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LAS HONDAS RAíces de la

democracia
Juan Vicente Gómez y Antonio Guzmán Blanco
se declararon a sí mismos demócratas. Esto da cuenta
del prestigio alcanzado por la democracia, que ha gozado
de tanta permanencia a pesar de las interrupciones
Tomás Straka que ha sufrido por regímenes de fuerza. Un recorrido
por el siglo XIX brinda una perspectiva histórica de lo
profundamente enraizada que se encuentra la democracia
en la conciencia venezolana.

La democracia ha sido una años y de buena gana al «cesarismo como el que una sociedad que si bien
constante en la historia venezolana. El democrático» de Gómez; como fue podría haber escogido otro camino en
anhelo por alcanzarla ha gozado de también capaz de convertir en fenó­ 1936 o 1958, por poner dos fechas,
tanta permanencia como las interrup­ meno electoral en 1968 a su (hasta bregó incesantemente hasta instaurar
ciones que ha sufrido por regímenes ahora) último dictador puro y duro, un régimen democrático. Todo eso
de fuerza. Un recorrido por la idea de Marcos Pérez Jiménez. Basta darle un arroja claros indicios sobre el lugar que
democracia en el siglo XIX venezola­ vistazo a la historia para advertir la la democracia ocupa entre los valores
no, partiendo incluso de los momentos larga sucesión de gobiernos caudillis­ más caros de los venezolanos, y permi­
mismos de nuestro surgimiento como tas, en el siglo XIX, y de militares en te prever los pasos que ante decisiones
república, y pasando hasta por perso­ mayor o menor medida autoritarios, futuras pueden dar. Al parecer, la pre­
najes que, en demostración del presti­ en el XX, hasta que en 1958 se ini­ sencia de regímenes de fuerza es una
gio del término, llegaron a declararse ció lo que muchos esperamos sea algo constante compartida con la del anhe­
demócratas, como Juan Vicente Gómez más que un paréntesis de civilismo. lo de vivir en democracia y libertad.
y Antonio Guzmán Blanco, espera Es también la sociedad en la que cua­ Lo planteado por Augusto Mijares en
brindarnos una perspectiva historia de renta años más tarde vuelven a apa­ su Interpretación pesimista de la sociolo-
sus valores, profundamente enraizados recer, a veces con renovadas fuerzas, gía hispanoamericana (1938) de que se
en la conciencia venezolana. muchos de los valores y símbolos de trata de dos tradiciones paralelas, la de
A su modo, Juan Vicente Gómez los gobiernos de fuerza, aunque ya en la sociedad civil y la legalidad, frente a
se consideró un demócrata. O al menos un contexto, con unos procedimien­ la de los personalismos y gobiernos de
así lo presentó el más famoso e influ­ tos y una vocación que merecen ser fuerza, que se alternan, ha sido en bue­
yente de sus ideólogos —que no tuvo ponderados de otra manera. na medida verificado por los hechos.
