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LECTURA Nº 1

Estructura del discurso

Cuando preparamos o decimos un discurso hay tres momentos que no deben ser
dejados de lado, ya que darán un orden a la presentación tanto a nosotros oradores,
como al público que nos escucha; estos son: la introducción, el cuerpo y el final.

Por otro lado, no es lo mismo contar una historia que proponer un punto de vista o
idea, por ello, además de estos tres segmentos, el discurso debe organizarse en
secuencias, tomando como base diferentes estructuras discursivas. Estas estructuras
son extraídas de los textos escritos y deben ser adaptadas a los discursos a través del
uso de los componentes del discurso y el lenguaje corporal.

Cabe destacar, que una persona cuando tiene un esquema preparado se enfrenta con
mucha más seguridad al público, evitando nervios o ansiedad.

En algunas intervenciones como en los debates es imprescindible el manejo de estas


estructuras ya que además de su utilización se ponen en juego artificios estilísticos,
rapidez mental, preparación, capacidad de argumentar y contraargumentar, manejo de
la situación y del contrincante.

En este texto vamos a estudiar los tres momentos por los que debe transitar el
discurso y la importancia de las estructuras narrativas y argumentativas para
organizarlo.

Capacidad de asimilación del oyente

La capacidad que tiene el oyente para asimilar un discurso sigue siendo desde hace
dos mil años la misma y su esquema puede encontrarse en cualquier texto escolar:
introducción, núcleo, final. Además existe una distribución temporal en relación con la
importancia de cada una de las partes del discurso (Imagen 1).

Las tres partes tienen la misma importancia, pero a la parte central se le ha asignado
mucho mayor tiempo ya que en ella se desarrolla el contenido específico del discurso.
Por otro lado, al tener menor extensión y mayor impacto la parte introductoria y final
deben estar especialmente preparadas. “Los oradores profesionales, políticos por
ejemplo, cuidan sus frases introductorias y finales hasta en el más mínimo detalle,
aprendiéndoselas, conscientes de la importancia psicológica que poseen”1.

La introducción sirve para captar la atención de los oyentes, para atraerlos al


tema que el orador plantea. Esto puede lograrse tanto a través de una broma como
por medio de una referencia a un asunto de actualidad conocido por todos. El final
tiene especial importancia, puede consistir en un resumen de los datos principales que
permitan sacar conclusiones o llamar a cambiar el estado de las cosas.

1
BREHLER, Reiner. Prácticas de Oratoria Moderna. Ed. El Drac. Madrid, 2000.

1 |
Di Bartolo recuerda una regla infalible que tiene igualmente dos mil años de
antigüedad:

Discurso mediocre + buen final = buen discurso

Buen discurso + mal final = mal discurso

PARTES DEL DISCURSO IMPORTANCIA ASIGNACIÓN DE TIEMPO

Introducción 1/3 1/10

Núcleo 1/3 8/10

Final 1/3 1/10

Imagen 1 - Partes del discurso y su importancia.

ESTRUCTURAS DISCURSIVAS

Tener una secuencia establecida nos sirve para organizar el discurso y lograr que sea
comprensible y dinámico, además para transmitir correctamente nuestro objetivo.

Todas las estructuras que presentaremos tienen un ordenamiento interno, que


respetan la introducción el desarrollo y el final. A continuación analizaremos la
estructura argumentativa y la narrativa, con sus ejemplos de aplicación. Es importante
saber que en la realidad estas estructuras no se encuentran en estado puro, sino que
están fusionadas en los discursos.

Estructura argumentativa
Es utilizada cuando una persona quiere establecer su punto de vista sobre algún tema
y tratar de convencer a su público. Para ello esboza un tema, su punto de vista
respecto a la cuestión, plantea argumentos y utiliza material de refuerzo para sustentar
su análisis. (Imagen 2) “La orientación del discurso argumentativo es constitutiva del
discurso, en la medida que todo enunciado comporta una orientación interna hacia un
tipo de conclusiones, y comporta una orientación externa hacia cierto tipo de
intervención en un destinatario (hacer-saber, hacer- creer, hacer- hacer, convencer,
manipular)”2.

2
BAREI, Silvia; RINALDI, Nilda. Las cuestiones retóricas, estética y argumentación. Ed. Red de Editorial de
Universidades Nacionales. Córdoba, 1996.

2 |
Tema

Premisa
(garantía, a veces no está escrita)

TESIS

Argumento Argumento Argumento

(Refuerzo, fuentes o reservas) (Refuerzo, fuentes o reservas) (Refuerzo, fuentes o


reservas)

Conclusión

(pregunta retórica)

Imagen 2 – Estructura argumentativa

El primer momento de un discurso argumentativo es la presentación de un tema y la


toma de posición con respecto a ese tema, existe siempre una premisa que supone lo
que debería ser y puede estar explícita o no. En el ejemplo dado más adelante, cuya
temática es la televisión, se aprecia que la premisa es que ésta tendría que servir para
causas nobles y la tesis es que la televisión de hoy es de muy bajo nivel.

Una vez explicitado mi punto de vista debo producir argumentos que lo sustenten,
tengo que fundamentar el por qué las personas que me están oyendo tendrían que
creer en lo que digo. A los argumentos tengo que reforzarlos a través de fuentes de la
realidad, datos, reservas o preguntas retóricas. Las fuentes de la realidad son los
ejemplos de la realidad, citas textuales de personas reconocidas, estadísticas, entre
otros que utilizó para apoyar mis argumentos. El refuerzo sigue la línea argumentativa,
hace generalizaciones de determinados hechos o situaciones; también pueden ser
preguntas retóricas, su objetivo no es ser respondidas, su respuesta es obvia y sirve
para reforzar la argumentación. La reserva la utilizo para resguardarme de los posibles
ataques y hago concesiones, pero luego refuerzo mi argumento.

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Finalmente, llegó a una conclusión en la que vuelvo sobre mi postura inicial avalado
por la argumentación, también puedo llamar a la acción o reacción por parte del
público.

A continuación se presenta un ejemplo una carta de lector, que tiene una estructura
argumentativa y cada elemento descripto con anterioridad.
Carta del lector

Sr. Director:

Tesis Expreso aquí mi inquietud por la basura que se nos presenta


día a día en la televisión de nuestro país. (reserva) Ya sé, el lector
dirá: “Si no le gusta que apague el televisor, nadie la obliga a mirar”
Premisa Este no es el caso, puesto que un medio de comunicación
tan poderoso debería emplearse de una manera mejor, con
programas educativos: entretenidos y divertidos sí, pero sin llegar a la
grosería.
Argumento (fuentes de la realidad: ejemplos) En estos momentos no
encuentro ningún programa que me permita sentarme tranquila a
disfrutar con mis nietos. Amigovios, Chiquititas, Verano del 98 no son
ningún ejemplo a seguir: adolescentes conflictivos, relaciones
sexuales con el primero que se te cruza, padres separados,
apariciones fantasmales, práctica de magia negra, malas
contestaciones de los niños a sus padres, falta de autoridad de éstos
en los problemas familiares, entre otros. Argumento (fuentes de la
realidad: cita textual) Un escritor muy conocido, premio Nobel de
Literatura dijo: “esta sociedad terminará perdiendo sus valores atrás
de la fachada de los medios televisivos, que solo se preocupan por
sus intereses comerciales y no en educar a sus ciudadanos”.
Argumento (refuerzo: generalizaciones) Soy conciente de que los
programas no hacen más que reflejar la realidad, pues así vive la
mayoría de las familias en estas sociedad tan falta de valores, son
embargo se olvidan de quienes queremos mejorar.
Conclusión (refuerzo: pregunta retórica) ¿Por qué no empezar por
mejorar la T.V.?
Dora Lidia Veloná de Chirico
Capitán Bermudez, Santa Fé

