismo
dia á ver al abogado¡ y ni siguiente Mr. Crem ieux se pre-
sentó co .el fuerte de Vincennes para hacer á. su cliente l a
primcrll visita.

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BIOGUFIA DE CftBlURUX. l(il
Mr. Cremie uK obluvo de Mr. Guernon 1\anvillc el per-
miso de defende rlo segun SliS 1>ropins inspiracione s; pero
clcspues del discurso de Mr. Sa\rzet, el ex-ministro renun-
ció formalmente al sistema que había adoptado su defen-
sor , y dirigiéndose á Mr. CremieuK, le dijo en lono resuel-
lo: • Renuncio á nuestro;siste ma de defensa .. .. Entiendo que
• debo ser defcoclido corno los otros tres y por iguales pl"in-
• cipfos .... Prelie•·o el honor á la vid a.... Aunque debiese
e morir yo solo, no quiero separarme de mis colegas. •
El abogado pronunció un exordio que produjo una pro-
funda impresion, y hacia esperar nn a defensa d igna de
la causa y del defensor; poro pronlo se vió q ue Mr. C•·e-
mieux reducía los limites de la discusion y su defensa á
las proporciones ordinarias. Presenló una biografía de su
el ion te , y trató ünicamcnte de promover en favor del ex-
ministro un interés especia l; pero no se subl imó á esas ;l ilas
consideraciones, á esos¡;randcspcns~miontos que im pol"io-
saruenlc reclamaba aquella causa, y que á mas. hacia ne-
cesario la posicion del abog<~do, quien evidenteme nte se
bailaba bajo el influjo de una garve preocupacio u. De re-
pente su voz se al lera, pie rde el color y e ne desvanecido
en brazos de sus colegas, cnlérminos que fue preciso ll e· ..-- -,
vario fuera del salon . • ..... <t"·
1
La revoluciond e julio,la •!lisma que habia ofre~idoabo - ,.._v~
li r los proceso~ á la prensa y las causas políticas, entraba
en la s~nda e¡ ue d ebia uca rrear su ruina. Crern ie1,1x, siem ·
pre en la brecha, defendió sucesivame nte á la Tribtme, la
Rtoolution dll ISJO, el Courrier fran~is, el Charivari, la
Carricature, ell'íatúmal, la Ga;.etle de France, el Jourtwl
du Yar, y el Pr·ccurseur; clefcnúió á los Sansimonianos, á la
Asociacion de los Amigos del ¡meblo, á M1·. Marmst, con-
Ira el mariscal Soult y Casi111 iro Pcricr, minislr·os; á llfr
Raspail contra Mr. Zaugiacomi ; á Mr. Gecffroi. Afie.
Rivail, Yallot, Yigw!re, /,cfxm y Bascans, á Jeanne, y ñ otros
va rios. Jamás r·ctrocedió an te su misio u siem pre dcsinlc-
rcsada , jamás-se moslt·ó i11 feriur ft su cometido.
G

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102 REVOLUCION DE PRANCB.

Acaso no h<>y otro abogado que haya hecho tantos y


tao eminentes servicios á la prensa como Mr. Crcmieux.
El mismo dia de la insurreccioo parisiense, el !i de fe-
brero, se le esperaba en Sain(,..Omer· para la defensa del
Progres du Pa-1 de Colllis. Llamado á la Cánwr-a por los
electores de Ch inon, Cremieux se granjeó muy pronto eo
ella un puesto muy honol'iflco; en lit cuestion de losbaoque.
tes, niogun diputado desplegó mayor talento y actividad
que Cremieux.
l\fr. Cremieux nació en la religion judaica; y desde el
dia que entró en el despacho no ha dejado de combatir en
pro de sus correligionarios¡ y así es que todos los israelitas
del mundo lo consideran en la actualidad como uno de
los hombres que mas ban contribuido á disip¡¡r las preo-
cupaciones que les han perseguido.
l\ecordamos que en l 834 !Ur. C•·em ieux reunió en su
casa á la mayor parte de los redactores de periód icos de
París, á quienes persona lmente babia hecho sciia ludos ser-
vicios.
Seüores, dijo llfr. Cremieux, bien sabeis vosotros si mi
celo y mi adhesioo han fallado 11unca á la prensa¡ así, á
mi vez alrévome á recl~mar de vosotros un servicio, que
por otra parte· solo será un acto de justicia. Hace alguo
tiempo observo que si en m~d io de esa turba inmensa de
ladrones q ue explotan la capital y cuya prísion an uncian
los periódicos , si en medio de esa multitud de ¡ll'esos 6 de
acusados que la justicia en trega {o Jos tribunales, hay al-
gun individuo perteneciente á la religion judaica, no os
olvidais nunca de poner junto :í su nombre la palabra ju-
dio. Esto es á la vez un olvido de las sagradas leyes de la
toleraDcia, y una razon suministrada á Jos enemigos de la
libertad de cultos. Por otra parte, es una cruel injusticia ,
puesto que ele los demás no decís si son católicos 6 protes-
tantes. Por último, sciiores, yo soy judío: algunos de vo-
sotros lo ignorais tal vez; así, solicito de vuestra amistad
lo mismo que pido á vuestro espí ritú de liberalismo. Los

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O!OGMF Í,\ DE CREMIEUX. 103
tribunal es condena n á los ladronc s sin distínci ondo cu ltos;
anunciad pues las sentenc ias ó los trámites sin distincio n
de religiones . •
Supér11uo parece decir flllC una recomcndacion tan justa
fue general mente acogida. »
Para acabar de dar á conocer ñ Cremie ux, termina ré-
mas estas noticias con uno de los mas bellos rasgos de su
,;da.
El año IVde la república frauces a, la casa de B. Crc-
mieux herman os, que hacia en Niones el comercio do sede-
rías, hizo suspei1sion de pagos. l\!as tardo se pasó un ba-
lance á la escribanía del tribunal de Comercio.
Uno de los dos ·herman os asociados bajo la ra zon social
de E. Cremieu x ll amábase David Cremi eux el mayor: era el
padre de nuestro célebre abogado .
Mas tarae pa gó en todo ó en parte á un cierto número de
acreedo res. No obstante falleció el l 2 de enero de 1819 sin
haber obtenido su rehabilitacion. Desde este instante su
hijo no tuvo mas que u na idea; á saber , la de rehabilita r la
memoria de su padre.
El 1Ode no,•iem brede 1837 i\fr. Adoffo Cremieux presen-
tó en el tri bumll real de 1'\imes una solicitud la cual ter-
minaba como sigue :
• Despues de cuarent a aiios, nadie mo hubiera negado
• un finiq uito; pero he creído que debía cumplir la
• obra , asi ni be t•·ansigido con la le)' , ni conmigo mis-
• mo. •
• Como hijo piadoso, tengo el derecho de poslrar mejuo-
" to al sepulcro de roí padre.
• La mayor pa rle de mis acreedores quo me han dado
• recibo, habían ya perdido sus títulos¡ otros que mi ma-
' dre lll() designó , los habían entregado, r ecibiend o por
• su dividend o, una suma mas ó menos co nsiderable; a 1-
• gunos ni siquiera tenían memoria de la quiebra , y ha sido
• menester recordársela;~~~ una pa labra, ninguno de tales
• acreedores podia fund ar una reclamac ion. He saldado

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1 O& RE\"OLOC.ION 08 FI\A>"iCI.\ .

" todas las dendas por entero. Tal vendió su crédito á un


• ínfimo precio, y le he pagado la suma por entero; otro me
"ha declarado haber sido pagado en géneros y haber pcr-
• dido al voh•eriO$ a ''ender; he reparado su pérdida. Por
• último, traigo los billetes, ó títulos, ó finiquitos de lodO$
• los acreedores , y me he adelantado á toda reclamacion
"posible ....
"Creo haber ¡>robado á la memoria de mi pad re todo el
• reconocimiento que encierra mi corazon y el respeto que
• siento por sus sagmdas cenizas.
lloy, os pido, sei'iores, el complemonto del ¡¡cta de
amor· filia l que he querido consumar·. Dichoso en pedir esa
paternal justicia al tribunal real de Nimes, á quien mn
atrevo respetuoso á recordar su antigua benevolencia h:l-
cia mi.
Pido pues al tribunal la rchabiliiJcion de mi padre.

ADOLFO CRBliiEUX '


Abogado del tribunal real de París

A esta solicitu d , cuyas expresiones tan sencillas é inte-


resantes no necesitan elogios, siguióse un decreto de reh!l -
bi litacion.
Mr. Cremieu:t no tiene, comoMr. deLamartin e, un exte-
rior imponente : su naríz pequeña y remangada , sus labios
entreabiertos, sus cabellos enc•·espados y sin aliño, su ai-
re, y sobre todo su vestir, que se rie de la moda, le as()-
mojao á un labriego del Danubio¡ pero es mejor así, ya1¡ue
se lo asemeja la mbien en franqueza, independen cia ó in-
tegridad

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DlOGRAI' ÍA D1l LAMARTINE. 405·

8h·. de Lamal'tine.

Dcspues de In presencia de i\fr. Dupon~ (del' Eure ) al


frente del nuevo gobier no, la mns upelecible era la do
Mr. de Lamnr tine: su lengua je sublime ycubal leresco , su
voz melodiosa, la generosidad de sus sentimi entos, su in-
genio vasto, universal y osado, con que ha defend ido lu pa·r·
tcjus~ de todos los partido s, le hacían llJ mas
á propósito
para poetiza r la revoluc ion.
Mr. de LamarLioc tiene una esLatu,·a aira y delgad a, la
expresion alliva, noble y decidida, el porte elegan te, y u u
mirar recto y firme; su frente es vasta y elevad a, su na-
riz aguileü a, y sus cabellos siempr e arreglados, comun i-
can á su fisonomía algo indefinible y bello que seduce :
tales como él nos imaginamos á los antiguos caballeros
franceses.
Alfonso de Lnmartine nació en Macon el ! 1 de octubr e
de 4790, su apellido es de P·r at , pero mas tarde tomó el de
un tio matern o. Su padre fue m3yor de un regimiento de
caballería bajo el reinado de Luis XVI, y su madre era
tli'ctn de madnma Des Roys , sub-a.ya de los príncipes de
Orlcans. Unida pues la familia de Mr. de Lamarl ine al an-
tig•JO régime n, fue herida por la revoluc ion, y los recuer-
dos mas remotos de este le represe ntan una oscura cá t·cel,
á donde iba á ver á su' padre. Pasáron se los di as del ter-
ror, y entonc es la fami lia do Lamartiné se reti ró á un lu-
gar poco conocido do Milly, en el cual transcu rrieron en
p<YL sus tiernos años.

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l 06 UEVOLUCION DG fllANCIA.
Muy pronto debió abandonar el hogar paterno, pues lo
enviaron á Delley á terminar sus estudios en el Colegio
de los Padres de la Fe, y la educacion que en él le dieron
dió un grande desarrollo á las semillas religiosas que ha-
bía recibido Lamartine de su madre.
A su salida del Colegio, pasó algun tiempo en Lyon,
hizo un corto viaje (el primero ) á Italia, y llegó á Pa rís · '
du rante losulti mos dias del imperio. Su ilusion era la glo-
ria y en especial la dramática. Talmd le dió buena aco-
gida, y secomplacia oyéndole recitar con su voz vibratil y
melancólica unos rragmentos inéditos de una tnjedia ti-
tulada Saul.
En l 813, volvió nuestro Poeta á Italia, y la mayor par-
te de susMeditacioms se las inspiró ese hermoso cielo:
A la ca ida de\ Imperio, Lnmartineenlró en el servicio.
En i 820 empezó sus publicaciones literarias con sus
. Meditaciones poéticas.
No hay elogio que no se haya hecho de esta su primera
obra; lodos saben de memoria su Oda á Byron, La nocl1e,
el Lago, el Otoño etc. Con el intervalo de veinte niios la
voz sublime de Reni hallaba un eco armonioso y de
un salto solamente, se colocó Lamarline en el mismo pe-
destal, aliado de lossemidioses contemporaneos Cbateau-
briand, Goette y Dyron.
Este éxito literario, el ma s brillante del siglodespues del
Goniodcl Cri$t·ialli$mO, abr-ió á Mr. de Lamarti ne, la cnr-
rera diplomática, y como agregado á la embajada de Flo-
rencia partió á Toscana. Desde esa época hasta 1825, resi-
dió sucesivamente en Nápoles como secretario de emba-
jada, en Londres por algun tiempo con el mismo destino,
y despues regresó á Toscana en clase de encargado de ne-
gocios. ·
En esta época debemos colocar una circunstancia dra ·
mática de la vid.i de .Mr. d() Lamaftine. En uno de sus
poemas babia dicho hablando ~e la Italia:

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DIOPRAFÍA DI! LA!IIARTINB. l 07
l e vais chercher ailleu!'s, ¡mrdonne ombre romaine !
Des llommes, ct 11011 de la ¡Jou•siere httmain•.

