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Las Medidas
alternativas a
la pena
privativa de la
libertad

2
INDICE:

INTRODUCCION………………………………………………………………….

MARCO TEÓRICO: ……………………………………………………………....

CONCEPTO DE PRISION PREVENTIVA…………………………………….

ANTECEDENTES DE LA PRISIÓN PREVENTIVA………………………….

PRINCIPIOS Y ESTÁNDARES CONSTITUCIONALES


RELACIONADOS CON LA PRISION PREVENTIVA ……………………….

PROBLEMAS DE LA REGULACION PROCESAL DE LA PRISION


PREVENTIVA EN ARGENTINA Y ALGUNOS PAISES DE AMERICA. …..

PRESUPUESTOS PARA EL DICTADO


DE LA PRISION PREVENTIVA. ..........................................................................

LEGISLACION APLICABLE EN MATERIA


DE PRISION PREVENTIVA..................................................................................

a) El Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba y el instituto de la prisión preventiva.

b) El Código Procesal Penal de la Provincia del Chaco y el instituto de la prisión preventiva

DURACION Y PLAZO RAZONABLE DE LA PRISIÓN


PREVENTIVA……………………………………………………………...............

AUTORIDAD COMPETENTE PARA DICTARLA……………………………

PARA EL CODIGO PROCESAL PENAL DEL CHACO,


EN PRINCIPIO LA LIBERTAD DEL IMPUTADO……………………………

DATOS ESTADISTICOS DE LA PRISION


PREVENTIVA EN ARGENTINA……………………………………………….

CONCLUSION…………………………………………………………….............

BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………...

3
INTRODUCCION:

Uno de los problemas que desde siempre generó gran preocupación es el relacionado con
la libertad del imputado en el marco del proceso penal. A su vez esta situación confronta
con la necesidad de asegurar el llegar a descubrir la verdad a partir de la aplicación de ley
penal. Esto parece romperse cuando frente a ello existe una demanda social que requiere
mayor seguridad y castigo.
Como consecuencia de ello el encarcelamiento cautelar a partir del dictado de la prisión
preventiva al detenido, tiende a responder esa necesidad social de ver de esa manera
restablecida la tranquilidad y evitar que aquel cometa nuevos delitos. Pero por otro lado se
violan derechos inalienables de las personas y se desvirtúa el fin para el cual fue creado este
instituto cautelar.
Este trabajo monográfico aborda temas inherentes a esta medida de coerción penal como:
diferentes conceptos mencionados por los distintos autores, antecedentes doctrinarios y
jurisprudenciales, legislación normativa interna de nuestro país, concepción de este
instituto a la luz de los diversos Tratados de Derecho Internacionales de derechos humanos
como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que consagra el derecho de la
libertad personal en sus artículos 7,8 y 9; Como así también del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, que lo tratan en su artículo 9 y 14 inc 2, entre otros. Asimismo
se indicarán los aportes doctrinarios y jurisprudencia con respecto a la duración y el plazo
razonable de este instituto, como así también entre otros quien es la autoridad competente
para dictar esta medida cautelar, etc.
Para ello, se ha explorado la bibliografía correspondiente a los efectos de conocer sobre
este instituto procesal.

4
MARCO TEORICO:

A continuación, se detallan los conceptos de los más destacados autores acerca de esta
medida de coerción que es la prisión preventiva:

-La prisión preventiva es la medida cautelar de coerción más grave autorizada por las
leyes procesales, en contra del imputado, que se concreta mediante el encarcelamiento.
(Carlos A. Chiara Diaz)

-Es la medida cautelar de carácter personal más intensa pues una vez dispuesta y hecha
efectiva, el encarcelamiento perdura durante todo el trámite del proceso. (Francisco J.
D’Albora)- Código Procesal Penal de la Nación - Abeledo Perrot -2003-

-La prisión preventiva es el estado de privación de la libertad ambulatoria, dispuesta por


un órgano judicial, después de la declaración del imputado, cuando se le atribuye, con
grado de probabilidad, la comisión de un delito sancionado con pena privativa de la
libertad por la cual no proceda condenación condicional o, procediendo, existan
vehementes indicios de que intentará eludir la acción de la justicia o entorpecer su
investigación (Balcarce).

-La prisión preventiva ha sido definida como “la privación de la libertad del imputado con
el fin de asegurar el proceso de conocimiento a la ejecución de la pena” (ROXIN, CLAUS,
“Derecho Procesal Penal”; pág. 257, Editora del Puerto, Argentina, año 2000)

El profesor cordobés Dr. Alfredo Vélez Mariconde la define como aquel estado de
privación de la libertad que el órgano jurisdiccional impone al procesado (imputado)
durante la sustanciación del proceso, cuando se le atribuye un delito reprimido con pena
privativa de la libertad.

Arturo Zabaleta, afirma que “La prisión preventiva es la situación permanente y definitiva
por la que se priva judicial y formalmente al inculpado de su libertad durante el tiempo
que se estime conveniente a los fines de justicia”.

Carlos Fontan Balestra, afirma que la prisión preventiva tiene como meta exclusiva el
aseguramiento del proceso. La prisión preventiva es un mal necesario, se fundamenta la
necesidad que tiene la sociedad de tomar medidas de precaución contra quienes
presuntamente ha cometido un delito; es una medida de seguridad, un medio para instruir
los procesos y una garantía de que se cumplirá la pena.

Beccaria intenta legitimar el encarcelamiento preventivo, destacando el único


argumento valido y razonable, que es la necesidad. Referente a esto señala que “la
privación de la libertad no puede preceder a la sentencia sino cuando la necesidad

5
obliga. La cárcel es sólo la custodia de un ciudadano hasta en tanto que sea declarado
reo; y esta custodia, siendo por su naturaleza penosa, debe durar el menos tiempo
posible, y debe ser la menos dura que se pueda”.

Asimismo, Ferrajoli afirma “la prisión preventiva constituye una fase del proceso ordinario
y es decidida por un juez. Así, en razón de sus presupuestos, de sus modalidades y de las
dimensiones que ha adquirido, se ha convertido en el signo más evidente de la crisis de la
1 jurisdiccionalidad, de la administrativización tendencial del proceso penal y, sobre todo,

de su degeneración en un mecanismo directamente punitivo.”.2

También sostiene Ferrajioli que: “La prisión preventiva obligatoria es verdaderamente una
contradicción en sus términos. La prisión preventiva se justifica solamente en casos graves
de peligro de falsificación de las pruebas o de fuga del imputado. Debería tratarse de una
medida absolutamente excepcional y acotada. No debería ir más allá de alguna semana.
Pero naturalmente eso implica un costo, porque el imputado podría ser culpable. Pero la
democracia implica ciertos peligros. Si la prisión preventiva es obligatoria funciona como
una pena anticipada y, por lo tanto, totalmente ilegítima.”3.
La prisión preventiva sólo se puede aplicar en la medida en que tenga fines procesales, esto
es, que pretenda resguardar la averiguación de la verdad y la aplicación de la ley penal. Por
ello, los únicos criterios válidos para imponerla son el entorpecimiento de la investigación
y el peligro de fuga,4 probados en el caso concreto5. De este modo, la detención cautelar
únicamente puede tener carácter excepcional; por supuesto, esta coerción no puede ser
más gravosa, ni durar más, que la propia pena6. Debe existir una sospecha relevante sobre
el imputado7 y tener carácter provisional. Además, la medida es legítima mientras se
mantengan sus presupuestos de justificación. Por último, el Poder Judicial debe garantizar
un adecuado control de la legitimidad de las detenciones8.

