Está en la página 1de 2

Resumen Gazca

La creación de espacios productivos comunales implicó la movilización de recursos


productivos y el desarrollo de capacidades organizativas a una escala distinta de
las pequeñas economías campesinas. Por ello, además de la silvicultura, varias
comunidades incursionaron en el aprovechamiento de recursos no maderables, lo
que conllevó a un proceso de diversificación productiva. A partir de lo anterior,
algunos municipios de la región encontraron nuevos ejes articuladores del tejido
social y mayores ventajas para potenciar sus recursos productivos. Así, en este
capítulo se analiza la emergencia de dichas prácticas productivas y los factores que
hacen posible su funcionamiento. De manera particular, interesa destacar los
procesos que explican la lógica del trabajo cooperativo, las estrategias de
reciprocidad y la gestión social de recursos. Desde estas prácticas se indaga cómo
contribuyen a la construcción de una racionalidad ecológica no convencional. El eje
de interpretación gira en torno a una propuesta denominada comunalidad,
considerada como una subjetividad y una praxis que ancestralmente se viene
construyendo en territorios de origen indígena y se caracteriza por generar un orden
alterno en las formas organizativas colectivas, lo cual ha posibilitado la construcción
de espacios distintos o, por lo menos, alejados de las lógicas de explotación del
trabajo y la naturaleza, apropiación privada del excedente e intercambio desigual
que ocurren en las relaciones capitalistas.
El incumplimiento de los contratos con las comunidades y la ausencia del derecho
de “pago de monte”, aunados a las demandas laborales y de mejora en las
condiciones de trabajo, provocaron la cohesión de distintas comunidades para crear
un frente y realizar una serie de movilizaciones como paros y huelgas en la Sierra
Norte y la Sierra Sur de Oaxaca. Estas acciones de resistencia, aunadas a la
culminación de la concesión de explotación forestal a principios de la década de los
ochenta del siglo xx, fueron factores de movilización social en defensa de los
recursos forestales comunales y la derogación de las concesiones privadas y
paraestatales. Es en este contexto que en la Sierra Norte se formó la Organización
para la Defensa de los Recursos Naturales y el Desarrollo Social de la Sierra Juárez
y de manera simultánea se impulsó un proyecto para formar empresas forestales
comunitarias por parte de la Dirección General de Desarrollo Forestal del Distrito
Federal. La defensa legal de las comunidades puso fin a las concesiones en 1983.
A partir de ese momento se dieron los primeros pasos en la creación de empresas
forestales comunales.

Para el caso de grupos sociales cuyos intereses giran alrededor del uso de recursos
comunes, una alternativa fue planteada por la recién desaparecida Elinor Ostrom,
quien desarrolló uno de los trabajos más influyentes para explicar los factores que
generan viabilidad y estabilidad para los grupos sociales que tienen acceso a
recursos compartidos. En su trabajo clásico, El gobierno de los bienes comunes,
considera que las comunidades son sujetos potencialmente capaces de llegar a
consensos para construir acuerdos y definir reglas para el uso de recursos comunes
y asumirlas con la intención de hacer viable el uso sostenido y la permanencia de
esos recursos en el largo plazo. Desde esta perspectiva, se considera que la
propiedad comunitaria, a diferencia de la propiedad privada o paraestatal, permite
enfrentar de manera más adecuada los retos que se derivan de la dificultad de
exclusión y alta rivalidad de los recursos comunes, ya que abre la posibilidad de
incluir a los usuarios potenciales en la definición, observancia y monitoreo de las
reglas de apropiación y provisión orientadas hacia el uso sostenible de los recursos.
Concluye que los contratos vinculantes son los elementos clave para desarrollar
estrategias de cooperación por medio de formas o arreglos institucionales
autorregulados, en los cuales las comunidades han instituido prácticas comunales
que han permitido la preservación de recursos comunes y han evitado el colapso
ecológico.

La emergencia de sujetos con cultura, historicidad y territorialidad propia, capaces


de generar sentidos, significados y funcionalidades a los sistemas productivos, y la
interacción social en contextos rurales como el que se estudia han sido explicadas
por medio de la perspectiva de la comunalidad. Desde esta categoría tiene lugar un
fructífero debate para abordar la cultura, la praxis y la autonomía comunitaria,
especialmente en algunos ámbitos territoriales como el de Oaxaca.

Comentarios
En lo personal me parece que las empresas comunales son una buena idea ya que
las personas son capaces de manejar sus recursos por su cuenta, sin embargo, el
manejo de estas empresas es muy importante y si la comunidad o el grupo social
encargado de manejar las empresas no está bien preparado, o no tienen los
estudios necesarios podrían manejar todo de forma incorrecta y perjudicial.

También podría gustarte