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Estructura narrativa
Su objetivo es narrar algo, contar un hecho o historia. En la vida cotidiana la
encontramos en cuentos, novelas y hasta en películas o series. En las dos últimas, las
historias están compuestas por miles de subconflictos de los diferentes personajes y
hechos que les ocurren, sin embargo si pensamos en la totalidad de la película o serie
encontraremos un conflicto central.
La estructura narrativa consta de ciertas partes o secuencias que son la situación
inicial, el conflicto, la acción, el desenlace y la situación final. (Imagen 3) En la situación
inicial se presentan los personajes principales y el contexto en donde transcurre la
acción. El conflicto es lo que modifica la situación habitual, rompe la normalidad,
puede ser un suceso positivo o negativo, como un hecho de la naturaleza, la llegada
de una persona inesperada, el encuentro con alguien. La acción es el comportamiento
de los personajes con respecto a ese conflicto, por ejemplo, si la situación conflictiva
es que hay un terremoto, la acción es qué hacen los personajes ante él, salen de sus
casas corriendo, se quedan inmóviles por el miedo, hacen de cuenta que no pasa
nada. El desenlace es el resultado de la acción de los personajes, por ejemplo, si la
acción fue salir del edificio, el desenlace puede ser que quedaron atrapados en el
ascensor o que salieron la calle y esperaron que pase. Por último, la situación final
está estrechamente vinculada con la situación inicial y con la cotidianeidad de los
personajes, ¿qué pasó luego de ese suceso, siguieron con sus vidas normales o algo
cambió?

Situación Inicial

Conflicto

Acción

Desenlace

Situación Final

Imagen 3 – Estructura narrativa

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A continuación se presenta un ejemplo de un cuento infantil que posee cada uno de
los elementos antes mencionados.

BHUHB Y EL CABALLO LOCO

Situación Inicial
Un día, el gnomo Bhuhb fue a la granja. A Bhuhb le encantan los animales. En la
granja había patos, chanchos, vacas, gallinas y caballos. Bhuhb le pidió permiso
a la vaca Aurora para poder entrar.

Conflicto
– Entrá, pero tené cuidado con el caballo loco -le contestó la vaca Aurora-.
_ ¿Dónde está el caballo loco? -preguntó Bhuhb, que era un gnomo experto en
Psicología-.
– Está en aquel establo –le contestó la vaca mientras se iba a jugar a las cartas
con el chancho Juancho.
Bhuhb entró en el establo.
Se acercó al caballo y le dijo:
– ¿Qué haces caballito?
- Yo no soy un caballo -le contestó el caballo-.
- Yo soy un gallo.

Acción
– Vamos a hacer una cosa. Yo te voy a llevar al gallinero y vos me vas a decir si
sos un gallo.
Bhuhb lo llevó al gallinero.
– ¿Quién es ese gallo tan apuesto? -gritó de pronto una gallina-.
– No le hagas caso -dijo un pollito a Bhuhb-.
Esta gallina se cree caballo.

Desenlace
– Si el caballo se cree gallo y la gallina caballo, pongámoslos juntos en un corral
-dijo Bhuhb-.

Situación Final
Así fue que el Caballo-Gallo y la Gallina-Caballo vivieron felices y adoptaron un
Pato Sapo.

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LECTURA N º 2
Tipos de discursos
Ander Egg nos habla de los tipos de discurso según los procedimientos o formas de
presentar el tema. Estos son discurso leído, discurso de memoria, discurso con ayuda-
memoria (teniendo el texto completo, un esquema o utilizando notas) y nada escrito a
la vista. El uso de uno u otro procedimiento incide fuertemente en las posibilidades de
la comunicación.

Discurso leído
Todos los oradores reconocen que, en principio, no hay que leer nunca un discurso si
se quiere lograr una buena comunicación, ya se hable a unas pocas personas o una
multitud. La lectura hace que el discurso sea soso y aburrido.
Cuando se lee un texto, se interpone una especie de "muralla invisible" entre el orador
y el auditorio, se impide la comunicación directa y ese encuentro vital que constituye la
sustancia de la elocuencia. Máxime si el conferenciante lee como si no entendiese. O,
lo que es más frecuente, sin relacionarse con lo que lee. Además, al usar este
procedimiento, difícilmente el texto puede adecuarse a las circunstancias concretas.

Sin embargo, en algunos casos la lectura del discurso puede ser necesaria.
Tratándose de personas que tienen responsabilidades públicas (jefe de gobierno,
ministros, dirigentes políticos y sindicales, etc.), en determinadas circunstancias,
deben sopesar las ideas y las palabras, decirlas con precisión y justeza, aún en sus
matices.

En estas circunstancias, cuando no queda otra alternativa que leer, para lograr una
mejor comunicación conviene tener en cuenta las siguientes sugerencias:

 Mirar lo más posible al público, de modo que se establezca una comunicación a


través de la mirada o, al menos, que la gente no se desconecte por falta de contacto
visual. Si los ojos se mantienen clavados en el papel, sin levantarlos un sólo
momento, falta la conexión de la mirada, la comunicación resulta muy insuficiente y
el discurso leído, que en sí es muy pesado, se hace todavía más difícil de seguir. Un
buen procedimiento para poder mirar al público cuando se lee un discurso es
aprender los finales de párrafo, de modo que se pueda mirar al auditorio sin
"desconectarse del texto".

Cuando se lee un texto, se interpone una especie de "muralla invisible" entre el


orador y el auditorio, se impide la comunicación directa y ese encuentro vital
que constituye la sustancia de la elocuencia.

 Hay que leer bien. Esto significa leer fragmentando el texto en conjuntos flexibles,
modulados, con diferentes ritmos según lo que se dice, con carga afectiva y
cuidando la velocidad de la lectura, de modo que la gente pueda seguir tanto el
contenido como los sentimientos que expresa.

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 En lo posible, que no se vean las notas o los folios que contienen el texto de la
conferencia (el uso del atril es óptimo para estos propósitos). Un "montón" de hojas
que han de ser leídas a la vista del público predispone negativamente desde el
primer momento.

 Lo más importante es aprender a leer como si no se leyese; para ello hay que leer
una frase y, apoyado en la memoria inmediata, repetirla en voz alta. Con este
procedimiento, uno queda más libre respecto del papel y se facilita la comunicación.
En algunos casos, en vez de repetir la frase, una vez captada la idea, se procede a
parafrasear o glosar lo que se ha leído.

En suma, cuando se lee un discurso, es recomendable recordar que la gente está


oyendo, no leyendo y que oír una lectura monótona es una invitación al sueño o al
menos a la somnolencia. O lo que es lo mismo: a no enterarse de lo que se está
escuchando.

Discurso de memoria
Tampoco conviene pronunciar discursos aprendidos íntegramente de memoria. Y esto
por varias razones. En primer lugar, porque el discurso da la impresión de artificialidad.
Por otra parte, subsiste "algo" entre el orador y el público, más sutil que en el texto
leído, pero no menos real. No será una "muralla invisible", sino una "cortina de humo"
que dificulta el encuentro vivo entre el conferenciante y el público.

Una conferencia aprendida de memoria adquiere un estilo "cantado" o "recitado" que


la vuelve insípida, falta de naturalidad y carente de calor humano. Además, por la
tensión que se tiene frente al público, se corre el riesgo de olvidarse de algún pasaje
del texto aprendido y, como consecuencia de ello, quedarse mudo en medio de la
disertación y esto... sería desastroso.

Una conferencia aprendida de memoria adquiere un estilo "cantado" o "recitado"


que la vuelve insípida, falta de naturalidad y carente de calor humano.