1
“La Prisión Preventiva Frente al Estado de Derecho” escrito por Roberto Rabi González, Lunes 3 de octubre de 2.005
2
Ferrajoli, Luigi “Derecho y Razón”, Trotta, Quinta Edición, 2001

3
Luigi Ferrajoli, Jurista: "Los derechos son un papel si no se incluyen garantías adecuadas”. Fecha: 7/1/2006 14:30:00 |
Tema: Pensamiento Crítico Fuente: Diario Clarín

4
Corte IDH, Caso Suárez Rosero, Ecuador, Sentencia del 12 de noviembre de 1997, SerieC, nº 35, numeral 77

5
Corte IDH, Caso Tibi, Ecuador, Sentencia del 7 de septiembre de 2004, Serie C, nº
114, numeral 107.

6
CIDH, Informe 12/96, párrafo 72; Corte IDH, Caso Gangaram Panday, Sentencia del
21 de enero de 1994, Serie C nº 16, numeral 47. 21/1/94, numeral 47.

7
Corte IDH, Caso Tibi, numeral 107.

8
CIDH, Informe 2/97, párrafo 19.
Con respecto a Argentina: La Comisión Interamericana de Derechos
Humanos sostuvo hace casi diez años que incumplía la Convención
Americana sobre Derechos Humanos por no respetar los estándares
internacionales que habilitan la aplicación de una medida privativa de la

6
ANTECEDENTES DE LA PRISION PREVENTIVA:
El origen de las prisiones es remoto, sin embargo la privación de la libertad no es una
sanción antigua, en el Derecho Romano la prisión no se estableció para castigar a los
delincuentes, sino solo para custodiar a los procesados hasta que se dictara sentencia, por
lo que la llamada Prisión Preventiva se anticipó a la prisión en sentido estricto.

Coincide la doctrina en la idea de que el hombre primitivo no pensó en construir cárceles


para los transgresores de sus leyes, más bien tenía la idea de vengar la ofensa que investigar
las causas que influyeron en la comisión del hecho delictuoso.9

La Prisión desde la etapa primitiva, hasta finales del siglo XVI pasando por el Derecho
Técnico Germánico, se ha utilizado fundamentalmente para guardar delincuentes, incluso
con ulteriores fines antropológicos, no como medio represivo en sí, y ello es resultado de la
concepción que sobre el delito y delincuente tiene la época; el hecho sancionable es un mal,
y el culpable un "perversus homo" no susceptible de corrección, sino de castigo rápido y
capital. En esta situación la cárcel custodia se impone frente a la prisión entendida y
aplicada como pena.

"La cárcel no ha sido inventada con la finalidad de reclusión, su razón originaria es la de una
medida cautelar apta para asegurar la disponibilidad del reo a los fines del juicio".10

Como la historia de las instituciones penitenciarias guarda paralelo con la evolución del
Derecho Penal mismo, fue hasta que quedó superada la idea de la eliminación del
delincuente, es decir, a través de su muerte o de su expulsión del grupo social, que logró
desarrollarse la idea de la prisión como pena.

La evolución arquitectónica de la prisión, estuvo muy ligada al desarrollo de la filosofía que


se tuviera con relación a la pena, en principio ésta fue tomada en cuenta para la creación
de la estructura para albergar al hombre delincuente;

Aparece primero en Francia, luego en Roma se construyó una prisión que consistió en una
pequeña rotonda, bajo techo sin luz, los guardianes a quienes estaban confiadas dichas
prisiones, le inferían muchos maltratos a las personas recluidas en ésta, utilizaban grillos,

libertad.

9
Manuel Abreu Menéndez. Antecedentes Legislativos e Inconstitucionalidad de las Normas
Mínimas. Revista Criminalística. 1982. Pág.

10
Carlos García Valdez. Estudio de Derecho Penitenciario. Editora Tecno. 1982 pgs.

7
cadenas, esposas y otros instrumentos de sufrimientos, que generalmente llevaban a los reos
a la muerte.

Al final del siglo XVI, en Ámsterdam, se establecieron los primeros recintos carcelarios
dentro de los regímenes reformadores. Las prisiones eran lugares utilizados con fines de
constreñimientos contra los deudores morosos, los prevenidos contraventores, luego vino un
gran adelanto con la construcción de las casas de corrección y de trabajo con fines de
reformas para los vagos, mendigos, pordioseros, prostitutas y los menores delincuentes.

En lo que respecta a la pena eclesiástica, se dice que la iglesia utilizó como prisiones los
monasterios y los edificios eclesiásticos, luego construyó sus propias prisiones que no
observaban los cánones eclesiásticos.

Se puede decir que la prisión, por su parte, es una institución utilizada desde tiempos muy
remotos, que ha cumplido con la función de asegurar que el que está acusado de cometer un
delito no evada la acción de la justicia.

La cárcel no nació para aplicar tratamientos a los delincuentes, ni para castigarlos, sino como
una medida de asegurar que el imputado se presente al juicio. En el siglo XVIII se lleva a
cabo la separación nocturna de los presos, creándose así la casa de corrección.

8
El modelo de corrección, fue establecido en Roma, en el año 1704, por Clemente XI, allí los
reclusos aprendían un oficio para trabajar en el día y en la noche se suministraba instrucción
elemental y religiosa, bajo el silencio absoluto.

Así arranca el gran modelo de la regeneración del individuo, puesto que nada se hace con
apresar a una persona y no tratar de que aprenda algún oficio para devolverlo a la sociedad
como una persona de bien y arrepentida.

Ya para el año 1800, surgió la Colonia Británica de América del Norte. En Filadelfia, Estado
de Pensylvania, Estados Unidos, se funda un establecimiento de prisión en Walnut Street, el
cual impuso un tratamiento de aislamiento celular continuo, diurno y nocturno, bajo el
régimen del silencio absoluto.

En 1820, surge en New York, un nuevo sistema de prisión, y el mismo se sustentaba en la


crítica que implantara el sistema de Filadelfia, o sea, tomaba la práctica del sistema anterior,
que era trabajos diurnos sin hablar y aislamiento nocturno.

