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Limitaciones físicas

Existen diversos tipos de limitaciones en la fertilidad física. La más frecuente es


la compactación o densificación. Dentro de este “rubro” las problemáticas mas relevantes
son los procesos de compactación subsuperficial debido a la labranza (“pisos de arado”,
“pisos de disco”) que actualmente se observan aún en suelos bajo SD, como relictos de la
antigua labranza convencional. Lo recomendado en la literatura especializada en manejo de
suelos en siembra directa (SD), sobre todo en estudios efectuados en Brasil, indican
que cuando se ingresa en un sistema de manejo en SD, de deben eliminar capas
endurecidas o desnificaciones previas, práctica poco considerada. Al objeto e eliminar estas
capas compactadas es posible utilizar diferentes tipos de equipos como los subsoladores.

En suelos muy limosos (fundamentalmente con limos finos y muy finos) ubicados
en la Pampa Ondulada argentina se han encontrado procesos de compactación superficial
en suelos bajo SD. Si bien la investigación aún es escasa, se han podido comparar suelos de
textura franco-arcillo-limosas respecto a los suelos francos. Los suelos limosos de dicha
región presentan mayor vulnerabilidad a sufrir procesos de compactación por tránsito
vehicular (siembra, cosecha, etc.). Investigaciones de campo permiten observar laminación
de la estructura y desarrollo de poros horizontales, que reducen la infiltración de agua e
incrementan la resistencia a la penetración (figuras 1 y 2). Las mismas pueden ser
mejoradas a través del uso de herramientas descompactadores como el “para til”,
“cultivie”, etc. Estos escarificadores de labranza profunda realizan un “masajeo”, con rotura
lateral de agregados, para lo cual se debe pasar en una condición de suelo relativamente seco.
Muchas veces no se observan en estos suelos compactados correlaciones claras entre
respuesta en rendimiento del maíz a la descompactación y variables edáficas como la
densidad aparente. Más sensible parece ser la infiltración (a través del método rápido del
USDA) y la resistencia a la penetración, que son variables que permiten separar bien los
lotes compactados de los descompactados.

Seguiremos ampliando y profundizando sobre estos temas en futuros post


Figura 1. Evaluación de infiltración en un suelo en siembra directa que presenta
estructura laminar (“laminación”) en el horizonte superficial, con bajos ritmos de
infiltración. Imagen propia, ensayos de evaluación de descompactación mecánica con
escarificadores y su influencia en propiedades físicas edáficas en suelos de Pampa
Ondulada, Argentina. En maíz, para un año de evaluación, se observaron mayores ritmos de
infiltración (p<0,08) en los tratamientos descompactados respecto de los lotes bajo siembra
directa sin descompactar (C. Alvarez, M. Torres Duggan, E. Chamorro, D. Dambrosio, M.
Tabeada). Material inédito que será presentado en el Congreso Argentino de la Cienciadel
Suelo en San Luis, Argentina, en mayo de 2008.
Figura 2. Perfil de resistencia a la penetración en lotes de producción (ensayos de
macroparcelas, con diseño apareado) descompactados con escarificadores a una
profundidad de entre 20 y 35 cm y en mismo lote sin uso de descompactadores mecánicos
(testigo). En suelos compactados, el uso de estas herramientas permite reducir
significativamente los valores de dureza del suelo a otros más adecuados para el crecimiento
radicular. Material inédito que será presentado en el Congreso Argentino de la
Ciencia del Suelo en San Luis, Argentina, en mayo de 2008.
Figura 3. Cuantificación de la resistencia a la penetración (RP) a través de un equipo
digital, en un suelo de Pampa Ondulada (Argentina) en un cultivo de recientemente emergido.
El maíz padece una reducción del 50% e su crecimiento radicular, con niveles de RP superiores
a 1500 Kpa, pudiéndose detener con niveles superiores a 3000 Kpa.

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