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ciencia

.'e d e r ic a M iurtsenv: U n a-
m u n o y la lib e r t a d d el e s p í­
r it u . M iirfónn Y ifm a le s : P e -
ñ is c o la , pean a de un arago­
n é s ilu s tr e , ü. I.izrutiii L a s
m a n t il la s d e l a r te y su a m o r .
A lb erto U arsi: M o lin o s de
r ie n t o .- —O cta v io A l t e r o Le
a b s o lu t o , la lib e r t a d y la
c ie n c ia , -.tusé Poir.yj.-: L a v i ­
da y lo s l 'b r o s . Pu\v . L a
ru ta s in fin. N o v e la fa n t á s ­
tica y r e a l. —Ton\ G ibsni.:
La a d o le s c e n c ia . « m pii
C a r p ió : A m é r ic a a n te el m u n ­
do. -A n g e l .Sam blan cal: S u -
p e r t u r is m o d o la r, lien l),iy :
A n t im ilit a r is m o y a n a r q u ia .
P lá cid o B ra v o: D e v a n e o s .
En a p u r o s de p u r e z a .— A le ­
ja n d ro B e ick in a ii: K r o n s t a d t .
B e n ito M illa : E n el c a m -
Po. —F r ilz Bi u pbaohé: : M a r x
y B a k u n in .

Q e o ié ta Q ffle n é u a l Ayuntamiento de Madrid


PR E C IO : 80 FRS.
NUÜSTRA POSTADA

D e b e m o s al ex q u is ito p in cel d e Joaquín S orolla e s te m agn ífico cu a ­

dro d e c a ra cteres. S orolla n o es sola m en te e l p in tor d e la luz, d e esa

lu : d el litoral m ed iterrá n eo , in com p a ra b le p o r su tran sparencia, q u e

tien e su tonalidad extraord in aria en n u estro L ev a n te. S orolla nos da

aquí, n o m en o s acabada, una im p resión d e la recia person a lid a d d e los

hijos d e A ra gón , p r o c e r e s d e una raza indóm ita, ten a z, p rolon g a ción

y en ca rn a ción a la v e z d el paisaje, de esas estrib a cio n es pirenaicas

batidas p o r e l c ie r z o h ela d o. El a ra gon és p a r e c e tallado en la roca granítica.

A s í son su s h o m b res, sus gra n d es figu ra s h istóricas, y ejem p lo es es e

P e d r o d e L un a, cu ya recia silueta hallarán los le c to r e s p erfecta m en te

estudiada, en e s te m ism o n ú m ero , p o r la plum a d e u n o d e n u estros

más c o m p e te n te s co la b o ra d o res.

LAPENSÉE(HINOISEETSONROLE
DANS

LA GRANDE SYNTHÉSE HUMAINE REVISTA MENSUAL


por P aul G IL L E DE SOCIOLOGIA, CIENCIA
Y LITERATURA
Se tra ta d e un b re v e e s tu d io d e psico ­ Comisión de Redacción: J06é
lo g ía , en d o n d e , d e una m anera clara Peirats, Juan Ferrer, Federica
y concisa, q u e d a re fle ja d o el fo n d o m o­ Montseny.
Administrador: P. M ontseny. 4,
ra l q u e ha c a ra c te riz a d o , desde los tie m ­
rué B elfort, TOULOUSE (Haute-
pos más re m o to s, la filo s o fía d e los p e n ­ Garonne).
sadores chinos. Es u n a e x p o sició n o b je ­ Precios de suscripción: Francia,
tiv a q u e ha d e in te re s a r a to d o a q u e l 204 francos trimestre; Exterior,
240 francos.
q u e se c o m p la zca en e s tu d ia r la e v o lu ­ Número suelto, 80 francos.
ción d e l p e n s a m ie n to é tic o a l tra vé s de Paqueteros, 15 por 100 de des­
los tie m p o s y d e los p u e b lo s . cuento a partir de cinco ejem ­
Este o p ú s c u lo , in c lu id o s gastos d e e n ­ plares.
Giros: «CNT», hebdomadaire.
v ío , se sirve a 6 0 fra n co s. P e d id o s a C.C.P. 1197-21, 4, rué Belfort,
« C E N IT » , 4, ru é B e lfo rt, T oulouse TOULOUSE (Haute-Garonne).
(H a u te -G a ro n n e ).

Ayuntamiento de Madrid
lU V lbíA P I S O C IO L O G IA . CIENCIA ¥ l l í ZRÁI VRÁ
Año m T o u lo u se , n o v ie m b re 1 9 5 3 . N° 35

UNAMUNO Y LA LIBERTAD
1 DEL ESPIRITU 1
ODA la Prensa m undial se h a ocupado lange los discípulos de Hegel, de K an t y de Scho-
del incidente producido en Salam an­ penhauer, los envenenados a distancia por Nietsz-
ca, con m otivo del hom enaje a Una- che, los que bebieron los filtros ponzoñosos de toda
m uno preparado p o r un grupo de inte­ la filQsotfia de lejos o de cerca fecundada por la
lectuales extranjeros e n la «docta ciu­ Enciclopedia? U nam uno representa todo esto en
dad», y al cual h an puesto el veto las España. Es Krausse y el kraussismo, B üchner y
autoridades eclesiásticas y gubernati­ Darwin, Guyau y Croce; la duda y sus fecundas in­
vas de España. quietudes, la angustia de lo incierto y la fe fio ¡a
Alrededor de ese suceso, periódicos del que examina.
«bien pensantes» com o «Le M onde» se han visto ¿Cómo la España medieval representada por el
obligados a decir cosas acerbas en torno a la d ic­ franquism o podía tolerar que se homenajease todo
tadura franquista y al espíritu intolerante de la esto, producto d el infierno y ca m in o a él condu­
Iglesia española. cente, en la Salam anca purificada, curada de toda
Porque lo más chocante del caso es que Unamu­ ciencia especulativa y de toda veleidad de especu­
no jam ás fué ni m arxista, ni anarquista, ni un li- lación .posible?
brepensador. U nam uno m urió b ajo el régim en íran- ***
quista y asistió a festividades docentes al lado de Pero lo que la España de F ranco n o puede im pe­
la esposa del Caudillo en la misma ciudad donde dir es que, para el m undo, todos los valores autén­
n oy n o ha podido celebrarse el hom enaje organi­ ticos e internacionales de España nada tengan que
zado por los intelectuales ingleses, franceses y ver con el régim en y sus ideas dominantes. Para
am ericanos que pretendían honrar, en la persona la Poesía moderna, España es G arcía Lorca y Mi­
de Unamuno, a la cultura española. guel Hernández, los dos supliciados por la dictadu­
Unamuno, paradojal, contradictorio, espíritu agi­ ra. Es A ntonio Machado, m uerto en un cam po de
tado e inquieto, inestable filosófico y ,p olítico, no concentración. Es León Felipe, sím bolo de la Poe­
fué ni suyo ni nuestro. Fué un independiente en sía exilada. Para la Ciencia moderna, España es el
revisión continua de sus propias ideas, condenan­ profesor Altamira, muerto en el exilio; es el doctor
do hoy lo que ayer elogiara, com batiéndose a sí Márquez; es la pléyade de médicos, de catedráticos,
mismo, en su alegre furia crítica de iconoclasta. No de investigadores ilustres, desparramados por el
fue un ateo; fué un im pío. No fué un revoluciona­ mundo, proscritos por el franquismo.
rio; fué un rebelde a to d o molde, a toda idea he­ Para la Literatura moderna, España n o puede
cha, a sí propio. ser esa producción cursi de Federico Sanchíz, ni de
Eso probablem ente n o lo perdonan los jerarcas Gim énez Caballero; ni los plagios descarados de
del clero y de la Falange. En una época de obe­ D oña Julia Maura; ni esa floración de literatos fa ­
diencias ciegas —a los Caudillos y a los Jefes, a langistas entregados con desenfreno a la glosa de
los Conductores y a los Mesías— un hom bre irre­ la España vieja y podrida, de sus glorias malolien­
verente, analizador, imbuido de dudas filosóficas tes y de su espíritu inquisitorial.
constantes, es un peligro. Descartes y Pascal se­ España es y será siempre Joaquín Costa, y Giner
rian h oy considerados más suspectos que en el de los Ríos, y Sanz del Río, y D orado M ontero, y
tiem po en que florecieron, y el espíritu de Eras- Angel G anivet, y Galdós, y Pi y Margall, y Ruíz
mo y de Spinoza provocaría indignación en la Es­ Zorrilla, y Castelar, y lo que p rod u jo la generación
paña franquista. ¿Q u é decir de los sobresaltos que del 98, a la que perteneció Unamuno y de la que
producen a obispos, m onjas y analfabetos de Fa­ fu é el m áxim o exponente.

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Y hoy conocidos internacionalm ente n o hay más humanizadoras, han producido un curioso estado
que los críticos y los prosistas abiertos al mundo, de espíritu contrario a todos los derechos del es­
que se confundieron con el m ovim iento literario píritu. Se tiende a anteponer los intereses de las
general, sufriendo sus influencias e introduciendo com unidades por encim a de los intereses del indi­
en España sus inquietudes y las lentas y constan­ viduo. Y com o casi siempre el individuo y su in­
tes conquistas del espíritu, liberándose cada día terés están en contraposición con el conglom erado
un poco m ás de los dogm as, de todos los dogmas. de intereses que se unen para asegurar la supervi­
Com o la Rusia eterna será la de Dostoyewski y vencia de determ inadas form as tradicionales, ga-
Tourgueneíf, la de Pouchkine y G ogol, la de Tols- rantizadoras de determinados privilegios prácticos
toy y Gorki. Jamás el espíritu encadenado pudo o teóricos, de ahí que el anatem a contra tcd á ma­
producir obras geniales. Y cuando las produjo, co­ nifestación individual de" inquietud, de libre-exa-
m o el Quijote de Cervantes, fué com o una reacción men, de crítica, de innovación, sea general y uná­
contra el medio, escapando a las prisiones morales nime. Y a la norm a n o escapa nada ni nadie. ¿Aca-
y jugando al escondite con el Santo Oficio. La co Juan Gabriel Borkm ann, con su espíritu recto
Edad Media fué un enorme eclipse en la historia y justo, n o es el enem igo del pueblo, al que daña
de Europa; un período obscuro y sanguinario, de con sus principios de honestidad y de respeto de la
guerras y de fanatism os. De él fué saliendo p oco verdad y de la justicia?
a poco, con el R enacim iento y la Reform a, con la Por regla general, tod o hom bre que rom pe m ol­
aparición de los cism as y la rebelión del espíritu. des, que discute las ideas generalmente admitidas,
Y si a lgo queda de ella, es el recuerdo y la obra que se esfuerza en desentrañar incensatem ente el
de los que representaron las solas inquietudes y la por qué de todas las cosas, que lucha contra todo
evasión, por el arte, por la poesía, por la literatu­ prejuicio, que desborda todo m arco de secta, de
ra, p or la filosofía, de la doctrina infecunda y fé­ nación, de idea, de credo, de época incluso, es in-
rrea. com prendido, criticado y repudiado por su tiempo.
**«.
Y a h ora más que nunca, en que jamás se había
Aparte sus consecuencias internacionales —desde encasillado a los hom bres tan ferozm ente.
luego mínimas, pues no por eso el régimen fra n ­ Los encasilla el franquismo; los encasilla el co ­
quista peligra a los o jo s de sus asombrados cola­ munismo; los encasilla el socialismo. Hasta nos­
boradores presentes— el caso de Salam anca revive otros, muchas veces, tendemos a encasillarlos, te­
y actualiza nuevamente lo que es el problem a filo­ m iendo el contraste y la discusión. En el fondo,
sófico y político planteado al hom bre moderno. es la más flagrante y terrible m anifestación de de­
Y es el de los derechos del espíritu. El espíritu, bilidad ideológica, de pérdida de toda confianza en
el pensamiento, la inteligencia, ¿tiene derecho a el hombre, en su destino y en sus ideales.
ser libre? ¿Tiene derecho a no pertenecer a ningu­ Y no obstante, no hay riqueza posible p ara el es­
na escuela, a n o adscribirse a ningún grupo, a 110 píritu, si se le niega el derecho de coger flores en
someterse a ninguna obediencia? todos los prados, de nutrirse, de amueblarse, de
La pregunta parece anacrónica y obvia. Por des­ poblarse con múltiples aportaciones e influencias.
gracia, jam ás tuvo m ás escocedora actualidad que No hay libertad posible para el espíritu, si n o tiene
hoy. la posibilidad de conocerlo todo, de exam inarlo to ­
Nunca com o ahora los derechos del espíritu se do, de juzgarlo todo, de elaborar por sí m ism o su
habían visto tan discutidos. Aun b ajo la Inquisi­ fe y su razón, de buscar por sí mismo su ideal y
ción y el con trol estrecho del pensam iento por los su justicia. La lenta y trabajosa ascensión interior
padres de la Iglesia, la persona m oral del espíritu, de Beethoven, llegando a la paz y a la fuerza in­
de esencia divina, soplo insuflado por Dios en el terior, a la alegría íntim a por el sufrim iento, fruto
cuerpo del hombre, n o era discutida. El espíritu, el de la incom prensión y de la lucha incesante co n ­
alma, el flu ido m isterioso que daba la vida m oral tra tedas las inclem encias sociales, es el producto
al hombre, era algo colocado por encim a de todas de ese trabajo del espíritu, buscándose a sí mismo,
las contingencias. Hoy 110. Hoy el espíritu de esen­ form ándose a sí mismo. En este siglo de ideas h e­
cia divina h a sido destruido y al hom bre material chas, pre-fabricadas, servidas a las multitudes, im ­
y racional, al hom bre-naturaleza form ando co n ­ puestas a los hombres, ¡cóm o parece añejo y des­
ciencia de sí misma — según la genial definición de plazado cuanto digo!
Reclus— se le discuten todos los derechos. El pri­ Y sin embargo, el incidente de Salam anca a c­
mero, el de la libertad del espíritu. tualiza y evidencia una vez más que h ay que velar
Para las nuevas concepciones filosóficas y políti­ y que luchar por la libertad del espíritu. El: «L i­
cas, en gama infinita, desde el nazism o ¡hasta el bertad, ¿para qué?», de Lenín y el: «Libertad, ¿p a ­
marxismo, el espíritu es un peligro, y toda crítica ra qué h acer?» de Bernanos, han de obtener una
individual que puede ser perjudicial para los inte­ respuesta rápida y perm anente. Libertad para ser
reses del Estado — individualista o com unista — libre. Para pensar libremente, para ponerse libre­
m erece la muerte. Nunca los derechos del espíritu mente de acuerdo con los demás hom bres sobre los
se habían visto tan lim itados y nunca la existen­ límites y las condiciones colectivas de la libertad;
cia y la actitud del hombre independiente fué tan para ser cada hom bre la célula inicial y básica de
difícil y tan poco aceptada generalmente. todo el cuerpo social. Libertad para 110 enajenar
Porque h asta las ideas más avanzadas, hasta los derechos de la conciencia ni sacrificar el hom ­
aquellas que escapan al rigorism o de las razones bre individualm ente a ninguna consideración de
superiores de colectividad o de Estado; hasta aque­ interés colectivo.
llas que pugnan por conservar al hom bre su dig­ ¿ Quién administra) y calibra lo que se llam a in­
nidad y p or acrecentar su valor com o individuo y terés colectivo? ¿Qué hom bre o qué grupo de hom ­
com o espacio, al m argen y por encim a de abstrac­ bres podrá considerarse suficientemente infalible
ciones y de intereses, juzgan sospechosa toda ve­ para saber, a ciencia cierta, cuáles son los indis­
leidad de independencia. Las propias necesidades cutibles intereses colectivos, a los cuales el indivi­
de la lucha y el propio contagio de las ideas des- duo debe sacrificarlo todo? A la vieja razón de Es-

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tado sustituye hoy la nueva razón colectiva. Y la dolé el peor, el más peligroso, el más inasible ene­
colectividad es una abstracción, una entelequia co ­ migo. Nosotros, los amantes de la libertad, aque­
m o el Estado. No hay colectividad sin hombres. Y
llos que la defendem os y por ella luchamos debe­
n o hay hombres sin vida individual. C om o n o hay mos ser sus cam peones m ás decididos y esforzados
vida individual sin asociación. De átomos, de célu­ El hom bre es la única realidad viviente y sus de­
las, de hombres. El hom bre es una unidad com ­
rechos: derecho a la vida, derecho a la felicidad,
puesta de unidades asociadas que debe asociarse a derecho a la libertad, son inalienables, com pati­
su vez para vivir. Pero asociarse n o es desaparecer, bles siempre co n las realidades de todas las épo­
sacrificarse, anularse, renunciar a sí mismo y a
cas. Jamás, en ningún m om ento y bajo ningún pre­
todos los derechos inalienables a la persona hu­ texto, pueden ser sacrificados a consideraciones
mana. Derechos m ateriales y morales. Del cuerpo v
del espíritu. J circunstanciales, transitorias. El hombre, la vida,
en sus varias e infinitas m anifestaciones, es lo per­
Hoy se tiende al autom atism o y se ha creado ya manente. El Estado, las form as sociales, las fórm u­
una cien cia nueva: la cibernética, dedicada al es­ las políticas, las elucubraciones filosóficas, son lo
tudio de los robots. ¿A dónde iremos a parar? accidental y subjetivo.
El clero y el Estado español proscriben a Una­ D efendam os al hom bre y los derechos de lo -más
muno. Pero, ¿es que U nam uno y lo que de Unamu­ elevado, de lo m ás digno de la naturaleza humana,
n o quieren proscribir los fanáticos y los jerarcas aquello que le perm itió superarse en la escala ani­
españoles, n o pretende proscribirlo toda una co­ m al y tom ar conciencia y conocim iento de sí m is­
rriente moderna, creada por desviaciones m ons­
mo: el pensamiento, el espíritu, la llam a interior
truosas y por tendencias anorm ales, dignas de exa­ que lleva a las circonvoluciones de su cerebro y al
men psiquiátrico?
m ecanism o de su corazón y de sus nervios, la as­
No. Hay que vigilar celosam ente y defender con piración y la esencia de lo Ideal y de lo Infinito.
encarnizam iento los derechos, todos los derechos
del espíritu. Las dictaduras lo encadenan, juzgan- F e d e ric a M ONTSENY

peana de un Aragonés ¡lustre


"-IjF. paso para Valencia y en la compañía du cía en u n a m o d o de tern u ra en los azu les d e las
de mi amigo, Angel Samblancat, me agu as y e n lo s v erd es de la h u erta aledañ a. E n aquel
señaló éste, al dejar atrás a Benicarló: cu a d ro de lu z y de belleza , yo, q u e m e sen tía tra sp a ­
—Mira, Pefiíscola. sa d o p o r la e u fo r ia am bien ta l, m e sentí tam bién
V o lv í la cabeza y a llí estab a Peñís- g a n a d o p o r im p u lso s r a r a s v e c e s ex p erim en ta d os. Y o
c o la ; u n puñado d e ca sa s s o b r e u n a ro ca sa bía d e estos im p u lsos a lg u n a s v e ce s g o za d o s ante
cim era d a p o r los m u r o s d e u n ca stillo el b ello e sp e ctá cu lo d e la n atu raleza . P e ro n u n ca —
cen te n a rio . A l c o n ju r o de a q u e lla r o ca p orq u e m e fa lta b a la fe de A m ie l — y e n n in g ú n
h istórica , p re stig ia d a p or la terquedad lu g a r m e he sen tid o tan eq u id ista n tes d e la tie rr a y
in d om a ble d e u n a ra g o n é s ilu stre, n u estro p en sa m ien ­ del in fin ito c o m o aquel día en B e n ica rló . I-a bon da d
to v o ló h a cia lo s tiem p os del v ie jo A ra g ó n y n uestras d e a q u e lla s tierras, la b e lle za del p a isa je, la seren id a d
p a la b ra s fu e ro n g lo sa n d o los g e sto s y la s 'g e s ta s de de lo s h o riz o n te s d esp ertaba n en m í u n a n sia pa n -
aquel pu eblo p r o ce r , c ie n añ os m á s a v a n za d o que Cas­ teístas de g o z a r lo tod o y de ser a la v ez g o z a d o p o r
tilla . Las fig u ra s d e a q u ellos C erdanes, los B orja s,
c u a n to m e rodeab a, u n a n h elo d e d ilu irm e , d e atom i­
A n ton io Pérez, L an u za, lo s L u nas, C on d e de Aranda,’ z a rm e en el g r a n T odo y p a rticip a r c o n m is m o lé cu ­
etcétera., co b ra b a n e n la e v o ca ció n los p erfiles de una las en la e la b o r a c ió n con tin u a de la s fo r m a s m a te r ia ­
h u m an idad g ra n ítica , ta lla da en la r o c a del p a isa je les: s e r flo r en los n a ra n jos, lin fa e n los riegos, trin o
y en lo s a ce ro s de la ép oca . R e c u e rd o q u e S a m b la n ca t
e n la s fro n d a s, esp u m a en los ca n tiles, m u sg o ’ en la s
y y o co n v e n ía m o s e n q u e de tod o aquel desfile d e figu ­ r o ca s y lír ic a en la s rom pien tes...
ras de r o m a n ce era P e d ro de L u n a , aq u el D on P ed ro P eñ íscola d a b a la im p resión d e q u e se «m etía » m a r
de Luna, el tip o m á s fu erte, la fig u ra m á s recia, la
a d en tro. A v a n z a b a so b re u n m a r tra n q u ilo, d e azul
m á s en tera y com p leta , que h abía d a d o A ra g ó n . Y
p r o fu n d o co m o e l cielo. S e m e a n toja b a un b a r c o idea­
le c u e r d o ta m b ién que m e h ice el p r o p ó sito de v isita r
do y con stru id o p o r seres de u n a im a g in a ció n m on s­
^ erú scola tan p r o n to c o m o m is o c u p a cio n e s m e lo
tru osa, q u e se d isp on ía a p a rtir. Y b ie n fu ese p o r el
P erm itiesen .
deseo de lle g a r pron to, b ien p o r la au tosu g estión de
V fu é al a ñ o sigu ien te. U n a m a ñ a n a esp lén d id a de q u e 'e l b a r c o p u diese z a rp a r sin m i, a p resu ré el paso.
m a y o. La lu m in osid ad del c ie lo m e d ite r rá n e o se tra ­ M is com p a ñ eros, m a l de su grado', h u b ieron d e im i­

Ayuntamiento de Madrid
1060 C E N I T

tarme. Entramos por una portada guarnecida de cla­ ello, que su elección había sido canónica. Y él tenía
vos redondos, remachados a martillo, hecha para re­ que defender su derecho a la silla de San Pedro coi;
sistir las embestidas de los hombres y de los siglos. el mismo tesón, con la misma terquedad con que
Y, al pasar bajo aquellas arcadas que otrora habían cualquier aragonés habría defendido el más insigni­
escuchado el entrechoque de los arreos bélicos mez­ ficante de sus fueros.
clados a los rezos impetratorios de las gentes de Pedro Pero hay más; a la muerte de Clemente VII, los car­
de Luna, me vinieron a las mientes hechos y rostros, denales de Aviñón, al elegir sucesor, buscaron a un
historias y fantasmas de otros tiempos. hombre ilustre por su cultura y su piedad, que pres­
Peñíscola tiene una larga historia de disputas san­ tigiase la dignidad pontificia, tan mal parada a la
grientas. Aquella roca enhiesta, retadora del mar y sazón. Este hombre era Pedro de Luna, varón de una
proa de la vieja Iberia indomable frente a la Roma austeridad proverbial y de una gran cultura. Había
dominadora, fué citada .ya por Estrabón, el geógrafo fundado en Escocia la Universidad de San Andrés y
más antiguo; llamóse Acra Leuce, Castrum Album o había establecido los Estatutos de la Universidad de
Castrum Altum, según unos; Carna, según otros. Es- Salamanca. Lafuente y otros historiadores convienen
trabón la cita con el nombre de península del Quer- en que era uno de los hombres más preclaros de su
época. El propio Azoe, historiador de la Iglesia, tan
soneso.
Aníbal Barca la fortificó. Fué una fortaleza de los parcial a menudo, no regatea elogios a sus méritos.
moros durante la dominación árabe. .Jaime 1 se la Hombres de la austeridad y de la cultura del Papa
arrebató a los agarenos y se la dió a los Templarios; aragonés no abundaban en el clero de aquellos días.
de éstos, pasó a los Sanjuanistas y luego a la Orden Tan es asi que tal vez al espectáculo que ofrecía la
de Montesa. En 1415 tomó posesión d e ja roca Pedro podredumbre del clero romano deba una buena parle
de Luna (Benedicto XIII), instalando en ella su Sede la obstinación de Benedicto XIII. El sabía que no po­
y su Colegio de Cardenales. La mandó circundar de día haber paz en la Iglesia mientras la tiara tocase
un baluarte y por la parte que da al mar hizo labrar testas tan venales y concupiscentes como la del de­
en la roca una escalera que bajaba desde lo más generado Baltasar Coxa, elegido frente a él con el
elevado, para comunicarse con las naves que llegaban nombre de Juan XXIII. Esta consideración debió pe­
hasta el cantil. En la guerra de Sucesión, Peñíscola sar en su conducta, afirmándose más y más en la
se declaró por Felipe V y opuso una resistencia tenaz defensa de sus derechos. La dignidad pontificia no
a las tropas del archiduque. En 1811 fué conquistada podía estar a merced de clérigos simoníacos y corrom­
por el general francés Suchet y más tarde, en 1814, pidos. Y esta dignidad, desde el segundo siglo de la
fué recuperada por el general Elío. He aquí a grandes era cristiana, no se daba precisamente a los hombres
rasgos la historia de Peñíscola, de esta aldea roquera más virtuosos ni a los más sabios. Desde los primeros
de calles tortuosas y pendientes que, encerrada den­ siglos de la Iglesia, y lo afirman el propio San Este­
tro de muros, casamatas, fosos y cuarteles, permanece ban y el filósofo Plotino, la tiara, cuando no era con­
igual, tiene el mismo aspecto, la misma fisonomía, quistada a sangre y fuego, dábase a los hombres más
que debió ofrecer en los tiempos del pontificado de intrigantes o más ricos de la casta clerical romana.
Luna. Nada parece haber cambiado allí. Ni los hom­ Sumido -en estas y otras múltiples consideraciones
bres ni las olas ni los siglos pudieron alterar la roca sobre aquella época de la historia de mi pueblo,
ni la misma vida que en ella germina, discurre y pasa cruzaba yo por aquellas naves, hoy desiertas, que
con el mismo ritmo con que germinan y crecen los fueron uñ día sala de recepciones, colegio de carde­
musgos en aquellos bastiones seculares. nales, cuarteles, etc. En mi deambular llegué a la
cámara de Pedro Luna. En un descuido de mis acom­
*** pañantes me había separado de ellos, para mejor
entregarme a la soledad de mis recuerdos. Me refu­
gié, pues, en aquella pequeña estancia que fuera nido
Peñíscola es un lugar de evocaciones, un relicario
de un aguilucho indomable. La habitación es redu­
de recuerdos. Y para un aragonés, que ame las vir­ cida y da la impresión de eso: de un nido de águi­
tudes de su pueblo, la visita a aquella roca será siem­
las colgado en la parte más saliente del peñón sobre
pre motivo de emocionadas remembranzas. Yo he de el mar. Una pequeña aspillera ojival da al oriente,
confesar que cuando hollaron mis plantas el pavimen­ sobre el horizonte, en cuya línea se confunden aguas
to de las vastas naves del castillo, sentí una emoción
y cielos. Me eché de bruces én la ojiva y, oteando
profunda. Recordaba a Pedro de Luna y recordaba al las lejanías, dejé volar mis pensamientos sobre el
Aragón que había producido hombres de aquella talla.
cristal del mar...
Recordaba al Aragón del Derecho de Manifestación
y del Derecho de Firma, al Aragón del Privilegio Ge­ Magnífico mirador tenía mi paisano, pensé para'
neral y del Privilegio de la Unión, al Aragón de la mis adentros. Desde esta pequeña ventana su mirada
Institución del Justicia y al Aragón de aquellas Corles, de águila debió extenderse sobre toda la superficie
las más celosas, en su tiempo, de las franquicias, fue­ de este mar, centro, en la Antigüedad, en la Edad
ros y libertades populares. Pedro de Luna era hijo Media y en nuestros días, de los intereses humanos.
de aquel Aragón, intransigente en cuanto se tocase a Por allá debió ver avanzar hacia las costas iberas
sus derechos. Los hombres son el paisaje, pero tam­ las naves de Cartago, la belicosa. Más allá, las de
bién son la tradición, Y lo tradicional en Aragón era Egipto, legendario y remoto. Más hacia el sureste,
colocar el fuero popular por encima de las prerro­ las de Fenicia y Sidón, las dos repúblicas-laboriosas
gativas reales. P r iu s le g e s ; p o s t reg es, proclama el y comerciales de la bíblica Judea. Más hacia el na­
Fuero de Sobrarbe. Pedro de I-una respondía a esa ciente, las naves de la Hélade antigua con sus velas
tradición. El creía, y no le faltaban motivos para doradas por el sol de los cielos de Atica. Y enfrente