Dejando la antigüedad atrás y yéndonos a la historia más reciente, la evolución de la Prisión


Preventiva en América Latina aparece que en las dos últimas décadas y ha tenido lugar un
proceso muy vigoroso de reformas al sistema de justicia penal. La Prisión Preventiva ha
evolucionado tanto, que casi en todos los países de habla hispana se ha abandonado el sistema
inquisitivo tradicional, que adoptaba esta medida cautelar como una regla, y se ha remplazado
por sistemas acusatorios, que la acogen como una excepción.

La regulación de la Prisión Preventiva ha sido con probabilidad el tema más polémico de


aquellos relevados por las reformas a la justicia penal que ha tenido lugar en prácticamente
todos los países de la región.

Durante los últimos 20 años se inició en América Latina un proceso de reforma a la justicia
criminal que afectó con diversa intensidad y grado a los distintos países del continente. Las
razones que motivaron el proceso de transformación a la ley Procesal Penal fueron los abusos
a los derechos fundamentales en el contexto del proceso penal inquisitivo y la poca eficiencia
de este sistema en la persecución penal, siendo la Prisión Preventiva la institución que más
motivó a dichos cambios, entre otras.

9
PRINCIPIOS Y ESTÁNDARES CONSTITUCIONALES RELACIONADOS CON LA
PRISION PREVENTIVA:

La Constitución Nacional Argentina garantiza el derecho a la libertad personal en sus


artículos 1411, 1812 y 75 inc. 2213. Este derecho sólo puede ser restringido como consecuencia
de la aplicación de una sanción dispuesta por un juez a través de un juicio previo, oral y
público fundado en una ley anterior al hecho del proceso, el que debe desarrollarse con
arreglo a todas las garantías procesales que la Constitución y las leyes reconocen a la persona
imputada de un delito.
La protección de la libertad personal mediante la garantía de juicio previo se deriva del
principio constitucional de inocencia, según el cual toda persona es inocente —y debe ser
tratada como tal— hasta tanto una sentencia judicial definitiva declare lo contrario.
En nuestro derecho es entendido como otra derivación de la garantía de defensa en juicio
contenida en el artículo 18 de la Constitución Nacional, por el cual toda persona sometida a
proceso goza de tal presunción, siendo el acusador quien debe demostrar su culpabilidad.
Sólo mediante una sentencia firme tal presunción declina.

Una de las implicancias prácticas del principio de inocencia es que, como regla general, toda
persona imputada de un delito tiene el derecho a permanecer en libertad durante la
sustanciación del proceso penal en su contra. Y sólo circunstancias excepcionales
justificarían restringir esa libertad, esto es, siempre y cuando exista peligro cierto de fuga o
de entorpecimiento en la investigación, cuya verificación en el caso concreto frustraría los
fines del procedimiento penal: averiguar la verdad y aplicar la ley penal.

11
El artículo 14 de la CN garantiza la libertad ambulatoria en los siguientes términos: “Todos los habitantes de la
Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: (…) de entrar,
permanecer, transitar y salir del territorio argentino…”.

12
El art. 18 de la CN establece que: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en
ley anterior al hecho del proceso (…) ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente…”.

13
El artículo 75 inc. 22 de la CN establece la jerarquía constitucional de diversos tratados internacionales de derechos
humanos como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que consagra el derecho a la libertad personal
en sus arts. 7, 8 y 9 y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que lo hace en sus artículos 9 y 14 inc.
2, entre otros. Estos instrumentos suelen ser complementados por determinados documentos, que contienen diversas
reglas y principios, pero que no son obligatorios per se. Dada la importancia concedida a la
protección de la libertad en el derecho internacional, como también a la consideración de la situación de las personas
sometidas a persecución penal, existen numerosos instrumentos internacionales que contienen disposiciones
aplicables a la situación de los presos sin condena.
Así, por ejemplo, las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos 8, los Principios básicos para el tratamiento
de los reclusos, el Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de
detención o prisión y las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad. Otros
instrumentos de este tipo, en cambio, se refieren a cuestiones diferentes, pero contienen algunas reglas o principios
vinculados de algún modo con el régimen de la detención preventiva. Entre ellos, las Reglas mínimas de las Naciones
Unidas para la administración de la justicia de menores (Reglas de Beijing), las Directrices de las Naciones Unidas
para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad), y las Reglas
mínimas de las Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de la libertad (Reglas de Tokio).

10
En definitiva, la prisión preventiva fue concebida esencialmente como una medida cautelar
o de seguridad procesal, no como una pena, aunque importe una privación de la libertad. El
sacrificio que implica sólo puede ser consentido en los límites de la más estricta necesidad,
la cual debe ser concretamente acreditada.
Por constituir una de las medidas penales más gravosas para el individuo y por chocar de
manera frontal con la presunción de inocencia y el derecho a la libertad ambulatoria, la
dogmática penal no ha encontrado aún un convincente motivo de legitimidad de la prisión
preventiva, sino que ha formulado diversos principios y presupuestos 14 para su aplicación
dirigidos a limitar su ejercicio y controlar su ejecución. Ellos son:
• Principio de judicialidad: la prisión preventiva debe ser autorizada por una decisión judicial
que fundamente su necesidad y presupuestos.
• Principio de excepcionalidad: la prisión durante el proceso es una medida procesal de
carácter excepcional, a la que sólo puede recurrirse como medida extrema, con fin de
garantizar el descubrimiento de la verdad y la aplicación de la ley penal. Es decir, cuando sea
necesario evitar que el acusado obstaculice la investigación judicial o se dé a la fuga.
• Principio de proporcionalidad: se debe evitar que la prisión preventiva sea más gravosa para
el imputado que la propia pena amenazada o que aquella que se espera en caso de condena,
con lo cual el encarcelamiento preventivo no procede cuando no está amenazada o no se
espera la privación de la libertad como reacción penal.
• Principio de subsidiaridad: se debe evitar el encarcelamiento preventivo cuando existan
otros medios menos gravosos que permitan resguardar eficientemente los fines del proceso.

También se han señalado como presupuestos para la procedencia de la prisión preventiva la


sospecha sustantiva de responsabilidad 15; la provisionalidad de la detención 16, que exige

14
Maier, J., Derecho Procesal Penal. Tomo 1. Fundamentos, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1996, pp. 378 y
379.

15
Bovino, A., “El encarcelamiento preventivo en los tratados de derechos humanos”, en Abregú, Martín, y Courtis,
Christian (comps.), La aplicación de los tratados internacionales sobre derechos humanos por los tribunales locales,
Ed. Del Puerto/CELS, Buenos Aires, 1997.

16
Ver Bovino, A., op. cit., p. 465; Temas de derecho procesal penal guatemalteco, Fundación Myrna Mack,
Guatemala, 1996, p. 48; y Pastor, D., El encarcelamiento preventivo, en Maier (comp.), El nuevo Código Procesal
Penal de la Nación, Buenos Aires, Ed. Del Puerto, 1993, p.
51.

