de la naturaleza que había necesitado muchos siglos en Europa. A lo largo de nuestra historia volverá a repetirse muchas veces esta concepción de la pura y simple destrucción como objetivo, a veces con una finalidad productiva, otras por una mera deformación cultural.
EL RECURSO MINERO: LA PLATA DEL POTOSÍ
El abandono de algunos recursos tiene como contrapartida la explotación intensiva de otros. La economía colonial está orientada hacia la extracción de metales preciosos. Su obtención condiciona todas las demás actividades, influye fuertemente en la distribución espacial de la población y genera definidas condiciones de calidad de vida. La estructura productiva colonial tiene por finalidad principal la satisfacción de las necesidades de circulante de la metrópoli. De una amplia gama de posibilidades de extracción de excedentes (dada por una oferta natural extremadamente rica y amplianíente diversificada y una abundante población indígena) se adopta una solución muy restringida: la especialización de la colonia en la producción de una única mercancía, la mercancía dinero. La historia económica de Buenos Aires comienza mucho antes de su fundación por Garay. En realidad, empieza en una fría noche de 1545 cuando el indio Huallpa se perdió en los cerros altoperuanos buscando una llama. Encendió una fogata para calentarse y las piedras le devolvieron el reflejo. El cerro era de plata. ¡Pótojsü dijo (ha brotado). Y durante doscientos años la gente continuó creyendo que la plata del Potosí crecía como las .'plantas, renovándose continuamente, al tiempo que la sacaban y embarcaban para Europa. Comenzaba la era de la plata. La posesión de territorios coloniales suplió en España al desarrollo artesanal e industrial, proveyendo la capacidad de compra de esos productos en los mercados europeos. El metálico, según Quevedo, nace en las M E M O R I A V E R D E 4 5 Indias honrado / donde el mundo le acompaña / viene a morir en España / y es en Génova enterrado. El metal nace en el cerro del Potosí, actualmente en territorio boliviano. De allí baja una larga corriente de plata, que crea en su trayecto centros comerciales y artesanales en toda la región central de nuestro territorio. La economía minera da su nombre al Río de la Plata, más tarde a nuestro país y genera una particular organización del espacio nacional. Potosí se transforma en el centro de la vida colonial durante los siglos xvi y xvii. De 1503 a 1660 llegan a España 16 millones de kilos de plata, el triple de las reservas totales europeas, originadas en su mayor parte en las minas del Potosí. Siguiendo la doctrina mercantilista -que identificaba la mercancía dinero con la riqueza misma- las autoridades coloniales no regularon la producción de plata, con lo cual generaron en su país una acelerada inflación y provocaron la ruina de gran número de actividades artesanales. En los extremos del largo c. mino seguido por la plata se desarrollaron dos ciudades muy distintas. En uno de ellos, Buenos Aires, como el puerto necesario para comunicar Potosí con la metrópoli. Un puerto cuyo movimiento no guardaba relación con las actividades productivas de las áreas más próximas a él, sino que era la continuidad lejana de las riquezas del Potosí. Los lingotes de plata llegaron a representar hasta el 80 por ciento del valor de las mercaderías que salían por Buenos Aires. La mayor parte de lo que ingresaba era contrabando. Se formó así una ciudad predominante- mente comercial, cuya riqueza no se basaba en la producción sino en el intercambio, característica que tendrá su importancia política en los años subsiguientes. En la otra punta del camino, la Villa Imperial del Potosí, ciudad fantástica que en 1660 contaba con 160,000 habitantes, igual que Londres y más que Sevilla, Madrid, Roma o París. La plata llenó la ciudad de riquezas y ostentación: al igual que en la corte del rey Arturo, de todas partes llegaban caballeros y soldados de fortuna, cubiertos con lujosas corazas, para sostener duelos con los campeones de la Villa: y los relatos de 46 A. E. BRAILOVSKY / D. FOGUELMAN
estos duelos, hechos por cronistas de la época, parecen
