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ARTICULO N°1

SEGURIDAD SOCIAL Y POBREZA EN EL PERU, UNA APROXIMACION

FRANCISCO VERDERA

La seguridad social, es un componente de la política social. Se dice que además de la

previsión social y las prestaciones por diversas contingencias frente a riesgos sociales, una

política social toma en cuenta, el sistema de normas que otorga derechos y regula las

relaciones entre los individuos, la prestación de servicios sociales públicos como la educación

y salud públicas y el tratamiento de grupos excepcionales o especialmente desprotegidos.

Esta concepción amplia de la política social estaría siendo dejada de lado. En el caso del

Perú, el reconocimiento de derechos sociales universales mediante una política social

propiamente dicha está siendo reemplazado por políticas de alivio a la pobreza,

compensatorias de los efectos que los programas de ajuste estructural están causando en las

economías, y por una mayor inversión pública en infraestructura social.

En el Perú el cambio más dramático que se observo fue entre 1987 y 1993 en la relación entre

seguridad social y pobreza es el gran aumento, mientras que se produce un descenso relativo

en la cobertura de la seguridad social, los protegidos por ella, se empobrecen más que los no

asegurados y que los no asalariados. El gran aumento de la pobreza incidió más en aquellos

que tenían ingresos que perder. Este resultado es fundamental para el análisis de la relación

entre seguridad social y pobreza y para formular proyecciones sobre las perspectivas de la

seguridad social en el país.

Entonces podríamos decir que la relación entre seguridad social y pobreza se observa que no

ha aumentado la cobertura de la seguridad a los más pobres. Por el contrario, el


empobrecimiento de la población por la hiperinflación, y el programa de ajuste, ha conducido

a que los asegurados y los que estaban cubiertos por la seguridad se empobrezcan. En

consecuencia, su capacidad de aportar a la seguridad social es bastante menor y también lo

serán las pensiones y la cobertura y calidad de las prestaciones. Esto provoca que la mayoría

de la población de bajos ingresos siga trabajando pese a su avanzada edad.

SISTEMA DE PENSIONES

Si bien existe un amplio consenso en que el sistema público de pensiones ha hecho crisis, no

existe el mismo consenso sobre las causas de esta crisis, sobre las perspectivas de evolución

a raíz de su privatización ni sobre cuál debería ser la alternativa de reforma. En el caso del

Perú no resulta claro cómo la ya iniciada tendencia al envejecimiento de la población, el

estancamiento del mercado de trabajo asalariado, y las limitaciones fiscales para cubrir y

mejorar las pensiones del sistema público afectarán el sistema previsional.

SISTEMA DE SALUD

La gran dificultad en el área de la salud pública es la falta de cobertura y el deterioro en la

calidad de los servicios por el bajo presupuesto del sector. La respuesta de las dependencias

del sector público en salud ha sido la de privatizar el servicio, haciendo pagar al usuario por

los medicamentos o insumos que se requieren en las atenciones o cobrando tarifas por las

consultas. Por estas razones la exclusión de sectores de bajos ingresos ha aumentado.

En nuestros tiempos, la seguridad social no solamente debemos concebirla como un

derecho de la persona humana, sino más que todo como un deber primordial del Estado con

la persona y con la sociedad, frente a cualquier riesgo social y a las contingencias humanas
como son las enfermedades, la invalidez, la vejez, los accidentes, el desempleo, la muerte,

etc, aspectos que juegan un papel importante en cualquier sistema social o político de los

Estados.

En los últimos años, el Perú ha experimentado un crecimiento económico sin precedentes.

¿Se ha traducido este crecimiento económico en una mayor equidad social tanto en

términos de oportunidades como de resultados para todos los peruanos?

Los programas sociales que se han implementado han sido orientados al alivio de la

pobreza, pero no intervenciones que busquen el desarrollo sostenible del sector rural, ni

los grupos marginales. No parece haber otra forma de reducir sustancialmente la pobreza

estructural sino es actuando sobre la estructura productiva y el empleo. Ello significa

necesariamente orientar la inversión, tanto pública como privada, hacia la expansión de los

sectores m·s intensivos en mano de obra, a la vez que se contribuye a aumentar la

productividad. Si no se logra modificar la estructura productiva no ser· posible lograr un

aumento sostenido de la demanda de trabajo y si no aumenta la productividad del trabajo

tampoco se podrán elevar los ingresos por trabajo de manera continua.