pocos—, Laureano Vallenilla Lanz. Que Sin embargo una lectura más dete­ Tan temprano como en 1811 ya
hasta Gómez haya tratado de venderse nida de la historia ofrece otras conclu­ aparecen textos como las «Reflexiones
de ese modo es el ejemplo más contun­ siones. Es notable, ante este panorama, sobre los obstáculos que se oponen al
dente de la buena salud que ha tenido el porcentaje muy alto de venezolanos establecimiento de un régimen demo­
la democracia como ideal en la historia que dice apoyar la democracia, sin ad­ crático en las Provincias de Venezuela
republicana de Venezuela, así como de jetivos y de forma irrestricta; también y remedios de removerlo», publicado
los peligros que acechan a quien quiera lo es el hecho de que eso aparente­ entonces en El Patriota de Venezuela, y
acercarse a su definición. mente haya sido así desde hace mucho en los que se pinta a un pueblo carente
La sociedad venezolana fue capaz, tiempo (tanto que hasta el Beneméri­ de las más elementales virtudes repu­
en general, de aguantar por veintisiete to intentó cubrirse con su manto), así blicanas para el buen suceso del régi­

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Las hondas raíces de la democracia ensayo

men que entonces estaba en trance de haber hecho mella en los valores de los escena de Antonio Leocadio Guzmán y
instaurarse. Se trata de un diagnóstico ciudadanos de la nueva república. el Partido Liberal. Su tesis fundamental
severo que se prolongó por más de un Era, entonces, razonable aceptar es que el viejo concepto de «pueblo» en
siglo y en cuyo núcleo se debatieron que estas conductas antirrepublicanas realidad lo es de una «oligarquía» —así
los grandes proyectos para salir de la ocurriesen en 1811 o 1819, cuando llama a la gobernante y así logra impo­
colonia que, según ese texto y muchos la República estaba naciendo. Lo que ner la palabra en el lenguaje histórico y
otros, no terminaba de morir, y con­ ya no resultaba comprensible era que político—; mientras señala que la «au­
vertir a ese colectivo en la ciudadanía setenta años después las cosas siguie­ téntica», la «genuina» república es la
libre y moderna que soñaba ser —o al ran siendo como en la Independen­ de las mayorías. En esto, como en otras
menos así lo soñaban sus líderes—. cia. Que en 1899, por ejemplo, tanto cosas, se demuestra no sólo que este
Era después de todo razonable la anarquía como la falta de virtudes partido significará en algunos aspectos
que las cosas hayan sido como se leen continuaran siendo dos de los pro­ un avance notable, sino que además sus
en las «Reflexiones» al día siguiente de blemas más graves en el diagnóstico diferencias con los conservadores eran
la colonia, o que incluso hubieran lle­ elaborado por la élite ya significaba bastante más profundas y doctrinales
gado a serlo en la proporción expuesta otra cosa: algo malo, muy malo, de­ de lo que normalmente presentan los
por Bolívar en el «Manifiesto de Car­ bíamos tener en el fondo. historiadores venezolanos desde finales
tagena», de 1812, acaso la crítica más
feroz a la Primera República de todas La república era entendida como un gobierno popular, es
cuantas se hayan hecho. Así lo enten­ decir, del pueblo, democrático; pero no todos eran el pueblo
dieron los ideólogos y magistrados
que en 1830, ya cerrado el ciclo de la Es lo que el novelista Miguel del siglo XIX, cuando el desencanto con
Emancipación, se propusieron reorga­ Eduardo Pardo resume ese año de 1899 los partidos históricos, entonces ya muy
nizar al país según los principios del como «la enfermedad moral, material e corrompidos e ineficientes, los llevó a
republicanismo liberal y más o menos intelectual» del pueblo de Villabrava, la menospreciar su calado ideológico en
democrático que manejaban. feroz parodia de Caracas en su novela una actitud que legaron a las siguien­
En 1811, como se lee en el artículo Todo un pueblo, y es lo que pauta el jui­ tes generaciones de historiadores. Tan­
de El Patriota, «la adulación, la bajeza, la cio de las clases dirigentes referente a su to, que en 1865, cuando Juan Vicente
intriga, el deseo de brillar y distinguirse sociedad: «queremos república modelo González —publicista conservador por
eran el alma de la mayor parte de los ha­ y no conocemos bien nuestros debe­ excelencia— llama a José Tomás Boves
bitantes de Caracas», y «abatirse y men­ res ciudadanos; hablamos de progreso «el primer jefe de la democracia vene­
digar servilmente el favor de un prócer y rompemos los urinarios públicos zolana», ya la multitud, el populacho,
de la España» constituía una costumbre porque nos estorban; alardeamos de formaba parte de esa idea, que en la
generalizada que hacía que los patriotas civilizados y armamos una bronca en pluma de este escritor llevaba, además,
se preguntaran con justicia si «el pue­ cualquier sitio público por respetable la acusación de la anarquía.