Este npóstrofe parece que ofendió á \111 cierto olicialn a-


poliLano, el coronell 'típé , her·mano del general de este
nonJbre; en el de la nacion pidió una satisfaccion á 1\Ir. de
(.nmartinc.llste aceptó el duelo, y recibió una profunda
herida que durante mucho tiempo puso en compromiso su
existencia. Apenas restablecido, se apresuró á interced er
con el gran duque en favor de su adversar io . .
Regresó Lamartin e á Fraociae o48!9, y en mayo del
mismo aiio dió á Juzsus.Armonia.s, políticas y religiosas.
Nuestro Poeta acababa de ser elegido miembro de la
Academia francesa , é iba á salir para Grecia en clase de
ministro plenipotenciario cuando estalló la revolucion de
Julio. El Gobierno de 4 830, le ofreció conserva rlo en el
mismo destino, pero Lamar·tin e lo rehusó. Creyó deber ese
tributo á un grande infortunio. Con todo, pronto se lanzó á
la nueva vía que á los hombres de genio abrió In revolu-
cion de julio.
• Lo pasado no es mas que u o sueiio, dice; ppede sen-
• tirse su pérdida, pero o o debe perderse el tiempo llorán-
• dolo inútilme nte. Siempre es lícito y honroso participa r
• de las ngenas desgraci as, pero uo debe participa rse
• gratuitam ente de una (alta que uno no ha cometido .... ·
• Es preciso volver á entrar en las filas de Jos ciudadan os,
• pensar, hablar, obrar, luchar, con la familia de las fa-
• milias , con la naeion. •
La rcvolucion de l 830 seiiala en la vida de Lamarlio e
uua nueva éra . Durante la restauracion el Autor de las
Aruwnlas fue solo el primer poeta de Francia ; pero el hom-
bre político se abrió á losra )'OS del sol de julio. En las pri-
meras elcccion esdcspue s de ·1830 ~Ir. de Lamarlin e soli-

(1) Perdon sombr:. romana pues voy á otras p:arLCsá buscar hom-
bres y no humano polvo.

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108 UGVOLUCION DB PRMiCii\.
citó los sufragios do los elccl.oros de Duuquerqu c y de To-
lon, pero solo obtuvo una honrosa minoría.
llncia tiempo que este poeta dirigía sus miradas hácia
el Oriente, iman poético que siempre ha atraído á los ge-
nios de primer órden. Hacia tiempo que una voz interior
le decía de lo intimo de su corazon: Ye á lloraren el mon-
to donde lloró el Redentor, v.e á dorm1r a In sombra de la
pa lmera q ue cobijó á Jacob.
Rehusado por los electores, creyó que entonces no le era
posible ser úlil á su patria; y a si se despidió de todos sus
afectos, equipó un buque, y se rue con su esposa y su bija
única, hácia aquella tierra fecu nda en recuerdos é inspira·
ciones, y trajo de all i un libro que él solo bastaria para
inmortaliza r á su autor. En él ha sembrado ideas las mas
sublimes y generosas al lado de las mas variadas y pinl.o-
reseas descripciones: historia , política, lilosofi a, rcli!lion,
de todo hay en eso libro: puede decirse que el Poeta echó
en ól los cimientos de su fama política.
Un biógrafo moderno analiza asieste viaje, que constitu-
ye uno de los beohosmas importan.l esde la vida de Lamar-
tino: • Desde luego beaqui un hombre feliz por su gloria,
• (lOI' su opulencia, por su corazon , por los sagrados arce-
• tos del ·bogar doméstico, por la simpatía y admiracion de
• In muchedum bre, que se despide de cuanto ama.
• 'i luego, levada el ancla , y cuando el viento hincha
u lns velas, ¡con c¡uó ansiedad se sigue con la vista ú ese
"buque q ue conduce á una uob le mujer, una g1·aciosn
• criatura,· y la fortuna poética d!l la Francia! 1Con qu é de-
• licia se leen esos pormenore s sobre disposiciones inte-
• riores 1 ¡cuán atractivosso o esos cuidados do osposo y pa-
" t]¡·o, esa t•·ipulacion de diez y seis hombres que en cuerpo
"y alma pertenecen al poota. osa biblioteca do quinientos
• vol u menes, esa tienda levantada al pi o del rntlslil mayor,
• de fusiles, pistolas y s.1bles , y estoscualro caüones car-
• gados de motralla! - Tengo que defender dos) vidas que
"mo son mas ca1·as e¡ u e la propia mia. - dijo Lamartinc,

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OIOGOAFÍA DE L.\li,\1\TI:-/E . 109
o con cierta mezcla de solícitud y de altivez. Durante el
• 1·iaje de Marsella á Beyroulh el poeta eser1be en su líbro
• dia por dia en el rondo de la cámara, y por la noche en
• la cubierta. Sus escritos constituyen un mosaico variado
., confuso, aunque a~racti1•o, de rcRcxiones morales, de re-
• cuerdos, de meditaciones sobro lo presente y sobre lo
., porvenir, y junwmen~e varias descri¡>ciones de paisajes
"capaces de excitar la envidia del pintor m.. s esclarecido.
• Pasan rápidamente el poeta y el buque, hu yen las ri··
• bcrus ¡ y no obstan le , valles, montaiias, monumentos ,
e hombres, mar y cielo, todo lo ve á vista de pájaro y lo
• pinta con un colorido tao verdadero como delicioso. El
• interés va siempre en aumento, los variados episodios de
• la 1•ida marítima, de la vida oriental , van acumuhín-
• rlose ma s y ma s, nada falta, ni aun la calástrofe. Cada
• vez que el nombre ó la int<\gen deJuliaseencuentraba -
• jo Ju pluma de Mr. de Lam;n·tin e uno siente como cie1·ta
" oprcsion de espirito , uno se ext,·cmccc al oi r el acento
• apasionado de un padre que contempla á su hija y so
• complace retratándola deswcándose de aquel grupo de
• foguras ·;aronilcs y robustas, con las trenzas desprendí-
• das y undulanlessobresu blanco ves lid o, su hermoso ros-
• tro sonrosado, alegre, feliz, debajo de un sombrerillo
• de paja marino, enlazado debajo de la barba, travesean-
• do con un ga tito blanco del Cllpilan, ó con una nidada do
• pichon~s 111al'itirnos cogidos la víspera, y que se acuestan
• tlebajo de la cureña de un' caiíon, mientras la niüa les
• da las mig.~jas del pan de su mel'icnda. •
¡Ah! ve nhi la costa de Asid 1 ve nh i el Libano 1 V<l ahi
Beyrouth, la ciudad fawl que verá la muerle de Julia 1De-
sembarca nuestro viajero, compra cinco casas para su mu-
jer é hija, á quienes deja gozar de todas las magnificencias
de la vida oriental, y parle á Jerusalen coa una escolw de
''ci nte caballos perwnecientc á él. r,os sheiks de las tri-
bus le salen al encuen tro , todas las ci udades le abren las
¡merlas, y de su seguridad responden las au toridades con la
7

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HO 1\EVOLUCION DE FRANCIA.
C<lbeza. así lo quiso lbra in Pachá. Lady S!anbope, esa Se-
miramis en miniatura , medio sublime y medio loca , le
predijo marav illosos destinos; y los Ara bes, admirados de la
arrogante figura y de las brillantes armas de ese hombre
que pasaba al galo re con sus veinteginetes al través del de-
sierto, se inclinan delante del que llaman emir frangi, el
príncipe francés: el emir, era ese mero poeta que no
ha mucho solicitaba en vano á los traficantes en aceite y á
los fabricantes de azúcar de remolacha que tuviesen á bien
abrirle las puertas de la Cámara."
Los habitantes de Dunquerque no habían olvidado á
nuestro ilustre viajero, y le enviaron al través de los ma-
res un mandato legislativo. Fue preciso pensar en el re-
greso: la partida babia sido alegre y llena de esperanzas
y de proyec!Qs de felicidad; el regreso, sombrío y lleno de
afliccion. El poeta se babia llevado consigo su mujer y su
hija, dos peda;;;os de su cora::on, y conducía á Francia su
pobre hija fria y encerrada en un ataúd.
El día 4 de enero de 4834se presentó Mr. de Lamartine
por la primera vez en la tribuna en la d iscusion del men-
saje. Como á la sazon ninguno de los par tidos que dividían
el parlamenl<l le con venia perfectamente, se negó á alistar-
se en alguno, y prefirió permanecer aislado en sí mismo:
usódc un lcoglwjeque en él era el de la humanidad, de
la rcligion y de la libertad.
Como á orador, he aquí cualle ha juzgado Timon. «Mr.
«de Lamartine cada año se ha elevo do á mayor altura,
u y hoy se halla en plena posesioo de la gloria par"lamcn-
" !aria. Posee una)maginacion feli:r., una vasta memoria ,
« la cual recibe y reproduce cuanto en elln entra , que
«no vacila delante de interrupciones, se complace en su (
" marcha, y adelanta sin pcrdc•· el hilo incierto en medio
• de mil rodeos. Está dotado de ca lma en las borrascas
«de la tribuna, que por otra parte en torno suyosonmuy
«débiles, de una faciliclad maravillosa en apropiarse las
«ideas de los demás: facilidad q ue no cuenta otra seme-

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DIOGM FÍA DR LM>IARTINE. 1tt

• j~nte en 1~ asamblea; de una viva percepcion de las difi-


• cullades de cada asunto, de tan copiosa facultad de co-
·lorido, que maneja lodos los colores, disolviéndolos, mez-
• clándolos, combinándolos y muHiplicándolos al infinito, y
• en sus discursos ora se esparce en arroyos, ora en olea-
• das, ora en mar avillas. Posee un hermoso enlace en los
« pcl'iodos, uoaelocucion desa hogada y copiosa, nnas répli-
• cas animadas, una cadencia, número y armonía, una
«a bundancia de imágenes, de sonidos y de movimientos
<que dejan satisfecho al oído sin fatigarle, lo que pudiera
• fácilmente tomarse por sublime y grandiosa elocuencia,
• tanto :1 esta se parece la olocucionde Alr. de Lamartine.
La cucstion de Oriente le suministróocasíon de desenvol-
versus ideas sobre las bases de un nuevo sistema europeo.
Un elocuente y acalorado diSCllrso contra la pena de muerte;
generosas expresiones en favor de los niños expósitns; unn
hermosa improvisacion en la que luchó en favor de los
estudios clásicos contra el d iestro atleta Mr. Arago, que
hablaba en favor de las ciencias, valieron á Mr. de Lamar-
tine una pronta elevacion al rango de jefe, a cuyo alrede-
dor se agruparon unos pocos, y á esa corta falange se dió
el nombre de partido soci~l.
En dislíntas ocasiones ha descnvuello Lamartine sus
ideas sociales. No carecerá de interés el recogerlas aqui.
He uhi lo que dice sobre el Sansimonismo.
• mSansimonismo, dice, encierra en sí algo de verda-
" dero, grande y fecundo; á saber·, la aplicacion del Cris-
• tianísmo A la sociedad política , y la legislacíon de la
• fraternidad humana. Bajo ese punto de vista, soy tam-
• bren sansimoniano. Pero lo que ha fallado á esta secta
.. eclipsada, no ha sido una idea nidisclpulos; sino onje-
• re, un maestro, un regulador.
• Los orsanizadores del Sansimonismo~ equivocaron al
·• declarar desde luego una guerra á muertn á la Rcligion ,
·« á la p1·opiedad, á la familia ..... m mlrndo no se conquista
"' con la sola fuerza de una palab1'a ; y cuanrlo una idea uo

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li 2 RllVOLUCION DE FR.\NCI,\.
«es práctica no puede presentarse. al mundo social para
"convertirlo, removerlo é introducir graves mudanzas.
He ahí otro desarrollo de esa fraternal política.
«Decís que todo muere, qne no hay fe ni creencia. Hay
« nna fe: esta fe es la razon universal: la palabra es su
" órgano, la prensa su apóstol ; estazquiere rehacer á su
« imágen las religiones, las civilizaciones, las sociedades
« y las legislaciones.
• En cuanto á r eligion quiere un solo y perfecto Dios
•· por dogma ,"ta eterna moral por símbolo, la adoracion y
"la caridad por culto; en política, la human idad superior á
" las nacionalidades; en legislacion , la igualdad entre los
«hombres, la hermandad entre estos, ó el cristianismo
• legislacionado. »
Ejercía i\lr. de Lamartipe un grande influjo en la Cá-
mara, y tamhien lo ha tenido grande desde que se colocó
al frente de los negocios con tanta adhesion. Débelo á sus
debates en la Cámara, y tanto á sus eminentes dotes ora-
torias, como á la moralidad de su vida, á sus elevados
sentimientos, y sobre todo á la actitud tranquila, desin-
teresada, independiente y noble que siempr e ha sabido
conservar desde su entrada en la carrera política.
Para acabar de retratar á l\lr. de Lamartine , dirérnos
que en el conjunto de su persona se nota algo que nos trae
á la memoria á By ron : la misma hermosura de fisonomía ,
el mismo mirar, la misma aficion á la elegancia en el ves-
ti¡·, el mismo aire tieso y airoso un tanto inglés, pero no -
b le y distinguido; y si añadimos para completar la seme-
janza un tr en de grao señor, un palacio suntuoso, caballos
de raza pura, una qu inta magnífica, será preciso conclu í¡·
que los tiempos del Taso y de Camoens han cambiado
mucho, y que hoy di a bien puede uno ser gran poeta sin
mori r en un hospital.

