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Ensayo: Documental The Trap – Parte 1 “jode a tu compañero”

Empezare este ensayo citando un fragmento de un interesante filósofo chino que me llego
a la mente cuando vi el primer documental de The Trap “jode a tu compañero”
Cuando la vida era plena, no había historia
En la era en que la vida sobre la Tierra era plena, nadie prestaba particular atención a los
hombres valiosos, ni señalaba al hombre de habilidad. Los gobernantes eran simplemente
las ramas más altas del árbol, y el pueblo era como los ciervos en los bosques. Eran
honestos y justos, sin darse cuenta de que estaban "cumpliendo con su deber". Se
amaban los unos a los otros, y no sabían que esto significaba "amar al prójimo". No
engañaban a nadie y aun así no sabían que eran hombres de "fiar". Eran íntegros y no
sabían que aquello era "buena fe". Vivían juntos libremente, dando y tomando, y no
sabían que eran "generosos". Por esta razón, sus hechos no han sido narrados. No
hicieron historia.
Chuang Tzu, tomado del libro – El néctar de Chuang Tzu

Me imagino que en algún momento la vida fue así, tal vez no era muy moderna, tal vez no
era muy cómoda, tal vez al tratar de imaginarla en este momento me atrevería a decir que
era una vida hasta un poco aburrida y sin sentido, constante. Pero la situación y la sociedad
cambiaron “evolucionamos” entre comillas, se nos empezó a hablar de derechos, se nos
empezó a hablar de igualdad, se nos empezó a hablar de libertad, de respeto y de otro
montón de cosas e ideales de conducta, de ética y comportamiento; primero se inició con
la libertad colectiva, para la cual dejamos de ser humanos iguales para pasar a ser humanos
clasificados en grupos, grupos que se encuentran conformados por nuestro sexo, por
nuestra ubicación en el planeta tierra, por nuestra raza, por nuestro color, por nuestras
creencias, por nuestros gustos, por nuestros ideales, por nuestra edad y por todo lo que se
nos pueda ocurrir. Nos etiquetaron, nos reunieron y por nuestro instinto natural de vivir en
sociedad todos los que pertenecemos a esos grupos aceptamos escoger un líder, que nos
represente y haga respetar aquellos derechos y aquellas libertades inherentes al grupo que
conformamos. Cuando pasamos a formar parte de un grupo dejamos de reconocernos
como humanos y nos empezamos a proyectar y a sentir parte del “todo”, que en este caso
ese “todo” no es más que el grupo al que pertenecemos conformado por sus ideales, sus
normas, sus leyes, sus costumbres y sus ideas de cómo deberían ser las cosas. Existen gran
cantidad de grupos, pero a simple vista los más evidentes son los que nos muestra un
mapamundi, para complicar la cuestión dentro de cada continente estamos divididos en
países y a su vez cada país está dividido en departamentos, estados, municipios, etc. Cada
uno con sus leyes, costumbres e ideas de cómo deberían ser las cosas y personalmente creo
que allí es en donde radica el problema, en las ideas que cada quien llámese grupo ó ser
humano tiene de cómo deberían ser las cosas. Esa necesidad de imponernos sobre los
demás, esa necesidad de que otros grupos acepten nuestras ideas y no solo eso sino
también nuestra superioridad grupal es lo que ha creado todo este caos en el mundo.
Pero, porque nos comportamos de esa manera, tanto a nivel grupal como a nivel
individual??
No conozco mucho acerca de sociología y de todas aquellas técnicas y avances que deben
existir en la actualidad y desde hace mucho, para predecir el comportamiento humano y el
modelo de sociedad adecuado, pero me identifico con el planteamiento de Hayek en el cual
cada individuo debe perseguir y buscar sus propios intereses, pero antes pienso que cada
individuo debe tener muy en claro, debe saber cuáles son sus verdaderos intereses y no
solo dejarse deslumbrar por sus sentidos, ni dejarse motivar ciega y descontroladamente
por su ego. Para descubrir cuales son nuestros propios intereses, creo que tal vez me salga
un poco del tema pero me planteo la siguiente pregunta
Que vinimos a hacer a este mundo?
Pienso que si logramos encontrar esa respuesta sin dejarnos influenciar por ideologías
políticas, sin dejarnos influenciar por creencias religiosas, sin dejarnos influenciar por leyes,
normas éticas o morales, costumbres, e ideales sociales o individuales, si logramos
responder esa pregunta despojándonos de todas aquellas etiquetas en las que nos han
clasificado durante años, se podría lograr ese orden espontaneo, ese sistema automático y
auto dirigido que plantea Hayek, creo que cada individuo debe plantearse esa pregunta y
debe encontrar la respuesta a ella, debe alcanzar un estado de conciencia mayor antes de
que este modelo pueda entrar en marcha, sin eso, me parece que el modelo fracasaría, se
crearía un caos mayor al que estamos viviendo y se obtendría nuevamente esa ilusoria
libertad individual controlada que disfrutamos ahora.
Si como individuos nos dejamos deslumbrar por nuestros sentidos, nos dejamos llevar
descontroladamente por nuestras emociones y nos dejamos influenciar desmedidamente
por nuestro ego, es decir no sabemos controlarnos y no somos conscientes de eso, alguien
más nos controlara en masa y se aprovechara de ello para su propio beneficio.
Finalizo este ensayo con este pensamiento atribuido a un ser humano de nombre Johann
Wolfgang von Goethe “¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a gobernarnos a
nosotros mismos”.
Ensayo: Documental The Trap – Parte 2 “El robot solitario”