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las trirremes poderosas de la Roma Imperial, salpi­ apoya al príncipe Fernando de Castilla, en cuyo favor
cando los mascarones de proa en las espumas de es­ está el Justicia de Aragón, el arzobispo de Zaragoza
tas olas latinas. y el gobernador Lihori. Más tarde, Fernando de Cas­
Desde este refugio, mecidos sus pensamientos p o ­ tilla, en pago, le retirará su adhesión.
la salmodia de estas aguas, el Papa aragonés debió Elegido Fernando por los compromisarios de Cas-
atalayar, más de una vez también, aquellos veinti­ pe, trátase de poner fin al cisma. A la sazón hay tres
tantos años últimos, tan agitados, de su vida. Más papas: Juan XIII, Gregorio XII y Benedicto XIII.
guerra había dado él con su obstinación y terquedad Convócase el Concilio de Constanza en Perpiñán, al
que todos los reyes juntos de Europa. Sitiado por más que acude el emperador romano, amén de los repre­
de cinco años en su palacio de Aviñón por las tropas sentantes de los reyes de Francia, Aragón, Castilla,
del rey francés, sin más defensa que unos cuantos Navarra y otros príncipes, de la cristiandad. Consí­
cardenales, algunos clérigos, entre los que estaba San guese la abdicación de Gregorio XII y de Juan XIII
Vicente Ferrer, ardiente partidario de Pedro Luna (como buen clérigo romano el último se retracta). Y
éste no desmayó un momento. Al contrario: desde su cuando todos esperaban que Luna renunciase, aben-
encierro, Benedicto XIII traía al retortero a todos los dona Perpiñán, dejando con dos palmos de arríeos
príncipes cristianos, a la alta y baja clerecía y a los al emperador y rey de los romanos, a los embajadores
embajadores de Francia, Castilla, Aragón, Nápoles y de todos los reyes y a todos los cardenales y manda­
Sicilia. El espectáculo del mundo cristiano era con­ tarios de la Iglesia. Marcha al pequeño puerto de
fuso por demás. Ora se sometían unos principes a la Colliure, hasta donde le persiguen los em ba idores
obediencia del antipapa, ora le estrechaban otros el de todas las Cortes de Europa, suplicándole la renun­
cerco en lo mansión pontificia; predicábase por to­ cia, y embarca con sus cardenales para refugiarse
das partes, unos en pro y otros en contra de su le­ en Peñíscola. En vano tratarán el rey de Castilla y
gitimidad; se hacían y deshacían a todas horas pro­ el de Aragón reducirlo. Pedro de Luna no se romele;
puestas y negociaciones. Tal era la situación en 1403, continuará en sus funciones hasta que le sorprende
cuando el condestable de Aragón, Jaime Prades, se la muerte en el año 1423, a la edad de noventa años,
dispuso a liberar al Papa Luna. Y para ello una no­ a los veintinueve de su elección y a los ocho de su
che abre un boquete en una casa contigua al palacio encierro en esta fortaleza.
pontifical y sacando de madrugada al Papa lo lleva ***
al Ródano, en donde le esperaba el cardenal de Pam­ Mis compañeros dieron conmigo en el escondite y
plona con gentes de armas y una barca en la que se pusieron fin a mis evocaciones. Era la hora de aban­
trasladaron al Chateau-Renard. donar aquel lugar: la «paella» estaba ya en su pun­
Las previsiones de Jaime Prades se realizan sólo to. Y, mal de mi grado, hube de salir del refugio y
en parte. -Noticiosos los re57es de Francia y de Cas­ atalaya de Benedicto XIII, ejemplo de inflexibilidad
tilla de la fuga del Papa aragonés, se apresuran a so­ de carácter, de terquedad y obstinación Irreductibles.
meterse a su obediencia. Pedro Luna se dirige a Mar­ —¿Qué haces ahí, tan solo?—me preguntaron.
sella, escoltado por el duque de Orleáns. De Marsella —V ivir un trozo de la historio de mi tierra...
manda sus legados a Bonifacio IX, tratándole de in­ Dejamos Peñiscola. Ya cerca de Benicarló, me vol­
truso y, a continuación, manda armar unas galeras ví para dirigir una última mirada a la roca. Pedro
en Barcelona para marchar contra Roma .Se traslada de Luna—pensé—no podía haber elegido una peana
a Niza, adonde acuden los reyes de Nápoles y Sicilia mejor a su figura formidable de insumiso. Y m i ima­
a rendirle pleitesía y en donde es recibido en proce­ ginación lo vió por unos instantes alzarse como un
sión solemne por todo el clero. Igual recibimiento le reto sobre los bastiones del castillo, fulminando a
es tributado en Génova. El partido de Luna crece has­ diestro y siniestro anatemas y excomuniones. Y has­
ta el punto de que, temeroso el rey francés, le retira, ta me pareció oír su voz tonante, increpando y con­
por razones políticas, la obediencia. A todo esto, el jurando a los vientos y a las olas, que amenazaban
Papa Luna va consagrando obispos y creando carde­ hundir su nave en cierta travesía, a que amainaran
nales, haciendo caso omiso de sus adversarios. Más porque él, ¡él era Pedro de Luna! Y es que en el
tarde, la muerte del rey Martín deja sin sucesión al fondo Pedro de Luna era un ateo, por lo menos en
trono de Aragón. Se acuerda celebrar la famosa re­ potencia.
unión de los compromisarios de Caspe. Pedro Luna
M a ria n o V iñ u a le s

NUESTRA S E C C IO N LIT E R A R IA
“ /2.a QUida / / laá £ihzaá”
Se inse rta rá n en esta sección m ensual lite r a r ia c rítica s so b re a q u e lla s o b ra s q u e vayan a p a -

c ie n d o , escritas e n los id io m a s co rrie n te s o tra d u c id a s , d e las cuales hagan lle g a r ios a utores

o e d ito re s , dos e je m p la re s g ra tu ito s a la R e d a c c ió n d e C E N IT , 4 , ru é B e lfo r t, T o u lo u se ( H . - G . )

Ayuntamiento de Madrid
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/¿a ¿ maiiliüciá del c/lzte


y áu aniaz
«Y q u ed a m os etern a m en te u ni­
dos en lo e te r n o m ed ia n te n u es­
tro e sfu e r z o su p rem o: m ed ia n te el
arte.»
S tefan Z W E IG .

NO d e los m á s excelsos, a ñ ejos y m á s c a s ­ ta ja d a s de s o lo m illo ; y lo s ja r r o n e s altos, de airosas


tos se n tim ien tos d el g é n e r o h u m an o es asas, b o rd a d o s c o n len g u a s d e m o n ia ca s de azu l y
el g u s to p o r el arte. D esde lo s tiem pos b la n co, q u e ta n to e x cita b a n el g u s to v in íco la de S an ­
p r im e r o s d e la p reh istoria , el h om b re c h o P an za en la s bod as fastu osa s de C am acho.
h a q u erid o e x p re s a r p o r m e d io del tra ­ N o d ijo , pu es, d isp a ra te qu ien a firm ó, el p rim ero,
zo, el so n id o y la h e rra m ie n ta , las in ­ q u e no h ay n ada n u e v o b a jo la capa del cie lo ; de esa
q u ietu des c re a d o ra s que a flo ra b a n a la ca p a a érea e im p on en te, a g u jerea d a p o r m ile s de
m a ceta n u ev a de su c o n c ie n cia y de su estrella s que- son o tr o s tantos m u n d os p u lu la n d o en
sen sibilid ad , le v a n ta n d o con e llo el ta­ la n och e de la etern id a d . L o que co n s id e rá b a m o s com o
b iq u e z o o ló g ic o d iv is o r en tre la raza la v a n g u a r d ia «o rig in a lís im a » del a r te p ic tó r ic o m o ­
h u m a n a y las dem ás e sp e cie s a n im a les en c u y a co m ­
d e rn o , in c o m p r e n s ib le a la m en ta lid a d com ú n y hasta
p a ñ ía h abía v iv id o ¡q u ién sa be cu á n tos m ilen ios!
p a ra a lg u n a s m in o r ía s cu ltiv a d a s, tiene su s ra íces
C on la v o z h um an a, y lo s p r im e r o s ch isp a zos del vita les, se a lim e n ta a rm on iosa m en te d e a q u ella sa via
r a c io cin io , a p a r e ce el sen tim ien to del arte que había
que se escon d e e n el tr o n co m ile n a rio del g e n io artís­
de en ro s ca rs e a n o s o tr o s c om o u n a b u fa n d a c a lie n to tico, de la v o c a c ió n cre a d o ra d el h o m b re (y de la
de d im en sion es in fin ita s en el tiem p o y en el esp acio
m u jer), con lo s p r im e r o s a rtista s h a b ita n tes en las
co ra z o n a l d e la s g en era cion es.
c u e v a s ru p estres d e A lm e ría , en lo s rep lieg u es del
H a y m u estra s, existen piezas fielm en te e x p re s iv a s
A tla s a fr ic a n o ; en la s ca sa s de p a ja de los p re d e ce s o ­
del arte la cu stre y c a v e rn íc o la , p ra ctica d o p o r el res de M octezu m a en M éxico; en tre los a b isin ios
h om b re h ace ce n te n a re s d e m ile s d e añ os. R ecien te­
n e g ro s c o m o tizon es; en tre los a u stra lia n o s; y allá
m en te tu v o lu g a r en P a rís u n a o r ig in a l E x p osición
en el país leja n ísim o, a b u elo de c iv iliz a cio n e s , don de
de A rte P r e h is tó rico en la que se m ostra b a n diseños,
la gen te tien e lo s o jo s c o m o d im in u ta s a lm en d ra s
a le g o ría s y p ieza s v erd a d e ra m e n te ex tra ord in a ria s. Es
in clin a d a s: la s tierra s ex tra ñ a s y m u ltico lo re s de
d ig n o d e cita rse el d iseñ o q u e r e p ro d u jo « L ’E cho B u d a y de C on fu cio.
d 'O ra n » e n su sección sem a n a l «A r te s y L etras», c o n ­
De ahí que el « a m o r al a rte » (tan m e n osp recia d o
sisten te en la fig u ra de un m a g n ífico t o r o (ju n to a
por los ton tos y los egoístas) sea tan v ie jo c o m o el
o tr o s p eq u eñ os a n im a les in d eterm in a b les) c u y o v ig o r
m ism o «a r te del a m or», y hasta n o se ría d isla te a fir­
en el trazo, la a u d a cia d e la idea y el b r ío esp on tán eo
m a r q u e n a c ie ro n ju n tos. A l m a rg e n del cu e n to edé­
de la m a jestu osa co rn a m e n ta , n o tiene n ada q u e e n v i­
n ico de A dán y E va (donde tod a fa n ta sía tien e su
d ia r a cu a lq u ie r a d e la s o b r a s h ech as p o r lo s im p re­ a s ie n to y todo d o g m a su a com od o), c a b e p e n sa r que
sio n ista s de ah ora. ¿E s q u e el en re v e sa d o arte de los
el h o m b r e s in tie ra el a cica te in stin tiv o de em b ellecer,
m a estros del s u r re a lis m o m o d e rn o n o tien e m u ch o
de h u m a n iza r, el a c to a n im a l d e la p r o cr e a c ió n , m e­
de com ú n c o n eslos c a n d o ro s o s d iseñ os c u a rte rn a r io s?
d ía n te la c a r ic ia y la v o z c a r iñ o s a p roflig a d a s a la
N o h a ce m u ch o, u n repu tado c rític o fr a n c é s h a cía un
h em b ra , en la s p r im e r a s m a n ifesta cion es del senti-
estu d io d ed ica d o a la s ten d en cia s a ctu a les del arte tim ien to y de la ra zó n h u m an os.
p ic tó r ic o , q u e p a ra c o m p r e n d e r a P icasso, a B ra q u e
El arte, c o m o h ijo de estas m ism a s cu a lid a d es tanto
n a C hagell. pa ra p e n e tra r en lo s em ocion a n tes m is­
in stin tiv a s c o m o sen tim en ta les, o en m ezcla b io ló g ica
terios d el a r te a b stra cto, h abía q u e s e r ta n in gen u os
n atu ra], d eb ió n a c e r al m ism o tiem po, h ace la fr io le r a
y tan in ocen tes c om o los n iñ os. P erso n a lm e n te el a rti­ d e 40.000 añ os. A esa edad m ile n a ria tra sla d a n los
cu lista ha visto, ta m b ién en O rá n (G alerie C oline) urn.
p a le o n tó lo g o s y a rtistó lo g o s (v a lg a la frase), q u e han
E x p osición de o b r a s de a lfa r e r ía d eb id a s a la s m a n os
o r g a n iz a d o esa E x p osición h abida en la capital fr a n ­
y al g en io m a estros del c é le b r e p in to r c u y a e stru ctu ra
cesa, la s m á s v a lio s a s y r ep resen ta tiv a s m u estra s del
y d ib u jos o rn a m e n ta le s r e co r d a b a n , p o r a s o cia c ió n de arte p r e h istó r ic o , que a llí se han ex h ib ido.
im p resion es, la s o r z a s a n tig u a s en que la s abuelas
¿E s q u e ca b e a lg u n a d u d a sob re el papel p re p o n d e ­
ca stella n a s g u a rd a n , c o m o o r o en paño, la s adobad as
ra n te ju g a d o p o r el lib re sen tim ien to a rtístico del

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CENIT 1063

h om b re en la e v o lu c ió n de las ideas, e n lo s v a lo re s Z w e ig (que p re firió el s u ic id io a la ig n o m in ia ); de


de la c u ltu ra , en la c o n fir m a ció n d e los p r in cip io s A lb e r to C arsí, d e A n to n io Z ozaya, d e A n ton io M achado,
etern os de la lib erta d , la ju sticia , y la solidaridad de Juan P e ir ó (a rtista de la h on ra d ez p roleta ria ), de
h u m a n a s? ¿E s que el arte (g en érica m en te con sid era ­ Ju lián B esteiro, de M a u ro B a ja tie rra (que e s c r ib ió las
do), pu ede ser ja m á s sep arado, pu ed e m a rc h a r al m a r ­ m e jo re s c r ó n ic a s d e la d efen sa d e M adrid), y de tan­
g en o fren te a esos a lto s p r in c ip io s que son la esen cia tos y tantos h o m b re s in te g é rr im o s q u e con su vida
y la p oten cia e n el d e cu rso u n iv e r sa l de la s s o c ie ­ han e n n o b le cid o las m á s h erm osa s a ctiv id a d es plás-
d a des h u m an as? lica s de la e x isten cia , lig a d a a lo s ideales e in q u ietu ­
Es v e rd a d q u e h a y a rtista s c o m o S a lv a d o r D ali, des d el p r o g r e s o socia l y de la lib e rta d h u m an a.
y arte, c o m o el q u e en lite ra tu ra p r a c tic a el e s c r ito r P o r eso p od em os v e r a d ia rio en el c írc u lo p ro p io
so v ié tico Ild a E re m b u rg , q u e so n la m á s sa rcá stica de n u estros m e d io s y de su s h om b res, q u e se la bora,
n e g a ció n d e esas cu a lid a d es in trín se ca s que le a tr i­ se a c tiv a y se v iv e , s in n in g ú n in terés m ez q u in o, con
b u im os al s e n tim ie n to a rtístico. ¿ P e ro es que pueden m a g n á n im a p red isp osición , al c a lo r d e u n os idea les
lom a rse c o m o m o d e lo los d etritu s m o r a le s de esos y d e u n os se n tim ien tos em p ap ad os d e h u m a n ista g e ­
sistem a s ob scu ra n tista s, de esos reg ím en es reg resiv os, n erosid a d . P o r eso a los q u e a firm a n d esdeñ osam en te
q u e tal rep resen ta n los q u e d icié n d o se p in tores, p o e ­ que h o y n o c a b e h a cer n a d a p o r « a m o r al a r te » tene­
tas, e sc r ito r e s o m ú sicos v en d en su a lm a al d ia b lo m o s q u e r esp on d erles c o n la p ersisten cia e n n u estra
r e p u lsiv o d el tota lita ris m o ? con d u cta .
M irem os d e fr e n te a las lu n a s b r illa n tís im a s de
P a b lo C asals, de Ju an R am ón Jim én ez, d e Stefan C. L IZ C A N O

¿ M o l i n o s d e v i e n t o

1 ;,F
A%

IS IT A B A y o e n estu d ios h id r o ló g ico s a v iv i r fu e ra y h u b im os de h a c e r v id a n u ev a en u n os


c ie rta c o m a r c a de la a lta C ataluña. Un ed ificios a isla d o s en la s c e rc a n ía s d e u n p u eb lecito
v iv o c r u jir d e m a n o jo d e cañ as, c a s­ d e n o m in a d o C a m pa gn e, del d ep a rta m en to d el A ude,
tañu elas, sa rten es, botes de con serv a s cu y a lo c a lid a d se d ed ica b a esp ecia lm en te al cu ltiv o
v acíos, ca m p a n illa s, y c ie n o tr o s ele­ de la s v iñ a s y c o n fe c c ió n de un v in o esp ecia l, don de
m en tos s o n o r o s in va d ía n el a ire y d a ­ esta b a n en c o n tin u o com b a te, el h om bre, los p á ja ro s
b a n al ca m p o a n im a c ió n de p u e b lo in ­ y lo s roed ores.
fa n til y p la cen tero. N o obsta n te, no L a n ecesid a d m e h izo p en sa r en la co m a r c a d e la
se v eía m ú sico n i d a n za n te algu n o, y alta C a ta lu ñ a y en el ju e z d e la m o lin e ta sa lv a d ora ,
h u b e de p r e g u n ta r qu ien da ba ta n fo r ­ y , en efecto m e sa lv é; p ero s in padrinos, pu es m e
m id a b le seren ata , y a lg u ie n m e co n te stó : es el g ra n a y u d a r o n n u estro co m p a ñ e r o L u is M arcos, h o y en
h u elg u ista que tr a b a ja p a ra n osotros. Cuya co n te s­ Chile, u n co se c h e r o de v in o «B la n q u eta », c u y o n o m ­
ta ción m e d e jó m á s a d m ira d o todavía. Y al a d vertir b r e he o lv id a d o, y el e m p re s a r io de o b r a s esp añ ol, no
m i c a r a de a so m b ro , a ñ a d ie ro n : es el a ire , h om bre, refu g ia d o, F r a n c is c o Jordán. Y , a parte o tr o s tra b a jos
es el aire, q u e n o se v é y tr a b a ja c o m o m il d em on ios de d ib u jo y p in tu ra, m u eb les y o tr a s pequeñ eces, h ice
esp an tan do los p á ja r o s d e día y los roe d o re s d e n oche, m o lin e ta s q u e esp a n ta b a n a lo s p á ja r o s y al h am b re.
p restá n d on os u n s e r v ic io a d m ira b le. Pude d e c ir ta m b ién q u e r e c o n c ilié a la s g en tes c o n el
E sta le c ció n n o c a ía e n s a c o roto. A ca b a b a y o de cam p o, p o r q u e cada n u ev a m o lin e ta e r a un im án que
c o n o c e r a tod o u n ju e z r e cié n lle g a d o a B a rc e lo n a que tra sla d a b a al sen o de la s v iñ a s y de lo s ca m p o s do
en lo m e jo r de su b a g a je tra ía un p r o y e c to de g r a n ­ h o rta liz a s a tod o un pu eblo. In clu so se o r g a n iz a r o n
d e s m o lin o s de v ien tos p a ra in cr e m e n ta r los se r v icio s e x cu rs io n e s escola res. P o r ca d a m o lin e ta q u e em p lea ­
p ú b licos y la in d u stria ca ta la n a . Y o le ayu dé, c o n s ­ ba dos día s en c o n s tr u ir , co b r a b a 250 fra n cos, pin tada,
tru y é n d o le u n m o d e lo red u cid o y estim u lá n d ole en su y em p la za d a e n el lu g a r de com b a te, a v eces, a dos
n o b le em p eñ o. Sus p r in c ip a le s p u n tos d e v ista eran o tre s k iló m e tr o s de m a l ca m in o.
la s m on ta ñ a s, c u y a s cúspides la s q u ería p o b la r de T ie m p o s p a s a r o n y m i situ a ción es m u y otra. L os
gig a n tes p ro d u cto re s de fu erza en fa v o r d e la c o le c ­ años, m i asidu idad «au m a rch é des pu ces», y la esplén-
tividad. T a n lis o n je r o s p ro p ó sito s se d es v a n e cie ro n en d id ez d e m is c o m p a ñ e ro s y a m ig os, m e lia n llen a d o
v irtu d d e u n traslad o. de lib r o s y re v is ta s lo s estantes. Y José B a rra ch in a ,
M uchos a ñ os después m e h a lla b a e m ig ra d o en F r a n ­ que e stá b u sca n d o p e tró le o en la s L a n d a s a ca b a de
cia , e n P erp ig n a n , y u n a o rd e n a lem a n a n o s la n zó p r o p o r c io n a r m e lib r o s y rev ista s q u e estu d ian el tra ­

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1064 CENIT

b a jo del a ire y el a p ro v e ch a m ie n to de esta fu erza esta so lu ció n es 5 v eces m á s b a ra ta que la s dem ás


ociosa , q u e e l desdén h u m a n o tiene r eleg a d a y q u e y o so lu c io n e s c on ocid a s. Y a u n q u e así n o fu e ra ¿q u é im ­
en tien d o q u e d eb em os reh a b ilita r. p orta el p r e cio ? y a q u e el elem en to d in e r o lo fa b r ic a
N o es m en ester e sfo rz a rs e m u ch o p a ra d em ostra r el h o m b r e p a ra a q u e llo q u e le co n v ie n e en la can tidad
el o r ig e n de n ob leza de la fu e r z a del v ien to, q u e es n ecesa ria ?
a ir e en m o v im ie n to . Ila sta u n a y e r m u y p r ó x im o no
En p r im e r lu g a r n o s d em u estran la a n tigü edad del
h u b o en el m a r o tr a e n e rg ía q u e o fr e cie s e la p o s ib ili­
a p ro v e ch a m ie n to de la fu e rz a del a ire . E sta fu erza es
dad de r e c o r r e r el m u n d o. P asad los o jos p o r « L a H is­
la q u e em p lea b a n los p r im e r o s h o m b re s p a ra sep a ra r
to r ia de la N a v e g a ció n ». Y e n lo s elem en tos de C ien ­
el g ra n o d e la p a ja . T a m b ié n sop la b a su fu e g o recién
c ia en g e n e ra l, so b re tod o de G eogra fía , y reparad
d escu b ierto, y sop ló en la p r im e r a fra g u a . H ace 6.000
en el ca so m a ra v illo s o de H olanda, pa ís n u n ca ba s­
añ os lo s p u eb los eg ip cio s em p lea b a n la fu e rz a eólica
tante a la b a d o p o r su c a rá cte r, su en tereza y su e jem ­
p a ra lle v a r a g u a y m o le r los g ra n o s . H ace 2.500 años
p lo p o r su su p eriorid a d de d o m in io de la s fu erza s
n a tu rales. los p ersa s con stru ía n m o lin o s que las C ru zada s tra ­
je r o n al O ccid en te en el s ig lo X I. Y rep ita m os q u e la
T o d o e l m u n d o está de a c u e r d o en q u e el a p ro v e ­ n a v e g a ció n e r a siem p re eó lica , p re cisa m e n te en la
ch a m ie n to de la fu erza del v ie n to sería u n m ed io de ép o c a en q u e m á s im p orta n tes d e s cu b rim ie n to s g e o ­
p r o g r e s o im p orta n tísim o. T od a s la s n a cion es han h e ­ g rá fico s se h icie ro n .
ch o p ru eb a s c on clu y en tes, o p o n ie n d o p o r fin, la tre­
T a m b ié n n os en señ an estos lib r o s y rev ista s la
m en d a ton tería d e q u e re su lta b a c a r a d ich a fu erza .
im p o rta n tís im a realid ad d e q u e el a p rov ech a m ien to
Y sin em b argo, y a pu ede s u b ir el p re cio de la s m a te ­
d e la fu e rz a del v ie n to p o r m ed io d e a e r o m o to re s n o
ria s ca ra s, que tod o v a b ien , la cu estión es que h aya
lo q u e se lla m a «m a rg en ». e stá descu ida da, q u e se efectú an en sa y os c o n tin u a ­
m en te, y q u e se h a n c on seg u id o tipos d e a p a ra tos de
E n o tr o s a rtícu los h em os e n u m e ra d o a lg u n a s fu e n ­
g r a n r e n d im ie n to b a jo lo s pu n tos d e vista in du strial
tes de en erg ía todavía v írg e n e s de u tiliza ció n y que
y e c o n ó m ico ; u n os a ba se de los tip os c lá s ico s h o la n ­
el h o m b r e desdeña p orq u e « n o son n e g o c io » . ¿C u án do
se a c a b a r á esto? ¿C u án do el h om b re se tr a ta rá co m o deses, y o tr o s m u c h o s a base de c o n c e p cio n e s co m p le ­
ta m en te n u ev as. P a r e c e q u e se tra te de u n n u ev o
h erm a n o y n o c o m o co m p e tid o r? ¿C u án do la H u m an i­
dad v e rá c la r o y no r e ch a z a rá lo ben eficioso p a ra to­ sistem a de g u e r r a de escon d ite a p ro v e ch a n d o fu erza s
dos p o r lo p ro v e ch o s o p a r a u n os cu a n tos? en la s que n o p ien sa el a d v ersa rio. V ie n e n a la s m ie n ­
tes a q u e llo s d ra m a s tea trales en que, a u n en la s r e u ­
O tra s v e ce s m e he ocu p a d o del te r r ib le p rob lem a
de la erosión . De esa sa n g ría a b ie r ta que ech a en los n io n e s m á s pacíficas, todos lo s a c to r e s lle v a b a n el
puñal d e n tro d e la m a n ga. Y ah í están los d iferen tes
m a res m ile s de km s. c ú b ico s d e tie rra la b o r a b le qu i­
tipos de a e r o m o to re s en en sa y o, y a lg u n o s en p r á c ­
tá n d ola d efin itiv a m en te del a p ro v e ch a m ie n to gen eral
en lo s m om en tos a ctu a les en los que fa lta y a un tica s a p lica cio n e s , in sta la d os en los r in c o n e s m á s es­
25 p o r 100 d e su p erficie ú til p a ra lo n e ce s a r io ' d e la con d id os d e lo s países resp e ctiv o s; m á q u in a s potentes,
H u m an idad en su v ita lid a d efectiv a . D espreciar, fu e r ­ a rro g a n te s, a d m ira b les, p r á c tic a s y útiles, pero cu ­
zas, d e s p re c ia r tierras... b ie rta s con et v e lo de la distancia, c a m u fla d a s entre
P ero, ¿d ón d e v a m o s a p a r a r con sem eja n te desva­ o tr o s a rtefa ctos, ig n o ra d a s de los m ism o s p u eb los que
río? la s p a g a n c o n e l su d o r de su tra b a jo, y de los g ru p o s
Se h a b la de «g u e r ra s fr ía s » lo q u e sign ifica, que de h o m b re s que los dedica ría n al b ien co le ctiv o , u n ié n ­
p o r op o s ició n , las h a y ca lien tes. Se h abla de esto, de dose en la a rm o n ía de su tr a b a jo todas las razas,
lo o tr o y d e lo de m á s allá. D e detalles, de m in u cia s, c o lo r e s y ten d en cias, h a cie n d o p o s ib le la u tiliza ció n
de ton terías, p ero n o se h abla d e la g u e r ra g en era l del c a lific a tiv o H ER M A N O a la p r e se n cia d e un h o m ­
que la H u m an idad ín teg ra sostien e c o n los elem entos, b re o d e u n a m u je r , fu esen d e don d e fu esen y co m o
ca d a día m á s cru en ta e irre p a ra b le . C on tra la que fu esen . T o d o lo dem ás es secu n d a rio.
todos u n id os p od ría m os a lg o, p ero que d isem in a d os E spaña n u n ca ha id o a la zaga en cu estión de
y d esa cord es n o p od rem os n ada en ab solu to y m o r i­ m o lin o s d e v ien to. E n la p r o v in c ia d e M u rcia tienen
re m o s v íctim a s de n u estra p r o p ia condu cta. los ca m p o s u n a b e lle za a d h erida a la de á r b o le s y
E n tre la m u ltitu d de lib r o s q u e se h a n e scrito p o r pra d os, que es la d e su s m o lin o s b la n co s a b ie r to s ál
em in en tes a u tores so b re este p a rticu la r, v ie n e n a m i tra b a jo, a la c o n s ta n c ia y a la u tilidad, d ig an lo que
m e m o ria en este m o m e n to «L a g u e r ra de lo s m u n ­ q u ie ra n su s d e tra cto r e s y cu a n tos tienen o tr o s in te­
dos», d e W e lls . «L a peste e sca rla ta », d e Jack London. reses q u e n o son lo s popu la res.
«P a n p a r a d o s b illo n e s de h o m b r e s » de Z isch k a ; un El ca m p o de C a rta g en a es el m á s a le g re d e España,
in glés, u n a m e rica n o y u n a lem á n son su ficien tes para los triá n g u lo s b la n co s de la s aspas d e su s m o lin o s
e n ju icia r a la H u m an idad estú p ida y a m b icio s a , y son p a ñ u e lo s que sa lu d an al v ia je r o y e n riq u e c e n la
c o m o u n a e x p lica ció n a r b itr a r ia , y b rú ju la en la s tie rr a . S on p ro m e sa d el a m or p u r o d e la tie rr a y los
n e g r u r a s de ta n to m a l, m e a c u e rd ó ta m b ién de o tr o h o m b re s. S on b a n d e ra de paz q u e tr iu n fa so b re las
lib r o «L o s in tereses cre a d o s» d e B en a v en te, un espa­ m ise r ia s de la a m b ic ió n y la m ezqu in d ad esp iritu al.
ñ ol, que v ie n e a co rta r el n u d o g o rd ia n o , q u e es tre­ Y q u e protestan , c o n su g r a c ia alada, de la in tr o m i­
m en d o in terrog a n te, que se a p rie ta un p o q u ito m ás sió n d e la torre m etá lica , escu eta y r íg id a del m o lin o
ca d a día, ca d a h ora , ca d a m in u to, v ca d a segundo, m o d e rn o d e aspas m e tá lica s ríg id a s e in flex ib les, de
ah og an do c ru e lm e n te a la H u m an idad ir re fle x iv a . c o la de pez que lo in qu ieta, q u e n o cob ija n , que n acen
H ola n d a e n co n tr ó u n m a g n ífico c o la b o ra d o r p a ra su y v iv e n en esq u eleto, a la rga d os, p re su ro s o s de in d e­
riqu eza, en los m o lin o s d e v ie n to s q u e n o h a cen m ás pen d en cia .
qu e a p ro v e ch a r un e le m e n to q u e n osotros d esp recia ­
¿ Y q u é p u d iéra m os d e c ir d e lo s clá s ico s m o lin o s
m os, m ie n tra s la s r ev ista s cien tífica s a s e g u ra n que
d e la M an ch a? M á q u in a s so le m n e s c o m o dioses, que se