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DIOGRAFÍ-\ DE LUIS DLM'IC. 11 3

Dlr. Luis Blanc.


( Pruúllnlt de la Organi::acion thl lral>o)o.)

Lois IJianc es el was jóvon de los miembros del Gobierno


provision al , pucst.o que solo cuenta en la actualida d 37
aiios
Desciende de uoa honrada familia de Rouergn e, pero
nació on 3lad rid en 18·13, donde residía so pad re como
inspector general de hacienda en la corLe del rey José Bo-
nal>arto.
Poco tiempo dospucs de su nacimion to, la ca ida de Na-
poleon arrastró consigo la de todos los t.·onos c¡ne babia
erigido 1>ara su;; hermanos. Los Francese s que habían so-
guido al rey José, regresaro n á su patria, y el padre de Luis
Dla nc fue á establece rse en París; pero dejó á su hijo en
1\odes; y en el colegio real do esta .ciudad siguió sus cslu-
dio3 Luis Blanc.
Pocos escritores han entrado tan jóvenes como Lui s
Dlanc on la ca•·•·er·a literaria y política. A los diez y nueve
aiios fuo á París, 1>ocos días dcspucs do la gloriosa revolu-
cion de julio de 1830. Inmediat amen te entró en las filas del
periodismo , y escribió en una multitud de diarios. Poco
tie01po despues do su aparicion en los diarios de París,
fue llamado ó Arras, donde trabajó activamente en la ro-
daccion de uno do los periódicos mas imporlaulcs y de los
mas republica nos del depa1·tamento cll''·ogrcs clu Pas ele
Calais. Ese jó1•en escrit.or dirigió por ose mismo tiempo dos
manuscrilos á la Academi a do 1\ rras, en que dcsem•olvia
las ideas mas liberales , y fueron premiados. Foo el uno un

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H 4 REVOLUCION DE FJIANCJ,\.
poema de quinientos versos, totulado llfirabcau; y el otro
un elogio de Manuel. Desde un principio ya Luís Blanc so-
lo empleó la literatura como un arma pol ítica.
Volvió á París en i834 con una fama colmada; participó
deJa redaccion de la Revtwclemoc?·atique, luego de la Nouve-
lle Minerve. Estas dos colecciones contienen artículos muy
notables salidos de su pluma; en dos años de estudios el que
fue simple soldado llegó á ser general y en i 836 se le con-
fió la direccion polilica del periód ico el Bon Sens. Durante
dos años llenos de luchas y de peligros este periódico sostuvo
con vigor la causa de la libertad tan vivamente atacada ;
su tan jóven como into·épido redactor principal se babia ya
conq uistado en el ejército de la prensa un puesto al lado
de los Ca..rel y de los .Marrast.
En enero de 1839 Luís Dlanc quiso retirarse de las aca-
loradas luchas y de Jos apresurados y urgentes trabajos
diarios, con el intento de crear un periódico mas grave
y rellexi vo, y fundó la llei/Uedu P1·ogrcs social. Esta Revis-
ta le valió un lugar muy respetable en la prensa dándolo
á conocer particu larmente como economista y filósofo. En
ella publicó un libro notable, y que en la actualidad cons-
tituye su mas bello título á la elevada mision que se le ha
confiado: la OrganiZ4CÍOII del trabajo.
En dicha época {1 839) tuvo lugar una de las ci rcunstan-
ci~s mas dramaticas de la vida de Luis Blanc. Vivia en la
calle de Luís el GTamcle, y una noche al tiempo de regre-
sar á su casa acometióle un desconocido y le dió varias
hel"idas, dejándolo por muer to en el suelo. El asesino
quedó desconocido ..Atribuyósc entonces esa infame ven-
g;wza á la emocion que causó un articulo que Luis Dlaoc
publicó en la llevtte clu P1·ogres : era el informe de las ldeas
napoleónicas del príncipe Luis Bonaplrte. Poco fa ltó que
uu malvado privase entonces á la Fo·ancia de uno de sus
mas bellos monumentos históricos; á saber , la Histoirc de
diJJ ans.
Las heridas de Luis Blanc no fueron tan peligrosas como

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DIOGI\AFÍ,\ Dtl LUIS DLANC. H 5
era de temer, por lo que bastó un mes á su restablecimien-
to.
El princip al título de Luis Blanc á la inmens a fama que
se ba granjeado , es, como todo el mundo sabe, la 11istoi-
re declix ans (1830-1 840) Como escritor , como politico ,
como historiador, como filósofo, esta publicacion le colocó
en el rango de los primeros escritores.
Es necesario habers e ocupado uno mismo en trabajo s
históricos para conoce r y aprecia r debida mente cuanta s
graves investigaciones, cuanto s trabajo s penosos, cuanta s
indugaciones difíciles y cuanta firmeza de carácte r necesitó
para escribi r esa grande epopeya, para hacer salir la ver-
dad de ese caos, en el cual tantas pasiones estaban intere-
sad¡ts en dejar reinarl a oscuridad.
Faltaba á la Francia un historiador revolucionario de la
revolucion francesa , y Lu ís Dlanc empren dió esa tarea , y
nadi<l ignora la superioridad dll estilo, de criterio y de filo-
sofía con que ha escrito los dos primeros tomos de su
grande historia. Luis Dlanc compar te con Dereng oer una
gloria muy difícil, sus libros son bien acogido s tanto ·e n los
salor>es como en las guardi llas, tanto en el gabme te del
sabio, cQmo en el tuller del artesan o : tal vez porque Luís
Blanc es un verdad ero hijo del pueblo y al mismo pert~ne­
ce en cuanto á su inteligencia y su corazo n.
El éxito maravilloso de sus publica ciones de ningou mo-
do le hao ensobe rbecido; pues siempre se ha notado en él
la misma sencillez, la misma reclilud en so condue la, ni
se le ve ostenta r lujo alguno , ni jamás ha dejado de ha-
llársele en las fondas mas humildes, siendo boy lo mismo
• que era hace doez aiios. ·
Sus amigos person ules y políticos deseab an verle en la
Cámar a, y á fin de propor cionarl e la renta que exigían pa-
ra ser elegible las leyes que poco hace regían en Francia ,
lu ego que llegó á la edad compe tente le compra ron una
ca~. Asi pues, debía presen tarse en las primer
as eleccio-
nes.

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IIG IIEVULliCION DE fi\ANC IA .
Luís Dlauc liono una estatura enana, pero el mi !'ar vivo
y ardiente do un español , la voz sonora, y mas fuerte de
lo que pudiera creerse en v1sta do su exterior. Sus ges-
tos son prontos y decididos , y sin duda es su destinoob-
lon er grandes tl'iunfos parlamentarios.
Los que lo ven la primera vez, tóman lo por un muchacho;
poro los que en estos úllimos días le han visto en la Casa
de Ayuntamiento , saben que ese cuerpo endeble encier-
ra un gran eorazon y el alma ele un Ll'ibuno.
Uno de Jos libros mas importan tes de Lu is Blanc os sin
contradiccion el de la Orqani::acion del trabajo ; materia
muy digna de ser profundam ente estudiada y meditada
po1· un talento lógico y grav~. No han faltado detractore s
·qu e se han propuesto burlarse ·de sus teorías, declarán-
dolas impracticables; pero ese jóven defensor de los de-
rechos del pueblo ha probado que sabría poner en prácti-
ca los generosos sistemas salidos ele su pluma.
En dicha obra , empieza el autor haciendo la estadística
de losslla rios, y demuestr a en un estado formado segun
datos auténticos que la s mujeres en general solo ganan 7¡¡
eón timos al día , jornal insuficiente ó asegurar la vida ma-
tcl'ial; y esto con tres meses de suspension de trpbajos ;
Sobre todo, ba demostrado con una admirable claridad que
á concurren cia de los trabajado res en tre sí, y In de los
amos, era la causa única. do la miseria de las cla ses la bo-
riosas.
La cueslíon es esta : ¿Es la concurren cia un medio de
asegurar trabajo al pobre? Pero plantear as! la cucslion ,
os ya resolverla. ¿Qué es la concurre ncia co n respecto io
los t1·abajadores ? Es el trabajo dado á subasta. Un empre-
sario tiene necesidad de un trabaj ador : y se le presentan
tres.¿ Cuánto quieres tú por tú trabajo ? - Tres francos;
pues tengo mujeré hijos. - Muy bien; ¿y tú ? - Dos fran-
cos y medio, pues aunqu e tengo mujer, no tengo hijos.-
Muy bien :¿y tú?- Dos francos mo bastan , puesto que
soy soltero. -Corrien te , tú eres preferido ; y queda cer-

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BIOGRAPI,\ DE LUIS DL1\NC.

rado el trato.- ¿Que será de los dos proletarios cscluidos'?


-Es de creet· que se morirán de hambre. -¿poro y si
se echaren á robar? -No hay cuidado, pues para eso t-e-
nemos gendarmes. - Ysi asesinase n'- Tenemos un ver-
dugo. -Si por acaso se presenta otro hombre bastante
robusto para ayu nar un día por otro, no cabe duda que se
lle1•ará la prefe•·encia todavía sobre el mas afortunado de
los tres. Nuevo paria , nue1•o recluta para el presidio aca-
so.
Despues de haber publicado los argumentos críticos del
jóveo economista, debemos referir el remedio que propo-
nía en esa cuestion gravo y embarazosa.

De que modo creemos que podría organi::arse el trabajo.

•· El Gobierno pudiet·a considerars e como el resutador


supremo de la produccion , é investido de una grao fuer-
za para el desempeüo de este cometido.
• Su cargo pudiera ser emplear la misma arma de la
"concurrencia , para desvanecer lu concurrenc ia.
• Podl'iu el Gobierno hacer un emp•·éstito, cuyo prod ucto
• >e emplcJsc en la fundaciotl de talleres sociaks en los ra-
• mos mas importantes de la industria nacional.
• Como la fundaeion de dichos talleres exigi ría un fondo
• considerabl e, el número d.e ellos debiera precisa men-
• le ser reducido , pero en virtud de su misn•a o•·saniza-
• e ion, como se verá lo eso, estarían dotados de una inmensa
« fuerza expansiva.
• Siendo el gobierno considerado como el único fundador
• de dichos talleres sociales, el mismo redactaría sus esta-
• tu tos. Dicha redaccion, deliberada y volada por la repre-
• seotacion nacional, tendría fuerza de ley.
e Fueran llamados á trabajar en los talleres sociales, has-
• la concurrenc ia del cnpita l primitivamente r eunido para
"la compra do los instru mentos do ta·abajo, lodos los Ira-
• bajadores que ofreciesen garantía de honradez.
7.

