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gas Valente (1998), “Nuevos derroterog Je jos feminismos latinoamericanos en 40090" en. Olea ConA. El movimiente inistaen América Latina, Lima, Flora, Tristan Ediciones. ‘Susana Beatez Gawea, eewINISMO (TEORIAS Y DISCUSIONES), eminismo es el concepto por el que ge gesignan las posiciones gnosealégicas, ideologicas y politicas que reivindican la emancipaciin de las mujeres y él acces alos derechos igualitarios con los yaro- nes. E] término fue aeuniado en Francia afines del siglo x1x y si bien Hubertine ‘Auclert -una destacada militante por Jos derechos femeninos y cercana al so¢jalismo— lo emple¢ en la publicacion que dirigia desde 1880, La Citoyenne, algunas autoras indican a Alejandro Dumas enmo precursor del vocablo, aun- que conevidente rechazo de las acciones reivindicativas de las mujeres. Este acontecimientonoinvalida quelossenti- mientosy lasconductas queabogaron por Jos derechos femeninoscon anterioridad exhiban ya ideacionesconsonantescon el término, pervla “experiencia feminista” -estoes, la revelacién en el lenguaje,con dara resonancia subjetiva de conductas deliberadas para transformar la condi- cin subordinada delas mujeres-es una creacién de la segunda mitad del siglo xox, Sin embargo, pueden reconocerse actitudes y conductas precursoras del fe- minismo.en figuras como Sor Juana Inés dela Cruz, lanotableescritoradeNueva Espaiia (hoy México) del sigloxvm;la gran predecesora Mary Wollstonecraft, autora deVindicacién detosderechosde lamujer (1792); Olympe de Gauges, singular agi- tadora durante la Revolucion Francesa; JosefaAmor y Borbon, quedefendié enla Espatia del siglo xvm la educacién de las mujeres; George Sand (Aurore Dupin), Is gran escritora romantica francesa: Harriet Taylor Mill, la eaposa de Stuart Mill, a quien se debe gran parte de su mo (teorfas y discusiones) Femi! 11 en 4 favor de los derechos de ae contest Lucy Stone, quien exigié Estado th atzimonial igualitario en Crane cnidos amediados del sigloxa, seagate ae como un sistema de ide foo el silent ara transformar el orden tatenren el orden patriarcal, Conculeando el dominio de los varones, Lanotable agitacién social que vivieron las sociedades burgucsas entre las tlti- mas décadas del siglo xix y las primeras del Xx tiene enorme responsabilidad en ladivulgacion e indexacién del concepto endiversasexpresiones relacionadas can el escrutinio de la condicién femenina subalterna, Asf, la nocién fue adoptada en numerosos paises, aunque desde el iniciohubo diferencias dematicesy hasta significados contrapuestos. En la mayo- ria de las sociedades donde el concepto se difundié resulté polisémico, si bien eno esencial aludiera a los derechos de las mujeres. En Europay Estados Unidos, los grupos “feministas” como sostiene Karen Offen (s+ se dividieron por lo menos en dos grandes corrientes: la que abogaba por una emancipacién equiparada a los va- rones de corte liberal e individualista y aspiraba a una remocién de las eastum- ‘bres patriarcales, y la que se disponia ala obteneién de derechos sin olvidar ciertas responsabilidades sociales. Pero Jos matices dentro de estas vertientes fueron numerosos. Asimismo, aunque el “feminismo” que en general se pro- fesaba subrayaba el reconocimiento de Ja portentosa figura de la maternidad, algunos segmentos de mujeres preferian eentralmente esta identidad tradicional junto con el sostenimiento de valores ‘diferentes para los sexos, y esto fue propio de las seguidoras de las grandes ‘eonfesiones cristianas, especialmente la catdlica, Sin embargo, el maternalismo resulté moneda corriente dentro de los modelos identificatorios que escogié la 40; 2 S800 (teoriag Acciénafavordetosderechosfemeninos, _ nacional de 1898 de la qu, “Sy cualquiera fuera la ideologia en que 8° amparara. Otra cuestién central, que & menudo diferenciaba alas orientaciones feministas, eran las concepciones sobre la reforma social; en algunos casos el feminismo se cruzaba radicalmente con ideologias contestatarias del orden establecido, como el anarquismo. Otras activistas, igualmente promotoras de la secularizaciény de la justicia social redis- tributiva ~como ocurrfa con las simpa- tizantes con la socialdemocracia y en general con e] socialismo-, ademas de movilizarse por los derechos civiles y politicos, destacaban esfuerzos para transformar las condiciones de la clase trabajadora y promover la reforma del empleo de las mujeres, ya que en todos los paises las mujeres padecian ominosas diferencias retributivas. En Estados Unidos, donde la lucha por los derechos de las mujeres se habia en- garzado precozmente con las demandas abolicionistas debe subrayarse el papel de las activistas en la causa antiescla- vista-, se empinaron con agudeza las ideas deemancipacién, laprocuradeuna total igualacion y el reclamo de un trato equiparado por completo con el de los varones, Esto llevé a que otras corrien- tes igualitarias no desearan politicas publicas compensatorias, pues equivalia atratos preferenciales quecontrastaban con sus ideales de equiparacién. En los paises nérdicos, por el contrario, Ja tendencia de las enroladas en el femi- nismo se encaminé a peticionar la inter- venci6nestatal para obtener auxilioalas repos + su proe, amparo para ras, cobertura, para las ee de las trabajadoras, junto aude de igualdad juridica y de En la Argentina, la adopeién del térmi- no fue bastante precoz. Hasta donde se net