Ayuntamiento de Madrid
C E N I 1 1065

levantan sobre la llanura desolada y estéril demos­ el héroe, sino con un sistema y una cultura nueva,
trando que la actividad lo dignifica todo. creando, entre otras mil, la Universidad manchega,
Albacete, Chinchilla, El Salobral, Ossa de Montiel, que si unos ridiculizan llamándola la Universidad
Alcázar de San Juan, Yeste, y otros cien pueblos que­ quijotesca, oíros la honramos titulándola con mayor
dan bordados de realce en la obra bella y viril de motivo, la Universidad Cervantina, en la que, el dis­
nuestro Cervantes. Los molinos <}e viento que en ella curso de las Armas y las Letras sea su credo, para
son quimeras, en la tierra son realidad, donde la que una vez se conviertan en triunfo definitivo, las
verdad es movimiento y la estepa es martirio; y nues­ Letras sobre las Armas.
tro autor amado, vió en la tierra muerta de la Man­ Muy lejos de su origen nos ha llevado el tema
cha y en los molinos solemnes, un castillo que única­ «Molinos de viento». No en balde estos son alas y son
mente la valentía del trabajo y la continuidad del movimiento, y en pos de ellos hemos avanzado algo
sacrificio serían capaces de vencer. en nuestra peregrinación cuyo fin es la verdad. No
Esos gigantes, hechos de palos y de lonas, son los desmayemos, que cuando nosotros desaparezcamos,
símbolos de la España feudal, y por eso se agitan en quizá asista al entierro, con su espada, el Sigfrido
la superficie de aquellas tierras yesosas, como náufra­ que ha de ganar la última batalla contra la estupidez
gos agonizantes en un mar de oprobio. Y hay que y la barbarie.
salvarlos, no con un lanzón herrumbroso como quería A lb e r to C A R S I

L C A B S C L I J T C ,

LA L IB E R T A D
V LA C IE N C IA
I exploram os el espíritu proíundo de vestigación. P ero esta objeción que se nos podría
la Ciencia, considerando la investi­ hacer, n o tiene en realidad ninguna base, ya que
gación científica en razón del im ­ una de las originalidades de la Ciencia es, precisa­
pulso que le da su propia naturale­ mente, que n o encierra ningún hermetismo, que
za, vemos co m o ese impulso es libre. n o necesita im,poner sus verdades, pues éstas se
Y n o podría ser de otra manera, pues ■imponen p o r sí m ism as y son siem pre libremente
preocupados por encontrar la verdad aceptadas, y, además porque las verdades científi­
que se ocu lta los científicos andan cas, aunque estén suficientemente demostradas, no
desorientados, vacilan constante­ quedan exentas de nuevas rectificaciones. Por el
mente y necesitan consultarse entre con trario de las religiones y las filosofías de lo ab­
si, sin que a ninguno le sea perm itido perturbar el soluto que quieren apoderarse de 'posiciones inex­
pensam iento de los demás. Pero, en esta búsqueda pugnables en las que asentar para siempre su pen­
de la verdad surge, necesariamente, el choque de sam iento, la Ciencia sólo requiere de puntos de
las inteligencias, del cual saldrá algún día la luz a p oyo que le sirvan para afirm arse y proseguir su
que los unirá; disfrutando todos los científicos, que avance; todas las metas que se propone alcanzar,
en ese choque intervienen, de la misma libertad, una vez conquistadas, pasan a ser medios, puntos
sin reservas de ninguna ciase, ya que esta es la de proyección para sus nuevas conquistas. T od o en
condición del éxito y la ley general de todo traba­ ella lleva la m arca de lo relativo, aun las más
jo intelectual. De a h í que, en ningún debate cien­ herm osas hipótesis con que ordena sus con oci­
tífico pueda limitarse la independencia absoluta m ientos y las más razonables teorías con que, en
del pensamiento, so pretexto de cualquier actitud principio, trata de explicar los fenóm enos, son des­
provocada por la im paciencia de con ocer la verdad cartadas cuando n o llenan ya las exigencias de la
o por el tem or de com eter errores en la investiga­ cada vez más am plia realidad; sus verdades, tie­
ción.
nen el valor de lo actual,, que es d ecir lo provisio­
Claro está que se nos podría decir tam bién, que nal, pues están siempre dispuestas a ceden su lu­
una vez encontrada y plenam ente dem ostrada la ga r a nuevas verdades más amplias y más genera­
verdad, se hace necesario el acatarla todos, y así les, para abarcar, de este m odo, siempre una por­
la libertad desaparece después de realizada la in­ ción m ás grande de conocim ientos y de realidad;

Ayuntamiento de Madrid
1066 C E N I T

de tal form a que, en Ciencia, n o h ay nada que sea ideal es el que lo impulsa y lo anim a a proseguir
considerado definitivo, ni nada que n o pueda ser la natural evolución de sus tendencias, de sus
ob jeto a nueva discusión. anhelos cognoscitivos, al través de los peligrosos
El científico, por serlo, no sólo debe respetar esta escollos de lo, aparentem ente, incognocible. Es esa
libertad, sino que debe practicarla él mismo y p a ­ sensibilidad em otiva y espiritual, característica
ra sí mismo. Esto es, debe poseer aparte de un pre­ esencial de todo hombre de ciencia, la que lo em­
claro entendim iento, una gran individualidad men­ puja irresistiblemente hacia los cam pos infinitos
tal, am biciosa y descontentadiza, así com o una y fecundos de la investigación; es el instinto vital,
osadía crítica extraordinaria. No debe, ni puede el instinto de curiosidad, tan im portante para to­
amoldarse dócilm ente a los dictadosl de sus maes­ do ser viviente, el que a l identificarse con el ideal
tros o de sus superiores. «D e los dóciles y humildes científico, lo fortalece y lo orienta p o r los intrin­
pueden salir los santos, .pocas veces los sabios». cados senderos de la vida intelectiva, al igual co­
Esto se com prende fácilm ente, ya que a los cere­ m o el instinto de conservación nos em puja hacia
bros débiles y enferm os les es más fácil adaptarse todas las direcciones de la vida física y de la na­
al error, casi siempre sencillo, que a la verdad, a turaleza en general.
menudo austera y difícil. A hora bien, ya hemos visto com o este ideal im ­
El rasgo dom inante en todos los investigadores plica el pleno respeto del pensam iento indepen­
eminentes, es la altiva independencia de criterio diente, y com o garantiza, para todos sin excepción,
que guardan siempre, aun ante la m ism a obra de la m ás am plia libertad de investigación. Mas, la
sus predecesores o maestros. Ser independiente ha Ciencia, no solamente otorga a les dem ás la liber­
sido cosa sólo de una pequeña minoría, es un pri­ tad de decir lo que piensan, sino que el principio
vilegio al que sólo alcanzan a gozar los de espíritu en que se inspira, el ideal que la orienta, exige que
fuerte, sano y fecundo: los creadores de nuevas ru­ se les escuche sin prejuicio alguno y con la menor
tas, de nuevos horizontes. Al tratar de serlo, aun anim osidad posible; en todo caso, lo único permisi­
con derecho a ello, pero sin estar obligado, se prue­ ble, sería una com edida simpatía h acía la obra y
ba que se es n o solamente potente, sino también el pensam iento de los demás, que en ninguna fo r­
audaz en grado temerario; se aventura uno en un m a perjudicaría a la causa de la verdad y sí, en
com plicado laberinto, m ultiplicándose hasta el in­ cam bio, favorece todo esfuerzo de com prensión.
finito las inquietudes, las esperanzas y los peligros Este estado de espíritu es tan característico de
que la vida trae ya consigo. P or esto el científico los científicos, que aun cuando quieren refutar al­
se entrega, con todo el a rdor de su anhelante ro- guna idea o teoría, por ellos considerada errónea
razón, a la obra creadora del conocim iento, se o insuficiente para explicar determinados hechos,
arriesga libremente a explorar el m undo de lo des­ la prim era labor a que se enfrentan es la realiza­
conocido, sin im portarle los peligros y los sacrifi­ ción de un am plio y concienzudo estudio acerca
cios que tenga que pasar, pues tal es la condición de d ich a teoría, para extraer de ella todo lo útil
de su existencia y la trayectoria gloriosa en que y verdadero que pueda contener; este análisis debe
su ideal lo proyecta. Para los hombres de ciencia ser realizado sin ninguna prevención hostil y con
la libertad lo significa todo, n o pueden ligarse a un criterio suficientemente liberal, aunque extricto
nadie, ni aun a la persona más querida: toda per­ y meticuloso, para hacer resaltar, de este modo,
sona es un pozo y una prisión; n o pueden perma­ tanto la parte de error com o la parte de verdad
necer ligados a una patria, a una religión o a una que ella pudiera encerrar.
filosofía cualquiera, necesitan ser independientes, Todas las ideas e hipótesis científicas han sido
y, sólo pueden permanecerse a sí m ism os, ligarse orm uladas después de una ardua labor investiga­
a 'u n a ruta, al cam ino de la verdad, a su pasión y dora y de un largo período de m editación y aná­
a su ideal. lisis por parte de los hom bres de ciencia, que no
En Ciencia el verdadero ideal es la independen­ paran en sacrificios y sufrimientos, co n tal de des­
cia absoluta de los espíritus y la libre diversidad correr un p oco más; el velo que nos oculta la rea­
de las ideas y las teorías. Pretender gobernar los lidad; p or esto, los dem ás científicos que vienen a
espíritus sería peor aún que pretender gobernar los rectificar o agrandar estas concepciones, tan labo­
cuerpos; es preciso evitar toda clase de «dirección» riosam ente obtenidas, se m iran muy bien de des­
de conciencia o de pensamiento, com o a una ver­ preciarlas antes de com prender lo más posible; son
dadera plaga. Las religiones y las filosofías a u to­ tolerantes para co n ellas, y antes de abandonarlas
ritarias, son andadores buenos para los pueblos definitivam ente se com placen en rendirles el pós-
que están en la niñez: ya es tiem po de que ande­ tumo hom enaje del conocim iento; de los errores del
mos solos, que m archem os sin muletas y sin p as­ pasado surgen las verdades del futuro. Y a hemos
tores; hay que m irar con h orror y con desconfian­ visto com o esta tolerancia y este respeto para toda
za a los pretendidos apóstoles, a los misioneros, la obra realizada, por los viejos! y nuevos investi­
a los predicadores de tod a clase; tenemos que ser gadores, n o es practicada ni adm itida en todas
nuestros propios guías y buscar en nosotros mis­ aquellas disciplinas del espíritu que fin can su, po­
m os el ideal. der en la aceptación incondicional de determina­
Para todo hom bre de ciencia, ese ideal interior, das y exclusivas «verdades», a las que se les confie­
tan p ropio y tan ajeno a los prejuicios e intereses re el valor de lo absoluto y, esto es fácilm ente com ­
externos, está representado por el ideal científico, prensible, pues la tolerancia, en estos sistemas, es
que en su más am plia acepción y en su máximo una claudicación del espíritu en el error y una
desarrollo constituye la Moral de la Ciencia. Este fuerza debilitadora de la fe, y, en último caso, no

Ayuntamiento de Madrid
CENI T 1067

puede ser otra cosa que un m al m enor que hay que de prejuicios, y que saben escuchar y analizar las
com batir. Inversamente, para todos aquellos hom ­ ideas de los dem ás sin ofuscarse, con una gran to­
bres que, conscientes de su valer y de su potencia­ lerancia, pero sin ninguna clase de adulación o de
lidad, no temen a luchar contra otras ideas y a cobarde admiración, y siempre con una altiva osa­
discutir con otros hombres, la tolerancia n o repre­ día critica. Es necesario, por tanto, preservar esu
senta m ás que una humilde e insignificante form a libertad lejos de todo dogmatismo, de toda dicta­
del respeto por el pensamiento. Para todos aque­ dura física o espiritual, y h ay que defenderla, al
llos cuya fuente de inspiración es la M oral de la m ism o tiem po, de las aceohanzas de la tiranía que
Ciencia, sólo puede existir una intolerancia per­ la teme y del dinero, que está siempre alerta «pa­
ra com prar los medios de expresión del pensa­
m itida, y, esta, es con tra sus propios prejuicios,
m iento, y hasta el m ism o pensam iento si se da el
p a ra evitar que éstos se inm iscuyan en sus labores caso».
especulativas. De aquí que afirmemos que p a ra la Queda, pues, asentado que el principio en que la
buena m archa de la Ciencia sea necesaria la exis­ Ciencia finca todo su poder creador, es el princi­
tencia de mentes que expresen ideas diferentes a pio de la libertad integral practicado por todos los
las nuestras,, y que, en lugar de restringir esta di­ nom bres que orientan sus vidas p or los intrinca­
ferencia de opiniones, sea conveniente aumentarla, dos senderos de la investigación y del conocim ien­
ya que, en este caso, siempre será más difícil que to. T od a lim itación o despojam iento de esta liber­
los nuevos conocim ientos que se obtengan, arras­ tad debe ser considerado m oralm ente com o un cri­
tren errores y sean el resultado de falsas interpre­ men y, por lo mismo, hay que defenderla de todos
taciones individuales. aquellos individuos o entidades que pretendan cor­
tar o gobernar al pensamiento, en beneficio parti­
Y a hemos constatado, asimismo, la imposibili­ cular y exclusivo de una ideología determinada, de
dad en que se encuentra la Ciencia para (poder una clase o de una secta cualquiera, y, siempre, en
hacer una afirm ación categórica, en el sentido de perjuicio de los hombres de ciencia, de la Ciencia
que las verdades que hoy en día se ve obligada a misma.
aceptar — transitoriamente— com o absolutas, lo A hora bien, de esta libertad, de esta autonom ía
vayan a seguir siendo en el futuro. Y lo que es más del pensam iento que dignifica al hom bre y a toda
aún, nos vemos en la necesidad de admitir esta la obra que él realiza, es de donde surgen los no­
verdad proclam ada por ese gran g en io alemán bles sentim ientos de fraternidad y de am or qu°
creador de la física cuántica, M ax Planck, de que caracterizan a todo hom bre de ciencia. Sólo p or la
« lo absoluto jam ás podrá ser alcanzado por el in ­ libertad de que disfrutan, se produce ese vínculo
vestigador». Aunque, com o es natural, nos vemos fraternal entre los científicos —de n o im porta qué
obligados a utilizar — en nuestros trabajos presen­ raza o nación— , que sirve notablemente co m o me­
tes— determinados conocim ientos, a los que, irre­ dio de rápida ayuda y de com ún enseñanza. El he­
misiblemente, les tenemos que otorgar un grado de ch o de que la libertad individual y la independen­
validez absoluta, aunque esto n o significa, desde cia de criterio sea aceptado por todos los científi­
luego, que renunciemos a superarlos y hasta, en un cos, produce inevitablemente la unión fraternal de
tiempo n o muy lejano, abandonarlos. todos ellos, ya que sólo co n esta cam aradería es
En nuestra ininterrumpida m archa h acia el por­ com o pueden servirse unos a los otros, y todos
venir, nos hallam os constantem ente ante nuevas ellos, en conjunto, a la causa de la verdad a la que
y diferentes situaciones; vemos co m o nuestras han em peñado sus vidas; sin esta fraternidad,
concepciones van quedando rápidam ente relega­ para consultarse y para ayudarse mutuam ente, los
das al pasado, siendo sustituidas por otras más be­ científicos se hallarían reducidos a la mínima ex­
llas y más amplias, y com o tam bién éstas, a su vez, presión de su potencialidad cognoscitiva, pues en
ceden su lugar a otras, y así sucesivamente, sin su búsqueda de la verdad, necesitan, forzosam en­
alcanzar nunca la meta final. Lo absoluto —en te, consultar y pedir datos, conocim ientos y resul­
cuanto atañe nuestro total con ocim iento de la Na­ tados experimentales, a los demás investigadores,
turaleza— «representa una meta ideal que está los que, m erced a este espíritu de fraternidad tan
siempre delante de nosotros y que nunca podre­ p ropio de ellos, ceden, gustosa y desinteresada­
mos lograr». De aquí la evidente com probación de mente, todos los resultados de sus estudios y de
que el valor de nuestro esfuerzo por conquistar la sus investigaciones que puedan ser útiles a todos
verdad, no esté en el triunfo de nuestro fin, sino en sus dem ás com pañeros de profesión. Claro está que
el mismo esfuerzo que realizamos. El científico de­ esa libertad y esa com unión que existe entre los
be vitam impenderá vero (consagrar su vida a la hom bres de ciencia es el resultado natural del fer­
verdad), esa es su única razón de ser, su misma viente am or que sienten todos ellos hacia la obra
existencia, y n o debe, por tanto, pensar jam ás en que realizan. Ese cariño, ese respeto que tienen
el término de su misión, en alcanzar algún día la para todo lo que representa labor cognoscitiva o
meta codiciada, aunque para alentarse en su labor trabajo de investigación de la verdad, los anim a
debe com prender perfectam ente el hecho de que a penetrar en la obscuridad de lo desconocido para
siempre estaremos más cerca de ella, y esto es la ilum inarlo co n la radiante luz de la inteligencia
mayor recom pensa a que puede aspirar por su es­ y la razón, h acien do de su obra un bello y arm o­
fuerzo en alcanzarla. A cercarnos cada vez m ás a nioso poem a de amor.
la verdad, he aquí el a fá n y el deseo de la Ciencia, L a Ciencia tiene, en consecuencia, en la liber­
de la Moral que la inspira.
tad, la fraternidad y el amor, los principios bási­
Mas, es imposible m archar hacia la verdad sin
antes aceptar y practicar la más íntegra libertad cos para la realización de toda su obra; principios
de pensam iento y de acción, para n o equivocar el que, la epopeya que h a sabido forja r en el trans­
cam ino y dirigirnos hacia el error, en vez de a la curso de la H istoria, los ha proclam ado com o las
verdad. E l cam ino de lo verdadero, sólo está per­ m áxim as cualidades de la dignidad humana.
m itido a todos aquellos que tienen el espíritu libre Por esto la m oral en que la Ciencia se inspira

Ayuntamiento de Madrid
1068 C E N I T

lanza a los cuatro vientos la buena nueva de su junto con el gran pensador Guyau, esta verdad que
ideal: niega a lo absoluto, a la autoridad infalible; aterra a todos los pobres de espíritu y que un día,
pero afirma, en cam bio, la libertad del hombre, la n o muy lejano, se verá com probada por la ineludi­
dignidad del espíritu. Para todos aquellos que ble realidad social que, actualmente, la Ciencia es­
quieren tener la verdad, toda la verdad, en un m o­ tá forja n d o ya:
m ento y sin esfuerzo —aunque ésta sea una men­
tira—, n o puede servir nuestro ideal; mas, p a ra to­ «Felices, pues, h o y día aquellos a quienes un Cris­
dos aquellos que quieran luchar por conseguirla, to pudiera decir: «¡H om bres de poca fe!...», si esto
para los que sepan sacrificarse p or su causa, aun­ significase: hom bres sinceros que n o queréis enga­
que nunca lleguen a poseerla toda, para éstos que ñar vuestra razón y rebajar vuestra dignidad de
saben m archar hacia ella y esperar eternamente, seres inteligentes, hom bres de un espíritu verda­
sólo para éstos n o es una quimera. La verdad está deramente científico y filosófico que desconfiáis de
en el constante movimiento, en la eterna esperan­ las apariencias, que desconfiáis de vuestros ojos y
za de llegar a alcanzarla. de vuestros espíritus, que sin cesar volvéis nueva­
De aquí la razón de que la Ciencia no sienta nin­ mente a escudriñar vuestras sensaciones y a probar
gún tem or de m ostrar ante el m undo su doctrina vuestros razonamientos; hom bres que solamente p o ­
exenta de todo fanatism o, de intransigencia y de déis poseer una parte de la verdad eterna, precisa­
autoritarism o alguno. No quiere, ni puede, detener mente porque n o creeríais jam ás poseerla por en­
el espíritu creador del hom bre para entregarle la tero; hom bres que tenéis bastante fe verdadera
«verdad absoluta» que éste ha de creer con la fe para buscar siempre, en lugar de descansar gritan­
ciega que las religiones y las filosofías le exigen; do ¡he hallado!; hom bres decididos que vais allí
nunca le podrá decir: ésta es la verdad y ya no donde los dem ás se detienen y se adormecen: el
debes buscar más; sino que, p or el contrario, siem­ porvenir es vuestro, sois vosotros quienes m odela­
pre le dirá: n o te detengas, prosigue tu camino, réis la humanidad de los tiempos futuros».
aun te fa lta m ucho por conocer. Por esto, y para
concluir, nos sentimos orgullosos en proclam ar, O c ta v io A L B E R O L A

La Vida—
-y ios Libros
«Lessons o f the Spanish revolution», crítica son indudablem ente los hechos de los anar­
por V. Rishards, Freedom Press, quistas a través de sus organizaciones, la F.A.I. y
Londres, 1953, 154 pp. la C.N.T. E l autor encuentra aquí abundante mate­
ria para dem oler y tam bién para situar lo que es
STA obrita, publicada prim ero en fo ­ pensam iento ortodoxo del anarquismo. E induda­
lletón en la prestigiosa revista anar­ blemente Rishards tiene a bien recoger en su libro
quista londinense « F r e e d o m » , que ese rosario de inconsecuencias co n que el anar­
fun dó K ropotkin, se com pone de una quismo español ha h ech o palidecer la trascenden­
serie de ensayos que, com o expresa cia internacional de su propia obra.
su título, se refieren a la revolución Aunque n o se h a publicado sobre la revolución
española 1936-39. El autor, para com ­ española sin o una parte ínfima de los materiales
ponerla, h a echado m ano a gran par­ susceptibles de estudio, puede afirmarse que lo
te de la docum entación publicada úl­ esencial de esta docum entación está ya a la vista
tim am ente sobre la materia, aunque del crítico. Y va siendo hora de que éste emprenda
en realidad es el suyo más; bien un ensayo crítico. su trabajo de análisis y venga a com pletar la p a r­
T em an do por base de su trabajo cada una de las te puram ente objetiva que se ha venido revelando.
etapas de aquella revolución, Vernon R ishards em­ Interesa, especialm ente a los anarquistas, sacar las
pieza por el origen de los acontecim ientos que si­ debidas consecuencias de los hechos y conductas de
túa en las elecciones españolas del mes de febrero su p ropio movimiento. V ernon lo hace en su libro,
de 1936. Seguidamente va entrando en materia, aunque a opinión nuestra peca quizás de dem asia­
siempre sobre la base de los h itos m ás sobresalien­ do severo. Quizás n o sea esta la palabra justa. Nos
tes de aquel m ovimiento. El punto de m ira de su parece simplemente que h ay en esta obra una ob-

Ayuntamiento de Madrid
C E N I T 1069

sesión demasiado pronunciada por la caza del trai­ acceso e izóse en los establecim ientos la bandera
dor a los principios. Esta obsesión resalta demasia­ roja y negra.»
do quizás porque el autor n o ha procurado estable­ A partir de 1921 empieza la feroz agresión del
cer el debido contraste entre lo pecam inoso y lo fascism o. Un grupo de aventureros, capitaneados
m ucho bueno (y reivindicable) efectuado allí. Peca, por Mussolini, se organizan en banda defensora
pues, Vernon, en ta n to que crítico, de demasiado de los intereses del Estado y de la burguesía, a
lateral. Muchos lectores verán en él ante todo, al quienes no tardarán m ucho tiem po en pasar una
fiscal obseso en el hallazgo de materia delictiva. abultada factura. El libro que estam os com entando
He aquí la parte criticable al crítico. Por lo de­ se ocupa extensam ente de este negro capítulo, r e ­
más, ninguna de sus aseveraciones podrá ser des­ pleto de actos terroristas, asesinatos, asaltos e in­
m entida p or la Historia. Pero cuando se escribe cendios, perpetrados por fascistas revestidos de la
para el gran público es una m edida de justicia, no más com pleta impunidad. La dictadura fascista se
de clem encia, dar a todos los h echos el subrayado produce de h ech o el 28 de octubre de 1922, fecha
correspondiente. de la m archa sobre Roma. Al día siguiente el rey
entrega el poder a Mussolini.
« U n t r e n t e n n io d i a t ilv it á a n a r - El terror fascista que va a inaugurarse queda ex­
O hica (1914-1945)», G r u p o e d ito r presado en esta efeméride del 29 de octubre que
« L ’ A n t is t a t o » , C esen a , F o r li (Ita lia ), dice:
1953, 215 p á g in a s . «Inm ediatam ente después de la m archa sobre
R om a, los locales de «U m anitá Nova» son invadi­
Este libro, en el que ha puesto su com petente dos, la im prenta es devastada, el rótulo incendia­
m ano de archivero e historiador el com pañero Ugo do... En La Spezia es com pletam ente destruida la
Pedeli, constituye un «digest» de los acontecim ien­ im prenta del sem anario anarquista «II Libertario».
tos en que tuvo participación el m ovim iento anar­ Esta ola de terror persistirá a través de los años
quista italiano. Compuesto en form a de efemérides, siguientes tan pródigos en procesos sensacionales
se desgranan año por año, y casi día por día, los (sin luz y sin taquígrafos), en fusilam ientos por la
hechos sociales y revolucionarios más sobresalien­ espalda en los que las más de las víctimas son anar­
tes ocurridos en Italia durante treinta largos años. quistas.
Com o prontutario para con ectar cualquier h ech o a Enfin, una obra de consulta de gran utilidad pa­
su fecha correspondiente es de m ucha utilidad, es­ ra las gentes estudiosas.
pecialm ente para los estudiosos de la historiogra­
fía social.
El libro que nos ocupa em pieza su narración en (d i M o v im ie n to L ib e r t a r io S p a g n u o -
vísperas de la prim era guerra mundial, concreta­ Io». p o r I ld e fo n s o G o n z á le z , E d izio-
mente en ocasión de una huelga general declara­ n i R . L ., Ñ a p ó le s , 1953, 51 p á g in a s .
da en protesta por la m asacre efectuada por la p o ­
licía con m otivo de u n a cto realizado en Ancona, De un tiem po a esta parte se h a publicado gran
en el que tom ó la palabra Enrique Malatesta. R e ­ acop io de m aterial sobre la gesta española iniciada
coge seguidamente los detalles más interesantes en julio de 1936. L o publicado concentra su aten­
de la controversia producida entre los anarquistas ción en la fase de la actuación anarquista en Es­
al estallar la guerra y que había de dividirles en paña. Pero hay una segunda parte en esta actua­
intervencionistas más o menos directos y en adic­ ción que abarca la labor realizada por este mismo
tos a lo que es posición clásica de este movimiento. M ovim iento en su prolongada estancia en el exilio.
La prensa anarquista italiana se distinguió en esta Ildefonso González, en su obra, introduce al lector
época por su intensa propaganda antim ilitarista, lo al conocim iento de lo que son tácticas, finalidades,
que acarreóle los en ojos d e la censura y una per­ procedim ientos de organización y tendencias del
secución desenfrenada. Quedan debidam ente refle­ anarquismo español en sus tres ram ificaciones c a ­
jadas las agitaciones y protestas con tra la guerra racterísticas: las Juventudes Libertarias, la Federa­
llevadas a ca b o por los anarquistas. El gobierno ción Anarquista Ibérica y la Confederación Nacio­
italian o responde con su acostumbrada acción te ­ nal del Trabajo. Pero el autor, en su estudio, n o se
rrorista. acción que im ita el gobierno suizo contra detiene al llegar al mes de febrero de 1939, sino que
los primeros exilados que form arán l a . vanguardia trascendiendo a esta fech a se ocuoa, todo lo posi­
del gran éxodo ulterior provocado p or el fascismo. ble en un opúsculo de tan lim itadas dimensiones,
Las agitaciones sociales se intensifican con m oti­ de la m eritoria actuación de los libertarios en una
vo de la crisis oue siguió a l fin de las hostilidades. serie de países de Europa, A frica y América.
Y a la réplica de los servidores del Estado la fer­ Los com pañeros p oco iniciados en las interiori­
m entación revolucionaria se radicaliza. «U m anitá dades del M ovim iento Libertario Español, y cuan­
N ova» lanza la consigna a los obreros de ocupación tos ajenos al m ovim iento anarquista en general
de las fábricas. He aquí una de las fases más tras­ sientan curiosidad p or esta clase de estudios, en­
cendentales del m ovim iento revolucionario italiano contrarán en el ensayo del com pañero Ildefonso un
y una de las más im portantes de esta obra. El mis­ valioso prontuario de inform ación.
m o diario describe este m ovim iento en un suelto del
prim ero de seDtiembre de 1-920: «La tom a de posi­
ción de las fábricas tuvo lugar en 300 estableci­ ((Les R a m b la s fin is s e n t á la m e r » ,
m ientos de Milán. La masa trabajadora después del p o r J o s é L u is d e V ila llo n g a (A u x
cierre de la «R om eo» com prendió de p ron to que el E d itio n s d u S eu il, P a r ís 1953, 189 p.)
único m odo de im pedir el cierre general y la ocu­
pación de las fábricas por la fuerza armada, era En la co n tra ta p a 'd e esta novela se nos dice que
perm anecer en dichos establecim ientos, haciendo José Luis de Vilallonga pertenece a una de las más
prisioneros a los directores, capataces y demás em ­ rancias fam ilias aristocráticas españolas. Y que el
pleados. Se apostaron centinelas en las puertas de autor, de muy joven hizo la guerra civil b ajo las

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1070 CENIT

banderas de Franco. Más tarde, abriendo los ojos fondo de la tram a n o puede ser más convencional.
a la realidad, un artículo suyo aparecido en la Los conspiradores de Vilallonga parecen com u­
prensa extranjera le 'hizo caer en desgracia. Desde nistas p or necesidad, porque pon lo visto el autor
entonces (1946) vaga por el exilio com o un refugia­ na sabe ni conoce de otros conspiradores. Y estos
do más.
van de taberna en taberna, de lupanar en lupanar,
. E? ,,<<r^ s R am blas finissent á la m er», Pepe Luis de borrachera en borrachera, mezclados co n toda
de V ilallonga se ha propuesto ofrecernos un atis­ suerte de entes degenerados, invertidos o pederas­
bo de su propia biografía o proceso de su conver- tas, De esa clase (le basura social form a parte el
sión. Su héroe, Rafael Puerto Real, pertenece tam- único anarquista que aparece en la novela: el poe­
bién a una fam ilia aristocrática. Es el prototipo ta Mauricio Alvarado. El autor, para dar un centro
del señorito holgazán, degenerado por el propio de interés a sus personajes no h a encontrado más
ambiente en que se ha desarrollado desde la infan­ solución que sumergirles en un baño permanente
cia hasta después de la Cruzada, en que tom ó par- de alcohol y poner en sus bocas pestilentes! el len­
te com o un fanático cruzado más. Su miseria m o­ guaje de la canalla.
ral le h a convertido en un habitual de los bajos Com o diatriba con tra la tiranía de Franco y co ­
fondos, y vive en revoltijo con el ham pa del «barrio mo apología de sus adversarios, este libro dejará
ch in o» barcelonés, contiguo a las Ram blas y al un mal gusto de boca al lector medianamente refi­
m ar. Allí, en uno de esos repugnantes antros del nado. Vilallonga patentiza su falta de experiencia
vicio, tropieza el «señ orito» con Fernanda y su pa­ y de inform ación sobre el m otivo que se h a pro­
dre Olivarría,. capitostes de una red de conspirado­ puesto desarrollar. Podadas del libro las alusiones
res y guerrilleros. El am or por Fernanda le co n ­ contra el régimen, podría sin desdoro p ara la po­
vierten en un resistente más. R afael aporta a los lítica franquista hacerle los honores en cualquiera
conspiradores las ventajas de su posición social. de sus libelos. T al es la repugnancia que provocan
Finalm ente el autor sacrifica a su héroe en pleno en el lector esos personajes de folletón policíaco.
bautismo de fuego con la policía franquista. Sin embargo, el autor refleja co n soltura y acier­
to todo aquello que conoce. Ejem plo de ello es la es­
¿Q ué direm os de esta novela que tanto h a pon­
derado la critica? Si se puede juzgar del estilo de cena desarrollada en el palacio del marqués de Be
nicarlet. Perfecta es esta pin tu ra de contraste en­
Hí1, autor a través de sus traductores, direm os que
tre la vieja aristocracia y los nuevos ricos del ré­
Vilallonga reúne condiciones literarias que pueden gimen. Y especialmente atinados los latigazos de
nacer de el un excelente narrador. No lo es todavía
-a lenguaraza condesa de Castelvarte. Es la sola
vilallonga, ni en la pintura de los caracteres ni en
la lógica de las situaciones. Rafael, Fernanda, Oü- escena que a nuestro criterio merece el libro.
varria nos resultan tipos tallados a patrón. Y el
José P E IR A T S

í ^ c i t u t u A i n f ) i n
—i ~ — _ _

Novela fantástica y rea

CAPITULO III c a b a lle t e s , c o n p r o fu s ió n d e p e r ió d ic o s y r e v is ta s.


