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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
CONTENIDO
1. Introducción
3. Aconsejamiento
4. Tests rápidos
6. Prevención de la transmisión vertical en la mujer embarazada VIH positiva – Consideraciones generales - Escenarios
posibles
11 . Riesgos potenciales de los medicamentos antirretrovirales utilizados para la prevención de la transmisión perinatal
INTRODUCCION
El objetivo de estas recomendaciones es establecer pautas de funcionamiento de los servicios de salud y de su personal,
a fin de reducir la transmisión del VIH de la madre al hijo, basándose en los recientes avances en ese área del
conocimiento científico y en la factibilidad de su implementación en el país.
La transmisión vertical es el modo dominante de adquisición de la infección por VIH en los niños. La transmisión madre a
hijo sin ninguna intervención médica, ha variado, en diferentes estudios internacionales entre un 16.4% a un 40%,
dependiendo del lugar donde se realizó el estudio. En nuestro país algunos estudios realizados ubican dicha tasa en
alrededor del 35%.
La perinatal ha sido la vía de transmisión para el 95% de los 1379 niños enfermos notificados al 31 de junio de 2001,
representando el 6.9% del total de personas con SIDA de la Argentina.
La transmisión madre – hijo puede ocurrir durante el embarazo, el parto y/o por la lactancia materna.
Sin ninguna intervención, aproximadamente un 20 % de los niños se infectan antes de nacer (infección prenatal o
intrauterina), mientras que un 50 – 80% lo hacen durante el parto (infección intraparto); la lactancia materna puede
incrementar el 15-20% el riesgo de transmisión.
El protocolo de estudio 076 realizado en EE.UU. y Francia en 1994, demostró la utilidad del uso de Zidovudina (AZT) para
prevenir la transmisión vertical del VIH.
La tasa de transmisión pasó del 25% sin tratamiento, al 8% con la administración de AZT durante el embarazo, parto y
al recién nacido durante las primeras 6 semanas de vida. El AZT fue bien tolerado y los efectos colaterales a corto plazo
fueron raros y reversibles. A partir de esta demostración cobró relevancia el diagnóstico prenatal de la infección por VIH.
A partir de la incorporación de los tratamientos antirretrovirales de alta eficiencia a las futuras madres y la utilización de
diferentes métodos de prevención se redujo aún más la transmisión vertical, llegando a menos de un 2%, en algunos
estudios.
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
Factores maternos:
• Estado clínico
• Lactancia materna
• Carga viral elevada
• Estado inmunológico
• Uso de tabaco y drogas endovenosas
• Deficiencia de vitamina A
• ETS
Factores obstétricos:
• Ruptura prematura de membranas
• Presencia de corioamnionitis
• Ulceras genitales activas
• Horas de trabajo de parto - Horas de bolsa rota
• Episiotomía y ampliación de partes blandas
• Maniobras invasivas: número de tactos vaginales. fórceps, vacuum, tocografía interna.
• Inducción al trabajo de parto
• Gobierno y dirección del trabajo de parto
La carga viral materna es el factor de riesgo más importante asociado con la transmisión perinatal del VIH. Sin la admin-
istración de antirretrovirales la transmisión puede variar desde aproximadamente el 20% con carga viral de 1.000
copias/ml hasta 63% con más de 100.000 copias/ml.
El hecho que la carga viral en plasma sea indetectable, no descarta la posibilidad de transmisión.
El bajo recuento de CD4, la presencia de virus en la secreción vaginal y en leche materna, se relaciona generalmente
con el nivel de carga viral.
Cualquier factor que incremente la exposición del niño con la sangre y secreciones maternas aumenta el riesgo de
transmisión del virus.
ACONSEJAMIENTO
Dentro de un marco amplio de prevención, es indispensable por una parte, desarrollar actividades de promoción de la
salud para las mujeres en edad fértil y sus parejas, y por otra parte, incrementar la captación precoz de las mujeres
embarazadas y mejorar la calidad de su atención.
Se ha demostrado que el asesoramiento y las pruebas voluntarias para VIH desempeñan un papel importante como
medida preventiva de la infección y como puerta de entrada para la asistencia a aquellas personas ya infectadas.
