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25 ideas para potenciar el pensamiento creativo de los

alumnos
En un ocasión Ernest Hemingway fue retado a escribir una historia de tan solo
seis palabras. Él escribió: <<For sale: baby shoes, never worn (En venta: zapatos
de bebé, nunca usados)>>. Se dice que después de presentarla Hemingway afirmó
que ésta era su mejor obra.
Posteriormente, la revista Smith Magazine utilizó esta idea para retar a sus
lectores a escribir historias de seis palabras. La respuesta fue tan masiva como
creativa hasta el punto que la revista publicó varios libros de historias de seis
palabras. Lo curioso del hecho es que hasta el momento a nadie se le había
ocurrido escribir una historia de seis palabras. Y es justamente ahí donde radica
la esencia del pensamieto creativo, en hacer las cosas de una manera distinta de
como se habían hecho hasta el momento.

El pensamiento creativo implica la creación de algo nuevo u original. De


generar nuevas ideas dentro o a través de dominios del conocimiento, basándose
en romper con las reglas y procedimientos simbólicos establecidos (definición
adaptada de Dewey; Paul and Lind Elder; Csikszentmihalyi; Rosenman and Gero).

En el contexto educativo, ayudar a los alumnos a desarrollar el pensamiento


creativo les permite adquirir competencias, habilidades y estrategias a partir de:

 Relacionar ideas existentes y aplicarlas a nuevos contextos.


 Desarrollar nuevas posibilidades o propiedades de algo que ya existe.
 Descubrir o imaginar algo totalmente nuevo.
El desarrollo del pensamiento creativo puede llevarse a cabo en muchas actividades
curriculares, de la misma manera que tradicionalmente se viene realizando con el
pensamiento crítico. De hecho sería ideal que los alumnos pudieran adquirir
estrategias de estas dos formas de pensamiento para aplicarlas indistintamente
según las necesidades de cada situación. En este sentido, el siguiente listado
expone 25 ideas para potenciar el pensamiento crítico de los estudiantes:

1. Fomentar la interacción con contenidos o materiales sin objetivos


concretos. Experimentar.
2. Motivarles para que se conozcan a sí mismos. Sus habilidades. Sus
pasiones.
3. Mostrar su progreso personal y el sus proyectos.
4. Extrapolar conocimientos a situaciones nuevas.
5. Permitir el desarrollo de hipótesis hasta su comprobación final.
6. Valorar distintas formas de pensamiento.
7. Utilizar nuevas estrategias para solucionar viejos problemas.
8. Crear contextos para la toma de decisiones significativas.
9. Preguntarles sobre sus objetivos e intereses.
10. Trabajar desde las dos perspectivas holísticas de las situaciones.
11. Producir textos sobre ellos mismos, sus emociones, sus miedos o sus
proyectos.
12. Utilizar procesos divergentes para la resolución de problemas.
13. Enseñarles a no tener miedo de los errores. Forman parte del camino al
éxito.
14. Ayudarles a explorar aquello que les resulta desconocido pero interesante.
15. Habilitar espacios de coevaluación constructiva.
16. Enseñarles a fijarse objetivos personales concretos.
17. Analizar y valorar ideas disruptivas como posibles soluciones creativas.
18. Motivarles para no tengan un autoconcepto limitado o sesgado.
19. Fomentar mucha práctica con un buen feedback.
20. Analizar y encontrar patrones.
21. Ayudarles a usar la divergencia como una estrategia más.
22. Facilitar el acceso a múltiples fuentes de información y de puntos
de vista.
23. Realizar brainstorming, como punto de partida de un problema o
situación.
24. Enseñarles a comunicar adecuadamente sus propias ideas.
25. Asegurarse que se sienten queridos por sus mentores.

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