E n e l c r is t a l d e la m a n p a r a e sta in s c r ip c ió n : «C e n -
tr e d e D iv u lg a t io n C u lt u r e lle » , q u e se lee a l revés
JO R N A D A TE R C E R A d esd e d e n t r o . M e sa a g u is a d e m o s tr a d o r . B o t i j o y
b o t e lla s . U n h o r n ill o c o n u n a c a fe t e r a . E n tr e d o s
lu ces.
¡A b a jo las a rm a s ! P A B L O e s c r ib e a m á q u in a lo q u e B E R N A B E
le d ic t a . A t e n t o a l d ic ta d o , L O R E N Z O . N A-
P e r s o n a s : N A D IA , C E F E R IN O , G A L L A N , LO D I A y G A L IA N , d e p ie , leen . A l o su y o , T O ­
RENZO, BERNABE, PABLO, F E D E R IC O , TO B I A S , c o n s e r je .
B IA S .

B E R N A B E . — S e n tim o s d e c ir o s q u e , b ien a p e ­
C e n tr o d e in te le c tu a le s . « B u r e a u » y m e s ita c o n
sa r n u e s tr o , n o s es im p o s ib le p r e s t a r o s la a y u d a
lig u a p a r e s c r ib ir a m á q u in a . T a b le r o la r g o , sob re
e c o n ó m ic a s o lic ita d a , p o r c a r e c e r d e r e c u r s o s y

Ayuntamiento de Madrid
72 F R IT Z B R U P B A C H E R MARX Y E A K U N IN 65

p o lítico s podrían sen tir sim patías, desde el p u n to d e vista B a ku n ín , si con tem p la b a una c o s a p en sa ba co n to d o su
h u m a n o, h a cia los p roced im ien tos d e M arx. o rg a n ism o , ta l y co m o el a rtista ve las cosas: co n in telecto,
sen tim ien to, volu n tad , fa n ta sía . T o d o fo r m a un c o n ju n to
L A E S C IS IO N EN LA F E D E R A C IO N ROM ANA desde este p u n to d e m ira. Y a esto se llam a v isión d e l a r­
tista o m ira r in stin tiv o. V ió el m u n d o co n o jo s , m a n os y
En el segu nd o C on greso anual d e la F ed eración rom an a, p en sa m ien to. T o d o de una vez. P resin tió que el U n iverso
a b ierto en O h au x-les-F onds el 3 de a b ril de 1870, se p rodu ce o r g á n ic o puede ser ca p ta d o solam en te c o n to d o el o rg a n is­
el p rim e r ataque d e U tín — el a m ig o de M a rx — , c o n tr a Ba- m o h u m a n o. N o pu do ap recia r lo in con m en su ra b le co n lo
kunín. P a ra p erson a s c o m o U tín un e scá n d a lo era siem pre que se p u ede m edir. V ió el m u n d o d e o tr a m an era que M arx,
co sa ag rad a b le. C om o todos aquellos h o m b re s que n o en ­ p u esto que lo e x a m in ó co n o tro s sen tid os. E sta d iferen cia
cierra n n ad a d e p o sitiv o en sí, y que p o r eso sien ten a v e r­ fu n d a m e n ta l en am bos ca ra cteres n o d eb ió co n d u cirle s a lu ­
sión c o n tr a todos los h o m b re s p ositivos, U tín tuvo* la m ayor c h a s y d iscre p a n cia s d e m a l gu sto, p u e s to que en verdad,
co m p la cen cia en p o d e r d e g ra d a r a un (hombre em in en te c o ­ fu n d a m e n ta d a o n o, co m o algu n os eclé ctico s p ien san , esa
m o B aku n ín . Ser o b je tiv o n o era la virtud d e p e rso n a s co m o d iv ersid a d ten ía en sí m ism a a lg o de com ú n y d e re co n ci­
U tín . L o con v e n ie n te h ubiera sid o a cla ra r las d is cre p a n cia s liable. L eyen d o a B ergson sobre las d iferen cia s d e la in te­
D e h acerse esto la escisión n o se hubiese ev ita d o, pu es ex is­ lig e n cia y d el in stin to , vem os la d escrip ción de los tipos
tían en verdad d iv erg en cia s p rofu n d a s d e o p in io n e s. P ero M a rx y B aku n ín .
sin la in terv e n ció n d e U tín el C on g reso h ubiera p roced id o Es to ta lm e n te iló g ic o su poner, p o r los a n teced en tes, que
co n m ás objetiv id a d . B a k u n ín d esp recia b a la cien cia y esp ecia lm en te la fo r m a ­
L as d iv erg en cia s se m a n ife sta ro n al h a ce rs e la p rop osi­ c ió n cie n tífica d e M arx. F o rm a n d o p a rte d e su ser p en san ­
ció n sobre p e tició n d e in g reso d e la S e cció n g in eb rin a d e la te y sensible, la cie n cia era p a ra él u n a co sa gran d e, a lg o
A lian za en la F ed eración rom a n a . L a S ección g in e b rin a de que d eseaba p oseer e n sí p ero c o n to d a sobried ad , c o m o un
la A lia n za h a b ía sid o a cep ta d a c o m o s e c c ió n de la In te r n a ­ to d o que e stá en el h o m b re . Y en con secu en cia c o n esta o p i­
cio n a l p or d ecisión d el C o n se jo G en era l d e L on d res el 28 de n ió n , así ju zg ó a M arx.
ju lio d e 1869. Y en con secu en cia , h a b ía a q u ella p ed id o su B a ku n ín , si bien ju zg a b a a M arx s ó lo p o r el la d o in te ­
in greso en la A so cia ció n rom a n a . El C om ité h a b ía p osterg a ­ lectual, le ju zg a b a p o r ese lad o d e la m an era m á s fa v o r a ­
d o la d ecisión p or tiem p o in d efinid o. b le. A d m ira b a sus facu ltad es, y casi p o d ría m o s decir, au n ­
U tín h iz o la p ro p o sició n d e que n o se a cce d ie ra .por el que sea p a ra d ó jico , que era tam b ién m a rx ista en el p la n o
m om en to a la d em a n d a d e in greso. P ero s ó lo co n sig u ió un e c o n ó m ico . Cedérnosle la p a la b ra ;
retraso d e la d iscu sión h a sta la sesión d e la tarde. L os d e­ «C o m o p e n sa d or, M a rx se en cu en tra en e l ca m in o ju sto.
bates tom aron , pues, un g ir o v iolen to, y su re su lta d o d ió m o ­ Este h a esta b le cid o co m o p rin cip io que tod os los procesos
tivo a la escisión en el sen o d e la A socia ción . p o líticos, relig iosos y ju ríd icos d e la h isto ria son , si n o las
El o p osito r p rin cip a l a la e n tra d a d e la A lia n za era, pues, causas, si las co n secu en cia s d e evolu cion es econ óm ica s. Esta
U tín . Este id en tifica b a co m p le ta m e n te la A lia n za co n la es una id ea g ra n d e y fé rtil que é l n o h a d escu bierto; fu é
p e rso n a d e B aku n ín , a l que n e g ó to d a solv en cia m o ra l p a ra p re su m id a y ex p resa d a p o r p a rte d e m u ch os otros an tes
o ste n ta r un p u e sto d irig en te en1 la In te rn a cio n a l. E n su s es­ que el. P ero tiene el m érito in m en so de h a b erla exp u esto y
c r ito s d e p rop a g a n d a red a cta d os en ru so d ecla ra sin rodeos to m a d o c o m o base d e t o d o su sistem a e con óm ico. P or o tr a
que p a ra B aku n ín n o existe la «fidelidad n i la fe. Q ue es p a r ­ p a rte, P ro u d h o n co m p re n d ió m u ch o m e jo r que M arx la li­
tid a rio del lem a jesuíta d e «e l fin ju stifica los m ed ios», y bertad y su sen tid o. S in ta n ta d o c tr in a y m etafísica . P ro u ­
que lo em p lea sin escrúpulos p a ra im p on er su d icta d u ra a la d h o n tu vo el v erd ad ero in stin to d e los rev olu cion a rios. A d­
In tern a cion a l; que su a ctiv id a d h a b ía ca u sa d o g ra v es d a ñ os m iró al d ia b lo y p ro c la m ó la an arquía. E s posible que M arx
a la cau sa re v o lu cio n a ria rusa, etc. cr e a r a un sistem a m u ch o m ás razon a ble, teórica m en te al
U tín se d e cla ró a d v ersa rio im p la ca b le d e B a ku n ín , y m en os, p e r o le fa lta el in stin to d e la libertad. Es un a u to­
llegó a d ecla ra r que si su p od er fu e r a ta l ord en a ría su e je ­ rita rio de los p ie s a la cabeza.
cu ció n sin v a cila cion es. D os d eleg a d os d e G in ebra, u n o d e « Y su g r a n o b ra , «E l C a p ita l», n o es n in g u n a fa n ta sía ,
los cuales, P erret, fu é m ás tarde secretario, de u n com isa rio n in g u n a cre a ció n a p rio rística que h a y a sid o fecu n d a d a en
d e p olicía , se u nieron a la o p in ió n d e U tín en sus ataques un s o lo día p or un jov en zu elo sin n o ció n d e las rela cion es
con tra B aku n ín . P erret n egó el sen tid o d e la d e cla ra ció n de e co n ó m ic a s d e la socied ad y del sistem a actu a l d e la e c o ­
h o n o r firm a d a p o r L ieb k n ech t, y a firm ó que n o se tra ta b a n om ía . E stá b a sa d a sobre un c o n o cim ie n to m u y exten so,
d e la p erson a d e B a k u n ín sin o d el in greso d e la A lia n za en m u y detallad o, y un a n á lisis p r o fu n d o d e este sistem a y de
la A socia ción rom a n a , in greso que en buena ló g ica n o podía sus co n d icio n e s .
rech azarse h a b ie n d o sido a p ro b a d a p o r el C on sejo G e n e ra l
de L ondres. «M a rx es un abism o d e co n o cim ie n to s estad ísticos y eco-
n om icos. E n sum a, su o b ra sob re el ca p ita l es u n tra b a jo

Ayuntamiento de Madrid
66 F R IT Z B R U P B A C H E R
MARX Y B A K U N IN 71

m ed ido p ositiv o y rea l, en e l se n tid o d e que n o ad m ite n in ­


g u n a o t r a ló g ica que n o sea la de los h ech os. p e riód ico; q u isieron im p on er al C om ité C en tral de G in ebra
« D e s g r a c ia d a m e n te e s t á t a n lle n a d e fó rm u la s y s u tile ­ q„ue, e f P ulsar.a a lo s , reca lcitran tes. P ero el C om ité, ca n sa d o
y a del d esp o tis m o de B aku n ín , le disgu staba verse a rrastra­
z a s m e ta f ís ic a s q u e la h a c e n in c o m p re n s ib le p a r a la g r a n
m a sa.» d o y c o n tra sta d o co n los d em ás com ités su izos-alem an es v
E n o t r o lu gar d ice so b re «E l C a pita l»: «E sta o b r a h u b ie­ » ° Í L £ ° Í 1Ste j0 G en eral P or lo ta n to con firm ó en su p u esto
J kJ Ctw es 1i í s^a es p ara B akunín. Los seis red a cto-
ra ten id o que ser tra d u cid a y a desde la rg o tie m p o al fr a n ­
cés, pues que y o sep a n in g u n a o tr a co n tie n e un a n á lisis tan ^ c.i'h fm Ímrí i S mi.tier,o n sus c are ° s . y creían con e llo im ­
p o sib ilita r la a p a rición d el p eriód ico.
p rofu n d o, ta n c la r o , c ie n tífic o y decisivo. D escubre sin m i­
sericord ia la fo r m a c ió n d e l ca p ita lism o burgués.» «E n respu esta a nuestro escrito, el C om itt C entral de G i­
T e n em os u n a ca r ta escrita p o r B ak u n ín a M arx, en el n eb ra d e cla ró que los ataques de «L a Ig u a ld a d » se efectu aron
a ñ o 1868, en la cu a l se tra slu ce el resp eto q u e sien te el p ri­ ^ iL C(í £ i ra v°Ju ntad y ^ ue nu-n ca a p ro b ó la o rie n ta ­
m ero p o r el ú ltim o: c ió n d el p e r ód ico. Y que, en a d ela n te, éste sería ed ita d o b a ­
«M i v iejo am igo: S ern o, m e h a in fo rm a d o so b re la p a rte jo el c o n tr o l s e v e ro del C om ité, etc. E ntonces, B aku n ín fué
de tu c a r ta que a m í se refiere. P reg u n ta s si co n tin ú o sien ­ P r o g r e s o » a de L ó e le ° ' TCnía BÚn 611 SUS m an os- en S u iza- «El
d o tu am igo. C iertam en te, m ás que n u n ca , qu erid o M arx-
pues co m p re n d o m á s que n u n ca cu á n ju s to eras cu a n d o to ­ « P o c o después m u rió H erzen. B aku n ín , que desd e h a ­
m a ste el ca m in o d e la re v o lu ció n e c o n ó m ica y n os in v ita ­ c ia tiem p o soñ a b a en con vertirse en d irigen te d el m ovi­
bas a h a ce r lo m ism o; cu a n d o a ta ca b a s a a q u e llo s de en tre m ien to o b r e ro eu ropeo, h a b ía critica d o a su v iejo a m igo v
n oso tro s que se p erd ía n en em p resa s n a cio n a le s y to ta l­ f'atJ on; Pe ro al o cu rrir su m uerte em p ezó a llen a rlo de e lo ­
m en te p olítica s. H a g o y o a h o ra lo que em p eza ste tú a h a - g io s ¿ P o r qu é? P orque H erzen, a pesar d e su riqu eza p er­
c e r n a ce m á s d e v ein te añ os. D esde la d espedida •solemns son a l p erm itía que el p a rtid o p seu d osocia lista pan eslavo de
que .h ice a lo s burgueses en el C on g reso d e B ern a n o co n o z ­ R usia, m uy d e a cu e rd o con él, la retribuyera con 25.000 fra n -
c o n in g u n a o tr a socied ad , n in g ú n o tr o a m b ien te que el o V ^ C? f t 0 ,d e/ rop a g a ild a ' C on sus lisonjas, B akunín
m u n d o d e los ob reros. M i p a tria d e a h o ra es la In tern a se ap od eró d e este d in ero. Y así h ered ó d e Herzen (a pesar
cio n a l, d e la cu a l eres u n o de los fu n d a d o re s m ás im p o r­ d e su o d io h a cia la h eren cia ) m ora l y econ óm icam en te.
tan tes. C om p ren d o, a m ig o m ío, que so y tu d iscíp u lo v m e «D u ra n te esa é p o c a fijó suJ resid en cia en G in eb ra una
e n org u llezco de serlo.» jo v e n refu g ia d a rusa ( C o lo n y ), estudiante de con v icción
E l re sp eto a n te el v a lo r cie n tífico d e «E l C a p ita l» se sm eera. E sta ten ia co m o p u n to .principal d e su p rog ra m a la
ex p resa m ás que p la tó n ica m e n te en B a ku n ín . E n sus h ora s lu ch a co n tra el p a n eslavism o. En G in ebra p u b lica b a «L a
libres co m e n zó éste a tra d u cir al ruso el p rim e r to m o d e la V oz del P u eb lo», y h a ce dos sem an as escribía a L ondres so­
o b ra . M ien tras que M a rx in stig a a U tín a r e co p ila r m a te­ licita n d o ser ad m itid a c o n sus afines en la In tern a cion a l
riales p a ra u tilizarlos co n tra B aku n ín , éste vive en L oca rn o c o m o rama. rusa. Se lo h e m o s con ced id o.
y tra d u ce «E l C a p ita l». U n e sp e ctá cu lo p a ra los dioses. « En c a rta ap arte le h a n p ed id o a M arx que los rep re­
E sta tra d u cció n n o fu é term in a d a . O cu rrió c o n e sto lo sen te p rov ision a lm en te en el C on sejo G en eral A cep tad o Al
que le ocu rrió a B a k u n ín ta n ta s veces. S ú b ita m en te surgió m p o h a ” lr>dicado —p a rece que p or esto quieren
u n a n u eva cosa, u n a n u eva idea, u n n u evo h o m b re en su m m n 2 Sa! d ^ a r? — pien san .poder desenm ascarar
vida. E sta vez era el m ov im ien to ruso y , c o n él, N etsch agef. ” f ' |,™ 'lt o a B ak u n ín en fo rm a pública, pu es este h om bre
B a k u n ín se d e jó in flu ir d u ran te a lg ú n tiem p o p or aquél, t-ene dos caras co m p leta m en te d iferen tes: una p ara R u sia v
que era e n é rg ico y exu b era n te d e tem pera m en to, e n tre g á n ­
d osele en cu e rp o y alm a. k ín ’K i n T ' ,ASÍ te í m,in a ' P °r 10 men os en el seno de
U In te rn a cio n a l, el papel de este in trig a n te tan p eligroso.»
B ak u n ín ten ía rela cion es con N etsch a g ef desd e la p r i­ _ El d o cu m e n to que acabam os de tra n scrib ir n o es m uy
m a vera d e 1869. Creía en la posib ilid a d d e o rg a n iza r en R u ­ recrea tiv o c o m o lectura, pues a rro ja una luz m u y desagra­
sia un g ra n m ov im ie n to re v o lu cio n a rio de los ca m p esin os d a b le sobre M arx, ta n to p or sus «e rro re s» co m o por su léxi­
E n este tie m p o B a k u n ín escrib ió d o s fo lle to s a este fin y co. Su lectu ra es aun m ás pen osa p or el h eoh o d e cu e aquél
co n v e n ció a sus a m ig o s H erzen y O g a ref a que p u siera n a L r i t f f “ cen su ras ib an dirigid as n o pu do defen derse. El
la d isp osición d e un C o m ité revolu cion a rio, rep resen ta d o
p o r N etsch agef, u n a p a rte d e los fo n d o s de B a o h m e tje f w r i i r i ^ t f Í ' eÍ ,a1ra 0 secretam en te y só lo fu é c o n o cid o p o r
los dirigen tes d el m o v im ien to alem án.
N etsch a gef reg resó p o c o después a R usia, p e r o tu vo que re ­
fu g ia rse o t r a vez en Suiza, en e n e ro d e 1870. R e cib ió ' allí el ,l(1(;nJam es G u illau m e h a escrito que co n o ció este in form e
resto d e l-fo n d o , y q u iso in flu e n cia r a B a k u n ín en en sen tido después de su p u b lica ción en «N eue Z e it», en 1902. A parte
de que co n s a g ra ra tod a su en e rg ía a l m ov im ien to ruso. S u b­ a lg u n os fa n a tic o s n ad ie con sid era ría este escrito d e M arx
ra y a m os esp ecia lm en te e sto p orq u e qu erem os d esta ca r el ° J } u e es: c o m o u n a m an ch a im borrable en su ca ­
r á cte r que s o lo .puede exp licarse p sico lóg ica m en te. S ólo los

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70 FTRITZ B R U P B A C H E R M ARX Y B A K U N IN 67

«B ak u n ín o rg a n iz ó una especie d e c o n sp ira ció n para h e ch o _ d e que B a k u n ín n o era a c tiv o d e n tr o d e l m o v im ie n to


asegurarse la m a y o ría en el C ongreso. N o fa lta r o n inclusive de O ccid en te, y, p o r lo ta n to, n o se p re o cu p a b a a p en a s de
fa lsa s cred en ciales, c o m o la d e l señ or G u illau m e, en re p re ­ las d iscrep a n cia s in iciad as. E n to d o c a s o n o in te rv in o a c ti­
sen ta ción d e L óele. B aku n ín m ism o m en d ig a b a m a n d a tos en va m en te en ellas, co sa que, errón ea m en te, se le h a atrib u id o
Ñ apóles y en L y on . Se d ifu n d ieron tod a clase d e calu m n ias m u ch a s veces.
c o n tr a el C o n sejo G en era l. A los u n os se les d ecía que h a ­ N etsdhagef y B ak u n ín se sep a ra ron p r o n to {ju lio de
bía dem asiados elem entos burgueses en aquél; a los o tro s 1870), p u e s se d ió cu e n ta que aquél q u ería u tilizarle co m o
que era la sede del c o m u n ism o a u torita rio. El resu lta d o del sim p le in stru m en to. E n rea lid a d era el n o m b ra d o u n h o m ­
C on greso es co n o cid o . Las p rop osicion es d e B ak u n ín n o fu e ­ bre d e c o n v ic c ió n sin cera, de g ra n va len tía y m u ch a en er­
ron acep tad as y el C o n se jo G en era l p ersistió en L ondres. gía, cu a lid a d es ta l vez d em a siad o exageradas. N etsoh agef
«E l d isg u sto sobre este fr a c a s o — B aku n ín c o n ta b a poder p a r tía d e l p rin cip io d e que el fin ju stifica los m edios.
especular co n el éxito— se e x p resó en fra se s v io le n ta s en
los p eriód ico s «L a Ig u a ld a d » y «E l P rog reso». Estos p e r ió ­
d icos h acían el p apel d e orá cu los oficiales. U n a vez e x c o ­ M A R X C O N T R A B A K U N IN
m u lgaba n u n a sección suiza de la In te rn a cio n a l; o tr a vez
an atem atizaban a o tr a sección de la m ism a o rg a n iza ció n en
aquel país. Se las acu saba de h a b e r p a rticip a d o en el m o v i­ L a g ra n co n fia n z a que se n tía B ak u n ín p o r C a rlos M arx
m ien to p olítico co n tr a las in stru ccion es expresas d e B a k u ­ se p recisa m e jo r si rep rod u cim os a q u í u n escrito d e este ú l­
nín . ' tim o e n v ia d o a su a m ig o K u g elm a n n , y que d esea ba que
«P o r fin e x p lo tó la rabia, la rg o tie m p o reten ida, c o n ­ fu ese co m u n ic a d o a los d irigen tes del m o v im ie n to obrero
tra el C on se jo G en era l. «E l P ro g re so » y «L a Ig u a ld a d » a ta ­ a le m á n . E l escrito tiene fe c h a 28 de m a rzo d e 1870, y d ice
ca b a n e iron iza b a n , p reten d ien d o que el C on sejo G e n e ra l n o lo siguiente:
cu m p lía co n sus deberes. E jem plo: c o n resp ecto al b oletín «Q u e rid o K u g elm a n n : C om o u n a ú lce ra en e l lad o iz­
trim estral. El C o n se jo G en era l, según ellos, d e b ía a b a n d o ­ q u ierd o d e l cu e rp o m e im p osib ilita d e sen tarm e en m i m esa
n a r el co n tr o l d ire cto sobre In g la te rra y p erm itir la fu n d a ­ d e tr a b a jo p o r la rg o tiemipo, en lu g a r d e escrib ir dos veces
ció n d e un C om ité C entral in g lés a su lad o que se o cu p a ría te e n v ío a d ju n ta u n a ca r ta d estin a d a p ara el C om ité de
exclu sivam en te d e asuntos ingleses. L a resolu ción d el C on ­ B rau n sch w eig, B ra cke y co m p a ñ ía . L o m e jo r es que después
se jo sobre los « fe n io s » e n ca rcela d os representaba, tam bién, d e leíd a entregues el escrito p erson a lm en te, reiterán d ote
u n a tran sgresión d e fu n cion es, pu es n o d eb ía ocu p arse de que este co m u n ic a d o es co n fid e n cia l y n o d estin a d o a la pu ­
cu estion es p olítica s locales. A dem ás, aqu ellos p eriód icos t o ­ b licid a d .»
m aron el Dartido d e Sohw eitzer, y el C o n s e ja G e n e ra l fu é E l a n e x o dice:
in tim a d o d e fo r m a c a te g ó ric a a p ron u n ciarse o ficia l y p ú b li­ «In fo r m a c ió n con fid en cia l.
ca m en te sobre la cu estión de L iebk n ech t-S ch w eitzer. En el «A s o c ia ció n In te rn a cio n a l d e los T ra b a ja d ores.
p e rió d ico «T ra b a jo », de P arís, varios a m igos d e S oh w eitzer «C o n se jo C entral. — L ondres.
habían in trod u cid o d e frau d e a rtícu los fa v o ra b le s a él, y él «E l ru so B ak u n ín (le c o n o z c o desd e 1843 y o m ito d eta ­
m ism o recib ió elog ios de «E l P ro g re so » y «L a Ig u a ld a d ». Es­ lles m en u d os p a ra la m e jo r com p re n sió n d e lo que sigue),
te ú ltim o h a c ía ca u sa co m ú n c o n tr a el C on sejo G en eral. a l p o c o tiem p o d e haberse fu n d a d o la in te r n a c io n a l tuvo
«E l tiem p o h a b ía o b ra d o co n tr a esta in te n ció n . L a si­ u na en trev ista en L on d res c o n M a rx. Este ú ltim o le d ió de
a lta en la A so cia ción , p a r a la cu a l B a ku n ín p r o m e tió a c­
gu ien te es co p ia d el escrito d el C o n se jo G en era l al C om ité
rom a n o en G in ebra. (N o lo p u blicam os. S e puede leer en tu a r c o n tod a s sus fu erzas.
«N eue Z eit», to m o 2, p á g in a 475. M a rx co n tin ú a así:) «B a k u n ín fu é a Ita lia , y allí recib ió d e M a rx los estatu ­
tos p rov ision a les y el m an ifiesto d irig id o a la cla se tr a b a ja ­
«L os com ité s fra n ce se s (B akunín h a b ía in trig a d o m u ch o d o ra . C on testó m u y en tu sia sm ad o p ero co n tin u ó in a ctiv o.
en L yon y M arsella, g a n á n d o se u n os cu a n to s jó v e n e s im ­ «A ñ o s m á s tarde, d u ra n te lo s cu ales h a b ía p a sa d o des­
pulsivos), al ig u a l que los belgas, se h a n d e cla ra d o d e a cu er­ ap ercib id o. rea p a reció en Suiza. N o in g resó a llí en la In te r ­
d o co n este e scrito d e l C o n se jo G en era l. n a cio n a l s in o en la L ig a p a r a la P az y la L ibertad. D espués
«L a co p ia p a ra G in e b ra (e l's e c r e ta rio d e Suiza, Ju ng, es­ del C o n g rso d e esa L iga (G in ebra 1867), con sig u e q u e se le
taba m uy ocu p a do) se retra só un p o co . D ebid o a esto se cru ­ e lija p a r a el C o n se jo E je cu tiv o de la m ism a, creá n d ose a d ­
zó c o n un escrito o ficia l d e P erret, se cre ta rio d e l C om ité versarios que n o le p e rm itieron n in gu n a in flu e n cia d ic t a to ­
C en tral rom a n o. rial, s in o que le v ig ila ro n c o m o «ru s o so sp e ch o so ». P o c o des­
«P o co a p o c o la crisis fu é to m a n d o auge en G in eb ra a n ­ pués del C on greso de B ruselas (septiem bre d e 1868), celebró
tes de llegar n uestra ca rta . U nos red a ctores de «L a Ig u a l­ la L ig a d e la P a z su C on g reso en L ausana. E sta vez B a k u ­
d a d » se reb ela ron co n tra la d ire cció n im p u esta p o r B aku ­ n ín se p resen tó co m o un in ce n d ia rio y , d ig á m oslo d e p aso,
nín . Este y sus p a rtid a rios (en tre ellos seis red a ctores del d e n u n ció a la bu rguesía o ccid e n ta l c o n el m ism o to n o que

