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MARÍA CLARA LUCCHETTI BINGEMER

ABBÁ: UN PADRE MATERNAL


El discurso de Dios como Padre y Madre ya no nos resulta, afortuna-
damente, nada extraño. Es, además, un discurso que responde a la
exigencia de que hombres y mujeres, en pie de igualdad, puedan lu-
char en nuestro mundo (y en nuestra Iglesia) por los ideales que digni-
fican la vida humana. Este artículo presenta los fundamentos bíblicos
de este discurso y su posible aplicación a la teología de la creación y a
la teología trinitaria.

Abbá: un padre maternal, Estudios Trinitarios 36 (2002) 69-102.


La historia de nuestro tiempo dad y la validez de las normas tradi-
aparece esencialmente como his- cionales. Piensan que toda postura
toria de la emancipación de la hu- frente al autoritarismo abre las
manidad respecto a las concepcio- puertas a la anarquía. Hay que to-
nes patriarcales y autoritarias de mar en serio a los que elevan su
la vida y de la sociedad. Si esto fue- voz contra el laxismo creciente
ra definitivo, significaría que la pa- en la sociedad. Sin embargo, mo-
ternidad de Dios es una idea ana- vimientos conservadores o neo-
crónica. En nuestra época se dan conservadores, de ortodoxia
batallas por diversos tipos de ideológica de derecha o de izquier-
emancipación. da, no consiguen detener el de-
De un lado, las inmensas masas seo de emancipación. Los que con-
de oprimidos han tomado concien- sideran la emancipación como una
cia de la injusticia de su condición: panacea y los que la encaran como
los pobres que no ven en el hori- una enfermedad mortal, nos lle-
zonte ninguna mejora, las víctimas van, unos y otros, a caminos sin
del racismo y de la dictadura, las salida.
mujeres que todavía son tratadas Es tiempo de preguntarnos si
como seres inferiores, los jóvenes la verdadera emancipación no es
que tienen la impresión de que no aquella que el hijo pródigo descu-
se les ofrece nada, los miembros brió cuando volvió a la casa del
de la Iglesia cuyas voces no son Padre, al hogar donde reinaba el
escuchadas por sus dirigentes. De amor abierto a todos, la casa don-
otro lado, los que están preocupados de el orden existente no era do-
en defender la cohesión de la socie- minador ni la libertad anárquica.
DIOS PADRE EN LA BIBLIA
La palabra Padre evoca imáge- llo de mujeres, de niños y anima-
nes y símbolos que se repiten in- les; un rey en su aposento real...
cluso en los sueños: un hombre a Pero también evoca la mirada afec-
la entrada de la tienda, el murmu- tuosa, la bendición, el cabello gris,

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el cuerpo que se curva, el lecho do” (Sal 78, 3-7).
de muerte. Todo esto todavía no remite
En tiempo de los patriarcas el directa y rápidamente a Dios
jefe del clan era referencia obliga- como padre. Nuestra imagen de
toria incluso para el descubrimien- Dios y nuestra lectura del AT está
to de su Dios. Su Dios era un Dios condicionada por la mirada y la in-
patriarcal. Si nos situamos en el vocación de Jesús, cuando dice “Pa-
origen de la fe israelita, las tradi- dre nuestro”.Y también porque Je-
ciones bíblicas difieren en cuanto sús se presenta como “hijo de Dios”
al origen de la fe en Yahvé. Por una y por nuestra filiación divina.
parte, el nombre de Yahvé apare- No se puede buscar, sin más,
ce del principio al fin del Génesis en el AT, el modelo y la base obje-
y se remonta a los orígenes de la tiva de la “religión del padre”. El
humanidad (Gn 4, 26). Por otra antropomorfismo de Dios como
parte, según Ex 3, 13-15, el nom- padre no es tema principal de la
bre de Yahvé se revela por prime- teología veterotestamentaria y se
ra vez a Moisés. En esta línea, Gn trata con extremada reserva.
35, 2-4 indica claramente que los La representación de una pa-
antepasados de Israel adoraron ternidad física de Dios queda ex-
otros dioses diferentes de Yahvé. cluida en el AT: Yahvé no tiene
Y, además de Yahvé, emplean otros mujer, ni sexo determinado, ni
nombres, algunos de carácter más tampoco hijos. No cuenta para él
personal, para referirse a Dios, la categoría de la sexualidad, a di-
como “el Dios de Abrahán”, “el ferencia de lo que sucede con tan-
Dios de Abrahán tu padre” o “el tos dioses ubicados en la cercanía
Dios de Abrahán, Isaac y Jacob”. La de Israel. Dios es padre por “adop-
relación del hombre con Dios apa- ción” (2S 7,14; Sal 2,7)
rece por la analogía padre-hijo, en El pueblo de Israel se auto-
las narraciones patriarcales, donde comprende como hijo adoptado
el papel de la madre es secundario. por Yahvé, por elección libre y
Los relatos patriarcales tienen soberana (Os 11, 1; Jer 3, 19). El
innegablemente un carácter pa- Sal 109, 13 y Pr 3, 12 confirman la
triarcal. El Dios de Gn 12 es un experiencia divina de Israel sobre
Dios que acompaña, guía y prote- la naturaleza del padre humano. El
ge la familia, prototipo de la fami- hecho de que Dios pueda presen-
lia humana, o sea, de la humani- tarse con el símbolo de “padre”
dad. La promesa y bendición divi- se percibe como un beneficio para
nas apuntan hacia el futuro y to- los hombres.
man como referencia el pasado de Un Dios padre majestuoso y
la gran familia humana. Abrahán – bueno aparece en alguno de los
Isaac – Jacob – doce hijos – doce textos más significativos del AT.Así,
tribus. Israel comprendía su pre- el Segundo Isaías, en la tribulación
historia como una sucesión de del exilio, apela a la libertad y a la
“padres”. Y la memoria del pue- soberanía de Yahvé con las imáge-
blo es guardada según lo que nes del alfarero y del padre (Is 45,
“nuestros padres nos han conta- 9-11; 63, 15 ss) Estos textos ex-