Se recomienda ofrecer serología universal y voluntaria para VIH como parte del control prenatal a todas las
embarazadas en la primera consulta. A las mujeres que consultaron precozmente, ofrecer la serología para VIH también
en el tercer trimestre del embarazo si es posible.
Debe garantizarse el aconsejamiento previo en un ámbito de privacidad y dedicándole el tiempo suficiente. Durante
el mismo se analizarán con la paciente las prácticas de riesgo de infección por VIH y otras enfermedades de transmisión
sexual (ETS) y su modo de prevención; debe resaltarse el significado del estudio, tanto sea el resultado positivo como
negativo.
El aconsejamiento estará incluido en la primera consulta prenatal. En las subsiguientes, se le informará el resultado
a la persona estudiada, asegurando confidencialidad, apoyo psicológico, información detallada y estrategias para cada
caso, repasando las medidas de prevención.
A las puérperas que no realizaron la serología para VIH durante el embarazo y no se les ofreció la prueba durante el
parto, se sugiere ofrecérsela previo al alta.
Se sugiere ofrecer la serología a todas las mujeres y a sus parejas en los estudios preconcepcionales o en la consulta
ginecológica.
La Ley 23.798 y su Decreto Reglamentario Nº 1244/91 exigen el consentimiento informado y escrito de la paciente para
la realización del test. La Ley 25.543 establece la oblgatoriedad por parte del equipo de salud, del ofrecimiento del test
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
diagnóstico del VIH a toda mujer embarazada previo aconsejamiento y consentimiento informado.
La Convención Internacional de los Derechos del Niño legitima la participación de los menores entre 14 y 21 años en el
consentimiento informado. En el caso de menores de 14 años, el consentimiento será firmado por los padres, tutor o
encargado.
La solicitud de serología para VIH permitirá, además de evaluar el estado serológico de las pacientes, informar a la
embarazada sobre riesgos de la infección o la enfermedad, planificar estrategias de prevención e iniciar la profilaxis en
las madres positivas y sus hijos recién nacidos.
La serología se realizará por un método de tamizaje. La prueba negativa no requiere otras pruebas. Si es positiva deberá
corroborarse con una prueba confirmatoria.
En caso de un resultado positivo confirmado, se ofrecerá extender el estudio a sus pareja/s sexual/les e hijos.
Las pruebas indeterminadas requieren una consulta con Infectología.
TEST RAPIDOS
Los tests rápidos de diagnóstico de VIH han demostrado tener una sensibilidad y especificidad comparables a los ELISA
de tercera generación (sensibilidad y especificidad que oscilan entre el 97 y 100%).
Su uso está dirigido primordialmente hacia aquellas situaciones en que es necesario evaluar y decidir rápidamente
sobre la utilización de profilaxis medicamentosa para evitar la infección por VIH; por ej.: mujeres a punto de finalizar su
embarazo o ya en trabajo de parto y que no fueron testeadas previamente.
A pesar de que su fin no es diagnóstico y que su resultado exige un examen confirmatorio, puede aceptarse un único
test rápido para tomar decisiones terapéuticas de emergencia en casos particulares como el que nos ocupa, consideran-
do que el diagnóstico de la infección por VIH en todas las embarazadas y su tratamiento, reduce marcadamente las posi-
bilidades de transmisión del virus.
Se recomienda la realización del test rápido para el diagnostico del VIH a todas las mujeres embarazadas que concurren
al final del embarazo sin serología previa o que concurren en trabajo de parto en iguales condiciones. Se desprende de
esto que el uso del test rápido pone en evidencia las dificultades a la hora de testear en tiempo y forma al 100% de las
embarazadas.
Ante la necesidad de realizar un test rápido para VIH en el momento del parto se deberá considerar que un resultado
positivo deberá confirmarse luego del parto mediante la metodología habitual (ELISA y/o Aglutinación y Western Blot).
En base a la clínica y a los estudios de laboratorio, se evaluará el tratamiento a seguir, según las siguientes categorías:
1. Enfermedad inicial: corresponde a la infección aguda de la clasificación del CDC de 1987. Abarca el período entre el
momento de la infección y la seroconversión que puede acompañarse o no de manifestaciones clínicas.
