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JIC - Capitalismo y Pueblos Indígenas en El Chaco Argentino PDF
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Resumen
Los pueblos indígenas del Chaco argentino constituyen una población trabajadora desplazada de la producción rural, al en-
contrarse cada vez más en exceso relativo para los requerimientos del capital. Este trabajo se propone abordar el proceso de
progresiva mutilación de sus atributos productivos, a partir de desplegar sus determinaciones generales hasta alcanzar las formas
concretas específicas con que estas se realizan en el caso considerado. Para ello partimos de desarrollar las determinaciones
materiales del trabajo como condición inherente a la vida humana, avanzando luego sobre la determinación de la subjetividad
productiva humana propia del modo de producción capitalista. Nos enfrentamos así a la privación, impuesta sobre porciones
significativas de la población trabajadora, del ejercicio de su capacidad para participar activamente en el proceso de producción y
consumo social. Seguidamente desplegamos las expresiones que encuentra la mutilación de los atributos de los indígenas como
sujetos del proceso de trabajo: la limitación en su participación -como productores independientes y trabajadores estacionales- en
los distintos cultivos, la caída del salario, la venta de los productos del trabajo doméstico por debajo de su valor, su constitución
generalizada en beneficiarios de programas sociales de asistencia.
Abstract
The indigenous people of the Argentinean Chaco constitute a laboring population displaced from rural production, as it increas-
ingly becomes in relative excess for capital’s requirements. This paper aims to address the process of progressive mutilation of
their productive attributes, starting by unfolding its general determinations up to reaching the specific concrete forms in which
the former realize themselves in the case under consideration. Consequently, we start by developing the material determinations
of labor as an inherent condition for human life, to advance then into the determination of human productive subjectivity within
the capitalist mode of production. We thus face the deprivation imposed upon significant portions of the laboring population, to
exercise their capacity to actively take part in the process of social production and consumption. Next we unfold the expressions
taken by the mutilation of indigenous people’s attributes as subjects of the labor process: the limitation in their participation -as
independent producers and seasonal workers- in different crops, declining wages, the sale of domestic labor products below
their value, their generalized constitution into beneficiaries of social assistance programs.
* Doctor. Director e investigador del Centro para la Investigación como Crítica Práctica – CICP; docente e investigador de la
Universidad de Buenos Aires. Correo-e: jinigo@inscri.org.ar, juanbinigo@gmail.com
** Doctora. Investigadora del Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio, CONICET/UNRN.
San Carlos de Bariloche, Argentina. Artículo enmarcado en tesis de doctorado y proyecto de posdoctorado. Correo-e:
v.inigocarrera@conicet.gov.ar
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concebirse que, los pueblos indígenas podían de la estructura, que a su vez reacciona sobre
reproducir su subjetividad productiva mien- la subjetividad, que etc. Se llega lógicamente
tras esta cumplía una función en la acumula- así a la inevitable conclusión de la indetermi-
ción de capital. Agotada esta funcionalidad, nación abstracta general, fuera de la impuesta
esa reproducción se ha tornado insostenible. por el arbitrio del investigador. Si hay en esta
Parece así que se ha avanzado en el conoci- construcción algún carácter dialéctico no logra
miento del objeto de la acción en su verdadera superar la exterioridad del “por una parte, por la
determinación concreta. Sin embargo, la rela- otra parte” (Marx, s/f). Y, con ello, se cae nueva-
ción puede interpretarse de manera opuesta: mente en la reducción de lo concreto a una
la destrucción de la subjetividad productiva de abstracción, por muy complejas que parezcan
los pueblos indígenas se explica por la función las relaciones establecidas.
que éstos cumplen en la reproducción del capi-
tal vía la sujeción de su reproducción al cliente- Nos encontramos, así, frente a la necesidad de
lismo político. En realidad, lo que la explicación encarar la cuestión de la subjetividad produc-
funcional hace es reducir la determinación a la tiva específica de los pueblos indígenas del
coexistencia, a partir de asignarle primacía a Chaco argentino desde un punto de vista meto-
un polo respecto del otro según el criterio del dológico radicalmente distinto. Partamos para
investigador. ello de la razón específica misma del conoci-
miento científico: “toda ciencia sería superflua
Bien podemos decir aquí que no hemos logrado si la forma de manifestación y la esencia de las
aún traspasar el terreno de “Los ingleses, que cosas coincidiesen directamente” (Marx, 1984:
gustan de considerar la primera forma empírica 1041). En consecuencia, nos enfrentamos a la
de manifestarse las cosas como el fundamento determinación como el movimiento en que una
de éstas” (Marx, 2001: 331). Se puede inten- existencia concreta portadora de una poten-
tar superar la barrera de la exterioridad de las cia alcanza su término, es decir, realiza su
relaciones entre las distintas formas concretas necesidad tomando la correspondiente forma
que se enfrenta concibiéndolas como interac- concreta. En otras palabras, nos enfrentamos
ciones entre esas formas, en las cuales ellas a la determinación como el proceso en que “la
se determinan recíprocamente sobre la base de esencia de las cosas” se afirma mediante su
su autonomía relativa (p. e., Althusser, 1976). propia negación en su “manifestación”. Desde
Parecería así que se ha dejado atrás la abstrac- este punto de vista, no hay contenido que no
ción de lo concreto al abarcar la multiplicidad de exista bajo su forma concreta necesaria, ni
sus determinaciones. Sin embargo, detengámo- forma concreta que no sea la realización de
nos un momento en el concepto metodológico la necesidad de su contenido. Para ponerlo
de la “autonomía relativa”. Este concepto lleva, de inmediato respecto de las reducciones
primero, a preguntarse por ¿cuánta? y, segundo, “economicistas” y “politicistas”, toda relación
a preguntarse por ¿cómo? Esto es, tomando económica se realiza necesariamente, o sea,
el ejemplo clásico, si la estructura económica existe en su movimiento, bajo la forma de una
determina a la subjetividad política, pero ésta relación política; toda relación política tiene por
tiene una autonomía relativa frente a aquélla, contenido que realiza a una relación econó-
por la cual a su vez determina el movimiento mica (Iñigo Carrera, J., 2012).
