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Apunte 1. Ricardo Renta, Formula Cuantitativa Dinero y Ventajas Comparativas
Apunte 1. Ricardo Renta, Formula Cuantitativa Dinero y Ventajas Comparativas
Adela Plasencia
APUNTE 1
Ricardo: Teoría de la Renta, Fórmula Cuantitativa del Dinero y
Teoría de las Ventajas Comparativas
2017
Contenido:
1. Teoría de la Renta (ejercicio resuelto)
2. Formula y Teoría cuantitativa del dinero
3. Teoría de las Ventajas Comparativas
1. La Teoría de la Renta
a) que sucederá con la renta percibida por el dueño de cada terreno cuando se
incorpora a la producción la tierra 3
dónde:
P = nivel de precios
Q = nivel de producción
M = cantidad de dinero
V = número de veces que el dinero cambia de manos, es la velocidad de
circulación del dinero
La Fórmula no dice nada sobre la causalidad posible entre sus variables: ¿los
aumentos de M provocan aumentos en P, en Q, o disminución en V?. Si Q aumenta y
V y M permanecen constantes, ¿caerá nuevamente Q?, Si V aumenta, ¿aumentará P
o Q?. Para decir algo sobre la causalidad debemos adscribir a una teoría.
1
La formulación de la Teoría cuantitativa del dinero es habitualmente atribuida a Jean Bodin (1568);
sin embargo, se puede encontrar una primera formulación de la misma en los trabajos de Martín de
Azpilcueta (1556), de la Escuela de Salamanca. David Hume la formuló con claridad en su crítica
https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_cuantitativa_del_dinero
el aumento de M, haría descender la tasa de interés y por ese camino estimularía la
producción Q.. Este debate es relevante en la Teoria del Comercio Internacional de
Ricardo.
2
3. Las Ventajas Comparativas y la Teoría Cuantitativa
El modelo de la ventaja comparativa es uno de los conceptos básicos que
fundamenta la teoría del comercio internacional y demuestra que los países tienden a
especializarse en la producción y exportación de aquellos bienes que fabrican con un
coste relativamente más bajo respecto al resto del mundo, en los que son
comparativamente más eficientes que los demás y que tenderán a importar los bienes
en los que son más ineficaces y que por tanto producen con unos costes
comparativamente más altos que el resto del mundo.
2.1 Ventajas Absolutas y Ventajas comparativas
Esta teoría fue desarrollada por David Ricardo a principios del siglo XIX, y su
postulado básico es que, aunque un país no tenga ventaja absoluta en la producción
de ningún bien (idea que venia de Smith), es decir aunque fabrique todos sus
productos de forma más cara que en el resto del mundo, le convendrá especializarse
en aquellas mercancías para las que su ventaja sea comparativamente mayor o su
desventaja comparativamente menor. Para Ricardo, lo decisivo en el comercio
internacional no serían los costes absolutos de producción en cada país, sino los
costes relativos”.
Vino Paño
Total
(barriles) (rollos)
Portugal 80 90 170
2 Utilizo como base a Jacqueline Laguardia Martínez,, Dra en Economía en La Havana en
http://www.monografias.com/usuario/perfiles/jacqueline_laguardia_marta_nez/mon
ografias y a https://es.wikipedia.org/wiki/Ventaja_comparativa
países tienen interés en especializarse según el patrón siguiente, y producir las
mismas dos unidades totales de cada bien:
Vino Paño
Total
(barriles) (rollos)
Se aprecia que, respecto a las necesidades originales de trabajo para producir las
mismas dos unidades de cada mercancía, Portugal ahorra 10 horas de trabajo e
Inglaterra ahorra 20 horas, si se intercambian las respectivas unidades excedentarias
que han producido. Así, cada país puede optimizar la asignación de sus recursos, lo
que eleva la producción total y mejora el bienestar de las personas.
Antes de considerar más en detalle las ventajas comparativas ricardianas, es
necesario subrayar que no se trata, como se pretende a menudo, de comparar cada
producto en ambos países (en efecto, esas son las ventajas absolutas), sino de la
comparación de dos productos en cada uno de los países. Lo importante no es que el
vino sea más barato en Portugal que en Inglaterra (ya que con el paño ocurre lo
mismo), sino que en Portugal es más barato producir dos unidades de vino mientras
en Inglaterra es más barato producir dos unidades de paño. De este modo, la relación
de precios del vino portugués con relación al paño se situará entre los límites de
aquellos existentes en cada país:
1 vino = 8/9 paño, y 1 vino = 12/10 paño. Por debajo de la relación
1 vino = 8/9 paño, Portugal no tendrá interés en exportar; por encima de
1 vino = 12/10 paño, Inglaterra no tendrá interés en importar y no habrá comercio ni
especialización; ya que fuera de estos límites a uno u otro país le resultará más barato
producir de manera doméstica la mercancía en la cuál es relativamente menos
competitivo.