11
LOS PROBLEMAS DE LA REGULACION PROCESAL DE LA
PRISION PREVENTIVA EN ARGENTINA Y ALGUNOS PAISES DE
AMERICA.

En las últimas décadas del siglo pasado, y como parte de un proceso muy vigoroso de
reformas al sistema de justicia penal tendientes a remplazar el sistema inquisitivo tradicional
por sistemas acusatorios en América Latina, se ha procurado también reducir la aplicación
del encarcelamiento preventivo. Así, se ha buscado establecer un límite temporal para evitar
cargar sobre las espaldas del imputado la excesiva duración del proceso penal 17, o se ha
intentado remplazar esta medida coercitiva por otras menos gravosas e igual de eficaces,
como por ejemplo las clásicas cauciones, ciertas restricciones a la libertad, la obligación de
presentarse periódicamente ante el tribunal o no ausentarse de un determinado radio
territorial. Asimismo, las regulaciones locales han receptado los principios y estándares
elaborados por la jurisprudencia internacional y comparada sobre la materia.
Sin embargo, en muchos países, esta transformación a nivel normativo no se materializó en
la realidad y diversas prácticas inquisitivas persistieron. Ello se suma a los crecientes
reclamos de la sociedad por más seguridad y las cada vez más comunes demandas por una
mayor eficacia en la represión del delito.
En nuestro país, la liberalización legal de la prisión preventiva tuvo impactos mínimos y los
sistemas alternativos al encarcelamiento preventivo no han sido objeto de tratamiento
sistemático. Por el contrario, el crecimiento de la población carcelaria en las últimas décadas
ha sido alarmante. Su causa principal es, sin dudas, la utilización abusiva de la prisión
preventiva por parte de los jueces quienes, en muchos casos, sufren presiones por parte de la
opinión pública, los medios de comunicación, o incluso de los otros poderes del Estado.
Sumado a ello, la regulación de la prisión preventiva y la excarcelación en el Código Procesal
Penal de la Nación es por demás cuestionable.
En efecto, si bien el artículo 280 de este cuerpo legal establece que la libertad personal sólo
podrá ser restringida en los límites absolutamente indispensables para asegurar los fines del
proceso penal, luego el capítulo dedicado a regular este instituto consagra a la prisión
preventiva como la regla general en lugar de como excepción, previendo que toda vez que se
dicte el procesamiento de un imputado deba dictarse la prisión preventiva, salvo en
determinados supuestos18.

17
Así, por ejemplo, la ley nacional 24.390 (modificada por ley 25.430) establece un plazo máximo de duración de la
prisión preventiva de dos años, que puede ser prorrogado por un año cuando la cantidad de delitos o la evidente
complejidad de la causa hayan impedido la finalización del proceso dentro del plazo indicado. Por otra parte, el art.
2 dispone que el límite temporal dispuesto sólo resulta aplicable a la situación de las personas privadas de su libertad
que no han sido juzgadas, excluyendo expresamente de la aplicación de la ley a quienes han sido condenados pero se
encuentran en prisión preventiva porque se ha su condena no se encuentra firme. El texto original de la norma, en su
art. 7, establecía que transcurridos los dos años del plazo básico, todo el tiempo que el imputado permaneció en
prisión preventiva durante el procedimiento, se computaba doble para la pena. Sin embargo, en 2001 este artículo fue
derogado por la ley 25.430.

18
El artículo 312 del CPPN dispone que “El juez ordenará la prisión preventiva del imputado al dictar el auto de
procesamiento, salvo que confirmare en su caso la libertad provisional que antes se le hubiere concedido, cuando: 1.
Al delito o al concurso de delitos que se le atribuye corresponda pena privativa de la libertad y el juez estime, prima
facie, que no procederá condena de ejecución condicional. 2. Aunque corresponda pena privativa de libertad que
permita la condena de ejecución condicional, si no procede conceder la libertad provisoria, según lo
dispuesto en el artículo 319”.

12
Por otra parte, el Código establece una distinción entre delitos excarcelables y no
excarcelables que carece de todo fundamento constitucional19. Esta regulación permite que
el monto de la pena en expectativa propia del delito que se endilga al imputado funcione
como fundamento suficiente para presumir los peligros procesales que la prisión preventiva
busca evitar y, en consecuencia, permite la aplicación de la prisión preventiva en forma
automática.
Finalmente, el artículo 319 del Código Procesal Penal de la Nación20 , referido a los supuestos
en los que se puede denegar la excarcelación, utiliza criterios propios de la determinación de
la pena para evaluar la improcedencia de la libertad durante el proceso. El Código se aleja
así de la exigencia de que toda prisión preventiva se fundamente en situaciones de peligro de
fuga u obstaculización del proceso ciertas y verosímiles, que puedan ser sospechadas en base
a hechos objetivos debidamente probados.
En definitiva, la regulación procesal del instituto se opone a los principios constitucionales
y carece de racionalidad: “…el encarcelamiento preventivo funciona, en la práctica, como
pena anticipada (...) Gracias a ello el imputado queda en la misma situación que un
condenado pero sin juicio, sin respeto por el trato de inocencia, sin acusación, sin prueba y
sin defensa, cuando, constitucionalmente, su situación debería ser la contraria…”21.

Uno de los objetivos principales que abordaron los procesos de reformas al sistema de justicia
criminal en América Latina fue la racionalización del uso de la prisión preventiva. Los
nuevos sistemas procesales penales representaron el reemplazo del paradigma del sistema
inquisitivo –lógica de prisión preventiva como regla general, consecuencia automática del
proceso y pena anticipada–, por un paradigma de lógica cautelar, donde la prisión preventiva
sólo tiene una aplicación excepcional y proporcional. También los distintos países
incorporaron medidas cautelares distintas de la prisión preventiva y, asimismo, se incorporó
la audiencia como metodología para la producción de información y la toma de decisión
judicial, entre otros cambios.

Como se pudo constatar en Prisión Preventiva y Reforma Procesal Penal en América


Latina: Evaluación y Perspectivas –publicado por el Centro de Estudios de Justicia de las
Américas, CEJA, en el año 2008–, los procesos de implementación de estas reformas han

19
Los artículos 316 y 317 se refieren a los supuestos de procedencia de la exención de prisión y la excarcelación. El
inc. 1 del artículo 317 dispone que la excarcelación podrá concederse en los supuestos que correspondiere la exención
de prisión. El artículo 316 establece que ésta podrá solicitarse cuando pudiere corresponderle al imputado un máximo
no superior a los ocho (8) años de pena privativa de la libertad, o si estimare prima facie que procederá condena de
ejecución condicional, salvo que se le impute alguno de los delitos previstos por los arts. 139, 139 bis y del Código
Penal.

