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Espinas

y filopodios
en el cerebro
Las neuronas del cerebro se hallan cubiertas de espinas y filopodios.
Estos curiosos tentáculos se mueven y podrían cambiar las conexiones del cerebro
en función de las experiencias vividas. ¿Es así como aprendemos y almacenamos los recuerdos?

Carlos Portera Cailliau traducen en recuerdos m·s o menos per- neuronas y sus conexiones. Por eso, los
y Rafael Yuste manentes las experiencias vividas. Los niÒos tienen m·s facilidad que los adul-
neurocientÌficos hablan de plasticidad neu- tos en aprender idiomas o incluso se re-

T
ras el cambio de milenio, que ronal para designar tal flexibilidad de las cuperan antes y mejor tras una lesiÛn
significÛ el fin de la dÈcada del neuronas y de los billones de conexiones cerebral.
cerebro (1990-1999), es razo- (o sinapsis) que forman entre ellas. Aunque se creÌa que la plasticidad
nable preguntarnos por los Presumiblemente, merced a esta plas- neuronal se debÌa sÛlo a cambios elec-
grandes retos pendientes en el siglo XXI. ticidad las neuronas pueden adaptarse a trofisiolÛgicos, desde hace unos aÒos la
A pesar de notables avances en todos los condiciones distintas para realizar las investigaciÛn muestra, con pruebas cre-
campos de la neurobiologÌa, quedan hazaÒas, tan complejas, de las que es cientes, que la plasticidad neuronal se
importantes misterios por resolver. En capaz el cerebro humano. La capacidad explica, en buena parte, por cambios
concreto, nos interesamos por dos cues- pl·stica del cerebro tiende a ser m·xima morfolÛgicos operados en las sinapsis,
tiones que nos parecen fascinantes: la for- durante el desarrollo, para ir disminu- que comportan alteraciones subsiguien-
maciÛn de recuerdos que almacenamos yendo luego a medida que maduran las tes en el circuito neuronal.
a lo largo de nuestra vida y el proceso
de aprendizaje.
Gracias a los estudios realizados en
humanos con lesiones cerebrales, sabe- 1. LAS DENDRITAS DE LAS NEURONAS están cubiertas de espinas. En un proceso
mos que dentro del cerebro la memoria de gradación se representa primero el cerebro de ratón adulto (a), del que se ofrece una
se estabiliza en el hipocampo, en las pro- sección coronal del cerebro (b) al nivel del hipocampo y tálamo, correspondiente al corte
fundidades del lÛbulo temporal. Pero des-
indicado por el dibujo. El corte está teñido por el método violeta de cresilo. En c, se
conocemos, entre otros aspectos nota-
bles, el mecanismo en cuya virtud las presenta, a mayor aumento, la porción de corteza indicada en el panel b. Se indican
neuronas del hipocampo establecen y las seis capas de la corteza del ratón. Hemos superpuesto el dibujo a escala de una
almacenan los recuerdos, para luego recu- neurona piramidal de capa V sobre esta sección, para resaltar el gran tamaño de su árbol
perarlos en el momento adecuado. dendrítico. En d, se presenta la imagen de una neurona piramidal de capa V de un ratón
De acuerdo con una de las teorÌas m·s de 10 días de edad, obtenida con un microscopio láser de dos fotones. La neurona fue
aceptadas, propuesta ya por Santiago marcada con una molécula fluorescente. En e, aparece, aumentado, un segmento
RamÛn y Cajal hace m·s de cien aÒos, en
de la dendrita señalada en el panel d. Obsérvese que de la dendrita sobresalen numerosas
las neuronas individuales o en los circui-
tos que integran, se producen sin cesar espinas y filopodios. En ratones jóvenes las dendritas, aún inmaduras, poseen estos dos
cambios anatÛmicos o fisiolÛgicos, que tipos de apéndices, pero en ratones adultos las dendritas sólo portan espinas.

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En la corteza cerebral se producen los dices que sobresalen de los procesos den- aves: ìAdem·s, la superficie de aquÈllas
cambios m·s asombrosos. La corteza, la drÌticos de las neuronas principales de [fibras de las cÈlulas de Purkinje] parece
capa m·s superficial del cerebro, cons- la corteza. Predecesores de las espinas erizada de puntas o espinas cortas que
tituye la m·xima expresiÛn de la evolu- durante el desarrollo del cerebro son los en las ˙ltimas est·n representadas por
ciÛn del encÈfalo de los mamÌferos. En filopodios dendrÌticos. Espinas y filo- ligeras asperezas. Al principio creÌamos
la corteza se asientan la imaginaciÛn, la podios se mueven continuamente, en un que estas eminencias eran resultado de
creatividad artÌstica, el concepto del trasiego decisivo para el funcionamiento una precipitaciÛn tumultuosa de la plata;
futuro o la personalidad, entre otras fun- normal del cerebro. pero la constancia de su existencia y su
ciones genuinamente humanas. Los cam- presencia hasta en las preparaciones en
bios estructurales corticales asociados Espinas que la reacciÛn aparece con gran deli-
con el aprendizaje y la memoria ocurren Partamos de dos textos fundamentales cadeza en los dem·s elementos, nos
en especializaciones sin·pticas llama- de RamÛn y Cajal. En 1888, escribÌa, a inclina a estimarlas como disposiciÛn
das espinas dendrÌticas, que son apÈn- propÛsito de los centros nerviosos de las normalî. Y, once aÒos m·s tarde, en su

