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5 consejos para motivar a tus

alumnos en clase

Es por ello que este artículo tiene la intención de


exponeros algunos consejos que me gusta tener presente
a la hora de enfrentarme a una sesión lectiva.

¿Cómo motivar a tus alumnos en clase?


1. Cooperativismo. El docente debe ser consciente de
que el concepto de clase magistral, de explicación
unidireccional como modelo único del proceso de
enseñanza-aprendizaje está obsoleto. Con ello no quiero
decir que debamos suprimirla. Lo que quiero decir es que
cada vez más debemos abogar por un mayor
cooperativismo dentro del aula, debemos conseguir que
los alumnos sean parte activa de ese proceso de
enseñanza-aprendizaje, que sean cosncientes de que
forman parte de aquello que les transmitimos.

Y eso se consigue mediante el trabajo en equipo, mediante


el aprendizaje cooperativo. En el aprendizaje cooperativo
el alumno es parte activa de la sesión lectiva y el docente
se sitúa en un segundo plano para organizar y asesorar a
sus alumnos.

El cooperativismo ayuda a motivar a tus alumnos, porque


se sienten partícipes de los contenidos que ofrece el
docente. Fomentar el cooperativismo no sólo es un
mecanismo útil para la motivación de los alumnos, sino
que parte del principio de la Educación inclusiva, de una
Educación de todos y para todos y en la que tiene cabida
la heterogeneidad, la ayuda mutua, el apoyo y el sentido
de pertenencia a una Comunidad.

Para saber más sobre cooperativismo os recomiendo el


artículo titulado Colaborar vs. Cooperar en el aula.

2. Versatilidad. Siempre he pensado que el profesor es un


profesional en constante evolución. Aquel profesor que no
evoluciona se convierte en un docente monolítico y ello lo
hace previsible, monótono y aburrido. No hay nada peor
que un profesor previsible a la hora de motivar a los
alumnos de un grupo.

Personalmente creo que la planificación no está reñida con


la versatilidad. Un profesor versátil es aquel sabe
adaptarse a las necesidades del grupo, que sabe cambiar
la metodología en función de la múltiples circunstancias
que tienen lugar en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Si el docente es capaz de adaptarse a todas las


circunstancias que rodean a su grupo, conseguirá motivar
a los alumnos y conectará mucho mejor con ellos.

3. Venta del producto. Los docentes somos algo parecido


a unos comerciales. Sí, unos comerciales. Porque lo que
hacemos es vender un producto, el del conocimiento. Y
vender un producto, sea el que sea, no es fácil. El buen
comerciante es aquel que es capaz de llegar al corazón
del consumidor, que es capaz de convencerle con
argumentos sólidos, que es capaz de hacerle creer que
realmente necesita consumir ese producto.

Con los profesores pasa algo parecido. En la medida que


seamos capaces de vender nuestro producto, el
conocimiento, más venderemos. Haced que ese producto
que es el conocimiento sea atractivo para vuestros
alumnos, hacedles ver lo bueno que es, hacedles sentir la
necesidad de consumirlo. Si lo conseguís, si conseguís
vender vuestro producto, os aseguro que motivar vuestros
alumnos no os supondrá ninguna dificultad.

4. Creación de expectativas. Personalmente, el hecho de


crear expectativas es un factor que me parece clave a la
hora de motivar a los alumnos. Si antes me refería a la
importancia de vender nuestro producto, en este apartado
me refiero al hecho de cómo envolvemos ese producto.

Y lo podemos envolver mediante la creación de


expectativas. El hecho de crear expectativas en clase
aumenta la curiosidad, el interés y, sobre todo, la atención
de tus alumnos. Si consigues crear expectativas, tus
alumnos estarán motivados a la espera de algo que tiene
que ser sorprendente, diferente, especial. P

ero no olvidéis que estas expectativas en un momento u


otro deben cumplirse, porque de no ser así pueden
perjudicarnos y perjudicar al grupo. A mí me gusta crear
expectativas de un día para otro y lo hago a través un una
frase misteriosa, de la proyección de una imagen
difuminada, diciéndoles que el próximo día les tengo
reservada una sorpresa que les va a encantar… Os
aseguro que funciona.

5. Refuerzo positivo incondicional. Esta expresión la


aprendí hace ya algunos años en un curso que se impartió
en mi centro. Fue una expresión que oí de un docente y
que desde ese día me ha acompañado en todas las
sesiones lectivas. Por refuerzo positivo incondicional
entendemos el hecho de premiar y agradecer a nuestros
alumnos su participación e interés en el aula.
Si antes hablaba de que la Educación debe transmitir
conocimientos de forma bidireccional, el refuerzo positivo
incondicional cobra más sentido que nunca. Debemos
saber premiar, valorar y agradecer de forma explícita la
interacción y la participación de nuestros alumnos.

Si de verdad queremos motivarles, debemos hacerles ver


que son imprescibibles en el aula, que les valoramos
enormemente, que contamos con ellos en todo momento,
que tenemos en cuenta sus opiniones, y que agradecemos
enormemente sus aciertos así como sus errores.

El refuerzo positivo incondicional consiste en dar a tus


alumnos una inyección de moral, en fomentar su
autoestima, en hacerles ganar en seguridad. Si así lo
hacemos, conseguiremos que aumente su motivación.

Motivar a tus alumnos en clase es un deber y una


responsabilidad. Si atendemos a la etimología del término
MOTIVACIÓN observaremos que viene del
latín motivus ‘movimiento’ y del sufijo -ción ‘acción y
movimiento’. Por tanto, motivar consiste en mover o, como
a mí me gusta decir, remover el interior de nuestros
alumnos a través de lo que saben y de lo que les podemos
enseñar. Si eres capaz de motivar a tus alumnos en clase
conseguirás de ellos su estima, su respeto, su
reconocimiento y su aceptación. ¿Necesitáis algo más?
Porque

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