Discursos con ayuda-memoria


Las "ayuda-memoria" pueden ser de tres formas principales: disponer de todo el texto
escrito, de un esquema o boceto o bien de sólo algunas notas.

Ayuda-memoria que dispone de todo el texto escrito. Consiste en escribir enteramente


el discurso y luego tenerlo a la vista como "ayuda-memoria", pero sin atenerse
rigurosamente al texto. Un cierto número de conferenciantes y oradores prefiere este
procedimiento, fundamentalmente porque el texto escrito otorga seguridad intelectual y
psicológica al que tiene que hablar en público. Al mismo tiempo, éste puede mantener
un aceptable contacto visual con el auditorio.

También en este procedimiento podemos aplicar lo que decíamos antes, leer como si
no se leyese, pero en este caso no se trata de repetir la frase que se ha leído, lo que
hay que hacer es captar la idea y expresarla luego con las propias palabras.

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Discurso con esquema o boceto
Cuando ya se tiene experiencia, aún cuando se haya escrito todo o en parte el
discurso, el orador o conferenciante se puede limitar a preparar cuidadosamente un
esquema, boceto o guión que utilizará para la presentación. En otros casos, sólo
elaborará el guión, lo meditará y madurará largamente, buscando las fórmulas más
interesantes y originales, improvisando luego sobre los temas así creados y
enlazados.

Lo sustancial es elaborar un esquema que contenga los puntos esenciales del


discurso, de modo que cada palabra o frase del guión sugiera una serie de ideas y
cuestiones que el orador ya conoce. Éstas se irán revistiendo de palabras a medida
que se desarrolla el discurso. Lo fundamental de este proceso consiste en utilizar
palabras que susciten ideas, y luego expresar las ideas con las propias palabras...,
todo ello sin pasar por el texto escrito. Aquí vale aquello que decía el poeta Horacio:
"No busques palabras, busca hechos y pensamientos y atropellándose vendrán
palabras sin ser buscadas."

Este método da libertad y seguridad; al mismo tiempo, facilita todos los arranques que
lleva consigo el calor del discurso y asegura que el pensamiento y la expresión no
floten al azar. Sin duda, es el método más recomendable, pues une al máximo de rigor
al máximo de elasticidad. El itinerario del pensamiento está jalonado hasta el punto
que el orador no puede perderse, pero al mismo tiempo hay un gran margen de
espontaneidad y plasticidad, que es lo que da vida al discurso.

Lo sustancial es elaborar un esquema que contenga los puntos esenciales del


discurso, de modo que cada palabra o frase del guión sugiera una serie de
ideas y cuestiones que el orador ya conoce.

Otra ventaja de este método es que se presta a los requerimientos de las


circunstancias y permite la adaptación a diferentes auditorios. Mientras el esquema o
guión es invariable, el contenido se puede ampliar o reducir de acuerdo con las
circunstancias. El método goza al mismo tiempo de la gran ventaja de que una misma
conferencia, pronunciada varias veces, nunca sea idéntica y mantenga una cierta
frescura, sin perder el rigor de un discurso bien organizado. Por otra parte, ahorra al
orador el sentimiento de ser un papagayo que repite unas frases o ideas de manera
más o menos automática.

Discurso utilizando notas


No hay que confundir esta forma de presentación con la preparación de un esquema o
boceto; aquí de lo que se trata es de preparar notas, preferentemente en tarjetas, que
sirven de ayuda-memoria. A veces, en las notas se incluyen citas, datos o información
que es necesario citar con toda exactitud.

Discurso sin nada escrito a la vista

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Esta forma de presentación (ningún texto visible) es la más adecuada para una mayor
y más profunda comunicación con el público. Es casi la única forma eficaz para hablar
a grandes masas (mítines, concentraciones, etc.). Para utilizar este método, es
necesario retener perfectamente en la memoria el esquema del discurso y las ideas
centrales que se quieren expresar.

La presentación sin ningún texto visible es la más adecuada para una mayor y
más profunda comunicación con el público.

Como bien se ha dicho, este procedimiento consiste en "decir, con palabras no


previstas, ideas ya previstas", siguiendo la secuencia que se establece en el esquema.
Si no hay una secuencia en la exposición de las ideas, se corre el riesgo de divagar.

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LECTURA Nº 3
Ayudas visuales
Las ayudas visuales son medios que se emplean en la oratoria para expresar
“visualmente” un concepto o una idea y sirven para estimular la imaginación de los
oyentes o para poner de relieve una idea básica en nuestro discurso. Científicamente
está comprobado que las comunicaciones visuales son mensajes sintéticos que
hablan a los ojos y son más eficaces que las palabras.
Estas ayudas visuales pueden ser: el pizarrón, los rotafolios, el retroproyector, las
diapositivas, las películas, los mapas, los diagramas, los planos, los dibujos y hasta las
maquetas reducidas a escala. Sirven de complemento a las formas verbales y
contribuyen a presentar el tema en forma más clara y más convincente.
¿Por qué usar ayudas visuales?
Para incrementar las persuasiones

Los presentadores que usan ayudas visuales en las


reuniones, incrementan la retención de la audiencia en
cinco veces y aumentan sus propósitos dos veces más
de lo común.

Warthon School, University of Pensilvania study.

Para aumentar la retención

Cuando la visual es agregada con una


presentación oral, las retenciones incrementan en
un 10 %.

University of Minnesota study.

Los estudiantes aprenden el doble cuando el


instructor usa agregados visuales.

University of Wisconsin study

La gente comprende acerca de un 7 % de la


entrega verbal. Ellos comprenden 87 % cuando la
información es entregada verbal y visualmente.

Harvard University study

¿Cuándo usar agregados visuales?


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 Para abrir la presentación

 Para encauzar el pensamiento

 Para enfatizar los puntos clave

 Para presentar estadísticas

 Para hacer comparaciones

 Para explicar nuevos conceptos

Cinco mandamientos para crear una ayuda visual

Unidad Use únicamente una idea para cada ayuda visual, incluyendo
el encabezado

Simplicidad Haga letras grandes y leíbles.

Coherencia Use el mismo estilo. No mezcle varios estilos.

Claridad Evite tipos de letra muy pequeñas para leer. La audiencia


debe poder comprender la idea principal en 10 ó 15
segundos.

Calidad Sea ordenado, y profesional. Déle un toque de color.


Recuerde corregir pruebas de copia, chequee la escritura
y los números.

Medios auxiliares
Es conveniente conocer las ventajas y desventajas de cada medio, teniendo en
cuenta fundamentalmente los siguientes factores:

 Su relación con el objetivo que se persigue y la característica del contenido a


transmitir

 Su practicidad

 Su adecuación al grupo destinatario (tamaño, experiencia previa con el medio,


capacidad de atención y concentración)

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 Su capacidad de impacto visual, auditivo o ambos a la vez.

Procesamiento de la información a transmitir


Al planificar una presentación, gran parte del tiempo la destinamos a preparar el
mensaje que vamos a dar a nuestra audiencia, es decir, a procesar la información.

¿Por qué debemos procesar la información?

Porque la información es la materia prima, es decir, el dato que nos muestra la


realidad. Al procesar la información, el presentador agrega valor a ese dato,
interpretándolo y extrayendo mensajes de él.

Si nuestra presentación se basa en datos en bruto, cada participante de la audiencia


extraerá sus propios mensajes de lo visto y escuchado durante la presentación. Si lo
que presentamos son mensajes, estaremos orientando la percepción e interpretación
de nuestra audiencia hacia aquello que nosotros queremos decir. Obviamente, el
primer paso será tener bien en claro qué queremos decir.