a BULBO b DORSAL
OLFATORIO
c CORTEZA
HEMISFERIO
CEREBRAL
VENTRAL
CUERPO CALLOSO

TERCER
VENTRICULO

TALAMO

ANTERIOR

CEREBELO HIPOTALAMO

MEDULA 1 mm
POSTERIOR
OBLONGATA

c d e
e

DENDRITA
APICAL
ESPINA

FILOPODIO
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

50 µm 3 µm
DENDRITAS BASALES

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CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE CHATAS FINAS CHAMPIÑON interÈs para su funcionamiento. AsÌ, en
la superficie terminal de las espinas que
se halla en contacto con el terminal axÛ-
nico (identificado por sus vesÌculas lle-
nas del neurotransmisor glutamato)
existe una densidad postsin·ptica, que
contiene, entre otras cosas, una red de
receptores de glutamato.
l b l b l b >> a La microscopÌa electrÛnica nos ha
a a l l a
a
la revelado que las espinas cuentan con
b a una serie de membranas que son pro-
a longaciones del retÌculo endoplasm·-
2. DIFERENTES TIPOS DE ESPINAS. Las clasificaciones tradicionales han venido
tico del citoplasma dendrÌtico. En este
org·nulo se desarrolla la sÌntesis proteica
distinguiendo entre tres tipos de espinas: chatas (o cortas), finas (o delgadas) y y en Èl se almacena el calcio. De ello se
fungiformes (o champiñón). Las diferencias se fundan en una triple característica física deduce que las espinas no sÛlo fabrican
de cada espina: longitud (l ), diámetro del cuello (a) y diámetro de la cabeza (b). proteÌna in situ, sino que posiblemente
Frente a esa tajante partición, nosotros proponemos que existe un continuo morfológico tienen que ver tambiÈn con la regula-
de espinas puesto que, debido a su motilidad, el aspecto físico de las espinas varía con ciÛn del calcio, mensajero intracelular
que controla muchas funciones nervio-
el tiempo. Así pues, hemos ordenado varios ejemplos de espinas de suerte tal que,
sas, desde la regulaciÛn gÈnica en el
en las transiciones entre clases supuestamente distintas de espinas, se da un n˙cleo hasta la activaciÛn de muchas
solapamiento o semejanza de rasgos. Obsérvese también que algunas espinas proteÌnas por fosforilaciÛn.
tienen ramas secundarias. Se ha descifrado la funciÛn de muchas
de las proteÌnas que se expresan en las
espinas. Es el caso de receptores de neu-
famosa Textura del sistema nervioso del tado un notable avance. Sabemos que no rotransmisores y de factores trÛficos,
hombre y de los vertebrados, seÒalaba: todas las neuronas est·n cubiertas de adem·s de proteÌnas de anclaje que man-
ìCuando se estudian las expansiones espinas. De ellas suelen carecer las inter- tienen los receptores en la densidad
protopl·smicas [dendritas] por el mÈtodo neuronas de la corteza, que no proyec- postsin·ptica. A ellas debe sumarse el
de Golgi, aprÈcianse algunos detalles tan sus axones mas all· del circuito local conjunto de proteÌnas reguladoras que
morfolÛgicos que conviene conocer, por- de la corteza. Por otra parte, en las den- controlan las cascadas de mensajeros
que acaso andando el tiempo alcancen dritas de las neuronas que reciben con- secundarios: proteasas, quinasas y fos-
trascendencia fisiolÛgica. Uno de ellos tactos excitadores e inhibidores (como fatasas. Y tambiÈn, las proteÌnas del ci-
es la presencia de ciertos apÈndices cor- las cÈlulas piramidales de la corteza o el toesqueleto que mantienen la estructu-
tos o espinas colaterales, nacidas en hipocampo) sÛlo las terminales excita- ra de la espina, actina incluida, la m·s
·ngulo recto del contorno de las expan- doras forman sinapsis en las espinas. abundante e importante de entre ellas.
siones dendrÌticas y terminadas por un Correspondiente al tipo de neurona o En cÈlulas reptantes (linfocitos o neu-
engrosamiento redondeado o elipsoide. de regiÛn del sistema nervioso existe trÛfilos) y en neuronas con conos de cre-
Estas espinas, mencionadas primera- una gran variedad en punto a densidad, cimiento, la actina desempeÒa un papel
mente por nosotros (...) [E]n ninguna morfologÌa y tamaÒo de las espinas. En fundamental en la propulsiÛn de estruc-
parte se ven mejor que en las ramas pro- general, sin embargo, las espinas tienen turas de membrana complejas. A travÈs
topl·smicas [dendritas] de las cÈlulas un aspecto pedunculado, con un tallo de la polimerizaciÛn de una red de fila-
Purkinje del cerebelo, asÌ como en las fino y una cabeza m·s o menos gruesa mentos de actina, las cÈlulas generan
pir·mides de la corteza cerebralî. en la punta; su longitud varÌa entre 1 y una fuerza fÌsica que empuja la membrana
Tales p·rrafos de Cajal nos retrotraen 3 micrometros. En las neuronas pira- para crear lamelipodios o filopodios, que
a su hallazgo de las espinas, con ele- midales, Peters y Kaiserman-Abramof se adhieren al substrato y, de esa forma,
gancia en el detalle y, sobre todo, con distinguieron, en 1970, entre tres tipos se mueven. Entonces, øpor quÈ est·n
una formidable intuiciÛn de su futura de espinas: chatas, finas y fungiformes. tambien llenas de actina las espinas?
importancia. Por aquel entonces, el ana- Esta variabilidad de forma y tamaÒo re-
tomista aragonÈs estudiaba las espinas percute en el funcionamiento de las es- Motilidad de espinas
con un simple microscopio Zeiss, bas·n- pinas. Importa subrayar, adem·s, que el Volvamos a Cajal y a su Textura del Sis-
dose en el mÈtodo Golgi de tinciÛn de tamaÒo de las espinas varÌa en distintas tema Nervioso del Hombre y de los Ver-
neuronas, invento de Camillo Golgi, con regiones corticales y entre diferentes tebrados (1899): ìComo parece muy ve-
quien compartiÛ el premio Nobel de me- especies animales; destacan las del lÛ- rosÌmil que las citadas espinas representen
dicina en 1906. Haciendo uso de la tÈc- bulo temporal del Homo sapiens. puntas de carga o de recepciÛn de corrien-
nica Golgi y de su formidable perspica- En 1959, Gray se apoyÛ en la micros- tes, la retracciÛn de las mismas (que de
cia, Cajal intuyÛ que las espinas serÌan copÌa electrÛnica para demostrar la exis- este modo se apartar·n de las fibrillas
el lugar donde las dendritas recibirÌan los tencia de las sinapsis entre axones y nerviosas terminales, con las cuales se
impulsos elÈctricos generados por los espinas dendrÌticas, confirmando la pro- hallan en contacto) darÌa origen a la indi-
axones. ActuarÌan como mediadores den- puesta de Cajal. Mediante esa tÈcnica vidualizaciÛn o desasociaciÛn de las neu-
drÌticos de la conexiÛn sin·ptica entre se han abordado los componentes sub- ronas. El estado de actividad correspon-
diversos tipos de neuronas. celulares de las espinas. La investiga- derÌa, pues, a la turgencia y alargamiento
Desde entonces, nuestro conocimien- ciÛn ultraestructural de las espinas ha de las espinas, y el reposo (sueÒo e inac-
to sobre estos apÈndices ha experimen- revelado que poseen caracterÌsticas de ciÛn) a la retracciÛn de estos apÈndicesî.

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De esta cita se desprende que Cajal despuÈs, Lendvai y Svoboda observa- nas adultas, apenas si se aprecia dicha
ya habÌa imaginado no sÛlo que las es- ron ese movimiento en el cerebro intacto motilidad.
pinas poseÌan un mecanismo que les de animales anestesiados. AsÌ pues, las espinas de neuronas inma-
capacitaba para cambiar de forma, sino Hoy en dÌa, gracias a las investiga- duras cambian de longitud, merced a va-
tambiÈn que esa motilidad podrÌa ser ciones realizadas en los laboratorios de riaciones en su tallo. Muestran tambiÈn
uno de los mecanismos de plasticidad Matus, Yuste, Svoboda, Smith y otros, grandes cambios en la cabeza, de donde
neuronal en respuesta ante los cambios sabemos que el movimiento de las espi- sobresalen dedos de membrana. Tal am-
de actividad neuronal. Curiosamente, el nas disminuye paulatinamente durante plitud de movimiento contrasta con lo
concepto de motilidad de las espinas fue el desarrollo de las neuronas. En neuro- que sucede en las neuronas maduras, cu-
ignorado durante decenios, por la plau- yos cambios conciernen sÛlo a la cabeza
sible razÛn de que, en los estudios con
microscopÌa electrÛnica, que hacÌan uso
de tejido fijado, las espinas aparecÌan
VESICULA
rodeadas de una densa masa extrace- a DENSIDAD
lular, con poco margen aparente para la POSTSINAPTICA
motilidad.
Pero en 1977, Blomberg y Siekevitz,
de la Universidad Rockefeller y pione-
ros en la aplicaciÛn de la microscopÌa
electrÛnica a la biologÌa, cuestionaron
la idea de que las espinas fueran estruc-
turas est·ticas. Para ellos, la concentra-
ciÛn de actina en la densidad postsin·p-
tica de las espinas revelaba en Èstas una
capacidad de movimiento. En 1982, Fran-
cis Crick volvÌa a la teorÌa de Cajal; pos-
tulÛ que las espinas podrÌan ìvibrarî en
respuesta a la estimulaciÛn de sinapsis. APARATO ESPINAL
Se trataba, empero, de meras intuicio-
nes. No pudieron corroborarse hasta el
advenimiento de mÈtodos de tinciÛn fluo-
rescente refinados y tÈcnicas modernas
de microscopÌa en cultivos celulares, en
cortes cerebrales o incluso en el animal
entero, que permitieron la representaciÛn 300 nm
MITOCONDRIA
visual del movimiento de espinas.
En 1998, Fischer y Matus registraban
el movimiento de espinas en cultivos de
neuronas disociadas que expresaban la
b
proteÌna verde fluorescente. Al fotogra-
fiar las dendritas cada pocos segundos,
grabaron las primeras ìpelÌculasî de
espinas en movimiento. Un aÒo m·s
tarde, Dunaevsky, Mason y Yuste dieron
un paso adelante al demostrar que la
motilidad de las espinas ocurrÌa incluso
en rodajas de cerebro; las espinas no se
movÌan sÛlo en neuronas disociadas por
la falta de restricciones fÌsicas en un
espacio extracelular menos denso. Poco