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Por lo tanto, el método dialéctico que aquí propo- propia del modo de producción capitalista. Por
nemos acompaña el desarrollo de las deter- este camino nos enfrentamos al hecho de la
minaciones de las cuales es portador nuestro privación a porciones significativas de la pobla-
objeto concreto, apuntando a “la reproducción ción trabajadora, del ejercicio de su capacidad
de lo concreto por el camino del pensamiento” para participar activamente en el proceso de
(Marx, 1971: 21). De modo que partimos del producción y consumo social. Alcanzado este
análisis de dicho objeto concreto preguntándo- punto en el desarrollo de la determinación gene-
nos por las determinaciones de las cuales es ral del modo de producción capitalista, pasamos
portador, hasta enfrentar éstas bajo su forma a reconocer esta determinación bajo las formas
más simple y general. Acompañamos enton- concretas específicas que toma en las múltiples
ces el despliegue de estas determinaciones expresiones que encuentra la mencionada muti-
hasta volver a enfrentarnos a nuestro concreto lación de los atributos de los indígenas como
de partida, pero ahora como un concreto cuya sujetos productivos sociales.
potencialidad conocemos por haberla reprodu-
cido mediante el razonamiento (Iñigo Carrera, Resulta oportuno realizar un par de aclara-
J., 1992, 2007, 2013). ciones respecto del desarrollo que se va a
presentar, para prevenir eventuales equívo-
Nos proponemos, pues, reconocer la unidad cos. Primero, la contraposición del camino
de las múltiples determinaciones del proceso metodológico propuesto respecto de los
en que los pueblos indígenas del Chaco se enfoques esencialistas, funcionalistas y de
constituyen como un sujeto social concreto, autonomía relativa referidos anteriormente
de cuya especificidad debemos dar cuenta no tiene simplemente un carácter general.
partiendo de la relación social general que rige Por el contrario, se extiende a todo lo largo
la organización capitalista de la producción y el de su curso y se renueva con cada paso
consumo sociales, hasta alcanzar la mediación que se avanza en el desarrollo del conoci-
que determina dicha especificidad por su condi- miento del concreto objeto del estudio. En
ción de población indígena. Y en este sentido, consecuencia, a cada paso puede surgirle al
lo primero con que se enfrenta el análisis es el lector la demanda por que se exponga dicha
proceso de progresiva mutilación de los atribu- contraposición bajo la forma de una discu-
tos productivos de la fuerza de trabajo indígena sión puntual con los otros enfoques meto-
en la mencionada región al cual hemos hecho dológicos. Por ejemplo, que al desplegar las
referencia en nuestro primer párrafo. determinaciones respecto de la reproducción
de la población indígena rural en condiciones
Sobre esta base, nuestra exposición parte de extrema miseria se explicite la discusión
desplegando de manera extremadamente sinté- con la concepción de la sobreexplotación de
tica -dado el objetivo de nuestro trabajo- el reco- la fuerza de trabajo de la teoría de la depen-
nocimiento de las determinaciones materiales dencia; o con la teoría de la racionalidad de la
del trabajo como condición inherente a la vida unidad económica campesina de la escuela
humana, para avanzar luego sobre la determi- de Chayanov. Sin embargo, la posibilidad de
nación de la subjetividad productiva humana que tal discusión vaya más allá de un debate
como atributo de la relación social objetivada abstracto tiene como primera condición el
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Fuente: Elaboración propia sobre la base de mapa del Instituto Geográfico Nacional.
en marcha de una nueva fase de producción. social general toma forma sustantivada en el
En consecuencia, el modo en que se asigna a dinero (Ibíd.). Sobre esta base, la determinación
cada individuo la porción concreta del trabajo misma de qué es una necesidad humana sufre
social que va a ejecutar, es decir, el modo un brutal desgarro: desde el punto de vista de la
en que se organiza la producción social, rige organización de la vida social sólo cuenta como
asimismo la participación de cada quien en el necesidad aquella que es capaz de expresarse
consumo social de medios de producción y de representada por el dinero. El hambre humano
vida. La conciencia es la forma en que cada se diferencia entre hambre solvente, hacia el
individuo se reconoce como órgano del modo cual se orienta privadamente la producción
de reproducirse la vida social y, en consecuen- social, y hambre insolvente, carente de vínculo
cia, la forma en que lleva en su persona la social que le permita ser satisfecho (Iñigo
capacidad para regir su acción individual como Carrera, J., 2007).
tal órgano (Iñigo Carrera, J., 2007).