Otros Ejemplos
La teoría de la ventaja comparativa no se muestra solo en el comercio internacional,
puede tener también su aplicación en cualquier mercado.
1) Supongamos una abogada que es 200 veces mejor abogada que su secretaria y
además a la vez es capaz de mecanografíar 2 veces más rápido que ella. A pesar de
que la abogada realiza ambas actividades mejor que su secretaria, no realizará
ambas, se especializará en el trabajo que le resulte más productivo, en este caso el de
abogacía, ya que sería el que le proporcionaría una mayor renta, por lo tanto un menor
coste relativo (por el mismo tiempo gana el doble de renta). El resultado no sería que
la abogada hiciese todo el trabajo y la secretaria permanezca ociosa, sino que ambas
ganarían con la situación en la que la abogada se concentrara en la labor de abogacía
y contratara a la secretaria para que realizase la labor de mecanografiado, ambas
obtienen beneficio del intercambio.
2) Supongamos que el mejor jugador de golf de todos los tiempos tiene una casa con
jardín que usa para practicar. Imaginemos que el jugador de golf puede cortar el
césped de su jardín en 3 horas, tiempo que igualmente puede dedicar a rodar un
anuncio con el que obtendrá unos ingresos de 100.000€. Su vecino puede cortar el
césped del jardín de nuestro golfista en 5 horas, tiempo que podría dedicar a trabajar
en una empresa y ganar 100 €. En este ejemplo, el coste de oportunidad de cortar el
césped es de 100 000 € para el golfista y de 100 € para el vecino. Vemos que el
golfista tiene ventaja absoluta en la actividad de cortar el césped pero el vecino tiene
ventaja comparativa en esa actividad porque tiene un coste de oportunidad menor
(debe renunciar a menos). En este caso, las ventajas derivadas del comercio son
grandísimas. Mientras el golfista contrate al vecino para que le corte el césped y le
pague más de 100 € y menos de 100 000 €, ambos saldrán ganando.
Así, los movimientos internos de los precios evolucionarán hasta un punto tal en que
ellos compensarán los diferenciales iniciales en los mismos, de modo que, en cierto
momento, para el comprador (portugués o británico) se hará más barato el
paño inglés. Inglaterra dejará, así, de importar telas y comenzará a exportar esta
mercancía. Sólo en ese momento se realizarán las ventajas comparativas de manera
concreta en el comercio entre ambas naciones.
Por su parte, el diferencial de tasas de interés hará que los capitales fluyan desde el
país con intereses bajos (Portugal) hacia aquel de altas tasas (Inglaterra); flujo que
permitirá a esta última financiar su déficit comercial con endeudamiento (en lugar de
recurrir a las reservas como en un primer momento). Se configura así una asombrosa
situación, parecida a la que viven actualmente los países subdesarrollados o, más
aún, Estados Unidos durante los 80.[9]
Por otra parte, existen ciertos supuestos para que este modelo funcione;
específicamente, el de la inmovilidad de los factores. En efecto, si el capital y el
trabajo pudiesen desplazarse de un país a otro: «Representaría indudablemente una
ventaja para los capitalistas ingleses y para los consumidores de ambos países que,
en tales circunstancias, tanto el vino como el paño fuesen fabricados en Portugal y
que, por lo tanto, así el capital como el trabajo que Inglaterra emplea en la producción
de paños, se trasladara en Portugal para este propósito».[10] Pero, para Ricardo, la
experiencia demuestra que los capitalistas se dan por satisfechos con una tasa de
ganancia baja en su propio país en lugar de buscar un empleo más ventajoso de su
capital en el extranjero.
Es por todo esto que la teoría ricardiana de las ventajas comparativas no ha sido
utilizada ni por él ni por sus discípulos como un modelo real de comercio internacional,
sino como un argumento convincente de las ventajas del libre comercio, en un mundo
caracterizado por las trabas al mismo y las políticas proteccionistas.