3. ESPINA FUNGIFORME observada


a través del microscopio electrónico (a).
Puede apreciarse un botón axónico con
vesículas de glutamato que se encuentra
en relación sináptica con la cabeza
de la espina. En la ilustración inferior se
JOSEPH SPACEK Y KRISTEN HARRIS

ofrece una reconstrucción en tres


dimensiones de un segmento de dendrita,
a partir de una serie de secciones
ultrafinas de microscopía electrónica como
la microfotografía superior.

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Componentes de una espina
En este diagrama se representan, esquematizados, los prin- nodina que expulsan el calcio de las reservas internas. (El
cipales componentes del citoesqueleto ( rosa ), de los recep- significado de las abreviaturas es el siguiente: D.P.S., densi-
tores y la densidad postsináptica ( azul ), así como de los dad postsináptica; A.E., aparato espinal; PRE, elemento pre-
mensajeros secundarios ligados al calcio ( verde ). En A se sináptico, es decir, el axón; POST, elemento postsináptico o
ilustra la función de la actina, componente principal del espina.)
citoesqueleto de la espina. La polimeri-
zación de los monómeros de actina
empieza con la activación del complejo
WASp/Scar/Arp2/3 y termina con la VESICULAS
proteína tapón. De esta manera, los fila- A
mentos de actina empujan la membrana
citoplasmática, en un proceso contro-
AXON
lado por las proteínas Rac y Rho. Las
Rac/
integrinas conectan la membrana con la Rho
fibronectina y otras proteínas de la matriz
extracelular. Por lo que respecta a los 70o
receptores y la densidad postsináptica
(B), sepamos que el neurotransmisor glu- ESPINA APARATO
ESPINAL
tamato, liberado por las vesículas del RETICULO
axón, se acopla a sus receptores (NMDA ENDOPLASMATICO
DENDRITA
o AMPA/KA); a partir de ese momento,
las nuevas moléculas funcionan como B C
canales para el sodio y el calcio. Los
receptores de glutamato están anclados
a la membrana celular por una serie de PRE
proteínas de la densidad postsináptica
(Homer, PSD-95, Shank, GRIP, etc.). Los
elementos pre y postsinápticos se unen
gracias a la cadherina, que a su vez se T
POS
halla anclada en el citoesqueleto de actina

REGULACION
TRANSCRIP-
mediante la β-catenina. Por fin, los men-

CIONAL
sajeros secundarios ligados al calcio (C).
Una vez dentro de la espina, el calcio se D.P.S. A.E.
acopla a la calmodulina; el complejo

CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE


CALCIO RECEPTOR RECEPTOR PROTEINA
resultante activa a la quinasa CamKII, que SODIO
AMPA RIANODINA TAPON
INTEGRINA
se encarga de fosforilar una serie de pro-
teínas que conllevan la regulación trans- GLUTAMATO RECEPTOR RECEPTOR ACTINA
NMDA Ins P3
cripcional. La concentración de calcio den-
CALMODULINA
tro de una espina se mantiene en equilibrio CADHERINA CANAL BOMBA ATPasa WASp/Scar
gracias a las acciones opuestas de una DE CALCIO DE CALCIO Arp2/3
QUINASA
ATPasa, enzima que bombea el calcio β-CATENINA ZONA ACTIVA RIBOSOMAS FIBRONECTINA CamKll
dentro del aparato espinal, y de los cana-
les de inositol trifosfato (InsP3) y de ria-

de la espina, donde el movimiento de la nas. Nos limitaremos a resaltar algunas espinas. En este contexto, Luo y Jan, por
actina bajo la superficie de la membrana de las principales vÌas reguladoras. En un lado, y Tashiro y Yuste, por otro, des-
produce una serie de pequeÒas ondula- todas las cÈlulas reptantes, la polimeri- cubrieron un control bidireccional de la
ciones que modifican ligeramente la zaciÛn de filamentos de actina constituye densidad y morfologÌa de las espinas
forma de la cabeza. En las neuronas adul- el mecanismo clave para el movimiento operado por las proteÌnas Rac y por Rho:
tas el movimiento de la cabeza de las espi- de membranas. Fischer y Matus demos- Rac aumenta el n˙mero de espinas, mien-
nas es imperceptible; cabe, sin embargo, traron que la actina cumplÌa una funciÛn tras que Rho las elimina.
que un n˙mero reducido de ellas siga principal en el dinamismo de las espi- Tashiro y Yuste han demostrado que
recicl·ndose. nas: observaron que la citocalasina, la motilidad de las espinas se halla direc-
potente inhibidor de la polimerizaciÛn tamente controlada por estas GTPasas.
Mecanismos de regulación de la actina, bloqueaba la motilidad de Pero todavÌa se desconocen los facto-
El dinamismo de las espinas se debe a las espinas. res previos que controlan las proteÌnas
una maquinaria motriz que gira en torno Otros experimentos m·s recientes han Rac y Rho, que m·s tarde regulan la ac-
a la actina. Se ha avanzado bastante en sacado a la luz el papel desempeÒado por tina. Teniendo en cuenta la importancia
la profundizaciÛn de los mecanismos la familia Rho de las GTPasas en la re- de la motilidad de cada espina para su
que controlan esta motilidad de las espi- gulaciÛn de la motilidad y reciclaje de relaciÛn sin·ptica con el axÛn, no resulta