La ausencia de vínculos de dependencia
En los modos de producción anteriores al personal hace de los productores de mercan-
capitalista, el trabajo social concreto se le asig- cías individuos libres. Su interdependencia
naba a cada individuo a través de distintos social respecto de las mercancías hace que
tipos de relaciones de dependencia personal. las potencias genéricas de su trabajo social, o
Estas relaciones presuponen la ligazón perso- sea, de su acción consciente y voluntaria, se les
nal del trabajador con sus medios de produc- presenten invertidas como potencias sociales
ción. Pero el modo de producción capitalista que les son ajenas y los dominan. Para satisfa-
disuelve violentamente los vínculos de depen- cer sus necesidades de personas libres deben
dencia personal a través de la realización poner sus conciencias y voluntades al servicio
privada del trabajo social (Marx, 1971). Esto de estas potencias sociales objetivadas, deben
es, en el momento que cada unidad privada de actuar como personificaciones de sus mercan-
trabajo social se pone en marcha, lo hace sin cías (Marx, 2001).
haberse establecido la unidad de su producción
respecto de la necesidad social por los valores En su condición general de sujeto social, en
de uso respectivos, o sea, con independencia el modo de producción capitalista cada indivi-
respecto de las determinaciones del consumo duo es indiferente respecto de las condiciones
de su producto. La unidad entre producción y personales de los demás, con los cuales solo
consumo sociales recién se pone de manifiesto le cabe relacionarse de manera general como
a posteriori, mediante la representación del personificación. Y las relaciones entre perso-
gasto genérico de trabajo socialmente útil mate- nificaciones tienen necesariamente el carác-
rializado de manera privada en sus productos, ter antagónico que brota de expresar la forma
como el atributo de cambiabilidad de éstos, privada del trabajo social; el interés individual
como su valor, determinándolos bajo la forma de cada uno es contrario al de los demás a
históricamente específica de mercancías (Marx, quienes se enfrenta directa o indirectamente en
2001). La producción de valores de uso para la las relaciones de cambio: vendedor y compra-
vida humana se encuentra así mediada por la dor se enfrentan entre sí por la realización del
producción de valor, mientras que esta relación valor de la mercancía y el dinero, vendedores
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por su lado y compradores por el suyo, en puede poner en acción por carecer de medios
la competencia por quien impone el carácter de producción (Marx, 2001).
social de su trabajo privado. En consecuencia,
toda expresión directa de la unidad del proceso
de metabolismo social se presenta como una
2.2. La inversión de la subjetividad produc-
confluencia que parte del antagonismo prima-
tiva humana como atributo del capital
rio para desarrollar a este bajo la forma de rela-
ciones de solidaridad. Es en su doble condi- En su función como capital, el dinero no se
ción de sujetos libres por estar enajenados en limita a reconocer cuáles valores de uso son
las mercancías que las personas se constitu- producto del trabajo social realizado privada-
yen como sujetos de las relaciones políticas de mente. Como capital, el dinero actúa como
ciudadanía, es decir, como sujetos sociales en un valor sustantivado que parte de reconocer
cuya acción consciente y voluntaria se encuen- como tal producto a los dos tipos de mercan-
tra portada la unidad del proceso de meta- cías que constituyen la base material de la
bolismo social bajo la apariencia de que esta puesta en marcha de ese mismo trabajo social:
unidad brota de su sola conciencia y voluntad la fuerza de trabajo y los medios de producción
de ciudadanos recíprocamente independien- (Iñigo Carrera, J., 2013). Pone así en contacto
tes, que delegan su voluntad como tales en el a la fuerza de trabajo doblemente libre con sus
estado (Iñigo Carrera, J., 2012). medios de producción, de modo que aquélla
El trabajo social realizado de manera privada actúa sobre éstos dando curso al proceso mate-
presenta su expresión más pura bajo la condi- rial de producción social de manera privada
ción de la propiedad privada sobre los propios (Marx, 2001). Pero esta puesta en marcha del
medios de producción. Pero el modo de produc- trabajo social no tiene por finalidad inmediata
ción capitalista da un primer paso hacia la socia- la producción de valores de uso para la vida
lización del trabajo privado al tener en su origen humana, ni siquiera para el capitalista. Su fina-
histórico y reproducir continuamente, no sólo la lidad inmediata es la valorización del capital,
disolución de los vínculos generales de depen- la producción de plusvalía. Desde el punto de
dencia personal, sino también la separación vista del capital, el valor de uso de la fuerza de
del productor directo, del trabajador, respecto trabajo no reside en producir los medios para
de sus medios de producción. Determina así la vida humana, sino en producir más valor de
a quien trabaja como un individuo doblemente lo que ella cuesta. No se trata de una produc-
libre, que dispone privadamente de su fuerza ción de valores de uso sociales mediada por
de trabajo como única mercancía para vender y, la producción de valor; se trata de la valoriza-
en consecuencia, como única mercancía cuya ción del capital y sólo se producen valores de
venta le permite participar en el consumo del uso para la vida humana a condición de que se
producto social. La capacidad genéricamente produzca plusvalía (Ibíd.). Se trata de un modo
humana para realizar trabajo social se encuen- general de organizarse el proceso de metabo-
tra así determinada como un valor de uso mate- lismo social, o sea de una relación social gene-
rializado en el cuerpo del obrero. Y no se trata ral, que tiene existencia sustantivada y se rige
de un valor de uso para su poseedor, que no la por la finalidad inmediata de reproducirse a sí
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misma. Por eso el capital se presenta bajo la de trabajo por todo el año, dejando librado a la
apariencia enajenada de ser el sujeto concreto suerte de la producción por cuenta propia del
inmediato del proceso de vida social, y la vida obrero la satisfacción de una mayor o menor
humana invertida como un medio al servicio de parte de esa reproducción. En este caso, el
ese sujeto (Ibíd.). obrero agrario presenta la peculiaridad de ser
un vendedor de fuerza de trabajo a la vez que
Esta inversión se refleja en la determinación un productor independiente de mercancías
misma de cuáles son los valores de uso nece- y un productor para autosubsistencia. Pero,
sarios para la reproducción normal de la vida por mucho que aparezca y se reconozca a sí
natural de los trabajadores. El valor de la fuerza mismo bajo la segunda figura, con el desarrollo
de trabajo está determinado por el valor de del modo de producción capitalista ésta resulta
las mercancías que la familia obrera necesita plenamente determinada como forma peculiar
consumir para proveer al capital de la fuerza de de la primera, y no a la inversa. Es de su sepa-
trabajo portadora de los atributos productivos ración respecto de sus medios de producción
que aquél requiere de ésta en cada momento y generales que nace su condición de propieta-
lugar de su proceso de valorización. La subsun- rio privado de medios de producción especí-
ción de los obreros en el capital no termina con ficamente limitados (Iñigo Carrera, N., 1984).
