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El Proceso Impugnatorio ESRC
El Proceso Impugnatorio ESRC
Recurso de apelación
1. NOCIONES PREVIAS.
El proceso inmediato reformado imprimió prisas innecesarias, no solo apresuró el
trámite procedimental, sino que suprimió etapas procesales necesarias para la
configuración del proceso. Peor aún omitió regular el trámite de los recursos
impugnatorios y su procesamiento. Así una vez terminado el fugaz trámite en primera
instancia, se retomaba la modorrada procesal de siempre. Esta precariedad en la
implementación del proceso inmediato se expresó incluso con la decisión del Consejo
Ejecutivo del Poder Judicial de asignar competencia a órganos jurisdiccionales de
segunda instancia para conocer de manera exclusiva los procesos inmediatos, sin atender
al escaso flujo de estos procesos.
El raudo trámite del proceso inmediato en primera instancia, dio lugar a
despropósitos mayúsculos con sentencias que impusieron condenas de cadena perpetua,
penas graves, sentencias fundadas con prueba indirectas; etc. Cobró sentido la expresión
“carrera de caballos, parada de borricos”,1pues gran parte de estas decisiones fueron
declaradas nulas por los órganos judiciales de segunda instancia. Son las decisiones de
segunda instancia que moderaron el desborde del aceleramiento procesal. Se
establecieron pautas y estándares de mínima exigencia para limitar el objeto de
conocimiento en la vía procedimental del reducido proceso inmediato. Finalmente estos
criterios fueron plasmados en el Acuerdo Plenario No. 2-2016; empero, el andar furioso
del proceso inmediato ya había causado daño, y como siempre el costo de la impaciencia
efectista fue asumido por la libertad de los ciudadanos.
2. Base normativa.
La ausencia de base normativa que regule el trámite impugnatorio del proceso
inmediato, en segunda instancia determinó que se adecue al trámite previsto para el
proceso común. Empero, era evidente la falta de secuencia y coherencia entre el fugaz
trámite en primera instancia, -hasta con supresión de etapas procesales- y el aletargado
tramite de segunda instancia.
1
Que está referido a que a tomar las cosas con calma y avanzar pensando bien los pasos a tomar, las
decisiones que se toma; porque de nada sirve comenzar con mucho ímpetu y velocidad, si no se termina la
carrera y se queda a mitad de camino y comenzar nuevamente.
Recién el Decreto Legislativo 1307, ha establecido especificaciones en el trámite
del proceso impugnatorio; en efecto, se ha modificado los artículos 401, 414 y 425 del
CPP, y establece: i) la oportunidad procesal de impugnar, ii) la supresión del
contradictorio escrito en segunda instancia, y iii) el plazo para expedir la sentencia en
segunda instancia.
Estos dispositivos solo especifican la supresión y acortamiento de plazos, y suprime
la etapa del contradictorio escrito en segunda instancia. El proceso impugnatorio
mantiene su configuración en clave acusatoria, conforme al modelo de impugnación del
proceso común, pero con las especificaciones de velocidad que imprime los dispositivos
modificados. Es necesario esta aclaración para evitar interpretaciones que estimen en
error derogaciones tácitas de las reglas de impugnación, o modulaciones enervantes de
los principios impugnatorios, que afecten la configuración de la pretensión impugnatoria,
de la congruencia recursal, etc., y, como consecuencia, la desnaturalización de todo el
proceso impugnatorio.
