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RESUMEN
La cisticercosis de animales domésticos y salvajes está causada por las formas larvarias
(metacestodos) de los cestodos (tenias), cuyas fases adultas se encuentran en el intestino del
hombre y de los perros y cánidos salvajes. La cisticercosis bovina (principalmente en los
músculos) y la cisticercosis porcina (principalmente en los músculos, el sistema nervioso
central y el hígado) están causadas por los metacestodos (cisticercos) de los cestodos humanos
Taenia saginata y T. solium, respectivamente. También los cisticercos de T. solium se
desarrollan en el sistema nervioso central y en la musculatura del hombre. Los cisticercos de
T. asiatica se presentan en el hígado y en las vísceras del cerdo. La cisticercosis y la cenurosis
de las ovejas y cabras (en músculos, cerebro, hígado y cavidad peritoneal) se deben a T. ovis,
T. multiceps y T. hydatigena, cuyos adultos se encuentran en el intestino de los perros y los
cánidos salvajes.
La mayoría de las infecciones debidas a las formas larvarias o adultas de las tenias causan una
enfermedad leve o, en ocasiones, no la producen. Las excepciones son la neurocisticercosis
humana (NCC), que es grave y potencialmente fatal y está causada por el cisticerco de T.
solium, y ocasionalmente la neurocenurosis causada por la fase larvaria de T. multiceps en
humanos. Estos parásitos provocan también signos musculares y oculares en el hombre. La
“modorra” causada por la fase larvaria (Coenuro) de T. multiceps en rumiantes puede requerir
el sacrificio del animal. La cenurosis debida a T. multiceps y la cistercosis debida a T.
hydatigena cysticercosis es inusual en ovejas y cabras, pero puede ser fatal. La cisticercosis
ocasiona pérdidas económicas por el rechazo de las carnes y despojos infectados.
Identificación del agente: Los gusanos planos del género Taenia tienen forma de cinta en el
sentido dorsoventral, están segmentados y son grandes, alcanzando de 20 a 50 cm (la especie
que afecta al perro) hasta varios metros (la especie que se encuentra en los humanos). En la
parte anterior, el escólex (cabeza) tiene cuatro ventosas musculares y puede tener un rostelo,
con frecuencia armado con una doble corona de ganchos, cuya longitud y cantidad es una
característica relativa de la especie. Después del escólex tienen un cuello al que le siguen
segmentos inmaduros, a continuación segmentos reproductivos maduros y finalmente los
segmentos grávidos que están llenos de huevos. La estructura de los segmentos, aunque de
manera poco fiable, puede ayudar en la identificación de la especie. Las especies de Taenia no
pueden diferenciarse por la estructura de los huevos. Los metacestodos están constituidos por
una vesícula llena de líquido con uno o más protoescólices invaginados. Estos “gusanos
vesiculares” están contenidos cada uno de ellos, dentro de una pared quística en la interfase
parásito- hospedador. Esta estructura comprende el cisticerco o cenuro.
Los vermes adultos del género Taenia se reconocen en el examen post mortem o mediante
pases de los segmentos o de los huevos. Los metacestodos son claramente visibles en el
examen post- mortem y después de una inspección de carnes, pero las infecciones leves pasan
desapercibidas con frecuencia. La NCC puede diagnosticarse mediante técnicas de imagen.
Pruebas inmunológicas: Las infecciones con Taenia adulta se pueden reconocer mediante la
detección de los coproantígenos de Taenia en heces empleando un enzimoinmunoensayo de
captura antigénica, pero la prueba no diferencia las especies y no está disponible
comercialmente. El empleo de sondas específicas de especie sigue siendo experimental.
1. 1.- INTRODUCCIÓN
La cisticercosis es la parasitosis más común del sistema nervioso humano (García & Del
Brutto 2000). Se le conoce desde la antigüedad, y probablemente la sospecha de su origen
haya sido lo que llevó a las religiones judaica e islámica a prohibir expresamente la ingesta de
la carne del cerdo.
La neurocisticercosis es la parasitosis por larvas del céstodo: Taenia solium que se enquistan
en el Sistema Nervioso Central (SNC), tras ingerir alimentos contaminados con huevos de este
parásito.