Se deberá sospechar la infección por VIH ante el antecedente de exposición y la existencia de un cuadro símil mononu-
cleosis infecciosa con reacción de Paul Bunnell negativa o una hepatitis anictérica con marcadores negativos para otros
virus o una esofagitis candidiásica o una estomatitis inexplicada, si bien la mayoría son asintomáticos.
Tener en cuenta el tiempo requerido para la positivización de la serología (período ventana); en caso de resultar nega-
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
4. Enfermedad avanzada: comprende a las infecciones oportunistas mayores, la demencia o la encefalopatía subaguda,
los tumores y el síndrome de adelgazamiento.
Dado que la evolución obstétrica de las pacientes VIH positivas es similar a la de aquellos embarazos de pacientes no
infectadas, el control obstétrico se hará de acuerdo a las normas, manteniendo comunicación con el Centro de
Referencia de su área.
En la tabla nº1 se detallan las recomendaciones para el seguimiento de las mujeres embarazadas VIH positivas.
1. Los estudios mínimos necesarios son: rutina de control del embarazo más hepatograma con albuminemia. En caso de recibir AZT debe
realizarse un hemograma al mes de iniciado y en forma trimestral.
2. Estudios recomendados: Sífilis (VDRL), Hepatitis B (HbsAg - anti Hbc) y C, toxoplasmosis (par serológico preferentemente en el primer
trimestre) y Chagas (según normas).
• Se realizará una completa anamnesis, interrogando sobre prácticas de riesgo. Deben considerarse los antecedentes de
tratamientos antirretrovirales
• La historia clínica perinatal debe completarse, incluyendo información sobre sus embarazos y partos previos, aparición
en ellos de complicaciones infecciosas, de los resultados perinatales y de la evolución de sus hijos, ofreciendo la evalu-
ación serológica a los mismos.
• Corresponde efectuar un examen físico completo, prestando especial atención a aquellos síntomas y signos que
pueden asociarse con el VIH, recordando que algunos de ellos pueden inducir a confusión por asociarse con relativa fre-
cuencia a embarazos normales.
• Se debe asesorar a la paciente para que concurra inmediatamente ante la aparición de nuevos síntomas. (por ej.:
patología respiratoria, diarrea, fiebre persistente, etc.)
• Debe administrarse la vacuna Doble Adulto (Difteria, Tétanos) al 7º mes.
• Evaluar complemento con hierro y ácido fólico durante el embarazo.
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
Es importante, al finalizar la entrevista, consignar en la historia clínica tanto la aceptación como la negativa.
El tratamiento a instituir, en aquellas mujeres sin tratamiento previo, podrá comenzar en cualquier momento del embara-
zo posterior a las 14 semanas, incluso en el trabajo de parto.
El esquema más ampliamente utilizado es el protocolo ACTG 076. La dosis de AZT a utilizar durante el embarazo será de
600 mg./día (300 mg c/12 h), administrada por vía oral hasta el momento del parto. El mismo requiere un control hema-
tológico mensual. En caso de descenso de la hemoglobina por debajo de 7,5 mg/dl y/o descenso plaquetario por debajo
de 50.000 /mm3, el tratamiento deberá reevaluarse.
Al iniciarse el trabajo de parto, o en la inducción de la anestesia en el caso de una intervención quirúrgica, tanto en el
caso de haber seguido el esquema con AZT como cualquier otro esquema antirretroviral, o sin tratamiento previo, se
efectuará AZT endovenoso. La dosis será de 2 mg/Kg. peso en la primer hora como dosis de ataque y de 1 mg/Kg/h. en
las horas subsiguientes como dosis de mantenimiento hasta finalizar el parto.
Las necesidades son aproximadamente 4 frascos/ampollas de AZT por parto. Si no estuviera disponible el AZT en
ampollas, podrá utilizarse la vía oral: 600 mg. al comienzo del trabajo de parto, seguido de 300 mg. oral c/3 hs. antes del
parto y luego suspender.
