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6 de las aves más bellas del planeta:

Ave del Paraíso de Wilson:


Lo llamativo de esta fascinante especie no es su cuerpo multicolor sino la particular cola
de los machos con forma de bigote, muy similar al que popularizó el gran Salvador Dalí
(uno de los máximos representantes del surrealismo). Una maravilla del reino animal.

Ave del paraíso real:

Este maravilloso pájaro del género Cicinnurus es endémico de Nueva Guinea. Mide
aproximadamente 16 cm de largo y su aspecto, como todas las aves del paraíso, es
sumamente singular. El macho es de un color carmesí y blanco con patas de color azul
brillante y verde con la punta de plumas en forma de abanico sobre su hombro.
Asombroso.

El cálao de cuello rufo:

Esta fascinante especie de cálao habita el noreste del subcontinente indio y el sudeste de
Asia. Su población ha disminuido considerablemente debido a la pérdida de hábitat y la caza
(en Nepal se encuentra extinto). Se estima que actualmente hay menos de 10.000 adultos en
estado silvestre.

El saltarín cola de alambre

Esta colorida ave habita los bosques húmedos tropicales de la cuenca del rio Amazonas y del
rio Orinoco. Si bien el tamaño de la población mundial no ha sido cuantificado, la IUCN estima
que su población es decreciente por la pérdida de su hábitat.

El diamante de Gould
Esta fascinante ave, oriunda de Australia, habita las sabanas y las zonas boscosas
tropicales donde hay llanos abiertos con árboles altos cerca del agua. El número de los
coloridos diamantes de Gould ha disminuido muy dramáticamente durante el siglo XX por
la pérdida o alteración de su hábitat.

quetzal: Es probablemente el ave más bella del mundo y esta en peligro de


extinción. Esta "ave sagrada" de plumaje verde es venerada desde hace
muchos siglos en América. Los Incas, los Mayas (lo llamaban Kukul) y los
Aztecas (lo conocían con el nombre de quetzaltototl, es decir, "aves de plumas
verdes muy ricas y estimadas") utilizaban las plumas de las colas de los
machos, que alcanzan los 70 cm., para adornar sus atuendos reales. En el
mundo precolombino Quetzalcóatl, el dios protector del cielo y la tierra,
tenía la figura de una serpiente coronada por plumas de quetzal, la
serpiente representaba el agua y la tierra y el quetzal, el viento.

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