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68 ro rrz bru pbach er
M A R X Y B A K U N IN 69
los op tim ista s d e M oscú (sic) se a fa n a n en a ta ca r a la civ i-
n za ció n de O ccid e n te p a r a im p o n e r su p ro p ia barbarie. je tiv id a d » y d e «ju s ticia », p e ro en sus «ra zon es d e exam en »
«P rop u so a llí u n a serie d e resolu cion es m u y desabridas llen a d e ironía. T erm in a b a así:
c o n el ca lcu la d o p r o p ó s ito de asustar a los filisteos bu rgue­ «1) E l C o n se jo G en eral n o ad m ite la «A lia n za » co m o
ses y que p erm itiría n al señ or B a k u n ín a b a n d o n a r a p a ra to ­ r a m a d e la In te rn a cion a l.
sam en te la L ig a e in g re sa r en la In te rn a cio n a l. B a sta d ecir «2) C a d a u n o d e los p á rra fo s de lo s E statu tos d e la
que su p ro g ra m a , el que p ro p u so a l C on greso d e L ausan a, «A lia n z a » que se refieren a sus relacion es con la In te rn a ­
con tien e a bsu rd os tales c o m o «la igu aldad d e las cla ses» y la cion a l, s o n d ecla ra d os nulos.
a n u la ció n d el d e r e ch o h e re d ita rio c o m o p rin cip io de la r e ­ «E n las con clu sion es fu é establecid o cla ra m en te que la
v o lu ció n social, etc.
«A lia n z a » n o e ra m ás que u n a m áqu in a p a r a destru ir a ¡a
«H a b la d u ría s sin m ed ita ción , ro sa rio de id eas vacías In te rn a cio n a l.
im p ro v isa ció n estú p id a, ca lcu la d a sola m en te c o n vistas a un «E ste g o o lp e fu é in esperado. B aku n ín h a b ía con v ertid o
e fe c t o m om en tá n e o .
v a «L a Ig u a ld a d », ó rg a n o cen tra l de los m iem bros fra n ce­
«L os a m ig o s d e B ak u n ín en P a rís (en tre e llo s un ru so ses d e la In te rn a cio n a l suiza, en su p ro p io órga n o. Y , a d e­
co e d ito r d e la «R e v u e P o sitiv iste ») y e n L on d res, a n u n cia n m as, h a b ía fu n d a d o en Lóele un p eq u eñ o «M on itor P a rticu ­
a l m u n d o su b a ja d e la L ig a c o m o un a co n te cim ie n to , y ce ­ la r», «E l P ro g re so », b a jo la d irección d e un p a rtid a rio fa n á ­
lebran su p r o g r a m a g ro te sco — esas fra se s com u n es, g a sta ­ tico, un ta l G u illau m e.
d a s cu al o lla sucia— c o m o a lg o ra ra m en te orig in a l. «D espués d e deliberar varias sem an as, el C om ité C en­
«E n tre ta n to B ak u n ín h a b ía in g resa d o en la «B r a n c h e tral de la A lia n za en vió fin a lm en te — con la firm a ele Pe-
ro m a n d e » d e la In te rn a cio n a l, en G in eb ra . F u eron n ecesa ­ rrm i, u n o de sus h o m b res d e G in eb ra — su respu esta al C on ­
rios a ñ o s p a ra e s ta d ecisión . P e ro en m e n o s d e u n d ía el se jo G en era l. L a A lia n za p r o p o n ía sacrifica r, en ce lo para la
se ñ o r B a k u n ín resolv ió tra n s fo rm a r la In te rn a cio n a l p a ra bu ena causa, su p ro p ia org a n iza ción , p ero sólo a con d ición
co n v e rtirla en su in stru m en to. A esp ald as d el C o n sejo G e­ d e que el C o n se jo G en eral recon ociese sus p rin cip ios «ra d i-
n era l — éste fu é in stru id o cu a n d o to d o e sta b a p r e p a r a d o - ca les».
fo r m ó la su sod ich a A lia n za d e la D e m o cra cia S o cia lista El «E l C on sejo G en eral con testó: « N o es su fu n ció n juzgar
p ro g ra m a de esta S ocied ad n o e ra o tr o que el p ro p u e sto al teórica m en te sobre los p rogram a s d e las d iferen tes seccio-
C on g reso de L au san a. E sta se p resen ta b a co m o socied a d de nes, s in o velar p a ra que n o co n te n g a n nada c o n tra rio a los
p ro p a g a n d a d e las c ie n cia s m isteriosa s d e B ak u n ín y B a­ estatutos y al espíritu d e la In tern a cion a l. P o r esto tiene
k u n ín m ism o, u n o d e los h o m b re s m ás in cu lto s d e l’ ca m p o que exigir que sea elim in a d a d el p rogra m a d e la A lian za la
teó rico -so cia l, fig u ró sú bitam en te c o m o fu n d a d o r d e una fra se v a cia sobre la «igu ald ad d e cla ses» (lo que tam bién
secta. ocu rrió). P o r lo dem as, pueden in gresar después de la d iso­
«E l p ro g ra m a te órico d e esta A lia n za e ra tod a v ía una lu ción de su o rg a n ism o in tern a cion a l (cosa que n u n ca ocu ­
p u r a fa rsa . El la d o serio estaba en su o rg a n iz a ció n real. rrió) y después que h a y a n en v ia d o una lista a l C on sejo G e­
E sta socied a d d e b ía ser in te rn a cio n a l, c o n su C om ité C en­ n eral sobre todas sus ramas.
tra l en G in eb ra , que quiere d e cir b a jo el m a n d o d ire cto de «C on e sto qu edó za n ja d o el in ciden te. La A lian za se d i­
B aku n ín . P e ro al m ism o tiem p o d e b ía ser p a rte in teg ra n te solvió; p e r o d e « fa c t o » con tin u ó b a jo la d irección de B aku-
d e la A so o cia cio n In te rn a cio n a l d e los T ra b a ja d ores. Sus r a ­ qui ® ? aI m ism o tiem po d om in a b a al C om ité g in e b n ñ o
m as d eb ía n estar represen tadas, p or u n a p a rte, en el p ró x i­ d e la. F ed eración ro m a n a d e la In tern a cion a l, a su? órg a ­
m o C on g reso d e la In te rn a cio n a l de B asilea y a l m ism o n os se a d h e n ó tod avía la «C o n fe d e ra ció n » de. B arcelon a y
tiem p o ten er su p r o p io C o n g re so al la d o d el otro , en seccio ­ ceypiies d el C on g reso d e B asilea. «E qu alitá», d e Nápnles.
n e s separadas, etc., etc.
T r t P r n S n 11! tratÓ e,?t0I.lces d e alcan zar su fin : con vertir la
Trmv,tE1 ™ aterialJllom bre d e que d isp u so B a k u n ín p rim era- PS , r t i e n SU ln stru m en t0 p a rticu la r, p or o tro s pro-
í S eo ei¡ su s a y o n a d el C om ité F ed era l ro m a n o (de la a T' i'20 Pro'P °'ie1r a} C om ité rom a n o d e G in ebra la
In te rn a cio n a l en G in eb ra ). J. P h. B ecker, cu y o ce lo p rop a ­ in clu sión en el o rd e n d el d ía d el C on greso de
g a n d ístico le oscu rece a veces el cereb ro, fu é p u esto en pri- cuestión d el «d e re ch o h ered ita rio». El p ro p ó s ito de B akunín
p a n M a rios.’ * * Ita lÍa y E spañ a B a k u n ín PtUv o algu n os n u e s t L ™U r‘ eJ ¡te: Sí Gl C o n g n :So acep taba los p rin cip ios p ro­
p u estos p o r el en L ausana, el m u n do v ería que B akunín no
de L on d res e sta b a p erfecta m en te w bi a. Í I ? ' 1Sg,re,dld(i las n orm as <?e la in te rn a cio n a l sin o la
^ j 1 tra b a ja r a B a k u n ín h a sta que éste tuvo In te rn a cio n a l las de B aku n ín . S im p le consecuencia- el C on-
n ecesidad d e en tre g a r al C on sejo, p o r m ed ia ción de j ph
nlÍ0m ? eenr a a,!n n n ^ 0ndreS W 0p0S^ Íón al a rca ico sa n s ta o -
B ecker, los estatu tos de la A lia n za d e la D e m o cra cia Ho«-i i e/ (a co n o c id a p or B aku n ín ) d ebería ren u n ciar a sus
A y C on greso d e B asilea traslad aría el lugar d °l
cisión d eta lla d a en asus
^ itid a - es,
ra zon S obre
co n6110
sen tid o p len o d e « o b ­ H G ? n cra | a G in ebra, lo que equ ivald ría a decir que
la In te n a cio n a l ca e ría b a jo la d ictad u ra de B a ku n ín »

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CENIT 1071

que, disuelto el organism o de avacuación que co ­ BERNABE. — Eso es otra cosa.


rría...
GALIAN. — Más que un gamo. GALIAN . — Salvado el oro y ellos a salvo, los
demás... lastre.
NADIA. — O jo c o n la consecuencia, n o sea que
justifique al, organism o disuelto. NADIA. — Para el lastre, atenido a la consigna
de resistir h asta esparcirse por las carreteras y los
BERNABÉ. — C orría con el embarque... mares a fin de salvar la vida, creóse la Auxiliado­
GALIAN. — Embarques parcialm ente efectua­ ra, m agnífica institución... a base de confecciones
dos. baratas.
NADIA. — ¡La verdad, la verdad! PABLO. — ¡Qué cosa bábara!
BERNABE. — ¿S obre qué? ¿O s referís a la Au­ GALIAN, — Di que es mentira, que n o están li­
xiliadora? Execradla cuanto queráis. Nunca nos do­ bres y a renta los señ&ritos de la Revolución, y la
lieron prendas. A los com pañeros que se nos diri­ plebe constreñida en los cam pos y muerta de ham ­
gen hemos de com unicarles que este Centro cultu­ bre.
ral desaparece por causa de la m ovilización y, de
paso, que carecemos de numerario. LORENZO. — Tal el problem a de cara a la ga­
lería.
NADIA. — Y a te subiste a la parra.
BERNABE. — ¿Y o? G A L IA N .'— De ca ra a nosotros.
NADIA. — Salí al paso de una posible coladura. BERNABE. — ¡Id co n esas a la Auxiliadora! No
tuve ni tengo concom itancia con el organism o en
PABLO. — De los adelantados, el reino de los cuestión.
cielos.
GALIAN. — Organillo.
LORENZO. — No queréis colaciones.
BERNABE. — T a n to monta (dictando). Aprove­
GALIAN. — Consecuencias, que n o es lo mismo. cham os la coyuntura para saludaros, quedando...
BERNABE. — A m í ¿qué?
NADIA. — Todos buenos.
GALIAN. — El o ro com ún recuerda los dineros CEPERINO. — Salud.
del sacristán.
LORENZO. — ¡Hola!
LORENZO. — ¿Común el oro? Tú deliras. A l di­
nero le cuadran todos los adjetivos menos el de CEPERINO. — Tobías, con leche. (Acude T o­
com ún. El haber ricos y pobres lo dice. bías). ¿Quiéres cocerm e este p a r de huevos?
GALIAN. — La h abida de urracas, puestas a ex­ TO BIAS. — ¿M ucho o poco?
p olia r y a esconder. ¡Todos al dornajo, com o cer­ CEPERINO. — Regular.
dos! TOBIAS. — ¿P ara antes o después del café?
NADIA. — Dicta, Bernabé: escribe, Pablo. CEPERINO. —• Tiene lo mistmo.
BERNABE. — La guerra mundial ha venido a TO BIAS. — Como te plazca.
agravar la situación de los refugiados hisphalen- CEPERINO. — Sirve café. Trae un cach o de pan
ses, obligados a movilizarse, una vez acogidos al para los huevos. ¿Q ué novedades?
D erecho de Asilo.
LORENZO. — Ninguna.
GALIAN. — A la fuerza ahorcan. Con el oro pu­
do lograrse —espera dieron las autoridades de acá PABLO. —- El levantam iento de los cam pos, acto
—la evacuación escalonada de nuestros hermanos. seguido de la m ovilización.
BERNABE. — Am ándonos com o tales, y si el oro CEPERINO. — ¿Adónde los llevan?
todo lo allanase. Sobró para com prar armas: in­ BERNABE. — Al desierto.
feriores y escasas las adquiridas. Muchas veces NADIA. — A la muerte, por eso se escapan.
nuestros hombres defendiéronse con los puños. BERNABE. — Los emplearán en trabajos del
GALIAN. — Tem o que en la procura fuesen más Estado.
alia del Rastro. La derrota en las alturas se forjó. CEPERINO. — Entonces están de enhorabuena,
Perder la guerra, p ara algunos m ás útil que ga­ porque el Estado ya sabemos qué clase de patrón
narla. El o ro salió de la Nación incluso con el vis­ es...
to bueno del enemigo. NADIA. — Y el que lo ignore, que lea Malatesta.
NADIA. — Y sin tal garantía, el papel m oneda CEPERINO. — Tirano empuñando el corbacho
traído a cangas, servilletas. para azotar al pueblo atado a la colum na, eso es
BERNABE. — ¿Dispúsose de una flo ta numero­ el Estado.
sa y a tiempo? ¿H ubo m uchos países dispuestos a PABLO. — T e vuelves anarquista, «C efe».
recibirnos? Tengam os presente que a nuestra gue­ CEPERINO. — Todos llevamos en nuestro inte­
rra la am am antó la revolución. rior un anarquista.
LORENZO. — El capitalism o nos consideró, acá GALIAN. — La Auxiliadora h a pasado a m ejor
y allá, indeseables. vida.
NADIA. — Al clarearse la bancarrota. CEPERINO. —■ Allá n os espere m uchos años.
LORENZO. — Antes, antes... GALIAN . — Para auxiliarnos no será.
BERNABE. — C onform e fuim os c la r e á n d o n o s . LORENZO. — Funcionará con o tro nombre.
Obtuvimos a granel lo que con cuentagotas se ob­ CEPERINO. — El nom bre n o hace a la cosa: los
tiene. procedimientos.
NADIA. — ¿Pensabas así cuando eras Comisario NADIA. — ¡Esperamos sentados el balance!
político.
CEPERINO. — ¿D ará tiem po a que se cuezan los
BERNABE. — Así. huevos?
NADIA. — ¿P or qué no lo dijiste? GALLAN. — Cierra co n feroz sadismo.

Ayuntamiento de Madrid
1072
C E N I T

CEFERINO. — ¿Cóm o?
GALIAN. — Liquidando atrasos a los paniagua- el coraje con que la verdad se proclam a. Las ar­
f«n d n U8 Í0n os que estuvieron en candelero, y de- mas para dom inar, para destrozar, para matar
fabricarlas. El trabajo así deshonra al tra-
£ £ ?a c a u s a !iaS n0Ch6S a l0S qu€ t o d o lo d *e ro n i f 0rja SUS c,adenas y cava su fosa. Aca-
<<Pinis Cor°n a t Opus». h rw f arm as, el acaparador se impone al fa-
— glrado directam ente a los indi- « 2 a* 6k nom 'b re de estúpida muletilla. De este
vldu^ su sq u erida s están de enhorabuena. re S m rt» * instrumento del que manda,
riiU K RiCO . — ¿Haces el favor? (En la m ampa­ T hotmbre- Niega todo sentido de hu-
ra receloso. A TOBIAS. Hablan). ^ o tC I a el Pr° g reso. Desmiente la ci­
PABLO. —i ¿Cóm o va esa guía? vilización. Retrocede a la esclavitud. Hila su doeal
CEFERINO. — Mal. No quieren anunciarse. cue.110- En el p ecado de construir
armas lleva la penitencia de utilizarlas. Para m a­
¡Tan bien com o tú escribes! tar o para que lo maten. Ahora es el arrepentirse
fuese ~ ¡R em endón ° »pafla-cuencos que df-® u . obra cu an do el m al n o tiene remedio. Des­
pues de hacer mas fuerte al fuerte y quedar él a
PABLO. — ¡N o digas!...
su merced. El poderoso necesita del paria para di
BERNABE. — Apaña-calderos de la novela lla­ rirnir sur querellas. Todas las m en tira? víten pa­
m aba a Bourget Jorris K arl Huymans. ra llevarlo a la muerte. En nombre de la patria
CEPERINO. — s in perjuicio de escribirle cartas Con el señuelo del heroísmo. Exaltando v consa-
m uy finas y elogiosas. Según Rémy de Gourm ont
la imagen singular, la m etáfora brutal, acudían fécUvo Lara nar^ rÍeA ^ ^ e r r a es el asesinato co-
ectivo, gran solucíon de los que nada solucionan.
espontáneamente a su pluma.
TO BIAS. — A ver este am igo. a Sf r llbres? ¿ Y el derecho a vivir?
¿Que cauce permite alegar estos derechos? ¿Exis­
BERNABE. —. Perdonad... ten siquiera? ¿Cuentan entre las leyes hum anas’
BERNABE. — Tú dirás. la ?» Hs° Idfad0,s _P°rque discurren menos que la cu-
FEDERICO. — Se m s figuró que me perseguían ™ ^ ^ slL J f 1 guerra es antinatural a todas lu-
y me he colado aquí.
S e r iS f con m igo al grito de ¡abajo la
LORENZO. — ¿Refugiado?
FEDERICO. — El porte lo dice. V engo a pie des- PABLO. — ¿Y la nuestra?
cerca de doscientos kilómetros.
NADIA. — Siéntate. FEDERICO. — Con todas mis potencias la mal-
FEDERICO. — Gracias. Salté las alambradas di dfi la violencia, redhazo los p roce­
dimientos de fuerza. Me someto a la más agrada­
del cam po y eché a andar. Estoy despeado. Tengo ble de las tiranías: al estudio. K
ricimore.
FEDERICO. — Tobías, los huevos y el pan. Trae LORENZO. — Eres evolucionista.
un doble de café con leche. (A F ederico: Habla, J S K P ' - Soy enemigo de los despeñaderos.
habla... LORENZO. — Nuestro pueblo sabía adonde ib-
FEDERICO. — Llego sin aliento. b e ^ S h ? IC° ' ~ L° S pastores. el rebaño nunca s'a-
— ¿Por qué te escapaste?
FEDERICO. — Por am or a la libertad.
GALIAN. — (Vuelve p o r otra). inm ^jorabIes~ QUÍZá !° S m al° S’ p0rque los hubo
PABLO. — Es una razón. pnF^ ' ERItCO: — Me refiero a la masa del pueblo
FEDERICO. — ¿El com pañero estuvo en algún en con ju n to tod o y nada. p 1
ca m p o. LORENZO. — Según... según...
PABLO. — NO.
BERNABE — Este centro, com pañero, desapa­
TO ^?A qC° ' me e? plic° la 'Pegunta. rece. Nos hallam os pendientes de que venga el due-
. — E‘ doble, el pan, los huevos
CEPERINO. — Para el am igo. n n ,PLraHentreg.arle1 Ia5 llaves V de los am igos que
nos ayuden a trasladar los trastos que aquí estás
FEDERICO. — Con el ca fé me basta.
CEPERINO. — Anda con todo. mne TP ? ° n na te auxiliamos, porque nada tene-
e s ^ S ? ° ' ~ ¿Levantarían el cam po a poco de tÚ’ m ejor documentados, pero
en^ idéntica situación, arrastrando el m ism o kar-
FEDERICO. — Casi a la par.
LORENZO. — Por eso. GALIAN. _ Viviendo de m ilagro.
FEDERICO. — A n o m ilitarizarnos, me avinie­ LORENZO. — Si vivir se puede llam ar a esto.
se a seguir en Jourda, con ser este punto nocivo PABLO. — ¡Y a verás, ya verás!
para mi salud y a pesar de hallarm e en él suieto FEDERICO (alzándose). — Agradecido.
o i a4 mayores Privaci°nes. ¡Un año en la gusane­ CEFERINO. — No tienes p or qué
ra! Hemos aprendido latín. Ku&ane
Gusanera aquello, y gusanera esto ~ Llégate al Cosm opolita, que está
1 1,^1 ’ ya verás, si n o te echan mano. " fP & IC O . - £Y es„ „ „ é es?
FEDERICO. — Soy con trario a la guerra. Hasta
no afectarm e no salté las alam bradas de aquel ce­ p S Í S a? „ e “ „oü f i e S S r ? S , r e c a t m ' ° *
menterio. Y o n o contribuyo a que los h o m b r e s te
d ™ S 2 ° - - Prefiero deambular. De todos mo-
PEDER Trío “ ¿ w e a, cogJ s t e al D erecho de Asilo?
n la disyuntiva de repatriarme S S ir o . ^ ¿ g n í eres acostarte conm igo?
para que me fusilaran o seguir aquí hice lo
tcdos,. que un día de vida es vida. Y o a la guerra VanJps, com pañero libertario.
FEDERICO. — Vam os, m ujer sin prejuicios.
que
que rrazona,
a z o n ^el
e f ímpetu que' a a ° ?laia acción
Adm ito el valor
noble guía,
PUYOL

Ayuntamiento de Madrid
C E N I T 1073

LA ADOLESCENCIA
v

(Conclusión)

M e ech é sobre un banco


Donde dormía el amor.
Oí entre la humedad
Lloros, lloros.
Después fui al erial y al monte,
A los cardos y espinos
que m e dijeron cóm o fueron seducidos
y obligados a ser castos.
W . BLAKE.

S corriente presentar la adolescencia com o un Casi no hace falta decir que esta forma de trabajo revo­
período de agrestes boberías y de bellaque­ lucionario es muy peligrosa, porque los gobiernos la prohibi­
rías antisociales. Thistle T. Harris pinta la rán siempre vigorosamente, ya que esto es un medio efectivo
adolescencia con la siguiente descripción: para producir un movimiento juvenil con fe en sí mismo
« ... Un mozalbete venía vagabundeando que no se deje intimidar fácilmente por la autoridad. En
calle abajo; sus voces estridentes, ora altas este país es legal enseñar a los jóvenes el catecismo comu­
ora bajas, hendían el aire con persistencia nista, fascista o marxista, porque fácilmente lo podrán olvi­
frenética. Agregado a él, saltando y retor­ dar, y aprender en su lugar el catecismo católico. Podéis de­
ciéndose, su aguda voz interrumpida por cirles a los jóvenes que son esclavos de un mísero salario,
fuertes amonestaciones, venía una muchacha que son lacayos del sistema capitalista y que deberían re­
de la misma edad. Corretearon a lo largo de la acera ol­ unirse para realizar la expropiación de los medios de pro­
vidándose de todo, excepto de sí mismos. En apariencia el ducción, etc., etc., y nadie se molestará por esto. Pero ha­
joven era alto y abobado, con piel aparentemente sucia, pelo cedles saber que lo que tanto desean es lógico y natural,
abandonado, la corbata torcida, el abrigo mal puesto y los explicándoles cóm o realizar sus deseos sin graves consecuen­
pantalones sin planchar. La muchacha iba mejor presen­ cias, dadles verdaderas facilidades para gozar del amor en
tada... paz y confortablemente e iréis a parar a la cárcel.
N o muy atrás avanzaba un grupo de unos ocho jóvenes, El adolescente, muchacha o muchacho, que no sufre de
de la misma edad. A primera vista se portaban éstos de
privación sexual, no es oseo o torpe o dado a la baladí ha­
forma diferente. Los chiquillos, revoltosos y mal educados,
raganería. Estos se deslizan maravillosamente de la niñez a
iban chillando y maldiciendo a voz en grito, con chillidos la edad adulta. La tosquedad del promedio de granujillas y
irregulares; las muchachas, gritando y riendo convulsamen­
tunantuelas no es debida a la ignorancia de éstos con res­
te». («A Plea for the Adolescent», Thistle T. Harris. Journal pecto a la forma de comportamiento civilizado; es debida al
o f Sex Education, vol. 2. N.° 1).
hecho de que sus luchas interiores les imposibilitan obrar de
Sin duda alguna ésta es una descripción correcta. Todos una forma natural.
nosotros hemos visto adolescentes portándose de una forma
más o menos similar a ésta. Pero_ la subsiguiente observa­ ¿Pero qué cualidades de «adulto» podrá presentar un mu­
ción del escritor es de un interés considerable. chacho de quince años cuando le mostremos su primer vás-
«En este período del desenvolvimiento biológico de la ju­ tago? Nadie esperará seriamente que un chiquillo de esa
ventud los impulsos del sexo son nuevos y fuertes y el con­ edad se acomode alegremente a los deberes usuales de la
trol de los mismos, esencial en una sociedad civilizada», se paternidad. Y la muchacha, ¿deberá cesar su educación a
alcanza solamente dejándolos ir en otra dirección. (Ob. Cit.) los catorce años cuando empieza a tener hijos?
He escrito en cursiva las palabras que dan la clave de Argumentos de esta naturaleza son expuestos para atacar
todo el problema. La clase de civilización que sostenemos la cuestión de los adolescentes sexualmente activos. Esto en­
está basada en la represión autoritaria de la niñez y en la cierra algunos problemas interesantes de biología y sociolo­
derrota de la adolescencia negándole las facilidades por las gía. El hombre, lo mismo que otros muchos mamíferos, es
cuales la evolución de los instintos sexuales puedan alcanzar apto para la reproducción antes de alcanzar su completo des­
la madurez. Estoy de acuerdo con Thistle T. Harris en que arrollo. No tiene malas consecuencias para su descendencia
este control es esencial «si queremos perpetuar la clase de ser padres de generación temprano en lo que concierne al
sociedad que tenemos ahora». Pero si queremos alterar nues­ bienestar físico. (La excepción a esta regla se da en ciertos
tro patrón social e implantar una sociedad libertaria, no hay tipos de generaciones antinaturales de animales domésticos y
razones válidas para esta represión. Al contrario, el revolu­ en muchachitas precozmente fértiles.) Pero no nos interesa
cionario verá en el impulso sexual una fuente de energía del todo la cuestión física: el hombre ha evolucionado inte­
apreciable para la lucha por la emancipación. Esto no ha lectualmente en grado incomparable con respecto a los ma­
sido completamente abandonado; ciertos movimientos revo­ míferos inferiores. Entre los tipos superiores del hombre se
lucionarios han constituido centros para la instrucción sexual necesita un período de al menos veinte años para correspon­
de los adolescentes. derse con otros animales mamíferos y precoces. El objeto