PROFILAXIS DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH CON ZIDOVUDINA PROTOCOLO ACTG 076
La vía del parto debe ser elegida de acuerdo a las condiciones obstétricas de la paciente y de la carga viral que presente
en ese momento. Es importante, por lo tanto, la solicitud de la carga viral a las mujeres embarazadas VIH positivas en las
semanas previas al parto, en la medida de lo posible, dado que en estos casos, se deben tomar decisiones que implican
diferentes alternativas terapéuticas.
La cesárea electiva, en mujeres embarazadas no infectadas por el VIH, tiene por lo menos 2 veces mas complicaciones
que el parto normal.
Tomando en cuenta las indicaciones obstétricas, el estado de la paciente, la carga viral y los riesgos del procedimiento
se deberá decidir la conducta a seguir.
Las cesáreas electivas siempre deben ser realizadas en condiciones sanitarias adecuadas a fin de reducir significativa-
mente los riesgos de morbimortalidad materna y perinatal.
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
Los equipos de atención deberán coordinar la referencia para el parto en acuerdo con los equipos de las maternidades,
estableciendo previamente los mecanismos relacionados con la admisión de la mujer.
Las madres que reciben sólo AZT para la prevención de la transmisión vertical no deben continuar con esta medicación
en el post parto y deben ser derivadas a un centro de referencia de atención del VIH/SIDA de su zona para evaluación y
seguimiento.
Si la embarazada recibía tratamiento antirretroviral previo al embarazo, deberá continuarlo de acuerdo a las indicaciones
de su médico tratante.
Lactancia materna: deberá recomendarse evitar la lactancia materna y proponer la inhibición de la misma, asegurando al
recién nacido alternativas alimentarias adecuadas (leche maternizada).
ESCENARIOS POSIBLES
Hay recomendaciones generales que estan avaladas por estudios controlados y/o por seguimientos a mediano plazo. Sin
embargo no está definida aún la mejor estrategia para cada situación en particular.
CONSIDERACIONES GENERALES
1. la posibilidad de transmision vertical, según la historia natural de la infección, es en promedio del 35%.
2. entre los factores que influyen en la transmision vertical se destacan la magnitud de la carga viral y la situación
inmunológica y clinica de la mujer, aspectos relacionados con el virus, patología placentaria, modalidad del parto, uso de
profilaxis con tratamiento antirretroviral antes, durante y después del parto, entre otras.
3. todas las acciones a proponer, se harán dentro del marco del aconsejamiento pre y postest.
4. debe desaconsejarse la lactancia materna para todo hijo de madre VIH positiva.
5. los efectos adversos de las drogas antirretrovirales sobre el feto, especialmente a largo plazo, no han sido aún com-
pletamente establecidos.
6. no se conoce el umbral de carga viral por debajo del cual la transmision vertical no se produce aunque niveles de
carga viral < 1000 copias se relacionan con muy bajas tasas de transmisión.
ESCENARIO 1
DISPONIBLE NO DISPONIBLE
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
ESCENARIO 2
• Si el embarazo es reconocido durante el primer trimestre, evaluar con la paciente potenciales riesgos y beneficios de
continuar la terapéutica. Si se decide suspender, debe hacerse con todas las drogas en forma simultánea y completa. Lo
mismo si se decide reintroducirla.
• En el embarazo reconocido después del primer trimestre, continuar con el tratamiento antirretroviral, informando sobre
riesgos y beneficios.
ESCENARIO 3
• Opción 1: Ofrecer segundo y tercer componente del 076: AZT endovenoso 2 mg/Kg. peso en la primer hora como
dosis de ataque y 1 mg/Kg/hora en las horas subsiguientes como dosis de mantenimiento hasta finalizar el parto. Si no
estuviera disponible la medicación endovenosa, puede utilizarse vía oral AZT 600 mg. al comienzo y 300 mg. cada 3
horas.
En el recién nacido, comenzar AZT , 2mg/Kg/dosis cada 6 hs. vía oral ó 1,5 mg/Kg/ dosis EV cada 6 hs. (en prematuros
1,5 mg./Kg/dosis) dentro de las 6 a 12 hs. de vida.
• Opción 2: Dosis única de Nevirapina en el comienzo del trabajo de parto: 200 mg. (1 comprimido) y dosis única de
Nevirapina: 2 mg/Kg entre las 48 y 72 horas al recién nacido.