20
El artículo 319 del Código Procesal Penal de la Nación dispone que: “Podrá denegarse la exención de prisión o
excarcelación, respetándose el principio de inocencia y el artículo 2 de este Código, cuando la objetiva y provisional
valoración de las características del hecho, la posibilidad de la declaración de reincidencia, las condiciones personales
del imputado o si éste hubiere gozado de excarcelaciones anteriores, hicieren presumir, fundadamente, que el mismo
intentará eludir la acción de la justicia o entorpecer las investigaciones”.

21
Pastor, D., “Escolios a la ley de limitación temporal del encarcelamiento preventivo”, en "Nueva Doctrina Penal",
Ed. Del Puerto, Buenos Aires, T. 1996/A., p. 286 y ss.

13
generado resultados heterogéneos en distintos países de la región. En efecto, algunos pocos
países lograron cambios sustanciales en términos de reducir el porcentaje de presos
preventivos respecto del total de personas privadas de libertad. No obstante, en la mayoría
de los países la reforma normativa no produjo efectos importantes y el sistema siguió
funcionando de manera bastante tradicional. A pesar de los limitados resultados del cambio
normativo, en muchos países se ha producido un fuerte proceso de contrarreforma en materia
de medidas cautelares. Este proceso se ha traducido en cambios legislativos orientados al
establecer categorías de delitos en que la prisión preventiva se hace prácticamente
automática, prohibiendo la sustitución de la prisión preventiva por alguna otra medida, o
incorporando nuevas y polémicas causales de procedencia de la misma.

Siguiendo la línea de trabajo planteada por CEJA en cuanto al desarrollo de investigaciones


sobre la utilización de la prisión preventiva en la región–, la presente publicación tiene por
objetivo analizar lo que ha ocurrido en materia de prisión preventiva en algunos países que
no quedaron cubiertos en el estudio anterior como son Argentina, Brasil, México y Perú. En
cada uno de estos países se ha elaborado un informe que pretende describir la situación tanto
desde el punto de vista normativo como empírico.

En este contexto, hay que señalar que estos países tienen procesos de reforma muy disímiles.
En efecto, Argentina, México y Perú actualmente son países con reformas parciales.
Argentina es un estado federal que contiene 23 provincias, algunas con sistema acusatorio en
plena implementación y otras, con un sistema inquisitivo todavía vigente donde el juez es el
que investiga y juzga. Algo similar sucede con México que es también un país federal, en
cuyo caso 8 de 32 entidades federativas están con legislación reformada. Por último, Perú
avanzó hacia un sistema acusatorio a partir del año 2006, con una aplicación gradual del
nuevo Código Procesal Penal. Actualmente, de los 29 distritos judiciales de ese país, el
sistema acusatorio está vigente en 16 de ellos.

En contraste, la situación de Brasil es muy distinta, ya que no se ha producido hasta ahora un


proceso de reforma como los que han tenido lugar en el resto de América Latina. El Código
de Proceso Penal Brasileño, que es de carácter nacional, es decir se aplica tanto en la
jurisdicción federal como en las estaduales, no ha sido objeto de una reforma integral, sino
que en los últimos años ha venido siendo modificado a partir de varios proyectos tópicos que
abordan materias como la policía, la investigación, organización de los tribunales y medidas
cautelares. Es muy interesante observar que a pesar de que Brasil mantiene un sistema
procesal bastante tradicional su relación promedio de presos sin condena en relación con el
total de la población penitenciaria es similar al de los demás países.

Cabe señalar que, durante el proceso de edición de esta publicación, en Brasil se aprobó la
ley N° 12.403 que crea otras medidas cautelares distintas a la prisión preventiva como son la
prohibición de acceder a determinados lugares, prohibición de mantener contacto con una
persona determinada, prohibición de ausentarse de la jurisdicción, arresto domiciliario, entre
otros.

14
PRESUPUESTOS PARA EL DICTADO DE LA PRISION
PREVENTIVA:
Tal como está diseñada en el nuevo sistema constitucional, la coerción penal del imputado
presupone, primeramente la existencia de pruebas de cargo de la comisión de un delito en su
contra (fumus boni iuris)22, porque sólo la existencia y consistencia de aquéllas mostrará
como posible la condena, cuyo justo dictado es precisamente lo que las medidas de coerción
procuran asegurar (es la aparente existencia del “derecho de punir” del Estado)23. Se trata de
evitar la utilización arbitraria de las atribuciones coercitivas de los órganos judiciales, que
no se justifican sino como un modo de cautelar el cumplimiento de una pena que sólo las
pruebas pueden hacer avizorar como de probable imposición24 (cfme, v.g.r., art 9.1 PIDCP).

También se exige la existencia de grave peligro (por lo serio y lo probable) de que, si no se


impone la coerción, el imputado frustre algunos de los fines del proceso (periculum in mora).
Estos son los requisitos de cualquier medida cautelar (v.g.r., el embargo), sobre los que
conviene enfatizar precisamente para resaltar que ésta es la verdadera naturaleza dela
coerción procesal, y son los que en verdad evitarán que sea ilegal o arbitraria.

Las jurisprudencias local y supranacional ratifican la sistemática del código, que exige su
concurrencia simultánea. No basta, pues, con la verificación de sólo uno de ellos, deben
concurrir ambos presupuestos a la vez25.

22
“ La detención de una persona sólo puede justificarse si existe sospecha de que haya participado en la
comisión de una conducta contraria a bienes jurídicos estimados como socialmente valiosos en una sociedad
democrática” (Comisión IDH, informe 35/96, caso 10.832, del 7/4/98) “Ciertamente, el apartado 1.c)CEDH
autoriza el arresto y la detención de una persona para su puesta a disposición de la autoridad judicial
competente por la mera existencia de “razonables sospechas de que el individuo arrestado ha cometido una
infracción” (TEDH, caso Stôgmûller, sent. 10/11/69).
23
Por cierto que mientras más fuerte sea la restricción que importan o mayor sea la extensión en el tiempo
de la privación de libertad, mayor será la entidad probatoria que se requerirá. La jurisprudencia supranacional
ha sostenido que como “ la efectividad de las garantías judiciales debe ser mayor a medida que transcurre el
tiempo de duración de la prisión preventiva” cfr Comisión IDH, informe 2/97, del 11/3/97) la sol sospecha”
resulta insuficiente para justificar la continuación de la privación de libertad, por lo que los magistrados
actuantes deben producir otros elementos adicionales para otorgar validez a la detención luego de
transcurrido un cierto límite de tiempo” cfr. Comisión IDH, informe 2/97, del 11/3/97.
24
3 La detención será arbitraria si fuese dictada en ausencia de pruebas que sustenten suficientemente la
existencia de l hecho y la participación del imputado (TSJCba, Aguirre Dominguez, sent. Nº 76, del 11/12/97).
25
El TSJCba ha señalado que “la prueba sobre la existencia del hecho y las circunstancias que permiten inferir
el riesgo procesal, son condiciones que deben concurrir simultáneamente para la justificación de la coerción,
debiendo la fundamentación del pronunciamiento que dispone la medida, proyectarse en forma autónoma
con relación a cada uno de ellos” (TSJCba, Sala Penal, “Conesa”, sent.97 nº 97 del 20/11/2002).

