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La técnica de facturación hidráulica (fracking), que se usa para la

explotación de los hidrocarburos no convencionales, está provocando mucha


polémica y dando mucho de qué hablar en el panorama de la opinión pública,
teniendo la técnica del fracking, tanto defensores, como detractores.

Pero conviene, antes de analizar sus ventajas e inconvenientes, que definamos


a qué nos referimos cuando hablamos de fracking.

Fuente: frackingargentina.org
El fracking o fractura hidráulica es una técnica aplicada a la extracción del
llamado “gas no convencional”, “gas de esquisto” o shale gas. A grandes
rasgos, el proceso del fracking consiste en la inyección a gran presión de agua,
arena y diversos productos químicos en reservas subterráneas, para fracturar
las rocas y liberar así gas y petróleo.

En el caso de EE.UU., pionero en practicar el fracking, llama la atención que


este proceso, por una parte, esté posibilitando la explotación de recursos antes
inalcanzables (desde la Agencia Internacional de la Energía se apunta a un
incremento de las reservas de gas de hasta 250 años), pero, por otra, sea
causa directa de la cancelación de buena parte de las inversiones en energías
renovables.

Desde las organizaciones ciudadanas y ecologistas se señala de forma critica


que esta técnica de extracción genera un alto impacto ambiental, así como el
uso de grandes cantidades de agua y ocupación de terreno, la emisión a la
atmósfera de contaminantes como consecuencia de la necesidad de transporte
de maquinaria, la contaminación de aguas subterráneas debido a la fuga de
fluidos de facturación y el vertido de aguas residuales al exterior con alto
contenido de metales pesados y la posible presencia de materiales radioactivos
además del ruido y daño a la imagen generados.

Por otra parte, se sabe que en algunos sitios, el fracking debido a la inyección
de fluidos podría disparar las fallas, conocidas o no en la zona y por tanto
provocar sismicidad de 1 a 3 grados en escala de Richter, se conocen algunos
ejemplos en los que puede ser la causa el aumento de extracción
por fracking de empresas petroleras entre otros casos.

Por añadidura, un reciente informe de la Universidad de Cornell (EE.UU.)


denuncia que la extracción de gas por fracking puede emitir incluso más gases
de efecto invernadero que la del carbón, pues parece que la perforación
horizontal de la roca provoca grandes emisiones de metano, un gas de efecto
invernadero con un potencial de calentamiento mucho mayor que el del CO2.

No obstante, la implantación del proceso parece imparable en la industria


extractiva: el fracking se usa en aproximadamente el 90% de los pozos
operativos, y la mayor parte de los nuevos lo requerirán para ser
viables. Las empresas que lo practican insisten en que el proceso es seguro y
lo cierto es que, como era de prever, el éxito de la técnica en Estados Unidos
ha atraído la atención del resto de países.

De no encontrar mayores obstáculos, se estima que esta técnica garantice el


suministro de energéticos a los Estados Unidos por los próximos 250
años aplazando el desarrollo de las tecnologías renovables ante la falta de
interés de los inversores.

Actualmente el Congreso de los Estados Unidos ha encargado a la Agencia de


Protección Ambiental (EPA) un informe detallado sobre los impactos que genera
este proceso en el agua potable, en la salud humana y en general en el medio
ambiente, lo mismo que ha hecho la Unión Europea, buscando conciliar la
aplicación de la técnica para garantizar las reservas tratando de generar el
menor impacto ambiental posible.

En Europa la tendencia general y las recomendaciones de expertos van en la


dirección de recomendar la paralización de las investigaciones y los permisos,
hasta que no existan los suficientes estudios, se cree la normativa adecuada y
se modifique la legislación actual en muchos aspectos que hasta ahora se
consideran insuficientes para garantizar la sostenibilidad.

A pesar de lo que pueda plasmar este informe, ni las evidencias científicas ni


los estudios que se puedan seguir haciendo ni el rechazo de un amplio sector
de la población evitarán que la técnica de la fractura hidráulica siga usándose en
diversas partes del mundo para poder solucionar el gran problema de la
escasez de petróleo dado que no se vislumbran técnicas de alto rendimiento en
la extracción y las razones económicas expuestas anteriormente. Lo que
podemos esperar es un adecuado marco regulatorio que reduzca en lo posible
los impactos negativos generados por la técnica.

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