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presan la fe del pueblo que cree tima de Dios. El hilo conductor
que su destino depende de la mi- más adecuado para la revelación
sericordia de Yahvé. de Dios como padre, es segura-
Por tanto, el AT no se ha fun- mente su condición de Creador,
dado en la visión que tiene su en- que está por encima de los condi-
torno cultural sobre el padre hu- cionamientos patriarcalistas o bio-
mano, para expresar la esencia ín- lógicos.
DIOS, EL CREADOR

La palabra creadora de Yahvé deja este secreto para el Padre (cf.


constituye la naturaleza de las co- Mt 24,36).
sas en su origen y actividad (Is 40,
26; Jb 37, 6; Sal 147, 15). El cosmos Creación y ecología
es fuente de revelación de Dios
porque es Dios quien llama a las El esfuerzo que viene haciendo
cosas del no-ser para que sean. Y la teología sobre la problemática de
lo hace por su palabra: Dios dice y la Creación denota que, en la cues-
aquello es hecho de la nada. Sólo tión ecológica, está en juego mu-
Dios es creador porque sólo él cho más que un tema exclusivo de
es capaz de crear a partir de la la teología. La cuestión ecológica nos
nada (Is 40,25-30; Jb 38). sitúa ante el futuro de las relacio-
Sin embargo, Dios crea ponien- nes hombre-naturaleza-Dios.
do orden en lo creado. Su palabra En este contexto, aparece el
estructura el caos.Al mismo tiem- carácter central del concepto de
po, el Creador dialoga con su cria- Dios como Padre y Creador. Dios
tura humana. Es una manera de Padre es autor de la vida, es crea-
concederle un inmenso respeto. dor y salvador del mundo. El man-
Todo esto, desde una especie de dato de dominar la tierra ha pasa-
dulzura fundante, que será la base do por muchas interpretaciones
del sermón de la montaña, cuan- a lo largo de la tradición cristiana.
do será proclamada la perfección La interpretación, que tal vez más
del Padre (Mt 5). se impuso en medios no cristia-
Al decir que Dios crea “en el nos, tendía a interpretarlo como
principio”, no se opone la eterni- si fundara un comportamiento
dad del mundo creado a la de Dios. arrogante del hombre sobre la
Sólo Dios es principio de lo que naturaleza. Otras interpretaciones,
existe: el mundo viene después, lejos de presentar una visión an-
aunque no se puedan establecer tropocéntrica del hombre sobre
fechas cronológicas para la pos- la naturaleza, ponen de relieve una
terioridad de lo creado. Ese “ori- comprensión contemplativa del
gen sin origen” encuentra su fuen- mundo, que debe ser amado y res-
te en la inefable paternidad divina petado como signo mediante el
y es incomprensible sin un “fin”, cual Dios se revela.
que nos es desconocido. Incluso La acusación y desconfianza
lo desconoce el mismo Hijo, que que se mantienen en referencia a

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la interpretación del mandato del persona humana y el planeta tie-
Génesis tiene como consecuen- rra pasan a tener derechos igua-
cia la sospecha de una concepción les. El hombre es conciudadano de
individualista del ser humano; la una comunidad de seres vivos que
visión del hombre separado de la lo antecede en su emerger de
naturaleza, que puede ser conquis- manos del Creador.
tada y destruida en nombre del El camino teológico para la
progreso; y, finalmente, la lucha del superación de la crisis ecológica,
hombre por la vida se transforma está en volver a preguntarse so-
en instinto amenazador que pesa bre el Dios de la revelación judeo-
sobre todas las otras formas de vida. cristiana, de quien la creatura hu-
Teológicamente, optar por una mana es imagen. Un Dios que se
visión de dominio dictatorial del manifiesta, no por el dominio, sino
hombre, es introducir una escisión porque abre su mano a los seres
irreparable en la propia idea de la humanos y les ofrece sus prerroga-
creación, separando el hombre del tivas. Un Dios que viene humilde a
cosmos. Es expulsar de la vida cris- su creación para revelarse, hacer
tiana, de su teología y espirituali- morada, conocer y ser conocido.
dad la noción, tan presente para los Conocer a Dios es insepara-
antiguos, del cosmos como una epi- ble de amar a Dios y a la creación.
fanía, manifestación de un misterio Conocer la creación será poner-
que pide reverencia y respeto. se, modesta y maravilladamente,
El cristiano debe recuperar una en la escuela del amor que mira,
mirada contemplativa, extasiada, ve con respeto y entra en rela-
para ver en el mundo, en la reali- ción. El mundo, así considerado,
dad, en todos los seres vivientes, será diáfano y trasparente ante la
la marca común de criaturas de mirada humana, hecha capaz de
Dios.Tenemos que aprender a ver contemplación y adoración.
el mundo como creación divina,
morada de Dios y del ser huma- El ser humano y la creación
no. Podemos encontrar las fuen-
tes de inspiración, de este impe- El ser humano está llamado a
rativo, en la vida y experiencia de descubrir en el mundo su lugar de
muchos santos. alianza y comunión con la totali-
dad del cosmos. El punto de par-
Del antropocentrismo al teo- tida de la antropología cristiana es
centrismo el hecho indiscutible de la terre-
nalidad de la especie humana. El
La teología cristiana ha de pa- capítulo 2 del Génesis llama al
sar del antropocentrismo, que lleva primer hombre –a él y a toda la
a la crisis de la paternidad, al teo- especie humana por él simboliza-
centrismo, es decir, a la visión de la da- el terreno. Ése es el significado
centralidad de Dios que es Padre de Adán (Adamá). Como las de-
Creador y también Espíritu y vida más especies animales, la humani-
que habita en el hombre y en el dad está compuesta de tierra. Bro-
cosmos. En esta perspectiva la ta de la tierra y del aire y depen-