la jornada de trabajo sino que, aun en el proceso
de su consumo individual, y hasta en el proceso
de su reproducción biológica, se encuentran
determinados como atributos del capital. De ahí 2.3. La subjetividad política en que toma
que la reproducción misma de la vida natural de forma concreta necesaria la subjetividad
la población obrera se encuentra subsumida en productiva
los avatares de la vida del capital concreto que
En el modo de producción capitalista, el anta-
valoriza con su trabajo (Ibíd.).
gonismo general entre compradores y vendedo-
Bajo esta subsunción, la producción agraria res de mercancías toma una forma específica
presenta dos condiciones que pueden darle en el inicio mismo de cada ciclo de la vida social.
una forma peculiar al proceso de reproduc- Se trata del antagonismo entre, en un polo, los
ción de la fuerza de trabajo. Primero, el capital vendedores de fuerza de trabajo y, en el otro,
puede tener necesidad de fuerza de trabajo los compradores de fuerza de trabajo. A su vez,
con carácter estacional. Segundo, fuera del de este antagonismo primario surge la rela-
período directo de trabajo para el capital, el ción antagónica de competencia al interior de
obrero agrario puede producir sus alimentos cada polo, de un lado, para dirimir quién como
básicos o alguna mercancía simple por su obrero logra vender individualmente su fuerza
cuenta, a condición de disponer de los medios de trabajo y, del otro, para dirimir quién como
de producción elementales, incluido el acceso capitalista logra individualmente comprarla. Y
a la tierra, requeridos para ello. Sobre esta este antagonismo secundario se resuelve a su
doble base, el capital agrario puede liberarse vez en la relación de solidaridad al interior de
de absorber durante el período efectivo de cada polo que, en cuanto tiende a extenderse
trabajo el costo de la reproducción de la fuerza universalmente a ese interior, lo constituye
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como clase en relación antagónica con el otro En todas las formas de la relación social
polo. La unidad de la reproducción del proceso general desplegadas en el párrafo anterior,
de metabolismo social toma así forma en la desde el simple contrato individual de trabajo
lucha general por la compraventa de la fuerza hasta la unidad general del proceso de meta-
de trabajo entre la clase obrera y la clase capi- bolismo social portada en la acción política, los
talista, en la lucha de clases (Marx, 2001). individuos entran en su condición de personi-
ficaciones. En este sentido, las condiciones y
La unidad de la reproducción del proceso de
atributos de la subjetividad personal de cada
metabolismo social toma forma concreta como
uno resultan irrelevantes para el contenido
la unidad del movimiento del capital total de la
en sí de la relación. Pero no ocurre lo mismo
sociedad a través de esta lucha que, por su
respecto de las formas concretas de realizarse
mismo carácter, choca contra el movimiento
ese contenido. En esta realización, las dife-
fluido de dicha unidad. Luego este movimiento
rentes condiciones personales, aun las que
fluido toma a su vez forma concreta en una
aparecen originadas por vínculos persona-
relación de solidaridad general que se presenta
les preexistentes a la relación social general
expresando la unidad de la reproducción del
capitalista, se convierten en formas de ésta.
proceso de vida social como un interés común y
Al hacerlo, dichas condiciones específicas
general que aúna a obreros y capitalistas bajo la
propias de las subjetividades individuales
apariencia de tratarse de abstractos individuos
actúan como potencias para el capital que las
recíprocamente libres e iguales como portado-
pone en acción. Y lo hacen sin importar si su
res de los mismos derechos y obligaciones. Tal
reproducción atenta contra la reproducción de
es la relación política de ciudadanía del estado.
la persona misma que las porta.