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difÌcil imaginar que existan seÒales ex- P3 P11 P18
tracelulares que intervendrÌan en la re- 0 0 0
gulaciÛn de los apÈndices dendrÌticos.
Puesto que la actividad neuronal modi-
fica la forma, el tamaÒo y la densidad de
las espinas, cabe sospechar que una de
estas seÒales extracelulares podrÌa ser
el glutamato liberado por el axÛn. De
hecho, disponemos de numerosas prue- 1,5 1,5 1,5
bas de la intervenciÛn de ese neuro-
transmisor, a travÈs de sus receptores de
las espinas, ya sea en la estabilizaciÛn
de Èstas o ya sea en el incremento de su
densidad.
Por desgracia, sigue sin conocerse la
vinculaciÛn de los receptores del gluta-
3 2,5 3,5
mato con el citoesqueleto de actina. De
acuerdo con cierta hipÛtesis, el calcio
(que entra en la cÈlula por los recepto-
res de glutamato) podrÌa activar las pro-
teÌnas Rac y Rho, a travÈs de alg˙n inter-
mediario.
Existen otras molÈculas que afectan a
las espinas, desde hormonas y esteroi- 4,5 4,5 5
des hasta proteÌnas de la matriz extrace-
lular, adem·s de neurotransmisores y
moduladores de la actividad sin·ptica. Sin
embargo, nos parece del mayor interÈs
la funciÛn que desempeÒan Rac y Rho
en la regulaciÛn de espinas; entre otras
razones, porque ciertos tipos de retraso 5,5 6 7,5
mental, en los que se han observado alte-
raciones en las espinas, se deben a muta-
ciones en proteÌnas que regulan, a su vez,
estas GTPasas.

Reciclaje de espinas
Otra de las cuestiones pendientes en 7 8 9,5
torno a las espinas concernÌa a su vida
media. Los trabajos basados en el an·-
lisis de tejido fijado, realizados en los
aÒos setenta y ochenta por Manuel Nieto

CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE


Sampedro y Cotman, sugirieron que,
despuÈs de una lesiÛn, la regeneraciÛn
de una espina con su sinapsis asociada 8,5 3µm 10 12
tardarÌa pocos dÌas en llevarse a cabo.
Aun tomando en cuenta su capacidad de
cambiar de forma en pocos segundos, se
desconocÌa si habrÌa un reciclaje de es-
pinas (apariciÛn y desapariciÛn), sobre
todo en el cerebro adulto, donde en prin-
cipio las espinas apenas se mueven.
La respuesta llegÛ el aÒo 2002, a par-
4. MOTILIDAD DE ESPINAS Y FILOPODIOS. Estas imágenes son secuencias de fotogramas
de tres películas de dendritas de neuronas piramidales de la capa V de la corteza visual
tir de sendos estudios independientes del
grupo encabezado por Svoboda y el diri- del ratón a diferentes edades, obtenidas con un microscopio láser de dos fotones. En la serie
gido por Gan. Recurrieron a ratones genÈ- de la izquierda (P3) se registra el caso de un ratón de tres días de edad: muchos filopodios
ticamente manipulados. Tras anestesiar (delgados, largos y sin cabeza en la punta) sobresalen y desaparecen en escasos minutos
a los ratones, los investigadores foto- del tallo de esta dendrita. En la serie del centro, se trata de un múrido de 11 días de edad
grafiaron las espinas de neuronas pira- (P11): en esta dendrita se observan cambios en la forma de las espinas, con espínulas que
midales fluorescentes, cada dÌa durante sobresalen de sus cabezas, pero estos apéndices son más estables que los filopodios. Por fin,
varias semanas o meses, a travÈs de una
a la derecha, otro ratón de 18 días de edad (P18), casi adulto: en esta dendrita madura
pequeÒa apertura en el cr·neo; el mÈto-
do les permitÌa examinar la misma den- la densidad de apéndices es mayor, aunque no se observan movimientos en la cabeza,
drita dÌa tras dÌa. La cosecha de resul- ni cambios en la longitud del cuello de estas espinas. Los números en blanco indican
tados fue espectacular. el tiempo transcurrido (en minutos) en la película.

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CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE
A SEÑAL (GLUTAMATO?) En los ratones adultos m·s jÛvenes
descubrieron que entre 25 y 50 % de las
espinas desaparecÌan o aparecÌan cada
mes. Sin embargo, seg˙n Gan, en los ra-
GAP GEF tones de edades m·s avanzadas, un 95 %
Pi Rho
GDP GTP de las espinas permanecÌa estable durante
el mismo perÌodo, lo que le indujo a su-
+ + gerir que permanecerÌan estables durante
H2O GDP el resto de la vida del ratÛn. Adem·s, el
Rho reciclaje de espinas parece estar rela-
GTP cionado con la actividad sensorial: en ra-
tones en los que el grupo de Svoboda
habÌa afeitado los bigotes, las espinas de
REGULACION DE LA ACTINA la corteza sensorial tenÌan una vida media
mucho m·s corta.
B De esos datos se desprende que nues-
Rac tra experiencia sensorial regula la for-
DO
ASIA ALTA DENSIDAD, maciÛn y pÈrdida de espinas. Se infiere,
DEM LAMELIPODIOS en consecuencia, que una de las posibles
funciones de las espinas consista en de-
NORMAL DEM
ASIA jar estas ìhuellasî sin·pticas como un
D OR mecanismo de plasticidad neuronal que
ho
BAJA DENSIDAD, va grabando continuamente en el cere-
CUELLOS CORTOS bro las experiencias vividas. Pero, øcÛmo
C consiguen las espinas grabar esta infor-
maciÛn? øQuÈ otras funciones podrÌan
Rac
desempeÒar las espinas?
+
NUCLEACION
Posibles funciones de las espinas
Tres funciones principales se atribuyen
a las espinas: aumentar el n˙mero de
* * * * sinapsis posibles, al prestar su estructura
? (cdc42)
+ – para conectar las dendritas con los axo-
ALARGAMIENTO
nes; mediar la plasticidad sin·ptica, al
cambiar de forma merced a alteraciones
en la actividad sin·ptica; y facilitar la
compartimentalizaciÛn del calcio.
A propÛsito de la primera, aumentar
Rho el n˙mero de sinapsis, conviene recor-
– dar que, en 1894, Cajal asignaba a las espi-
nas la tarea de aproximar las dendritas y
los axones alejados, para aumentar asÌ el
n˙mero de conexiones posibles entre ele-
mentos pre y postsin·pticos. Tres aÒos
despuÈs, el propio histÛlogo espaÒol sos-
pechÛ que la presencia de espinas in-
* * crementarÌa la superficie de la dendrita.
5. DOS ENZIMAS GTPasas, Rac y Rho, controlan el número y tamaño de los apéndices HipÛtesis que parece ser correcta en el
dendríticos. En el recuadro superior (A) se expone el tránsito desde la señal hasta la caso de las espinas de las cÈlulas cere-
regulación de la actina. En efecto, ciertas señales extracelulares (por ejemplo, el glutamato belares de Purkinje. La alta densidad de
o factores tróficos) estimulan el activador de las proteínas G (GAP) y el factor de espinas en el cerebelo permite captar to-
dos los axones de las cÈlulas de grano.
intercambio del guanosín trifosfato (GEF), que, a su vez, controlan la activación de la
Sin embargo, tal hipÛtesis no resulta
GTPasa Rho. En el recuadro central (B) se esquematizan los experimentos realizados con adecuada en el caso de las neuronas pira-
rodajas de cerebro de ratón, a través de los cuales se ha demostrado que un exceso de midales de la corteza, por la sencilla razÛn
Rac produce una alta densidad de lamelipodios, formando un pliegue ondulante de de que buena parte del tallo de sus den-
membrana. Por el contrario, una excesiva expresión de Rho causa la desaparición de las dritas est· desprovista de sinapsis y de es-
espinas, la reducción de su tamaño o ambas cosas. Por último, en C, se ilustra un modelo pinas. Adem·s, muchas neuronas del encÈ-
de la regulación de espinas dendríticas por las GTPasas de la familia Rho. En un primer falo carecen de espinas. Por ˙ltimo, hay
espinas tambiÈn en neuronas de organis-
paso, la proteína Rac se encarga de la formación de nuevos apéndices (nucleación).
mos muy primitivos (en las planarias, por
Después, otras proteínas (tal vez la GTPasa cdc-42), que también regulan la ejemplo); en Èstos, la baja densidad de
polimerización de la actina, se encargan de alargar cada espina o filopodio. Por último, axones no debiera requerir su presencia.
Rho frena este alargamiento y proliferación de apéndices, evitando así que se generen Por otro lado, las espinas tambiÈn po-
espinas demasiado largas o lamelipodios. drÌan servir para separar las sinapsis de