Ayuntamiento de Madrid
1074
CENI T

desarrollo evolutivo que ha llegado a producir el tipo adulto estar seguro! de que 3 “ * J a°CÍÓn’ podemos
Durante este proceso, el individuo necesita manifestarse con «lientos del Blimnerkmn ° P3Sa qUC P conmover los ci-
toda su energía y potencialidad; algunas de estas cualidades coronel Blfnm V P° ° aS ? 0S? S encoIerizan tanto al
son débiles o se hallan atrofiadas; otras completamente des- decir que los “ ^ <,corrnpc!ón de Ia juventud». No quiero
arrolladas, y en estas condiciones tanto física com o intelec- ^ m p r e estnctamente m? ntales del coronel
tualmente, la madurez es alcanzada. El hecho de que estu- prensión de nm l ™ y muestran una amplia coni­
dios en gran escala hayan revelado el hecho alargante de fuá es iníeclsarfa ni™ 1,' pe,nd,entes,' La habilidad intelec-
que una gran proporción del ejército americano es de una falta es i gobernantes; lo que hace
edad mental correspondiente y aun menor de los catorce ante toda circm ít^ fríi. 5 recapltular intuitivamente
anos, refuerza simplemente la opinión de que las condicio- do el coroneT B li^ n e U , ^ apropiada- Cuan-
ne» sociales existentes no favorecen el verdadero desarrollo ten muv b u l , ! ™ , ! ° T ° U? t0r° ’ es püríJue exis-
de la adolescencia. , Y buenas razones para obrar de tal manera. Nos so-
Pero si el hombre, por medio de su normal desarrollo bio- p e T ñ o r T h L L ! J destruiremos las creencias de su clase,
lógico, ha conseguido un cerebro y una constitución emo- L ten idam eíte v anr° " * » .es‘ ravagancias sino estudiándolas
cional que necesitan aproximadamente veinte años para ma- hace con d toro aprovechandonos de ellas com o el diestro
durar, m,entras que su aparato reproductor necesita solamen- ge l l r !
F1 K ’ la sopetón la ha dado su desarrollo mental. i, mfinidad de individuos bien enraizados en
ríe t t n L ! P . ah,°ra enteramen>e del control artificial “ e i t a h i l S T propaSan. c“ as <Jue son peligrosísimas para
r r J w fune,° neS nf tUrales;, SL! contro1 de las funciones de re- 4 x, SUS pr0pi0S «tereses. Freud, Bertrand Ru-
produccion ha sido retardado par varios siglos de educa- f T, ’ Lindsay’ No™lan « a ire son individuos de este tipo
orón supersticiosa, pero ahora que ha sido conseguido, el pro- ” ° ,Se consideran a sí mismos com o revolucionarios;
>lema de retraso entre la madurez de reproducción y la [’ 1 " los fines anarquistas, y algunas veces tratan (muy
madurez social esta solucionado. ta de> com o Freud), de deshacer el daño que ha ocasionado
Las gentes que no pueden simplemente tolerar la idea de x - , , guesa ,su obra desinteresada. Lindsay, el ho-
rq " eJ ° f adoI«centes gocen de una vida sexual normal, son f ocial <3ue «Ju d ió los problemas de la se-
capaces de hacer cualquier cosa para oponerse a ello. Sus , adolescente, estaba muy interesado en «hacer
argumentos van del completo y obsceno abuso a la macha- , ^ ,P ? ar eI matrimonio». Sus investigaciones le condujeron
quena de que el anticoncepcionismo no es todavía una cosa a, P ar matena>es completamente destructivos para las
perfecta. Claro está, el anticoncepcionismo no es perfecto; 'rt , que SOn apetecibles para una adolescencia casta seguí!
tampoco lo es el transporte por carretera, ni la industria de un. ® atnmonio monógamo, resultando éste completa-
6 sistema de electricidad en las viviendas e ? xt™no a lfs buenas intenciones de Lindsay. Al final
infinidad de otros procesos artificiales por los que vive y P g. . amor, ,lbre 0 buscó convertir la idea del matri-
muchas veces muere la sociedad. Pero muy pocos serán los *ubslancial >' Permanente; no obstante, sus camaradas
bns.r)aUg,eran necesidad de que las costumbres sociales eT I J v, ,UZ®ar,°n por sus obras y no por sus intenciones,
basadas en procesos artificiales deberían ser prohibidas de- P® su iudlcatura-
v que ocasionalmente ocurren a causa de , Norman Haire, el industrioso y lúcido sexólogo trató de
frL .n n rtI ^ í° nieS' ’ nosotr,os Procuramos hacer nuestro demostrar en teoría que no existe razón lógica para prohibir
aparatof eléctr ’ T !ndus' ria de conservas, nuestros el intercambio sexual entre los adolescentes Atribuía su pro-
al n m l l m f í l Y perfectos¡ esto da la respuesta hl 1)10100 al completo y tonto prejuicio. Haire se mostró reacio
f j 0" ,a df l anticoncepcionismo o de los niños no de- a. sacar a luz las claras conclusiones de sus propias exne
en su infancia v í ^ nf ,a' E ' anticoncepcionismo está todavía “ as- Si se hubiese permitido sacar conclusiones socioíó-
determin^nc fuerzas de la ley y el orden parecen g ? , sus recomendaciones a la adolescencia, seguramente

la preservación del presente patío!, f a m ^ i r " ^ . Y * * " * ''C° nfirmaClon“ represiva en la adolescencia,
lucionarios quienes se engañan ellos mismos' cuando'tom an bre T s "condicione “ H Uy obtener “ ucha influencia so-
al coronel Blimp por loco cuando éste predica «purezaT v D e ro n o « ^ ^ ' 1 1 T '3 la masa del pueblo;
«decencia standard». El coronel Blimp no está loco cuando nne alcanzar la adolescencia. Sugiero aquí
llega a la ciencia del gobierno; dentro de esta estrecha con el tino i “ fresa m os en sus necesidades básicas, en
textura es más inteligente uue la niüvnm l - i p? , , individuo que llegara a ser, que en meiorar su
nanos, y puede perjfrirse d l u j de^m rar hacTa e í c o n ÍT eO M T ^ T ' 03 d de “ a los jó-
desprecio Y desdeñar el hacer caso a s™ m ezqu fn ^ esfuer reo.n v ' ^ •? 7 ^ ^ ^ f Sta clase de a« i,ación di-
poIiHca. eI- 3 kS — SÓ'° - ^ S Ü
mental, sino debido a su desequilibrada disposición emotiva.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1075

Se hallan más propensos a absorber el pábulo del fascismo interés en pintar el futuro de color de rosa. Esta destem­
y del comunismo, o de cualquier partido en tiempo de elec­ planza general no es propicia para incitar a la adolescencia
ciones. Las líneas de los partidos les prometen emociones, a que derroche sus energías en lo que más bien parece un
una bandera para vitorear y un bellaco a quien silbar; una movimiento de Jeremías, puesto que, muy lógicamente, la
lucha en la que más grande que ellos mismos se apoderará opresión de la sociedad sobre ellos les hace reaccionar es­
de su deprimida conciencia. quivando todo lo que es lóbrego y buscar cuantas diversio­
El anarquismo es un derrotero muy difícil para atraer se­ nes alegres que les son posibles fuera de los horrores de la
riamente a aquellos que están atontados y se odian a sí escuela, del tajo de trabajo, de las calles de la ciudad y de
mismos com o ocurre con el término medio de la adolescen­ la palidez de la vida de familia. Los adolescentes no igno­
cia. Esta obra no producirá anarquistas de una forma es­ ran los males de la sociedad moderna; de forma confusa co­
pontánea com o una máquina produce salchichas; pero está nocen estos males demasiado bien por el impacto directo
llamada a impulsar el desarrollo del individuo mentalmente sobre sus propias vidas. Sus impulsos, no obstante, tratan
apto para oponerse, de una forma responsable, a la autori­ de evadírseles, y ellos cierran los ojos ante ellos. Y en vez de
dad. Sólo cuando el individuo ha conseguido un justo equi­ reprimirlos se jactan de ellos, com o muchos revolucionarios
librio de su propia vida puede ser apto para trabajar por hacen.
una verdadera sociedad. El equilibrio no se puede encon­ Pero el anarquismo no es un culto triste y mesiánico; es
trar ahogando los impulsos naturales. El individuo que ha algo con vida y vigor; una insurrección contra las fuerzas
extinguido su vida sensual y emotiva con objeto de trabajar negativas de nuestros tiempos. El aspecto positivo del anar­
para la «causa», es una persona de las más peligrosas; es quismo tiene m ucho de atractivo para la adolescencia; éste
inclemente, despiadado e intolerante con los demás. Incluso acentúa la necesidad de apurar todos los recursos «ahora»,
abrazando la causa de la libertad individual, es opresor en en el presente. N o tratamos de engañar al adolescente con
los medios que escoge para alcanzar su fin. La disciplina cuentos de hadas. Señalamos que el solo camino verdadero
mantenida en las filas de la Juventud Comunista tiene un para una vida saludable, tanto personal com o social, se en­
gran éxito en la producción de hombres y mujeres obtusos cuentra a través de la felicidad del momento.
que llegan a ser los dirigentes ejecutivos del Partido. Las diversiones que ofrecen los cines, salones de baile, fe­
¿Cuál es la alternativa? En el movimiento anarquista mu­ rias, partidos de fútbol, etc., dejan un cierto gusto de ran­
cha gente teme dar ánimo a una débil, perezosa e indul­ ciedad en la boca de los jóvenes. Estos ambicionan más,
gente juventud, presta a hablar de libertad, agitar la socie­ pero se ven defraudados en sus verdaderas aspiraciones. De­
dad burguesa y servir d e portavoz a las ideas revoluciona­ bemos señalar que esta depresión no es debida a nada bási­
rias. Tal juventud se halla al borde del movimiento anar­ camente insano en estas ocupaciones, sino al hecho de que
quista; pocos serán los que pasen más allá de este borde. la cantidad de satisfacción que pueden dar «no es suficiente»
Pero examinar la revolución social com o un problema prác­ para satisfacer los ávidos apetitos de los adolescentes. Estos,
tico encierra valor, valor, por encima de todo, para afron­ instintivamente, buscan excitación, amor, estímulo mental,
tar las deducciones prácticas de las propias teorías. Los expresión creadora y embriaguez sexual, y sólo encuentran
ineficaces hedonistas, cuyo desarrollo ha sido alentado por los tibios y artificiales sucedáneos que los viejos les propor­
el movimiento anarquista son, en el peor de los casos, una cionan. Como se ha recalcado anteriormente, la cuestión
especie de Tía Sally para que nuestros adversarios la ape­ sexual es sin duda alguna el centro de los problemas de la
dreen. Valen más para esto que si fuesen disciplinados en­ adolescencia, pero de ninguna forma único problema. El
granajes de la máquina del Estado, o de los partidos auto­ joven sano debería poseer tal apetito por la vida que, sin
ritarios aspirantes a manejarla. Lo que nos interesa es la reparo alguno, debería devorar todos los conocimientos para
liberación de la energía latente en la adolescencia, y no de esta forma estar preparado para abatir las barreras opues­
debemos dejamos desviar por el principio de que el mate­ tas al desenvolvimiento d e la humanidad.
rial estropeado será siempre material estropeado, sobre todo Los jóvenes creen que existe una conspiración de edad
cuando éste no encuentra traba alguna. En un movimiento contra la juventud, y tienen razón. Se predica mucho sobre
revolucionario, los verdaderos trabajadores son siempre me­ la responsabilidad que los adolescentes deben aprender a
nos notables que los «dilettantes». aceptar, responsabilidad que incluye el marchar com o ovejas
En esto nos parecemos mucho de Wilhelm Reich, el Reich al corral militar, sudar com o aprendiz mal pagado, impe­
del decenio de 1930-40, pues la controversia de Orgona casi lerles a hacer estudios que hagan de ellos eficientes unida­
afecta a este asunto. Sin duda alguna ha prestado este un des de producción, negar su robusta sexualidad cuando a
gran servicio al movimiento anarquista al concentrar la aten­ su apojeo llega y a que obedientemente cumplimenten las
ción sobre las implicaciones sociológicas de la miseria sexual. órdenes de sus padres. N o vamos a predicar la revolución
Pero debe tenerse en cuenta que no podemos esperar dema­ social como otro «deber» que ha de encargarse a la joven
siado de las teorías de Reich por sí mismas. Reich es siem­ generación. Nuestro mensaje a los jóvenes es un mensaje de
pre un bolchevique en apariencia, y aunque denunció al estímulo, de esclarecimiento sobre el valor de sus propias
Partido Comunista com o un fraude y un fracaso, sus aná­ aspiraciones, del desprecio que han de manifestar a las car­
lisis sobre el leninismo son mucho menos claros que la ma­ gas que la autoridad arrojará sobre ellos y de las falsas re­
yor parte de sus otros análisis políticos. Las conclusiones de compensas que cínicamente les ofrecerán a cambio del sacri­
los trabajos sociológicos de Reich conducen a uno inevita­ ficio de sus vidas. Muchachos y muchachas emocionalmen­
blemente al anarquismo, a menos que uno posea un carác­ te frustrados se acogen al idealismo muy fácilmente, pero
ter de corte autoritario; y es muy interesante seguir el des­ a un idealismo de una naturaleza sentimental y poco práctico.
arrollo de las ideas que le condujeron a postular la necesi­ El joven que se consume sacrificándose por la causa revo­
dad de «conducir la democracia» por canales independientes lucionaria puede estar tan mentalmente enfermo com o el
de la teoría anarquista. Reich parece no darse cuenta del joven que da la vida por su rey. No eá una gran obra en­
significado de anarquismo. No obstante ha apoyado fuerte­ volver el frustrado sentimentalismo de la adolescencia con
mente la mayoría de las teorías fundamentales del anar­ bandas, banderas y canciones; tal misticismo es inútil para
quismo por medio de sus propios descubrimientos. los verdaderos fines revolucionarios. La juventud, turbada en
H oy el horror ante la realidad social, y ante el terrible su armonía natural, está siempre dispuesta al sacrificio; pero
futuro que pueda ser su resultado, da a toda nuestra pro­ nosotros hemos de enseñarle a «recibir» en cambio.
paganda una nota muy sobria. Esto no puede evitarse si
hemos de adherimos a una política honesta; nosotros no me­
T o n y G IB S O N
nospreciamos los problemas que tenemos delante, ni tenemos (Trad. d e 1. Ruiz).

Ayuntamiento de Madrid
1076
C E N I T

te rre n o de la s realid ad es, A m é rica


llen e un Jargo c a m in o q u e r e c o r r e r ™ , - , “ eS? e 61 PU,U0 de v ista s°c io ló g ic o , la in c o r ­
C on tinen te su r g id o a la faz del m u n d o p o r a c ió n d e ese s e cto r h u m a n o al co n ju n to d e la
g r a c ia s al e sfu e r z o de v olu n ta d es reu ­ edad m od ern a , n o ha sid o en ca ra d o c o n un fin de
n id a s en el tr a b a jo y qu e, a su m erced, c a p a cita c ió n p ositiv a , tira n d o a la rg a s el asu n to en
s u r g ió d el fo n d o del tiem p o c o n luz U n to la a c tiv id a d p o lític a se e m b a r có en lo s litig ios
Pro m eted ora , en estos m om en tos está de o tr a s n a c io n e s a leja d a s cu y a e x iste n c ia depende
ju ch a n d o p o r en co n tra rse a sí m ism a . d e la paz o la g u e rra . T an im p erd on a b le resu lta la
in epcia de los se cto re s q u e se dispu tan la v id a c iv il
, r d e la ca lle lla id en tifica d o a
su s a rtista s y p en sa d ores, poetas y lite ra to s en c o m o el a b a n d on o d e lo s tesoros a r q u e o ló g ic o s que
se p r e cip ita n en ru in a a l. pu nto d e q u e n o p od rá n
bles* fecu n d a se P erfilan r a sg o s in con fü n d i-
s e r r e sta u ra d o s ja m á s, rep resen ta n tes de d istin ta s
n S h iÍ T m a n ife sta cio n e s in telectu a les de otros
Hn rio Van ced len d o en val01' de p erm a n en cia . — 10k aStr0S y en lo s g e n t e s de la
n atu ra leza d iv in iza b a n al h om b re.
encuentran” ^ 11611 i ^ v o lu n ta d e s’ in term iten te, L os q u eb ra n ta d os de la v id a co n te m p o rá n e a im po­
ar»nri e n , suel0 a m e r ic a n o ca m p o a b o n a d o a
las g la n d e s r e a liz a c io n e s del fu tu ro, y e n trem ézcla n - n en co n d icio n e s m u y d rá stica s a la p erson a lid a d
se con el esp íritu a u tócton o, ad en trá n d ose eñ su en­ in d iv id u a l. R e g im e n ta d a p o r c o n d icio n e s a rtificia les
trañ a, don d e es m od ela d o en fo r m a s estéticas de p r o ­ de in terés p a rticu la r, preten d en m a r tir iz a r el lib re
fu n d a ra íz hum ana. d e s e n v o lv im ie n to de in icia tiv a . Y la a ctiv id a d in du s­
G ru pos de n a c io n e s fo r m a d a s al c a lo r de ideales trial, c o n su fie b re tra jin a n te de co m p ra v e n ta que
e m b o rr a c h a al m e r c a n tilism o n o rte a m e rica n o , c o n ­
su ™ T SheS(landa','leS UeVar0n * rabados a través de ta m in a la s p eq u eñ a s a g ru p a cio n e s del c e n tr o y del
p n (r« in« h1S K d n0t>leS Prin ciPlos de fraternidad su r, fo rm a d a s a l c a lo r de la tierra, a la v e r a del
entre los hom bres, el dolor ajeno se h izo carn e en la
sociología y en la literatura. Y h oy el corazón dp ™ ; , r , r01í ic ia l , a la p lá tica y al de sc u rr im ie n io
reco n fo rta n te s . E l v e ra n o del in d u stria lism o a p licad o
a l U n ^ r palp¡la ul calor de la lie r ia , o n la pasión a la m a n era de sistem a d e a n tig u a escla vitu d , an í-
altruista, consciente de su m isión a cum plir dentro
í„ P r i? nhJUKi ? ,a Vida civilizad a- Sin em bargo, se qM i ^ Vf‘ g Kr y el e n le n d ¡m iento, e n u n a m on óton a
a ctiv id a d fe b r il q u e ag ota el v a lo r del h o m b r e y le
> a Una literalu ra y dc un arte pictó- c o n v ie r te en au tóm ata, in ca p a z de r e a c c io n a r 'v ig o ­
m enlP ^ f f an0h ’ a *;tm d a d creadora a que intensa­ rosa m en te p a ra s o b re p o n e rse a esa fo r m a d e e x p lo ­
mente están abocados con desinterés y generosidad
ta ción . Se a rg u m e n ta q u e tales sa crificio s lo s ex ig e
n n(u m e‘ ° de elem en tos só lid a m e n te cu lti-
a fo r m a d e v id a a ctu a l, a lo que pu ed e resp on d erse
norirA h. d ls ciPlin a «- N o ta rd a rá el d ía en que
p o d ía h a b la rse, con ig u a l p rop ied a d , de u n a filo­ que n in g ú n sistem a, cu a lq u ie ra que sea, tien e d ere­
so fía p rop ia , q u e b a r r a c o n los p r e co n ce p to s del ar­ c h o a im p o n e r u n p r e c io tan c a ro c o m o rep resen ta
ca ísm o cien tífico que h a sta lia ce p o c o e je r c ió p r im a ­ la v id a del h o m b r e . M e jo r fu e ra im p o n e rle la c o n ­
c ía en la fo r m a c ió n in telectu a l d e estos p u eblos. d ición d e u n a d iscip lin a in telectu a l que o b lig u e al
L 1 trasplante de elem entos antes radicados en d e s a r ro llo de su s facu lta d es, ca p a citá n d olo en fo r m a
otros pequeños mundos del horizonte, por virtud de q u e pu eda h a lla r o tr a s so lu cio n e s a su d esg ra cia
los acontecim ientos políticos que Ies obligaron a huir irre d e n ta d e s u c u m b ir sin m ise rico rd ia .
d6‘ /desencadenado por el ciego fanatism o, E n lo s cu a tr o p u n tos ca rd in a le s d el h e m is fe rio en
esta adquiriendo contornos m u y prom etedores para c u a lq u ie r sen tid o de su a cción , los h o m b re s crep itan
el p orven ir de la tolerancia y para el desarrollo de a ctiv o s , p o r u n a solidez m o r a l q u e a d q u iere fo r m a s
las artes y las ciencias. A m érica va adquiriendo nue­ v ivien tes. Si en u n o d e lo s ex trem os el tem or d e la
vas form as, con nuevo sentido estético y conceptos g u e r r a que a m en a za al A s ia y a E u rop a a b so r b e las
e n e rg ía s de la m u ch e d u m b re — aún r e co n o cie n d o
®n su Pensamiento. El suelo parece trans­
form ar los m ism os caracteres, acoderándose de los q a e e n la d efen sa d e su p o r v e n ir v a im p lícita la de
espíritus para m odelarlos a su propia sem ejanza y un rég im en que e x p lo ta al h o m b re y a la m á q u in a -
a *° á m b it0 se a r a la tie rra y se con stru y en
° <Lu e i Va Perd le n d o de o r ig in a lid a d trad icion a l
desde el p u n to de v ista h is tó r ic o lo va g a n a n d o con ciu d a d es y se p ie n sa ; con p a sión y fe seg u ra s de que
e n riq u e cim ie n to de s a n g re n u ev a in v ecta d a en n in g ú n v en d a b a l p o d r á d estru ir la o b ra eterna.
su s a r te r ia s a p a r tir de la con q u ista . Si cierta m en te E n el c a m p o de la s e sp ecu la cion es in telectu ales
el g r a n p r o b le m a s e c u la r de rea d a p ta ción in dígena p rop ia m en te dich as, es A m é rica la q u e lle v a sob re
c o n s H u ye u n a r é m o r a en la c o n c ie n c ia a m erica n a , su s h o m b r o s la resp on sa b ilid a d de la tra d ición la­
p o r los v a lo r e s q u e a tesoran r a z a s su frid a s, de recio tina. H eredera de dos c u ltu r a s secu la res, y a en el
n e rv io y tem ple m a gn íficos, n o está le ja n o el día en c u lt iv o de la len gu a c o m o en la s d istin ta s e x p re s io ­
que h a b r á de p on erse p r e c io a d ecu a d o a esta m a teria n es d el arte, su s h o m b re s r ep resen ta tiv os tienen no-
p rim a h u m an a que ig n o m in io sa m e n te d esfa llece ? Kd e , SU esfu elZ 0 Pa r a la p e r v iv e n c ia de
acosa da p o r la c iv iliz a c ió n b la n ca de p ó lv o ra y al- U c o n d u cta h istó ric a d e n o b le tra d ición ca stella n a
D esp reocu p a d os de a p rem ios, a la in v ersa d e otra s

Ayuntamiento de Madrid
C E N I T 1077

co m u n id a d e s del v ie jo m u n d o que se a g o la n a fa n o ­ lig r o s y v icisitu d es, sie m p re tien e un lu g a r r e se r ­


sa m en te en tre d ificu lta d es a g o b ia d o r a s tem erosos de v a d o p a ra la m elod ía a m orosa , el g u sto p o r el a rla
q u e el tiem p o p re cip ite los a c o n te c im ie n to s y arra se y la a d m ir a c ió n p o r la s n ob les a ccion es. Su m e n ta ­
con los re sto s de la c u ltu r a , es re co n fo rta n te o b s e r ­ lidad co lo n ia l d e con q u ista , q u e resp on d e a la fin a­
v a r esta lu ch a teson era en la a c c ió n del g e n io c r e a ­
lidad de tra fica r c o n los v e rd u g o s si d e la tr a n sa c ­
dor. En c o n t a d o p e r m a n e n te c o n cu a n ta m a n ife sta ­ c ió n se ob tien e u n p r o d u c to de in te ré s e x clu siv o , ha
c ió n se ex p erim en ta en c u a lq u ie r p a rte del g lo b o , no im p ed id o h a sta h o y s e lla r u n p a cto de sa n g re con
pu ed e h ablarse y a del co m ie n z o de fo r m a c io n e s e x ­ su s v e cin o s . N o r te a m é r ica es el pa ís m á s co sm o p o ­
perim en ta les, sin o de u n a ex isten cia p o s itiv a que lita d el h e m is fe r io .y p o r e llo e l m e n o s a m e rica n o en
g r a v it a p o r su pc*so en la s e sfe r a s del in telecto hu­ toda la c o m u n id a d d e n a cion es. Su esp.íritu Ifflsta h oy
m a n o, ta n to p o r la m u ltip lic id a d c u a n to p o r la c a li­ n o está id en tifica do con la c o n c ie n c ia a u tó c to n a y
dad de su la b or.
su s p ro b le m a s le resu lta n se cu n d a rio s .Su a ctiv id a d
E n este e x tr e m o del planeta, p r o v e e d o r de a lim e n ­ tra jin a n te p rov ien e d el in d u stria lis m o s a jó n que a b ­
to a un im p orta n te s e c to r de p o b la ció n del m undo, s o r b e la s e n e rg ía s de su c o r r ie n le sa n g u ín ea . Sin
que d en tro de la e co n o m ía m o d e rn a o c u p a u n lu g a r
h a b er e x p e rim e n ta d o sin o m u y lev em en te las p a l­
p referen tem en te dispu tado, n o está le ja n o el d ía en
p ita cio n e s de la tie rr a y los e flu v io s de la n atu raleza,
q u e la ca p a cid a d técn ica d e las n u ev a s g e n e r a c io n e s in clin a su a ctiv id a d p en sa n d o e n E u rop a y en Asia,
en fo r m a c ió n p on d rá a p ru eb a el v a lo r m o r a l de la
de esp ald a s á A m é rica , c u y o s, p r o b le m a s le in teresa n
c ie n c ia al s e r v ic io h u m a n o que h oy, d esp rov ista de en g ra d o se cu n d a rio desde el p u n to d e v is t a d e su
sen tim ien tos, resp on d e d esp iad a d a e in co n s cie n te ­ p r o p ia defen sa . A l c o n s id e r a r c o n la n e q u iv o ca d o c r i ­
m en te a fines b élicos. Y la s n e g r a s d icta d u ra s que te r io la v id a d e r e la ció n de los p u eb los la tin os, in­
e n sa n g re n ta ro n su su elo, c o m o sa ld o d el b á rb a r o
c u r r e en el e r r o r d e im p o n e r la v e n ta de su d e m o ­
c o lo n ia je , son desplazadas p o r o b r a de la c o n c ie n cia
c r a c ia a co tiz a ció n del d óla r, c o lo cá n d o se en igual
ciu d a d a n a en p len a e v o lu c ió n . A u n qu e n o h a y a a d ­
situ a ción de la E spañ a de a y e r, c u y o im p e ria lis m o
q u ir id o el n e ce s a rio g r a d o d e m a d u rez, n o o b lig a a se p r e cip itó irre m isib le m e n te hasta p erd er ca s i el
n eg a r ese p r o g r e s o en el o rd e n de la s ideas políticas.
n o m b r e de lo q u e rep resen ta , y del a b o r r e c ib le c o ­
El fu tu ro m ostra rá , c o n la d efin ición de la con tien d a
m u n ism o e sta ta l c o n su p a ra íso a p re cio d e liq u id a ­
q u e d iv id e la tierra, q u e A m é r ic a es te rre n o a b on a d o ción .
al c u lt iv o de las g ra n d e s re a liz a c io n e s esp iritu ales.
A re m a n so de lo s h ech os c u y o s p r in c ip io s sep aran N u ev os tiem p os recla m a n n u e v a s ideas y d istin tos
p r o ce d im ie n to s de con d u cta . A m é r ic a está r e a c c io ­
la a c c ió n del p en sa m ien to p o lític o d e n u e s tr o tiem po,
A m é r ic a la tin a n o pu ed e o c u p a r o tr o lu g a r q u e el n a n d o p o r im p o n e rse un s e n tim ie n to a tono c o n su
e sp iritu a lid a d . Y s i a u n n o se h a n sold a d o los tejidos
de esp ecta d or en este m o m e n to d e tr ib u la cio n e s . Sus
r o to s p o r d es a v e n e n cia s p o lítica s in tern a s, y a en d i­
p ro b le m a s socia les tienen u n c a r á c te r defin ido, b a sa ­
v e rs a s n a c io n e s r e v iv e el v ie jo ideal b o liv ia n o de
d o en la lib e rta d p o lític a y e c o n ó m ica d el h om b re
a g r u p a r en u n a so la la s c o n c ie n cia s d ivididas, a g lu ­
y n o en la fo r m a c ió n d e d in a stía s terra ten ien tes e
tin a d as p o r la zos d e sa n g re, d e ra za y d e am b ien te
in d u stria les a perpetu ida d, p u es fr u t o del esfu erzo
que tien en un o r ig e n com ú n . D esde el g o lfo de M éjico
de su s p u e b lo s a e llo s debe v o lv e r la r iq u e z a a r r a n ­
a T ierra del F u eg o se o b s e r v a el c a lo r del r e sco ld o
ca d a c o n su d or e in gen io a su su elo. B a jo esta p r e ­
y n o h a y du da q u e ^1 tiem p o h a r á e n tra r en sazón
m isa, está su rg ie n d o un m o v im ie n t o de o p in ió n que
esta in ic ia tiv a no o lv id a d a . Las n a cion es, tal cual
tom a c u e r p o con tin en ta l, de a n u la r el d e r e ch o d e h e­
ren cia , c o m o u n a fase p a r a e n ca u z a r la a c c ió n s o ­ e v o lu c io n a la c o n c e p ció n del m u n d o, se red u cen a
cial a u n fin p o s itiv o de d is tr ib u c ió n de los b ien es sim p les ciu d a d ela s, r e g id a s p o r m u n icip io s que, a g r u ­
m a teria les. En este tran ce, e n q u e d o s id eología s se p a dos en tre sí, fo r m a n fe d e ra cio n e s. La com u n id ad
la tin o a m e rica n a id en tifica d a c o n el in d ig en ism o, está
estrella n en afá n de p r e d o m in io h e g e m ó n ic o p o r im ­
p erfe cta m e n te d efin id a con ra sg o s co m u n e s que r e ­
p o n e r sob re el m u n d o u n a d ic ta d u ra fo rm a l, c u a l­
q u iera que sea su c o lo r y fo rm a , el s e n tim ie n to la­ su lta n in d isolu b les. L a u n ifo r m id a d de su c o n c ie n cia
p olítica y m o ra l se iden tifica en p u n to q u e n o en­
tin o estu d ia la so lu ció n de su s p r o b le m a s a la luz
del sen tim ien to. c u e n tr a d ife r e n cia s su sta n cia les de c o n d u cta y su
c u ltu r a le im p on e el sello in con fu n d ib le de u n a p e r ­
El ideal q u e in sp ira esta s in n o v a cio n e s e n el c a m ­
fecta h erm an dad.
p o d e la ju s tic ia d is tr ib u tiv a en síntesis, v a m á s allá
del in terés in m ed iato, del h ed on ism o m a teria lista p o r P o r fortu n a , so n lo s h e ch o s q u ien es c re a n la s in s­
el e n riq u e cim ie n to a tod o tra n ce. S ie m p re d el la d o titu cion es e im p rim e n su e v o lu c ió n . El in d iv id u o, al
de la lib ertad c o m o id ea l q u e a s p ira a c o n v e rtir s e p resen te ap lastad o p o r las in stitu cion es, rea ccion a
en d iv is a h u m an a, n o ca b e e le c ció n p osib le. A m é rica v io le n ta m e n te p a r a q u e éstas resu lten o r g a n is m o s al
la tin a ha estado siem p re del la d o de la ju s tic ia y o b ­ s e r v ic io del h om b re, n o de u n a c la s e n i casta, sin o
s e r v a c o n n a tu ra l r e c e lo la p o lític a m e r c a n til d e su d e am p litu d com ú n , sin la a p lic a c ió n p a r tic u la r del
pod eroso a m ig o del N orte, c u y o eg o ísm o a b so rcio n is- fe r o z e x tr e m o d e la le y . P r a c tic a r el b ie n siem p re
ta le in du ce a tra ta r c o m o tra fica n tes a lo s pu eblos, r esu ltó em p resa d ifícil, p e r o el h om b re n o es u n p r o ­
m ostrá n d oles un p u ñ a d o d e m on ed a s ob ten id a s p o r d u cto n e g a tiv o . Y si en su r e c o r r id o h istó ric o fr e ­
v ía de ex p lota ción , en ta n to p reten d e e n c a r a r y so­ cu en tem en te ca m in a a trop ezon es, rep re s e n ta sim b ó ­
lu cio n a r la s dispu tas in te r n a cio n a le s c o n c r ite r io lica m en te tod a la r iq u e z a u n iv e rsa l. A m é r ic a toda,
ex clu siv o, ba sa d o sim p lem en te en el p od erío de las q u e está b u scá n d ose a s í m ism a , y el m u n d o en tero,
a rm a s. L a com u n id ad del N o rte no h a co m p re n d id o co n fía en él y e n la a c c ió n g e n e ro sa cre a d o ra d e n u e­
en su ju sta m ed id a el p en sa m ien to de lo s pu eblos v a s c iv iliz a cio n e s .
la tin os, que a u n d eb atién d ose en tre lo s m a y o r e s pe­ C A M P IO C A R P IO