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H8 IIEVOLUCION DB FRANCI A.
"A unque la educacion fa lsa y antisocial q ue se da á la
• actual generacion h ace m uy dificil hallar otro medio que
"un aumento de retribueion pa ra estim ular, los salarios
"seriJn iguales, mien tras que otraeducacion enteramen te
• d iversa vendría luego á cambia r las ideas y las costum-
" bres.
"Para el primer año sigu iente al establecim iento de los
• talleres socia les, el gobie rno a r·reglaria:la gera rq uia de los
• empleos; pero pasado el primer año fuera otra cosa; pues
• h abiendo tenido tiempo los operarios pa ra aprecia r·se re-
" cíprocamcnte, y hallándose todos igualmente inter·csa-
« dos, como vamos á ver, en el éx ito de la asociacion , la
• gerarquía sa ldl'ia del priocipio electivo.
«Anualmente se forrnar·ia la cuenta del beneficio liqui-
" do, del cual se ba ria tres partes: la u na se .repar·ti l'ia en
"porciones iguales entre los miembros de la asociacion; la
" otra se destiunria: 1. • a l mantenim iento de los ancianos,
«de los enfermos y de los imped idos; 2. 0 al alivio de las c ri-
• sis que sufriesen otras industrias, puesto que todtlsell as
· • se deben mutuo socorro; 3. e y último, se destina ria á la
" adquisicion de útiles y enseres para aquellos que desea-
" sen forma r parte de la asociacion, de manera que pu-
• diese extenderse indefioidarneote.
« En cada una de estas asociaciones formadas po r las ·
« industrias que pueden ejercerse en grande, pudieran
• admi tirse los que per tenecen á profesiones que por su
«m isma esencia obligan á extenderse y á localizarse.
• Aunq ue cada taller social pudiera componerse de d iver-
"sas profesionesagr•upadasen torno de una grande indus-
" tria, como partes distintas de un mismo todo, obede-
« ciendo á u nas mismas leyes, y p<rrlicipandq de iguales ven -
• tajas.
• Cada miembro de un taller socia l tendría derecho de
• d isponer de su salario segun le convin iese; pero la e vi-
" dente economía, y la incontestable excelencia de la vida
• en comunidad, no tardarían en hacer nacer de la aso-

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BIOGRAFÍA DE I,UIS II~ANC. 119

• ciacion de trabajo s, la volunt,aria asociacion de ncccsi-


• dadcs y de recreos. •
Tales eran las ideas liberale s de Mr. Luis Dlanc bajo el
reinado de Luis Felipe, ideas que derendió contra osados
adversarios con un óxiiO constan te, cuando era imposible
prever que pronto pudiera haber ocusion do red uci rlas á
la práctica.
Despues que Luís Dlanc ha entrado en el Gobierno pro-
visional , ha sido llamado á demostrar pública mente que
sus teoría& no eran peligrosos ensayo s sobre achaqu es so-
cia les, sino, muy al contrario , unos remedios tanto mas
eficaces , cuan to son discutidos por los mismos enrcrmos.
lió aquí Jo que ya se ha verillc:~do: se ban convocado tr:~­
bajadoresdo todo el cuer·po del estado, y refiérese el rruto
de sus deliberaciones .
La comision instituida por el Gobierno provisional pa-
ra estudia r las cuestiones relativas á la situacion de los
trabajadores hase reunido en el Luxemburgo bajo la
presidencia de Mr. Luis Blanc, otro miembro del Gobierno
provisio nal , Mr. Albert, operar io, nombrado vicepre si-
dente de la comision ballába se sentado en el despacho.
De l50 á !00 operarios delegados por diversos cuerpo s de
artesan os t.omnron parte en o! debate con Mr. LuísDlanc y
Arago. La Comision se ocupó en la duracion del Ira bajo y
en el ajt•ste.
Una numerosa reunion do dueiios de establecim ien tos
industria le.~ examin ó tambicn en el Luxemburgo dichas
cuestiones. Se dieron inrormcs exactos sobre el ajuste, do
los que resulta que deben distinguirse varias especies de
ajustes. Hay traficantes que sub-arr iendan ciert.as partes
de trabajo s, y los hacen ejecuta r á jornal por lrabaj,.do-
res que esLan bajo sus órdene s directas. Esta especie de
ajustes es opresivo para el trabaja dor, y su abolicion no
solo es consen tida, sino reclamada por la asamblea. Hay
l ucgo el ajuste individ ual, que consiste en njustar· por tJic-
;:;as.

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1!0 nBVOLUCI ON DE PRM~CI.\,

Esta ultima especie es tao proveocbsa al oper·nrio como


al dueiio, pues á aquel le produce un beneficio á pro-
porcion de su actividad , y á este ultimo una ejecucion
mas pronta. Por consiguiente debe conservarse. Hay final-
mente otra especie de ajuste, quecon siste en una empresa
hecha por varios operario s en comun mediant e su asocia-
cion, repartién dose los beneficios que resulten despues
ele satisfechos el jornal de cada uno, cuya repar·ticion so
hace á prorata del jornal de cada uno de los asociados.
Este es u o gérmen do asociacion, que es muy úLil conserva r
y estimular.
Tocante á la duracion del trabajo so ha aceptado por los
amos lareducc ion de una bora. La asamble a se separó ani-
mada de un espíritu de asociacion que honra sobre man&-
ra á lodos sus miembros.
A consecuencia do esas explicaciones contradictoria-
mente discuttda sde amos y trabajado res , el Gobierno pro-
visional ha expedido el decreto que sigue:
Visto el informe do la Comision del Gobierno 11a ra lus
trabajadores.
f Considerando: •
4.o Que un trabajo mecáni~o demasiado duradero no
solo arruina la salud del trabajad or, sino que á mus im-
pidiéndole cultivar su inteligen cia, sofoca la dignidad bu-
mana;
2. o Que la explotac ion del trabajad or por los sub-em-
presarios es esencialm ente· injusta, vejatoria y opuesta al
principio de fraternid ad ;
El Gobrerno provisional de la República decreta:
1. o La duracion del jorna l queda disminuida de una
hora; por coosigunrníe en Paris , donde era esle de once
horas, queda reducido á diez, y en las provinci as, donde
hasta ahor·a fue el jornal de doce horas, <tueda robrojado ú
once.
i. 0 La explotacion de los trabajado res por los sub-em-
presario¡¡ ó esta manera de ajuste, queda abolido.

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DtOCI\AFÍt\ UY. LUIS UL.\~C.
Ut

• Oicn entendido que las asociaciones de operad os que


• no llevan por objctol aexplo tacion de losjorn alerosu nos
" por otros no se consideran como ajuste por suba !ternos. •
• 0 UPONT (del' Euro), ÁRAGO , ALBERT , (opera rio)
• Cnt:MJE ux, Ft.ocoN, GAIINJBn PAclls, L~li ARTJNR
e< Luís BLANC, MAnti.I ST, liJAn m. •
El Secreta rio genera l del Gobierno provisional.
P.\GUSRnB .

El ajusl<ldor formaba en las clases laboriosas la indivi-


dualidad de esa concurrencia que el economista reprue ba:
era un abuso que se bace desapa recer para siempr e de
las costum bres populares.
Sin duda Mr. Luis Dlanc no limitará aquí sus proyec tos
. de mejora s; pues ha llegado el tiempo de aJTegla r el em-
pleo y la retribucion del trabajo , de clasificar á cada ope-
rario segun su capacid ad , de proteger á unos y á otros,
al tiempo que se tome en cuenta la causa de los ducílos,
que es la de la industria nacional. Croemos que no se mos-
lra•·~ inrerio r á su mision .

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1~2 nBVOI.tJCION DB FR1\ NCIA.

~Ir. Arago.

Este sabio , que todas las naciones civilizadas


envidian á
la Fran cia, nació en Estagcl (Pirineos orien
tales l el 26 de
febre ro de 1786. La viveza do carác ter pecu
liar á los hijos
del Mediodía al principio fue un obstá cu lo para
su aplic a-
cion al estud io, en térmi nos que á la edad
de H aiios to-
davía no sabia leer, aun cuan do pronto debía
infla mar su
alma el afan de instruirse. Siendo pobre su
familia, impo -
níase los mayores sacrificios para subvenir á
lains trucc ion
del jóven Arago ; pero el desprendimiento
de esla familia
produ jo sus fruto s, y á la edad do veint e años
ya entró
Mr. Arago á ocup ar un lugar distinguido entre
los sabio s
de Euro pa. Habié ndole admitido en 4804
on la Escuela
politécnica , el alto sigui ente fue nomb rado
secre tario de
la junta do Longitude s. Asoc ióse á 1\lr. Diot
y á dos comi -
sionados españoles, llamados Cbaix y l\odr iguez
, para em-
prend er una operacion científica de la masa lta
importancia,
pues traláb ase de medir mas exact amen te
el arco del me-
ridiano lerre stro comp rendido entre Barcelona
y Dunq uer-
c¡ue.
No segui rémo sá Mr. Arago en sus diversas
ex1>edicioncs
científicas á Espa ña , dond e corri ó los mas inmin
entes ries-
gos de resultas de la guerr a que á la sazon
había en esta
nacion. Trásg rande s vicisitudes , Mr. Arago pudo
desem bar-
car en Mars ella en el veran o de~ 809. Dirig
ióso á París ,
dond e publi có el resul tado de sus observacio
nes en una rc-
lacion inser ta en el Mercure. Los descubrimi
entos que en

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DIOG IIAF IA DE ARA()O . 123

ella exponía llamar on la ateocio n de Europa hácia el sa-


bio francés y le abrier on la senda del Institu to, en el cual
entró á la muerte del célebr e Lalande. Duran te 9llmp erio
nombrósele profesor de la escuel a politécnica , donde eñ-
sciíó el aoálísi s, la geodes ia , y la a ritmétíca socia l.
Despues de la revolucion de 1830, llegó á ser direct or
s,
del observ atorio y del despacho de Longitudes. Ademá
es secreta r io per petuo de la Acade mia do Cienci as.
Los méritos de Mr. Arago consid erado como sabio son
s,
bestanle conocidos. La física, .entr·e otros muchos trabajo
le debe la teoría de los fluidos impon derabl es, cuya pri-
mera idea remon ta á Ro¡;erio Bacon , fraile inglés. Junto
de
con Alr. Guy Lusac ha fundado la colecc ion de Anales
física y de químic a. Anual mente public a el Anuar io ele l4s
longitudes, redactado ti su vista, y en el cual se nota n muy
ó-
interesantes tareas relativ as á cuestio nes físicas y astron
micas. A mas ha tomado parte en la public acion de varios
las
manuales clcme ntares destínados á la instruc cion de
admirn cion nos
clases trabaja doras ; por lo que· ningun a
causó el leer en todos los periódicos que un trabaja dor, vien-
rno
do pasa r á Mr. Arago con los demás miemb ros del Gobie
provisio nal dirigirse 6 la coluna de julio el dia de la inau-
guracioo de In repúbl ica, dijo: Nada tenemos ya que temer
pues poseemos en el gobier no un hombre que trae la lluvia
y el buen tiempo.
A los esfuer zos de 1\lr. Arago clóbese el estable cimien to
deltélegrafo eléctrico en Franci a.
En 183t el colc¡;io elector al de Pcrpiiinn lo envió á la
Cámar a, donde fuó á senta rse aliado do los Lallile , Du-
de
pont de 1' Bu re, Lafay ette, y junto con los amant es
s liberta des comba tió las medid as r eaccio nar ias de l
nuestra
la
gobier no caído. En las cuestio nes especi ales, ocupab a
la Cámar a entera suspen sa de sus
tribuna como dueiio ; y
n-
labios escuchaba con avidez su elocuc ionlum inosa, fecu
por
da y pi ntores ca bija de una grand e inteligencia dolada
-
la natu raleza con el sello de una d iccion original. Prestá

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12~ 1\E\'OLUCION OE FRAN CIA.
b~le 1~ Cáma ra toda su ntcnc ion, lo mismo que el
ávido
concu rso que ncudin á oír sus lecciones de astro
nomí a has-
ta al extre mo de París .
Cuando Mr. Arago habla , su cara adqu iere
una expre-
sion sorpr ende nte; sus cejas tiemblan cual
agitadas por el
inme nso traba jo que bajo su frent e opera n
sus ideas. Mu-
chos discursos notab les ha pron uncia do, en
especial na-
d io ba olvidado los que se refer ían á las fortif
icaciones de
Parfs ; ni la e:-:actitud mate mátic a con que
probó á Mr.
Allard que los fuel'te s aislados podían inccn
di~r la capital.
Este ilustr e ciuda dano gusta much o de citar
los nomb res
do los hijos del pueblo quo se han distinguido
en las cien-
cias y en las letra s, nomb res,q ue se repit en
á cada iustan-
te en sus conv ersac iones , en sus escri tos,
y en sus dis-
cursos. Arago nunc a ha podido olvid ar los esfue
rzos que le
ob ligó á hacer la escaso?. de fortuna.
El pueb lo de febrero de 1848, se acord ó del
nomb re po-
pular y brilla nte de Mr. Arago, y so apode•·ó
de él pMa
inves tirle con una parte de su poder. Poste
riorm ente ha
sido llamado al minis terio de marin a.
El 28 de febrero, día de la solem ne proclamac
ion de la
r epúb l ica en la plaza de la Bastilla Mr.
1 Ara go tomó la
palab ra dicie ndo: • El Gobierno provisiona
l ha creíd o de
«su debe r proclama •· la repúb lica en presc
nci<I del hcrói-
• co pueb lo de Paris 1 cuya espon tanea aclam
acion babia
" ya consagrado esta fo•·ma de gobie rno. Falla
, es cierto ,
" la sancion do toda la Fran cia; pero csla ratifi
cará el voto
• del pueblo de París , el cual ha dado un
nuevo y m¡og-
• nifico ejem plo de valor , fuer1.a y modcrncio
n .... ¡ Ciuda-
" danos! niiadió con entus iasm o, repet id conm
igo esto gri·
« lo popu lar: ¡ Viva la República! •
Al insta nte los miembros del Gobierno provi
siona l se
dcscuh•·icroo; y lodos á la vez grita ron:¡ Viva
la Re¡níbli-
ca! grito que halló ceo en toda la 17ranc
ia.

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UIOGn.IYI,\ DE L EORU-ROLLIN .

nJr. Lellru·Rolliu.

