MEDEA último, que posó sus intereses en Glauce ¿Llorarás

también por tus hijos, Medea?

(Tragedia en seis actos)
Nodriza: ¡Desdichada! Ha perdido mucho y hoy no
teme perderlo todo. ¡Cuidado, señores! Es una leona,
una fiera atrapada. Yo la conozco y tiemblo. Funestas
PERSONAJES
cosas trama.
Medea dulce:
Pedagogo: Señoras, callen y escuchen. La suerte de
Medea amante: estos niños está en manos de Creonte. El rey demanda
que salgan de estas tierras, junto con Medea, su madre.
Medea vengativa:
Nodriza: ¿Y Jasón no dice nada? Es que ¿no le importa
Corifeo:
lo que pase con sus hijos?
Coro:
Pedagogo: Jasón ya no ama a Medea, ni a su familia.
Nodriza:
Ama: Las desdichas siguen llegando y se avecinan las
Pedagogo: peores.
Ama Nodriza: Cuida a esas pobres criaturas y roguemos
porque la ira de mi señora caiga sobre los que lo
Creonte:
merecen y no sobre los inocentes.
Jasón:
Egeo:
ACTO II
Glauce (sin diálogos): Entran las Medeas, el Coro y Corifeo
Niños (sin diálogos): Medea dulce: Desdichada, pobre y mil veces
desgraciada. La fortuna me ha olvidado. Mis desdichas
arrancan lágrimas al que las escucha por lejos que esté.
ACTO I
Medea vengativa: (A sus hijos) Ojalá se esfumaran con
Dentro de la casa de Medea. Hablan Nodriza, Ama y su padre.
Pedagogo
Nodriza: Pobres niños. Desgraciada. No tienen porqué
Nodriza: Ojalá nunca hubieran vuelto de su viaje a la cargan con la culpa de su padre ¿Qué será de ellos?
Cólquide; ojalá nunca hubieran vuelto con el vellocino
de oro dándole gloria a Jasón. Coro: Se escuchan los gritos de esta desdichada; su ira
está más viva que nunca. Sus sollozos se escuchan hasta
Ama: Así nunca habría traicionado a su padre mi el Olimpo.
señora Medea. Así nunca hubiera escapado con el
héroe Jasón. Así nunca este le habría roto el corazón. Ama: Medea solloza mientras Jasón visita lechos
Ahora todo se nubla para ella. tiranos.
Nodriza: Jasón, te has vuelto un traidor. Ahora quieres Nodriza: Medea no escucha palabras amistosas; no
casar a la hija de Creonte y olvidar a tu familia, Medea quiere oír.
y sus hijos.
Medea amante: Que el fuego del cielo me atraviese el
Ama: Pobre Medea, consumiendo sus lágrimas, pecho. Nada tiene sentido.
abandonada en el desconsuelo. Llora por su padre, al
que traicionó por huir con Jasón y ahora llora por este
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Nodriza: La ira de esta madre no se calma con
desahogos.
Coro: Ojalá olvidara sus malignas intenciones. Ojalá
Medea no emprenda su carrera loca. Ojalá hablara con
nosotros y nos escuchara.
Ama: No hay palabras que convenzan a esa leona.
Medea vengativa: No me acusen de soberbia, señores.
Digo lo que siento. Mala fama se han hecho los que
vivieron sus penas en silencio.
Medea dulce: Un acontecimiento sin precedentes ha
caído sobre mí. Estoy acabada, ¿debo morir?
Medea amante: El hombre que era todo para mí,
resulta ser la escoria de los hombres. Pobres de
nosotras: compramos marido a precios altísimos.
Pagamos por su compañía, por pertenecerles.
Perdemos nuestra inocencia, imponen su yugo y, a la
primera oportunidad, nos traicionan. Es mejor morir.
Las tres Medeas: Y dicen que no pasamos riesgos por
quedarnos en la casa y atenderlos. Estúpido
razonamiento.
Medea dulce: Yo, por mucho, prefiero las heridas de la
guerra a las del parto o a esta invisible que Jasón me
hizo en el corazón.
Medea vengativa: Ah, Glauce, tienes a tu padre, una
casa, patria y a mi marido, por supuesto. Yo no tengo
más que la inmensidad de la tristeza.
Medea amante: Me humilla Jasón, mi marido. A mí,
que su botín de guerra fui.