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de de tierra y aire para respirar, que el mundo es gracia.
alimentarse y mantenerse en vida. La presencia de Dios en la
Al tiempo en que se descubren creación, todavía esclavizada, es
y autocomprenden como “ser de don, pero don vulnerable, expues-
la tierra”,Adán y su descendencia, to y herido por el desorden que
perciben también que la tierra no el mal inaugura e instaura en la
les pertenece. La tierra, en cierta historia. La preocupación por el
manera, “resiste” al hombre, que mundo implica un despertar éti-
por esto en algunas tradiciones la co, que consiste en restituir al
proclama sagrada, venerándola hombre y a la mujer, desposeídos
con cariño filial, como Madre pre- y expoliados, el cosmos que es el
ñada de vida. El sujeto de la crea- lugar que les pertenece y en el que
ción, para la Biblia, es Dios. Y la pueden vivir con dignidad, como
creación, toda ella, posee capaci- hijos de Dios.
dad generadora de vida. El Dona- La primera forma de restitu-
dor de vida por excelencia es ción es la cósmica y ética. Esta res-
siempre, en última instancia, el Es- titución se da bajo la forma de la
píritu de Dios. materia a la que el ser humano tie-
Mundo y hombre son copartí- ne derecho. Se da en forma de
cipes de la vida de Dios. Y si al “devolución” del pan al hambrien-
hombre le es dado algo más, es la to, del techo al exilado, del agua al
responsabilidad de ser guardián y sediento.Ayudar a los necesitados
protector de la vida creada. El significa restituir un pedazo del
hombre es el representante del cosmos a quien primero se ha
Dios de la vida y la obra de sus desposeído de los bienes del mun-
manos en medio del cosmos (cf. do. Este gesto es el parámetro del
Gn 1,28-31). juicio escatológico (Mt 25, 31-46).
La segunda forma de restitu-
Una creación no reconciliada ción es la dolorosa. La creación
es también lugar de lo patético, de
Aunque buena y digna de re- lo padecido, de la vulnerabilidad
verencia, lugar y morada de la vida, afectada. Si hay que restituir signi-
la creación no es una grandeza fica que hay una pérdida, una ca-
harmónica y en sí misma reconci- rencia, un sufrimiento originado
liada. El mundo es una grandeza por una agresión anterior. Y esta
dividida, conflictiva, sufrida, porque pérdida inscribe en el cosmos la
está atravesada por el mal y “so- marca del pathos. La utilización
metida” por él.Todas las criaturas desordenada de los recursos de
participan de esta condición y jun- la naturaleza hacen sufrir tanto al
tas gimen y esperan la liberación ser humano como a la naturaleza.
(Rm 8, 19-22). El cristianismo pro- Exponiéndose a “estar en el
clama que sólo el paso por el do- mundo” (Flp 2, 5-11), Dios mismo
lor creativo y mesiánico de la nue- asume, en la carne vulnerable de
va creación, inaugurada con la en- Jesús de Nazaret, las consecuen-
carnación, vida, muerte y resurrec- cias de la interacción con las co-
ción de Jesucristo, permite decir sas y el cosmos. Fueron y son su-

