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Tras la HG del 30N, a 11 días de la siguiente…

HACIENDA-SEPI-CORREOS TIENEN OTRA


OPORTUNIDAD DE DESACTIVAR EL CONFLICTO Y
ALCANZAR UN ACUERDO

El 30N, con la convocatoria de la primera Huelga General, se cumplían ocho meses largos
de movilizaciones de los trabajadores/as de Correos desde su inicio allá por marzo. La
actitud del Gobierno, en aquel entonces del PP, recortando el Servicio Postal
Universal (SPU) en 180 millones en los PGE 2017 y 2018 en un incumplimiento flagrante
de los compromisos adquiridos con las OO.SS., su pasividad en la puesta en marcha del
Plan de Prestación del Servicio Postal Universal y su negativa a abrir una
negociación para recuperar salario, empleo y derechos cargó al colectivo de razones y
legitimación suficientes para el inicio del conflicto.

Con la llegada, tras la moción de censura, del nuevo Gobierno-PSOE, el objetivo de la


movilización no varió: la exigencia de un giro social en las políticas postales (no nos
bastaba con un cambio de políticos) y la apertura de una negociación para alcanzar un
Acuerdo que mejorase nuestras condiciones de trabajo. Ahora bien, sería un error
afirmar que, transcurridos los meses, todo sigue igual. Entre otras cosas, porque vendría
a reconocer que la movilización es estéril y no vale para nada, algo que, para CCOO, no se
corresponde con la realidad.

Es reconocible el giro del Ministerio de Fomento, con su titular a la cabeza, en las


políticas postales en contraste con el equipo ministerial anterior. Lo es en su
compromiso (expresado en el Congreso y en el Senado) de no recortar sino aumentar
las cuantías destinadas al SPU en la LPGE-2019 (otra cosa es que el Gobierno, en
minoría, tenga votos suficientes para aprobarla), y también lo es en su defensa cerrada,
frente a la Comisión Europea, los lobbies privados de paquetería (patronal UNO) y la
propia CNMC, de aprobar en el primer cuatrimestre de 2019 un Plan de Prestación del
SPU basado en costes incurridos, así como el consiguiente Contrato Regulador en
desarrollo de una Ley Postal 2010 que lleva ocho años “congelada”.

Por otra parte, el avance logrado en los contenidos que motivaron el conflicto laboral
no puede ser considerado ni de mínimos, ni menor. Una oferta de empleo de 10.000
puestos fijos en los próximos tres años que, sumados a las ya realizadas, nos acercan a
los 15.000 mil empleos perdidos desde 2008, única vía posible para acabar con el 35%
de eventualidad; un incremento salarial en torno al 7%; la convocatoria de cerca de 400
puestos para promoción interna de los funcionarios (la última en 2011) y de más de
1.600 para Jefaturas intermedias (las actualmente ocupadas de forma provisional,
algunas desde hace más de 9 años); el compromiso de reducir la rotación excesiva de
los candidatos en las bolsas de empleo temporal, de abordar sistemas que eviten el
agotamiento de las mismas, de regular la duración mínima de los contratos y de
racionalizar el trabajo a tiempo parcial; son, todos ellos, logros que ponen en valor la
movilización y nos acercan al Acuerdo.

Lo es también el haber “convencido” a Hacienda-SEPI de que el Acuerdo de Función


Pública firmado por las Federaciones del Área Pública de CCOO, UGT y CSIF con el
Gobierno del PP en marzo pasado, cuya aplicación no es automática ni de obligado
cumplimiento en el sector público empresarial, se implemente en Correos, algo que
no se ha hecho en ninguna otra empresa pública de ámbito estatal.

Así las cosas, CCOO es consciente de que la solución al conflicto está al alcance de
la mano y a falta de un “empujón”. Y queremos pensar que Correos y SEPI también
lo son, a la vista de la actitud demostrada por sus respectivos Presidentes, apurando la
negociación hasta el último minuto del pasado 29N para alcanzar un Acuerdo que evitase
la Huelga General y futura movilización. Sólo que, en esta ocasión y “a poder ser”, las
cosas se tienen que hacer -quizás por parte de todos- un poco mejor. Ni se puede
llegar tan tarde (la próxima HG es el día 21D), ni pasarse de frenada -con los piquetes
informativos en los centros-, ni convertir la negociación -sin papeles, con una Mesa
convertida en sala de espera, bocadillos incluidos- en un espectáculo de ciencia-ficción.

Y, sobre todo, se tiene que llegar con propuestas “bajo el brazo”, avaladas por
Hacienda, que permitan salvar los últimos escollos de la negociación, entre ellos:
FONDOS ADICIONALES que nos permitan un incremento retributivo singular y nos
acerquen al 9-10% de la recuperación salarial; ampliación en 1.300-1.500 PUESTOS EN
LA OFERTA DE EMPLEO para cubrir todo el empleo estructural; JUBILACIÓN PARCIAL,
con contrato de relevo, PARA PERSONAL LABORAL Y MEJORA DE EXCEDENCIAS
VOLUNTARIAS INCENTIVADAS; SUSTITUCIÓN DE LA OBLIGATORIEDAD DE LOS
SÁBADOS por voluntariedad remunerada; además de tratar el ABSENTISMO como un
asunto a descriminalizar.

El objetivo de una movilización no es agitar por agitar, ni llevar al colectivo a un callejón


sin salida, ni, gobierne quien gobierne, jugar a hacer política favoreciendo a la oposición
y/o desgastando al Gobierno. El objetivo es y será siempre alcanzar un buen Acuerdo.
Y, a juicio de CCOO, en este momento se dan las condiciones objetivas para ello. A 11
días de la siguiente Huelga General, la pelota está en el tejado de Hacienda, de SEPI
y de Correos.

10 de diciembre de 2018

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