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Ignacio Solstruccién
Para José Emilio Pacheco
Si tenemos
pitin,
mportan las
prohibiciones?
Jutio Corrazar, Los premios
En el puente de mando, atrés de la ventanilla
de grueso cristal violiceo, el capitén contempla
un mar repentinamente calmo, de un azul me-
télico que parece casi negro en los bordes de las
olas, los méstiles de vanguardia, el compacto
grupo de pasajeros en la cubierta de proa, la
curva tajante que abre las efimeras espumas.
“Mis pasajeros”, piensa el capicén,
Apenas un instante antes —algo asi
como en un parpadeo— dejaron atrés el puerto,
que se les perdié de vista como un lejano incen-
dio.
El barco cabecea dos o tres veces, con
suavidad.
—Yo, la verdad, capitin, cada vez que
salgo a alta mar siento la misma emocién de la
primera vez —Ie comenta el contramaestre, un
hombre de pequefia estatura, sonriente y de
modales resbaladizos—. ;Cémo dice el poema
de Baudelaire? “Hombre libre, tii siempre afio-
ards el mar”. Pues yo lo afioro hasta en suefios
El puro aire salino y yodado me cambia la vi-
sién del mundo. Como si fuera una gaviota sus-
pendida en lo alto del méstil, y desde ah mirara
ul
el horizonte. Temo que un ¢
me agote, usted me entiend.
siasmo a la rutina es una de
de la muerte, lo sabemos.
El capitén realiza su
importante cargo, algo que ¢
reciente desde el instante n
dié hacerse marinero.
Con actitud ceremo:
beza, mete la mano al bolsi
de hilo blanco (que apenas
instruccién lacrada que, se |
berfa abrir ya en alta mar.
Desde hace dias el co
con facilidad. Y hoy por fir
que, supone, pondrs fin a st
bre el rumbo a seguir, la cl
deberd realizar, cémo y con
verd los problemas que enfi
Rompe los sellos con
pia piel, abre el sobre y, par
consuelo, se encuentra con w
y casi invisible.
—jOtra vez esta mal
el contramaestre chasquean
cubritr el instructivo por enc
capitén—. Siempre la hace
el cargo de capitan por pr
para probar sus habilidades
provisacién.
—Pues me parece u
pesada. Y absurda, porque a
dénde dirigimnos.12
—De eso se trata, he ofdo decir que di-
cen, Precisamente, que en éste su primer viaje
como capitén usted mismo decida a dénde ir,
qué escalas hacer, cémo enfrentar los problemas
que se le presenten. Incluso, cémo explicar y
convencet a los pasajeros de la ruta que decida
seguir y el porqué.
—Algunas palabras se leen aquf con
cierta claridad —dice el capitan entrecerrando
Jos ojos para afocar el amarillento trozo de pa-
pel.
Y sile ponemos un poco de agua quizd
puedan leerse algunas més.
Con la punta del indice, como con un
suave pincel, el contramaestre le pasa un poco
de agua al papel.
—jMire, se han aclarado otras palabras!
—No demasiadas.
—Quizd sean suficientes. Por lo pronto,
nos aclaran el Sur en vez del Norte y, lo més im-
portante, que el nuestro no debe ser un viaje de
recteo sino mas bien formal y ceremonioso.
Mire, aqui se lee muy clara la palabra “ceremo-
nioso” y cteo que la siguiente palabra es “ri-
tual”.
—Ya me imagino explicandoles yo a los
pasajeros que éste serd un viaje “ritual”
—Pues por lo menos tiene usted una
pista de lo que debe decirles. He visto instruc-
tivos en que la nica palabra que aparece es
“convencerlos”, pero no se sabe de qué ni por
qué, Ademés, usted por lo menos tiene muy
«lara la palabra “Sur”, Es mucho peor cuando
13
le aparece “rumbo descon
tonces toda la responsabili
usted. Supe de un capitan
las instrucciones que se le
chispita de ironia brilla en |
maestre—. Bueno, no exac
dieran las instrucciones, sin
vinarlas en un papel como
pret y zozobré a los po
zarpado. Otro més se deses
confusién de las instrucci
trozo de papel por la borda.
siguié fue que pocas horas
las méquinas del barco y n
verlas a echar a andar por m:
cimos —las aletas de la na
respira profundamente—. (
taron de un caso atin més gra
ponsable y manifiesta desesp
provocé enseguida que una
ciosa de lo mas rara se decla
—Pero, zquién puede
trucciones que no se le dan
ridad? —pregunta el capitér
Je marcan las comisuras de
gesto casi de asco.
—Creo que éste es ¢
cado que enfrentaré usted, po
cado ver. Hay capitanes que o
palabras en su instructivo tc
tan decidida que asf se lo ha
pulacién y a los pasajeros. L:
general es de lo mas positiv