Cada mensaje que transmitimos está sustentado por información verídica. Pero
elaborar mensajes exige tomar una posición:

 Una afirmación expresa hechos. Aún siendo neutra, el presentador toma una
posición al resaltar lo que es importante.

 Una opinión refleja un punto de vista.

 Una recomendación propone acciones a tomar.

“Los mensajes expresan lo esencial. El proceso de extraer mensajes


obliga al presentador a agregar valor a la información y a ser riguroso
en su forma de pensar al forzarlo a considerar qué es lo que quiere
decir.”

Extraído de “El método de Storyboard” de Marcel Dumand y Kerri


Choun

Organización de los mensajes en una estructura lógica

Luego de elaborar los mensajes que queremos transmitir, debemos organizarlos


dentro de una estructura que resulte lógica. Esto implica dos procesos básicos:

- Agrupar los mensajes

Al presentar la información agrupada, ésta se vuelve más significativa y resulta más


fácil de recordar. Al agrupar estamos definiendo un factor común entre los mensajes.
Estamos agregando más valor a la presentación.

- Jerarquizar los mensajes

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Jerarquizando nuestras ideas podemos determinar qué es lo principal y qué lo
secundario. Damos también un orden a nuestra presentación: por dónde empezamos
y cómo seguirá nuestro discurso.

Establecer una estructura para nuestra presentación exige esclarecer los nexos que
"enganchan" las ideas que presentamos, de tal manera que al pasar de un punto a
otro, el discurso no pierda coherencia ni presente baches lógicos que debiliten el
mensaje ni distorsionen la intención del presentador.

“Teniendo en claro qué vamos a decir y para qué (mensajes),


habiendo organizado / agrupado coherentemente las ideas,
estableciendo una jerarquía (mensajes clave, mensajes de apoyo),
tendremos mayores garantías de establecer una comunicación más
eficaz, que no presente „fracturas lógicas‟ y que facilite a la
audiencia su comprensión.”

Extraído de "El método Storyboard" de Marcel Dunandy Kerri


Choun

Clasificación de las ayudas visuales


Medios para escribir

La tradicional pizarra de madera con la tiza de yeso aún se utiliza en muchas escuelas
de todos los niveles. Un avance en este sistema es la pizarra blanca que requiere un
lápiz de fibra especial que se borra con facilidad. El rotafolio es un instrumento que
permite escribir en hojas de papel de gran tamaño, muy utilizado en capacitación
empresaria para grupos pequeños.

Medios de mostración

Son láminas de todo tipo que se consiguen en librerías especializadas, mapas de


variadas especialidades, fotografías en gran escala y elementos tridimensionales
como esculturas, esqueletos, maquetas, etc.

Medios de proyección

Un aparato muy utilizado en recursos humanos y en las escuelas es el proyector de


vídeos, ya sea en el televisor o en imágenes proyectadas a mayor escala sobre una
pantalla. El retroproyector es un aparato muy útil para mostrar imágenes detenidas. Se
trata de un instrumento eléctrico que combina lentes y espejos que produce imágenes
aumentadas con gran fidelidad. El proyector de diapositivas también es utilizado como
medio visual en capacitaciones. En los últimos años se ha desarrollado una tecnología
informática que permite utilizar la computadora para pasar imágenes generadas en
programas del tipo Power Point, Word, Publisher, Corell Draw, etc. Se trata de un
ingenioso aparato comúnmente denominado cañón, que es conectado a una
computadora personal y amplía en gran escala las imágenes que se ven en el monitor.

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Este soporte técnico es muy versátil en la utilización de proyecciones comerciales y
empresariales.

LECTURA Nº 4
Formas deliberativas
Tal como lo afirma María Angélica Vilches en el libro „Para aprender a hablar en
público‟ de Ignacio Di Bartolo citando al prestigioso educador y ensayista Dr. Guillermo
Jaim Etcheverry:

"Vivimos en una época en la que la información instantánea goza de un prestigio


inusitado, lo que ha traído como resultado el ocaso del conocimiento reflexivo, es
decir, el ocaso del debate (…) Esta tendencia es sumamente peligrosa para el
desarrollo intelectual de los jóvenes porque produce una evidente decadencia del
lenguaje. Además, se nos trata de convencer de que la información hace innecesario
el debate público, de que discutimos cuando carecemos de datos. Cuando éstos
aparecen, se nos dice, muere todo debate (…) En realidad la situación es la opuesta:
sólo cuando nuestras preferencias y proyectos atraviesan la prueba de la Discusión,
llegamos a entender lo que sabemos y lo que todavía nos falta saber. Hasta que no
formulamos las preguntas correctas, no advertimos, en realidad, qué necesitamos
saber. Y no podemos llegar a identificar las preguntas correctas si no confrontamos
con los demás nuestras ideas sobre el mundo. Hasta que no defendemos nuestras
opiniones, éstas son impresiones a medio formar, presunciones sin examinar. Sólo
llegamos a conocer nuestra propia mente cuando intentamos explicamos a los
demás."3

De estos conceptos se deduce que para debatir, hay que recurrir a una herramienta
fundamental: el lenguaje, que es una expresión cultural, un reflejo del espíritu.

“Uno no habita un país, uno vive en una lengua”

Émile dorara

Las formas de la oratoria participativa se apoyan en el intercambio de ideas y


opiniones entre los miembros participantes. El valor de la discusión bien organizada es
muy apreciado por la sociedad en su conjunto; el debate convincente logra atraer el
interés del público porque su dinámica estimula el pensamiento reflexivo.

La función protagónica del orador hace que el lenguaje sea el instrumento vivificador,
cuya calidad condiciona la calidad de la comunicación interpersonal en la oratoria
deliberativa.

“La Discusión es el arte del pensamiento reflexivo y la


comunicación oral entre miembros de un grupo, cuyo
objetivo es la solución cooperativa de un problema.”

3
Educador y ensayista argentino, siglo XX

15 |
Atice Craig Baird
Lingüista estadounidense, siglo XX
María Angélica Vilches hace referencias a algunas consideraciones generales:

La oratoria participativa, llamada también oratoria grupal, incluye formas elocutivas en


las cuales dos o más personas discuten, alternadamente, un tema determinado.

La discusión puede tener diferentes propósitos:

 Incrementar el conocimiento de un tema.


 Analizar los distintos aspectos de un proyecto.
 Resolver un problema común.
 Tomar decisiones acerca de un asunto.

La discusión debe mantenerse siempre dentro de un espíritu dialógico, se trata de


realizar en grupo una operación mental cooperativa. Cada forma deliberativa recibe un
nombre propio de acuerdo con el objetivo fijado; su organización y coordinación es
tarea de un moderador, cuya denominación varía según la motivación del encuentro.

Cada reunión participativa requiere una preparación muy cuidadosa. Es necesario


diseñar e instrumentar una estructura que permita desarrollar con eficacia la sinergia
del grupo. El éxito grupal se logra cuando los individuos integrantes cumplen con las
pautas fijadas.

La interacción "cara a cara" mantenida durante la discusión, ajusta el ritmo ágil,


necesario para que la reunión logre un buen resultado. La reunión es eficaz, si los
intereses personales de sus miembros se integran a los del grupo.

ESTRUCTURA ORGANIZADA DINÁMICA DEL GRUPO REUNIÒN EFICAZ

Los tratadistas en dinámica de grupos han ordenado a aquellas reuniones más


difundidas, en dos tipos diferentes:

 Privadas (sin público).


 Públicas (ante público de auditorio, televisivo, radial).

Las del primer grupo se desarrollan en recintos cerrados, no muy amplios, bien
ambientados: oficinas, despachos, estudios, salas de reuniones, aulas, bufetes,
decanatos, etc. Participan en ellas grupos pequeños de personas (no más de doce),
que representan a comisiones, delegaciones, juntas, comités, cámaras, etc. El objetivo
fundamental de estos encuentros es definir líneas de acción conjunta, mediante el
intercambio de ideas y opiniones acerca del tema determinado.