Pero, así como el estado sigue presentándose
como una relación social objetivada que parece
brotar de la libre voluntad de esos individuos
iguales en que éstos expresan su interés gene- 2.4. El desarrollo del ser genérico humano
ral, este interés general no tiene ya por conte- bajo la forma histórica específica que priva
nido inmediato la producción de valores de de subjetividad productiva a una porción
uso regida por la producción de valor. Aquí, el creciente de la humanidad
contenido inmediato de la puesta en marcha
del trabajo social es la producción de plusvalía La puesta en marcha del trabajo social
en la unidad del movimiento del conjunto de los regida por la valorización del capital se poten-
capitales de la sociedad, o sea, en la unidad del cia mediante la producción de plusvalía rela-
movimiento del capital total de la sociedad. tiva. Ésta se basa en el aumento de la produc-
tividad del trabajo, de modo de disminuir el
De modo que el estado expresa en su acción valor de los medios de vida del obrero, dismi-
las necesidades de esta unidad en cada nuyendo con este la proporción de la jornada
momento y lugar concreto, o en otras palabras, necesaria para la reproducción de la fuerza
el estado actúa como el representante del capi- de trabajo, liberando así una mayor propor-
tal total de la sociedad en el ámbito de las rela- ción de trabajo excedente. A su vez, el desa-
ciones políticas (Iñigo Carrera, J., 2013). rrollo sistemático de la maquinaria es la forma
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más potente de multiplicar la productividad dad productiva del obrero. Con cada avance en
del trabajo (Marx, 2001). el desarrollo de la maquinaria, el capital reem-
plaza la intervención de la subjetividad habi-
Ante todo, el desarrollo del sistema de la lidosa del obrero en el proceso de producción
maquinaria revoluciona la materialidad del por la tecnología objetivada en la máquina. Bajo
trabajo. Éste va dejando de consistir esencial- su forma capitalista, este desarrollo de las fuer-
mente en la aplicación consciente de la fuerza zas productivas del trabajo social no se traduce
y pericia humanas sobre la herramienta, para en el alivio de trabajo para la población obrera.
hacer que ésta actúe sobre un objeto, transfor- Por el contrario, se traduce en la transformación
mando así el valor de uso del mismo. En cambio, de masas crecientes de población obrera en
va tendiendo a consistir en la aplicación del sobrante para las necesidades de explotación
gasto consciente de cuerpo humano al ejercicio del capital (Ibíd.).
del control científico sobre las fuerzas natura-
les, y a la objetivación de este control como un Como el capital es el vínculo social general
atributo de la maquinaria, de modo de descar- que organiza la vida natural de la propia pobla-
gar automáticamente dichas fuerzas naturales ción obrera, el ser relativamente sobrante para
sobre la herramienta, haciendo que ésta actúe el capital es serlo para la vida natural misma.
transformando el valor de uso del objeto del El capital impone primero a la superpoblación
trabajo (Iñigo Carrera, J., 2013). Estas transfor- obrera la venta de su fuerza de trabajo por debajo
maciones en la materialidad del trabajo tienen del valor, de modo que esta superpoblación no
un doble efecto contrapuesto sobre los atributos puede ya reproducirse en condiciones norma-
de los obreros que entran en producción. Por les. Con lo cual, el capital empieza por arran-
una parte, el capital desarrolla la subjetividad carle el ejercicio de su capacidad para trabajar,
productiva de la porción de la clase obrera que y continúa avanzando hasta impedirle directa-
participa en el desarrollo de la capacidad para mente a la población que convierte en sobrante
avanzar en el control universal de las fuerzas el desarrollo de su capacidad para trabajar, esto
naturales y en el control consciente del propio es, hasta arrancársela directamente. Al comen-
carácter colectivo del trabajo (Iñigo Carrera, J., zar, resaltamos que esta capacidad es la que
2013). Por la otra, el sistema de la maquinaria determina al género humano como tal. Por lo
convierte al obrero que aplica su pericia manual tanto, cuando la superpoblación obrera lucha
en el proceso directo de producción en un apén- en defensa de su participación en el proceso de
dice de la maquinaria o en un órgano cada vez producción social, está luchando por la afirma-
más parcializado de la división manufacturera ción de su condición genéricamente humana,
del trabajo, degradando así su subjetividad es decir, por su dignidad de ser humano.
productiva. Su trabajo se ve constantemente
descalificado, despojado de todo contenido Para la población trabajadora rural, inclu-
más allá de la repetición mecánica de una tarea yendo los pequeños productores propietarios
cada vez más simple (Marx, 2001). de sus medios de producción, el desarrollo de
la producción de plusvalía relativa basada en
Pero el sistema de la maquinaria tiene un el desarrollo de la maquinaria tiene un doble
tercer efecto aún más brutal sobre la subjetivi- efecto que acentúa específicamente las deter-
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minaciones recién vistas. Los obreros de los Sin embargo, cuando la capital de los centros
centros urbanos se encuentran inmersos en urbanos tienen saturada su necesidad de super-
la diversidad de las ramas de actividad loca- población obrera a su disposición directa, los
lizadas en éstos. Esta diversidad los produce obreros y los productores rurales desplazados
con ciertos atributos generales que, cuando por la maquinaria dejan de constituir para dicho
son desplazados de la producción por la incor- capital una fuente latente de fuerza de trabajo.
poración de la maquinaria en una rama, dan Se levantan entonces barreras que se tornan
base a la posibilidad de salir de la condición infranqueables para la población sobrante rural,
de sobrantes vendiendo su fuerza de trabajo que pasan a consolidarse abiertamente en
en otra. La misma diversidad de actividades condiciones de pauperismo agudo en el mismo
propia de los centros urbanos opera en este medio rural de origen.
