Está en la página 1de 1

ORIENTACIONES

Después de quince años de aplicar y estudiar la terapia breve, he llegado a una conclusión que
constituye la premisa central de este libro: para que una intervención se adecúe o ajuste
fructuosamente
no es necesario un conocimiento detallado de la queja. Para
impulsar la solución, ni siquiera es necesario poder construir
con algún rigor el modo en que la perturbación se mantiene. En
vista de mi trabajo anterior, a primera vista esa afirmación parece
ir contra lo intuible, pero diría que en una situación problemática
cualquier conducta realmente diferente puede bastar para impulsar
la solución y proporcionar al cliente la satisfacción que busca
en la terapia. Todo lo que se necesita es que la persona envuelta
en una situación perturbadora haga algo diferente, aunque esa
conducta sea aparentemente irracional, sin duda inapropiada, obviamente
Continué la elaboración formulando la siguiente pregunta:
¿cómo hace el especialista en terapia breve para saber qué hacer?
Cada intervención parece confeccionada a medida para el cliente
específico en una situación específica; por ejemplo, en el caso

También podría gustarte