16 Mente y cerebro 09/2004


distintos tipos de axones. Efectivamente,

CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE


las espinas reciben sÛlo estÌmulos ex- A
2 7
citadores, que emplean el transmisor
glutamato, mientras que los axones in- 1 3 1 3 8 9
hibidores (que utilizan el transmisor
GABA) forman sinapsis directamente
con los tallos de las dendritas. 4 11 10
De todos los aspectos mencionados
de las espinas, el de su motilidad ha sido 2 4 6 5 12
el que ha despertado mayor interÈs en
los ˙ltimos aÒos. Puesto que la motili-
dad de las espinas conlleva un gasto nota-
ble de energÌa, cabe presumir que la fun-
ciÛn principal de las espinas depender· B
de esta disposiciÛn din·mica. AsÌ pues,
adem·s de las funciones que se habÌan
venido asignando a las espinas como
estructuras est·ticas, tendremos que con-
templar todas las funciones de las espi-
nas en el contexto de su motilidad.
?
Plasticidad sináptica
La segunda funciÛn principal de las espi-
INPUT 2 INPUT 2
nas concierne a su participaciÛn en la
plasticidad sin·ptica. Durante el desarro-
llo del sistema nervioso, la informaciÛn
sensorial modela los circuitos del cere- C
bro. Al principio, los mapas sensoriales
del cerebro son borrosos e imprecisos.
Mas, conforme la experiencia sensorial
va cambiando, el cerebro se acopla modi-
PLP
ficando las conexiones hasta crear el
equilibrio exacto. En los aÒos cuarenta,
Donald Hebb propuso que las neuronas
que contribuyen a excitar a una neuro-
na postsin·ptica, a la larga ver·n reforza-
das sus conexiones con esa neurona.
Paralelamente, otras neuronas que no
contribuyen a activar la misma neurona 6. TRES MODELOS PARA LA FUNCION DE LAS ESPINAS: aumento del número de
postsin·ptica perder·n sus conexiones conexiones posibles, compartimentalización y plasticidad. El primer modelo (A) propone
con la misma. Este tipo de plasticidad que la tarea de las espinas consiste en aumentar el número de conexiones posibles. En el
neuronal no sÛlo ocurrirÌa durante el de- panel de la izquierda, la configuración de los axones (rojo) y de las seis dendritas (azul)
sarrollo de las conexiones entre los Ûrga- permite, exclusivamente, el emparejamiento de los elementos pre y postsinápticos en
nos sensoriales y sus dianas en el cere- cuatro ocasiones (sinapsis 1-4). Sin embargo, la presencia de sólo una o dos espinas por
bro, sino tambiÈn en el adulto durante el
dendrita (panel de la derecha) permite la creación de un número de contactos mucho
aprendizaje y el almacenamiento de
recuerdos (plasticidad hebbiana). mayor (sinapsis 1-12), incluso entre dendritas y axones distantes. El modelo de
Ante esa situaciÛn, la pregunta resulta- compartimentalización se ilustra en B. En el panel de la izquierda, una dendrita sin
ba obligada: øexiste un mecanismo bio- espinas no podría distinguir entre elevaciones del calcio causadas por dos sinapsis
lÛgico din·mico para asegurar un grado próximas entre sí. La presencia de espinas (panel de la derecha), que acogen a un axón
tan alto de remodelaciÛn en las cone- distinto, permite la compartimentalización del calcio, para que la dendrita pueda
xiones entre neuronas que garantice este distinguir entre las dos señales. En el modelo de la plasticidad, o de reorganización de
tipo de regulaciÛn de la eficacia sin·p-
circuitos (C), la estimulación repetitiva de un axón, tal y como ocurre en los modelos de
tica basado en la actividad? Posiblemente
sÌ: las espinas. aprendizaje y memoria de la PLP (potenciación de larga duración), conlleva cambios en
En 1973 Bliss y L¯mo descubrieron el circuito mediados por la motilidad y reciclaje de espinas, que abandonan las sinapsis
que la estimulaciÛn tet·nica de deter- inactivas (rojo oscuro) por sinapsis activadas (rojo vivo).
minados circuitos del hipocampo pro-
ducÌa una forma de plasticidad sin·ptica
prolongada; la denominaron ìplastici- bando que los cambios en la actividad ciÛn sin·ptica producido por la PLP. Este
dad a largo plazoî (PLP). Hoy se acepta, producen alteraciones en las espinas y cambio morfolÛgico de las espinas apa-
sin discrepancia reseÒable, que en la PLP en sus sinapsis. Iniciaron esa lÌnea de tra- rece a los pocos minutos de la estimu-
radican las bases celulares de la memo- bajo Fifkova y su grupo, quienes demos- laciÛn y se mantiene durante al menos
ria y el aprendizaje. Desde mediados de traron que las cabezas de las espinas se 23 horas, alcanzando su m·ximo en los
los aÒos setenta se ha venido compro- ìhinchabanî tras el aumento en la fun- primeros 60 minutos.

