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LA FILOSOFIA POSTIDEALISTA (MATERIALISTA) DE LA HISTORIA Eduardo Vasquez 1 Para entender cabalmente la concepcién materialista de la historia desa- rrollaremos esa concepcidn cotejandola con la concepcién idealista de la historia. Ello es sumamente importante por cuanto hay términos comu- nes entre ambas concepciones, los cuales, sin embargo, adquieren signi- ficaciones diferentes. — El término «dialéctico» es uno de ellos. La filosofia de Hegel es deno- 7 | inada por él mismo especulativa o dialéctica. Ante todo, Plegel es pro- m: gz fandamente antimaterialista y antiempirista y ello porque, segune), «el L empirismo ¢s una doctrina de servidumpbre yno de libertad» (Hegel, 1970, 111-Efpensamiento, en cuanto toma su contenido de la experiencia, no es libre, est4 determinado, de alli el rechazo de la teoria del conoci- miento kantiano y su admiracién por su teorfa moral. En esta ultima Kant se refiere a la autonomia y a la libertad del pensamiento, es decir, el pen- samiento no debe regirse por la experiencia sensible, sino, por el contra- tio, debe hacer que la experiencia sensible se someta al pensamiento. Kant no cumplié su programa. Hegel se propondra perfeccionar al kantismo. ~Cémo poder lograrlo? ¢Cémo poder derivar todos los contenidos, todas las determinaciones del pensamiento mismo, sin acudir a nada externo? Para ello Hegel utilizar4 la dialéctica. Ciencia y dialéctica son equivalentes, pues «la verdadera ciencia consiste erie denvac@aeie su contenido total a partir de simp le ‘goncepto de lo contrario una ciencia no_merece, por lo menos, el nombre de una ciencia filos6fica)» Hegel, 1976, 284). El procedimiento para derivar er contenido a partir del con- cepto es hacer que la unidad (A) contenga a su negacidn (no-A). De alli el empeiio de Hegel en la critica a la identidad abstracta. No-A esta con- tenido en A, en la unidad. En la Ciencia de la logica las distintas no-A 119 EDUARDO VASQUEZ ser4n todas categorfas las cuales no son otra cosa mds que las distintas especificaciones del pensamiento. Ellas son pensamiento, pero no en la forma universal abstracta, sino de lo universal que se refiere a secciones especificas de lo real. En esa teoria se deben retener dos aspectos impor- tantes. El primero, es que Hegel quiere hacer de lo dialéctico el principio de movimiento del pensamiénto, rechazando asl la Causalidad7Porotra parte; trderivactom de las cAt€gorias a partir del pensamiento es también un rechazo al empirismo de Kant, el cual las tomé como dadas sin dedu- cirlas. Ello, para Hegel, constituye como «una afrenta a la ciencia» (Hegel, 1966). Hegel quiere establecer la relacién de necesidad entre las distin- tas categorias, impugnando asi el empirismo que se limita a recopilar hechos, sin establecer entre ellos las relaciones necesarias. Nos hemos visto precisados a aclarar lo que Hegel entendié por dia- léctica. Ello es indi; ble, ya que ala dept Masel Ba Ma fade Materialism sialectico, sin Geterminar con toda claridad que la dinieertea ea Hegel comple gel cumple una funcidn dirigida a destruir el mnarenaheno, No podemos dejar de mencionar que en Hegel lo que el entiende por racio- nalidad es la unidad entre lo universal y lo singular, una vez realizada, de tal modo que lo singular pierde toda caracteristica propia para identi- ficarse con lo universal. La singularidad sensible, principio del materia- lismo, se ve absorbida por lo universal, y sdlo en ella tiene verdad y rea- lidad. De alli la protesta de Feuerbach contra ese procedimiento que considera verdadero «al pan lingiiistico 0 légico, y no al pan sensible, al cual le debo mi existencia» (Feuerbach, 1964, tesis 28). No es, pues, aceptable para una filosofia materialista la dialéctica como la concibe Hegel, esto es, como automovimiento del pensamiento, y cotho absorcién de'los entes singulares dentro de determinaciones uni- versales que, a su vez, son pénsamientos. Pero hay atin otro aspecto en que la dialéctica hegeliana era inaceptable para una filosof{a materialista, yes cl uso de la categoria de finalidad. Segin Hegel, «la razon es el obrar con arreglo a un fin» (Hegel, 