mismo sentido. En cambio, el obrero rural solo
cuenta con la actividad específicamente agra-
ria para el desarrollo de sus atributos producti-
3. Trabajadores indígenas en el Chaco argen-
vos. A su vez, desplazado de esta actividad por
tino: de propietarios de sus condiciones de
el desarrollo de la maquinaria, no encuentra en
trabajo a población obrera sobrante
su medio rural otra rama de actividad a la cual
concurrir para intentar vender nuevamente su 3.1. Despojo del productor directo indígena
fuerza de trabajo. de sus condiciones de trabajo: un trabajador
productivo para el capital
Queda entonces retenido en su lugar de origen
bajo la condición de una superpoblación obrera En el marco de las formas que precedieron a
en estado latente hasta que el capital la atrae la producción capitalista en el Chaco argentino,
con fuerza suficiente hacia alguna rama locali- los trabajadores indígenas se comportaban con
zada en otro ámbito espacial, en particular en los las condiciones objetivas de su trabajo como
centros urbanos (Ibíd.). Por su parte, los peque- con su propiedad, con la tierra -en tanto princi-
ños productores rurales independientes también pal condición natural de producción- como con
desplazados por el desarrollo de la maquinaria a su laboratorium natural (Marx, 1999). En tanto
la cual no tienen acceso, cuentan con la posibi- objeto y medio de trabajo, la tierra los surtía de
lidad de extender su permanencia en esa situa- medios de vida susceptibles de ser consumi-
ción de latencia antes de migrar para encontrar dos de manera directa, de modo que el trabajo
comprador potencial para su fuerza de trabajo, humano se limitaba a desprenderlos de su
llevando sus condiciones de producción agraria contacto directo con la naturaleza (Marx, 2001).
al extremo de agotar absolutamente la vida útil Las actividades de caza, pesca, recolección
de sus instrumentos de producción sin siquiera de frutos silvestres y miel y, en menor medida,
obtener para sí, al mismo tiempo, el equivalente una agricultura de roza incipiente, constituían la
a un salario. Y la posibilidad de subsistencia en particular objetivación de la apropiación de las
el ámbito rural se extiende todavía más cuando condiciones materiales de su vida. Se trataba
cabe recurrir a la autoproducción de medios de de actividades productivas que implicaban
vida, o a convertirse en un vendedor ocasional poco cambio de forma de los objetos apropia-
de fuerza de trabajo. dos (frutos del suelo), en tanto era limitado el
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alcance de las fuerzas productivas de la socie- riado, que mencionamos anteriormente (Ibíd.)5.
dad. Lo era aun en aquellas actividades que Tal como es propio de la generalidad del proceso
suponían un mayor grado de desarrollo de esas de acumulación originaria del capital, la separa-
fuerzas: las técnicas de la agricultura, por caso, ción de las condiciones materiales de existencia
eran simples en comparación con las de otros -que encontraría una de sus expresiones en la
pueblos indígenas. Claro está que, dentro del limitación de su acceso a los ríos y en la reduc-
limitado desarrollo de las fuerzas productivas ción de sus campos de caza como consecuen-
del trabajo, las distintas actividades productivas cia de la progresiva ocupación privada de las
ya requerían el desarrollo de ciertas aptitudes tierras en las que desarrollaban sus actividades
o capacidades por parte del individuo que las de subsistencia- fue a través de la aplicación
realizaba. En esta forma de relacionarse con el de una coacción física directa. Por cierto, como
medio, “los individuos no se comportan como parte del proceso de avance del capital, se
trabajadores sino como propietarios -y miem- sucedieron las campañas militares. Iniciado de
bros de una entidad comunitaria, que al mismo manera esporádica, aproximadamente a media-
tiempo trabajan” (Marx, 1999: 68). El objeto dos del siglo XVI, hacia los límites occidental,
inmediato de su trabajo, de su apropiación de la oriental y austral de la región, el envío de expe-
naturaleza, era su propia reproducción, la de su diciones militares encontró su punto culminante
familia y la de la entidad comunitaria de la que -aunque no definitivo- en la campaña de 1884 al
formaban parte; apareciendo esta última como Chaco austral y a los extremos sur y oriental del
condición de la apropiación colectiva del suelo Chaco central.
y de su utilización. En otras palabras, la organi-
zación general del trabajo social se regía sobre
la base de relaciones de dependencia personal: 3.2. Obrajes, ingenios y plantaciones
era en cuanto miembro de la comunidad que
un individuo determinado tenía un lugar en la Separadas, de manera repentina y violenta,
producción y en el consumo sociales4. de aquellas condiciones, masas de brazos indí-
genas fueron absorbidas por distintas expresio-
Ahora bien, lo que necesita ser explicado, nes del avance del capital -en cuyo desarrollo
no es la unidad del individuo con las condicio- mucho tuvieron que ver las aptitudes agronó-
nes inorgánicas de su existencia, esto es, su micas del suelo y las características climáticas
apropiación de la naturaleza, sino la separa- propias de cada porción del Chaco-: los obrajes
ción entre dichas condiciones y dicha existen- madereros, los ingenios azucareros y las plan-
cia, una separación que cristaliza en la relación taciones algodoneras.
entre trabajo asalariado y capital (Marx, 1999).