Mente y cerebro 09/2004 17


CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE
0 Otros laboratorios han repetido expe- como canales y dejan pasar iones cal-
rimentos similares, llegando a conclu- cio y sodio hacia el interior de la den-
siones parecidas. Dos estudios recientes, drita. Cuando el calcio entra en la espina,
liderados por Svoboda y por Bonhoeffer desencadena una serie de reacciones,
respectivamente, registraron el creci- confinadas tambiÈn en las espinas. Entre
miento de espinas y el nacimiento de las dianas del calcio se encuentra la cal-
nuevas espinas y filopodios, tras la esti- cio-calmodulina quinasa II, proteÌna que
mulaciÛn sin·ptica de un segmento de representa una fracciÛn mayoritaria de
dendrita. Los an·lisis de las mismas den- la masa proteica de la espina. Conviene,
1,5
dritas a posteriori con microscopÌa elec- adem·s, tener en cuenta que la presen-
trÛnica sugieren que incluso las espinas cia de ribosomas y retÌculo endoplas-
que ìnacenî con la estimulaciÛn sin·p- m·tico (aparato espinal) en las espinas
tica establecen nuevas sinapsis. garantiza la sÌntesis local de proteÌnas,
Debemos suponer, pues, que en el ce- por ejemplo receptores de glutamato,
rebro las espinas se mueven constan- aislada del resto de la dendrita y de otras
temente y que, con el cambio de la acti- espinas.
vidad sin·ptica, unas desaparecen y otras Los estudios encabezados por Yuste
3 nacen, reflejando asÌ las modificaciones demostraron que la compartimentaliza-
del circuito al que pertenecen. Pero el ciÛn del calcio se debÌa a la forma de las
cambio de forma de las espinas no sÛlo espinas. DependÌa, por tanto, de su moti-
garantiza la posibilidad de crear nuevas lidad. Pero observaron, adem·s, la par-
sinapsis para modificar el circuito a par- ticipaciÛn de otras proteÌnas, que opera-
tir de las experiencias sensoriales. La ban como bombas que expulsan el calcio
motilidad de las espinas y su forma tan o como tampones que anulaban la acciÛn
peculiar proporcionan otra ventaja: la biolÛgica del calcio. Todo ello se desarro-
4,5 compartimentalizaciÛn bioquÌmica. llaba en el interior de la espina. Gracias
a ligeras alteraciones en este equilibrio
Compartimentalización del calcio entre la dendrita y las espinas,
No debemos minusvalorar la idea de una conviene recordarlo, pueden producirse
relaciÛn de causa a efecto entre los cam- algunos tipos de plasticidad neuronal,
bios en actividad sin·ptica y los cambios como la PLP. No debemos, pues, menos-
en la forma o tamaÒo de una espina. Sabe- preciar la importancia del dinamismo de
mos que el volumen de una espina es pro- las espinas para el funcionamiento nor-
porcional a la potencia del terminal axÛ- mal del cerebro, puesto que la morfolo-
6 nico registrada al otro lado de la sinapsis gÌa de las espinas, y por lo tanto su capa-
(medida por el n˙mero de receptores post- cidad de controlar la concentraciÛn del
sin·pticos y el n˙mero de vesÌculas de neu- calcio y de modificar las sinapsis, varÌa
rotransmisor listas para descarga). Adem·s, en forma con su motilidad. Es muy pro-
el tamaÒo de la cabeza y el cuello de una bable que en el futuro se descubran nue-
espina constituyen factores determinan- vas funciones para las espinas.
tes en la difusiÛn del calcio y otros com-
ponentes intracelulares de la espina. Filopodios
7 La observaciÛn de la peculiar morfo- Hasta ahora hemos ceÒido nuestro exa-
logÌa de las espinas moviÛ a estudiar sus men a las espinas, que cubren las den-
compartimentos bioquÌmicos. Las cabe- dritas de neuronas del cerebro adulto.
zas de las espinas (menos de un femtoli- Pero en el curso del desarrollo se origi-
tro de volumen) se unen a la dendrita por nan otras estructuras apendiculares en
un tallo bastante largo (m·s de un micro- las dendritas: los filopodios. Una vez
5 µm
metro) y estrecho (menos de 0,2 micro- m·s, fue Cajal el descubridor, en el sis-
metros). En razÛn de esa configuracion, tema nervioso inmaduro de un gato de
7. MOTILIDAD DE LOS FILOPODIOS el cuello constituye una barrera contra
la difusiÛn de macromolÈculas, aislando
1 mes de edad, de proyecciones dendrÌ-
ticas alargadas y finas, diferentes de las
DENDRITICOS: diferencias entre
a la espina del resto de la dendrita. Hasta espinas. En 1934 escribÌa: ìLas espinas
filopodios de punta y filopodios de tallo la fecha, el confinamiento mejor estu- parecen un poco m·s largas y frecuen-
de dendrita. En la secuencia de diado ha sido el del calcio. En particu- temente est·n curvadas. (...) Lo que lla-
fotogramas de una dendrita basal de lar, a travÈs de los trabajos experimen- ma la atenciÛn no es sÛlo la mayor lon-
neurona piramidal de capa V de un ratón tales realizados por uno de los autores gitud de los apÈndices, sino tambiÈn la
de tres días de edad se aprecia el (Yuste) y sus colaboradores a lo largo de frecuencia con la que se dividen y los
dinamismo de los filopodios que surgen los ˙ltimos diez aÒos. Durante la acti- cambios de direcciÛn de sus ramillas
vaciÛn de una sinapsis, el axÛn presi- secundarias. (...) Es casi seguro que se
y desaparecen de la dendrita. En la punta
n·ptico libera glutamato, neurotransmi- trata de una disposiciÛn transitoriaî.
de la dendrita existe un cono de sor que act˙a en los receptores que se Los filopodios dendrÌticos, m·s lar-
crecimiento (paréntesis blanco) en el que encuentran en la espina. gos que las espinas, pueden medir hasta
los filopodios son más largos y más Los receptores de glutamato son ma- 10 micrometros, pero son m·s finos que
abundantes. croproteÌnas. Al activarse, funcionan aquÈllas y carecen de cabezuela o bulbo.