blo podrá soportar un gobierno demo­ que éste sea». Es decir, queremos re­ En 1870, cuando estaba a punto
crático» y «si no confundirán libertad y pública, en cuanto orden general y ci- de tomar por asalto el poder, Guzmán
libertinaje y la anarquía será una conse­ vilización (modernidad en el sentido de Blanco señaló que los oligarcas «aspi­
cuencia». Un año después, cuando la entonces) sin haber logrado en setenta ran a una tiranía oriental, después de
anarquía efectivamente estalló y arrasó años ninguna de las dos cosas. tres cuartos de siglo que tiene la Amé­
con la República, Bolívar podía anotar El recorrido viene a cuento porque rica del Sur luchando por consolidar
entre las causas del desastre a «la opi­ desde el primer momento la idea de de­ Repúblicas democráticas, tan libres y
nión inveterada de cuantos ignorantes mocracia se asoció a la idea de repúbli­ populares, como la de la América del
y supersticiosos contienen los límites ca. Naturalmente, no en los términos y Norte». Por algo nunca dudó, cuando
de nuestros estados», y señalar que «los amplitudes que le damos hoy. La repú­ finalmente lo consiguió, en calificar de
rústicos» no pueden ir a sistemas elec­ blica era entendida como un gobierno «república democrática» a la que termi­
torales porque «son tan ignorantes que popular, es decir, del pueblo, demo­ nó de instituir en 1870. Desde la actua­
hacen sus votaciones maquinalmente». crático; pero no todos eran el pueblo: lidad puede sonarnos insólito, incluso
En 1819, en su «Discurso de Angostu­ como lo explican claramente pensado­ cínico, que se hiciera llamar demócrata
ra», el mismo Bolívar propuso la minu­ res como Miguel José Sanz en 1810 y un hombre que pasó a la historia por
ciosa fiscalización de los venezolanos Cecilio Acosta en 1847, el pueblo lo la cantidad de poder que acumuló, que
por un Poder Moral que entonces los constituye el conjunto de «los buenos prácticamente mató el sufragio con el
mismos patriotas no dudaron en definir ciudadanos», no la «muchedumbre» voto público y firmado que estableció
como una nueva forma de inquisición, ignorante y, para ellos, más o menos y que no tuvo problemas en encarcelar,
porque al fin y al cabo la pedagogía re­ inmoral. Sin embargo la idea empieza extrañar y hasta, un caso célebre, fusi­
publicana aún no había hecho, no podía cambiar hacia 1840 con la llegada a la lar a sus adversarios. Pero su sentido

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de democracia ponía el énfasis en otro ser elegidos, y para conocer esos dere­ y República] se adapta mejor
aspecto: una connotación socioeconó­ chos y ejercerlos concienzudamente es a estos fines?
mica y sobre todo racial de igualación necesario poseer cierto grado de ilustra­ R. La República; porque hace
social. Era también el sentido que sus ción». A partir de entonces se estable­ que el bien público dependa
contemporáneos daban, en general, a cerá como hecho social el esfuerzo por de sí mismo, y que la justicia
este término, incluso el que permitió conseguir que un hijo entre de alguna dimane de su verdadera fuente,
que Francisco Linares Alcántara (cer­ manera en el sistema educativo, aunque que es la libertad de los asocia­
cano colaborador de Guzmán pronto sea para que termine su primer ciclo, dos. Todos tienen iguales dere­
convertido en adversario) se hiciera lla­ que entonces estaba en el cuarto grado chos y deberes ante la lei; y es
mar «Gran Demócrata». de primaria. No es que antes no haya por eso que todos se interesan
igualmente en la conservación y
Tan temprano como en 1811 se pinta a un pueblo carente pureza de ellas.
