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El Plan de Tuxtepec

El Plan de Tuxtepec fue la proclamación de un texto que exigía la destitución del


presidente de México, Sebastián Lerdo de Tejada, a quien se le acusaba de fraude electoral
y comportamiento dictatorial. Se redactó en la Villa de San Lucas Ojitlán0, en el Distrito de
Tuxtepec (de allí el nombre), en el estado de Oaxaca, el 10 de enero de 1876.

Antecedentes

El antecesor del presidente Lerdo de Tejada, Benito Juárez, murió en 1871, en ejercicio del
cargo, poco tiempo luego de la reelección. Para aquel certamen electoral se habían
presentado Porfirio Díaz y Sebastián Lerdo de Tejada. Díaz ya había acusado a Juárez por
reelegirse.

Al fallecer Juárez, Lerdo asume interinamente, hasta que se celebran elecciones en 1872,
donde participan Lerdo y Díaz. Se ratifica a Lerdo en el cargo, quien gobierna hasta 1876.
En estas nuevas elecciones vuelve a presentarse Porfirio Díaz contra Sebastián Lerdo de
Tejada, que aspira a ser reelecto. Díaz se manifiesta contrario a esta pretensión.

Sebastián Lerdo de Tejada aspiraba a reelegirse, por lo que buscó modificar el texto de la
Constitución para lograr tal objetivo. Compitió contra Porfirio Díaz en 1876, ganando unas
muy disputadas elecciones, donde además la Corte de Justicia dictaminó que existió
fraude, aunque el Senado las halló legítimas.

El candidato Porfirio Díaz, que se había opuesto a la reelección de Benito Juárez, también
se manifestó en desacuerdo con esta reelección, y manifestó que tal cosa dejaba en
evidencia el talante dictatorial de Lerdo.

Desarrollo de los acontecimientos

Porfirio Díaz redacta a finales de 1875 un documento que se convertiría en el Plan de


Tuxtepec. Los considerandos acusan a Lerdo de toda clase de tropelías: convertir las
elecciones en una farsa y promover el clientelismo, vulnerar la soberanía estatal, además,
se le acusaba de rodearse de “presidiarios y asesinos”, deteriorar la educación pública,
entregar los recursos del país a potencias extranjeras y tener al pueblo en la miseria.
En el documento se declara Ley Suprema a la constitución de 1857, así como también se
declara Ley Suprema al principio de no reelección presidencial. Así, declaraba ilegítimo al
presidente Lerdo de Tejada. Promovía una nueva elección general, no sólo presidencial,
sino también de gobernadores. Aquellos gobernadores que se adhirieran al plan
mantendrían sus cargos de modo interino hasta que se convocase la nueva elección. Los
que se negaran al Plan, serían destituidos y un jefe militar los reemplazaría en el cargo
interinamente.

El documento luego es presentado como un Plan en Tuxtepec el 10 de enero de 1876,


ligeramente modificado para añadir la designación de Porfirio Díaz como líder del “Ejército
Regenerador”, nombre con que se conoció a las tropas que se alzarían en armas contra el
Gobierno de Lerdo de Tejada. Adicionalmente, Díaz reconocía a José María Iglesias,
entonces presidente de la Corte de Justicia, como presidente interino. La proclama
definitiva fue firmada por un grupo de militares encabezado por Hermenegildo Sarmiento.

Acontecimientos posteriores

Una vez proclamado el Plan, comenzaron a alzarse en armas diversos regimientos y


guarniciones a lo largo del país, tomando ciudades y derrocando gobernadores. A pesar de
no reconocer la reelección de Lerdo como legítima, el presidente interino Iglesias no aceptó
llegar a tratos con Porfirio Díaz.

La rebelión de Díaz obtuvo su triunfo definitivo en la Batalla de Tecoac, el 16 de noviembre


de 1876. Tanto Lerdo de Tejada como Iglesias se vieron forzados a salir exiliados de
México. Lerdo murió en el exilio, en tanto que Iglesias regresó eventualmente a México,
donde Díaz intentó, sin éxito, sumarlo a su gabinete.
El Plan de La Noria

El Plan de la Noria fe un movimiento organizado por el general Porfirio Díaz, quien se


manifestó opuesto a la reelección de Benito Juárez. Se organizó en 1871, dando lugar a un
levantamiento armado que se conoció también como Revolución de la Noria. El plan fue
expuesto en la hacienda de la Noria, propiedad de Díaz.

Antecedentes

Benito Juárez había sobrellevado con gran habilidad un período de intensos conflictos en la
historia mexicana, como la Guerra de los Tres Años y la imposición del Segundo Imperio
Mexicano. Destacó como jurista y docente, por lo que gozó de gran aprecio entre la
población, pasando a la posteridad con el apelativo de El Benemérito de las Américas.
Ejerció dos períodos presidenciales, en principio apegado a la ley, aunque no exento de
conflictos, por ejemplo, contra la Iglesia y los militares, debido a la reducción de privilegios
que implantó.

A pesar de estar contemplado en la constitución que el presidente de México no podía


reelegirse, Benito Juárez se postula para un tercer período. Esto genera malestar en
diferentes sectores políticos. Su principal crítico era Porfirio Díaz, que también tenía
aspiraciones presidenciales. Contra toda crítica, Juárez se postula; lo que provoca un
alzamiento militar que es rápidamente sofocado. El 7 de octubre es reelecto para un
tercer período presidencial.

Esto provocó que se le acusara de haber fraguado un fraude con las elecciones. Porfirio
Díaz desconoció a Juárez y promulgó el Plan el 8 de noviembre de 1871.

Desarrollo de los acontecimientos

El plan proponía esencialmente la destitución de Benito Juárez, con el argumento de que


su reelección violaba el espíritu y la letra de la Constitución de 1857. A raíz del
pronunciamiento de Díaz, otros militares fueron sublevándose en otras partes del país,
hechos eco del descontento que les producía lo que consideraban un afán de Benito Juárez
para mantenerse en el poder de por vida.
El Plan de la Noria contó también con el apoyo de Sebastián Lerdo de Tejada, a la sazón
presidente de la Suprema Corte de Justicia, y reciente contendor electoral, tanto de Juárez
como de Díaz.

El gobierno de Juárez no dudó en enfrentar las sublevaciones. El titular del Ministerio de


Guerra, Ignacio Mejía, desplegó con éxito varios frentes que contuvieron a los sublevados.
Algunos levantamientos resistieron más que otros, como el de Vicente Jiménez en
Guerrero.

La llamada Revolución de la Noria comenzó a estancarse. Transcurrió un año durante el


cual los alzamientos se producían y del mismo modo eran neutralizados. De este modo, no
era posible llegar a una conclusión concreta. Además, como en todo conflicto, el
descontento entre la población se hacía cada vez más patente, en la medida que parecía
que no tendría fin.

Un acontecimiento no planificado, el 18 de julio de 1872, fue el detonante para el


desenlace: la muerte de Benito Juárez. Fue una excelente oportunidad para establecer un
alto en las hostilidades. La subsecuente subida al poder de Sebastián Lerdo de Tejada, y su
decreto de amnistía, allanaron el camino para cerrar el conflicto.

Acontecimientos posteriores

Porfirio Díaz se retiró de la actividad pública al concluir la Revolución de la Noria. Se


reincorporaría a la actividad política para ser electo presidente de México en 1876. Y a
pesar de haber iniciado un conflicto contra el afán reeleccionista de Benito Juárez, él
mismo se las arreglaría para ser reelectas nueve veces, siendo el presidente mexicano que
ejerció el poder por mayor tiempo.

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