18 Mente y cerebro 09/2004


A diferencia de las espinas, los filopo- esa hipÛtesis en la forma alargada y el Sinaptogénesis sin espinogénesis
dios no son privativos de las neuronas; dinamismo de los filopodios, que sugie- En 1977 Vaughn observÛ, a travÈs del
aparecen en las cÈlulas reptantes. Incluso ren una capacidad exploradora, parecida microscopio electrÛnico, que los filo-
las neuronas que carecen de espinas a la de los filopodios del cono de creci- podios establecÌan sinapsis. Vio tambiÈn
poseen filopodios durante el desarrollo. miento axÛnico. que, en las neuronas en desarrollo de la
La ultraestructura de los filopodios En nuestro trabajo se reconciliaban mÈdula espinal, un 70 % de las sinapsis
diverge tambiÈn de la ultraestructura de ambas funciones. Descubrimos dos tipos se producÌan en los filopodios. M·s tarde,
las espinas. En los primeros, la densi- de filopodios, uno en los conos de cre- Fiala y Harris calcularon que, durante la
dad de actina es mayor, pero no se encuen- cimiento dendrÌtico y otro en los tallos primera semana del desarrollo postna-
tra un aparato espinal. De esta alta con- dendrÌticos. Estos dos tipos de filopo- tal de la rata, un 20 % de las sinapsis del
centraciÛn de actina se deduce que los dios difieren en longitud, densidad, moti- hipocampo se hallaban en los filopodios,
filopodios se mueven. A tenor con lo de- lidad y vida media; divergen tambiÈn en mientras que el resto se presentaba en
mostrado en 1996 por el grupo de Smith, su respuesta ante cambios en la activi- los tallos de las dendritas. A medida que
los filopodios manifiestan un dinamismo dad sin·ptica. Los filopodios del cono avanza el desarrollo y aparecen las espi-
superior al de las espinas. En resumen, de crecimiento, independientes de la acti- nas, aumenta la frecuencia de sinapsis
filopodios y espinas constituyen dos tipos vidad neuronal, son m·s largos y m·s en las espinas. De nuestro propio traba-
de protrusiÛn celular distintos. din·micos, pero desaparecen al cabo de jo se desprende la posible existencia de
Gracias a los estudios pioneros de la primera semana de vida postnatal en un continuo de apÈndices dendrÌticos
Morest sabemos que los filopodios se el ratÛn. Sin embargo, el tamaÒo y la durante el desarrollo, en funciÛn de su
manifiestan sÛlo durante el desarrollo densidad de los filopodios de los tallos motilidad y vida media. Se darÌa una
de las neuronas, mientras se modela el dendrÌticos son menores cuando se blo- transiciÛn desde el comienzo del desarro-
·rbol dendrÌtico y los primeros contac- quean los receptores del glutamato. llo postnatal, cuando las dendritas tie-
tos con los axones. M·s tarde, desapa- Adem·s, si se aplican pequeÒas canti- nen filopodios de gran motilidad y vida
recen de un modo paulatino, sustituidos dades del neurotransmisor glutamato media breve, hasta el final de la segunda
por las espinas en los tallos dendrÌticos. (usando una pipeta en proximidad de semana postnatal, cuando la mayorÌa de
En un estudio reciente, los autores del un tallo dendrÌtico), los filopodios cre- los apÈndices, alcanzada su estabilidad,
artÌculo caracterizamos la etapa de de- cen s˙bitamente, llegando a medir hasta apenas se mueven.
sarrollo de los filopodios en la corteza 10 micrometros, en tanto que no sufren Hay, pues, apÈndices similares a los
del ratÛn durante las dos primeras sema- modificaciones los del cono de creci- filopodios que nacen del tallo dendrÌti-
nas de vida. Fotografiando dendritas cada miento. Esto sugiere que los filopodios co. Pero no desaparecen a los pocos mi-
30 segundos en un microscopio de dos del tallo dendrÌtico se sienten atraÌdos nutos, sino que se estabilizan y desarro-
fotones, en neuronas intactas durante por el glutamato liberado por axones m·s llan bulbos terminales similares a los de
varios minutos, obtuvimos pelÌculas de o menos alejados de la dendrita, para las espinas adultas. Creemos, sin embar-
la motilidad de filopodios. Medimos, formar sinapsis. go, que la mayorÌa de los filopodios no
simult·neamente, la densidad, longitud,
motilidad y vida media en m·s de 1000
filopodios. 1,5 DENSIDAD (apéndices/µm) 1 MOTILIDAD (µm/30 segundos)
De los datos obtenidos se desprende
0,8
que, en la primera semana postnatal, los
filopodios tienen una vida media de unos 1
0,6
tres minutos. Si consideramos que na-
cen ~ 1,2 filopodios por minuto por cada 0,4
10 micrometros de tallo dendrÌtico, en 0,5
una neurona piramidal a esa edad con diez 0,2
dendritas de 30 micrometros de largo EDAD (días) EDAD (días)
0 0
se formarÌan y desaparecerÌan m·s de P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO
50.000 filopodios en el curso de un dÌa.
Deduciendo que estos datos se traducen
en un gasto enorme de energÌa para el 2,5 LONGITUD (µm)
14
DURACION DE VIDA (minutos)
cerebro en pleno desarrollo, resulta sor- 12
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

prendente que no se conozca todavÌa la 2


10
funciÛn exacta de los filopodios. 1,5 8

Sinaptogénesis y espinogénesis 1 6
Se les asignaban dos funciones distintas. 4
Una primera, formar espinas, se asentaba 0,5
2
en la observaciÛn de que las espinas apa- 0
EDAD (días) EDAD (días)
0
recen despuÈs de los filopodios en el de- P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO P2-P3 P4-P5 P6-P7 P8-P9 P10-P11 ADULTO
sarrollo. Se postulaba que los filopodios
establecÌan contactos sin·pticos y, luego, 8. CARACTERISTICAS DEL DESARROLLO DE LOS FILOPODIOS en las puntas (líneas
una vez estabilizada la sinapsis, se con- rojas) y tallos (líneas azules) dendríticos en neuronas piramidales de la corteza del ratón:
vertirÌan en espinas. La segunda funciÛn
longitud, densidad, motilidad y duración media de vida. A medida que el sistema
asignada proponÌa su participaciÛn en la
generaciÛn de ramas de dendritas, guiando nervioso madura, la motilidad de los apéndices disminuye, mientras que su duración
a las dendritas en su crecimiento. Bas·base media de vida aumenta.

Mente y cerebro 09/2004 19


se convierten en espinas. Perduran esca- dundantes que pudiesen ser epileptogÈ- la funciÛn de aquellos filopodios que
sos minutos. De los 50.000 filopodios nicos. coexisten con las espinas podrÌa ser el
que sobresalen de los tallos dendrÌticos De acuerdo con otra hipÛtesis, pro- refinamiento de sinapsis, tambiÈn en fun-
en la primera semana del desarrollo, nin- puesta por Fiala y Harris, los filopodios ciÛn de la experiencia sensorial.
guno se convertir· en espina. øPor quÈ arrastrarÌan los axones hacia las dendri-
establecen sinapsis que luego no dura- tas para formar sinapsis con el tallo, Crecimiento dendrítico
r·n? Lo ignoramos. seÒalando el lugar donde luego apare- Quedan por dilucidar las posibles fun-
El hecho de que los filopodios de den- cer· una espina. No compartimos este ciones de los filopodios del cono de cre-
dritas jÛvenes (que carecen de espinas) modelo, porque los axones suelen ser cimiento. Lo mismo que en los axones,
puedan formar sinapsis, implica que una rectos y no demuestran los cambios de los filopodios del cono dendrÌtico act˙an
sinapsis podrÌa crearse y deshacerse en las ondulaciones que deberÌan existir si a la manera de antenas que rastrean el
pocos minutos. Tal vez las neuronas nece- se hallaran sometidos a constantes ìtiro- espacio extracelular y guÌan la punta de
sitan establecer sinapsis transitorias nesî por los filopodios dendrÌticos. la dendrita en la direcciÛn adecuada.
durante el desarrollo con el fin de man- Por ˙ltimo, aunque la microscopÌa Mas, a diferencia de los axones, se des-
tener cierto equilibrio de actividad neu- electrÛnica nos pone de manifiesto sinap- conoce cu·les son las molÈculas atra-
ronal. Cabe otra posibilidad: los filopo- sis establecidas por los filopodios, se yentes o repelentes que controlan este
dios podrÌan estar ìprobandoî los axones desconoce si Èstos poseen los compo- proceso en las dendritas.
cercanos para ver cu·les son los ìcom- nentes necesarios para dicho cometido. En los aÒos ochenta, Vaughn dio a co-
paÒerosî m·s adecuados. De esa manera, En otro orden, sabemos que, durante el nocer su hipÛtesis sinaptotrÛpica. A tenor
la experiencia sensorial reflejada en la desarrollo, la capacidad de plasticidad de la misma, los conos de crecimiento
actividad de los axones modificarÌa el neuronal es mayor que en el sistema ner- dendrÌticos se extenderÌan hacia fuentes
establecimiento de circuitos gracias a la vioso maduro. La razÛn estriba en la de actividad sin·ptica. Pero nosotros no
din·mica de los filopodios. Este tipo de motilidad de los filopodios, superior a hemos encontrado una relaciÛn clara
selecciÛn evitarÌa tender circuitos re- la de las espinas. Proponemos pues, que entre la actividad neuronal y la din·mica
de los filopodios de los conos dendrÌti-
cos. Esperamos que en los prÛximos aÒos
9. NO EXISTE SOLUCION DE CONTINUIDAD de los apéndices dendríticos se descubran los factores que regulan el
durante el desarrollo. Los autores basaron su propuesta de esa línea de continuidad en crecimiento y la direccionalidad de los
la motilidad y duración media de vida de dichas estructuras. A medida que avanza
conos dendrÌticos.
Entre las molÈculas posibles para ese
el desarrollo de la corteza, la motilidad de los apéndices baja, mientras que aumenta su
cometido habrÌa que citar proteÌnas de
duración media de vida. Los números en blanco representan el tiempo pasado desde la matriz extracelular (la cadherina), cier-
el comienzo de la grabación de imágenes, en minutos. Importa resaltar que, en cada tos factores nutrientes o trÛficos o pro-
momento, y sobre todo en la segunda semana del desarrollo postnatal del ratón, teÌnas quimio-atrayentes (la semaforina).
pueden coexistir en la dendrita varios tipos distintos de apéndices.

