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Ehunize Danaji Rodríguez Valdez

La joya incrustada

Yo soy Meg vivía en Nueva York en un departamento con mi hermano Zack, nuestro departamento es muy
costoso así que nos dividimos los gastos. Yo estudiaba diseño integral y mi hermano psicología. Mi hermano era
un tanto especial, él tenía una actitud algo rara, era muy serio, sombrío, algo negativo , pero¿ qué podía hacer?
Él era mi hermano y bueno o malo tenía que estar para él. Un día se apareció frente a mí la oportunidad de mi
vida, ser diseñadora de ropa, tenía que hacer un boceto para un vestido basado en una joya, la cual me habían
enviado al “depa” para que iniciara mis bocetos. Sé que sonara raro un vestido basado en una joya, pero era
todo un reto y eso era justo lo que buscaba.

Recuerdo que el día en el que llego la joya mi hermano mostró gran interés en la joya, de hecho, un interés nada
normal. Coloqué la joya en un cajón de mi habitación creyendo que ahí estaría en la mañana, pero me
equivoqué, estaba en la mesa del comedor “¿pero ¿qué hace en un lugar distinto?” me pregunte.

- ¡Zack! ¿sabes que hace en la mesa la joya que mandaron?

-Sí, veras es que se me hizo tan bonita que decidí tomar le una foto y subirla a las redes.

-Está bien hermano, pero por favor no la toques, es muy frágil. -le dije un poco molesta

-De acuerdo.

Esa fue la primera vez que note una obscura intención en él. Días después, dejé la joya en el escritorio de mi
oficina mientras yo iba a comprar un café. Cuando volví casi me da un infarto al ver que la joya ya no estaba la
joya, busqué como loca por todas partes tratando de encontrarla, pero no estaba por ninguna parte, entonces
note que antes de que saliera Zack se encontraba conmigo en casa y ahora ya no, seguí buscando hasta que se
me ocurrió buscar en la habitación de Zack …no había nada, tuve que salir rápido de su habitación por que
escuche que se abría la puerta de la entrada.

-Zack ¿a dónde fuiste?

-A caminar, por cierto ¿Cuánto crees que costaría la joya que te mandaron?

-Unos nueve mil dólares ¿Por qué?

-Por nada hermana, por nada.

Me fui a dormir tarde esa noche, por dos cosas, la primera fue por buscar hasta tarde esa tonta joya y la
segunda por estar pensando en lo que pregunto mi hermano esa tarde. A la mañana siguiente mi hermano me
dijo:

-Meghan, ten tu joya, estaba en el sillón –yo recuerdo perfectamente haber buscado en el sillón tantas veces
que se podría decir que conocía de memoria cada pelusa –Oye Meg sé que sonara loco, pero… ¿Qué tal si nos la
quedamos?
- ¿Qué? ¿estás loco?

-No, solo digo, si cuesta tanto y más aparte si vendiéramos el depa seriamos casi ricos.

-No, no y no, no pienso hacerlo.

-Lo haré solo entonces.

-No lo permitiré –le dije con voz demandante.

-No te estoy pidiendo permiso.

Discutimos por un largo tiempo, hasta que me harté y me fui a dormir. Sus intentos de robar la joya eran cada
vez más frecuentes y cada vez llegaban más lejos. Trataba de convencerme barias veces, pero yo nunca acepté,
no podía imaginarme ser una ladrona que es perseguida por la ley y tiene que vivir escondida de todo el mundo;
además mi sueño siempre había sido ser diseñadora de ropa.

Recuerdo que un día me amenazo a muerte si no le daba la joya , discutimos tanto sobre cosas tan fuertes y
densas que me daban ganas de golpearlo , en esos momentos me arrepentía de tantas cosas ,la primera era
haber aceptado el trabajo , la segunda era vivir con mi hermano y la última fue no haber tenido una caja fuerte.

Un día me harté, fui a verlo dormir, tenía esa sonrisa de ladrón en su rostro, me dio tanto coraje que me dirigí a
la cocina, tome un cuchillo y la joya, regrese al cuarto de Zack y le clave el chuchillo hasta que el cuerpo dejara
de moverse y le hice un agujero en el pecho lo suficientemente grande para clavarle la joya.

Desde ese día no veo las cosas de igual manera, aprendí que no se puede confiar en todos, no importa que
aparenten buenas intenciones.

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