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En general, no son reuniones improvisadas; la convocatoria se realiza con adecuada
antelación, informando con precisión lugar, fecha, hora y motivo de la misma. De esta
manera, los participantes convocados dispondrán de tiempo suficiente para preparar y
ordenar sus ideas y el material auxiliar necesario para argumentarlas.

Entre las formas de oratoria privada más importantes se mencionan las siguientes:

 Diálogo

 Entrevista

 Coloquio (conversación en grupo)

 Negociación

 Grupo de discusión

 Interpelación

 Tormenta de cerebros (brainstorming)

Al segundo grupo pertenecen las reuniones públicas:

El número de participantes que integran estos equipos, varía de acuerdo con el tipo de
reunión. Se realizan en recintos cerrados amplios y confortables: auditorios, salas
magnas universitarias, sociedades, consejos, etc. Con frecuencia los auditorios están
equipados de los medios electrónicos modernos y demás elementos necesarios para
el uso del material auxiliar. Ej.: rotafolios, pizarrones, diapositivas, videos, filminas,
pantallas, cañón de proyección, retroproyector, Power Point, etc.

La convocatoria a una reunión pública tiene como finalidad informar a la concurrencia


y actualizarla sobre los temas educativos, culturales, científicos, artísticos o políticos,
etc., que, en general, interesan a la sociedad.

Las reuniones públicas son difundidas cada vez más dentro de los diferentes sectores
sociales y su metodología es muy estimada por el público.

La información es transmitida ordenadamente, con criterio docente, dominio


académico y con el deseo de compartir con los oyentes los temas que se discuten. Por
otra parte, la brevedad de tiempo que ocupa una reunión pública (1 hora y media
aproximadamente), predispone a la gente a concurrir a la convocatoria.

Más adelante analizaremos algunas de las formas más conocidas.

 Mesa redonda

 Simposio

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 Foro

 Debate

A continuación se presentan las conclusiones de María Angélica Vilches con respecto


a las formas deliberativas privadas.

Formas Deliberativas Privadas


El diálogo

Es el caso más sencillo de la comunicación oral. Se trata de un tipo de conversación


poco vigorosa. Puede ser formal o informal según sea convenido o casual.

Se caracteriza por emplear un estilo llano de expresión oral, transmitido con


espontaneidad. El tono es amable, intimista: no requiere megafonía. Sin embargo, a
pesar de su sencillez, exige cierta excelencia por parte del orador, que debe demostrar
tanto su capacidad para transmitir ideas y sentimientos, como para recibir las del otro
(u otros); se puede dialogar de pie o sentado. Es una comunicación directa y fácil, por
eso su práctica ayuda a los oradores poco entrenados a exponer opiniones ante otros
interlocutores.

El diálogo es una conversación entre dos o más personas


que, alternativamente, manifiestan sus ideas y opiniones
sobre un tema. Puede ser formal o informal.

La entrevista privada

Es una conversación entre dos o más personas: un entrevistador y uno o varios


entrevistados. Este encuentro consiste en un juego de preguntas y respuestas que
conduce a un fin específico.

La reunión puede ser convenida previamente o casual, pero en cualquiera de los


casos se aplica la misma técnica. El tiempo de duración depende de muchas
circunstancias, pero nunca pasa de los 60 minutos.

La entrevista es un encuentro entre dos o más personas,


sostenido en un juego de preguntas y respuestas que
conduce a un fin determinado. Puede ser convenida o casual.

El entrevistador maneja un único elemento para realizar su tarea: la pregunta, que


debe ser elaborada, respetuosa e imaginativa, para demostrar idoneidad. El
entrevistado, a su vez, actúa por medio de respuesta que demuestran su habilidad

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dialéctica y su autoridad sobre el tema abordado. En general, conviene definir de
antemano el tema de la entrevista para adecuar los contenidos de las preguntas y de
las respuestas, de esta manera, la conversación podrá tener una línea de
pensamientos coherentes, logrando ser interesante y dinámica.

Por otra parte, el encuentro puede resultar también atractivo, si ambos el entrevistador
y el entrevistado, usan su poder de seducción, con el fin de captar la atención del otro.

El entrevistador, cuya tarea es mantener el hilo de la conversación debe proporcionar


a su entrevistado un clima agradable y psicológicamente apropiado; en todo momento
evitará expresiones que originen malestar o respuestas cerradas, en las que se emitan
solo un sí o un no. En cambio, se esforzará por estimular respuestas abiertas que
amplíen los conceptos enriqueciendo el tema que se trata.

El final es el gran momento del entrevistador, quien hará una síntesis de lo expuesto
para reafirmar los puntos más importantes y agradecer la presencia del o de los
entrevistados.

El coloquio (conversación en grupo)

Esta técnica de la oratoria deliberativa es definida como un intercambio de ideas y


opiniones que se manifiestan "cara a cara", entre los miembros de grupos no muy
extensos, normalmente entre cinco y diez personas.

En el coloquio la conversación debe seguir un desarrollo coherente, razonado, sin


derivar en apreciaciones personales.

Su estructura permite debatir un tema prefijado para analizarlo, estudiarlo o tomar una
decisión, fijando una línea de acción que responda al criterio de la mayoría. La
ubicación semicircular suele ser la más conveniente, ya sea detrás de una mesa o sin
ella, pero con asientos cómodos.

El coloquio es el diálogo de un grupo humano con similares


inquietudes, con el fin de acordar una decisión sobre un
tema de interés común. Lo modera un conductor.

Un conductor abre la reunión, presenta el asunto y registra las distintas ideas y


tendencias, pero su función no es dirigir, sino sintetizar las opiniones vertidas por los
presentes, manteniendo en todo momento un clima ordenado y disciplinado.

En la organización de un coloquio puede designarse a un miembro como colaborador


o secretario, quien levantará el acta de la reunión, si así lo decide la mayoría.

Esta forma de oratoria privada sucede en las reuniones de comisiones, juntas,


reuniones de profesores, clubes, etc. y se caracteriza por el tono amistoso, cordial y
amable que revelan los participantes. Cada exposición debe ajustarse a un tiempo
determinado para guardar equidad y respeto por los demás. El conductor velará por

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sostener la armonía y ecuanimidad del grupo procurando que las expresiones no sean
fatigosas y que nadie intente monopolizar la palabra hablada.

Sin duda, el conductor del coloquio constituye una figura clave en el éxito de la
reunión, porque aunque no domine el tema, sí debe sintetizar con precisión los puntos
de la discusión y ofrecer la información registrada con coherencia y claridad.

El momento más importante del coloquio se produce cuando el conductor hace el


resumen final. En él estarán incluidas las distintas opiniones de todos los participantes,
destacando los puntos en que se ha llegado a un acuerdo, pero sin dejar de mencionar
las discrepancias de las minorías. La espontaneidad y el dinamismo de los
participantes son características del coloquio.

El conductor del coloquio constituye una figura clave en el


éxito de la reunión, porque aunque no domine el tema, sí debe
sintetizar con precisión los puntos de la discusión y ofrecer la
información registrada con coherencia y claridad.

La negociación

La metodología que se aplica en una negociación se caracteriza por ser una difícil y
ardua tarea entre dos o más delegaciones. Su objetivo es armonizar intereses entre
las partes. Es un encuentro entre comisiones de expertos que pretenden acuerdos
convenientes para sus respectivas propuestas.