0 0 1 0,5 0 0 0

DURACION DE VIDA
0
MOTILIDAD

0,5 0,5 2 2,5 4 2 2 2

MESES
1 1 4 6 6 4 4 7
2 µm/min

SEMANAS

2 6 7,5 7,5 7 6 11

3 8 9 9 9 9
DIAS
1 µm/min

HORAS
CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE

MINUTOS

1a SEMANA 2a SEMANA 3a SEMANA ADULTO

20 Mente y cerebro 09/2004


CARLOS PORTERA-CAILLIAU Y RAFAEL YUSTE
A B C D

P0-P1 P2-P5 P6-P15 ADULTO


SEÑAL PARA EL CONO PUNTA DE DENDRITA BOTON AXONICO APAGADO
DE CRECIMIENTO DENDRITICO
TALLO DE DENDRITA BOTON ACTIVO
AXONES
FILOPODIO CON CONTACTO ESPINA CON
FILOPODIO MOVIL SINAPTICO INMADURO SINAPSIS MADURA

10. RESUMEN DIAGRAMATICO de las funciones de los filopodios en las puntas


y tallos dendríticos de la corteza cerebral. Al nacer (A), la dendrita de una neurona a mutaciones en genes (la oligofrenina)
piramidal de la corteza cerebral del ratón ofrece un aspecto característico. La punta que regulan la actividad de las proteÌnas
de la dendrita (rojo) tiene filopodios que detectan una señal distante, a modo de antena, Rac y Rho, y podrÌan causar asÌ altera-
ciones en las espinas o filopodios. Por
que guía el crecimiento de la dendrita; el tallo de la dendrita (azul) carece de filopodios.
eso pensamos que la investigaciÛn de
Transcurrida una semana (B), los axones han adquirido cierto desarrollo y algunos de estos diminutos apÈndices dendrÌticos
sus botones descargan glutamato, neurotransmisor que atrae a los filopodios del tallo se ver· recompensada por sus conse-
dendrítico. Los filopodios del cono de crecimiento dendrítico siguen rastreando su señal, cuencias en la neurologÌa. En cualquier
ignorando el glutamato de los axones. En la segunda semana de desarrollo postnatal del caso, no olvidemos que cada vez que el
ratón (C), la punta de la dendrita ha conseguido orientarse en la buena dirección y ser humano conquista planetas, com-
desaparecen los filopodios del cono de crecimiento. En el tallo de la dendrita, filopodios pone nuevas sinfonÌas o descubre nue-
vas medicinas, hay que dar gracias a los
y espinas inmaduras establecen contactos sinápticos preliminares con axones, que atraen
infatigables filopodios y espinas.
a los filopodios mediante el glutamato que liberan. A medida que los botones axónicos
se multiplican, lo hace también el número de apéndices dendríticos. En el cerebro adulto
(D), las sinapsis han alcanzado una mayor estabilidad. Las espinas maduras han
reemplazado a los filopodios. La densidad de apéndices en la dendrita es máxima.
RAFAEL YUSTE, profesor del departamento
de ciencias biológicas de la Universidad de
Columbia en Nueva York, dirige un grupo
de trabajo cuyo principal objetivo es el estu-
De hecho, los resultados obtenidos por Debido a su mayor motilidad, imagina-
dio de la estructura y función de los micro-
Fenstermaker y Yuste demuestran que se mos que los filopodios proporcionan una circuitos en la corteza cerebral. CARLOS
requiere semaforina 3A para la ramifi- ventaja en este proceso. Los niÒos se PORTERA CAILLIAU, neurólogo del hospi-
caciÛn dendrÌtica. recuperarÌan mejor de tales lesiones, al tal Columbia Presbyterian Medical Center,
La importancia de futuros descubri- beneficiarse de la mayor capacidad pl·s- investiga el papel que desempeñan las espi-
mientos moleculares de este tipo, tras- tica de los filopodios. nas y filopodios en la sinaptogénesis en el
cender· el simple conocimiento acadÈ- Desde el trabajo pionero de MarÌn laboratorio de Yuste.
mico, porque nos habr·n de ayudar a Padilla, en los aÒos setenta, se han publi-
manipular los filopodios para reparar cado numerosos estudios que describen Bibliografía complementaria
conexiones defectuosas del cerebro. la presencia de espinas y sinapsis defec-
S OBRE LA F UNCIÓN DE LOS F ILOPODIOS
Aunque ahora parezca ello un asunto de tuosas en los trastornos neurolÛgicos
DENDRÍTICOS. C. Portera Cailliau y R.Yuste
fantasÌa cientÌfica, la realidad es que en (demencia de tipo Alzheimer, epilepsia
en Revista de Neurología, vol. 33, n.o 12; 2001.
un siglo hemos avanzado desde el des- y otros). En el sÌndrome de Down y en
cubrimiento de las espinas y filopodios otros retrasos mentales se registra una SPINE MOTILITY: PHENOMENOLOGY, MECHA-
hasta la identificaciÛn molecular de las pÈrdida de espinas en las dendritas de NISMS , AND
FUNCTION. T. Bonhoeffer y R.
proteÌnas que regulan su motilidad en el neuronas piramidales de la corteza; en Yuste en Neuron, vol. 35, págs. 1019-1027;
contexto de aprendizaje y la memoria. su lugar aparecen apÈndices m·s finos 2002.
y m·s largos que se parecen a los filo- ACTIVITY R EGULATED DYNAMIC B EHAVIOR
Filopodios y espinas podios. Este hallazgo se ha interpretado OF E ARLY D ENDRITIC P ROTRUSIONS : E VIDENCE
en la neurología como un defecto en la maduraciÛn de las FOR DIFFERENT TYPES OF DENDRITIC FILOPODIA
øEn quÈ medida repercutir· la investi- espinas. Se desconoce la causa exacta de IN G ROWTH C ONES AND S HAFTS . C. Portera
gaciÛn b·sica en la pr·ctica clÌnica? En tal deficiencia en la transiciÛn de los Cailliau, D. Pan y R. Yuste en Journal of
casos de lesiones cerebrales, los apÈn- filopodios a las espinas, pero podrÌa resi- Neuroscience, en prensa.
dices dendrÌticos, merced a su dina- dir en un error en el desarrollo de los axo- Para ver ejemplos de películas de motili-
mismo, podrÌan restablecer conexiones nes o de las dendritas. dad de espinas consulten la página Web:
perdidas o, por lo menos, modificar las Conviene, sin embargo, no olvidar que http://www.twophoton.com/movies
conexiones para compensar los dÈficits. ciertos tipos de retraso mental se deben

Mente y cerebro 09/2004 21

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