1.3.- JUSTIFICACIÓN
El presente trabajo pretende hacer una investigación sobre el parásito que causa la
cisticercosis, dónde se encuentra, el daño que causa en el cuerpo humano, el tipo de
tratamiento que se implementa contra este parásito y las secuelas que deja esta enfermedad en
las personas.
Este trabajo ayudará a identificar las soluciones que se deberían implementar para evitar el
contagio del parásito de la Taenia Solium.
Esta investigación podrá ayudar al lector a saber cómo evitar el contagio del parásito y así
evitar las secuelas que esta le pueda dejar.
CAPÍTULO 2
MARCO TEÓRICO
2.1.- Definición
La cisticercosis es causada por una infección con la forma larvaria (o cisticerco) de la tenia
porcina Taenia solium. Las manifestaciones clínicas más importantes son causadas por los
quistes que se localizan en el sistema nervioso central, lo que se llama neurocisticercosis. Los
signos y síntomas resultantes dependen del número de cisticercos, la localización y su estado
(viable, degenerativa o calcificada) así como de la intensidad de la reacción inflamatoria del
hospedador. Las crisis convulsivas son la manifestación más común, observada en el 70 a 90%
de los pacientes sintomáticos de series de casos publicadas. Otras manifestaciones clínicas
menos frecuentes son hipertensión intracraneal, hidrocefalia, meningitis crónica y trastorno de
los nervios craneales. El diagnóstico por lo general requiere pruebas serológicas y estudios de
imagen cerebral. Las intervenciones terapéuticas más urgentes tienen como fin controlar las
complicaciones neurológicas y pueden implicar el uso de medicamentos anticonvulsivos,
intervenciones neuroquirúrgicas o tratamiento de la hipertensión intracraneal. Puede que se
indiquen tratamientos antihelmínticos, pero deben administrarse con precaución porque la
muerte larvaria provoca reacciones inflamatorias que pueden intensificar los síntomas.
También pueden indicarse esteroides concomitantes.
2.2.- Epidemiología
El periodo entre la infección inicial y la aparición de los síntomas puede durar desde varios
meses hasta muchos años. En los Estados Unidos, las infecciones se detectan
predominantemente en inmigrantes de México, Guatemala y otros países latinoamericanos que
contrajeron la infección en su país natal. Sin embargo, la teniasis y la cisticercosis son
enfermedades de ocurrencia mundial y las mayores tasas de enfermedad se registran en
América Latina, Asia y África, donde el saneamiento es inadecuado y los cerdos andan sueltos
y pueden estar en contacto con heces humanas.
En los Estados Unidos, se han reportado conglomerados y casos esporádicos de cisticercosis
contraída en el país. Las personas con teniasis que manipulan o sirven alimentos son objeto de
mayor preocupación (consultar la sección de control y prevención para más información).
En los seres humanos, los cisticercos (larvas enquistadas) a menudo se adhieren a los
músculos esqueléticos. No obstante, las manifestaciones que llevan con más frecuencia a su
diagnóstico son las que causan los quistes en el sistema nervioso central (SNC), afección
llamada neurocisticercosis. Con menos frecuencia, los cisticercos pueden localizarse en los
ojos, la piel o el corazón.
El número de cisticercos en el hospedador puede oscilar de uno a más de 1,000. Si no hay una
presencia masiva de cisticercos, la reacción inicial del tejido del hospedador suele ser mínima.
Los cisticercos en desarrollo afectan el tejido circundante como una masa de lento crecimiento
puede causar atrofia por presión. La mayoría de los quistes vivos no causan una reacción
inflamatoria, pero cuando se degeneran, provocan una reacción aguda, liberando antígenos
parasitarios, algo que puede ocurrir incluso años después de la infección inicial. La reacción
inflamatoria y el edema resultante en el sistema nervioso central se observan como un anillo
con aumento de contraste alrededor del quiste en los estudios de imagen y se puede reflejar en
pleocitosis del líquido cefalorraquídeo. Las larvas necróticas se absorben completa o
parcialmente, pero pueden calcificarse, lo que produce cicatrización focal capaz de originar
epilepsia.