15
LEGISLACION APLICABLE EN MATERIA DE PRISION
PREVENTIVA:

El Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba (en adelante, CPP) establece


respecto al instituto de la prisión preventiva:

Art. 281: "Siempre que existieren elementos de convicción suficientes para sostener como
probable la participación punible del imputado en el hecho investigado, después de recibida
su declaración, bajo pena de nulidad, se dispondrá su prisión preventiva: 1. Si se tratare de
delitos de acción pública reprimidos con pena privativa de la libertad y no aparezca
procedente, prima facie, la condena de ejecución condicional (Art. 26 Código Penal). 2.
Cuando procediendo la condena condicional, hubiere vehementes indicios de que el
imputado tratará de eludir la acción de la justicia o entorpecer su investigación. La eventual
existencia de estos peligros podrá inferirse de su falta de residencia, declaración de rebeldía,
sometimiento a proceso o cese de prisión preventiva anterior, o condena impuesta sin que
haya transcurrido el término que establece el Art. 50 del Código Penal ". Art. 283, establece
que procederá la Cesación de la prisión preventiva, ya sea de oficio o a pedido del imputado,
ordenándose la inmediata libertad de éste, cuando: "1. Nuevos elementos de juicio
demostraren que no concurren los motivos exigidos por el Art. 281. 2. La privación de la
libertad no fuere absolutamente indispensable para salvaguardar los fines del proceso (269),
según apreciación coincidente del fiscal, del juez de instrucción y de la Cámara de Acusación,
a quienes --en su caso-- se elevarán de oficio las actuaciones. El imputado será siempre, en
este caso, sometido al cuidado o vigilancia previsto.

Art. 268. 3. Estimare prima facie que al imputado no se lo privará de su libertad, en caso de
condena por un tiempo mayor al de la prisión sufrida, aun por aplicación del Art. 13 del
Código Penal. 4. Su duración excediera de dos años, sin que se haya dictado sentencia (Art.
409, 1º párrafo). Este plazo podrá prorrogarse por un año más cuando se trate de causas de
evidente complejidad y de difícil investigación. La prórroga deberá solicitarse ante la sala
penal del Tribunal Superior de Justicia, con los fundamentos que la justifiquen. Si el superior
entendiere que la misma está justificada, autorizará el pedido y devolverá los autos al
remitente. Si el superior entendiere que el pedido de extensión excepcional del plazo no
obedeciere a razones vinculadas con la complejidad de la causa, se ordenará por quien
corresponda el cese de la prisión, al cumplirse los dos años, sin perjuicio de las
responsabilidades por la demora que pudiera corresponderle a los funcionarios públicos
intervinientes que será controlada por el fiscal general o sus adjuntos bajo su responsabilidad
personal. También podrá ordenar el cese de la intervención del juez, tribunal o representante
del Ministerio Público, y dispondrá el modo en que se producirá el remplazo de aquellos.
Para los sustitutos designados el tiempo de la prórroga será fatal a partir de su abocamiento.
En todos los casos el Tribunal Superior de Justicia deberá resolver en un plazo de cinco días,
contados desde la recepción de la causa y notificar a todas las partes involucradas en la causa.
No podrán invocarse las circunstancias previstas en el Art. 281 para impedir la libertad en
cumplimiento de los plazos previstos en este inciso. Cuando sea dictado por el juez, el auto

16
que conceda o deniegue la libertad, será apelable por el Ministerio Público o el imputado, sin
efecto suspensivo".

Asimismo, la Constitución de la Provincia de Córdoba, establece que siendo la prisión


preventiva una medida de coerción, su legitimación depende de que resulte "absolutamente
indispensable para asegurar la investigación y la actuación de la ley"

Respecto al tratamiento que deben recibir los presos sometidos a prisión preventiva el :Art.
285 del Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba establece que los mismos serán
alojados en establecimientos diferentes que el de penados, disponiéndose su separación por
razones de sexo, edad, educación, antecedentes y naturaleza del delito que se les imputa,
pudiendo procurarse a sus expensas las comodidades que no afecten al régimen carcelario,
así como recibir visitas en las condiciones que establezca el reglamento respectivo y usar los
medios de correspondencia, salvo las restricciones impuestas por la ley.

No obstante el artículo anterior, el siguiente, Art. 286, prevé que "Las mujeres honestas y las
personas mayores de 60 años o valetudinarias podrán cumplir la prisión preventiva en su
domicilio, si se estimare que, en caso de condena, no se les impondrá una pena mayor de seis
meses de prisión".

El Código Procesal Penal de la Provincia del Chaco, (en adelante C.P.P.CH); establece
respecto al instituto de la prisión preventiva:

Art. 280: Siempre que existieren elementos de convicción suficientes para sostener como
probable la participación punible del imputado en el hecho investigado, después de recibida
su declaración, bajo pena de nulidad se dispondrá la prisión preventiva:

1) Si se tratare de delitos de acción pública reprimidos con pena privativa de la libertad


y no aparezca procedente, prima facie, la condena de ejecución condicional; o
2) Cuando procediendo la condena condicional, hubiere vehementes indicios de que el
imputado tratará de eludir la acción de la justicia o entorpecer su investigación.

La existencia de estos peligros se inferirá de alguna de las siguientes circunstancias:


reiteración de actividad delictiva, falta de residencia, inexactitud del domicilio denunciado
por el imputado, declaración de rebeldía en otro proceso penal, sometimiento a proceso
anterior, haber obtenido cese de prisión preventiva anterior o condena sin que haya
transcurrido el término que establece el art. 50 del C.P.-

17
DURACION Y PLAZO RAZONABLE DE LA PRISIÓN
PREVENTIVA:

Hay Códigos Procesales Penales, que prevén cláusulas generales de duración del proceso
penal, así por ejemplo el de la Provincia de Buenos Aires, que en su Articulo 2 dispone que:
“Duración del Proceso: Toda persona sometido a proceso, tendrá derecho a ser juzgada en
un tiempo razonable y sin dilaciones indebidas.”. En cambio hay otros Códigos de Forma,
que prevén plazos ciertos de duración del proceso penal, tal es así como sucede con el de la
provincia de Córdoba, que establece: Articulo 1 in fine: “El proceso no podrá durar más de
dos años, pero si concurrieren las circunstancias previstas en la última parte del Artículo
337, el plazo podrá extenderse hasta un año más, previo el trámite legal previsto en el
Artículo 283 inc. 4º”, previendo un plazo máximo de duración de hasta tres años, para ciertos
supuestos. En el mismo sentido, el Código de Rito de la Provincia de Chaco, dispone:
Articulo 1 in fine: “…El proceso no podrá durar mas de dos años”.