Cada equipo designa previamente la voz que lo representará; del intercambio de


argumentos, entre el representante de cada delegación con los expertos que lo
acompañan, resultará la propuesta final que podrá ser aceptada, rechazada o
negociada por la parte contraria.

Estas reuniones se desarrollan en un clima cordial pero serio, ya que se juegan


grandes intereses; los códigos empleados deben ser elaborados y precisos. Cada
equipo pretende que su propuesta sea aceptada.

La negociación es un intercambio de propuestas entre dos o


más delegaciones. Su objetivo es armonizar intereses entre
las distintas partes. El temario a tratar es preparado con
anterioridad por cada equipo que interviene.

El acuerdo final redunda en los mutuos compromisos que las partes deberán cumplir;
de ahí que el éxito de una negociación consiste en preservar la razón del argumento
inicial de la delegación que propuso el encuentro.

La oratoria de los expositores debe distinguirse por lo convincente y cautivante, para


persuadir y obtener las mejores condiciones en la gestión.

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El jefe de la delegación, al transmitir con firmeza los argumentos válidos, será
respetado y escuchado si es creíble. En algunas ocasiones el jefe del equipo debe
hacer gala de su flexibilidad para concretar la negociación, sin dejar de sopesar la
importancia de sus argumentos.

Muchas veces una negociación no se cierra en un sólo día de reunión, sino que
necesita de otras reuniones para seguir deliberando. En cada una de ellas un
secretario designado ex-profeso, hará firmar a los miembros de las delegaciones
participantes el acta del día, la cual formará parte del acuerdo final.

Pasos de una negociación

o Presentación de las propuestas


o Discusión de las mismas
o Temas de compromiso a asumir
o Primer intervalo de la reunión
o Intervención de los respectivos expertos
o Evaluación de las opiniones recibidas
o Segundo intervalo de la reunión
o Toma de decisiones. Conclusiones
o Negociación acordada/limitada/rechazada
o Lectura y firma del acta

Grupo de discusión

Es un proceso dinámico, en el que un grupo juvenil, en general estudiantes, discuten


un tema previsto que interesa a todos.

Los participantes son inexpertos en trabajo grupal, necesitan practicar, lo que significa
que el grupo hay que "hacerlo".

Se designa un instructor con función rotativa. Los miembros del grupo, en general, son
educandos, por eso es frecuente que soliciten a un coordinador que ejerza la
conducción hasta tanto los alumnos estén prácticos.

La función del instructor es escuchar desde un lugar de autoridad y promover una


discusión dinámica.

El grupo de discusión es aquél en el que un número


reducido de educandos intercambian información para
acrecentar conocimientos, tomar decisiones o discutir un
tema de interés común. Lo supervisa un instructor.

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El instructor presenta el tema, motiva el interés de los participantes y estimula la
intervención de todos. Para facilitar la comunicación todos deben verse cara a cara y
ubicarse en un ambiente cómodo y agradable.

La finalidad de un grupo de discusión es adquirir más información sobre un tema


prefijado o tomar una decisión con el aporte de todos.

El grupo establece las normas a seguir, el tiempo asignado a cada participante y a la


discusión en su totalidad. Nadie debe silenciar su opinión. La discusión es un
intercambio de ideas "cara a cara", que se desarrolla en un clima democrático sin
hegemonía de ninguno de los miembros.

Dado el clima de libertad en que actúan los participantes, el instructor debe trabajar
para ser reemplazado alternativamente por los jóvenes del grupo. La consigna de un
grupo de discusión es aprender-haciendo.
Todos los participantes han de ser solidarios con las conclusiones a las que se arribe
puesto que éstas han sido tomadas después de una elaboración participativa y
democrática a la vez. Un secretario elegido por el grupo registrará la información
vertida.

La interpelación

La interpelación es una cita entre el interpolador que


pregunta y el interpelado que responde y expone los
descargos de un tema en particular.

En la vida cotidiana la interpelación es una confrontación entre dos partes que actúan
desde distintas posiciones. Su técnica requiere la participación de un interpolador que,
basado en una información precisa, aborda un tema determinado.

En general, esta tarea se apoya en un interrogatorio preparado ex-profeso dirigido al


interpelado. Este último debe exponer los descargos pertinentes a los requerimientos
sin titubeos, con claridad y precisión en las palabras.

Muchas veces, el interpolador, haciendo gala de su información sobre el caso, se


adelanta con preguntas que el interpelado todavía no explicó; de este modo se deduce
que el buen interpolador es aquel que se distingue más por su talento que por su
idoneidad.

Su función consiste en registrar las explicaciones y los descargos planteados por el


interpelado, para llegar a conclusiones válidas cumpliendo de esta manera con su
cometido.

El interpelado, desde su posición enfrentada, tiene que responder al interrogatorio de


su contrincante con argumentos creíbles. Su tarea no es sencilla, requiere preparación
previa o experiencia para saber exponer pruebas convincentes. De lo contrario, si no
tiene firmeza y seguridad para discernir, no logrará su propósito.

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La interpelación es un acto breve que se realiza ante una situación compleja. Es una
práctica difícil de ejercer por lo fatigosa y por el esfuerzo intelectual que exige la
discusión. El arte de la elocuencia juega un papel relevante; cada una de las partes
debe lograr expresar su verdad y justificar sus argumentos con palabras válidas y
firmes.

Tormenta de cerebros (brainstorming)

Consiste en la aplicación de una técnica de grupo que difiere en gran parte de las
formas más conocidas. Los miembros del grupo (a lo sumo doce), actúan con gran
libertad en un clima muy informal, en busca de ideas originales, desde razonables
hasta extravagantes. Su objetivo es desarrollar y ejercitar la imaginación creadora para
encontrar propuestas útiles, pero no urgentes, que sirvan para solucionar situaciones
que requieren cambios.

Los participantes son informados con antelación sobre el tema a tratar, con el fin que
aporten ideas creativas y nuevas.

Se organiza la reunión conducida por un director que transmite las normas a


desarrollar, designa a un secretario (exterior al grupo) encargado de registrar las ideas
que se expongan, además de ofrecer utilizar el grabador, un pizarrón o un rotafolio,
para que las propuestas se retengan en la memoria y que además se pueda volver a
ellas en caso necesario.

La tormenta de cerebros o brainstorming es un tipo de discusión


cuya finalidad es generar ideas originales o soluciones nuevas,
ante un problema específico que requiere cambios. Conduce un
director.

En un ambiente muy permisivo, despreocupado, sin críticas, el director estimula al


grupo e invita a sus miembros a que en un breve lapso (10 minutos aproximadamente)
den vuelo a la imaginación (que puede llegar hasta lo irracional) y a exponer ideas
creativas.

Es muy importante la preparación de todos los miembros para que la lista de ideas
nuevas sea lo más larga posible; de esta manera se facilitará la selección final.
Terminado el plazo fijado para la presentación de mociones, se analizan las ideas más
prácticas y factibles para el caso tratado. Muchas veces las soluciones expuestas
pueden ser mejoradas combinando dos o más ideas en una.

Al final el director resume las ideas expuestas por los participantes. Es una técnica
muy utilizada en publicidad y en centros de capacitación en los que la fantasía y la
creatividad ocupan un campo importante.

Pasos de un brainstorming:

1. Convocatoria a la reunión.

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2. El director explica las pautas que se deben cumplir.
3. El grupo presenta las nuevas ideas. Todas son válidas, aun las más
extravagantes.
4. Se analizan las propuestas en un plano de acción concreta.
5. El director hace un resumen de las ponencias y lee las conclusiones.
6. Cierra la reunión agradeciendo los aportes recibidos.

Formas Deliberativas Públicas


A continuación se presentan las definiciones de María Angélica Vilches con respecto a
las formas deliberativas públicas.