2.3.- Patogenia
En general, las estrategias de control con mayor posibilidad de éxito son aquellas que tomen
en cuanta los mayores impedimentos existentes. Una estrategia exitosa debe contemplar todos
los siguientes puntos: (1) los obstáculos económicos asociados a la política actual de control
de la cisticercosis porcina; (2) pobre conocimiento del ciclo de vida del parásito,
específicamente en las comunidades rurales, manipuladores de alimentos, y autoridades de
salud; (3) carencia de información en el gobierno central y los gobiernos locales para
considerar la cisticercosis una causa importante de morbilidad y pérdidas económicas al país;
(4) problemas en el sostenimiento de las intervenciones de control, por la reintroducción de
infección de fuentes externas o insuficiente cobertura o efectividad en el tratamiento de la
población humana o porcina; y (5) persistencia de prácticas no higiénicas (mal saneamiento y
crianza de cerdos con acceso a heces humanas) que permitan que el ciclo continúe.
Es importante enfatizar que las políticas y programas de control que omitan reconocer la
importancia económica del comercio de cerdos en comunidades de campesinos fallarán
siempre en sus esfuerzos por educir la incidencia de cisticercosis. En muchos sistemas
económicos rurales, el cerdo es una de las más importantes inversiones del campesino. El
cerdo es una de las pocas posesiones disponibles al campesino que pueden rápida y fácilmente
ser convertidas en efectivo. Un cerdo puede ser alimentado a costos muy pequeños en
comunidades pequeñas y sectores rurales, al permitirle andar suelto y buscarse la comida y de
esta forma obtiene una variedad de alimentos que suplementan su dieta, incluyendo heces
humanas y de otros animales. Maíz y otros granos que se utilizarían para alimentar los cerdos
pueden de esta manera ser utilizados para otros propósitos. Permitir que los cerdos anden
sueltos trae también la ventaja secundaria de mantener la comunidad limpia de basura,
pequeños bichos, y heces animales o humanas. De hecho, en algunas areas son llamados la
“policía sanitaria” por esta razón.
Una estrategia más a considerar es el desarrollo de parques porcinos, que servirían para
controlar la crianza de la mayor parte de los cerdos de pueblos pequeños y medianos,
alimentándolos con la basura recolectada diariamente, previo procesamiento de la misma. Esta
opción tiene el atractivo de facilitar el manejo de los residuos orgánicos, usualmente un
problema para los municipios.
Un entendimiento del rol que las fuerzas económicas juegan en la conducta de los pobladores
de zonas endémicas es esencial para el desarrollo de componentes de educación sanitaria. Por
ejemplo,aún cuando estudios de conocimiento, actitudes y prácticas (KAP) han demostrado en
México su eficacia en aumentar la proporción de pobladores que entienden el ciclo de vida de
T. solium y la enfermedad que causa, el conocimietno adquirido no resultó en cambios
significativos de comportamiento (Sarti et al 1997). Los campesinos en México no mostraron
cambios marcados en cuanto a encorralar los cerdos o restringir su acceso a heces luego de los
esfuerzos educativos. El factor mas importante detrás de la crianza de cerdos es el económico;
el riesgo de transmitir o infectarse con cisticercosis no es inmediato, y más aún, no es claro a
la población. Por lo tanto, aunque el conocimiento se adquiera, no influencia las actitudes tan
fuertemente como la ventaja inmediata en lo económico que representa el mantener los cerdos
de una manera barata aunque riesgosa para la salud.
2.5 Diagnóstico
Para hacer un diagnóstico, por lo general son necesarios los estudios de imagen del SNC y las
pruebas serológicas. Se debe tomar una historia detallada que incluya preguntas sobre
residencia o viajes prolongados en países en desarrollo, o consumo de alimentos preparados
por alguien que ha vivido en un lugar de alto riesgo.
Un paciente puede tener síntomas clínicos por un cisticerco único o por unos cuantos. En este
caso, los resultados serológicos pueden salir negativos, pero quizá sean visibles las lesiones en
los estudios de imagen.
El paciente puede tener cisticercos en otras regiones que no sean el cerebro. En este caso, los
estudios de imagen del SNC darán negativos (ausencia de neurocisticercosis) pero los
resultados serológicos pueden ser positivos, indicando una respuesta de anticuerpos a las
lesiones en alguna otra parte del cuerpo.
Los tratamientos anticonvulsivos convencionales son la base para el control de las crisis
convulsivas asociadas a la neurocisticercosis.
