Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Pedir ayuda a un amigo o conocido que sepa meditar. Que nos aconseje alguien
que lleva inmerso en esta práctica algún tiempo o que tenga experiencia es una
buena opción para comenzar a adentrarnos en el maravilloso mundo de la
meditación.
Aprender a meditar por nosotros mismos. Otra opción es iniciarnos por nuestra
cuenta con pequeñas prácticas sencillas. Para ello, tenemos que elegir un lugar
tranquilo en el que nadie nos vaya a interrumpir, sentarnos de manera cómoda
con la columna recta y comenzar a hacer respiraciones profundas.
Si eres una persona curiosa, aprende y elige cuál es el tipo de meditación que
puede ir más acorde con tu personalidad: la meditación Zen, la meditación
Vipassana o cualquiera de las otras modalidades existentes. Te animamos a que
explores los distintos tipos de meditación y elijas aquella que vaya más contigo.
Meditar nos ayuda a avanzar
Sé constante, prueba e intenta cada día un poco de meditación. Puedes
empezar por 15 o 20 minutos. Te darás cuenta que poco a poco lo irás
incorporando a tus hábitos de vida y notarás sus resultados. Además, meditar te
ayudará a desarrollar el aprendizaje de la paciencia y la concentración para tu
rutina y saborearás la quietud como parte de tu ser.
“Ten paciencia. Espera hasta que el barro se asiente y el agua este clara.
Permanece inmóvil hasta que la acción correcta surja por si misma.”
-Lao Tzu-
Con la meditación podemos sentirnos más relajados, nos aceptaremos mejor a
nosotros mismos y no caeremos tan fácilmente en pensamientos negativos o
repetitivos. Meditar nos ayuda a crecer interiormente y eso no es algo que
debamos perder.
Fuente: Interser