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yos también los sufrimientos cau- la fe en que Dios Padre desea ha-
sados por las calamidades no con- cer efectiva, ya en la historia, la
trolables. El sufrimiento inmereci- salvación que se consumará en la
do, todo lo que es experimenta- meta-historia. El cristiano está lla-
do como penoso, pertenece tam- mado a amar de todo corazón
bién al sufrimiento de Dios encar- este mundo, al que Dios “tanto ha
nado en Jesús. amado que envió a su Hijo úni-
La encarnación del Verbo, por co”( Jn 3, 16-17) y al Espíritu de
su parte, remite a la creación en vida y santidad. La “figura” y finali-
el origen de los tiempos. Algunas dad entre el Hombre, Dios y la
corrientes teológicas ven la crea- Naturaleza es el amor, no sólo
ción como el primer gesto de des- extático y afectivo, sino también
pojamiento de Dios, el cual, para efectivo y transformador. Cosmos
crear un mundo “fuera” de sí, ha y hombre llevan, en su mismo ser,
tenido que abrir “dentro” de sí un su común destino de salvación.
espacio a la finitud. En ese espacio Lo creado ha de ser salvado
abierto y “capaz” de finitud va a por llevar en lo más profundo de
emerger el cosmos, que es “capaz”, sí la presencia de Dios Padre, crea-
por su parte, de recibir a Dios dor y salvador. El cosmos es nues-
como presencia vivificadora y vul- tro espacio soteriológico, donde
nerabilidad enamorada y salvado- podemos experimentar y ser ex-
ra. La naturaleza no está corrom- perimentados por el Espíritu de
pida sino simplemente herida. Dios que habita en la creación.
Además, el hombre es responsa-
Creación y praxis histórica ble del futuro del cosmos, llama-
do a construir una historia y a
No se puede olvidar que el cuidar de la supervivencia de toda
cosmos es también el lugar de la la creación. La interpelación eco-
praxis histórica. La propuesta cris- lógica recuerda y mantiene esa
tiana es propuesta y oferta para mutua fecundidad de persona y
recuperar y rescatar –salvar- el planeta, en amorosa filiación del
sentido del cosmos y del hombre común Padre creador.
y realizar así una nueva creación. Volverse atentamente sobre el
Esta novedad, que el cristiano está tema de la creación significa, para
llamado a introducir en la crea- el pensamiento cristiano, tocar en
ción y en la historia, no es otra la hondura misma del misterio que
cosa que el designio originario de lo anima y da consistencia y que
Dios Padre Creador y Salvador. se revela como misterio de salva-
La teología cristiana parte de ción.
EL PADRE DE ENTRAÑAS MATERNAS

La revelación de Dios Creador menino y de la maternidad en


y Padre ha llegado a su plenitud Dios. Durante los últimos años se
en Jesucristo. Esto va a conducir han escritos muchos valiosos ar-
también a la revelación de lo fe- tículos y libros sobre este tema.

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El pensamiento feminista dor, no como alguien que se im-
pone de manera machista sobre
En los años 60 y 70 el movi- los restantes seres humanos.
miento feminista ha participado de Incluso la teología masculina ha
las recriminaciones antipaternales puesto de relieve, en el concepto
y antiautoritarias en clave antimas- paterno de Dios, el hecho de que
culina. El asesinato del padre es un Dios es principio de una vida nue-
“adiós al patriarcado” que quiere va y protector de la vida a la que
superar la visión que ha atribuido ha dado origen. En ese sentido el
valor universal sólo al varón, olvi- Dios de Jesucristo es Abbá, Dios
dando la aportación femenina a la próximo, materno, en el cuidado
historia.Ya a comienzos del s. XX que tiene por los hijos y por la
actuaba una nueva hermenèutica atención que ofrece a la humani-
de lo femenino en el campo teo- dad.
lógico, la cual acusaba una forma Con la maduración del pensar
de institucionalización religiosa femenino y con la emergencia de
culpable de imponer esta equiva- otras tendencias, se ha descubier-
lencia:“Dios es varón, entonces el to una instancia más profunda: es
varón es Dios”. En su obra Más necesario distinguir entre el hom-
allá de Dios Padre, de los años 70, bre (varón) y Dios. Hay que recu-
Mary Daly declaraba la instaura- perar una filiación (estar en rela-
ción de un nuevo y diverso sim- ción) con el Padre liberada de las
bolismo religiosa. El “padre” ase- tendencias machistas.Tanto la mís-
sinado por el feminismo es el tica como la tradición monástica
modelo del ser y del actuar con del siglo pasado llevan adelante la
el cual el hombre se ha identifica- instancia de libertad y de identi-
do erróneamente en nombre de dad femenina. Esta tradición per-
Dios. cibió algo importante: no se pue-
Otras vías del pensamiento de ver a Dios como Padre desde
feminista ofrecen una atención una perspectiva de exclusión y
crítica al símbolo del Padre, subra- sometimiento de lo femenino.
yando el peligro del paralelismo El pensamiento femenino cris-
con el concepto de “patrón”. Hay tiano recupera y subraya, especial-
que separar el apelativo paterno mente en la figura de María, un
dado a Dios de la visión latina de estatuto de “hija mujer” de altísi-
pater-familias. En contra de lo que mo valor. La semejanza con el Pa-
solía suponerse, el verdadero sig- dre se establece en la máxima pre-
nificado de la paternidad de Dios, rrogativa divina, el ser donador de
no se sitúa en la línea del padre de vida.Y la misma subjetividad de la
familia de la tradición romana. La mujer recibe una fuerza y una li-
revelación judeo-cristiana funda su bertad inalcanzable de otra forma.
visión del padre en el símbolo más
fértil de la dependencia, de la crea- El verdadero sentido de la
turidad, de la confianza de estar paternidad de Dios
estrechamente unidos y relacio-
nados. Dios es Padre como crea- Volviendo a la referencia de la