1\acióen 1807. Siendo abogado en el tribunal de CaSJ-


cion, dimitió su destino apenas fue nombrado d1putado por
el segu ndo Colegio del Mans e n 184·1. Reemplazó al res-
petable Mr. Ga rnier Pagcs.
Hacia mucho tiewpo que Mr. Ledru-Rollin se cont<lbn
entre las notabilida des del tribun al y entre los amantes de
la libertn u. En •1833 •·cdoct6 una co nsulta cont•·a el ré¡;i-
mcn de los consejos de g uerra c reados al poner e n cs-
l<ado de sitio á París. Puo muy nolahle una memoria que
publicó sobre las desgracias de In calle de Transntmain en
1834, siendo Mr. Thie rs ministro d el interior y Mr. Du-
geaud comandan te de la fuerza armada.
La voz de ) fr. Ledru-1\o llin siempre resonó en favor de
todos los acos;¡dos del partido democráti co: asi, defendió
á Dupoty anLCl el tribun al de Pares, bien que no pudo ar-
ra nca rlo alas red es con que el abogado genera l Hebc rt ,
ex-ministro , envolvió al acusado, exclaman do :1 cada ins-
tante: ¡Complicidad moral/ ¡ compliciiÜid moral/
~icrupr·e hemos visto á Mr: Led ru-1\ollin subir· á la tribu-
na e n aquellas c uestiones e n c¡uc la democr·acia ó la hu -
manidad tcniao algo que disputar al egoísmo del poder
ca ido.
El fue quien pid ió la inl'orrnacion sobre lo suerte . d e los
trabajador es:¡ inútil tentativa! Dion lo dijo Ma·. Sauzot:
La Cámara no IÜJ trabajo. La Francia no puede babor o l-
vidado los .Jos discursos de Mr. Lcdru-Ro llin sobre la abo-

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1~6 RBVOLUCION DE FRANCIA.
licion de la esclav itud, ni el cuadro en que trazó con tan
enérgica sencillez los padccimienkls con que ávidos y em-
pedernidos colonos abrum aban á ancian os, mujere s y ni-
iios. Los generosos acentos del orador hallaro n simpat
ía
hasta en los mismos que constantemente se dedica ran
á
negársela, y arrastr ó la reorganiz.acion de la magistratura
colonial, que había sido antes sobrado indulg ente para
con los dueños de esclavos.
Los banqu etes de Lille y de Oijon, en los cuales llevó tan
a !la la bande ra democr·ática estan todavía presen tes en
el
ánimo de todos los france ses, y aun arden los pechos con
el fuego que en ellos encendió su patriótica iodignacion
contra el gobierno de julio. En el mes de febrero último
en la discusion del mensa je, se acrece ntó mns y mas aun
la nombradía del orador con una acalorada improvisacion
que llamó vivamente la atencion de la Cáma ra, y con
la
cual pulverizó las r3Zones del elocuente procurador del
ex-ministro Beber!, que en la Cart-a bailaba un texto para
la
probibicion de los banquetes.
A!r. Ledru-Rollin tiene taltlrm eza de caráct er que sin
razon se ba lomado por ex agcracion , pues de lodos mo-
dos quiere salvar la República.
Difundióse el rumor de una desavenencia entre él y
Mr. Lamarline ¡ pero en la manirestacion popular dcl17 de
marzo , viósele familiarmeole apoyado en el hombro de
este ú ltimo. Díjose que trataba de desconceptua r el ojér-
cikl ¡ pero véase lo que contestó en el patio del minis-
terio del interior á los trabajadores que solicilabarJ la sa
li -
da de las tropas :
• ¡Pedís que se aleje al ejército !no hay duda, ciudad a-
• nos , que cuand o el ejército so convierte en instru men-
• lo de la tiranía , cuando se constituye en guardi a preto-
• riana, merece el odio de los valientes amigos do la Ji-
« bertad . ¿Pero so ve esto en nuestr as denodadas
tropas ?
• Se han mostrado dispuestas á combatir por nuestr os opre-
• soros ?Ciertamente c¡ucoadicde vosotros podrá poner en

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BJOGRAPIA DE LEDRÚ- ROLLJN. 4!7

, duda el valor de nuestros soldados, ni de su fuerza , ni


e de su poder; con todo, en la s jornadas de febrero el ejer-
• cito no quiso luchar , fraternizó con nosotros, y contem-
• pió como huia sin escolta el mal aconsejado monarca.
, El ejérci to, amigos mios, es el pueblo ; los soldados son
e de los nuestros, de los vuestros , de tooos (ruidosas acta-
• maciones). ¿Querríais proscrib ir y poner en el número
• de los parias á unos hombres que son vuestra sangre,
.vuestra alma, una porcion de vosotros mismos? (Muy
• bina/ m11y bien! J. No, ciudadanos, tales sentimientos de
e injusticia, de desconfianza y de exclusion no pueden ca-
• bcr en vosotros. Resucita r ahora clasificaciones y ca te-
• gorias do ciudadanos seria un deplorable error.(¡ Es ver-
• dad 1) Por otra parte , ¿porqué se ha invocado la ínter-
• vcncion , no de un ejército , sino de dos 6 tres regimien -
• tos? No por otro motivo, sino para aliviar á la Guardia
• nacional. Todos os damos las gracias por vueslro zelo,
• se las tributamos á la Guardia nacional entera por esa
, admi••able actividad con que ha mantenido el sosiego en
e esta numerosa poblacion. Pero no debemos abusar do
• vuestra buena voluntad, y be aquí porque hemos llama-
• do á vuestro lado á vuestros hermanos del ejército(¡ Muy
• bien! muy bien!) .
• Levantemos pues nueslra vo:¡; en favor de este ejército,
• pues él en nuestros dios de humillacion , ha sido en la
• Argelia la salvaguardia del hono r de la patria. Mientras
1 C(Uela Francia enlregadaal extranjero por losgobe
rnan-
1 les que han caído estaba de continuo expuesta á homi-
• llaciones, el ejérc ito, misionero delacivilizacion, llevaba
• muy al la la bandera fmncesa haciendo conocer á unos
• lJUeblosharbaros las grandezas de nu estra patria (gran-
• des aclamaciones). Abandonad pues ruines descon6an-
" zas , y seréis j ustos , y buenos ciudadanos ; y mostra-
, rcisestar unidos todos en una misma idea gritando con-
• migo;¡ Viva el ejército! (Grandes clamores de entusias -
• mo: ¡ Viva la Re¡mblica! í Viva Ledru-Rollin !) "

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· ~s DBVOLUCION DB FRA!>CJA.

3lr. Garniel' Pages.

t\ació Garnier Pases en Marsella en l 805, cuatro aiios


despues que su hermano. Ambos tiernamente unidos de-
terminaron no abandonarse nunca y seguir los vicisitudes
de una misma suerl~. • Tú haz un nombre , y yo haré la
fortuna. • dijo el menor al mayor , y ambos consiguieron
su objel.o; pues mientras el orador ilustraba el nombre de
Garn ier Pages; el hermano, corredor de comercio, levan-
taba con paciencia el edificio de una modesta fortuna, y
hallaba la recompensa do sus afanes en los cuidados do
una amable familia. Pero ¡ahl pronto vino ellutoáaciba-
rartantassalisfaccione s, pues Ganier Pagl!s el mayor mu-
rió. Bl menor tenia que sostener el brillo de una nombra-
día debida á numerosos triunfos parlamentarios; pero no
se desanimó. Fuerte con los estudios especiales :í que se
había dedicado en el silencio, presentóse en 1 8.~·1 ante los
electores de Verncuill (Eure), que le enviaron it la C:\-
mnra.
Lacuestionde los azúcares, la conversion de las rentas,
los caminos de hierro , los presupuestos, suministraron á
Garnier Pases mil ocasiones de lucimiento; r ahorró algu-
nos millones á los contribuyentes en la discusion de las
cargas de las compaiiias de los ferrocarriles . Su rigida pro-
bidad y su golpe de vista financiero dieron mucho c¡uc ha-
cer á los ministros Laca ,•e-La¡>lagoe y Dumon, á quienes
ponía en aprielo con su lógica de ci fras.
El modo como Ga rnicr Pagcs desempeña el ministerio de

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PAGÉS. 429 ~
DIO GM FI,\ DB G"l\ NIB B
confiado , pru eba la com pe-
hacienda desde que se le ha
caíd o.
tencia de su crit ica al pod er
dos via jes : uno á Esp aña , y otro 6.
Garnier Pag es hizo -
mej or observado que los bos
Argel. Nada mas curioso ni rela til•a me nte á la
la trib una
quejos que le bemosoido en
da en España. Igualm ent e,
mala adm inis kac ion de hac ien
adq uiri ó sob ro la hac ien da
gracias á los cooocim ien tos quc
n pub lica , cua ndo el minis.-
cspaiiola , conmovió la opinio la
ba dispuesto á con sen tir en
t•·o Lac ave -La pla gue seb alla l que ría que se
dricl, el cua
demanda del Gobierno de llla
zase en la bol sa la nue va ren ta dol tres por ciento. Así
coti
tod as las cuestiones rela ti-
dicha ren ta no se co! izó. En
de oir hab lar á Mr. Gar nic r
vas á Argel se esta ba seg uro
res es de esa comarca.
Pagcs ex. proreso de los inte
n dem ost rar la dignidad y lealtad de
No nos esro rza rém ose
s es una de esas nat ura lez as
carácter de Gar nie r· Pages, pue
relicesquo asp iran siem pre
á virt ud y á la dic ha de to-
la
dos.
ldo de su bue n der·echo, ha
Resuelto como hom bre arm
a¡¡itadores de las pacificas ma-
sido uno de los ma s rervorosos
tcs. No retrocedió ant e la luc ha,
nirestaciones de los.ban que -
sist ir en lom ar par te en el ban
y no5e ignora que quiso per te la cieg a resi sten cia
obs t3n
quete del ~~ de reb rer o, no de
hacia su ruin a. El nom bre
de un pod er que ma rch aba oni o de la hist o-
os es pat rim
ambos hermanos Gar nic r Pag
ria.

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130 RJWO LUC:ION rm PII ANCJA .

ftll'. de ~lat' l'USt.

La vida de Marrast se halla cont enid a


en las diari as im-
pres ione s que la polémica de los parti
dos sum inist raba á
este escri tor cá ustico yoriginal. Echa rse
en el movimiento de
las idea s para prop agar las unas y atac
ar las otras; criticar
los actos del gobi erno cuan do es repre
nsib le (y el anli-
guo lo fue muy á menudo) ; aten uar los
discursos de los di-
putados in teresados en purif icar al
ministeri o, ani-
mar á los que necesitaban estim ulo,
tal fue el papel de
este periodista de la oposicion.
Aunque los escritos de Marras! prese ntab
an un tono lige-
ro , y sus pensamientos fueron cbanpero
s, de modo que es-
llls cualidades podían colocarlos en la
cla se de los de fan-
tasía , no obst ante , su ploma sabia loma
r el tono grav e del
publicista en aque llas cuestiones que inter
esa ban al honor
nacional , ó á las libertarles patrias. Este
perio dista , cosa
bast ante rara , había hecho profundos
estudios.
Antes de ser Marras! el reda ctor prin cipa
l del National,
cooperó á la fundacion de la Tribunt ,
pcriodico muy acre -
ditado dura nte los primeros aiíos que
siguieron á In rcvo -
lucion de julio . La Tribunt hizo crud
a guer ra al pode r,
quien le volv ió do sobras su malq uere
n cia ; pues á fuerza
de sent enci as este periódico qued ó supr
imid o , y estando
compr·cndido Mnrrust en el último proc
eso, viósc obligado
:1 pasa r cllls trcch o.
Ya se sabe que este miembro del Gob
ierno provisional
acab a de ser uombrado •naire de París
en rcem¡)lazo d<~
Mr. Garn icr Pagés que pasó en la haci
enda.

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BIOGR.\FIA DE PLOCON . 131

~11' . tle Flocon.

Fernando Flocon fne antigno colaborad or del Coun-i~~r


francais y del Natior1al. Desempeiiaba el empleo baslante
lucrativo de taquígrafo del COII$lilucionnel en la Cámara
de diputados , cuando se le propuso que contribuy ese á la
fuodacioo la Reforme. Abandonó Floeon la cs!cnografia por
tomar una parte activa en la polílica, y dió raras pruebas
de desinterés á los ndministradores de una publicaeion
que por algun tiempope rmaneeió en una posicion bastan-
le precaria.
Pronto Mr. Ledru-Rollin hizo sacrificios en ra,•or de la
Reforma y cooperó en su redaccioo ¡ y en esta colaboracion
estos dos hombres, cuyos nombres ban unido las circuns-
tancias en una obra colosal se animaron con sus mutuas es-
peranzas para marchar hacia el triunfo de la causa demo-
crática.
Flocon sufrió varias condenas políticas y sciialada men-
te el proceso de abril: con los hauquet~s radica les pao·ti-
cipó de las ovaciones de los ))Jt.riotas, juntamen te c<Jn Alr.
L~-dru-1\ollin , Beaune y Arago, sus colaboradores.
El antiguo redactor pl'incipal de la lle{onnc es hoy miem-
bro deiGobicm o provisiona l y subsecretario do es lacio.