Publicodel vocablo causa dela exposicién inter- una exposicién femenjy _~ rmg comoa veces se refirig jg > fem, tecimiento-. En su diag eT Sag} Emesto Quesada aludig ay te “feminismo” que, Segtin g Ssfy, Beet Spica a alli representado en log y le a te mineidadyenlasman das porlas mujeres que aj" req, Esa primera introduecign °° iy feminismo evoca una Suerte z “ea cién o un gjercicio naip 9" exactamente los significado, ti de las normas patriarcaleg nt Unos afios mds tarde, g “f 7 anacrénico, que celebraby 1°, fanciones elasicas del géneye’ ty a una tendencia discursiva niga naba una transformacion oe M8 aquéllas, abogando por Ja oq tia i dederechos,comenzando pot delainferioridadjuridica gus = el Cédigo Civil Estas demange 2aronacontarcon micleos deme on los grandes centros urbanos ie, in aspecto querépidar ‘ lanociénde “Teminismarhange ts a los derechos de las mujeres rae doras, y reiteradamente se ann “feminism” con “socialismo". tn can esqueel socialismofueunacantios Ja adopcién de la identidad feminigeg medida que avamzaba el siglo xed tinguian por lo menos dos sectoresenine las activistas de la Argentina, a sbr el compuesto por las autodenominais “feministas”, que en general compart orientaciones sociales progresistesy por lo tanto mostraban sentiment laicos, promovian reformas sociales? procuraban la obtencién de derechet civiles y ctvicos, y otro que se ancoratt en aspeetos tradicionales y procurst® un mayor reconocimiento social dels tareas femeniles. A pesar de sus bie rencias, ambos grupos compari ciertas imégenes como el ma! et? ylas funciones domésticas,y #08" 0 (teorias y discusiones) pe 153, que las mujeres no deberfan renunciar a au “esencia femenina”. Pero un aspecto del derecho privado los tornaba irrecon, ciliables: entre las reformistas desde ¢] jniciose sostuvoel divorciocomounarei. yindicacién fundamental para amparar lacondicién femenina, Mas, en general, Jas manifestaciones predominantes del feminismoenelorden mundial, mas que enjuiciar la prescripcién de la materni- dad, abogaban por el reconocimiento de lasfuncionesreproductivas, la asistencia a los nifios y la proteccion de las madres con problemas de subsistencia. Eran to. daviaescasasen las primeras décadas del sigloxx las posiciones que cuestionaban Ja obligacién de daraluz y quebregaban por la eleccién de la oportunidad de em- barazarse y por restringir el mimero de hijos, y era aun menos comuin la reivin- dicacion del derecho a abortar, Cambios singularesen la sociedad yenel imaginario feminista fueron traidos por las grandes contiendas mundiales y por elestallido dela Revolucién Rusa, acon- tecimientos que permitieron visibilizar el papel de las mujeres en actividades y funciones no convencionales, hasta entonees propias de los varones. La al- teracién de los patrones de conducta, que hacia reserva de la arena publica como una prerrogativa de los varones mientras las mujeres se destinaban a las funciones domésticas, se manifests ya en el periodo de entreguerras, pero fue incontenible al finalizar la Segunda Guerra Mundial. La mayoria de los paises occidentales dieron lugar -sobre todo entre los que conocieron el llamado “Estado benefactor’ a viejos reclamos del movimiento de mujeres en torno de las asignaciones familiares. Pero, sobre todo, estos pafses se dispusieron 4 otorgar derechos politicos, cuestién compartida porlaenorme mayoriadelas ferministasen todoel orbe. Y aunque esto +hasignificado s6loel primerpaschaciala ‘ciudadania, marca unantesy un después én Ia historia del reconocimiento de los derechos humanos, El feminismo, que parecis languidecer después de estas conquistas, reaparece fortalecido en la década del 60. A este momento se lo designa “segunda ola”, Para diferenciarlo del movimiento iniciado a fines det siglo xx. Nuevas ur- genciasingrésaron comoexpresiéndelas transformaciones sociales, econémicas y culturales que se hicieron presentes en todas las sociedades. El feminismo Teconocié entonces una enorme activi- dad critica, permitiendo un crecimiento te6rieo de gran proyeccién en todas las Ciencias sociales y humanas, Del “fe- minismo sexista”, que reinauguré con fuerzala busqueda de liberaciony demas derechos, se pasé.a una multiplicidad de enfoques teéricos y politicos. Lugares centrales en las renovadas teorias femi- nistas fueron ocupados por el problema de la identidad, la diversidad en ma- teria de sexualidad, la reivindicacién del género como una nocién analitica fundamental para estudiar la historia social, la desnaturalizacién de la dife- rencia sexual, la creacién de repertorios gnoseolégicos, la diferenciacin de las mujeres sogin etnias yclases,lalibertad de clegir en materia reproductiva. Las denominadas posiciones “posmodernas” ©, tal vez mejar, “posestructuralistas”, alcanzaron particular profundidaden la critica feminista y ésta fue una cantera peculiar para la renovacién del pensa- mtiento en todos los érdenes, Muy diver- sas posiciones en torno de la libertad, la igualdad, el reconocimiento de las dife- rencias y la justicia se han enriquecido gracias a la aecién transformadora de lasmujeres quecontaron, en las tiltimas décadas del sighoxx, con nuewos aliadosy especialmente con una més perceptible sensibilidad social para un nuevo pacto de convivencia entre los sexos. Mds alla de las diferencias entre los diversos femi- nismos, todescoincidenen reivindicar los

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