páginas de un libro de caballerías. Se construyeron 36 iglesias y en 1658 una procesión recorrió las calles empedradas especialmente con lingotes de plata. 65-66 Si hablamos de Potosí es porque esta ciudad sintetiza una serie de problemas ambientales característicos de la época, pero además prenuncia los de la nuestra: urbanización desordenada, contaminación del aire, del agua y del suelo. Recordemos que estamos ante una de las ciudades más importantes del mundo. Lo primero que vemos es el diseño urbano. Las Leyes de Indias tenían normas muy rigurosas que establecían la forma de las calles, su diseño en tablero de ajedrez, la distribución de funciones de las distintas actividades, de los edificios públicos y religiosos, etcétera. En Potosí no hubo nada de eso. La ciudad nació como un campamento minero, construido por gente de paso que esperaba hacer fortuna en un par de años y después irse cuando se agotaran las vetas. Pero el metal tardó dos siglos en comenzar a escasear y en ese tiempo se hizo un asentamiento de formas tan confusas como las grandes ciudades actuales. Sus habitantes "de nada cuidaron menos que de la población", según dice un tratadista de la épocas'. quien agrega que "cada uno se situó donde quiso, de manera que fueron formando unas calles demasiado angostas y largas, para asegurar el tráfico y abrigarse de los vientos fríos de la sierra". Potosí es una ciudad sucia y muchas de sus calles "están siempre inundadas de inmundicia". Por la actividad de la ciudad y la cantidad de animales que entran y salen "es inmensa la cantidad de basura que se recoge: y con la que han ido arrojando a los extremos del pueblo, se han formado unos cerros que casi igualan a los edificios más altos de la Villa". 68 También el agua venía contaminada, ya que la ausencia de un diseño urbano planificado hacía que las cañerías que llevaban agua a la ciudad pasaran primero por el hospital. Tanto los caños de -agua limpia como los de aguas servidas eran de barro cocido, con frecuentes grietas. El resultado es que "se filtran recíprocamente M E M O R I A V E R D E 4 7 las aguas, de unos a otros". De este modo, ocurre que "las aguas puercas con que se han purificado los paños de la enfermería, infecten las demás aguas con que se mezclan, causando, cuando no sea enfermedad, un notable asco al vecindario". 69 Pero los mayores efectos eran 1Qs vinculados di- rectamente con la explotación minera. De lo que actualmente es el norte de la Argentina, de Bolivia y de Perú, Potosí recibe mano de obra. La mita era la obligación de los pueblos indios de entregar cierta cantidad de miembros aptos para realizar trabajos durante un lapso determinado. El virrey Toledo creó las reducciones de indios, que actuaron como "formidables pro- veedoras de mano de obra obligada". 70 Si bien recibían un salario por su trabajo, puede calificárselo de una forma disimulada de esclavitud, ya que "sólo bajo el látigo"" pudo ese sistema funcionar con eficiencia. Agreguemos que se parecía tanto a la esclavitud que fueron necesarias ordenanzas posteriores para evitar que aparecieran falsos mineros pidiendo que les repartieran indios, los que después eran vendidos a los mineros de verdad. Esta orientación en el uso de los recursos provocó una notoria sobreutilización de los recursos humanos, manifestada en la degradación y destrucción física de gran cantidad de hombres a lo largo de varios siglos. Las estimaciones oscilan, según los autores, entre tres y ocho millones de muertos, una magnitud comparable a la de las víctimas de Auschwitz. Según testimonio de Mariano Moreno, "de las cuatro partes de indios que salen para la mita, rara vez regresan las tres enteras". 72 El humo de los hornos contaminaba el aire de tal manera que no había pastos ni sembrados en un radio de seis leguas alrededor del Cerro y sus efectos sobre los hombres eran igualmente deteriorantes. El dominico Fray Domingo de Santo Tomás lo calificaba de "boca del infierno". El padre Calancha afirmaba que morían diez indios por cada moneda, y un virrey del Perú, el conde de Alba, decía que, de exprimirse esas monedas, se les sacaría más sangre que plata. La base de esa gran urbe industrial era el Cerro 48 A. E. BRAILOVSKY / D. FOGUELMAN
Rico, que estaba horadado por cinco mil bocaminas, que se