Nuestra realidad exige apoyar el desarrollo de la Seguridad Social en todo orden,

reflexionando que en nuestro país además de las carencias presupuestarias, existen

carencias de centros hospitalarios, de equipamiento, de medicinas y sobre todo

de identidad con los fines y objetivos institucionales de quienes se sirven en estos sectores

del Estado.
ARTICULO N°2

SEGURIDAD SOCIAL PERUANA: SISTEMAS Y PERSPECTIVAS

JORGE TOYAMA MIYAGUSUKU

KAREN ANGELES LLERENA

El Sistema de Seguridad Social en el Perú ha sufrido una serie de variantes en los últimos

años. El nacimiento de entidades públicas y privadas que participan en este sistema ha

generado que estos nuevos actores asuman una serie de roles antes desconocidos en el

sistema. Viene a ser un derecho humano elemental y un instrumento esencial para crear un

vínculo social, y de ese modo contribuye a respaldar la paz e integración social. Forma

parte indispensable de la política social de los gobiernos y un elemento básico para evitar y

aliviar la pobreza. Es un derecho que tienen todas las personas a protegerse integralmente

contra los riesgos que afectan sus condiciones de vida en especial las que menoscaban la

salud y la capacidad económica, con el fin de lograr el bienestar individual y el de la

comunidad.

REFORMA 1993

El autogolpe presidencial de 1992 y la nueva Constitución de 1993, brindaron el contexto

político y constitucional propicio para que el sector privado se instalara en la provisión de

servicios de la seguridad social.

La reforma realizó sustanciales cambios al Sistema Nacional de Pensiones que perjudicaron

a afiliados y pensionistas:
· Fue elevado el número mínimo de años de aportación para tener derecho a una pensión de

jubilación de 15 y 13, para hombres y mujeres, respectivamente, a 20 años para todos los

afiliados al sistema.

· Se modificó la base de cálculo de la remuneración de referencia para la determinación de

la pensión a percibir, que sera el promedio de las últimas 12 remuneraciones y pasó a ser el

promedio de las últimas 36, 48 ó 60 remuneraciones.

· Se fijó un tope a las pensiones estableciendo una pensión máxima de 600 nuevos soles

mensuales.

Otro aspecto que modificó la reforma fue el referido a la gestión unitaria de los sistemas de

salud y de pensiones. Como se sabe, la gestión de la seguridad social estaba a cargo del

Instituto Peruano de Seguridad Social, la reforma la desdobla en dos entidades, una para la

gestión del seguro social en salud, llamada Seguro Social de Salud (ESSALUD) (Ley

27056) y la otra para la gestión del régimen público de pensiones, denominada Oficina de

Normalización Previsional (ONP) (D. Ley 25697). Este cambio significó la perdida de la

unidad del sistema y de la autonomía, debido a que ESSALUD pasó a depender del

Ministerio de Trabajo y la ONP del Ministerio de Economía y Finanzas. La ONP centralizó

la administración de las pensiones del régimen público a cargo del Estado, hasta que fue

declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional, momento a partir del cual se

limita a la gestión de las pensiones del régimen del Decreto Ley 19990, quedando la gestión

del régimen del Decreto Ley 20530 en manos de la entidad pública en que se habían

generado.
En el 2004 existió una desconcentración funcional a tal extremo que no se produce todos

los deseados niveles de coordinación entre las entidades que se encargan de regular las

diferentes áreas de actuación de la Seguridad Social tales como la fiscalización, el concepto

de remuneración asegurable, los cruces de información necesaria para determinar los

aportes, los fraudes, etc. En la seguridad social en salud es donde, tal vez, se presenten las

mayores distorsiones administrativas.

El Régimen de Prestaciones de Salud estaba dirigido a trabajadores en actividad, pero

también protegía a los pensionistas que sufrieran contingencias temporales como las

enfermedades que causan un mayor gasto o una incapacidad para el trabajo. Las

prestaciones asistenciales cubrían la necesidad de consultas médicas, medicamentos,

pruebas de laboratorio y las prestaciones económicas, conocidas como subsidios, sustituían

las remuneraciones dejadas de percibir. El Sistema Nacional de Pensiones beneficiaba a

quienes habían cesado de modo definitivo en el trabajo u empleo, por contingencias

permanentes, como la vejez y la invalidez; o a los familiares sobrevivientes del titular

fallecido. Su objetivo fundamental era únicamente la de reemplazar la remuneración y por

ello solo otorgaba pensiones.

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