No debe perderse de vista que el Título Preliminar el art.1. 4 del CPP
expresamente establece que “Las resoluciones son recurribles, en los casos y en el modo
previsto por la Ley (…). Para efecto, de determinar el objeto del proceso impugnatorio,
será importante que se cumpla plenamente con los requisitos exigidos por el art. 405 del
CPP, pues su cumplimiento determina la configuración de la pretensión impugnatoria; y
sirven como fundamento de interpretación de todas las normas que regulan el proceso
impugnatorio.2
3. Oportunidad procesal
El art. 401.4 del CPP3, regula la oportunidad procesal para la interposición de la
apelación de sentencia en un proceso inmediato; diferencia dos supuestos que definen dos
momentos: i) un primer supuesto, cuando el acusado concurre a la audiencia que
concluye con la lectura de sentencia; y, ii) un segundo supuesto, cuando el acusado no
concurra a la audiencia de lectura. El primer supuesto, previsto en el art. 401.4 del CPP,
señala que si se trata de una sentencia emitida en la audiencia única del juicio inmediato,
el recurso de apelación se interpondrá en el mismo acto de lectura. El segundo supuesto,
señala que si el acusado no concurre a la audiencia de lectura, entonces el plazo para la
interposición del recurso de apelación es de tres días, después de la notificación válida
con la sentencia, rige el literal c) del inciso 1 del artículo 414 del CPP.
3.1 Los problemas se presentan en el primer supuesto cuando el acusado está presente en
la audiencia de lectura de sentencia; en este supuesto la interposición del recurso de
apelación se realiza en el mismo acto de lectura de sentencia; y por la propia naturaleza
oral de la audiencia, la interposición del recurso de apelación tendrá que ser oral; más si
el dispositivo precisa que “no es necesario su formalización por escrito.
Si el procesado afronta el proceso con mandato de comparecencia, no es obligatoria
su concurrencia, entonces no concurriendo asegura tres días –después de notificada- para
2 Artículo X del Título Preliminar del CPP. “Las normas que integran el presente Título prevalecen sobre cualquier
disposición de este Código. Serán utilizadas como fundamento de interpretación”
3En efecto, precisa que: “Si se trata de una sentencia emitida conforme a lo previsto en el artículo 448°, el recurso se
interpondrá en el mismo acto de lectura. No es necesaria su formalización por escrito. En caso el acusado no concurra a
la audiencia de lectura, rige el literal c) del inciso 1 del artículo 414. La Sala Penal Superior, recibido el cuaderno de
apelación, comunicará a las partes que pueden ofrecer medios probatorios en el plazo de tres (3) días”.
interponer el recurso de apelación, con tiempo suficiente para la construcción adecuada
de la pretensión impugnatoria. Empero, con ello se desincentiva la comparecencia del
acusado a la última parte de la audiencia única del juicio inmediato
Sin embargo, esta opción no lo tiene el acusado que afronta el proceso en calidad
de preso preventivo; en efecto, dado que está cumpliendo esa medida coercitiva, no tiene
opción para optar por no concurrir a la audiencia, pues materialmente será conducido a la
audiencia. Por esa razón, la defensa técnica del acusado deberá interponer el recurso de
apelación de la sentencia en esa misma audiencia. Como siempre los efectos más
gravosos de falta de tiempo procesal los asume quien sufre detención, y con toda
seguridad a quien se le imponga una pena más grave. Esta suerte de castigo procesal
afecta el principio de igualdad.
Ciertamente el problema es más complicado para la defensa técnica del sentenciado
que ha venido sufriendo prisión, por varias razones, así: i) afronta una causa probable,
donde con frecuencia está en cuestión la calificación jurídica; ii) no tuvo tiempo
suficiente para construir una oposición o resistencia adecuada.
Si en la etapa de la detención policial o de las diligencias preliminares no se tuvo el
plazo razonable para ejercer con eficacia la defensa; ahora simplemente se suprime el
plazo para articular adecuadamente su pretensión impugnatoria. La apelación oral en la
audiencia, en ese brevísimo tiempo va afectar fundamentalmente a la defensa técnica del
imputado; en efecto, generalmente el resultado en los procesos inmediatos son sentencias
de condena, dado que por la propia naturaleza de su objeto, generalmente la causa
probable se ha configurado en flagrancia; en ese orden, la precariedad de la situación
defensiva del sentenciado es manifiesta y tiene su expresión en el nulo tiempo que tiene
para construir los fundamentos del recurso de apelación.