Si el parto tuvo una duración mayor de 1 hora, administrar 2 mg/Kg al recién nacido tan pronto como sea posible y otra
dosis entre las 48-72 horas.
• Opción 3: AZT 600 mg. oral al comienzo del trabajo de parto, seguido de 300 mg. cada 3 horas antes del parto más
3TC 150 mg. oral al comienzo del trabajo de parto, seguido de 150 mg. oral cada 12 horas antes del parto.
En el recién nacido: AZT 4 mg/Kg oral cada 12 horas y 3TC 2 mg/Kg cada 12 horas durante 7 días.
Toda la medicación debe suspenderse después del parto y reevaluarse a la paciente para el futuro seguimiento.
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ESCENARIO 4
• Realizar tercer componente del 076: comenzar AZT 2 mg/Kg/dosis cada 6 horas vía oral ó 1,5 mg/Kg/dosis
endovenosos cada 6 horas ( en prematuros 1,5 mg/Kg/dosis) dentro de las 6 a 12 horas de vida y durante 6 semanas.
MUJER CON TEST POSITIVO PARA VIH QUE LLEGA DESPUES DE LA SEMANA 36 SIN TRATAMIENTO ANTIRRETROVI-
RAL NI DATOS DE LABORATORIO DISPONIBLES
Al iniciarse el trabajo de parto, o en la inducción de la anestesia en el caso de una intervención quirúrgica, se efectuará
AZT endovenoso. La dosis será de 2 mg/Kg. peso en la primer hora como dosis de ataque y de 1 mg/Kg/h. en las horas
subsiguientes como dosis de mantenimiento hasta finalizar el parto. Las necesidades son aproximadamente 4
frascos/ampollas de AZT por parto. Si no estuviera disponible el AZT en ampollas, podrá utilizarse la vía oral: 600 mg. al
comienzo del trabajo de parto, seguido de 300 mg. oral c/3 hs. antes del parto y luego suspender. Administrar al recién
nacido AZT jarabe 2 mg./Kg cada 6 horas, a partir de las 6 a 12 horas de vida, durante 6 semanas.
Recomendar evitar la lactancia materna y asegurar al recién nacido alternativas alimentarias adecuadas (leche mater-
nizada).
3. Suspender tratamiento antirretroviral a la madre postparto, esperar resultados y reevaluar con el equipo especializado
en VIH conductas futuras.
ESCENARIO B
MUJER VIH + QUE REALIZA TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL DE ALTA EFICACIA, PERO CON CARGA VIRAL > 1000
COPIAS EN SEMANA 36
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
ESCENARIO C
MUJER CON TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL DE ALTA EFICACIA CON CARGA VIRAL < 1000 copias o NO
DETECTABLE EN SEMANA 36
ESCENARIO D
MUJER VIH+ QUE ELIGIO CESAREA PERO LLEGA CON TRABAJO DE PARTO TEMPRANO O POCO TIEMPO DESPUÉS
DE LA RUPTURA PREMATURA DE MEMBRANAS
1. Iniciar segundo componente del protocolo 076: al iniciarse el trabajo de parto, o en la inducción de la anestesia en el
caso de una intervención quirúrgica, se efectuará AZT endovenoso. La dosis será de 2 mg/Kg. peso en la primer hora
como dosis de ataque y de 1 mg/Kg/h. en las horas subsiguientes como dosis de mantenimiento hasta finalizar el parto.
Si no estuviera disponible el AZT en ampollas, podrá utilizarse la vía oral: 600 mg. al comienzo del trabajo de parto,
seguido de 300 mg. oral c/3 hs. antes del parto y luego suspender.
2. Trabajo de parto en rápido progreso con ruptura prematura de membranas: conducir para parto vaginal tratando de
que no pasen más de 4 horas de bolsa rota.
3. Trabajo de parto en lento progreso: realizar cesárea en el caso de mínima dilatación.
Las necesidades son aproximadamente 4. frascos/ampollas de AZT por parto
4. Ofrecer tercer componente del protocolo 076 para el recién nacido: administrar al recién nacido AZT jarabe 2 mg./Kg
cada 6 horas, a partir de las 6 a 12 horas de vida, durante 6 semanas.