Los quistes intraventriculares por lo general deben extirparse con cirugía (de ser posible,
endoscópica). Los medicamentos antihelmínticos están relativamente contraindicados porque
la reacción inflamatoria resultante puede precipitar hidrocefalia obstructiva.
Aun cuando el tratamiento antihelmíntico tenga buenos resultados, puede ser necesario
continuar el uso de anticonvulsivos y otros medicamentos sintomáticos porque la enfermedad
puede ser irreversible.. Las decisiones sobre la suspensión de los tratamientos anticonvulsivos
deben hacerse con base en las características clínicas individuales, y de acuerdo con datos
publicados, muchos pacientes pueden llegar a suspenderlos.
2.10.- Medicamentos
Varios estudios indican que para el tratamiento de la neurocisticercosis, el albendazol (dosis
convencional de 15 mg/kg/día fraccionadas en 2 tomas durante 15 días) puede ser superior al
praziquantel (50 mg/kg/día durante 15 días). En estudios clínicos comparativos, el albendazol
fue equivalente o superior al praziquantel en la reducción del número de cisticercos vivos. Un
reciente estudio doble ciego controlado con placebo mostró que el tratamiento con albendazol
(400 mg dos veces al día más 6 mg de dexametasona QD durante 10 días) redujo de manera
significativa las crisis convulsivas durante un seguimiento de 30 meses.
Puede que sean necesarias tandas de tratamiento más prolongadas (p. ej., 30 días de
albendazol, que pueden repetirse) para tratar la enfermedad extraparenquimatosa o
generalizada. El albendazol tiene más probabilidad de ser eficaz contra las formas
extraparenquimatosas porque tiene una mejor penetración en el LCR que el praziquantel. Otro
posible factor que contribuye a la mayor eficacia del albendazol es que los niveles de suero y
metabolitos del LCR parecen aumentar con los corticoesteroides coadministrados, mientras
que con el praziquantel los niveles disminuyen. Se ha reportado que el albendazol, a diferencia
del praziquantel, ha sido eficaz en los cisticercos subaracnoideos gigantes (quistes en racimo)
y en los quistes en músculos extraoculares. Ambos medicamentos parecen funcionar en el
tratamiento ya que se ha reportado que los pacientes que no han respondido a uno de ellos han
respondido al otro.
CAPITULO 3
3.2 OBJETIVOS
3.2.1 General
La materia de Imagenología Clínica tiene como objetivo interpretar los estudios por imagen
médica actuales, como son: Rayos X simples, Rayos X contrastados, Ultrasonidos,
Tomografía computada, resonancia magnética nuclear, mastografías, densitometrías, para
establecer un diagnóstico.
Investigar cual es el ciclo natural del parásito Taenia Solium, descubrir cómo la población se
contagia de cisticercos, cuales son los signos, síntomas y tratamientos para esta enfermedad,
además de cómo prevenir el contagio en la población.
3.2.1 Específicos
Dar a conocer la didáctica y estrategia del curso, así como el proceso de acreditación.
Que el alumno pueda identificar los antecedentes históricos, con la finalidad de que
compare los procedimientos antiguos con lo que se practica en la imagenología
actual.
Traducir y aplicar la terminología propia de la materia de imagenología clínica.
Comprender los conceptos físicos básicos en la obtención de imágenes mediante rayos
X.
Identificar los componentes principales en un equipo de rayos X.
CAPITULO 4
4. DISEÑO METODOLÓGICO
Pacientes sometidos a exámenes de Tomografía Axial (1990). Otra encuesta serológica que
desarrollamos se hizo en pacientes que acudieron a un centro privado de tomografía axial
computarizada. En este estudio, la prevalencia fué del 8%, y nuevamente hubieron
discrepancias entre el diagnóstico del radiólogo y la serología. Cuando las placas de
lospacientes diagnosticados por TAC de cisticercosis fueron interpretadas en ciego por un
segundo neuroradiólogo, solamente una de 10 placas se mantuvo en la categoría de
“cisticercosis activa”, y 5/14 fueron diagnósticadas como “no cisticercosis” (García et al
1994).