1966, 17). Ya que la razén, definida como unidad entre singularidad y universalidad, actia conforme a un fin, ese fin ya esté actuando en cada etapa de desarrollo de la razon. En Hegel, Ja historia cobraba suma importancia porque la razén no se realizaba de una sola vez, sino que cada etapa de la historia era una en que la razon se realizaba parcialmente. Cada época histérica implica una relacién con la que antecede y la que le sucede. Pero Hegel concibe a la época poste- rior como la verdad de la época anterior. El orden histérico es trasto- cado por el finalismo, ya que lo que tiene que realizarse al final rige el desarrollo y la sucesion de las etapas que le antecede. La causalidad, esto es, la sucesion temporal ordenada segun una causa que produce un efecto, segun lo cual el presente es originado por el pasado, es invertida por el finalismo hégeliano: el fututo (el fin por realizar) determina y rige al pre- sente. Por otra parte, en esa manera de concebir la historia como regida por el automovimiento del concepto, los hombres son manipulados por 120 LA FILOSOFIA POSTIDEALISTA (MATERIALISTA) DE LA HISTORIA dicho concepto, que se vale de ellos para conseguir sus fines. Y los hom- bres que estan inmersos en el proceso no tienen la menor conciencia de cuales son las fuerzas realmente actuantes. Sdlo al final del proceso, cuando todo ha concluido, cuando el mundo producido por el automo- vimiento del concepto se ha consolidado, surge en la filosofia (en la de Hegel) la ciencia verdadera: «el fildsofo sdlo aparece como el érgano en el que cobra conciencia posteriormente, después de transcurrir el movi- miento, el espiritu absoluto que hace la historia» (Marx, 1959, 151). La accion de los hombres carece de conciencia. Los hombres hacen la histo- ria, pero no saben la historia que hacen. Sdlo la filosofia es capaz de com- prender el proceso, pero sélo después de haber ocurrido. I Este breve resumen de la filosofia de la historia de Hegel nos permitird comprender mejor las criticas que le hicieron los filésofos posteriores. Marx le concede papel prioritario a L. Feuerbach. Desde luego, Feuer- bach no es el tinico critico del idealismo hegeliano. Max Stirner y Soeren Kierkegaard tienen criticas muy validas contra Hegel. Pero Feuerbach es el que mds influyé sobre Marx. Fue él, segtin Marx, el que descubrié el misterio de la filosofia hegeliana. El es el verdadero superador de la filosofia de Hegel. Feuerbach es el fundador del verdadero materialismo; es él el que ha reemplazado la dialéctica de los conceptos por «la relacin entre el hom- bre y el hombre»; es él el que restaura lo sensible como teniendo su fun- damento en si mismo 0 en otro ser sensible y no en un ser espiritual. Todo ello puede condensarse en las siguientes palabras de Marx: «Feuerbach probé que la filosofia no es otra cosa que la religion plasmada en pensa- mientos y desarrollada segtin el pensamiento» (In Gedanken gebrachte und denkend ausgefiibrte Religion) (Marx, 1959, 51). Feuerbach escri- bio primero La esencia del cristianismo. En ese texto realizé la critica de la religion utilizando el concepto hegeliano de la exteriorizacién (Entaus- serung). Segtin ese concepto, el género (los hombres) coloca fuera de ellos todas sus caracteristicas esenciales y ellas adquieren la consistencia de una cosa. Esa coseidad (Dingheit) tiene la forma de un ser objetivo, por ello es sélo apariencia (Schein). Los hombres pueden volver a traer a su esencia lo que habian separado de ellos. Es como un movimiento de sistole y diastole. No cabe duda de que alli est4n presentes rasgos esen- ciales de la dialéctica de Hegel. Pero lo que no es hegeliano es el sujeto. Ahora no es el concepto el que pone un predicado que ya estaba conte- nido en él, sino que el sujeto son los hombres de carne y hueso, los hom- bres finitos que, al agruparse, forman el género con propiedades infini- tas. Seguin esta inversién, Feuerbach ha descubierto el verdadero sujeto. Ya La esencia del cristianismo anunciaba las futuras criticas que Feuer- bach desarrollara en Tesis provisionales para la reforma de la filosofia 121

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