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EJERCICIO
Buen trabajo -. 70
Introducción
Situaciones:
Referencias
Referencias
El actual conflicto por la educación en nuestro país, si bien tiene su punto más álgido en el
2011, da sus primeros indicios en el año 2001. Este conflicto no puede entenderse
solamente como algo institucional, sino como un proceso de político y teórico que
entenderemos desde una racionalidad del modelo de igualdad de posiciones.
La reproducción al interior de la escuela se da mediante la violencia simbólica explicarán
Bourdieu y Passeron (2001) de modo tal que afirmarán que toda acción pedagógica implica
una violencia simbólica. Esta violencia no solo hace referencia a elementos formales, sino
que también a la condición arbitraria de la reproducción de ciertos saberes que responden a
una clase dominante.
“Las reducciones de la desigualdad económica pueden tener repercusiones beneficiosas en
los sectores de la salud y la educación, así como en el bienestar social y el desarrollo
sostenible” (ICS/IED/UNESCO, 2016). El movimiento estudiantil demanda mejoras para
la educación por medio de marchas y otras formas de movilización. Entre sus peticiones se
encuentran aumentar el financiamiento, tener un sistema gratuito y una democratización en
la educación superior.
Las reformas educacionales de los últimos años han permitido que el 60% de la población
más vulnerada que accede a la universidad estudie gratis, reduciendo la lógica elitista del
espacio universitario. Por ello, consideramos que el movimiento estudiantil puede
representar un ejemplo de igualdad de posiciones en razón de que busca la mejora
estructural de la sociedad a través de la mejora de este grupo diferenciado como
“estudiantes” en el que no importan las diferencias raciales, sexuales u otras sino que lo que
importa es la protección y garantías del grupo en tanto que estructura.
Referencias
Conclusión
Como se ha visto en este breve ejercicio definimos los modelos de igualdad de posiciones y
de igualdad de oportunidades. Para poder comprender cómo se visualizan en la realidad
tomamos tres situaciones ocurridas en Chile que fueron la educación inclusiva e igualdad
de las mujeres en el trabajo (desde la igualdad de oportunidades) y el movimiento
estudiantil (desde la igualdad de posiciones). De lo trabajado pudimos constatar que el
modelo que siguen estas situaciones se condice con lo presentado teóricamente, no obstante
también pudimos detectar que algunos discursos podrían llegar a ser contradictorios con sus
resultados. Por colocar ejemplos la inclusión educativa genera igualdad de oportunidades
desde lo colectivo para luego continuar con una lógica de la meritocracia individual, los
programas para mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres tienden a generar
espacios en los que se reproducen “trabajos para mujeres” dentro de nuevos espacios
destinados para ello y el movimiento estudiantil que se supone referente de cambios puede
llegar a interpretarse como conservador en el sentido de que procura proteger el status que
posee como grupo diferenciado. Desde luego, algo que aún debe seguir discutiéndose.
En términos generales podemos concluir que actualmente en Chile existe una
predominancia del modelo de oportunidades por sobre el modelo de posiciones en razón de
que en la cotidianeidad en el modelo neoliberal, sobre la base de un modelo democrático a
través de la meritocracia o el esfuerzo propio, el individuo puede optar las mejores
posiciones. En este sentido el modelo de oportunidades lucha contra las discriminaciones
por razón de sexo, etnia, etc., por lo que trata de entregar las mismas oportunidades a todas
las personas bajo un sentido de competencia legitima a pesar de que en muchas ocasiones
no atiende a las particularidades que puedan existir en los individuos.
Con el retorno de la democracia se profundizó el neoliberalismo. En el ámbito educativo
esto se refleja con el sentido mercantil impuesto al sistema educativo que tiene como
objetivo sacar el máximo de provecho a las “competencias” de las personas, por lo que las
políticas públicas se amparan bajo los planteamientos del capital humano y de lógica
funcionalista con la ampliación de la matrícula. La educación es como un motor para la
movilidad social y su combustible es la meritocracia.
Por último, reconocemos la brevedad de esta reflexión que debiese seguir creciendo no solo
en texto escrito sino también en el diálogo entre las distintas partes con el fin de dar sentido
a lo teorizado y poder aprender/educar en el proceso. Desde ya se puede proponer una
extensión de la discusión en el sentido crítico y ahora visualizar si lo teorizada termina
confundiéndose con sus contrapartes como lo pudimos ver en algunos casos.