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feminidad-eternidad divina, opera- compañeras de los hombres y tra-
da por el pensamiento femenino, bajar con ellos, de igual a igual, en
permanece aún abierta la urgen- lugar de hacerlo como seres infe-
cia de recuperar el sentido y sig- riores o menores, hay un núcleo
nificado más auténticos de la pa- de legítima base teológica. El ser
ternidad de Dios, más allá de la divino que nos ha creado, redimi-
necesidad de seguir conservando do y santifica no se identifica con
este nombre como referencia un sexo más que con el otro. En
simbólica y litúrgica. cuanto trasciende a ambos sexos,
Con la guerra de lo femenino Dios vincula a los hombres y a las
contra la tradición patriarcal se mujeres, sin suprimir la riqueza de
puso en crisis la continuidad de la las diferencias.
transmisión de los valores mascu-
linos sobre los que se funda la Principio masculino / princi-
identidad del mismo varón. El pa- pio femenino
dre de hoy sufre las consecuen-
cias de la des-universalización de Creemos que hay un principio
lo masculino. El feminismo ha femenino, como también un prin-
mostrado que el hombre es un cipio masculino en el hecho de que
“rey desnudo” (Elisabeth Badin- estamos creados a imagen de
ter). El feminismo no es el único Dios, salvados por el misterio pas-
responsable de la crisis de la mas- cual, y moldeados en nuestro nue-
culinidad. Hay que decir, además, vo ser por el Espíritu de Dios. Pero
que en el feminismo se da el peli- el principio masculino ha sido re-
gro de querer ver con lucidez los conocido mucho más ampliamen-
límites y carencias de los hombres te. Por eso es más importante que
y de querer llegar a hacerse supe- el principio femenino haya sido sa-
rior de manera distinta a la que cado del sometimiento a que había
los hombres lo han sido respecto sido mantenido en estos siglos de
a las mujeres. tradición judeo-cristiana. Es tiempo,
Para los hombres, interiorizar por tanto, de repensar nuestra fe
a la mujer fue cuestión teórica, en Dios. Una fe que sólo lo identifi-
radicalizada para poder acercarse que con características masculinas
a ellas sin temerlas. Por su parte, es incompatible con la revelación
la mirada femenina sobre la efec- cristiana y con el Dios de amor re-
tiva “desnudez” masculina, si no velado plenamente en el NT.
viene unida a una capacidad de Sólo una imagen masculina y
amor y misericordia hace difícil femenina de Dios, que integre la
que la mujer se ponga en el lado plenitud de la humanidad –mascu-
del hombre. Esta mirada puede ser lino y femenino- y también la rea-
altamente desagregadora. lidad cósmica, puede servir ade-
Nuestras antepasadas “veían al cuadamente como símbolo de lo
hombre como un Dios” y proba- divino. Si el ser humano es la ima-
blemente tenían una vida más sim- gen de Dios (Gn 1 y 2), exami-
plificada. Pero, en el deseo y lucha nando el concepto que tenemos
de las mujeres que quieren ser de la imagen (el ser humano), ve-

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mos analógicamente las caracte- cuentran aspectos femeninos y
rísticas del modelo (Dios). maternales.Así, no solamente po-
En la tradición judeo-cristiana, y demos encontrar a Dios como
aún hoy en la llamada civilización Padre fuerte, sino también como
cristiana-occidental, este concep- Madre compasiva, consoladora y
to ha sido decididamente andro- protectora, que revela fuerza, pero
céntrico.Así en la tradición yahvis- también creatividad, equilibrio y
ta del relato de la creación (Gn 2, belleza.
18-24), lo mismo que en los rela- El Dios del Cristianismo no es
tos de la alianza, el elemento divi- un patriarca solitario, sino que es
no (Dios, Jesucristo) es represen- una comunidad de amor entre
tado con rasgos masculinos, y el personas, en donde están integra-
humano y pecador (Israel, la Igle- das las diferencias y pluralidades.
sia) con rasgos femeninos. En Dios, la vida es un proceso ple-
Según San Agustín, la mujer pue- no de procrear y nacer (desde una
de ser considerada imagen de perspectiva femenina). La comu-
Dios en su alma racional, pero no nidad humana –hecha de hombres
en su cuerpo sexuado. El género y mujeres- encuentra en esta co-
masculino, en sí mismo, simboliza la munidad divina su semejanza.
excelencia de la imagen divina. El En el AT y NT, para referirse a
hombre (en cuanto varón) es teo- Dios, existen unos “núcleos” se-
morfo y el Dios universal de todos mánticos que abren el acceso a la
los pueblos se convierte en andro- realidad femenina del misterio de
morfo, toma la imagen del varón. Dios. Una de las expresiones usa-
De acuerdo con esta teología, das con frecuencia es “rachami”,
Dios siempre es llamado rey, juez, palabra que describe la clemencia,
patriarca, marido, señor y padre. la misericordia. La raíz de la pala-
La mujer sólo puede alcanzar el bra es “rechem”, que significa el
nivel de imagen de Dios cuando útero materno. Las “rachamin” se
pierde la feminidad, cuando renun- refieren a aquel lugar del cuerpo
cia a sus funciones sexuadas y tras- de una mujer en donde el niño es
ciende su sexo e identidad. concebido, nutrido, protegido,
Cuando esta antropología se donde crece y después es dado a
aplica a la imagen de Dios, empie- luz. La palabra compara el amor
za a darse una escisión o ruptura de Dios con el de una madre (cf.
entre la humanidad y la feminidad. Is 49, 15; Jer 31, 20; Is 42, 14)
Un Dios así concebido se identifi- Este amor invencible, que evo-
ca con un solo sexo, el masculino, ca la intimidad misteriosa de la
siendo un Dios opresor. maternidad, se muestra de modos
distintos en la Biblia hebrea. Apa-
Lo femenino y lo maternal en rece como protección, salvación
Dios (AT) en los peligros, perdón para los
pecados, como principio de fideli-
Aunque en las Escrituras y en dad, manteniendo las promesas e
la teología predominan los aspec- impulsando a la esperanza, a pe-
tos masculinos, también se en- sar de nuestras infidelidades (Os