Las tres Medeas: Voy a encontrar la forma de
vengarme, de castigarlos a los tres, padre, hija y yerno
pérfido. Pero guarden silencio, señores, no sea que
alimentemos los oídos de los traidores.
Corifeo: Debes vengarte, Medea. Tienes derecho. Te
han ultrajado. Aquí viene uno de los ofensores.
ACTO III
Suena un timbre. En la puerta de la casa de Medea.
Creonte y Medea
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Creonte: Te hablo, Medea, que hierves de ira. Sal de
mis tierras hacia el exilio. Que sea pronto. Vete con tus
hijos.
Medea dulce: Ay, desdichada. Ya lo veía venir. Te
parezco tal mala ¿Qué te motiva a herirme? A sacarme
de aquí.
Creonte: Temo que causes daños irreparables a mi
familia, mujer. Temo por mí también. Tus brebajes y
pociones mala fama te han traído. Y al ser familia de
Circe no me puedo confiar. Sal de mis tierras. Anda.
Sin chistar.
Medea dulce: Pero ¿qué mal te puedo hacer, rey de
estas tierras? No voy a enfrentar a un soberano. Es
cierto que odio a mi marido, pero tú has actuado como
buen padre al buscarle un gran hombre a tu hija.
Medea amante: Aunque fuera mi marido.
Creonte: No son ofensivas tus palabras y eso me
intranquiliza más; debes partir ahora, Medea.
Medea dulce: No lo hagas, Creonte soberano. (Se
abraza a los pies de Creonte)
Creonte: ¿Enloqueciste, mujer? A la fuerza te
expulsaré.
Medea dulce: Sabes bien que no merezco esta
humillación. Dame un día. Uno nada más. Me iré
mañana y nunca más me verás. Ten en cuenta que no
tengo lugar dónde llegar.
Creonte: Que sea esa mi voluntad, Medea. Mañana
cuando salga la primera lumbre saldrás tú también de
mis tierras. No nos veremos más.
Sale Creonte.
Corifeo: Das pena, mujer. No tienes dónde ir.
Medea vengativa: ¿Creen que si no lo hubiera planeado
le habría rogado a ese infeliz? Morirán los tres, el
padre, la hija y mi marido. Mis venenos los conducirán
a su destino.
Medea dulce: ¿Quién nos hospedará? ¿Quién se
apiadará de nosotras? ¿Quién nos brindará su
protección?
Medea amante: Qué artista más experta. Gracias a
Circe sabemos tanto de amar como de venenos. En
marcha.
Medea cierra las puertas.
ACTO IV
Coro: La hora del respeto se acerca
Jasón: Dirás que Jasón fue el peor de los hombres,
mujer, pero no puedo engañarte, ni engañar a mi
corazón. Por la deuda que tengo contigo y con mis
hijos, deseo que salgas de aquí. Te daré lo que
necesites. Pero lejos de este lugar. Veré que no te falte
nada. (Mientras se va)
Medea amante: No tienes cara para venir aquí,
miserable. Herir a tu esposa y verle cuando está caída,
dime, ¿es eso valentía?
Medea vengativa: ¡Cobarde! Sufrirás con mis palabras.
Medea amante: ¿Es que acaso no recuerdas que fui yo
quien te dio el vellocino que te trajo gloria? ¿Qué fui
yo quien te libro de Pelias? ¿Qué fui yo quien te libró
de temores?
Medea dulce: Y a cambio me das este trato, como si yo
fuera una criminal. Te vas a un nuevo lecho y alejas a
tus hijos y a la mujer que te los dio.
Las tres Medeas: No hay excusa, Jasón.
Medea amante: Me has avergonzado, infame.
Medea vengativa: Me has decepcionado, traidor.
Medea dulce: Pero, como si aún fueras mi amigo te voy
a preguntar. A dónde me recomiendas ir, ¿Al palacio
de mi padre? ¿Al quien traicioné por ti?
Medea vengativa: Claro, le llevaré a los hijos del que me
traicionó.
Jasón: (devolviéndose) Fuiste tú quien se enamoró,
Medea. Conmigo recibiste más de lo que merecías.
Debieras agradecer que te saqué de esas tierras
bárbaras. Se ve que nunca cimentamos nuestra unión.
Aun así, quiero lo mejor para ustedes. Agradece que a
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tus hijos les voy a dar hermanos reyes. Ve con bien y
que los dioses los protejan ¿Sin resentimientos?