juntaban dentro como los huecos de una esponja. Para extraer el mineral, pasaban los indios de la superficie helada a la temperatura ardiente del socavón, "y ordinariamente los sacan muertos y otros quebrados las cabezas y piernas y en los ingenios cada día se hieren".73 Los mitayos hacían saltar el mineral a punta de barreta y después lo subían cargándolo a la espalda, por escalas, a la luz de una vela. La muerte por accidentes no era el único riesgo, ni siquiera el principal. En Potosí encontramos las primeras intoxicaciones masivas provocadas por la contaminación industrial. La molienda del mineral se efectuaba en trapiches movidos por energía hidráulica. Las mazas "levantan tanto polvo con el impulso, que no podrá sufrirlo quien no esté acostumbrado a respirar dentro de estas oficinas"." Ese polvo genera la silicosis, enfermedad característica de los mineros, que provoca serias lesiones pulmonares. El mayor problema, sin embargo, fue el envenenamiento con mercurio. La toxicidad de este metal es conocida desde hace mucho tiempo, y en la actualidad es uno de los mayores riesgos vinculados con la contaminación industrial. Sus principales efectos son neurológicos: provoca temblores asociados a un estado de rigidez muscular; contracciones dolorosas: alteraciones en la voz, que pierde sus modulaciones y se vuelve monótona: trastornos de carácter, ceguera. Con frecuencia provoca también lesiones en el estómago y en los riñones. En dosis elevadas es mortal. 75 En Potosí se utilizó el mercurio para extraer la plata por amalgama. Se mezcló el mineral en polvo con el mercurio en grandes cubas calentadas con pasto seco por falta de leña. Cuando los mineros terminaron con toda la vegetación natural del Cerro y sus alrededores, dejaron entibiar al sol la mezcla, pero mandaron a los indios a amasarla diariamente con los pies, para acelerar la incorporación del mercurio al metal. En ambos casos, los vapores tóxicos hicieron estragos en los trabajadores. Según una investigación efectuada por Juan de Solórzano en. 1619, "el veneno penetraba M E M O R I A V E R D E 4 9 en la pura médula, debilitando los miembros todos y provocando un temblor constante, muriendo los obreros, por lo general, en el espacio de cuatro años". 76 El insumo estratégico para la producción de plata es el mercurio, y la forma en que se manejó refleja la actitud de la Corona hacia el desarrollo de sus colonias. Se estableció el monopolio real para la producción y venta de mercurio. Para asegurar un mercado amplio, se prohibió mezclar el mercurio con hierro al preparar la extracción por amalgama, ya que esta mezcla permitía ahorrar mercurio. (Este ahorro hubiera disminuido la contaminación.) No solamente se obligó a los empresarios mineros a usar la tecnología más costosa, sino que se encareció deliberadamente este insumo. El grueso del mercurio utilizado era importado de España, de los yacimientos de Almadén. Se redujo deliberadamente la producción de las minas peruanas de Huancavélica, que podrían haber abastecido cómodamente las necesidades del Potosí, y, durante largos años, se las mantuvo clausuradas. Cuando no alcanzaron los envíos de mercurio español, la Corte prefirió comprarlo en Alemania antes que activar los yacimientos locales, a punto tal que el descubridor de una mina de mercurio próxima al Potosí fue asesinado para evitar su explotación." Esta forma de usar los recursos naturales y humanos tiene su correspondencia en la forma de usar el espacio. Potosí organiza el espacio económico de la colonia. De Chile recibe trigo, potros, carne seca, pieles y vinos: de Perú recibe mercurio cuando el Rey lo permite. Desde el actual territorio argentino se envía carne seca, vinos, aguardientes y tejidos a lomo de mula, cuya cría se hace con el propósito de "adaptar los equinos a las necesidades como bestias de carga y a las condiciones ambientales" ,78 Tucumán y Santiago del Estero le proporcionan ropas de algodón. De las minas de La Carolina (San Luis) le llega oro en grandes cantidades para su acuñación, la que debía efectuarse en Potosí porque las autoridades coloniales privilegiaban el control de las actividades económicas por encima del desarrollo regional. 30 A. E. BRAILOVSKY / D. E'OGUELMAN
El alejamiento de las costas actuó como una forma de
proteccionismo de hecho, estimulando una econo mía autosuficiente, al tiempo que la demanda del Potosí alentó la producción para el consumo. Sin embargo, esta compleja gama de actividades se desarrolló ocupando una fracción muy reducida del territorio colonial. El país tiene la forma de un larguísimo camino que une Buenos Aires con Lima y Potosí, según el actual trazado de la Ruta 9, con algunos desvíos laterales que llevan a San Juan, a Mendoza, a Corrientes, a Paraguay. Pero la mayor parte del territorio, o es tierra de indios, o es el desierto.