En otra comunidad endémica (Huari, Ancash) se hizó un estudio similar. Dieciséis individuos
con crisis epilépticas fueron muestreados para serología, y se les ofreció un examen
neurológico completo en un centro de referencia (Instituto de Ciencias Neurológicas, Lima),
incluyendo EEG and TAC cerebral. La seroprevalencia fué 35% (5/16). Ocho individuos
acudieron para examen, cuatro seropositivos y cuatro seronegativos. Las TAC fueron
anormales en los cuatro seropositivos (un quiste en degeneración en un caso, múltiples
quistes viables y calcificaciones en un caso, y múltiples calcificaciones en dos casos), y
normal en los cuatro seronegativos (García et al 1999b).
Pacientes ambulatorios que acuden para serología. Al evaluar los resultados de las pruebas
de Western Blot hechas al público en el Laboratorio de Parasitología de la Universidad
Cayetano Heredia, la prevalencia de serología positiva fué 18% en suero y 28 % en muestras
de líquido cefalorraquídeo. Utilizando la técnica de regresión logística se analizaron los
factores asociados a seropositividad, encontrándose una asociación estadísticamente
significativa con cuatro factores: haber nacido en provincias, haber criado cerdos, ser mayor
de 20 años, tener historia de epilepsia, y haber portado una tenia intestinal (García et al
1994b).
Las calcificaciones en las radiografías de partes blandas se describen con frecuencias muy
diversas, desde 30 hasta 98% (Loo & Braude 1982,Trelles & Trelles 1978, Takayanagui &
Jardim 1983, Dixon & Hargreaves 1944). La presencia de calcificaciones en partes blandas es
más frecuente que en el cerebro, aun cuando tardan en aparecer más de 5 años desde la
infestación.
Radiografías Contrastadas.- La arteriografía cerebral, carotídea y/o vertebral, procedimiento
antes muy usado, puede ser de ayuda en situaciones específicas, como descartar un proceso
vascular asociado a neurocisticercosis. En muchos casos con neurocisticercosis es normal, y
en otros puede mostrar signos de hidrocefalia o de procesos expansivos. Otro examen
radiológico utilizado frecuentemente hace algunas décadas y hoy prácticamente en desuso, es
la neumoencefalografia, procedimiento antes considerado de elección para demostrar las
formas de localización cisternal y ventricular de la enfermedad, así como para la localización
de obstrucciones en el flujo de LCR.
Los quistes viables se observan en la TAC como imágenes hipodensas, bien delimitadas y
ocasionalmente con una pequena imagen hiperdensa anexa, correspondiente al escólex. Las
calcificaciones se visualizan como imágenes hiperdensas nodulares o puntiformes, dado que
corresponden a quistes muertos que han experimentado degeneración y depósitos de calcio, lo
cual coincide con los hallazgos anátomopatologicos (McCormick et al 1982).
Una forma intermedia, el “granuloma” o cisticerco en degeneración, imágenes que se tornan
visibles luego de la infusión de contraste, es un hallazgo bastante frecuente. Usualmente es un
solo parásito (McCormick et al 1982, Rodriguez-Carbajal et al 1983) o muchos, ocasionando
un sindrome encefalítico (Rodriguez-Carbajal et al 1983). Esta “encefalitis cisticercosa” fue
atribuída a la etapa inicial o de invasión por las larvas en la descripción inicial, en pacientes
jóvenes con edema difuso y múltiples imágenes isodensas captadoras de contraste (Rodriguez-
Carbajal et al 1983, Rangel et al 1987), Sin embargo, todo parece indicar que corresponden a
la etapa degenerativa de un quiste ya establecido.
5. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Paciente de sexo femenino, color de piel negra, estudiante, de 15 años de edad procedente de
un área rural en la provincia del Eastern Cape Sudáfrica, que ingresó el día 13 de julio de 2007
presentado un cuadro convulsivo generalizado tónico clónico. No se recogieron antecedentes
previos de epilepsia, ni de convulsión febril. Negó hábitos tóxicos. consumo de alcohol,
cigarro y drogas. Al examen físico presentaba estado postictal, sin focalización neurológica,
tensión arterial de 132/76 mm Hg, pulsos periféricos normales (PR 86 latidos / minutos). No
presentaba edemas periféricos.
Urea, electrolitos y creatinina: Sodio.138 mmol/L; potasio: 4,5 mmol/L; cloro 100 mmol/L
;Urea 2,8 mmol/L y creatinina 84 umol/L; calcio sérico 2, 24 mmol/L, albúmina 31 g/L;
magnesio 1,11 mmol/L ; fósforo inorgánico 1,52 mmol/L .