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·132 1\EVOLUCION DE PI\ANCIA.

~h·. ~l:wic .

Alejandro Tomás Mario nació en Auxe rre ( lona) el 15


de febrero de i795. Dolado de un vivo anelo por el estu-
dio, se dedicó al principio á la enseñanza del derecho.
!lizo oposiciones á una cátedra de profesor, pero á pesar
dG sus esfuerzos y de su incontestable capacidad qu edó
vencido.
Desde entonces entró resucllnmcnte en la carrera del
despacho, cuyos ¡¡a sos ha señalado con un 6xito bdl lunlo.
!la tomado parle en un sin número de procesos de la pren-
sa y defendido, célebres acusados políticos.
En la conspiracion llamada de PontduArts, Mario apro-
vechó la ocasion para decir al ¡¡oder duras "erdades. El
tri bunal se bailaba llllll' dispuesto á atribui r la causa de
la agilacion y de las inquietudes del país á las tenlali1•as
dG los r epubli canos.
• Toda revolucion, d ijo Mario, tiene una misio n que llo-
" nnr: lade ·IS30 tenia pues la su ya . ¿La ha licuad o? No.
«Pues bien he abi la causa secreta riel ma l, estar y por lo
• mismo de las conmociones que son su fuerte exprcsion.
• Hase busGado la causa de la agitacion en los estatutos de
• lit república: ¡vana tentativa! yo desigoo en las inslilu-
« ciones la verdadera causa del mal , y por mi parle de-
• nuncio á la Francia los cslalutos de la aristocracia 1
• Seiiores, harto hemos pedido prestado á la reslnur;o-
<• cion; ¡ah ! dejénwsle sus memorias sangl'ientns, sus
• conspiraciones y sus cadalsos. "

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BlOGRAFlA D8 MARIO. ·133
Tamhien prestó ~rr. !'.farie su elocue ncia á Jos comba-
tientes de junio de 1832 , y sobre todo defendió con mu-
cho ardor y brillo al acusado Jeanne, carácter verdadera-
mente heróico alma enérgica contenida en una endeble
organizacion. Ese combatiente con algunos compañeros
mantuvo por mucho espacio en suspenso varios batallones
de tropas.
Este celebre abogado fué elegido diputado del quinto
distrito de París en 1842, y fué á sentarse entre el g rupo
donde figuraba Dupont de.l' Eure, Laffiue , Ledru-Hollin,
La fayette, etc. En la discusion r elativa á los griegos y los
insensatos, Marie hizo oir en Ya no la Yoz de la razon y del
derecho á una ilusa mayoría; el 'fue el primero en la se-
sion del 24 de febrero á dirigirse á la tribun'tl pa ra protes-
tar contra la regencia. Asi el pueblo le llamó al Gobierno
provisional.
Conflóse á Mr. Marie el ministerio de obras públicas, y
Juego se le ha visto lleno de solicitud en fa~or de los traba-
jadores sin trabajo: inmediatamente abrió talleres nacio-
nales á los trabajadores de buena yolun\ad, donde acuden
cada dia con la bandera de la república al frente y can-
tando himnos patrióticos.

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134 nEVOLUCION DE FR,\l(C!A

~Ir. 1\lbert.

Este miembro del Gobierno provisional es u o antiguo


operario modelador, quien mediante su inteligencia y
buena conducta ha llegado á adquirir honradas comodi-
d ades. Hace mucho tiempo que eje rce un influjo señalado
en las clases trabajadoras, que en varias ocasiones le han
dado pruebas evidentes de su confi,)nza. Cuando se efec-
tuó la r evol ucion de febrero, e ra Albert m ie mbro del con-
sejo de lwmb1·es de bien : Reda~taba u n periódico dedi-
cado á la defen sa de las c lases trabajadoras , y titulado
l' Atelier.
Figuraba entre los acusados de abri l. El pueblo lo pro-
c lamó miembro d el Gobierno provisional para tener un
rep1·esentante mas especial en e l consejo.
Divídense e ntre é l y Luis Blanc los trabajos de la comi-
sion instituida pa1·a mejo rar la suerte de las clases traba-
j ador as. El perfecto conocimiento que tiene de todas las
cuestiones que in te resan a los operarios h a sido de grande
uti lidad al Gobierno pmvisional.
Cuantas veces p¡u·ece e n el Luxemburgo en compaiiía de
s u digno coopera dor, los trabajadores reu nidos e n estados
generales, segun expresion de Luís Dlanc, le saludan con
las mas vivas aclamacion es, pues saben q oe Albert es el
represe nta nte de los intereses é intel igencia de las clases
trabaj¡,doras.

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BIOG IUFIA DE U li.\ 1\TI NH.
135
s extr an·
Vb•e uiR l' tle l nlh t!s tro •le ueg odo
31o s Age ntes dlt• lotn at ic o s •le la ue..
j e ros
¡Jiablicn. fa•a nce sa.
París; el triun -
Seiio r: ya conoceis los acontecimientos de
mod eraci on, su sosiego,
fo del poeb lo, su beroismo , su
por el conc urso de todos los ciud a-
el órde n restablecido
si dura nte este inter regn o de los pode res vi-
danos, como rno
si sola el único gobie
sibles fuese la rnon gene ral por
de Fran cia.
pues en su
La revolucion franc esa acaba do en t•·ar
lica ; la República
periodo definitivo : la Francia es repúb
ser recon ocida pa ra exist ir; es de de-
francesa no nece sita
la volu ntad de un
recho natu ral, de dere cho nacional ; es obs-
tu los á si mism o. No
gran pueblo que solo pide sus ti
blica franc esa entra r en la fa-
tante , deseando la Repú
gobi erno s instit uidos , como poten cia regul ar ,
milia de los
órdc n euro peo,
y no como un fenómeno perlu rbard or del
cer desd e luego al gobie rno acer-
conv ieneq ue hagais cono
s acred ilado los prin cipio s y tende ncias que
ca del cual estai fran-
del Gobi erno
en adela nte dirig1rán la politica exter ior
cés.
La proclamacion do la República oo es
un ae lo de ugre-
Estas tienen di-
sio u contr a ningu na forma de gobierno.
la diver sidad de carác ter, de
ferencias tan legitimas, curno
a y de desa rrollo intel ectua l , mora l y
situacioo geográHc ,
los indiv iduos
material de los pueblos. Las naciones, corno pre-
los pl'inc ipios que las rigen
tienen diferentes edad es;
árqu ico, al'is-
senta n fdccs sucesivas, y los gobiernos, mon
repre senta n estos
Locrá tico, coostitucional , republica no,
en el genio de los pueb los.
distintos grados de madu rez
tad á med ida quo se cono cen capa ces
Estos piden mas liber á pro-
demo craci a
de sopo rtarl a; piden mas igualdad y
t·ndo s ror owyo r justiC ia y amor
porcion que se halla n inspi
tion de tiemp o. Un pueb lo se pierd e ade-
al pueblu. Es cues
se desh onra
lanta ndo la hora de esa madu re~, así COIUO

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·136
dejándola pasa r sin apro vech arla. A los ojos
de los ver-
daderos estad istas , la mon arqu ía y la repú
blica no son
principios absolutos que se hace n una
guer ra á mtlcr-
tc, son hechos que cont rasta n, pero que
pued en coexis-
tir comprendiéndose y respetándose.
La guer ra no es pues el principio de la Repú
blica fran -
cesa , como fue una f<~tal y gloriosa neccs
•d~d en -1702.
Entr e 1792 y l 848 ha trans curri do medi
o siglo. Volver
desp ues de medio siglo al principio de 1702
ó al principio
do ~nquista del Impe rio, no fuera adel anta
r, sino retro -
cede r e11 el tiempo. La reciente revol ucion
es uo paso hit-
cía adela nte, no hácia atrás . Bl mund o
y nosotros que
quer emos enca mina rnos á la frate rnida d
y á la paz.
Si lasitu acion de la República francesa en
t79~ expli caba
la guen·a , las diferencia s qu'o existen entre
esa época de
nues tra historia y la actua l explican la
paz. Estas di-
ferencias hace d por comp rend erlas y por
darla s á com-
prrn der.
f.n 1792 la nacion no era únic a, sino que
coexistían dos
pueblos en un mismo suelo , y se prolongab
a aun la ter-
rible lucha entre las clases desposeidasde
sus privi legio s,
y las que acab aban de conq uista r la igual
dad y la liber -
tad. Las clases desposeídas se unían coo la
mon arqu íacau -
t•va y con el extra njero zeloso para nega
r á la Fruncía su
rcvo lucion ó imponerle de nuev o la mon
arqu ía, la aris-
tooracia, y la teocracia medinnte la invas
ion. Hoy no huy
clases distin tas y desiguales, la libertad
lodo lo ha igua-
lado; y todo lo ha nivelado la igualdad
ante la ley. La
fraternidad , cuya aplicaCion reclamamos
y cuyo s bene -
ficios debe orga nizar la Asnmhlea nacio
nal, lodo vn á
unirlo. No bay en Fran cia un solo ciuda
dano , cualq uiera
que sea su opio ion , que ante lodo no se
una al pl'ioc ipio
de la patri a, y que por medio de esta mi.
s ma un ion no la
haga ine;<¡pugnablc á las tentativas é inqui
etude s de la in-
vasiun.
En 1792 no fue el pueblo ente•·o quie n entró
á posesio-

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r Cli\C ULM\.

narse de su gobierno ; fue solo la clas


e la que media quiso
137

El ti"Íunfo de la clas e
ejer cer y disf ruta r de la liberl.ad.
sta , com o lo es el de toda oligar-
media fue ento nces egoi
los dere cho s con quis ta-
quía. Queria gua rdar para si sola
oper·u r una fuer·te divc r-
dos por todos. Para e>to necesitaba
pue blo, arro jándolo :í los cam -
sion al advenimiento del
entr ase ell su propio
pos de batalla para impedirle que
gue rra. La gue rra fue pues
gobierno : ClSta dive rsion era la
uirqu icos y de los Girondinos, pero
el pensa mien to delos rnor
dos, quienes, como no-
no de los dem ócra tas mas adel anta
ero , completo y regu lar del
sotr·o s, que rían el reinado sinc
bajo este nom bre todas á las clas es
pueblo, comprendiendo
u oi ¡¡refe rencia.
que componen l.tna cioo , sin cxclusio
rum ento de la revo lu-
Bn ·1792 el pueblo solo fue el inst
revo lucio n se ha hecho por ól y
cion , no su objeto. lloy la
a ,. en ella llev a sus
para él , él es la revolucio n. Al orllr
indu stria , de inst rue-
nuevas necesidades de trab ajo, de
CQm er·cio , de mor·alidad , de
cion , de agricuiLurn , de
prop ieda d, de subs iste ncia económica, de
bien esta r , de
lizac ion , que son to-
nnvegacion, en una pala bra de cil•i
pa~ ¡ pues el pueb lo y la paz son
das las necesidades de la
uno mismo.
la Euro¡la no esta -
En i791 las ideas de la Fran cia y do
der y acep tar la gran de ar-
ban prep arad as para compren
entr e sí en prov echo del género hu-
monía de bs naciones se hall aba
espi raba
mano. El pens ami ento del siglo que oriJ se ha
oros : boy la filos
solo en la men te de algu nos lilos libe rtad de
o de cinc uent a años de
hecho pop ular , resultad peri ódicos,
libl'os, los
pens ar, de hab lar y de escribi r'. Los in telig encia
o de la
la s tribu nas ban ope rado el apos tolad trav és de
por toda s parl es al
europea. La razon, radi ante los espí ritus esta
do en
las fron tera s do los pueb los, ha crea
nacional idad inte lectu al, que será el térm ino de la
gra nde
tituc ion de la frate rnid ad rn-
rcvolucron fran cesa y la cons
lern aciv nal en el globo.
era uua nov edad ¡ la
Por üiLimo, en l 79~ la libertad S.

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¡ 38 RE\'OL UCJON DE FRA~CIA.

igualdad un escándalo; la república, un proble ma.