Ayuntamiento de Madrid
1078
CENIT

SUPERTURISMO DOLAR
E purga epistolarmente con m igo un com pa­
triota, refugiado en cualquier odorífico de tas traen en el bolso más brea de cardigar que libros, les
garagara, m uy trajinero; y anclado provi­ ensenan a jugar al baloncesto; a «pitchar», «catchar» y
soriamente en una postinera playa de por batear deportivam ente. Les explican el álgebra impura del
americanismo, en el q u e el bridge y el poker son las dos
ahí. Sigo— s " m e confiesa—d e garzón en el
Gran C asino, yungla más trabucaire esa mitades d e la vida. Y con la cajuela del razonar así d e lisa,
hipérbole, que Sierra moruna. Nos llueven el traje corru gado d e tan mal planchado, y el tobillo com o
una bola de billar, los mandan por el m undo a hacer cru-
por estas costas los samuelitos a bushels.
gir los espejos a carcajadas. Respiran com o un O verland,
Diariamente ten go ocasión d e clavar a m u­
chedum bre d e estas mariposas, en el trinchante con que ech a n do un aliento d e petróleo quem ado, atufador, porque
despierno canetón. C om o y o n o v o y a los Apalaches, los hacen cuatro com idas al día; y n o trepidan ni ante la barba
de cu lebra del rey Sargón. D icen , sin q u e se les corte el
apachados van viniendo felizm ente a mí. En mi calidad
de mandilón exprés, y o taño tod o lo m oliente en curso, ca p ­ resoplido del fu elle bronquial, que nuestra mística es de
to cuanto se pita y m asco chicles Adam s. En la turbamulta chinos, y la suya d e wikings. Se miran en la pared con
veranillante, hay de todo, com o en b otica: matrimonios más atención un crom o d e calendario, que una L a d y de
anejos, q u e se descosen nalgueando en contradanzas de Rem olds. Se asom bran más d e un turbal bien jordinado
Virginia, pasadas por la crib a d e un elevador del Oeste en la mesa d el M eurice, q u e de las Huelgas d e Burgos,
central y el churre de una fábrica d e mantequilla de D a- aunque se los inscriba en sus circuitos la sangre d e G il de
kota del Sur; mozas parejas extraconyugales, de un rubio Siloe; y aunque en el fon d o n o distingan las huevas de es­
turión de los huevos al plato fritos co n grasa d e lubricar
d e plum ón d e pato recién n acido, d e tanto com er pudin
la Sm ger. Una grabación d e I C om e from Alabamu los
t u m „ z ’ becados com o becadas, im berbes, ahorcagatos de
John Hopkins, que, aunque con lentes com o un parabrisas, enmarasma menos q u e la N ovena Sinfonía d e Beethóven.
q u e los hace parecer un Chevrolet, n o abren otro libro que Ven a España y a c o m o una chula, que se aprieta la peina
el de cheques e improvisan murgas c o n el guardabarros de en el m on o para reñir. D irigen a París, Londres o Roma,
un ¡eep d el D epartam ento d e D efensa; elegantes girls, d u e­ com o a Teherán y a la M eca Saudita, guiños que parten
ñas d e pozos petroleros en H udson, frigoríficos en Illinois y de lo mas h on do del bolsillo del ch aleco. H ablan de las
cien millas d e trigal en Arkansas, q u e vienen a comprar naciones d e la Am érica centro-sur, barajando dividendos y
balances, c o n chalan cinism o congresil, en un reparto de
un duque y tienen que contentarse con un pelu quero; se­
nadores antibolcheviques con abrigos rusos, y muy poco dietas, gajes y actas Se creen en la Tierra p o c o menos
patricios romanos, pero q u e se corren farras capitolinas, que unos enviados d el Sol. Em briagados d e juventud y
de salud físicas, profesan un cred o de jovialidad, d e vigor
con gansos co m o avestruces, sagradamente rellenos y todo.
Los boijs afeitados a m otor hasta la escocedura, hasta des­ y d e dem ocracia program ada así: «L ibertad de truques v
pellejarse el masetero, pisan c o n el antepié, com o si la am­ d e trucos; boxe d e la más repugnante suciedad, con pos­
bición de cada u no de sus tubos dictase a la llama de plata tulados com o el d e «a dar, q u e vienen dando.., «pega y
de sus ojos, q u e aún queda m ucho metal en Guanajuato corre», «agarra tajada don de la descubras», «ganar a com o
por acunar en los m ontes d e la Luna. Las chicas sonríen de lugar». Esa es su A cta de Filadelfia; trem olando la cual,
a la luz del ocaso germanolatino, com o una plum a tostada, MqUe n° 56 ' eS reCÍba 3 este lado del c harco,
que ha com b a tid o tod o el día en el desierto con el sol. v diciendoles: «N uestro g o z o es un pozo, d el gusto de ve ­
ha salido victoriosa del ring. Unos y otros exigen por si. ros: las llaves y las claves del Continente son vuestras...
Iresca cara que se les sirva com o en m otocicleta, tirando a Les ofen d e que en las provincias de su negocio, nuestro
enervar y a poner febril hasta al durmiente de una f-rro- em paque de profesores com a c o n resignada gravedad la
via. Pero y o soy un m an ch ego socrático, lleno de chicha escasa paja, q u e ellos nos tiran al pesebre; y que, con di­
caim a y q u e m e h ago q u eso cu ando m e conviene. Y no ch o m otivo, prevalezcan hasta en Bonn los estilos de res­
mas m e esponjo de risa, cu ando alguna locares, desertora ponso d e los popes, y q ue riamos con dientes de cadaver
reciente d el ram o del alm odón, que pierde las ligas por insepulto. N o nos perdonan q u e n o adm iremos la astucia,
cualquier cosa d e pantalones q u e se le pon ga a tiro, hace con que burlan la tasa d e U tilidades; y q u e n o nos pati-
co m o que se chifla de algún galán que es u n gañán, con difusione un País, en que la gen te honrada no son más
manos de cavador de zanjas, aunque extienda a máquina que daguerrotipos arrojados a un m ulero o a las ratas de
¡os monetj orders y tenga acciones d e pesquerías en el La­ un tapanco. Nuestra m orgue escam a m u ch o a su dinero,
brador o en Ontario. M is sobrinos de su tío se llaman M a- que por todas partes huele jacobinas greñas, rojas casacas
kmtire o M agoire: escribo esas charadas de m od o, que se y corbatas marxistas Oficios y sermones, despachados en
puedan leer. Llegan de pueblos, que llevan por nom bre es­ s/iort o en mangas d e camisa, abundan aquí en las mil ca­
tos escarnios; Joralemón, W akhenyan, W in ona y otros h o­ pillas d e sus cultos: d e la Iglesia evangelista, de la epis­
rrores. Habría que fundir a sus habitantes d e nuevo, desde copal d e la m etodista, de la presbiteriana, del rito esco­
la quilla hasta los palos, para q u e n o hiciesen el m erluzo y ces -del m enon y m erm ón, de la Adventista d el séptim o día.
com prendiesen alguna cosa. Discurren con cereb ro pavim en­ Verdad es q u e en sus iglesias hay más cenas que misas.
tado, com o la pista de una supercarretera. Tienen por ca­ Pero, la h oz expulsa de todas partes a la cruz, detrás de
beza un garaje en desorden o una cámara fotográfica en la q u e salta el d iablo d el dólar y hay q u e estar ojo avizor y
descom posición y únicam ente les carbura el m úsculo. En n o perder punto de respetabilidad, que en Iow a se lleva
£ s II,g y en las Ltttle Schools, don de los tiragomas del niño com o un som brero h on go, bajo el q u e n o se pasea una
Eros ahogan las cañerías d el baño, y las jóvenes estudian- idea mas q u e cada cin co años. Yo n o d ig o que soy espa­
ñol, cu ando le a bandon o con displicencia a alguno la mano,

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C E N I T 1079

porque se la tomarían antes a un cuatrero de Arízona, pun­ ban campeando a salto de setos de espino artificial. Gui­
to fuerte de garito; y porque capaces los creo de entre­ saban su rancho en sartenes de loza d e granito. Vestían ca­
garme a Franco, incluyéndome en el precio de las bases. potes, que parecían de hierro colado, muy propios de su
La pureza de costumbres, a pesar de sus pujos de hono­ temple metalúrgico. Dormían bajo techos de ripia y chilla o
rabilidad, tiene poco que agradecerles. Aquí se produce de cartón alquitranado, en campamentos mineros o de fron­
con absoluta informalidad, un míster, que en Los Angeles, tera, entre transilvanos y montenegrinos, Hoy tienen cuar­
sin ser sombra de uno de ellos, tiene en su oficina un tos de baño; pero, sus abuelas hacían sus higienes en el
letrero de flúor, que advierte a los pelmas: «H oy estoy muy barreño de la ensalada. Parían en el leñero, que era el
ocupado. Péleselas o le saco con el cherif». Corridas las escondrijo de sus ahorros. Se descongelaban la cama con
doce de la noche, damas estucadas, más de museo que la un ladrillo caliente, envuelto en un trapo. Y no las mataba
espada del general Grant, que bailan semidesnudas, ba­ el frío en la camisa de jinga, porque soplaban com o doc-
lanceándose en amantes brazos, com o toneles de whisky en kers y se endosaban doce sayas y seis pares de gruesas me­
las olas del mar después de un torpedeo, parecen rezar una dias y se enterraban en chupas de piel de topo o de perro
oración anabaptista, que comienza: «Entra en mí como en sin curtir. No se encontraban los enteleridos dedos, al re­
tu Banco y apodérate de las simientes de m i granero, ¡oh, pasar con ellos la cuenta del comestible. Y se les helaba
mi Dios!» La juventud no se nos recarga: menos en la asa­ la lengua en la boca, al ir a hablar a los novios, bajo un
dura. Los niños, ya talludos, les vuelcan mantecaos y pu­ cielo color de flores de limón, tras las bardas del asserra-
ñados de fideo por el escote, y tal cual rana viva en el dero en que habían bailado con él, al son de un violín
plato de la sopa, a las niñas de que se acompañan. Una com o una cacerola, cuyo rascador tocaba y danzaba a un
muñeca, escapada de un platón de medias noches, que se tiempo. En conclusión y resumen: que se queden con sus
tragaría uno de un bocadillo, lleva un sombrero con una menús a base de huevo en polvo, leche rehidratada, man­
ensaladilla W aldorf encima para adorno. Otra miss, con teca de cazón, salchichas de molido neumático coloreadas
talle de serpiente de cascabel, que no se tapa más que con minio y tartas de chabacano. Que se guarden sus Arcas
dos pulgadas de dermis, y a la que los huesos de la cla­ de Noé multifamiliares, sus calles llenas de gasolineras, el
vícula le rompen los hombros del vestido cuando se lo pone, jaleo de su vivir en jazz continuo, apretados hasta en la
se desmaya en serie en las alas cada vez de distinto tan­ suite de un hotel com o las bisagras de una ventana. No
guista, por el encerado del salón. A una dependienta de nos enhebramos un clasicismo piramidal y lineal. No com­
Sears Roebuck, le parece que hasta los títulos de Castilla partimos su sentimiento de la vida regimentada; metida
le van a decir con las manos en alto: «Baje la escopeta de en un casillero,en una cuadrícula, en úna horma, como
dos cañones de los ojos, que me rindo». Una estrella de una horca; que es lo que en definitiva nos traen los ca­
H ollyw ood,, con medias y ceñidor de hilo de oro, derrocha chorros y cachorsillas de business man, que piensan que
al andar jactancia, com o braveando: «Una vagiota argentada, poetas y románticos lo que hemos de menester es una afei­
¿se va a preocupar de lo que piense de su garbo un fre­ tada sede-eléctrica y un corte de melenitas que com o con
gadero de grasicntas focas?» Parece que no conozcamos a melinita nos arrase todo el trópico de tópicos de nuestras
estas distinguidas pichonas de ladrón torcaz y viejas garzas ideas.
de rapiña. Nada remotos ascendientes suyos se la campa­
Angel S A M B LA N C A T

A N T IM ILIT A R IS M O Y A N A R Q U IA
O N T R A R IA M liN T E a los p a rtid o s de iz­ la fo r m a q u e este ú ltim o adopte, s e r v ir á s ie m p r e de
q u ierd a o de e x tr e m a izq u ierd a , s o c ia ­ puntal p a ra la estab ilid ad d el n u ev o ídolo.
lista s o co m u n is ta s de la s d iferen tes E n ta n to que a n a rq u ista s, c o n tin u a m o s sien d o los
escu elas, el a n a rq u is m o se ha p r o n u n ­ e n e m ig o s ir re d u c tib le s d el Estado. L o som os, n o en
cia d o c o n tr a el E stado. Y de este h echo, la teoría» sin o en el terren o de la s realid ad es, c o n tr a ­
h oy , la A n a r q u ía es la so la «d o ctrin a » ria m en te a la s en señ a n za s de los M a rx y lo s Len in .
que a firm a u n a n tim ilita ris m o real y No pod em os h a c e r n in g u n a co n ce sió n en este pla n o.
p ositivo. P a ra n osotros, el ejército, b a jo lo s d iv e r s o s aspectos
E n efecto, en ta n to que a n a rq u ista s, no en que se ha v e n id o a d o rn a n d o a través de los siglos,
e sp era m os en a b so lu to u tiliza r los e n g r a n a je s del p erson ifica u n a a u torid a d d esa strosa que fu é u tili­
E stado p a r a fines p erson a les, sin o al c o n tra rio , p r e ­ zada p o r los in tereses a m b icio s o s d e la s ca sta s m ili-
ten dem os d e s tru ir p a r a siem p re lo d o a p a r a to c o e r c i­ lares.
tivo, n efasto y -c o r r u p t o r . E sta casta m ilita r, u n a d e las p r im e r a s en la e v o ­
P o r lo tanto, n os se p a ra m os n eta m en te d e estos es- lu ció n de la s socied a d es h um an as, se im p u so c o n la
latistas y d e n u n cia m o s su s c o n c e p c io n e s co m o m itos tira n ía al resto de los in d iv id u os; d e c re tó ord en a n za s
ilu s o rio s y p e lig ro so s al ex trem o, h o y y a la m a ­ y d iscip lin a s p a r a m e jo r h a cer resp eta r sus m en tira s
ñ a n a sigu ien te d e u n a c o n m o c ió n so c ia l que h a y a y su s crím e n e s . Es n o r m a l que el E jército, en el c u r ­
tra n sfo rm a d o el esta d o actu al d e cosas, pu esto que so de los añ os, se c o n v ie r ta en ei in stru m en to de
e lla s tien den n ada m e n o s q u e a h a c e r re co n o ce r , b a jo d efen sa d e los p r iv ile g io s, de las re lig io n e s y d e los
u n a sp ecto p reten d id a m en te n u ev o, lo s m ism o s g é r ­ p olíticos, de lo s p lu tó cra ta s de la in d u stria y d e la
m e n e s a u to r ita r io s q u e h a sta el p resen te n o h a n a p or­ fin an za. P re te n d ió ser un fa c to r d e ord en en la o r g a ­
tado al m u n d o del tr a b a jo m á s q u e m is e r ia y escla­ n iz a c ió n de ese desord en so cia l q u e fu eron la s s o c ie ­
vitud. da des feu d ales y las ca p ita lista s en el c u r s o de los
El m ilita ris m o es u n a de la s in stitu cio n e s m á s f o r ­ siglos.
m id a b les que sostien en al Estado. C u a lq u iera q u e sea A lg u ien podría im a g in a rse q u e esas c ostu m b res

Ayuntamiento de Madrid
1080
CENI T

h a b ría n p odido m o d e ra rs e h asta c ie rto p u n to y no


en que p o d re m o s a n u estra v ez s e r v irn o s d e e lla p ara
se g u ir sien d o p recisa m en te lo q u e E rn esto R en án d ijo
del E jército: a s e g u ra r la d o m in a ció n del p roleta ria d o.»
N o v o y a lle g a r a l ex tre m o de r e m e m o r a r la p r o ­
"E n el tiem po a n tig u o un ejé rcito tu v o ca si sie m ­
pa ga n da de la «G u e rre S ocia le», q u e d ir ig ió en eso
p re p o r o r ig e n u n a b a n d a de fa cin e ro s o s, o lo q u e es
tiem po ese im p o sto r que fu é G u sta vo H ervé. S e r e ­
lo m ism o, gen te que n o q u ería tra b a ja r y estaban
c o r d a r á q u e p r e d ic ó ta m b ién él el in g re so en el re ­
resu ellos a v iv ir del tr a b a jo de los d e m á s »
g im ie n to p a ra p ro p a g a r el espíritu n u evo, y soñ ó en
N ada ha ca m b ia d o. E l e jé rcito ha ten ido a afirm ar
c o n q u is ta r el e jé r c ito p a ra su p ropagan da, a fin de
esta tra d ición v e rg o n z o s a que h a d e s cr ito el a u tor dr
"V id a de Jesús»: c o n v e r t ir lo en el fu tu ro e jé r c ito r e v o lu c io n a rio . Es
c o n o c id o el fin de esta h isto ria y el n a u fra g io des­
«E sos ba n d oleros, u n a v e z r e co n o cid a su a u to ­
g r a c ia d o de ese p eón q u e p la n tó un día, s im b ó lic a ­
ridad. c o n v ir tié r o n s e en los p r o te c to r e s natos
m en te, la b a n d e ra en el e stercolero.
ele los que tr a b a ja b a n p a ra ellos. Y h u b o que
N os e n co n tra m o s, pues, en p resen cia d e dos su er­
a d m itir forzosa m en te q u e el o rd e n h abía sido crea d o
tes d e a n tim ilita ris m o s : el c o n d icio n a l que, desde los
y m a n ten id o en el m u n d o p o r b a n d o le ro s co n v ertid os
«h erv eísta s» de a n te g u e rr a a lo s sta lin ista s de h oy
en p olicía s. E sta ca sta m ilita r n o ha cesa d o d e crecer.
(pasan do p o r los d iv e rso s esca lon es socia listas, co m ­
Su p rep on d era n cia en lo s n e g o c io s p ú b licos ha ido
pren d id o el q u e p r e d ic a la d efen sa de la p a tr ia en
c re c ie n d o in con lesta b lem en te, bien q u e a la h o r a a c­
tual con tin ú a sien d o la q u e deten ta la m a y o r p a rle ré g im e n ca p ita lista ), con sid era el in d iv id u o o b lig a d o
del poder, se q u iera o n o. p u es co n s titu y e un fa c to r u in m o la rs e en a r a d e in tereses qu e, sean colectiv os
o d e d a s e , son c o n c o rd a n te s con los in tereses de
esen cia l p a ra el m a n te n im ie n to de la s in stitu cion es
actu ales.» ca sta o de olig a rq u ía .
P e ro los d iv ersos so c ia lis m o s a u to r ita r io s n o p u e­ S u b o rd in a d o a la v a r ia b ilid a d d e los in tereses, este
den d esin teresa rse com p le ta m e n te del e jé r c ito , pues a n tim ilita ris m o es de un o p o rtu n ism o e x tra o rd in a rio ,
e sp e ra n que un día éste les r e n d ir á em in en tes s e r ­ al p u n to de c o n v e rtirse , si a m a n o v ien e, en m á s fe r o z
que aq u el q u e se d esea liq u idar.
v ic io s a fin d e a y u d a rle s a sosten er la s n u e v a s form a s
de g o b ie r n o a esta b le ce r p o r ellos. Es p o r esto q u e la El a n tim ilita ris m o lib e rta r io , éste, sin r e p u d ia r una
c o n c e p ció n q u e tienen e llo s del m ilita rism o , sen si­ lib re v io le n c ia d e fe n siv a , se lev a n ta c o n tra la v io le n ­
blem en te d ife re n te d e la de n u estra p resen te b u r g u e ­ c ia d irig id a , y rep u g n a la o b lig a ció n de c o n v e rtir se
sía, p e rm a n e ce sien d o u n a fo r m a de m ilita rism o que e n h o m ic id a o d e in m ola rse en n o m b r e de n u evos
p erp etu a rá b a jo un n u e v o asp ecto lo s e x e cr a b le s m a ­ dioses, del m ilita ris m o b la n co o rojo.
les q u e q u erem os n o s o tr o s a b o lir. El in d iv id u o es la sola realid ad que debe resp e­
D ecim os q u e q u ien es q u ie r e n u tiliza r la fu erza tarse, y, n i el in terés, n i la n ecesid a d del E sta do o
p a ra su p ro v e ch o , restá n d ola a los p a rtid o s y a las de la cla se, p u eden o b lig a r le a c o n c e d e r la m á s m í­
cla s e s q u e tienden a r e e m p la za r, n o son n e ce s a ria ­ n im a p a rtícu la de su p erson alid ad . El a n tim ilita ris­
m en te an tim ilita rista s. m o lib e r ta r io resiste an te la n u ev a escla v itu d que se
N u estro a n tim ilita ris m o n o puede c o n fu n d irs e con p reten d e im p o n e rle en n o m b r e d e en tidades n uevas.
esos d iv ersos m o v im ie n to s lla m a d o s re v o lu c io n a rio s M a ria n n e R auze, en un fo lle t o so b re la filosofía del
que su eñ an c o n a p od era rse del p o d e r p ara in stau ra r a n tim ilita ris m o , c o n c lu y e con esta o b s e rv a c ió n p e r ­
su d icta d u ra «s o b r e » el p roleta ria d o. tin en te re la tiv a al a n tim ilita ris m o in te g ra l:
E n em igos d e la a u torid a d d e a y e r, a la m añana «E n esta h ora , a p lastad os en tre d o s m ilita rism o s
sigu ien te se c o n v ie rte n en d e fe n so r e s y sosten ed ores im p la ca b le s — el q u e n o q u iere d esa p a recer y el q u e
de la que a ca b a d e n a cer, p r o cla m a d a n ecesa ria a su p reten d e n a cer — es la m á s g ra n d e g lo r ia y el m ás
v e z p a ra que s o b re v iv a «su » r e v o lu c ió n . Se la llam a g ra n d e h o n o r s e r la p re o cu p a ció n a la v ez de los
p om p osa m en te «d icta d u ra del p ro le ta ria d o », p ero con p a rtid os g u b e rn a m e n ta le s y de lo s p a rtid os que se
ba stan te ex a ctitu d R osa L u x e m b u rg o d íó la v e rd a ­ d ic e n d e la re v o lu c ió n .»
d e r a sig n ifica ció n de esta «élite» que d ir ig e y rige El a n tim ilita ris m o p o s itiv o reposa , pues, so b re u n a
esta n u e v a fo r m a de g o b ie r n o : fo r m a im p e rio sa q u e re su lta de la c o n ce p ció n de
«E n realid ad , se trata a q u í d e u n ré g im e n de « d i ­ n u estra m ism a filosofía . El e jé r c ito es un arm a toste
q u e »; u n a dicta du ra , sí, p ero n o u n a dicta du ra d e 1A a u torid a d y n u estro a n tim ilita ris m o n o p r e te n ­
del p roleta ria d o. L a d icta d u ra de un p u ñ a d o de p olí­ de c o m b a tir la p resen te fo r m a del e jé r c ito p a ra so s­
ticos es la d icta d u ra en el sen tid o b u rg u és, en el ten er m a ñ a n a , segú n la s c irc u n s ta n c ia s fa v ora b les,
sen tid o de la d o m in a ció n ja co b in a .» o tr a fu erza a r m a d a c u y a s c irc u n s ta n c ia s tirá n ica s
Si p od em os esta r de a c u e rd o so b re c ie r ta s n ecesi­ se r á n ta n to o m á s m on stru osa s.
da des d e lu ch a c o n tra el e jé r c ito , n u estro d iv o r cio N o d esea m os ese e te r n o v o lv e r a em p eza r la H is­
no es m e n o s p r o fu n d o en cu a n to a la fo r m a so cia l to ria ; y es p o r esto que n os m ostra m os ad v ersa rios
d e n u estra socied a d fu tu ra , y n u estra actitu d h acia del a n tim ilita ris m o con d icion a l
los fa c to r e s de au torida d p e rm a n e ce e n pie. Este a n ­ E n em ig os del ca p ita lism o, a d v e rsa rio s del Estado
ta g on ism o fu é u n a de la s c a u sa s del fr a c a s o de la a u n q u e sea p ro le ta rio , som os ta m b ién e n e m ig o s de
A c ció n In tern a cion a l de lo s A n tim ilita ris ta s an tes lo s m ilita rista s, p o r q u e son su sostén p rin cip a l, y
de la g u e r r a ; ba jo o tr a s fo r m a s con tin ú a sep a rá n d o­ a q u ella s las m á s fu e rte s y n efa n d a s in stitu cion es que
n o s aun h o y en la lu ch a a e m p re n d e r c o n tr a la d esea m os liq u id a r.
g u e rra .
N u estro a n tim ilita ris m o r a cio n a l se in teg ra a la
«E l s e r v ic io de la clase b u rg u esa — e s c r ib ió Raúl an arqu ía . Y som os a n tim ilita ris ta s p orq u e som os ra ­
V e r fe u il, en «L e P o p u la ire » — d e b em os con sid era rlo, cion ales.
en ta n to q u e in stitu ción , c o m o e n e m ig o h asta el día
Hem DAY

