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Su patología más frecuente, es la apendicitis aguda, causa de la mayoría de todas las intervenciones
quirúrgicas abdominales en las personas cuya edad varía entre 5 y 40 años, y es culpable de un gran
número del llamado abdomen agudo. Su diagnóstico, la mayoría de las veces sencillo, suele ser en
ocasiones complejo, debido a que puede presentar una sintomatología engañosa relacionada sobre
todo con su tamaño y dirección variables, a pesar de que su punto de implantación en el ciego
siempre sea el mismo; también varía mucho su forma de presentación, evolución y cortejo de
síntomas acompañantes. Todo esto hace que desde ahora, el estudiante asuma un profundo sentido
de responsabilidad para el dominio del examen médico del paciente con apendicitis aguda. Como
en todos los casos, nos referiremos a los síntomas, signos y exámenes complementarios.
ETIOLOGÍA y FISIOPATOLOGÍA
Presumiblemente la baja ingesta de fibra en la dieta en los países desarrollados predispone a la
producción de heces duras, lo cual ocasiona una mayor presión intracólica con formación de
fecalitos incrementada, con un riesgo mayor de la obstrucción de la luz apendicular.
La obstrucción de la luz apendicular produce apendicitis, en especial la obstrucción de la luz luminal,
provocando un aumento de la presión intraapendicular ya que la producción de moco es constante
y la capacidad apendicular es de apenas 0.1 ml. Cuando la presión es de 85 mmHg o mayor, la
presión venosa es excedida y el desarrollo de isquemia de la mucosa es inevitable.
ANAMNESIS.
Los síntomas más importantes y frecuentes encontrados en la apendicitis aguda son: dolor,
anorexia, náusea y vómito, estreñimiento o diarrea y fiebre. La técnica de su anamnesis no ofrece
ninguna dificultad y está regida por las normas de la anamnesis general que hemos venido
aplicando, tanto para el dolor cuanto para los otros síntomas; además, prácticamente todos los
síntomas constituyen el grupo que acompaña al dolor y su historia se remonta a la fecha de
comienzo de él, que casi siempre es de pocas horas atrás (12-48). En consecuencia pasamos
directamente a hacer algunas consideraciones importantes sobre el dolor.
EXAMEN FISICO:
En el examen regional del abdomen nos hemos referido prácticamente a cómo examinar y encontrar
todos los signos de la apendicitis aguda. Ahora sólo los reunimos para verlos en conjunto, y son:
Hiperestesia cutánea, especialmente si hay plastrón, en cuyo caso puede haber también un
abombamiento de la fosa ilíaca derecha. Puntos apendiculares dolorosos, especialmente el Mc
Burney. Signo de Blumberg, positivo, si ya hay irritación peritoneal. Hipertonía o resistencia de los
músculos derechos del abdomen. Tacto rectal con signo de Douglas, positivo. Maniobras del psoas
dolorosas. Ruidos hidroaéreos disminuidos, pero si hay diarrea pueden estar aumentados. Si ya hay
plastrón se lo puede palpar en la fosa ilíaca derecha. El pulso radial acelerado, puede volverse
filiforme y más rápido cuando ya se perfora el apéndice.
EXAMENES COMPLEMENTARIOS:
El más importante es el recuento leucocitario que suele estar aumentado, con aumento de los
polimorfonucleares y con desviación hacia la izquierda. Los demás datos de la sangre, orina y heces
tienen un valor secundario para el diagnóstico.
Radiografía. Normalmente, el apéndice sólo es visible cuando se la contrasta, pero ante la sospecha
de apendicitis aguda, sólo debe acudirse a la radiografía simple de abdomen, en la cual alguna vez
puede verse un coprolito calcificado. Pero cuando ya hay plastrón puede desaparecer la sombra del
psoas, aparecer signos de íleo paralitico, etc.