Se podrá alegar que el Ministerio Público también afronta ese problema; sin
embargo, no se debe perder de vista, que gran porcentaje de los procesos inmediatos que
llegan a juicio oral terminan con condena; y que son pocos los casos con sentencias
absolutorias; por la propia configuración del proceso inmediato. Además el Ministerio
Público tiene una imputación concreta que transitó de causa probable a causa cierta, tiene
configurado su caso; y para construir una eventual impugnación le sería suficiente extraer
razones del mera comparación entre los fundamentos de la imputación fiscal y los
fundamentos de la sentencia absolutoria, y señalar su desacuerdo puntualizando esos
puntos.
3.2 En el segundo supuesto no hay mayor problema, porque la situación procesal es
diferente, en primer orden se notifica con la sentencia, y una vez notificado válidamente,
recién corre el plazo de tres días para interponer recurso de apelación contra la sentencia.
Está apelación se realiza fuera del escenario de audiencia, por tanto, debe ser por escrito.
El impugnante tiene el tiempo necesario para preparar su pretensión impugnatoria con las
exigencias previstas en el art. 405 del CPP: i) la precisión de las parte o puntos de la
decisión a los que se refiere la impugnación, ii) con expresión delos fundamentos, e
indicación de los fundamentos de hecho y de derechos que lo apoyen, iii) formulando lo
que el mismo dispositivo precisa: una pretensión concreta.
4. Riesgos en la configuración del proceso impugnatorio
Si el acusado está presente en la audiencia de lectura de sentencia, el art. 401.4 del CPP,
establece que el recurso se interpondrá en el mismo acto de lectura y no es necesaria su
formalización por escrito. Como consecuencia de la impugnación oral de la sentencia se
dará que los abogados, fiscales o defensores, acudan a la utilización de los estereotipos de
“errada valoración”, “motivación defectuosa”, “afectación del debido proceso”, etc. No
se alcanza a comprender que no son admisibles términos generales o estos conceptos
indeterminados, etc. Así la interposición oral de los fundamentos de la pretensión
impugnatoria determinará su precaria configuración. Por otro lado tenemos, que si se
presenta una apelación con términos difusos entonces los jueces de segunda instancia
deberán declarar improcedente la misma, por no tener un marco de impugnación como
referencia.
Un primer problema que afronta el proceso inmediato impugnatorio, es el riesgo en la
configuración del principio de congruencia recursal; la base del objeto del proceso
impugnatorio tendría solo un registro oral, no habría un punto de referencia material para
efectos de delimitar el ámbito de competencia de la segunda instancia. La fase formativa
del proceso impugnatorio es oral, puesto al interponerse el recurso impugnatorio en forma
oral; entonces todo el proceso se moverá en función de ese acto procesal impugnatorio.
Empero, esa exigencia atiende más a la necesidad de una velocidad eficientista antes que
un problema de razonable celeridad.
Éste acto postulatorio tiene importancia y trascendencia procesal, por su poder
configurador de la validez de la relación procesal impugnatoria; sin embargo, de manera
precaria se regula que se interponga en audiencia y de forma oral. En síntesis la
competencia del órgano judicial de segunda instancia y su vinculación a los fundamentos
impugnatorios, es una exigencia de validez de la relación procesal impugnatoria, su
precariedad puede acarrear la invalidez de la relación procesal recursal.
Será bastante problemático verificar la congruencia con el objeto impugnatorio, pues
quien escucha oralmente los fundamentos de la pretensión impugnatoria es el Juez de
Juzgamiento, no los jueces revisores. La indeterminación de los fundamentos no
permitirá a los jueces verificar la congruencia entre los fundamentos de la apelación y lo
presentado oralmente en la audiencia de segunda instancia por ausencia de un punto de
referencia material –registro-.
La impugnación oral, con el que se delimita el marco de impugnación va establecer el
presupuesto procesal de la competencia, dado que los jueces son competentes dentro del
marco de impugnación
Esta situación problemática incide directamente en la competencia de los jueces de
segunda instancia; pues, no debe perderse de vista que la competencia de los jueces de
segunda instancia está delimitada al ámbito de los fundamentos de la pretensión
impugnatoria4.
El recurso de apelación determina el marco de impugnación; y este marco determina
el ámbito de competencia de la instancia revisora; en ese orden, el acto procesal más