Inicio este ensayo retomando este fragmento del segundo documental que me parece
marca el origen del caos financiero y social que todos en algún momento de nuestras vidas
hemos sentido y se está sintiendo desde hace mucho.
La sociedad está dividida pero no solo en hombres y mujeres, no, eso es una división
superficial; en este momento está dividida en ganadores y perdedores, hombres de éxito y
hombres fracasados.
Capítulo 2 – El robot solitario. Documental The Trap

Con planteamientos como el anterior y sentándose a analizar y a observar la situación


económica y social en la que estamos viviendo es muy fácil saber porque estamos donde
estamos, nos creemos ciegamente ese cuento y día a día los noticieros y los publicistas se
encargan de recordarnos aquella forma en que la sociedad se encuentra dividida. Personas
exitosas y personas fracasadas, personas exitosas que pueden adquirir bienes y servicios
prestigiosos y costosos, y personas fracasadas que tienen que conformarse con un salario
mínimo, un servicio de salud mínimo, una vivienda mínima, una educación mínima y en
teoría y según nuestras normas sociales una felicidad mínima. Personas aclamadas,
elogiadas, con codiciados premios y trofeos obtenidos por sus grandes obras sociales y
personas fracasadas que no dejaran huella en este mundo tras su muerte.
Pero la responsabilidad no es solo de noticieros y medios de comunicación que deleitan
nuestros sentidos con imágenes y sonidos, y llenan nuestra mente de deseos, sueños y
aspiraciones muchas veces no muy útiles, que lo único que hacen es transformarnos en
seres ambiciosos, inescrupulosos y sin límites. La responsabilidad aparte de ser nuestra,
recae también en nuestro esquema cultural y social, en la forma en que nuestros padres
nos educan y en la forma en que nosotros educamos a nuestros hijos, en la forma en que
cuando pequeños nos asignan un numero o una letra en las escuelas que nos dice “eres un
niño exitoso” o simplemente “eres un niño fracasado”, en la forma en que siempre
buscamos que nos aprueben las figuras de autoridad y el grupo al cual pertenecemos; la
responsabilidad de este pensamiento inicia en la forma de actuar de nuestra sociedad en
donde se elogia y resalta la competitividad, en donde se debe luchar por el éxito a costa de
lo que sea, en donde la persona que tiene una gran empresa o negocio y que tiene dinero
para comprar lo que desea, y comprar lo que su familia desea es exitosa.
Pero, porque nos obsesiona tanto el éxito? Porque no somos capaces de darnos cuenta de
este absurdo y parar o por lo menos regular nuestra ambición?
Nuevamente pienso que la solución está en nosotros mismos, en cada uno de los seres
humanos, la solución se encuentra a nivel individual y no grupal, la solución está en
sabernos gobernar, en saber hasta qué punto podemos menospreciar nuestra salud,
nuestro planeta, nuestros recursos naturales, nuestra vida y la vida de los demás para poner
por encima el dinero, el poder y el prestigio. La solución está en conocer y ser conscientes
de lo que nuestra obsesión al éxito causa no solo en el planeta si no en nosotros mismos y
en nuestros seres queridos. Pero…
Cuáles son las consecuencias de todo este frenesí de consumo, poder y éxito?
Las consecuencias son alarmantes, la situación saca a relucir lo peor de nosotros como
especie, el poder otorgado a organismos de control como el gobierno y sus aliados el
mercado de consumo (bancos, entidades financieras, mercado global, etc), que son
controlados por seres humanos que no tienen escrúpulos y solo piensan en su propio
interés ponen en riesgo no solo la vida de unos cuantos sino la existencia de toda la especie
por las tensiones que crean en el mundo con diferentes países y comunidades con tal de
conseguir recursos, materia prima y mano de obra barata que produzca los bienes y
servicios que otros seres humanos consumirán mas tarde. Aparte gracias a la capacidad que
tienen de influir y predecir nuestro comportamiento terminan dándonos el poder ilusorio
de adquirir “fácilmente” lo que deseemos y así terminamos siendo simples maquinas
predecibles y reprogramables; así es, máquinas de funcionamiento y comportamiento
predecible que se dejan instalar programas (sueños, deseos y necesidades ficticias) que
ingresan a nuestra mente a través de los sentidos y terminan a su vez convirtiéndonos en
esclavos del mismo sistema de consumo, al cual le entregamos lo más valioso que tenemos,
nuestro tiempo de vida, que es fugaz y prácticamente impredecible.

