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El estado:

1.- Los deberes constitucionales de servicio público. - El artículo 227 de la Constitución


dice que “la administración pública constituye un servicio a la colectividad que se rige por
los principios de eficacia, eficiencia, calidad, jerarquía, desconcentración,
descentralización, coordinación, participación, planificación, transparencia y evaluación”.
Podría haber sido más breve y precisa la norma. Su ampulosa y descriptiva redacción no
oculta, sin embargo, la enorme carga de responsabilidad que corresponde al Estado, y, por
contraste, la dramática situación de incumplimiento en que la Administración se ha
instalado.

2.- Los derechos de las personas. - El art. 66, Nº 2 de la Constitución reconoce y garantiza
a las personas: “El derecho a una vida digna, que asegure la salud, alimentación y nutrición,
agua potable, vivienda, saneamiento ambiental, educación, trabajo, empleo, descanso y
ocio, cultura física, vestido, seguridad social y otros servicios sociales necesarios”. Por otra
parte, el artículo 3, Nº1 establece que es deber primordial del Estado garantizar el efectivo
goce de los derechos establecidos en la Constitución. El artículo 11 establece, entre otros,
los principios de promoción; promoción y exigencia de los derechos ante las autoridades;
el principio de aplicación directa, incondicional e inmediata de los derechos y garantías
constitucionales; el principio de justiciabilidad, etc. Entre ellos, se destaca el precepto de
que “será inconstitucional cualquier acción u omisión de carácter regresivo que disminuya,
menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio de los derechos”. La lectura de esos
textos contrasta dramáticamente con la realidad, porque, por acción u omisión, es
incuestionable que en el Ecuador se violan por parte del Estado los derechos de las
personas. Que vivimos en una situación de crónica omisión en materia de servicios públicos
y de grave menoscabo de los derechos, que constitucionalmente está prohibido y
sancionado.

3.- La responsabilidad objetiva del Estado.- El artículo 11 de la Constitución, en uno de sus


incisos, consagra el principio de la responsabilidad objetiva del Estado: “El Estado, sus
delegatarios, concesionarios y toda persona que actúe en ejercicio de una potestad pública
estarán obligados a reparar las violaciones de los derechos de los particulares por la falta
o deficiencia en la prestación de los servicios públicos, o por las acciones u omisiones de
sus funcionarias y funcionarios y empleadas y empleados públicos en el desempeño de sus
cargos”. La responsabilidad objetiva del Estado opera simplemente por haberse producido
el hecho dañoso, por la causa que fuese. No hay, por tanto, calificación subjetiva de la
responsabilidad del funcionario. La responsabilidad estatal opera frente al usuario del
servicio sin vinculación con la conducta del empleado público. Basta el daño proveniente
de la defectuosa prestación del servicio o de la falta de prestación.

Las I.P.S:

1. Acceder a los servicios sin que le impongan trámites administrativos adicionales a


los de ley.
2. Que le autoricen y presten los servicios incluidos en el Plan de Beneficios de manera
oportuna, si requiere un servicio que no esté incluido, también lo puede recibir.
3. Recibir por escrito las razones por las que se niega el servicio de salud.
4. Que, en caso de urgencia, sea atendido de manera inmediata, sin que le exijan
documentos o dinero.
5. Que atiendan con prioridad a los menores de 18 años. Elegir libremente el
asegurador, la IPS y el profesional de la salud que quiere que lo trate, dentro de la
red disponible.
6. Ser orientado respecto a la entidad que debe prestarle los servicios de salud
requeridos.
7. Que como cotizante le paguen las licencias y las incapacidades médicas.
8. Tener protección especial cuando se padecen enfermedades catastróficas y de alto
costo, sin el cobro de copagos.
9. Que solamente le exijan su documento de identidad para acceder a los servicios de
salud.
10. Que le informen dónde y cómo pueden presentar quejas o reclamos sobre la
atención en salud prestada.
11. Recibir un trato digno sin discriminación alguna.
12. Recibir los servicios de salud en condiciones de higiene, seguridad y respeto a su
intimidad.
13. Recibir durante todo el proceso de la enfermedad, la mejor asistencia médica
disponible. Recibir servicios continuos, sin interrupción y de manera integral.
14. Obtener información clara y oportuna de su estado de salud, de los servicios que
vaya a recibir y de los riesgos del tratamiento.
15. Recibir una segunda opinión médica si lo desea y a que su asegurador valore el
concepto emitido por un profesional de la salud externo.
16. Ser informado sobre los costos de su atención en salud.
17. Recibir o rechazar apoyo espiritual o moral.
18. Que se mantenga estricta condencialidad sobre su información clínica.
19. Que usted o la persona que lo represente acepte o rechace cualquier tratamiento y
que su opinión sea tenida en cuenta y respetada.
20. Ser incluido en estudios de investigación cientíca, sólo si lo autoriza.
21. Recibir información y ser convocado a participar en los procesos para decidir si un
servicio o tecnología en salud queda excluido de ser costeado con los recursos del
Sistema de Salud.
22. Para participar debe informarse e inscribirse en la herramienta que dispuso el
Ministerio de Salud para ser convocado.

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