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14,5; Is 45,8-10; Mi 7,19; Dn 9,9). sabiduría a sus hijos. El autor del
La “hesed” de Dios, la clemen- libro de la Sabiduría la retrata
cia profunda, la fidelidad para las como una presencia femenina en
personas, a pesar de sus infideli- la historia de la salvación. Ella era
dades y pecados, viene del cora- compañera y guía. Ayudó a los
zón maternal de Dios, de sus “ra- humanos en dificultades y peligros.
chamin”. Dios siempre será com- Pasó con ellos el Mar Rojo.“Abrió
pasivo e infinitamente tierno (Is 14, la boca de los mudos y soltó la
1). La fe de Israel es dirigida a este lengua de los pequeñuelos” (Sb
Dios como al útero de su madre. 10,21) de forma que pudieran ala-
Llama y pide protección amorosa, bar a Yahvé. Aquí se describe un
con palabras que hacen sentir y “tipo femenino” de presencia y
experimentar a Dios de modo actividad de Dios.
materno (cf. Is 63, 15; Sal 77, 9). Es útil comparar el relato de
El término “ruach” también es la creación en el Génesis, con la
evocativo. Significa “viento”,“espí- descripción de la actividad de la
ritu” o “respiración de vida”.Y es Sabiduría (Sab 7-8). En el Génesis,
de género femenino. A veces, en Dios forma “lugares” y crea for-
el AT, es una brisa suave o un vien- mas de vida. Nosotros lo asisti-
to fuerte (1 R 19,11; Is 57,13). A mos haciendo el mundo. El ve des-
veces, Dios envía el viento (Ez 1,4) de fuera y está satisfecho. Es una
o está en él. En el relato de la crea- imagen masculina. En el libro de la
ción (Gn 1, 2), cuando la “ruach” Sabiduría vemos la creación como
se mueve sobre la tierra, evoca la un proceso continuo de “orde-
presencia de una Madre Grande nar”, moldeando, inspirando, sos-
que da a luz la creación a partir teniendo, cambiando desde den-
de su útero generoso y amoroso. tro. Este trabajo sólo puede ser
Este mismo Espíritu aparece como captado correctamente por al-
“ruach”, madre de vida, y como guien que vive con la Sabiduría.
aquello que da respiración de vida
a todo lo que existe (Ez 36, 37; 1 S Lo femenino y lo maternal en
10, 6-10; 2 Re 3, 1 ss). En otro con- Dios (NT)
junto la “ruach” aparece como
Dios (Is 63, 10-11; Sal 51, 13). Es- En el NT no se encuentran los
tos pasajes son una base para lo mismos tipos de imágenes. Jesús
que será el Espíritu Santo en el es obviamente un hombre. El se
NT, que en muchos textos anti- refiere a Dios como Abbá-Padre,
guos aparece no como el Conso- apelativo masculino. El Espíritu
lador, sino como la Consoladora. Santo es llamado “pneuma” en
Otra expresión significativa en griego. El género de esta palabra es
el AT es la Sabiduría (hochmach, neutro, ni masculino ni femenino.
sophia), descrita como “la hija de Sin embargo en los escritos
Dios”. Con ella Dios crea y reali- joánicos aparece una palabra con
za su trabajo de dar vida. En Pro 8, fuertes raíces en la tradición cris-
23-31, la Sabiduría es imaginada tiana y que se refiere al misterio
como una madre que transmite de Dios. Es la palabra “ágape”, que

314 María Clara Lucchetti Bingemer


traducimos como “amor”.“Dios es pobres o los pequeños de este
amor” (1 Jn 4, 8-16). Es una palabra mundo. La reciprocidad trinitaria,
significativa, no porque tenga géne- primero y último elemento de
ro femenino en griego, sino por la todo lo que existe, es matriz para
profunda realidad que expresa. La la reciprocidad interhumana. El
ágape joánica es el amor de Dios Hijo y el Espíritu Santo son refe-
que se derrama sobre el mundo. Las rencias de un principio sin princi-
relaciones amorosas que instaura pio, Misterio absoluto, que puede
promueven y animan la comunión fundarse en el Padre. Así también
entre las personas. el hombre y la mujer son consti-
El amor de Dios por la huma- tuidos a través de la referencia a
nidad es la imagen y forma de la un dinamismo que los trasciende y
realidad más honda de Dios. El que constituye el misterio del ser
amor, así misteriosamente enten- humano, donde se incluye lo mas-
dido, es inclusivo, no dejando fue- culino y lo femenino, sin que haya
ra a nadie, y mucho menos a los supremacía de uno sobre otro.
LO FEMENINO Y LAS PERSONAS DIVINAS

Examinaremos ahora las carac- so para sus discípulos (Jn 4, 27).