Mesa redonda

Es una discusión ante el público, en la que participa un grupo selecto de personas (no
mayor de seis u ocho) para exponer sus puntos de vista acerca de un tema
determinado.

Cada invitado conocerá de antemano el asunto a discutir, y sus opiniones podrán o no


coincidir con las ideas de los otros participantes. Por ese motivo, a esta forma
deliberativa se la llama también "Discusión ante el público". La conducción de una
mesa redonda está a cargo de un coordinador. Es una forma ampliamente difundida
sobre todo por la televisión; su práctica incluye tanto a grupos de científicos,
empresarios, políticos, como a gente común conocedora del tema.

El resultado de una mesa redonda depende de su preparación, de la tarea del


coordinador y de los integrantes de la mesa. El coordinador debe organizar un
encuentro previo a la reunión con los invitados, dándoles a conocer el criterio
adoptado para el desarrollo de la misma. Tendrá en cuenta a la vez los antecedentes y
trayectoria de cada uno de los participantes.

La mesa redonda consiste en la discusión de un tema ante el


público, en la que interviene un grupo selecto de personas, bajo
la conducción de un coordinador.

La mesa redonda, por ser una reunión pública, se desarrolla en un escenario o


estrado, donde sus integrantes se ubican alrededor de una mesa, a derecha e
izquierda del coordinador, de frente al público. Si la forma de la mesa lo permite, los
invitados se sientan formando un semicírculo, con el coordinador en el centro,
cuidando siempre de no dar la espalda al público.

El coordinador abre la reunión y presenta el tema. Seguidamente hace la presentación


de los integrantes de la mesa, mencionando los antecedentes y las actuaciones de
cada uno de ellos.

Como no existen reglas fijas para el desarrollo de una mesa redonda, la discusión
puede iniciarse después del primer planteo o pregunta que hace el coordinador o bien

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siguiendo las expresiones ordenadas de los expositores. Lo importante es la
participación activa de todos los miembros del grupo, en procura de agilizar el proceso
de toma de conclusiones.

La preparación de cada orador establece el nivel de los argumentos

No es prudente la improvisación de los mensajes, porque la reunión pierde mucha de


su potencia. El resultado de una mesa redonda se define también por la seriedad de
los aportes que se presentan y por el buen resumen de las opiniones expuestas por el
coordinador. La reunión será productiva si las ideas conducen a concretar el objetivo
de la convocatoria. Las discrepancias deben ser sostenidas con argumentos sólidos,
para que tengan validez en la decisión final. Dicho en otros términos, los distintos
conceptos emitidos sirven para concretar los puntos de acuerdos o las áreas de
desacuerdos y también para facilitar el consenso sobre la tesis sustentada.

Tanto en una mesa redonda como en el simposio o en el debate puede hacerse un


breve uso de material auxiliar que, bien elegido, da más precisión a la ponencia.
Existe una amplia variedad de instrumentos y de materiales que ayudan a dar mayor
relieve a la discusión. Cabe tener en cuenta que los materiales auxiliares son sólo un
medio de apoyo a la ponencia; nunca reemplazan al orador porque su aplicación sólo
pretende facilitar al público la compresión del concepto emitido.

Finalizadas las intervenciones, el coordinador expondrá las ideas principales


registradas, haciendo una síntesis de lo debatido y de las conclusiones obtenidas,
dando así por terminada la reunión.

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La habilidad oratoria de los invitados, la capacidad de síntesis, la cortesía en la
discusión, el respeto de las diferencias de opiniones, el cumplimiento del tiempo
asignado, son factores que colaboran para lograr el éxito de una mesa redonda.

El simposio

Su objetivo bien definido es informar, explicar o instruir en forma ordenada sobre


diversos aspectos de un mismo asunto, es decir, que cuando se desea obtener o
impartir información certera y variada sobre un tema determinado, se recurre a la
técnica del simposio, ya que con la participación de expertos, permite la comunicación
rápida y organizada de un asunto. Cada experto (pueden ser 3 ó 6), habla sobre un
aspecto particular que responda a su especialización. Los integrantes de la reunión
exponen individualmente sin discutir en forma sucesiva (como si fuera una
conferencia) y a igualdad de tiempo (30 minutos aproximadamente). No interesa si
sus ideas coinciden o no con las de otros expertos, sino que lo importante es que cada
uno transmita información actualizada que, sumada al aporte de los demás, constituye
un análisis total o casi total del tema.

El simposio es una serie de breves conferencias que tienen


un orden preestablecido y que sumadas constituyen la
actualización total o parcial de un tema. Al director del
simposio se lo llama presidente.

Como toda reunión deliberativa pública, el simposio requiere un conductor que en este
caso se llama Presidente. Aunque su función no implica discutir, ni opinar, es
preferible que sea un gran conocedor de aquello que se va a tratar, es decir, que tenga
autoridad. De esta manera podrá seleccionar a los participantes con conocimiento de
causa, reuniéndolos previamente y organizando un temario coherente. Muchas veces
se pide a los expositores una copia escrita de sus relatos para mejor planeamiento de
la reunión.

Los conocimientos del Presidente sobre el tema en cuestión le permitirán resolver


cualquier imponderable que pudiera presentarse durante el simposio (preguntas a
destiempo, material de apoyo no conveniente o cualquier aclaración que favorezca el
mejor desarrollo del encuentro).

Por otra parte, el organizador debe preparar el ambiente físico donde se desarrollará el
Simposio y prever las necesidades del caso para que la reunión resulte eficaz.

Los participantes y el Presidente del simposio estarán sentados sobre un estrado o


escenario alrededor de una mesa, frente al público. Algunas veces el Presidente
ocupa un lugar separado, también frente al público.

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Cada experto habla desde su asiento o bien se adelanta hacia una pequeña mesa
ubicada frente al estrado. En su conferencia no defiende posiciones personales, sino
que aporta conocimientos propios de su especialización. El simposio no admite
discusión.

El Presidente abre la reunión, explica los objetivos y presenta, por turno, a cada uno
de los oradores. Al final cierra el acto, resumiendo brevemente los conceptos
expuestos.

En síntesis, la característica de un simposio es ofrecer en un tiempo relativamente


corto, la actualización de un tema a cargo de un grupo de expertos.

El foro

Se llama foro a cualquier forma de oratoria en la que participa el auditorio. Algunos


especialistas en dinámica de grupos lo denominan también "discusión abierta al
público". La palabra "foro" recuerda las grandes asambleas romanas, en las que el
público tenía oportunidad de participar para debatir un asunto.

Actualmente, las formas deliberativas antes analizadas: mesa redonda, simposio y


debate, pueden constituirse en foro; basta con que el coordinador explique que
después de terminada la reunión, el público podrá participar formulando preguntas.

Es frecuente también abrir foro a continuación de un hecho concreto como, por


ejemplo, la proyección de una película, un suceso deportivo, un acontecimiento
comunitario, artístico o escolar. El auditorio motivado por el conductor, podrá formular
preguntas o hacer objeciones acerca del tema tratado.

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En cualquiera de las situaciones se informa de antemano al público, que podrá
participar después de la presentación del tema.

El objetivo de un foro es permitir a los asistentes a una reunión deliberativa pública, la


libre expresión de ideas y de reflexiones, dentro de un clima informal, siempre
conducido por un moderador.

El foro es una forma de la oratoria deliberativa en la


cual participa y opina el público al término de la
reunión. Lo conduce un coordinador.

Conducir un foro no es tarea sencilla; se requiere experiencia y habilidad para hacer


cumplir las normas exigidas por este tipo de deliberación.

La función del moderador es motivar al auditorio para que participe en el foro, ayudar a
superar la timidez del público y crear un ámbito propicio para las preguntas. A veces,
un ayudante colabora con el moderador distribuyendo hojas en blanco para que las
preguntas sean escritas; luego las respuestas serán dadas por los oradores de la
reunión.