5. Recomendar evitar la lactancia materna y asegurar al recién nacido alternativas alimentarias adecuadas (leche mater-
nizada).
Es importante bañar meticulosamente al bebe para quitarle todos los restos de sangre y secreciones maternas.
De ser necesarias maniobras de aspiración y resucitación no deben ser intempestivas, para evitar laceraciones que
puedan ser puertas de entrada del virus.
Aplicar la vacuna de hepatitis B y Vitamina K según norma, luego del baño del recién nacido.
Si el niño tiene peso adecuado al nacer y es asintomático, se administrará la vacuna BCG.
La profilaxis antirretroviral se inicia entre las 8 y las 12 hs. de vida con AZT jarabe, con una dosis de 2 mg/Kg./dosis
cada 6 hs en recién nacidos de término o 1,5 mg/kg/ dosis en prematuros. En aquellos que no pueda indicarse por vía
oral, debe medicarse con 1,5 mg/kg/dosis cada 6 hs por vía endovenosa hasta que pueda utilizarse la vía oral.
Se solicitará un hemograma y un hepatograma, al nacer y cada 2 semanas mientras dure el tratamiento con AZT. Este se
suspenderá con hemoglobina menor a 8 mg./dl, neutrófilos totales menores a 750 por ml. o plaquetas menores a 50.000
por ml.
Si se utiliza nevirapina deberá administrarse al recién nacido una dosis de 2 mg/kg dentro de las 48/72 horas de pro-
ducirse el nacimiento.
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
•• En niños con tests virológicos negativos al nacimiento deben ser retesteados a la edad de 1-2 meses y a los 4-6 meses. Si con-
tinúa con test virológicos negativos retestear serológicamente
Si el niño ha sido amamantado, el algoritmo debe ser reevaluado 2 meses después de la suspensión de la lactancia,
para evitar los falsos negativos y realizar seguimiento clínico y serológico por tiempo mínimo de 6 meses.
En el lactante, el test de ELISA sólo tiene valor diagnóstico a partir de los 18 meses de vida.
Si el diagnóstico es incierto, a partir de la 7º semana, se suspenderá el AZT, se re-evaluará al niño, se comenzará con
profilaxis, para Pneumocystis Carinii, con Trimetoprima – sulfametoxasol (TMS) 150 mg/m2 una dosis diaria, 3 veces por
semana .
Dado que existen informes sobre probables efectos adversos en los niños expuestos a antirretrovirales intraútero, se
recomienda su seguimiento a largo plazo.
Se controlará el crecimiento y se administrará el esquema rutinario de vacunas excepto la vacuna oral para la polio que
será sustituida por la Salk.
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
1ra. Entrevista
Anamnesis
Asesoramiento
Solicitud de Serología con consentimiento
SI NO
¿Resultado positivo? Evaluar causa de negativa
Asesoramiento para la disminución de riesgo
Seguimiento obstétrico habitual
Búsqueda de ETS
Consignar negativa en HC y firmar
Insistir en consultas sucesivas
SI NO
Seguimiento según Asesoramiento para disminución
normas para de riesgo.
embarazadas VIH+ Seguimiento obstétrico habitual.
Búsqueda de ETS
AL NACER
• Evitar maniobras intempestivas.
• Baño meticuloso
• Examen clínico completo
• Vacuna hepatitis B y vit.K
• Evaluar exposición a drogas e infecciones
intrauterinas
• Comenzar AZT , 2mg/Kg/dosis cada 6 hs. vía oral ó 1,5 mg/Kg/ dosis EV cada 6 hs. (en prematuros 1,5
mg./Kg/dosis) dentro de las 6 a 12 hs. de vida.
• Ofrecer alternativas adecuadas a la lactancia materna.
0 A 6 SEMANAS
• Evaluación clínica y signos de infección
• Hemograma quincenal
• Inmunizar con BCG si el recién nacido está asintomático
• Evaluación de diagnóstico de infección por VIH
• Evaluación conjunta con un centro especializado
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
El AZT se metaboliza en el hígado. El sistema metabólico hepático es inmaduro en los neonatos, produciendo una vida
media más prolongada. Debido a que los neonatos prematuros tienen una mayor inmadurez metabólica hepática que los
recién nacidos a término, puede esperarse una prolongación en el aclaramiento de la droga.