de las más elementales virtudes republicanas
La democracia como gobierno de
Es un fenómeno que se afianzó por habido casos de estos, sólo que Guzmán las mayorías en el que lo esencial es sa­
las constantes guerras civiles. Gracias empezará a ofrecerlos como parte esen­ tisfacer los anhelos del igualitarismo so­
a ellas, numerosos hombres de color, cial de sus promesas: con la educación cial, la democracia pensada y anhelada
como Joaquín Crespo, acaso el ejemplo popular, afirmará una y otra vez, ahora en el siglo XIX, no nos resulta tan ex­
más sonado, pudieron ascender todos todos seremos ciudadanos de verdad. traña vista desde hoy. La democracia es
los peldaños de la escala militar, polí­ Ahora habrá democracia. Tal es el anhe­ más que un régimen de institucionali­
tica y social. Cuando en 1901 Manuel lo básico de esos pardos, de esos café au dad liberal, cosa por la cual el Benemé­
Díaz Rodríguez hablaba con sorna de la lait («café con leche») de los que habla rito podía ser el «César Democrático»,
«peculiar evolución de la democracia» el viajero Ernest von Hesse en 1887, y esa especie de macho alfa de la mana­
en Venezuela, lo hacía en función del a los que Guzmán halaga sin dejarlos, da nacional que ejercía la «democracia
general Nicomedes Galindo, personaje por supuesto, entrar a su círculo íntimo. directa» con un pueblo que lo amaba,
de su novela Ídolos rotos, que de mayor­ En uno de los catecismos cívicos que se según Vallenilla Lanz, después de todo
domo de hacienda había ascendido a redactaron para las escuelas que Guz­ y pese a lo mucho que tenía de antirre­
ministro. El Paulo Guarimba de la no­ mán había fundado (el de Amenodoro pública. Los muchachos que en 1928
vela En este país..!, publicada por Luis Urdaneta, Catecismo republicano, o sea la se rebelan para recuperar la república
Manuel Urbaneja Achelpohl en 1920 Constitución política de Venezuela adapta- que el gomecismo tenía ahogada sabrán
—que de boyero de una hacienda llega da para uso de las escuelas primarias, de empalmarse con esa tradición, fueron
a general en la guerra civil y a ministro 1877), leemos: en gran medida herederos de ella, y
de guerra, para finalmente casarse con algunos aditivos posteriores, como las
la hija del hacendado—, es el arqueti­ P. ¿Qué es la República? ideas socialistas, terminarán de confi­
po de un sueño venezolano que todos R. Una forma de Gobierno en gurarla. No es una clave que pueda des­
identificaron entonces como «demo­ que el Poder de la Nación es deñarse, aunque es necesario hacer una
cracia». Todavía en 1919 Laureano ejercido por agentes elegidos por precisión: ya no estamos en el decimo­
Vallenilla Lanz llamaba «democracia el Pueblo. nono, y si bien aceptamos la idea de las
sui generis» a la norteamericana por su mayorías y el igualitarismo, desde 1928
segregación racial; y si bien ese igualita­ P. ¿Qué es Democracia? hemos incorporado otro valor vital, el
rismo no tuvo la amplitud que tendría R. El gobierno del pueblo de la libertad.
después gracias al petróleo y la nueva —la Democracia se llama pura La democracia ha demostrado,
democracia del siglo XX, sí llamó mu­ cuando es ejercida directa­ al rebrotar tantas veces como ha po­
cho la atención a los viajeros del XIX. mente por el pueblo; y repre- dido, al tramontar gigantescas ad­
En este sentido, el decreto de ins­ sentativa cuando se ejerce por versidades, al derribar tiranías que
trucción pública gratuita y obligatoria los representantes del pueblo. parecían invencibles, formar parte de
del 27 de junio de 1870 fue enarbolado Esta es la República. una tradición esencial, constituir el
como el ejemplo definitivo de esa visión compromiso de un pueblo que avan­
de la democracia racial y socialmente P. ¿Cuál es la mejor forma de Go­ za hacia el siglo XXI convencido de
igualitaria: «en las repúblicas democrá­ bierno? sus valores y dispuesto a todo para
ticas, —dice en una circular Martín J. R. La que tiende más a promover no dejarlos perecer.
Sanabria, ideólogo del decreto— sobre la justicia y el bien público.
todo, la educación del pueblo debe ser Tomás Straka
universal, porque en ellas todos los ciu­ P. Cuál de las tres menciona­ Profesor de la Universidad Católica
dadanos tienen el derecho de elegir y de das [Monarquía, Aristocracia Andrés Bello

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