El ti-
tulo de los puebl os, apena s descubierto por Feoel on,
Mon-
tesquieu, Rousscau , estaba de tal modo olvidado,
hun-
dido, profanado por las antiguas trudiciones feuda
les, di-
oáslic as, sacerd otales , q ue la mas legit.ima interv
eocion
del pueblo en sus peopios negoc ios parecia un a monst
ruo-
sidad á los estadistas de la antigua escuela. La demo
cracia
hacia temlll ar j untam ente á los tronos y á los cimi en
tos de
las sociedades. Hoy los tronos, lo mism oquel os pueblo
s, es-
tan ya acostumbrados 4 la palabr a, á las forma s y
agita-
ciones regula res de la li bertad , ejercida en distin
tas pro-
porciones casi en todos los eslados basta en los moná
rqui-
cos. Asl se habitu arán á la república, que~s su forma
com-
pleta en las naciones mas en sazon . Recon ocerán que
exis-
te una liberta d conse rvadora , q ue en.ln r epública
puede
habe r no solo un órden mejor 1 sino q ue puede haber
mas
órdcn verdadero en este gobierno de todos para
t<>dos ,
q ue en el gobiern o de algun os para algun os.
Pero fuera de estas consideraciones desint eresad
as, el
' solo interé s de la consolidacion y pe1·s cvera ncia do
la !\e-
pública suger irla ideas de paz á los homb res de estado
de
Franc ia. No es la patri a la q ue corre en la guemo los
ma-
yo1·es pel igros, sino la libertad. La guerra es casi siemp
re
una dictadura. Los soldados olvidan las institu ciones
¡>or
los hombres. Los ti'Dnos tienta n a los ambic iosos: la
gloria
deslumbra al patriotismo : el prestigio de un homb
re vic-
torioso cubre el atentado contra la sobera oía nac ional.
La
Uepública cierta mente apetec e la gloria; pero 13 quiere
¡¡;¡ra
sí, no para los Césares ó para los Napoleones .
Con todo no os cquivoqueis sobre estas ideas que el
Go-
bierno provisional os encarg a prese ntar á las I>Otcn
cias
como prend a de segu ridad europea pues no tienen
1 po1· ob-
jeto hacer perdo nar á la República la auddcia que
ha te-
nido de nacer , ni menos au n solicita r hum ildeme
nte el
lugar de un gran derech o y de un gran pueblo en
Europa;
su objeto es mas nobiG: consi sic en hacer reflex
ionar á

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CIIICUI•.\R. !39
Jos soberanos y á los pueblos, y no permitir que involun-
lariamentc se equivoquen sobre el carácter tlo nuestra
revolucion ; presenta r en su aspecto verdader o y en su
exacta fisonomía este acontecimiento ; dar por úllimo
prendas á la hnruanidad antes de darlas á nuestros dere-
chos y á nuesta·o honor, si llegasen a verse desconocidos
ó awennad os.
La República frances¡• , pues, no hará guerra á nadie;
peru no necesita decir que la acept.ará , siempre que so
iaupong:lll condiciones de guerra al pueblo francés. Bl pen-
S.1mienlo de los hombres que en la actualida d gobierna n
á la Frnncia es esto: i Dichosa esta na cion, si se le declara
la guerra, y se la obliga con ello á acrecent a r su fuerza y
su gloria , á pesar de su moderacion 1 1Responsabilidad
terrible para la misma si la República declara csponlao ea-
menle lu guerra sin verse provocada! Bn el primer caso,
su índole marcial, su impaciente actividad , su fuerza acu-
mulada durante tantos afias de paz , la barian invencib le
en el interior, y tal vez lemible mas allá de sus fronteras.
ll n el segundo caso, vol viera conta·a sí misma los recuerdos
de sus conquist as que apagan el a recto de las nacionalida-
des, y comprom etería su primera y mas universa l alianza;
ú saber, el espirito de los pueblos y el gen io de la civil iza-
cion.
Señor, conrorm c á estos principios , que son los de la
Francia en estado tranquil o, y que puede preseuta r sin
temor como sin provocac ion la sus amigos y encauigos , os
pcnetraa·éis de las declarac iones siguient es:
Los tratados do 1815 no existen ya de derecho a los
ujos de la llcpública rranccsa ; con todo, los límites terl'i-
tua·ialcs de dichos ta·atados constituy en un hecho, que ad-
mite como base ó punto de partida en sus relaciones con
las demás potencias.
Pero si los ta·a tados uc 181¡; solo existen como hechos
modificables de comun acuercJo ; y si la l\cpúblic a cJ~cla­
r.a allamcu te que tiene por derecho y por misíon llegar

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140 JÚlVOLUCION DE FRANCIA.
regular y pacíficamente á estas modificaciones, el buen
sentido, la moderacion, la conciencia, la prudencia de la
República existen, y son para Europa una garantía me-
jor y mas honorífica que la letra de esos tratados tan á
menudo infringidos ó mod ificados por ella misma.
Cuidad de hacer comprender y admil.ir de buena fe esa
emaucipacion de la República con respecto á los tratados
de 1815, manifestando que esta franqueza nada tiMe de
inconciliable con el sosiego de Europa.
Asi decimos allamente que si nos pareciere haber dado
en los decretos de la Providencia la hora de la recons-
titucion de algunas nacionalidades- oprimidadas; si la Suiza,
nuestra ll"el aliada desde Francisco 1, se viese reprimida ó
ameonzada en e l impulso de acrecentamiento que lleva pa-
ra prestar una fuer-ta mas al conjunto de gobie r·nos demo-
cráti9os; si los esl.ados independientes de Ha lía se viesen
invadidos; si se iinpusiesen limil.es ú obstáculos á sus cam -
bios interiores; si se les disputase á mano armada el de-
recho de a liarse entre sí para consolidar una patria ital ia-
na , la Re publica francesa se c reería con derecho á pres-
tar armas y proteccion á esos legítimos movimienl{)S de
progreso y de nacionalidad de los pueblos.
Ya veis que la República desde su primer pi•so ha atra-
vesado ·la era de las prescripciones y de las dictadur'as.
l>stá decid ida á no ocultar jamás la libertad en el interior,
como l.ampoco el pr·incipio d emocrático en e l exte rior; y no
permitirá· que·la mano de nadie se interponga entre la
it'radiacion pacifica de su libertad y las m iradas de los
pueblos. Proclamase a liada intelectual y co rdia l de todos
los derechos , de todos los progresos legí timos dtl las
instituciones pertenecientes á pueblos que deseen viv ir
bajo el mismo principio que la Francia. Pero no ejer-
cerá propaganda , ya disrmulada, ya incendiaria, entre
sus vecinos , pues no ignora que solo son duraderas
las libertades cuando nacen espontaneamenteen s u pr·opio
país. Con todo , por medio del resplandor de sus ideas y

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CinCU~AR. Hl
esper a dar al muo-
del espec táculo de órden y de paz que
estima
do, ejerce rá el itnico y honroso proselitismo de la
tía. No es esto la guerra , es sí lo natur al; no la
y simpa
no incen diar el mun-
perturba ciood e la Europa, si la vida;
pue-
do , si brilla r desde su asiento en el borizoo te de los
blos para adelan tarlos )' juntam ente ser su guia.
-
Deseamos en bien de la bumaoidad que no se in terrum
cuesti on de guerra se habia presen t.1do
pa la paz. Solo una
on de
hace un año entre la Franc ia y la Inglat erra , cuesti
La dinast la se lleva
dinast ia,no de la Franci<o r epublicana.
para Europ a que babia sus-
consigo ese riesgo de suerra
una ambic ian meram ente person al de alianz as
citado por
tica de la di-
de ramilia en España. Así. esa política domés
oprimía
nastía ca ida, que por espacio de diez y siet•J años
dignid ad nacio nal, oprim ía al pr011io tirmpo con
nuestr a
as alianz as
sus pretensiones á otra coron a en ~Iad rid nuestr
no tiene ambic ion , no co-
libera les y la paz. LaRepublica
Rijase
noce nepotismo, no hered a pretensiones de ramilla.
que
la Espaiía por si misma , sea independien te y libre,
cooso lidacio n de esta natu-
la Francia cuent a mas para la
con la
ral alianza con la conro,·midaclde princi pios, que
sucesi on de la casa de Dorbo n.
y tal
Tal es el espíritu de los consejos de la Republica ,
ente el ca o
r{ cter de la polític a franca ,
será invari ablem
firme y moder ada que tendré is qoe repres entar.
lu-
La República al nace•· y en med io del calor de una
el puebl o, ha pronu nciado tres pa-
cha no provocada por
, que hao descu bierto su espírit u y que llama rán IHí -
labras
res:
cia su cuna las bendiciones de Dios y ele los homb
idad. Al dia siguie nte con la abo-
libertad, iguald ad, fratern
dado
licion de la pena de muert e en ma terias pollticas ha
el inte-
el verda dero comen tario de esas tres palabr as en
el exte-
rior; dadlc ig ualme nte su verdadero comen tario en
sigoi6 cado de es;os tres palabr as aplica das á oues-
rior. El
d de la Franc ia
tr;os relaciones exteriores es este: liberta
princi pio y su dignid ad ;
de las caden as que oprimían ; u

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U2 RBVOLUCION DB FRANCIA.
rccuperacion del rango que debe ocupar al nivel de las
grandes potencias europeas; declaracioo, en fin, de alian-
za y amistad con todos los pueblos. Si la Francia tiene
la conciencia de su parte de su mision liberal y civilizadora
en el siglo , nmgu na de esas palabras significa guerra. Si
la Europa es prudente y justa , ninguna de estas palabras
deja de significa r paz.
Reci bid la seguridacl de mi mas distinguida considoracion
Lamarti11e.
Miembro del Gobierno provisional y ministro de negocios
t3itranjeros.

París , 2 de marzo de lSU.

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O& LAS

1\o hace moch os di as que la plaza de la


llfagdeleine esta-
da para el banq uete del
ba seiia lada como punt o de parti
ito; pero Juego , en aque l mism o sitio y á
duodécimo distr
inme nso conc urso
las puer tas del templo se estre chab a nn
as de todas las clase s del
compuesto de dipu tacio nes sacad
pueblo.
no conta ba mas
El Gobierno provisiona 1 de la Republica
dano s parn la cons erva -
que coo la volun tad de los ciuda
lla inme nsa much edum bre, que á
cion del órde n. Rn aque
confu sion , po-
primera vista solo apar·ecia como una vasta
larid ad y conc ierto.
co á poco so estableció la mayo r regu
para d~jar paso á las dil>u ta-
Todo el mun do so apar taba
á los magi strad os. El gentí o nbrió coo respe to pa-
ciones y
los restos do las
so a los carro s fúne bres que cond ucían
y unifo rmes , que simboli1~1ban
vlctimas, carros modestos
Cada cual en el conc urso supo hace rse un lu-
la igu:rldad.
ido silen cio para los
gar sin ruido ni tumu lto, hase obten
del Gobi erno al pió de la co-
himnos y para los orad ores cuatr o
Basti lla; y en aque lla larga marc ha de
lumn a de la
e dond e tuvo lugar
horas , desd e la pla:.r.a de la Alagdelein 1
do las tres jorna das de febre ro 1
el pl'im cr acto del dram a
do la Dastilla Leatr o de la prim era victoria
hasta la plaza 1
e van á desc ansa r
del pueb lo el 14 de julio de 1789 1 y dond

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H4 RBVOLUCION 08 FRANCIA.
las víctimas de febrero de 1848, junto á las de julio de
i 830, ni un grito se oyó contra persona alguna. Celebrá-
base el triunfo de la libertad.
Habíase anunciado la hora del medio dia para dar prin-
cipio á la fúnebre ceremonia; así llegaron los miembros
del Gobierno provisional, y apenas dieron las doce y cuar·
to cuando empezó el oficio.
Encima de la puerta principa l , debajo del peristilo, lela-
se en letras blancas sobre un fondo negro la siguiente ins-
cripcion: A los ciudadanos m~rtos por la libertad: Exten-
díanse las negras colgaduras á todo lo largo de la colum-
nata por las cuatro ca ras del tem plo, y de trecho en trecho
se. velan coronas de siemprev ivas.
En el interior del templo, se cerraron con lúgubres col-
gaduras las grandes ventanas que lo iluminan por la parte
superior. Diez y seis arañas do pla ta , oon luces rojizas,
reemplazab an á la claridad del dia , j-unto con las llamas
verdes y azules que ardian en cazoletas encima de trípo-
des.
En lugar de sillas se pusieron bancos cubiertos de ne-
gro.
El catafalco, semeja nte á un antiguo tem1>lo fúnebre de
granito, estaba sostenido por siete gradas; la longitud del
mismo era de unos quince metros sobre siete ú ocho de
anchura, y diez de elevacion. Coronaba su puerta de bron-
ce una radiante cruz griega. Alumbraba n en torno del ca-
tafa lco seis fúnebres trípodes, y á los lados de este se leía:
Mutrtos p&r la libtrlatl.
Desempeñó el servicio solo el clero de la !Jiagdeleim. A
ratos se oia el órgano, cuyos robustos y majestuosos soues
llegaba n hasta fuera del recinto dell emplo.
Dadas las doce y media, los coristas del teatro, situados en
la graderla exterior del templo, dieron principio{¡ sus can-
tos entonando la Marsellesa, cuyo estribillo repelia la in- .
mensa voz de la multitud ; é igualmente cantaron el ooro
de Jos G~t'Oiidinos. Lo restante del programa com poníaso