De la misma manera, a la hora de regular sobre la extensión de la Prisión Preventiva, lo hacen


siguiendo estos lineamientos, tal es así que en la Provincia de Buenos Aires, al no contar con
plazos ciertos de duración del proceso, pecan por absurdos los plazos de duración de la
prisión preventiva, por ejemplo como lo prevé el Articulo 169 Inc. 4 y 8, al regular la
procedencia de la Excarcelación que dispone “… Hubiere agotado en detención o prisión
preventiva, que según el Código Penal fuere computable para el cumplimiento de la pena, el
máximo de la pena prevista para el delito tipificado…”, Inc. 8: ”Hubiere agotado la prisión
preventiva la condena impuesta por sentencia no firme.”, es decir que la prisión, como
medida cautelar, podría durar hasta el máximo de lo que previera el Código Penal para el
delito que se le impute al acusado, sin importar la presencia de sentencia condenatoria,
resultando altamente violatoria de la Constitución Nacional, y convirtiéndose en un pena.

La norma procesal citada dispone que el simple vencimiento del termino que establece
determinara la cesación de la prisión preventiva, sin que pueda invocarse como causal para
su continuación que aun persiste peligro de entorpecimiento de la investigación o de fuga, el
argumento para mantener e imponer en el tiempo el encarcelamiento procesal, a cuya
duración la ley le impone un termino máximo, no puede volver a invocarse como argumento
para prolongar la duración del encierro que aquel plazo quiere limitar. Y esto es así como lo
determina la doctrina calificada, porque si el peligro de burla a la acción de la justicia impide
la libertad durante el plazo y la sigue impidiendo después de vencido el plazo, ¿para que sirve
el plazo?26, esto importaría desconocer el transcurso del tiempo como causal de cese de la
prisión preventiva, el condicionar la libertad a que desaparezca el riesgo de fuga, porque esta
desaparición con termino fijado por ley o sin el, ocurrida antes de su agotamiento, deberá
determinar el inmediato cese de la prisión preventiva, al dejarla privada de todo
fundamento y no solo de su razonabilidad temporal, exigida por el estado de inocencia del
imputado, hasta que exista condena en su contra.

26
CAFFERATA NORES, Ignacio, código Procesal Penal de Córdoba, T. I Pág. 683.-

18
En primer lugar, se debe reconocer que el plazo razonable es un plazo entendido con el
sentido que le asigna el derecho procesal penal a tal expresión, ya que de otro modo, no es
posible cumplir con la finalidad de garantizar el derecho fundamental en cuestión tan
importante como es el de la libertad ambulatoria de una persona todavía inocente, pues la
regla que lo establece pretende la introducción de plazos al proceso y no otra cosa. Este
derecho fundamental tiene una finalidad específica, precisa y clara: evitar que las personas
sometidas a proceso penal y privadas de su libertad, sean efectivamente perseguidas y
retenidas más allá de un plazo cierto, que conforme a la ley procesal de los Códigos citados
se extiende hasta dos y tres años para determinados supuestos, y no mas.

Enseñan los autores que, por regla general, plazo es el espacio de tiempo dentro del cual debe
ser realizado un acto procesal. En efecto, plazo, para el derecho procesal penal, es toda
condición de tiempo puesta al ejercicio de una determinada actividad procesal. En relación
con el plazo razonable de la prisión preventiva, esto quiere decir que todo el estado de
privación de libertad, como coerción máxima de la actividad estatal, debe ser realizado
dentro del tiempo fijado como razonable. Dicho de otra manera, el plazo razonable es aquel
período únicamente dentro del cual puede someterse a una persona privándola de su libertad,
en un proceso penal adecuado al Estado de derecho. Ese lapso es determinado de acuerdo a
la normativización de la medición del tiempo que rige todos los aspectos de la vida cotidiana;
así pues, normalmente, los plazos son establecidos en horas, días, semanas, meses y años.

Así pues, por “ser detenido dentro de un plazo razonable” sólo se puede entender, con rigor
dogmático, que la privación de libertad como caución penal debe tener un plazo máximo de
duración establecido por la ley más allá del cual aquella no podrá seguir siendo llevado a
cabo, por estricto mandato constitucional y supranacional.

19
AUTORIDAD COMPETENTE PARA DICTARLA:

La única autoridad competente para dictarla es un juez o tribunal, ya que las restricciones a
las garantías constitucionales solo pueden ser decididas por quienes estén investidos de poder
jurisdiccional. De lo contrario, se violentaría el imprescindible equilibrio de poderes que
enseñaba Werner Goldsmichdt y que recreara Jorge Claría Olmedo en su Tratado, cuando se
advertía que el proceso se podía esquematizar con un triángulo equilátero, siendo que cada
uno de sus puntos extremos representaba a los poderes de acusación, refutación y decisión.

Precisamente, si esos puntos se exceden de su precisa órbita o potencialidad el equilibrio se


rompe y el plano considerativo conformado por el aludido triángulo cae.

Esta explicación geométrica se condice con el modelo constitucional de proceso penal


partivo, sustentado por la triple invocación del instituto del juicio por jurados y el esquema
del juicio político, además de la organización del Ministerio Pupilar Fiscal (art. 120 C.N.),
según reforma del año 1994.27

El artículo 312 del Código Procesal Penal de la Nación dice: El juez ordenará la prisión
preventiva del imputado al dictar el auto de procesamiento, salvo que confirmare en su caso
la libertad provisional que antes le hubiere concedido, cuando:

1º) Al delito o al concurso de delitos que se le atribuye corresponda pena privativa de la


libertad y el juez estime, prima facie, que no procederá condena de ejecución condicional.

2º) Aunque corresponda pena privativa de libertad que permita la condena de ejecución
condicional, si no procede conceder la libertad provisoria, según lo dispuesto en el art. 319.

En los dos incisos citados se prevén los únicos casos en que procede la privación de libertad.
Por un lado, debe descartarse que la eventual condena sea de ejecución. Como medida
cautelar, la prisión preventiva depende de que exista una apariencia o verosimilitud del
derecho y el temor fundado de que tal derecho se frustre o sufra menoscabo durante la
sustanciación del proceso tendiente a tutelarlo. Dichos presupuestos – apariencia del derecho
y peligro en la demora- son comunes a las medidas cautelares en le proceso civil; pero en
este último se exige un tercer recaudo consistente en la prestación de contracautela por parte
de quien la reclama: el sujeto activo.