Basado en estos datos limitados 3TC esta siendo evaluado en un estudio de prevención de fase perinatal III en Africa y
en combinación con AZT y otras drogas en varios estudios de fase I en Estados Unidos de América.
No hay datos del pasaje de estas drogas, a través de la placenta, de la madre al feto en el humano.
En la XII Conferencia Internacional de SIDA (Ginebra, 1998) se presentaron datos de una experiencia limitada en la que
se evaluaron 37 pacientes embarazadas que recibieron tratamiento combinado. La combinación más utilizada fue AZT +
3TC + Indinavir. En un tercio de los recién nacidos se observó prematurez, en dos niños se constató hemorragia cerebral
y atresia de vías biliares extrahepáticas en un niño.
Sobre la base de estos datos, no obstante que la experiencia es muy limitada, se ha hecho un llamado a la cautela en la
utilización de inhibidores de proteasa en el embarazo, fuera de la situación en que la mujer embarazada requiera
tratamientos potentes por su situación clínica, inmunológica o virológica, en cuyo caso deberá valorarse, junto con ella
los riesgos y los beneficios para ella y el feto.
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
a.- Nevirapina:
La Nevirapina atraviesa la placenta y se encuentra en sangre del neonato a concentraciones iguales a las plasmáticas de
la madre. No se observaron efectos adversos a corto plazo ni en la madre ni en el niño.
Nevirapina dada en dosis única a la madre en el momento del comienzo del trabajo de parto y al neonato en dosis tam-
bién única a los dos o tres días (2 mg/kg) sería suficiente para mantener los niveles de actividad antirretroviral la primer
semana de vida.
En este estudio, realizado por Uganda y NIAID de EE.UU., se comparó la administración de Nevirapina en dosis única al
comienzo de trabajo de parto y al recién nacido, con la administración de AZT (600 mg al comienzo del trabajo de parto
y 300 mg cada 3 hs. durante el mismo y al RN se la administro la droga a 4mg / kg durante la primer semana de vida)
obteniéndose mejores resultados con Nevirapina (un 47% de la reducción de la transmisión del VIH comparándola con
la del AZT).
Se desconoce la seguridad y la farmacocinética en tratamientos prolongados antes de las 38 semanas y aún se está
realizando el seguimiento a largo plazo de las madres y de los RN para evaluar la toxicidad tardía de la droga y la sobre-
vida de los que la recibieron.
b.- Efavirenz:
No existen estudios adecuados ni bien controlados en mujeres embarazadas.
• No existen estudios de carcinogenésis a largo plazo con ninguna de las tres drogas.
• Las tres disminuyen la fertilidad en los roedores y con altas dosis tienen efectos teratogénicos en animales.
El conocimiento de la magnitud de la infección por el VIH en las embarazadas tiene fundamental importancia para cono-
cer la tendencia de la epidemia, el desarrollo de las intervenciones en prevención y prever los recursos necesarios de los
servicios de salud.
Su estudio ha permitido conocer los perfiles etáreos, el impacto demográfico de la infección por VIH y el porcentaje de
embarazadas tratadas residentes en diferentes área geográficas del país.
Es necesario que los profesionales garanticen el registro de las embarazadas estudiadas para mantener y profundizar el
estudio de la epidemia e identificar la magnitud del problema a fin de establecer prioridades de intervención en las
acciones de los programas.
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
PLANILLAS DE REGISTRO
Programa Nacional de Lucha contra los Retrovirus del Humano, VIH/SIDA y ETS
<20
20-29
30-39
40-49
50 y más
Desconocido
PLANILLAS DE REGISTRO
Programa Nacional de Lucha contra los Retrovirus del Humano, VIH/SIDA y ETS
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RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCION DE LA TRANSMISION PERINATAL DEL VIH
Consultores
LUSIDA
Dr. Fernando Silva Nieto
Dra. Adriana Basombrío
Dr. Rodolfo Kaufmann
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