Serología para toxoplasma: IgG Positiva (titulo 300 IU/L), IgM negativa.
Serología para sífilis: RPR: reactiva, TPHA (test de hemoaglutinación para Treponema
pallidum) Resultó también positiva.
Prácticamente cualquier órgano de la economía puede sufrir infestación por cisticercos, sin
embargo los más frecuentemente afectados son el ojo, músculo esquelético y sistema nervioso
central, en este último los cisticercos se alojan en el parénquima cerebral, en el espacio
subaracnoideo en el sistema ventricular y en la médula espinal.
En el caso que presentamos la paciente sufrió afectación de su sistema nervioso central, con
las consiguientes complicaciones.
La forma parenquimatosa constituye el 29-62 % de los casos de NCC (6) , es la forma más
frecuente y se manifiesta generalmente por cefalea, crisis convulsivas, déficit neurológicos
focales o deterioro intelectual (8) Los signos son variados y se relacionan en forma directa con
la localización de los parásitos, los síntomas suelen presentarse en el curso de semanas o
meses haciendo difícil el diagnóstico diferencial con neoplasias o con procesos
desmielinizantes del sistema nervioso central.
Las alteraciones mentales de instalación progresiva son otra forma común de presentación de
la neurocisticercosis parenquimatosa. No es raro encontrar pacientes catalogados como
esquizofrénicos o dementes que desarrollan signos neurológicos en el curso de la enfermedad
y la práctica de exámenes complementarios revela la presencia de cisticercos.
Forma subaracnoidea: Es la segunda forma más frecuente (27-56 %). Suelen ser quistes
racemosos de gran tamaño, localizados en las cisternas supraselar y cuadrigémina o en la
cisura de Silvio.
Forma intraventricular: El 10-20 % de los pacientes con NCC, tienen cisticercos en los
ventrículos. Suelen ser quistes únicos, pedunculados, localizados frecuentemente en el IV
ventrículo, que provocan obstrucción en el flujo del LCR. Cuando la obstrucción es continua,
produce hidrocefalia, y cuando es intermitente, el llamado "Síndrome de Bruns" caracterizado
por episodios súbitos de pérdida de conciencia relacionados con los movimientos de la cabeza,
manifestándose con clínica de hipertensión intracraneal.
CONCLUSION Y RECOMENDACIONES
6.1 Conclusiones
Como se desprende de los datos aquí resumidos, la teniasis/cisticercosis por Taenia solium es
endémica en la mayor parte del territorio peruano, y es una causa importante de morbilidad
neurológica. La cronicidad de la enfermedad y el impacto de las crisis epilépticas y otros
síntomas neurológicos se añaden a la magnitud del efecto.
6.2.- Recomendaciones
La aplicación de medidas de intervención pasa por una etapa inicial de evaluación de eficacia,
factibilidad y costo. La experiencia internacional y propia demuestra claramente que la
aplicación de programas sin esta evaluación lleva a exitos pasajeros y probablemente no
sostenibles en el tiempo. Solamente luego que se disponga de estimados de efectividad, costo
y factibilidad de las diferentes medidas de intervención se podrá diseñar estrategias con miras
al control/erradicación sostenible.
BIBLIOGRAFÍA
2. Sorvillo FJ, Portigal L, DeGiorgio C, Smith L, Waterman SH, Berlin GW, et al.
Cysticercosis-Related Deaths, California. Emerg Infect Dis. 2004; 10(3):465-469. Avaidable
from: http://www.medscape.com/viewarticle/471345.
4. Del Brutto OH. Neurocysticercosis. Semin Neurol. 2005; 25(3):243-251. Avaidable from:
http://www.medscape.com/viewarticle/514486.
5. Sotelo J, Del Brutto OH. Review of Neurocysticercosis. Neurosurg Focus. 2002; 12(6):23-
9. Avaidable from: http://www.medscape.com/viewarticle/438582.
2Especialista de 1er grado M.G.I, profesora Instructora policlinico Docente Alcides Pinos
Holguin.
3Especialista 1er grado M.G.I, profesos Instructor, residente de 1er año de Nefrologia Hospital
Clinico Quirurgico Lucia Iñigues landin, Holguin.