27
Obligado, Daniel H, Trabajo de tesis, UNLP.

20
PARA EL CODIGO PROCESAL PENAL, EN PRINCIPIO, LA
LIBERTAD DEL IMPUTADO:
Los art. 267 y 268 del C.P.P.CH. establecen el derecho del imputado a permanecer en libertad
durante la sustanciación de la causa en la que fueron investigados. Dichas normas no son ni
más ni menos que la aplicación del reconocimiento constitucional al estado jurídico de
inocencia del que goza todo justiciable, independientemente del delito por el que fuera
investigado y del estado en que se encontrare el proceso, hasta que una sentencia
condenatoria firme declare su culpabilidad. Sin embargo el art. 280 del mismo digesto
establece los estándares atentos a los cuales podrá el Fiscal de Investigación dictar la prisión
preventiva (la que no debe ser confundida con toda limitación de libertad del imputado
durante el desarrollo del proceso que lo tenga como sujeto investigado

Así, merece al menos reseñarse que en ciertas circunstancias se podrá proceder por la
aprehensión de aquellas personas que se encuentren cometiendo un delito o inmediatamente
después de cometido - flagrancia- Art. 274,275 C.P.P.CH; o cuando fugare estando
legalmente preso, art. 276 C.P.P.CH; y como potestad conferida por el ordenamiento ritual a
la policía judicial (art. 322 inc. 7), la aprehensión consiste en el mero asir físico sobre una
persona, es decir se nos presenta como un acto de naturaleza predominantemente física. <la
limitación de la libertad generada como consecuencia de la aprehensión, se transformará en
detención cuando fuera presentado a la autoridad judicial competente; como se advierte en
la detención se presentan componentes físicos y normativos.

La Medida restrictiva de la libertad más gravosa durante el desarrollo de un proceso se


encuentra prevista en la prisión preventiva o prisión cautelar. Dicha medida constituye la
privación de la libertad del imputado, debiendo dictarse la resolución que así lo ordena
dentro de los diez días de recibida su declaración, siempre que existan elementos de
convicción suficiente para sostener como probable la participación punible del encartado y
en tanto tratare de delitos de acción pública reprimidos con pena privativa de la libertad y no
aparezca procedente la condena de ejecución condicional (lo que sucede cuando la figura
tipológica por la cual se investiga al imputado ofrece un quantum punitivo mínimo que no
supere los 3 años de pena privativa de libertad, conf. lo normado con el art. 26 del C. P. o
cuando procediendo la condena de ejecución condicional hubiere vehementes indicios de que
el imputado tratará de eludir la acción de la justicia o de entorpecer la investigación. Art 280
C.P.P.CH.-

En esencia se reproduce en el digesto procesal penal de la provincia la discusión, dogmática


y pretoriana, que se ha generado en torno a los art. 316 a 319 del C.P.P.N., la que en definitiva
se reduce su tema decidendum a regular la situación del imputado (sujeto que goza del estado
jurídico de inocencia) durante la sustanciación del pertinente proceso penal.

Así se podrá advertir que, como manifestación concreta de los presupuestos contenidos en el
art. 18 de la C.N., el encartado mantiene incólume el estado jurídico de inocencia en tanto el
mismo no ha sido destruido por sentencia condenatoria pasada a autoridad de cosa juzgada.
Es decir que el dictado de prisión preventiva implica la aplicación de una medida restrictiva
de la libertad de un inocente (en sentido técnico y con prescindencia de toda conmoción

21
moral. (Código Procesal Penal de la Provincia del Chaco, Marco Antonio Molero,
Editorial Contexto, año 2011). -

DATOS ESTADISTICOS DE LA PRISION PREVENTIVA

La Argentina tiene estadísticas que demuestran el excesivo uso de la prisión preventiva, que
no es otra cosa que la privación de libertad de una persona que, al no haber sido declarada
culpable mediante sentencia firme, se presume inocente.

El Informe Anual de la Procuración Penitenciaria de la Nación (2009) detallaba que en la


Argentina había unas 54.537 personas presas dentro del sistema federal, lo que da un
promedio de 137.22 presos cada 100.000 habitantes.

Dentro de ese total, la cantidad de procesados sin condena era de 31.389 (representaban el
59% del total de la población carcelaria).

22
CONCLUSION:
El presente trabajo, lejos tuvo como ánimo reiterar conocimientos acerca de esta medida de
coerción penal. Su objetivo fue explorar algunos conceptos de este instituto procesal, su
vigencia en el tiempo, presupuestos para su aplicación, duración y razonabilidad, régimen de
la prisión preventiva en Argentina y algunos países de América, entre otros.

Lo que se logra concluir, es que desde tiempos remotos existieron las prisiones. Pero que sin
embargo la privación de la libertad no es una sanción antigua y en el Derecho Romano la
prisión no se había estableció para castigar a los delincuentes, sino solo para custodiar a los
procesados hasta que se dictara sentencia. Por lo que la llamada Prisión Preventiva es
anterior a la prisión en sentido estricto.

También puedo decir que a partir de la lectura de material bibliográfico queda claro, que, en
un sistema acusatorio en pleno, la prisión preventiva es la “ultima ratio” de las medidas de
coerción. Por lo tanto, al momento de dictarla un funcionario judicial, sea este un Fiscal o
Juez de acuerdo al Proceso Penal de que se trate, observe el mismo el cumplimiento de los
presupuestos exigidos en los códigos de procedimientos penales para dictarla y acompañados
del requisito de resultar verdaderamente un peligro procesal.
Es en este sentido y como método para limitar este encarcelamiento cautelar, que resulta
indispensable que su imposición y control este al alcance de las garantías que otorgan
tratados internacionales que nuestro país consagra en el art 75 inc 22 de la Constitución
Nacional.
Asimismo, en este trabajo se recoge la incorrecta aplicación de este instituto procesal en las
últimas décadas Argentina y países de América, como así también datos estadísticos del
mismo.-

23
BIBLIOGRAFIA:

- CODIGO PROCESAL PENAL DE LA PROVINCIA DE CORDOBA


COMENTADO DE LA PROVINCIA DE CORDOBA, – CAFFERATA; NORES
Y TARDITTI. - EDITORIAL MEDITERRANEA, AÑO 2009.-
- CODIGO PROCESAL PENAL DE LA PROVINCIA DEL CHACO, MARCO
ANTONIO MOLERO, EDITORIAL CONTEXTO, AÑO 2011.-
- LA EXCARCELACION: Y LOS DEMAS INSTITUTOS SUSTITUTIVOS DE
LA PRISION PREVENTIVA, EDITORIAL CONTEXTO, AÑO 2011.-
- GARANTIAS JUDICIALES, 2da EDICION - SUSANA ALBANESE-
EDITORIAL EDIAR- BUENOS AIRES-AÑO 2007.-
- CODIGO PROCESAL PENAL DE LA NACION, ANOTADO, COMENTADO Y
CONCORDADO- TOMO I y II- FRANCISCO J. D’ALBORA-ABELEDO PERROT-
AÑO 2003.-
- PRISION PREVENTIVA Y REFORMA PROCESAL PENAL EN AMERICA
LATINA: Evaluación y Perspectivas –publicado por el Centro de Estudios de Justicia
de las Américas, CEJA, año 2008–

24

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