terísticas femeninas de cada una La idea de que las mujeres son
de las personas divinas. Contem- parte y participantes activas del
plar la Revelación del Hijo Encar- Reino (Lc 10. 38-42), así como be-
nado y del Espíritu que opera en neficiarias privilegiadas de los mi-
el útero de la historia, nos permi- lagros, aparece en los cuatro Evan-
tirá llegar al Origen sin origen, el gelios (Lc 8, 2; Mc 1, 29-31; 5, 25-
Padre de toda paternidad. 34; 7, 24-30; y otros).
La actitud de Jesús con las
El Hijo mujeres tiene significado teológi-
co para nosotros. Aceptando las
En el Hijo, Dios se hizo carne mujeres tal cual eran, incluso sus
de hombre y mujer. El Jesús histó- cuerpos considerados débiles e
rico inició un movimiento caris- impuros, Jesús anuncia una antro-
mático itinerante donde hombres pología integradora que concibe
y mujeres trabajaban juntos como el ser humano como un compues-
compañeros. Distinto de Juan el to de cuerpo y espíritu, tanto en
Bautista, que enfatizaba la ascesis los varones como en las mujeres
y la penitencia, y de Qumrán, que (Mt 9, 18-29; Lc 7, 36-50).
admitía sólo hombres. El movi- Después de analizar las actitud
miento de Jesús se caracterizaba de Jesús con las mujeres, hemos
por la ausencia de prejuicios y por de considerar lo femenino en Je-
el no-cumplimiento de los tabúes sús. Todo ser humano es, al mis-
de aquella sociedad. mo tiempo, en diferente propor-
La actitud de Jesús con las ción, animus y anima, masculino y
mujeres fue considerada como femenino. Jesús superó el andro-
algo extraño en su tiempo, inclu- centrismo de su tiempo e integró,

Abbá: un padre maternal 315


en su vida y en su obra, muchas siempre, femenino. La “ruach” apa-
características del comportamien- rece como presencia del mismo
to femenino y masculino. Dios que trae y da a luz la vida. La
Los evangelios retratan a Jesús “ruach” hace nacer el cosmos del
como un hombre que no se aver- caos.Así, es el modo divino por el
gonzaba de sus propios sentimien- cual las contracciones divinas del
tos. Sentía la emoción y el dolor Padre Creador han hecho posible
que afligieron las rachamin de la existencia del universo.
Yahvé en el AT. Jesús llora por el Esta misma ruach, madre y
amigo Lázaro muerto, se lamenta fuente de vida, instala, en el cora-
de la ciudad responsable de su zón de la realidad, la diferencia
muerte (Lc 19, 41) y llora sobre los fundamental entre creación y
polluelos de Jerusalén que deseó Creador, abriendo la base para el
acoger bajo sus alas (Lc 13, 34). diálogo de alianza y amor. Tomará
Hay una mujer especial para posesión de los profetas (Ez 36 y
entender lo femenino en Jesús. El 37; 1 S 10, 6-10; 2 R 3, 15) y, en
Hijo, preexistente desde toda la textos más recientes, aparece
eternidad, es también el hijo de identificada con el mismo Dios (Is
una mujer, María (Mc 6, 3; Mt 13, 63, 10-11; Sal 51, 13). En el NT se
55; Jn 6, 42), nacido de mujer (Gal mostrará como tercera persona
4, 4). Sus contemporáneos se ex- de la Trinidad, que desciende en
claman: “¿No es éste el hijo del forma de paloma sobre Cristo, en
carpintero? ¿no se llama su ma- el Jordán y que es llamado Con-
dre María y está entre nosotros?” soladora, con acentos femeninos,
(Mt 13, 35; Mc 6, 3; Jn 6, 42). artesana de la creación nueva.
En el centro del misterio de la El Espíritu Santo es percibido
Encarnación, salvación para el gé- como el que trae la defensa y con-
nero humano entero, el NT pone a solación a la comunidad, en la au-
un hombre y una mujer, Jesús y sencia del Hijo. Toma el lugar de
María. Dios toma carne humana en Jesús, en la comunidad de fe, como
y por medio de la carne de la mujer. “otro Paráclito”, que vive entre
Dios no se hizo hombre para iden- nosotros, al lado de los bautiza-
tificarse solamente con la mitad de dos, como nuestra defensa y ple-
la humanidad, sino que se hizo car- nitud. Trae consolación y apertu-
ne, de forma que el camino al Pa- ra para la alteridad, para que per-
dre pasa por su condición humana, manezcamos unidos a Jesús, estan-
masculina y femenina. do separados de él. Sin ser el Hijo
o el Padre, es posible identificar a
El Espíritu este “otro”, que empieza a ser “la
Presencia” divina, en un mundo
En este contexto podemos que llora y se lamenta por la au-
hablar del Espíritu Santo como sencia del Salvador y se siente in-
Amor Maternal Increado, como seguro y amenazado de volver al
maternidad creadora de Dios.Te- caos primitivo.
niendo el significado básico de Algunas referencias de Jesús al
viento, el término ruach es, casi Espíritu, en el evangelio de Juan,