Pienso que no debemos indagar demasiado en las causas de la situación actual y debemos
encaminar nuestros esfuerzos en reconocer la situación y buscar un plan de acción
enfocado a desarticular de nuestras mentes ese pensamiento de que el mundo se divide en
personas exitosas y personas fracasadas, a ser conscientes de las acciones que se producen
por nuestra genética y de las acciones que se producen por la influencia de nuestra
sociedad.
Ensayo: Documental The Trap – Parte 3 “Te forzaremos a ser libre”

Por los resultados de los recientes días, es casi imposible no poner en duda nuestro
conocimiento acerca de los puntos expuestos en el video, primordialmente el hecho de que
nuestra libertad ya no sea tan nuestra, y sea la impuesta debido a los estándares sociales
aceptados; es palpable ver, gracias a los atentados cometidos por los islamistas radicales,
que la sociedad nos tiene parcializados, y constantemente nos indica qué libertad es la
correcta, nos dice qué muertos debemos llorar, qué dioses debemos adorar, qué ideales se
deben seguir, qué parte de la historia es la que vale la pena ser recalcada, donde
irónicamente hasta la muerte tiene clases sociales, los muertos de los ricos, y los muertos
de los pobres, por un lado, los que todo el mundo lamenta y con los que se unió la mayor
parte del mundo, aproximadamente 153 personas fallecidas durante de una serie de
ataques “terroristas”, que a opinión del autor, fue simplemente una olla a presión que se
estuvo cocinando durante muchos años cuyo resultado fue la explosión de su pueblo, y por
el otro lado, se encuentran los actos de repercusión que realizó Francia, bombardear la
ciudad siria de Raqqa en un intento fallido de “solucionar” sus asuntos terroristas, donde
bien cierto, pudo haber acabado con varios activos del grupo extremista, pero, como ocurre
en todas las guerras los únicos que sufren es la población civil dejando a su paso un sendero
de muerte, destrucción, desolación, devastación, que a opinión personal es casi comparable
con las ilustraciones que ofrecían los antiguos eruditos griegos del río estigia. Y mientras
roban nuestra libertad y hacen vacilar nuestra atención con cosas superfluas, cosas
impuestas por el consumismo, aquella estúpida idea la cual afirma que la felicidad se
encuentra en qué tantas cosas materiales se puedan adquirir, ellos, los grandes líderes
mundiales, nos “enseñan” la verdad absoluta de la vida, cómo si existiere esa idea absurda
de absolutismo en la naturaleza, y a su vez, definen el futuro de la historia, como escrituras
proféticas enviadas por el mismísimo creador.

Al igual que lo enuncian algunas prácticas taoístas, concuerdo con el autor del video, al decir
que todo puede ser diferente, sólo si en cada una de las personas se genera un movimiento
de autoconocimiento, de despertar espiritual, realizar un viaje introspectivo, en vez de la
incansable carrera hacia el exterior en la que se está viviendo ahora. Cómo pretendemos
alumbrar en la oscuridad si no tenemos luz propia, si en muchas de las ocasiones nos
conocemos tan poco, que lo máximo que llegamos a conocernos es acordar que somos
humanos cuando nos equivocamos, vivimos en una realidad de dicotomías, donde no se
nos permite ser consecuentes con nuestros actos, se nos enseñan muchas cosas, pero se
encuentran en constante conflicto con la sociedad, se nos dice de pequeños “se bueno con
el prójimo” pero al tiempo “no hables con extraños”, como si el resto de la humanidad
viniere de otro planeta, se nos dice “no hay un don más grande que el de la vida”, pero llega
la hora de la muerte y ni siquiera empezamos a vivir, pensando en trabajar para poder vivir
bien en el futuro, para poder disfrutar en un futuro de nuestros esfuerzos, todo por un afán
de conseguir estabilidad. La anarquía es posible, y se ha estigmatizado, debido al enfoque
que unos pocos “revolucionarios” le han dado, donde se convierte en una ley de la selva,
donde gana el que tenga más fuerza, el que es capaz de pasar por encima del otro, donde
el fin justifica los medios, cómo si las necesidades de unas personas estuvieran por encima
de otras, como si unos valiéramos más que otros, en el momento en que nos demos cuenta
que todos somos materia, cuales palabras de la biblia “polvo eres y en polvo te convertirás”,
podemos llegar a entendernos, comprendernos, tolerarnos y a llegar a vivir en paz y
armonía.

Me permito terminar este escrito con unas palabras, la anarquía como un despertar de
conciencia es posible, no se necesitarían líderes, si hacemos de cada uno de nosotros
líderes, si cada uno de nosotros entramos en conciencia de que somos la causa y la
consecuencia de nuestros problemas, si entendemos que los problemas están en nosotros
y no en los demás, si nos hacemos autores de nuestros actos en vez de buscar actores
externos de los mismos. Somos humanos, y tenemos los mismos derechos.

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