El éxito de un foro depende en gran parte de la capacidad y talento del coordinador.


Su función es hacer cumplir el tiempo asignado a cada expositor, solicitar que el
interrogante sea preciso y conciso, impedir (con cortesía) exhibicionismo retórico o
divagaciones de los participantes.

Agotado el tema o cumplido el tiempo previsto, el moderador hará un resumen de las


opiniones, coincidentes o no, sin omitir las ideas fundamentales vertidas por los
participantes; agradecerá, además, la presencia del auditorio.

En general, finalizado el foro, el público ha logrado desarrollar su espíritu participativo


y ha enriquecido su información acerca del tema analizado.

El debate

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Es una forma de oratoria deliberativa muy practicada actualmente, aunque se difunde
desde hace tiempo. Siendo su modalidad un proceso rápido y contundente sirve para
comunicar públicamente opiniones divergentes, acerca de un tema de interés notorio.

El debate tiene leyes propias que lo diferencian de los otros grupos de discusión. Es
una polémica verbal que involucra el compromiso de dos sectores que elaboran
posiciones antagónicas en torno de un tema predeterminado.
Son dos voces que se enfrentan en el enunciado del asunto: una sostiene argumentos
que conducen a una posición afirmativa de la proposición, mientras la otra argumenta
negativamente con un contradiscurso polémico.

La finalidad de cada equipo es refutar la tesis del adversario por medio de


razonamientos que prueben que la posición sostenida por el otro grupo es falsa e
inconsistente.

Cada grupo está formado por dos o tres expertos que analizan un tema debatible, es
decir que admite tesis distintas.

El moderador en una reunión previa al debate fija las pautas que requiere su
desarrollo, como así también el comportamiento ético de los participantes. La no
agresión es parte del acuerdo. El éxito de un debate depende, en gran parte, de la
imagen transmitida más que de las palabras que se expresen.

El debate consiste en una discusión ante el público, de dos


expertos o grupos de expertos que sostienen tesis adversas
sobre un tema particular. Lo conduce un moderador.

El moderador diestro presenta a los expertos y explica al público el procedimiento que


ha de seguir la reunión. Este acto polémico se desarrolla en una sala con estrado y
platea; los oradores se ubican sobre la tarima en mesas separadas a derecha e
izquierda del moderador o bien en un semicírculo, pero siempre de frente al público
con el coordinador en el centro.

El equipo de la afirmativa tiene la responsabilidad de aportar la prueba inicial de su


posición; luego, el primer orador de la negativa presenta su discurso; le sigue el
segundo expositor afirmativo ampliando las razones y de la misma manera procede el
segundo de la negativa. Terminadas las pruebas de apoyo de cada tesis, el grupo de
la negativa comienza la refutación.

En los discursos refutatorios, cada equipo puntualiza los errores y las faltas de
argumentación del otro, reforzando de esta manera la propia tesis.

Cumplido el tiempo estipulado el moderador da por finalizado el debate. Seguidamente


hace un breve resumen del mismo; al terminar la reunión agradece la participación de
los expertos y la atención del público.

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Cabe destacar que, en algunos debates, es invitado un jurado cuya única actuación es
dictaminar el resultado del encuentro, teniendo en consideración la calidad de los
discursos, la habilidad expresiva de los oradores y también el material presentado.

Reiner Brehler, en “Prácticas de Oratoria Moderna” explica los tipos de debates que
existen y los clasifica en debate abierto, debate americano, debate inglés y disputa
entre expertos. A continuación se presentan las explicaciones del autor sobre esta
clasificación.

Tipos de debate
No hay debate que pueda prescindir de alguien que dirija o modere el enfrentamiento
dialéctico. Esta persona tiene que tener el derecho de llamar al orden. En ocasiones
se le concede también el papel de arbitro encargándose, concluido el debate, de
valorar los argumentos que las partes hayan lanzado a la lid. Es costumbre útil
levantar acta de los debates, puesto que uno suele ser consecuencia del otro.
Siguiendo a Brehler podemos mencionar cuatro tipos de debates: el debate abierto, el
americano, el debate inglés y la disputa entre expertos.

En el debate abierto, los participantes toman la palabra según un orden de


intervención. Las excepciones las señala el moderador, que en un momento dado
puede creer conveniente que intervenga alguien para cerrar un punto y pasar al
siguiente. El orden de intervenciones sigue el orden en que se haya pedido la palabra.

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Si son muchas las peticiones, se puede llegar a un consenso respecto a limitar el
tiempo de intervención.

En el debate americano las dos partes en litigio, formada cada una por un mismo
número de contrincantes, se encuentran sentadas cara a cara a ambos lados de una
mesa. En un extremo está sentado el moderador, en el otro, el encargado de levantar
acta. Los dos bandos se alternan en el uso de la palabra. Cada participante puede
hacer una sola vez uso de ésta. Queda a discreción táctica de las fracciones el decidir
cuándo uno de sus miembros toma la palabra. La suerte decide cuál de las dos partes
inicia el debate. Automáticamente, a la parte contraria le corresponde cerrar el debate.

El debate inglés muestra la misma distribución espacial que el debate americano. Sin
embargo, el turno de intervenciones es consecutivo según el orden de los asientos.

En el debate abierto, los oradores pueden intervenir varias veces y replicar a ataques
de contrincantes. En las otras dos modalidades son los que hablan en último lugar los
oradores encargados de sintetizar y ofrecer réplica a intervenciones anteriores.

La disputa entre expertos es una forma especial de debate. En este caso un grupo que
pregunta frente a otro que contesta. No resulta infrecuente que las sesiones tengan
lugar sin moderador. A una de las partes le está permitido únicamente preguntar, a la
otra, contestar. Las preguntas se dirigen a una persona concreta del grupo. El orden
de las preguntas y respuestas es aleatorio.

Síntesis

En este módulo vimos las estructuras discursivas, los tipos de textos, las ayudas
visuales y las formas deliberativas privadas y públicas.

En la primera lectura se mostraron dos tipos de estructuras discursivas de suma


utilidad, la narrativa utilizada para contar hechos o historias y la argumentativa para
plantear una idea y defender un punto de vista.

En la segunda lectura conocimos los tipos de discursos según Ander Egg; se presentó
el discurso leído, de memoria, con ayuda memoria, con esquema o boceto, utilizando
notas y sin nada escrito. El texto detalla los pros y los contras de cada uno.

En la tercera lectura se presentaron las ayudas visuales, herramientas muy útiles para
las presentaciones en públicos. Se mostró por qué y cuándo usarlas, los cinco
mandamientos para su creación, el modo de procesar la información a transmitir y su
clasificación.

En la cuarta lectura conocimos las formas deliberativas privadas y públicas. Dentro de


las privadas encontramos al diálogo, la entrevista, el coloquio (conversación en grupo),
la negociación, el grupo de discusión, la interpelación, la tormenta de cerebros
(brainstorming). En las formas deliberativas públicas encontramos a la mesa redonda,
simposio, foro y el debate.

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Para la profundización de todos los conceptos vertidos en esta unidad, Ud. deberá leer
los siguientes capítulos de la bibliografía obligatoria

DI BARTOLO, Ignacio; Para aprender a hablar en público. Capítulo 2 – La conferencia.

ANDER-EGG, Ezequiel; AGUILAR, María José. Para aprender a hablar en público. Parte III.
La presentación. Pág. 109 – 118.

VILCHES, María Angélica. Oratoria participativa. La Comunicación con métodos deliberativos


de Para aprender a hablar en público. De DI BARTOLO, Ignacio.

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