316 María Clara Lucchetti Bingemer


tienen connotaciones maternales. cos de lo femenino y maternal.
El Espíritu no nos abandonará Dios Padre es el Padre de Je-
como huérfanos (14, 18); nos con- sucristo. Sólo la relación de Jesús
suela, exhorta y conforta como con el Padre puede ser la llave de
madre amorosa (14, 26). Pablo interpretación de la paternidad de
habla del Espíritu como haciendo Dios. Para muchos creyentes el
las cosas que normalmente hace Padre aparece solitario, invulnera-
una madre: enseña a balbucear el ble, impasible. Pero esta idea está
nombre del Abbá-Padre (Rm 8, 15) lejos de la idea bíblica de Dios.
y de Jesucristo (1 Co 12, 3); y nos El Dios de la Biblia, el Señor
enseña a pedir de manera acepta- poderoso, Guerrero terrible,
ble y agradable a Dios (Rm 8, 26). Creador de todo lo que existe es
La concepción virginal de Ma- un Dios de clemencia y ternura,
ría es obra del Espíritu Santo, cuya misericordia (hesed) no des-
Amor Maternal, Amor que conci- fallece de generación en genera-
be, fértil receptividad divina, que ción. Las profundidades más pro-
hace posible lo que es humana- fundas de este Dios de clemencia
mente imposible. En la diferencia son comparables a un útero (ra-
intacta de María de Nazaret, per- chamin) movido de compasión
mite hacer surgir la diferencia más para con el Hijo amado.
diferente (eterna): la Palabra Encar- Ese Dios, de entrañas mater-
nada, Dios hecho carne en el úte- nas y que tiene un útero, es el Pa-
ro de la humanidad. El Espíritu dre que, siendo misterio del Co-
Santo –ruach del AT y pneuma del mienzo sin comienzo, Fuente de
NT- es el Amor divino-maternal Vida, no puede ser simplemente
del Padre, que hace posible la con- Padre, sino que debe ser al mis-
cepción humana de Cristo, y se mo tiempo Padre y Madre.
expresa en ella. Si el Hijo sólo viene del Padre,
este evento que da vida debe ser
El Padre considerado desde la procreación
y nacimiento. Un Padre que gene-
El Hijo y el Espíritu Santo nos ra un hijo y lo trae al mundo, no
conducen hasta el Padre invisible, puede ser sólo padre, sino que ha
el Abbá de amor eterno, Comien- de ser un padre materno. Eso sig-
zo sin comienzo, Misterio sin fin, nifica que Dios es ambas cosas: es
que está más allá de lo masculino el Padre materno del único Hijo
y femenino, pero que los funda- por él engendrado y es la Madre
menta en su Amor eterno. Este paterna del único retoño que nace
misterio es la expresión más ex- de ella. En el XI Concilio de Toledo
celente de la paternidad del Dios (675) se afirma:“... nosotros hemos
al que Jesús llama Abbá-Padre.Tan- de creer que el Hijo no vino de la
to en la alegría (Mt 11, 25-27) nada ni de cualquier otra sustancia,
como en la angustia (Mc 14, 32- sino que fue generado o nacido (ge-
42) o en la devoción solemne (Jn nitus vel natus) del útero del Padre
17, 18) puede encontrar la teolo- (de utero Patris)” (DS 526).
gía, en este Padre, los rasgos bási- Sin recurso a las categorías

Abbá: un padre maternal 317


patriarcales, la sabiduría de la Igle- dor y paciente. En la pasión del
sia ha sobrepasado el monoteís- Hijo, el Padre materno y el Espíri-
mo patriarcal y el panteísmo ma- tu de Amor se unen a aquellos que
triarcal. La doctrina cristiana so- tienen que aprender, viviendo y
bre el misterio del Abbá de Jesús, sufriendo, a ser humanos en co-
Padre materno y Madre paterna, munidad agápica. En la pasión del
abre el camino a una comunidad amor trinitario se realiza la plena
de hombres y mujeres que, “en la integración y redención de todas
unidad del Espíritu Santo” (2 Co las dimensiones del ser humano.
13, 13) debe superar privilegios y
dominaciones de cualquier tipo. Conclusión: creo en Dios que
El Dios en clave patriarcal apa- es Padre Maternal
rece distante y soberano, invulne-
rable a los dolores y sufrimientos La desaparición de las estruc-
de la humanidad, silencioso ante turas patriarcales implica una re-
la cruz del Hijo. En contraste, el volución que afecta al lenguaje
Abbá de Jesús participa y está apa- humano sobre Dios. Un cambio
sionadamente implicado en los paradigmático que jamás se ha vis-
sufrimientos del pueblo de Israel. to en la historia de la doctrina cris-
En la Pasión del Hijo, el Padre tiana. La imagen divina se encuen-
llega a la máxima apertura amo- tra tanto en las mujeres como en
rosa y universal. Entregando al los hombres. Si el Dios en quien
Hijo amado en manos de los hom- creemos tiene características mas-
bres, el Abbá es entregado también. culinas y femeninas, para descri-
Sufre en su útero divino de Padre bir a Dios habrá que usar palabras,
maternal, el dolor infinito, la im- metáforas e imágenes masculinas
potencia angustiada, la muerte de y femeninas.
su paternidad materna, crucifica- Si tanto las mujeres como los
da en la Cruz del Hijo.Y en el mis- hombres son teomorfos, es nece-
mo movimiento de amor trinita- sario que Dios no sea descrito o
rio, la pasión de Dios, que es Pa- pensado simplemente como an-
dre maternal, que es Hijo, que es dromorfo (en clave de varón), sino
Espíritu de amor, abre las puertas antropomorfo (en clave humana,
de la salvación a todos los aban- varón y mujer). Tendremos que
donados de este mundo. luchar con la pobreza del lengua-
De la muerte del Hijo, del do- je humano, limitado para expre-
lor del Padre y de la resistencia sar la majestad e inefabilidad de
paciente del Espíritu, brota la sal- lo divino. Pero tendremos que
vación, la liberación del dolor y del combinar los dos símbolos, los dos
sufrimiento. Dios nos deja libres lenguajes y las dos metáforas –lo
para que podamos vivir de amor masculino y lo femenino– para
compadecido, para que podamos conseguir una mejor descripción
realizarnos como humanos, varo- de lo divino.
nes y mujeres, en su amor crea-
Condensó: CARLES PORTABELLA

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