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Teorías sobre el ciclo económico[editar]

Las contribuciones de Hayek sobre los ciclos económicos se consideran su contribución más importante a la economía, y
las hizo durante su juventud. Tomó las bases de su teoría de la obra Teoría del dinero y el crédito de Mises e hizo su propia
interpretación del ciclo económico, que fue conocida como Teoría Austriaca del ciclo económico. Podemos considerar como
obras más importantes de esta etapa Precios y producción de 1931, que era un compendio de las conferencias que había
hecho en la London School of Economics, Beneficios, interés e inversión de 1939 y Teoría pura del capital de 1941. Jeffrey
Sachs concluye que la afirmación de Hayek de que los altos impuestos y un gran estado de bienestar son contrarios a un
desarrollo económico dinámico, tesís central de su libro Camino de servidumbre, era empíricamente insostenible. Dando
como ejemplo pesar de los altos impuestos y el gasto social, los países escandinavos obtuvieron mejores resultados en la
mayoría de los indicadores, incluido el ingreso per cápita, que aquellos estados con impuestos y gastos sociales
relativamente bajos como Somalia o Haití.4
Hayek decía que el origen del ciclo económico a partir del crédito concedido por el banco central y los tipos de interés
artificialmente bajos. La expansión del crédito debido a los bajos intereses hace que los empresarios inviertan en proyectos
muy arriesgados y en los que nunca hubieran invertido con unos tipos más altos, y provocan una mala coordinación entre
producción y consumo e inflación. Primero hay una gran expansión, pero después una gran recesión hasta que vuelve a
ajustarse la economía.[cita requerida] El proceso sería el siguiente: el alza de precios resultante de una expansión conduce a la
caída de los salarios reales, que induce a la substitución de máquinas por mano de obra y una reducción general de los
períodos de producción, y en consecuencia los tipos de interés suben, cae la inversión y la economía sufre un descalabro; a
la inversa, en una depresión el alza de los salarios reales reactiva la inversión y la mano de obra es reemplazada por
maquinaria y los períodos de producción se alargan. Según este argumento, un nivel de consumo al alza a partir de un
cierto punto reduce la inversión más que aumentarla, y viceversa por lo que hace a un nivel de consumo a la baja.

Contradicción entre economía planificada y libertad individual[editar]


Hayek no sólo pensaba que el socialismo y la colectivización comunista implementados por el Estado eran inviables por la
falta de precios de mercado, sino que además, en un plano más filosófico y político, eran incompatibles con la libertad
individual y necesariamente llevaban al establecimiento de regímenes totalitarios, ya que los que llegarían al poder serían
siempre los peores elementos de la sociedad.
Respecto a la libertad individual Hayek en una carta a The Times en 1978, diría que ha habido muchos casos de gobiernos
autoritarios en los que la libertad personal está más segura de lo que está en muchas democracias. Llegando a poner como
ejemplo de libertad individual a Portugal bajo el régimen de Salazar: "dudo que haya hoy en cualquier democracia de la
Europa o en los continentes de África, América del Sur y Asia (con excepción de Israel, Singapur y Hong Kong) una libertad
personal tan bien protegida de lo que era entonces en Portugal-bajo la dictadura de Salazar-.
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Sin embargo Hayek se mostraria partidario de régimenes dictatoriales, siendo preferible una dictadura a una democracia
Las críticas de Hayek no iban dirigidas tan sólo hacia los sistemas de economía planificada, sino en general hacia cualquier
intervención del Estado en la economía, que para él significaba un socialismo progresivo. Hayek desarrolló ello en Camino
de servidumbre, libro publicado en 1944, que realizó para contraargumentar las opiniones que rezaban que el nazismo era
la consecuencia única del pueblo alemán, y la culpa estaba en el «germanismo».
En Los fundamentos de la libertad de 1960 dejaba expuesto su programa filosófico: desreglamentar, privatizar, disminuir los
programas contra el desempleo, eliminar las subvenciones a la vivienda y el control de los alquileres, reducir los gastos de la
seguridad social y finalmente limitar el poder sindical. El Estado no debe asegurar ningún tipo de redistribución, sobre todo
en función de un criterio de «justicia social»9
Hayek visitó Chile en los años 1970 y 1980 durante el régimen militar del general Augusto Pinochet y recibió el título de
Presidente Honorario de Estudios Públicos Center. De acuerdo con Corey Robin, colegha de Hayek: «Hayek admiró el Chile
de Pinochet tanto que decidimos realizar la reunión de la Sociedad Mont Pelerin en Viña del Mar, una localidad costera
donde fue planeado el golpe contra Allende. En 1978 llegando a afirmar en El New York Times que "las libertades
personales fueron más amplias bajo Pinochet que bajo Allende". 10
Hayek argumentaba que sin propiedad privada, se crea una dependencia tan grande del Estado que nos convierte
prácticamente en esclavos. El estado debería tener tantos poderes que necesariamente tendría que repercutir en la
sociedad. En una sociedad planificada, debe haber alguien que ejerza el poder, que controle el estado. Para imponer unos
objetivos comunes a una sociedad, aunque se quiera hacer de manera bien intencionada, es necesario imponer estos
objetivos a las personas que no estarán de acuerdo. Para imponerlo, se deberá coaccionar y tomar medidas represivas en
caso de que no acepten a la autoridad central, por lo tanto el dirigente se verá obligado a tomar decisiones «desagradables»
como el arresto o el asesinato. En consecuencia, los que llegarían al poder serían los que estuvieran dispuestos a tomar
estas medidas. El filósofo francés Alain de Benoist, fundador de la "nueva derecha» ( Nouvelle Droite ) escribió una dura
crítica de la obra de Hayek. En este argumenta que los casos de Hayek sobre la idea de "orden espontáneo" son
defectuosos y la ideología del libre mercado tiene, tal como la planteaba Hayek implicaciones autoritarias y totalitarias. 11
El interés en el trabajo de Hayek se revivió en los años ochenta y noventa con el surgimiento de gobiernos conservadores
en los Estados Unidos de Ronald Reagan, y en el Reino Unido bajo Margaret Thatcher.

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