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FUNERALES. l45
de la marcha fúnebre de Cherubin i un coro do Rameau ;
el juramento de (;uillcrm~ Tell, el coro do Hayden , In
prcgaria del MoiSts de Rosini ¡ y se terminó con una estan-
cia de la Marselks a. Esa masa armónica compuesta de los
coristas de todos los teatros, r eunidos por el director de lu
Opera, causó una impresion de que es imposible formarse
una idea no habiéndola oido.
Acabóse la triste ceremonia cerca de la una ; en cuatro
carros fúnebres empa~esados con banderas tricolores, y
tirados los cuatro por dos caballos , se colocaron sucesi-
vamente diez y seis ataúdes, que contenía n los restos de
otras tantas personas muertas en los hospitales.
En seguimiento de cada uno de dichos carros se espar-
cieron un gran número de personas enlutada s, padres,
madres, hermanas y hermano s desconsolados, y entre lá-
grimas relataba n las circunstancias de la muerte de las
personas cuya pérdida lamentab an.
Pero desgraci adament e el numero de los muertos no se
limitaba á los qua contenía n los carros; aunque la conme-
moracion era pam todas las víctimas , cuya mayor pa•·Lo
fueron llevadas direcLamenl~ á la columna de la libertad.
El Gobierno provisionnl, representado por todos sus
miembros , á excepcio n de Mr. de Lamarti ne, cuya salud
no le permitía recorrer á pió los boulevarts , so colocaron
tras del último carro; iban rodeados do alumnos de todas
las escuelas , algunos de los cuales, llevaban las haces de
la llepúbl ica. Scguíanles los sentenciados políticos, y algu-
nos con el vestido do la cárcel y llevaban en el gorro un
papolque indicaba la fecha do su sentencia. Habialoscuyo
encarcelamiento cintaba ele quince años. Uno de ellos (cree·
mos que era Hube•·t) no pudiendo caminar , iba en un ca-
briolé, en el cual se había trazado con lápiz esta inscrip-
cion: Senltnciado políliro, y era este el único carruaje qu e
se veia en el cortejo.
No hablarémos del órden en que seguia el resto de la
comitiva ¡ pues que varió muchas ''cces. Las diput11cioncs
9

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a6 REVOLUCION OS FRANCIA .
de operarios ; las de los condecorados de julio , las escue-
las, los Polacos, los Delgas y los Alem~ncs, llevaban sus re-
pectivas banderas, lo mismo que los Orf6onistas, los hijos de
París y todas las compañías decanto cantando himnos pa-
trióticos. Todos querían aproximarse cuanto era posible al
carro de la República.
Este carro , por decirlo así improvisado , era nota blc
tanto por su grandiosidad , como por la bella disposicion
de sus atributos. Unas haces salía n de los ángu los del car-
ro ysesteoiao un trofeo compuesto de atributos de las ar-
tes y oficios. Dos brazos de bronc·e estrechaban sus manos
en señal de fraternidad y sostenían la mano de la juslicia;
simbolizando , segun creemos, la libertad bajo de la ley.
En el frente del carro, cubierto enteramente de terciopelo
encarnado, se leia: -J Viua la nepríblica 1- yen los la-
dos: -Liberwd, -Igrwlclacl- y fratemidad. Cubríanlo ra-
mos y coronas de encina y de laurel, y lirábanloocho caba-
llos.
Extendíase un inmensa línea de cintas tricolores desde
la !llagcleleine basta la Bastille. sostenid a ror las coh111as del
alumbrado de gas y por los poco~ .lrboles que quedaban
en pié despuesde las barricadas.
En el capitel de la col una do la libertod colgaba u na ga-
sa negra inmeos-1, lachonada de ~rellas de plala, por en-
tre las banderas tricolores.
Llegó allí la comitiva á las cuatro ; el tiempo, que h asta
entonces era incierto, se volvió magninco, y á los rayos del
sol resplandecía la estatua de la libertad.
Custodiaba las avenidas de la coluna la oclava legion.
Con todo, era lal el gentío que el Gobierno provisional se-
guido de los miembros do la municipalidad de París con
trabajo pudieron penetrar hasta la entrada de Jos pan-
leones.
Mientras que los parientes de las víctimas se arrojaban
á dar la última despedida á los restos queridos , Mr. Ou-
pont l de 1' Eure} dijo con voz conmovida:

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FUNERALES. 147
" Pcrmitaseme solamente colocar esta corona de laureles
«y siemprevivas eu los féretros de estos que van pronto á
• de;:;caosar junto á nuestros hermanos muertos en f 830 por
e la libertad : 1 Viva la República 1 •
Vivas y unánim es aclamaciones salen de todas par-
tes, resonando por todas el grito: ¡ Viva la República 1
Mr. Cremieux, miembro del Gobierno provision al, tomó
en seguida la palabra y hizo al pueblo un elocuente yapa-
sionado discurso.
1\fr. Garnier Pagés en una corta pero animada arenga
prometió á la Francia un gobierno moral.
Uno de los combatien tes de febrero pronunció algunas-
palabras, que apenas pudieron oírse.
A los gritos de Viva Cremieux , viva Dupont (de 1' Eure)
y Garnier Pagés que se dieron en seguida, estos respon-
dieron: Gritad solamente 1 Viva la Repúbl1ca 1 señores.
Mientr as tanto el acompañamiento continuaba desfilando.
por delante de la colurona, á cuyo pié se hallaba á caballo
1\fr. Courtois, generalde laguardia nacional de París. Velan-
se bajar alternativ amente delante de la col una las ban-
deras de las legiones de la antigua guardia nacional, á cu-
yas filas se mezclaban numerosos reclutas sin uniforme ;
las de la guardia móvil, de la que una parte llevaba un uni-
forme compuesl.ode blusa azul con cinturon encarnad o, y
corbatín encarnado juntándos e por delante al cinturon:
todos llevaban el kepi teniendo por todo adorno un triángu-
lo, formado por una lista roja. Notábase el buen órden en
ls marcha de esos regimientos improvisados que habían
formado la lin ca alternativ amenlo con la antigua guardia
ciudadana , las escuelas , los voluntario s sin uniforme , los
combatien tes de la víspera, y lossoldadosdel ejército. Este
se bailaba represent ado en el acompañamiento por drago-
nes , coraccros y un destacamento de artilleros , sin ningu-
na pieza. Hubiera sido muy dificil hacer sa lva en los alre-
dedores de la columna de la Magdeleine, tal fue la anuen-
cia d,e gentes.

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1~ 8 nEVOLUCION l)ll f'a.\NC JA.
Las banderas de todas las corporaciones del
estad o, la
ue los representantes de la prensa • la de
los heridos de
febrero, entre los cuales se veía á uno que
llevaba la co-
rona del valor, saludaron ó. su turno la colu
mna . Los pola-
cos muy numerosos fueron saludados con
los gritos de
Viva la Polonia. Velase con interés la escu
ela polaca plan·
tel de sujetos distinguidos y esperanza de
la patria ause n-
te.
Los Orfeonistas y demas compañlas de canto
canta ron
himnos patrióticos en cada uno de los much
ísimos altos que
hizo el acompai•amiento. Dos jóvenes orfeo
nistas llevaban
un banc o, encima del cual iba el dlfec tor
de orquesta. Al
pié de la coluna cantóse el magnifico cant
o de la Partida,
que produjo un gran de efecto.
Nunca se babi a visto tal concurso ni may
or órden , en
cuya comparacion fueron muy poca cosa
los funerales de
Foy, de Benj amín Constant , ó del gener:~l
Lam arqu e, etc.
No debemos pasa r por alto un hecho carac
terístico. Un
tropel de hombres , la mayor parte jóven
es , llevaba una
band era con esta divisa: ¡~fueran los incen
diarios! En efec-
to, a lgunos generosos ciudadanos, de acue
rdo con varios
alumnos de las escuelas, acepta ron el cargo
de ir á repr i-
mir el espirito de devastacion , que llevó
por algunos ins-
tante s el espanto en los alrededores de París
.
Veíase tambíen una compañia de marinos
con su traje
pintoresco, queseguia inmediatamente desp
ues de la pri-
mera legion. El teniente de navío Pacini,
que la man da-
ba , 1a organizó des pues el2 de marzo segu
n las órdenes
del ministro de marina.
Despues de la funebre ceremonia que se efocL
uó en la
Bastilla, la comiliva que conducía el carro
de la Repú -
blica dirigióse hó.cia la casa de Ayuntamiento
al través de
las oleadas de la multitud , que incesantam
entc gritaba :
¡Viv a la República! Llegada á la casa de
Ayuntamiento, el
general Courlais, comandante de los;Guardi
as nacionales,
al frente de su estado mayor fue saludado
con vivas acla-

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LLEG~DA DE LUIS FELIPE Á INGLATERRA. 149
maciones. Dicho general arengó diferentes veces á los ciu-
dadanos que se agrupaban en torno suyo en frente del
mismo carro del a República; y como la multitud compac-
ta gritase : Viva el Gobierno provisional, díjoles: que con
razon aclamaban al Gobierno provisional , por los gran-
des servicios que les babia hecho, y añadió: Jurad que lo
defenderóis.
¡Lo juramos! lo juramos! contestaron por todas parles.
Ellropel se agrupa en torno del general , y todos quieren
eslrecbarle la mano l\Ir. Paguerre, secretario del gobier-
no provisional, que fue quien dirigió y ordenó la funebre
solemnidad, recibió igualmenlc vivas felicitaciones.

Llega•la ele Luís FeU110 &\ Ing laterra.

llacia algunos di as despues de su salida de París que el


1\ey y la 1\eilltt iban de granja en granja por las cercan las
de Treport. Hallábanse aniquilados de cansancio. Al llegar
dijo el Rey que una ó dos noches antes le babia ocurrido
la idea de entregarse. Luego Luis Felipe y la Reina, con un
criado y una criada que durante una semana fueron los
únicos apoyos de sus amos; se embarcaron en un barco
pescador francós cerca de Treport, con intencion de atra-
vesar la Mancha en busca de las costas abiertas á los ex-
tranj eros desgraciados de todas las naciones .
Una vez csluvo en el mar esa pequeña embarcacion,
fue acogida por el vapor Expres de Southampton y del Ha-
vre que al punto partió. para Newbaven, donde arribó á las
7 de la mañana, aunque el tiempo y la marea no permi-
tieron la entrada al ca pitan basta las doce.
Luis Felipe y su esposa á su desembarque en Newhacn
fueron saludados por los naturales á quienes el primero
estrechó la mano. Fuéronse á Dridge-holel donde mandaron
prepara r· camas en las que debían descansar de los traba-
jos y zozobras pasadas. Lue~o que Luís Felipe llegó á Drid-

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f50 1\BVOL UCION DE FBANCTA.
am , su
ge hotel despachó un correo á Brighlon á Mr. Packb
á la r·eina Victo ria partic ipánd ole
arren dador , y una carta
su llegada.
verde
Cuando Luís FelipP. desembarcó llevaba una blusa
y casaca azul que le presló el capil<ln del Ea:pr h. Su equi-
bolsillos ,sio tener siqu iera para muda rse.
paje eabia en los
del ca-
A las tres el capilao Bolba m, uno de los directores
este puo{.o
mino de hierro de Lóndres á Br·igbton, salió de
para Newhaveo con encar go espec ial de visita r á Luis Fe-
s que regu-
lipe. Llevóse á Nowhavcn uno de los coche
á la duque sa de Kcnl á
larme ole serviao eo sus viajes
sirvió á Luis Felipe para parlir de
Drigbton , ol cual
Newbaven.

FJN.

¡
'1

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·---·-
Ng.
tntroducclon. . . 1
Ola 2! do Pobrero. ?
- %1 do Febrero. 18
3~
- ~ do Febrero.
- ?E do Febrero. 111
lliogroría do Dupont (d o !'Euro), 8'J
do Mr. CromiOlL1C. . . 00
do Mr. de Lamartine. 105
do Mr. Luis Ulanc . . 113
(lo Mr. Arogo. . . . 122
de Mr. Ledru-nou ;n. 120
do Mr. Garnler Pagés. 1:t8
do 1\lr. do Marrast. 130
do Mr. do Flooon. 131
•1:1~
do Me. Mario.
do Mr. Albert. 131
Funer~les. . . . . .
'"
LAMDT AS.

Los Inválidos. - PortadG.


Fuerte. . . . . . . . 13
Conccnlra c ion de tropas. 13
u;
Cor¡;a do Dragonei.
16
Refriega.
El Rio.
IG
19
novisla.
Palacio. 20
El pueblo vitorea al ej6rcilo. 21
Las tropas on !rento las Tunerías. !3
'fc1nplo. . :ti
3~
Au.que. •
VJcLimas• .
32
I"Jaza • •
38

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41.i2 JNDICE.

Barricada. . . • . .
Las tropas se retiran . •
Desaliento de la Corte .•
Familia real. . .
Jardines. . . . .
Tumulto popular.
Slllo real.
Dcstruccion en palacio.
Muebles . . . . . . .
Conllncla.
Plazo de la Bnslitta, quema dollrono.
Triunfo. . . . . .
Destrozos.
Regocijo del pueblo.
A.renga. •
Incendio.
VIajo. • •

PIN DBL INDICE.

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l BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAAA

1103248827

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