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Beccaria 4
Beccaria 4
pensamiento criminológico del siglo dieciocho, que con una visión humanista y de avanzada,
configura una de las obras más importantes para entender la concepción moderna del Derecho
Penal, aun cuando la obra no se propuso realizar una guía de cómo realizar una legislación penal
apropiada, no es menos cierto que la obra del milanés, contribuye con la construcción de un
Derecho Penal diferente en los cuales, movimientos contemporáneos como bien puede ser el
concepción de que existen hechos los cuales deban ser castigados por la sociedad de una o de
otra manera, en resumidas cuentas, se llega a la necesidad del Derecho Penal, lo cual es
indispensable si el objetivo que busca el autor es de realizar una crítica al Derecho Penal de su
tiempo, a las prácticas que en su momento eran corrientes y aceptadas por la sociedad en su
necesaria para que se pueda construir en torno a ella un Derecho Penal, la hace cada individuo en
nombre de proteger sus derechos y de evitar un estado de necesidad en la que cada persona
Las penas, de acuerdo con Beccaria, nacen de un pacto entre todos los hombres, y con
esto se hace referencia al Derecho Constitucional contemporáneo; mediante este pacto, se busca
tanto el bienestar individual como el del colectivo y se realiza para así terminar con el
salvajismo que existió previamente a este pacto. Por esta razón, resulta aceptado un orden penal
entendiéndolo como una limitación en el ejercicio de los derechos de las personas, en el nombre
de proteger los bienes jurídicos que consideramos indispensables para la vida del ser humano,
llámese la vida, la libertad o la propiedad por citar algunos ejemplos; esta limitación afecta al
ejercicio de los derechos, haciendo que en la práctica no hayan derechos absolutos; para así
derechos inherentes a toda persona y divorciado de la justicia tomada por mano propia. En base a
esta visión del Derecho, y la observación de la realidad que rodeó al autor, se da inicio para
El autor, sentó las bases del Principio de Legalidad en materia Penal, el cual a día de hoy
es un principio que mantiene total y plena vigencia como lo puede denotar que nuestro
ordenamiento jurídico parte del nullum crime, nulla poena sine lege, para construir toda una serie
de elementos que se compaginan con este principio a fin de establecer una garantía certera para
El autor fue un gran defensor de la igualdad frente a la Ley, un principio que a día de hoy
es más que aceptado, sin embargo en la época de Beccaria, no era así, siendo que no era raro que
de un acusado, variando incluso los castigos a ser aplicados. Cosa que se prueba bastante bien en
como las personas más adineradas tenían más facilidad para escapar de un proceso penal,
mientras que una persona de origen humilde, era más propensa a ser puesta como el responsable
De esta manera, el Derecho Penal en las leyes, debe diferenciar de manera precisa, cuando un
delito es más grave o menos grave que otro delito con el que se realiza la comparación; lo cual
debe basarse en criterios objetivos, tales como el daño que resulta sufriendo la víctima y la
sociedad por la realización de cada uno de estos delitos, ya que cualquier cosa contraria sería
dañina a largo plazo no solo para el delincuente, sino para toda la sociedad, puesto que ante
delitos de igual pena y de diferente gravedad, el delincuente optará realizar el más grave, que
posiblemente le reportará mayor beneficio individual. De manera que, así la obra de Beccaria ha
los delitos de acuerdo a su gravedad y se les aplique, en función de esta, un catálogo de penas
consecuente.
Asimismo, Beccaria desarrolló el fin de la pena, al establecer que la pena no debe tener
como objetivo único la represión del delincuente, sino que debe establecer un mensaje para que
pena que si bien existe desde su inicio, no era tan tomado en cuenta como norte del proceso
penal como lo puede ser en la actualidad, siendo que en los tiempos de Beccaria, se buscaba más
bien el castigo represor e incluso sádico del delincuente, llegando a torturarlo o asesinarlo en
público como si se tratase de cualquier cosa distinta a un ser humano. En la actualidad, una
manera de redimir penas, es a través de la educación o el trabajo que las personas pueden
desarrollar de acuerdo a las limitaciones propias de la vida en prisión, asimismo, con las penas
medio de sanciones cortas, el legislador busca como fin, instar a la sociedad a abstenerse de
considerándola como “injusta, innecesaria y menos eficaz que otra pena capaz por sí misma de
que el delincuente se abstuviera de delinquir”. El autor concluyó que más importante resulta en
pena de muerte producía un gran impacto pero por muy poco tiempo, y esto se debe a que el
delincuente pierde el miedo a morir con la amenaza de la pena de muerte en ciernes y continúa
delinquiendo de maneras cada vez peores, dado que haga lo que haga, igual será condenado a
morir; por otra parte, el uso continuo de penas más bien moderadas si pueden tener un impacto
exponentes de la visión abolicionista desde la Criminología. Estas ideas dieron sus frutos en
nuestro país, que en el año 1873 abolió de manera definitiva la Pena de Muerte de su
ordenamiento penal, y que fue limitando cada vez más en la duración de las penas, lo que se
puede observar en la actualidad cuando la Constitución vigente, prohibe las penas superiores a
los 30 años. De la misma manera, en la actualidad, apenas hay países que mantienen la pena de
muerte como parte de su ordenamiento jurídico, siendo que muchos países la tienen prohibida de
llevar el juicio en su contra en libertad plena, facilitando así su defensa y teniendo como
solo de manera excepcional, lo cual solo podría ocurrir en los casos en los que, la acusación
pudiera probar de manera contundente, el peligro de fuga así como con un peligro cierto de que
no pudiera seguirse la investigación del hecho delictivo por las trampas hechas por el acusado, lo
cual debe ser revisado al transcurir cierta cantidad de tiempo y debe limitarse dado a ser una
cuestión que limita el carácter supremo de la libertad del ser humano como principio
Beccaria fue partidario de los juicios públicos, en los que fuera posible que el público
prescenciara la identidad del juez y del fiscal, así como poder visualizar las pruebas y alegatos
ventilados en el proceso, mediante los cuales puede comprobar de manera directa si el acusado es
inocente o culpable. De esta manera, Beccaria resultó ser un referente para el Derecho Penal,
cuya práctica penal en el tiempo de Beccaria se vio empañada por innumerable atropellos en su
tiempo, por medio de juicios llevados en secreto, o por jueces o fiscales que o no eran
acusado, y por medio de procesos en los que el acusado no podía controlar ni defenderse de las
pruebas mediante las cuales se “extraía” su culpabilidad, siendo trasladado esto al Proceso
Inquisitivo que toma su nombre de las prácticas penales de la Inquisición, mediante las cuales se
enjuiciaba a una persona que tenía que defenderse tanto del juez como del acusador fiscal. En la
actualidad, en casi todas las normas procesales penales del mundo se desarrolla como un
principio la publicidad del proceso, siendo un gran ejemplo de esto, el artículo 15 de nuestro
COPP.
Para concluir, la obra del autor Cesare Beccaria, influenció a los movimientos jurídicos y
pena de muerte, aparte del movimiento de codificación del Derecho Penal hecho con
posterioridad a la Revolución Francesa, en la cual se ve recogida gran parte del legado de la obra