Ante todo, esta separación implicó la transfor- Si bien la existencia de obrajes para la extrac-
mación de los productores directos indígenas ción de palmas y algarrobos sobre la ribera del
en vendedores de fuerza de trabajo. río Paraguay se remontaba, incluso, al siglo
XVII, fue desde mediados del siglo XIX y hasta
En este sentido, se vieron lanzados al proceso la década del treinta del siglo XX que se esta-
de ser constituidos en individuos portadores de blecieron obrajes madereros y aserraderos para
la doble libertad propia del trabajador asala- la fabricación y comercialización de postes de
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En síntesis, podemos identificar varios fren- (Bartolomé, 1972; Gordillo, 2004)6. Por su parte,
tes, con distintos grados de capitalización y los qom, wichí, chorote, pilagá, tapiete, nivaclé,
gravitación regional, para una misma expan- chané y guaraníes del Chaco centro-occidental
sión: la del capital. Todos ellos, esto es, los fueron mayormente incorporados a la fuerza
obrajes madereros, los ingenios azucare- de trabajo de los ingenios saltojujeños para las
ros y las plantaciones algodoneras, tuvieron tareas de corte, pelado, carga y acarreo de la
un elemento en común: el requerimiento de caña7. La incorporación de los qom a la produc-
mano de obra en forma intensiva en determi- ción algodonera en Formosa fue como trabaja-
nados momentos de sus respectivos procesos dores asalariados de temporada en las labores
productivos (la madera, cuando el árbol se de carpida (desmalezamiento) y cosecha del
encuentra en latencia y la temperatura permite cultivo, y como pequeños productores indepen-
hachar; el azúcar y el algodón, en el momento dientes de algodón en bruto.
de la preparación del suelo y de la cosecha)
(Iñigo Carrera, N., 1988). Con el propósito de La escala de la producción algodonera se
satisfacer esa demanda de mano de obra esta- ha caracterizado históricamente por fuertes
cional se procedió, en todos los casos, al reclu- oscilaciones de una campaña agrícola a otra,
tamiento de indígenas. O, lo que es lo mismo, y también han transcurrido momentos de fuerte
el desarrollo de los distintos sistemas producti- expansión intercalados con otros de igualmente
vos en la región tenía por condición de posibi- fuerte contracción de carácter generalizado.
lidad no sólo la apropiación privada individual Pero por sobre estos movimientos circunstan-
de la tierra y los recursos en ella contenidos, ciales se manifiestan ciertas tendencias que
sino también la disponibilidad de mano de obra resultan centrales para la cuestión planteada.
indígena. Con la incorporación de los pueblos
Cuando el algodón inició su ciclo sostenido de
indígenas al trabajo en los obrajes, ingenios y
expansión, Formosa se afirmó como segunda
chacras, el modo capitalista se impuso -ahora
provincia productora, detrás de Chaco. En
sí, de manera definitiva- como la forma social
la década de 1970 la producción formoseña
general del proceso de producción, transfor-
alcanzó su pico histórico, llegando a representar
mando toda forma social anterior a él en una
el 16% del total nacional. Pero a partir de enton-
forma concreta suya, que operó y opera para
ces su escala entró en un proceso de continua
la valorización del capital.
contracción. Esta contracción contrasta con
la sostenida expansión de la producción algo-
3.3. Absorción y expulsión de los qom de la donera en el resto del territorio argentino, que
producción de algodón en Formosa continuó hasta alcanzar su propio pico en la
década de 1990; y aunque retrocedió durante
De entre las formas que tomó el avance del la década siguiente, en la primera mitad de la
capital en el Chaco argentino, el cultivo del algo- década actual recuperó dicho nivel pico. Para
dón fue el que, desde que inició su ciclo soste- este último período, la producción de Formosa
nido de expansión en la década de 1920, absor- representó menos del 3% de la producción
bió en mayor proporción la masa de brazos indí- nacional. Surge entonces la pregunta acerca
genas de la porción oriental del Chaco central de las determinaciones particulares que operan
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pecuarios de 1988 y 2002 muestran una dismi- indígena. Más aún, en un escenario en que son
nución en el número de explotaciones algodo- motores primordiales de la forma de acumula-
neras y un decrecimiento en el tamaño medio ción de capital en el espacio del agro chaqueño:
del predio algodonero (a excepción, esto último, la difusión del cultivo de la soja (producto de
del estrato que aglutina las explotaciones de las condiciones climáticas, la nueva tecnología
mayor superficie, que evidencia una tendencia y el precio de la oleaginosa)9, la apropiación
en sentido contrario)8. de la tierra a un precio por debajo del corres-
pondiente al flujo futuro de renta capitalizada,
En la unidad de las determinaciones expues- la propagación de capitales concentrados
tas, la introducción de la mecanización del (muchos de ellos, extra-regionales), la inversión
laboreo y la cosecha ha encontrado en en infraestructura fija a gran escala. Se trata de
Formosa una barrera particular. Si bien esta una mutilación que encuentra múltiples expre-
barrera ha significado un freno a la disminu- siones; a continuación, desplegamos aquéllas
ción en la demanda de fuerza de trabajo esta- que atañen a los qom de Misión Tacaaglé y de
cional, es innegable también que la inviabili- Potae Napocna Navogoh.
dad de aquella introducción ha redundado en
la dificultad de las pequeñas unidades para
mantenerse en producción. Lo cual ha deter-
minado la tendencia decreciente en la escala 3.4. Los qom de Misión Tacaaglé y Potae
de la producción algodonera formoseña seña- Napocna Navogoh: su (re)producción como
lada anteriormente y, de manera consecuente, una población obrera sobrante
en dicha demanda. La magnitud de este decre-
Los qom de Misión Tacaaglé y Potae Napocna
cimiento se puede estimar considerando que,
Navogoh son dueños de las tierras que ocupan,
sobre la base del trabajo de carpida y cosecha
bajo la forma de sendos títulos comunitarios10.