Ayuntamiento de Madrid
CENI T 1081

devaneos En apuros de pureza


L * T ^ I l i S U T O , ja d ea n te, c o n p a sos eb rios, cual en tred eg ü ella n en su . p r o p io m ed io, en su m ism o
L t ' M í i ' f J n u ev o D ióg en es sa lien d o de su ton el con térm in o.
v a r ia s ton ela d a s d e a m a r g u r a a cu e s­ N o. Y o no p u ed o a m a r u n s e r así d e necio.
tas, se m e tió e n el túnel de la tie rr a cieg a ¿ A m a r al h o m b r e c o n su secreto c o r t e jo de en vid ias,
— p o r l a n o ctu r n id a d en v u e lta — za­ que ron d a n p o r den tro, ch o r re a n d o pus, p u ru len cia s
ra n d ea n d o c o n su débil d iestra su a p a ­ p o r fu e r a ? Q u e re q u ie re lo p o c o q u e tú posees c o n ­
g a d a lin tern a . tento, y d e s p re c ia lo m u ch o que él co n tie n e g im ien d o.
B u scó la r o c a desnuda, a g re siv a , sin ¿A l h o m b r e de v a n a c ie n c ia q u e c r e e sa b er lo que
;ésped, y so b re e lla sen tado, in ic ió el pu ed e y n o a c ie r ta a s a b e r lo q u e q u iere?
sigu ien te d ev a n eo: ¿A l s e r de in d ig en tes cre e n cia s, d e sen tim ien tos tos­
«¡A h , m i sed! ¡M i sed de p u reza , de p u re za p erfecta, cos, d e ideas p e r e g r in a s y de le tá r g ic o s sueñ os?
de p u re za etern a! ¿Q u e re r a este ser q u e d esesp era d o clam a, q u e p r o s ­
La sed q u e re se ca m i len gu a, q u e a g r ie ta m is la­ tern ad o ru eg a, q u e v ilm e n te lim osn ea — p á rpa dos
bios, q u e h ace r e to rce r, d e m i a b r o jo s a b a rb a , los a b a tid o s — se h a g a la luz en sus ojOs sa n os, q u e no
v e n p o r las lég a ñ a s a cu m u la d a s e n tr e pestaña y pes­
pelos.
¡U n sorb o, só lo u n s o r b o de esa p u reza p a ra ap a­ taña d e d escu id a d a ce n icie n ta ?
g a r e n m is en tra ñ a s el s o r d o in cen dio. ¿ A m a r la h e m b r a e n cela d a q u e p o r d oq u ier acech a,
y en c u a lq u ie r d eta lle v e in fid elid ad y ofen sa ?
¿E n dón de h a lla ría la fu en te esa ?
¿ A m a r la h e m b r a c o n c e lo ce le stin e s co que m á s que
¿ L a h a y a ca so en tod o el á m b ito d e la n atu raleza sigu e persig u e...? A m a r en ton ces la cortesa n a , q u e no
en v olv en te, in solente, in solven te...? h a y p o r don d e c o rta r la , n i c o n g u a n tes p o r don de
¿ A m a r lo s h om b res c u a le s so n y c o m o sea? cog erla .
N o puedo. ¿ A m a rlo s ? Sí, p ero c o m o q u e r r ía que N o. N o. E n m i tebaida. A h í q u ieto.
fu esen . ¿ A m a r la v íctim a irre s p o n sa b le q u e se in m o la p or
N o pu ed o q u e re rlo s Con su in d u m en ta ria sin iestra, se g u ir el ejem p lo, que n o sa b e lo q u e d eja d etrá s con
n i c o n su s m o d a le s sim iescos. C on su p u ñ a l a l cin to su gesto? E n ton ces a m a m os ta m b ién al v e rd u g o in ­
u n os; o tr o s con el r a b o en tre la s piern as. con scie n te que n i sa be qu ien le p a g a , ni a qu ien ob e­
A r m a s in fa m es sim b o liz a n d o u n a c ie n c ia sin c o n ­ dece sirv ien d o.
cie n c ia . P reten d ien d o h a c e r oon e lla s ju sticia , y dar T a n to m on ta.
a c c e s o al d erech o c o n ellas. ¿Q u é m á s da en to n ce s a m a r al rep til q u e m u erde,
¡Q u ita dm e de la v ista e sa s c a r a c te r iz a d a s c a r ic a ­ y lu ego m u ere, sin n in g u n a r e m in is c e n cia d e v a n o
tu ra s del h o m b re a p a ren ta d o a la h ien a ! re m o r d im ie n to ?
F u e rz a s o s c u ra s de su s in stin tos q u e só lo d a n luz ¿O a m a r al sa u ce que en la r ía se m ira sin v erse,
p a ra a lu m b r a r su s m a lé v o lo s deseos. n i p re o cu p a rse si te es a g ra d a b le u h o stil su so m b re a ­
N o pu ed o q u e r e rlo s c o n la sa n g re q u e c h o r r e a p or d a p re se n cia ?
todos su s m ie m b r o s desp u és del c rim e n ; c o n sa n g re ¿O a m a r la p ied ra , la p ied ra roqu eñ a , la p ied ra
en su s o jo s c o lé rico s , c o n s a n g re en su s c e r e b r o s p r o ­ sorda , la p ie d ra c ie g a , la p ie d ra in erte q u e s irv e de
y e cta n d o fu tu ros degüellos. a s ie n to a m i c u e r p o y de trib u n a a m i dev an eo?
¿ P e rd o n a r lo s ? ¿ P e rd o n a r lo s q u e no son ello s ? ¿ P ero Sí, es esto. Y a m a r la a sid o h asta c o n fu n d irm e con
pu ede a m a rse al q u e se p erd on a , a u n s e r así de in ­ ella. H asta q u e la fu e rz a d e su in e rc ia a p a cigü e m i
fe c to ? ¿A l ser que fu rio s o a rre m e te v e n c e d o r, y sólo d e v a n e o e te rn o . Y u n os g r a n o s ad h esivos, m itad cal,
v e n c id o se a r r o d illa y se a rrep ien te? m ita l a ren a , sean las ú n icas h u ellas d e u n a v id a pura,
N i pu ed o v e r lo s su d a n d o su m isos, su d a n d o co n te n ­ quizás... ¿e sté ril?»
tos; su d a n d o g otas de u n m ie d o q u e se les ad en tró F u ga z, u n a e r o lito cru zó el e n te n e b re cid o cie lo . Y
h a sta el tu étano. Y tem b lorosos, su d a n d o así, hasta p e n sa tiv o m ir ó h a c ia a rrib a .
que el su d a rio g rotesto c u b ra su d escom p u esto cu erp o. P au sada, u n a p a sto ra ca n ta b a m u y qu edo sigu ien d o
Sí, y a sé. S on las v íctim a s. Y c ie rto , todas las v íc t i­ el re b a ñ o q u e d escen d ía p o r el sendero.
m a s fu e rza n el respeto. Y c o n e l in te ré s d el deseo m ir ó h acia ab a jo. C on­
M as el a m or, el v e rd a d e ro am or, se n u tre de a lg o c lu y e n d o m a rch a n d o su d ev a n eo:
m á s q u e tod o eso. «¿Y q u ié n seré y o p a ra p reten d er en lo s dem ás, en
d e r re d o r m ío ta n ta p u re z a ? ¿N o será n estos p ru rito s
¿D e qué s irv e el q u e y o m e ex p liq u e sus debilidades,
de pu reza, a la p ostre, tra su n to d e m i con g e n ita l
y al v e rle s s u fr ir lo s a b su e lv a ? Si y o q u ie r o v e rlo s
pereza ?
a le g re s y fieros, lib e ra n d o su s fu e rza s laten tes. Ellos,
¿Y n o s e r á e lla la q u e m e ord e n e que, p a ra s a l­
los p od erosos, los que su d a n d o sa b en fo r ja r puñales,
v a r m e de la a m b ien ta l im p u reza , s in lu ch a p erezca ?»
n a v a ja s, ca ñ on es, toda la g a m a de a r m a s b é lica s. Y
C og ió u n a p ie d ra d el su elo. Y con fu r ia a r r o jó la c o n ­
que lu eg o reg a la n al m a jo que h a d e c o r t a r le s la
tra la r o ca q u e le s ir v ió de a s ie n to a su c u e r p o y de
in g le; sa lv a g u a rd a r la b olsa , r o b a r le s su v id a inde­
fen sa. trib u n a a su d ev a n eo. S u r g ió u n a chispa. Y h a cia la
v id a , p a ra a p u r a r la v iv ie n d o , se fu é corrien d o.
Y m en os m al si, p o r el v il sa la rio del m ie d o , n o se
b rin d a n p a ra cabestros, y p o r ord en del je r a r c a n o se P lá c id o B R A V O

Ayuntamiento de Madrid
1082
CENIT

KRCNSTADT
DESORDENES OBREROS E N PETROGRADO
un C om ité de defensa com o en período d e guerra con Z i-
RA al com ien zo de 1921. Los largos años de sTdente^E. r " ^ ^ P^ á L ,
c i m o pfe-
ter' " ■™ “ g uerra mundial, d e revolución y de guerra Í ,,U r i manifiesto de este C om ité era el d e estran-
civil debilitaron a Rusia hasta el extrem o y guiar el m ovim iento huelguista.
pusieron al p u eb lo en la pendiente de la ,ncE! !74, d e O brero se declararon las huelgas. El m ism o día
desesperación. Pero, en fin, la guerra civil los bolcheviques enviaron los «kursanty»~los estudiantes co
terminó: los numerosos frentes fueron li­ to T e ra d n d academ ia militar que se preparaban para
quidados, y W rangel— la última carta de la tos grados d e oficiales del ejército y d e la marina— i-a n
Entente intervencionista y d e la contrarre­ S X á f i L trabaJ'a dores q ue se habían reunido en V a-
@ & saaa volución rusa— fu é derrotado, concluyendo suievsky Ostrov, el barrio obrero de Retrogrado. Al día si-
, su actividad militar en Rusia. El pueblo Mevsk n f febrero, indignados, los huelguistas de Vasi-
eim en hn? h°ra C0" “ nfianza una m itigación d el severo ré- dork t H I r T “ ar0n l0S astilleros d e < Alm irantazgo y los
i qUe:, Se, esPeraba que los comunistas, termi­ docks de la G alem aya y persuadieron a los obreros a aso­
nada la guerra civil, aligerarían las pesadas cargas, abolirían ciarse contra la actitud autocrática del gobierno. La dem os­
las restricciones introducidas durante la guerra insUura- tración intentada en las calles de la ciu d a d por los huel-
rían ciertas libertades fundamentales y com enzarían la or- r i o c jU6 dlsPersada por los soldados.
b t m o Chni ü ° VÍda' Le,0S d e ser P0 Pular, el g o ­ „n L n -A 0 ,. en reunión del Soviet de Petrogrado.
bierno bolch eviqu e era, por el contrario, soportado por los a ,c“ lsla- L? ' kevich. m iem bro del C om ité de
,° ! «°S i d e b ld o a su Plan- frecuentem ente anunciado, de defensa y del C on sejo militar revolucionario d e la repúbli­
' * la reconstrucción económ ica del país tan pronto ca, den un cio el m ovim iento huelguista en los términos más
c e s a r a las operaciones militares. El pu eblo estaba lleno de acerbos. A cuso a los obreros de la fábrica d e T rubochny de
oréadnrrL C(íOPT r’ í f ™ preStar SU iniciativa y su esfuerzo íü l k /° A c o n t e n t o y de ser «hom bres que no
creador en la obra de reconstrucción del país arruinado. pensaban mas que e n su provecho personal y que eran con ­
6StaS esperanzas fueron pronto frus­ trarrevolucionarios»; fríam ente propuso cerrar la fábrica de
tradas. El Estado comunista n o evidenció, de ningún m o- iru b och n y , proposición aceptada por el Com ité ejecutivo
d ° ' ‘ ener ,!?. ‘ "ten ción de debilitar el yu go. Continuaba la del Soviet d e Petrogrado, del q u e Z in oviev era presidente.
L os huelguistas d e T ru boch n y fueron, pues, lock-outados y
aún m á? af103 M * m ,!ltarización d el trabajo esclavizaba
aun mas al pu eblo, y este se exacerbaba más y más por privados automáticamente, por consecuencia, de su ración
d e víveres.
la opresion creciente y por la tiranía. T al estado de cosas
paralizaba toda posibilidad de un renacim iento industrial Las m edidas d el gobiern o bolch evique sirvieron para
agriar mas el antagonism o de los obreros.
vierW nPí u l a . última esperanza y se reforzaba la con ­
vicción d e que el partido com unista estaba más interesado . ^ ' aL c:?,les, d e Retrogrado com enzaron a aparecer pro­
en conservar el poder p olítico q u e en salvar la revolución. clamas de huelga. Algunas d e ellas llevaban ya un carác­
‘ nás revolucionario de Rusia, el proletariado ter francam ente p olítico; el más caracterizado de estos ma­
nifiestos, fijado en los muros de la ciu d a d el 27 de febre­
£ ? Pn m ero en protestar. Lanzó la a cu ­ ro, d ecía :
q u e Ía bnrn ^ ° * f S CaUSaf' h centralización bolche- «S e ha h ech o necesario un cam bio com p leto en la p o ­
nés^nn, t nh rraC'a Y Ia actitud autocrática con los cam- lítica d el gobierno. En prim er lugar, los obreros y los cam ­
V i o b r e r o s eran ¿re cta m e n te responsables, en gran
parte, d e la miseria y d e los sufrimientos del p u eb lo Gran pesinos tienen necesidad de libertad. N o quieren vivir se­
gún los decretos d e los bolcheviques: ¡quieren controlar sus
r 2 l V f rel yfábrÍCaS d e Petr° g rad° debieron 'cerrar propios destinos!
sus puertas; los obreros se morían literalmente d e hambre.
Organizaron reuniones para considerar la situación, v fu e­ «¡Cam aradas, m antened el orden revolucionario! Exigid
ron dispersados p o r el gobiern o. El proletariado de Petro­ d e un m od o organizado y decidido:
grado, que soportó todo el peso de las luchas revoluciona­ » L a liberación de todos los socialistas y de los obreros
rias, y cuyos enormes sacrificios y heroísm o salvaron la ciu­ sin partido encarcelados;
dad contra Yudem ch, se irritó ante los m anejos del gobier- » L a abolición del estado de sitio; la libertad de palabra,
de prensa y de reunión para todos los q u e trabajan;
b l l L a - anmi0SÍdad T lra los m étod° s em pleados por los » elección libre d e los Com ités d e fábrica y d e los
bolcheviques continuaba crecien do. Los com unistas rehusa-
representantes a los sindicatos y a los soviets;
, m8n0reS c o "cesiones al proletariado, ofrecien do al
m ism o tiem po entenderse con los capitalistas de Europa v «¡O rganizad reuniones, adoptad resoluciones, enviad vues­
tros delegados a las autoridades y trabajad en la realiza­
, “ 'i;3'
S ° breros se '"d ign a ron . C on el fin de for- ción de vuestras exigencias!»
examinar sus exigencias, se declararon
huelgas en la fabrica de municiones («P atronny»), e n las E l gobiern o respon dió efectuando num erosos arrestos v
abncas del Báltico y de T ruboch ny. en la fábrica de La- suprimiente» varias organizaciones obreras. Esta m edida
aum ento aun mas la efervescencia de las masas; las peticio­
& I 1,° 611 i g3í - s,cu ‘ lr la cuestión con los obreros
descontentos, el gobiern o d e los obreros y cam pesinos creó nes reaccionarias com enzaron a aparecer. Así, una proclama
d e los «obreros socialistas del distrito de N evsky» apareció

Ayuntamiento de Madrid
C E N I T 1083

el 28 de febrero, terminando con un llamamiento en favor el comisario Kuzmin, atacaron ferozmente la resolución, a
de la Asamblea Constituyente: los huelguistas de Petrogrado y a los marinos de Kronstadt.
«Sabemos quién tiene miedo de la Asamblea Constitu­ Pero sus argumentos no impresionaron a los asistentes y
yente. Son los que no podrán robar al pueblo entonces. la resolución del «Petropavlovsk» fué adoptada por unani­
Tendrán, al contrario, que responder ante los representantes midad. He aquí el documento histórico:
del pueblo por sus mixtificaciones, sus robos y sus crí­
menes. «Resolución de la reunión general de la primera y segunda
«¡Abajo los comunistas odiados! escuadra de la flota del Báltico, celebrada el 1.° de
» ¡Abajo el gobierno sovietista! marzo de 1921
»¡Viva la Asamblea Constituyente!»
Durante este tiempo, los bolcheviques concentraron en Habiendo oído el informe de los representantes enviados
Petrogrado considerables fuerzas militares llevadas de la a Petrogrado por la reunión general de las tripulaciones
provincia, y mandaban a la capital del norte, desde la linea para examinar allí la situación,
del frente, los regimientos comunistas más fieles. Petrogra­ Decide:
d o fué declarado en «estado extraordinario de guerra». Los
1) Dado que los Soviets actuales no expresan la volun­
huelguistas fueron subyugados por la fuerza y la agitación
tad de los obreros y de los campesinos, celebrar inmediata­
obrera aplastada con mano de hierro.
mente las nuevas elecciones por voto secreto, teniendo com­
pleta libertad de agitación entre los obreros y campesinos
II la campaña electoral;
2) establecer la libertad de palabra y de prensa para
E L M OVIM IENTO DE KRONSTADT todos los obreros y campesinos, para los anarquistas y para
los partidos socialistas de la izquierda;
Los marineros de Kronstadt se alarmaron visiblemente 3) asegurar la libertad de reunión para los sindicatos y
ante los acontecimientos de Petrogrado. Su actitud frente para las organizaciones campesinas;
a las rigurosas medidas tomadas por el gobierno contra los 4) convocar una conferencia independiente de los obre­
huelguistas estaba lejos de ser amistosa. Sabían lo que tuvo ros, soldados rojos y marinos de Petrogrado, antes del 10
que soportar el proletariado revolucionario de la capital de marzo de 1921;
durante los primeros días de la revolución, su heroica lu­
5) liberación de todos los presos políticos socialistas y
cha contra Yudenich, la paciencia con que toleró las priva­
también de todos los obreros, campesinos, soldados y ma­
ciones y la miseria. Pero Kronstadt estaba lejos también de
rinos encarcelados por el delito de participación en los mo­
favorecer la Asamblea Constituyente, o la experiencia del
vimientos obreros y campesinos;
comercio libre de que se hablaba en Petrogrado. Los mari­
nos eran, tanto espiritualmente com o en la acción, ante 6) elegir una comisión de examen de los casos de
todo, revolucionarios. Eran los partidarios más decididos aquellos que se encuentran en las prisiones y en los campos
del sistema de los Soviets, pero se oponían a la dictadura de concentración;
de un partido político cualquiera. 7) abolir las oficinas políticas, porque ningún partido
El movimiento de simpatía hacia los obreros huelguistas debe tener privilegios para la propaganda de sus ideas, ni
de Petrogrado, comenzó primeramente entre los marinos de recibir la ayuda financiera del gobierno para tales fines. En
los barcos de guerra «Petropavlovsk» y «Sebastopol», los su lugar será necesario instituir comisiones de educación y
mismos navios que en 1917 fueron el apoyo principal de de cultura social, elegidas localmente y sostenidas material­
los bolcheviques. El movimiento se extendió a toda la flota mente por el gobierno;
de Kronstadt, y después a los regimientos rojos estaciona­ 8) abolir inmediatamente los destacamentos de portaz­
dos allí. El 28 de febrero, la tripulación del «Petropavlovsk» g o» (1);
adoptó una resolución que obtuvo también el consentimien­
9) igualación de las raciones para todos aquellos que
to de los marinos del «Sebastopol». La resolución pedía, en­
trabajan en oficios peligrosos para la salud;
tre otras cosas, las reelecciones libres del Soviet de Krons­
tadt, cuyo mandato iba pronto a expirar. Al mismo tiempo 10) abolición de los destacamentos comunistas de gue­
fué enviada a Petrogrado una comisión de marinos para rra en todas las secciones del ejército, lo mismo que de la
obtener informaciones sobre la situación. guardia comunista apostada en los talleres y en las fábricas;
El 1." de marzo se celebró una reunión pública en la pla­ en caso de necesidad, estos destacamentos o pelotones de
za del Ancla, en Kronstadt; fué convocada oficialmente por guardia deberán ser designados en el ejército, desde las fi­
las tripulaciones de la primera y la segunda escuadra de las mismas, y en las fábricas según los deseos de los
la flota del Báltico. Dieciséis mil marineros, soldados rojos obreros;
y trabajadores acudieron a ella; la presidió el presidente del 11) dar a los campesinos plena libertad de acción en
Comité ejecutivo del Soviet de Kronstadt, el comunista Va- lo que concierne a sus tierras y también el derecho a p o­
siliev. El presidente de la República socialista federativa seer ganado, a condición de que se arreglen los campesinos
de los Soviets, Kalinin, y el comisario de la flota del Bál­ mismos sin tener que recurrir a la explotación ajena;
tico, Kuzmin, estaban presentes, y tomaron la palabra. Debe 12) pedir a todas las secciones del ejército y a nuestros
hacerse notar aquí, com o indicación de la actitud amistosa camaradas los kursanty militares que acepten nuestras re­
de los marinos hacia el gobierno bolchevique, que Kalinin, soluciones;
a su llegada a Kronstadt, fué recibido con los honores mi­
litares, con música y con banderas desplegadas.
La comisión de marinos que había sido enviada a Pe­ (1) Destacamentos armados organizados por los bolche­
trogrado presentó su informe en el mitin. Este informe con­ viques para suprimir e l com ercio ilícito y para confiscar los
firmó las peores aprensiones de Kronstadt. L a reunión ex­ víveres y otros productos. La irresponsabilidad y la arbi­
presó abiertamente su indignación contra los métodos em­ trariedad de estos métodos se han hecho proverbiales en
pleados por los comunistas para sofocar las aspiraciones de toda la extensión del país. El gobierno suprimió estos des­
los obreros de Petrogrado. La resolución adoptada por el tacamentos en la provincia d e Petrogrado la víspera de su
«Petropavlovek» el 28 de febrero fué entonces presentada ataque a Kronstadt— una jugarreta al proletariado de Pe­
a los reunidos. El presidente de la República, Kalinin, y trogrado.

Ayuntamiento de Madrid
1084
C E N I T

nuSL^'c^Lr”“ q"° dé '■ I— .


14) designar una comisión ambulante de control;
1SJ permitir la pequeña industria a domicilio ! í | p r £ i r S - S £ * 5
* - « a s a
PETRICHENKO ‘a s r s js s t
Presidente d e la reunión de la brigada
PEREPELKIN
Secretario naz?s Si n1 , insinuaciones indignas y a rugir ame-
" nI . . Sl quere,.s la g uerra abierta, concluyó Kuzmin la
tendréis, porque los comunistas no aflojarán las riendas’ del
n id ó T d fÍ r o n s t a ^ .^ ^ aP‘ aS,ante may° n'a P°r Ia * » * - gobierno. Lucharemos hasta el fin.»
VASILIEV sarió y fde-Spr0VISt0 de tact0 del comi-
Presidente.» sano ae la ilota del Báltico fue un insulto a los delegados
El discurso del presidente del Soviet de Kronstadt el ™-'
munista Vasihev, que habló después de Kuzmin no cansó
tif S t a r ° ' Ue¡Ón que’ Como hemos dicho ya, fué comba-
ninguna impresión; fué impreciso y sin mérito. Cuanto más
se desarrollaba el mitin, más francamente antibolchevique
se tornaba la actitud general. Y, sin embargo lo d e j a ­
dos esperaban llegar todavía a entenderse con los reme-
sentantes del gobierno. Pero se advirtió en seguida, decía
n s/rn"™ oficia' G). Que «no podíamos tener confianza en
nuestros camaradas Kuzmin y Vasíliev, y que se había
hecho necesario aislarnos temporalmente, sobre todo porque
no , Z 7 taS CStán ,6n P,OSf S¡Ón de las a« ™ y nosotros
dn f l'T acces0 a lüf teléfonos. Los soldados tienen mie-
d ° a ° f , comisamos, de lo cual tenemos la prueba en la
cana leída en la reunión de la guarnición».
Kuzmin y Vasihev fueron entonces alejados de la reunión
y arrestados. Un rasgo característico del espíritu de la con-
arrestc)3
arresto deefe l los
o s " demás
d / ° h° ^ q " e UDa
comunistas mociónfué
presentes <iuerechazada
Pedía el
por mmensa mayoría. Los delegados sostenían que ^ c o ­
munistas debían ser considerados igualmente que los repre­
sentantes de las otras organizaciones y debían gozar de los
!* = £ ? ,; t i s s - — « i Z Z ° S, Z f ' US Y T Pet° l' Kr0nstadt estaba siempre r“
suelta a hallar una base de reconciliación con el partido
, comunista y con el gobierno bolchevique. P
as resoluciones del 1.» de marzo fueron leídas y adop­
tadas con entusiasmo. En ese momento la reunión se ani­
mo y excito vivamente al declarar un delegado que quince
a ^ jf f a ir s s - ia t s t a r * .! : camiones de soldados y de comunistas armados de fusiles
y de ametralladoras habían sido enviados por los bolchevi-
del Snvípt Í gad°,s coneemia a las nuevas elecciones
q£ ° * 0rden df atacar a ios reunidos, «Esta informa-
establecer los^ri™ ?*- iqU6| debían verificarse pronto, y
establecer los pnncipios sobre los cuales deberían celebrarse „ l . Ua ■ ,nforme del Izvestia»— promovió un pro-
La reunión tenía también que poner en prácüca la s reco S S , f Sent‘ miento « • » , los delegados.» La investigación
luc.ones adoptadas la víspera y acordar los mefores medios' Dero ° ? Ue ,nforn,c carecía de todo fundamento
“ . d e que un destacamento de
c r e a d a por1 e l h a m b a d? ’ f , condiciones lamentables
nhíhJ y’ ■- famOSO, chekista Dukin a la cabeza, mar­
El l í l ll T yr P° r la falta d e calefacción. chaba ya en dirección al fuerte de Krasnaya Gorka. En vis-

s n r 3 ? 4. K u z m i n ^ V T r •aC° f teC¡m‘ent0S y de ‘ as amenazas de


y de Kalmin la conferencia se dedicó inmediata-
e l reflejo^" cíe las^aspiraciones ^ e 'h í^ b r e r o s ^ y ^ “ , ? organizar la defensa de Kronstadt contra el ata-
y expresaran su voluntad. La actitud de los delegados T a ?nrm oilC q U e i' tiempo apremiaba y se decidió trans-
antagónica al régimen arbitrario de los comisarios bu rocrl- ormar la presidencia de la conferencia en un Comité re-
eos, pero simpatica a la orientación del partido comunis- n r ^ n T T 0 ? r0visi0" al' 5 “ tenía por deber mantener el
SoJipí110 ta ' Eran Partidarios abnegados d el sistema d e los orden y la salvaguardia de la ciudad. El Comité debía em­
prender también los preparativos necesarios para celebrar
c í l i r ^ ? “ •? deSe° de encontrar amistosa y p “ las nuevas elecciones del Soviet de Kronstadt.
cuícamente una solución a estos problemas apremiantes
El c o m is c o de la flota del Báltico, Kuzmin, fué el pri-
™ r0, en. usar de la palabra. Hombre más bien de enerva (1) «Izvestia», del Comité Revolucionario provisional,
que de juicio, no se dió cuenta de la gran importancia del numero 9, 11 de marzo de 1921.
movimiento. No supo ponerse a la altura de la situación-
atraerse los corazones y los cerebros de estos hombres tan
sencillos, marinos y trabajadores, que habían h echo tantos A lejan d ro B E R C K M A N N
sacrificios por la revolución y estaban extenuados y deses-
(Contin.ará.)

Société Générale cTlmpressian, 61, rué des Amidonniers.-Toulouse (Hle-Qnej


- Le Uerant : Etienne GU1LLEMAU.

Ayuntamiento de Madrid
rp o e ta A de cdyet y de cffioij

E N E L C 4 M P ©
La muerte se disfraza
d e gritos;
el vacío
d e ruido y movimiento,
máscaras estridentes d e (a N a d a .

Atrás se queda la ciudad gruñendo.

El paisaje está fuera,


margen inmensa y solitaria, orilla
apetecid a en el desvelo oscuro,
en las crispadas horas
d e la ciudad transida de naufragios.

A q u í los altos árboles, el aire


aséptico, oloroso, saturado
d e hierbas y eucaliptos.
A q u í la p ie d ra , el río,
la redonda colina con sus pájaros
afanosos de azul, d e blanquiazul, d e nubes
húmedas, pasajeras, inestables.

Fijas, como inmutables,


están las cosas simples, primigenias.
Sólo el amor les presta forma y vida.

Por él todas las cosas


humildes se enriquecen:
esa tersa y fluyente
c abellera del agua siempre joven,-
esa música pura
d e la brisa en el arpa
antigua de los árboles;
esa flor, pincelada
sin designio aparente
traduce la espontánea
ordenación d e la belleza.

Esas cosas ¡oh, sí!


fijas y nunca iguales,
que están en este campo, en otros campos
para ser inventadas cada día.

Benito M I L L A
Agosto d e 1 9 5 3 .

Ayuntamiento de Madrid
La C .N .T. en la Revolución española"
E stá te r m in a d o y p r ó x im o a
a p a r e c e r el te r c e r y ú ltim o v o lu ­
m e n d e e sta im p o r t a n tís im a ob ra ,
e n la q u e el c o m p a ñ e r o J o s é P e i-
r a ts se h a e s fo r z a d o en e sta b le ­
c e r la v e rd a d h is t ó r ic a en t o r n o
a la p a r t ic ip a c ió n d e la C .N .T .
e n la R e v o lu c ió n e s p a ñ o la in i­
c ia d a el 19 d e ju lio d e 1936.
D e b id o al m á s e le v a d o c o s te
d e l p a p e l y d e la m a n o d e o b r a ,
a p esar d e n u e s tr o fir m e p r o p ó ­
s ito d e e v ita r to d o a u m e n to de
p r e c io , nos v e m o s o b lig a d o s a
e le v a r d e c in c u e n ta fr a n c o s el
v a lo r d el to m o I I I . A sí pu es, este
se v e n d e r á a 750 fr a n c o s , p r e c io
d e v e n ta , c o n el a c o s tu m b r a d o
d e s c u e n t o d e 10 % a p a q u eteros
y c o r r e s p o n s a le s .
P a ra a q u e llo s le c to r e s q u e q u ie­
r a n c o n t r ib u ir a ayu darn os a
h a c e r fr e n t e a lo s p a g o s a p r e ­
m ia n te s d e la e d ic ió n , h a r e m o s
c o m o p a ra lo s v o lú m e n e s p r e c e ­
d e n te s . c o n d ic io n e s e sp ecia les.
T o d o s a q u e llo s q u e e n v íe n ya
d e s d e e ste m o m e n t o el v a lo r d el
t o m o III, l o r e c ib ir á n a su a p a ­
r ic ió n al p r e c io d e 650 fr . P a ra
la b u e n a m a r c h a a d m in is t r a t i­
v a , r o g a m o s a to d o s c u a n t o s e n ­
v íen el p a g o a n tic ip a d o , e sp e ci­
fiq u en b ien c la r o en el d o r s o del
m a n d a t: I’ a r a p a g o d e l to m o I I I
d e .(La C .N .T . e n la R e v o lu c ió n
E s p a ñ o la » .
* **

E sta o b r a n o p u e d e fa l t a r e n
la b ib lio te c a d e n in g ú n h o m b r e
e s tu d io s o y a m a n te d e la c u lt u ­
ra . T o d o s , a filia d o s a la C . N . T.
o n o , p e r o e s p ír itu s in q u ie t o s y
d e s e o s o s d e c o n o c e r la h is t o r ia C a p ítu lo X X V I I . — El Pleno tación estatal d e las industrias de
d e la g e s ta p o p u la r m á s t r a s ­ Económico de V alencia. guerra.
c e n d e n ta l d e l s ig lo X X , h a n de
leer « L a C .N .T . e n la R e v o lu c ió n C apítu lo X X V I I I . — La Nueva C apítu lo X X X I V . — El terror
E s p a ñ o la » , lib ro e s c r it o c o n p r o ­ er los frentes.
Plataforma Sindical.
fu n d a o b je tiv id a d y c o n la m á s
e s c r u p u lo s a h o n r a d e z d e h is t o ­ Capítu lo X X X V . — El terror
C a p ítu lo X X I X . — D e la victo­
r ia d o r . a c u m u la n d o d o c u m e n t o s en la retaguardia.
ria d e Teruel al desastre de
y d a to s in é d it o s y fid e d ig n o s .
Aragón. C a p ítu lo X X X V I . — D e l P le ­
A q u e llo s q u e n o h a y a n a d q u i­ no d e O c tu b re a la pérd id a de
r id o to d a v ía e l I I to m o , d e b e n C apítu lo X X X . — La crisis in­ Cataluña.
a p re s u r a r se a p ed irlo , a fin d e terna del M ovim iento Libertario.
q u e n o se e n c u e n t r e n fa lt a d o s d e C a p ítu lo X X X V I I . — El último
la o b r a c o m p le t a . C a p ítu lo X X X I . — La crisis da baluarte.
P a r a ilu s tr a c ió n de n u e s tr o s agosto y la batalla del Ebro. C apítu lo X X X V I I I . — ¡Ay del
le c to r e s, d a m o s a c o n t in u a c ió n
C apítu lo X X X I I. — La p o líti­ vencido !
lo s títu lo s g e n e r a le s d e los c a ­
p ít u lo s d e q u e se c o m p o n e el t o ­ ca franquista. P ed id os: A d m in is t r a c ió n d e l L i­
m o I I I , p r o n t o a p o n e r s e a la b r o , 4, r ü e B e lfo r t , T o u lo u s e
v en ta : C a p ítu lo X X X I I I . — La incau­ (H .-G .)

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