manual, la producción provincial requería alre-
Las unidades domésticas (de residencia, produc-
dedor de 14.000 jornadas de trabajo estacional
ción y consumo) que hoy conforman ambas
en equivalentes/hombre por siete meses en la
comunidades las dedican a la producción de
década de 1970, 11.000 en la de 1980, 6.000
algodón como principal, si no único, cultivo
en la de 1990, 5.000 en la de 2000 y 3.000 en
comercial. Lo hacen en una superficie que no
la primera mitad de la de 2010 (sobre la base
de Iñigo Carrera, V., 2008). La disminución es supera, en promedio, las dos hectáreas. Se trata
incluso más aguda, ya que, pese a las barre- de una producción para la cual requieren que el
ras señaladas, la incorporación de la cosecha Instituto de Comunidades Aborígenes (agencia
mecánica ha avanzado significativamente, provincial para la administración de los asuntos
duplicándose la superficie cubierta por ella indígenas) les prepare el suelo -a través de la
entre los censos de 1988 y 2002, en contraste contratación del servicio a terceros o a los muni-
con la reducción de la superficie total. cipios locales- y les provea las semillas necesa-
rias. Los insumos utilizados (herbicidas, insecti-
El conjunto de estas determinaciones no ha cidas, regulador de crecimiento) son suministra-
hecho sino generar la progresiva mutilación de dos por el Ministerio de la Producción y Ambiente
los atributos productivos de la fuerza de trabajo de la provincia. La asistencia tiene lugar a través
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de la instrumentación del Programa Agrícola de con algodón en Tacaaglé hasta llegar a las
Asistencia a Pequeños Productores Aboríge- 177 ha. en el año agrícola 2003/2004 -tras la
nes, en su componente algodón. Sin embargo, estrepitosa caída registrada en 1999/2000 en
su incidencia es mínima: en el año agrícola que arañó las 30 ha.- Tras su arrendamiento,
2005/2006, representaba un área de cultivo de es frecuente la asalarización de los qom
apenas 1.100 ha. de algodón en la totalidad de como carpidores y cosecheros en sus propias
las comunidades indígenas de la provincia, de tierras. También lo es el trabajo asalariado en
las cuales 75 correspondían a Potae Napocna predios vecinos correspondientes a capita-
Navogoh y 50 a Misión Tacaaglé. Por su parte, les de mayor monto y en tareas de carpida
realizan aquella producción con la utilización de y cosecha de diversos cultivos. No obstante,
herramientas precarias, deterioradas y de trac- los salarios obtenidos apenas alcanzan para
ción animal, sin posibilidad de reponer sus instru- su reproducción física durante el período de
mentos de producción una vez que han agotado trabajo. Al trabajo asalariado y la producción
su vida útil. El trabajo en las labores culturales y agrícola mercantil se le agrega la práctica de
de cosecha es el fruto de la familia extensa, un una agricultura dirigida al propio consumo, que
grupo de parientes que cooperan en la puesta suele restringirse a media hectárea de tierra.
en producción de la chacra y comparten recur- Es el Instituto de Comunidades Aborígenes, a
sos. En ocasiones, se emplea fuerza de trabajo través del mencionado Programa Agrícola en
ajena para levantar la cosecha, reclutada entre su componente autoconsumo, el organismo
los miembros de otras unidades domésticas a que brinda la asistencia necesaria a través
través del despliegue de una serie de prestacio- de la entrega de semillas (sandía, calabacita,
nes y contraprestaciones en trabajo en las que
melón, zapallo, maíz, hortalizas). El mismo
su organización no es objeto de una relación
instituto entrega medios de vida (harina,
salarial. La venta del algodón en bruto suele ser
azúcar, yerba, sal, grasa, denominados gené-
al pequeño acopiador privado local (bolichero)
ricamente como “mercaderías”) para el soste-
que se acerca a las comunidades y que, como
nimiento inmediato de las familias durante el
primer eslabón del circuito de comercialización,
período de ocupación en las tareas agrícolas.
paga precios más bajos por esa mercancía.
Dos son, hasta aquí, las maneras en que el
Son pocos quienes alcanzan a comercializar el
Estado interviene en la reproducción social de
textil en la planchada de acopio habilitada por el
la vida de los qom. Una, la promoción de activi-
Estado provincial11.
dades destinadas a la producción de mercan-
Pero la falta de herramientas e insumos cías que entren en el consumo social general
para poner la tierra en producción a menudo (algodón)13 y el impulso de otras actividades
resulta en el arrendamiento de sus parcelas a productivas destinadas al consumo indivi-
“blancos del pueblo”12, ya sea para el pastaje dual de quienes intervienen inmediatamente
de animales o para cultivo; se trata de agentes en ellas y el de la comunidad en su conjunto
externos de la producción con claros vínculos (huertas). No obstante, la manera predomi-
con la estructura de poder local. Fueron éstos nante es la constitución generalizada de los
-y no los qom- quienes tuvieron en sus manos qom en beneficiarios de programas sociales
la multiplicación de la superficie sembrada de asistencia a la pobreza y al desempleo,
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Notas
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