Coro: ¡Traidor!
Medea amante: Vete, infame. Correa a los brazos de tu
nueva esposa.
Medea vengativa: Sé feliz mientras puedas. Si los dioses
me consienten, mañana te arrepentirás de esa boda.
ACTO V
Egeo toca a la puerta de Medea
Egeo: Que placer saludarte, Medea.
Medea dulce: Creo que yo seré la que más gracias dé
por este encuentro. ¿Qué haces tan lejos de tu patria?
Egeo: Vine del oráculo. Buscaba respuestas. Parece
que los dioses no me quieren dar hijos.
Medea dulce: Tengo solución para tus problemas y tú
tienes solución para los míos. Yo te daré hijos, mis
brebajes son infalibles. Tú me protegerás en Atenas, si
esa es, mi rey, tu voluntad.
Egeo: Así sea Medea. Me iré y no preguntaré más.
Mandaré por ti y serás bienvenida en mi reino. Si me
das hijos yo mismo me encargaré de tu felicidad. Te
llenaré de regalos.
Egeo Sale de escena
Medea vengativa: (A Corifeo) Ese será mi plan. Mis
hijos llevarán regalos a la princesa. Regalos
envenenados. Zeus protector lo consentirá.
Medea dulce: Una fina corona y un bellísimo velo.
Medea amante: Debemos prepararnos para la victoria
y preparar también a nuestros hijos.
Medea vengativa: Nunca nadie pensará que Medea es
una débil, una cobarde. Me vengaré de Jasón, le
morderé el corazón. Deben morir también sus hijos.
Corifeo: No te atrevas, mujer, que no hay culpa en sus
inocentes almas. Serás la más desgraciada entre las
mujeres.
Medea vengativa: Seré desgraciada, pero también dura
con mis enemigos.
Corifeo: Pero en este caso van a pagar esas deudas tus
hijos. Piensa en su sangre al derramarse, la sangre en tu
mano y tu corazón impávido. Nunca se borrará de tu
memoria el dulce brillo de sus ojos.
Entra Jasón
Jasón: Me olvidé dos o tres cosas.
Medea dulce: Perdón, Jasón.
Medea amante: No puedo estar mal con el hombre que
amo. He tomado la decisión de partir al amanecer. Y
quiero simplemente agradarte hasta que me vaya.
Medea vengativa: Tengo dos regalos para Glauce
(Ofreciendo los regalos). Los llevarán los niños. Así los
recibirá.
Jasón: Haces bien en hablar de esa manera. Creo que
las cuentas están siendo saldadas. Que los dioses sean
testigos del buen ánimo de tu corazón y te guarden un
buen destino. Mis mejores deseos, Medea.
Medea dulce: Mis pequeños. Lleven a la princesa estos
bellos regalos de despedida y no demoren mucho,
mañana partiremos temprano.
Salen los niños. Entregan los regalos a Glauce. Los
niños vuelven a casa. Glauce muere envenenada.
Creonte la abraza y también se envenena. Jasón llora y
busca a Medea.
ACTO FINAL
Jasón en la puerta de la casa de Medea
Jasón: ¡Desgraciada! Caigan sobre ti todos los males.
Sufrieron tus venenos mi esposa y su padre. Oh, que
horror. ¡Bruja!
Medea amante: Todo es tu culpa, mi amor.
Medea vengativa: Te lo advertimos, te arrepentirías.
Jasón: ¿Cómo pudiste untar los presentes que cargaron,
inocentemente, tus hijos? No mereces ni el desprecio.
Sal para que te castigue la ley, ¡Bruja! Y trae aquí a mis
hijos, el pedazo de corazón que me queda.
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Entra un carro conducido por dragones
Medea vengativa: Ese es el problema de ustedes los
hombres simples, no ven más allá de lo obvio. Cuando
provocamos un simple dolor, estamos promoviendo
una simple venganza. Pero esto no tiene nada de
simple, Jasón, traidor. Te dolerá tan profundamente
que desearás no haber llegado nunca a la Cólquide.
Deearás no haberme conocido. Desearás no haber
nacido. Escucha el clamor de tus hijos mientras se
cierran para siempre sus bocas.
Medea dulce: Te mentiría si te digo que no duele,
embustero, pero todo esto es tu culpa.
Medea amante: Nunca nos veremos de nuevo, Jasón
mi amor, mi amante, mi amigo infiel.
Medea vengativa: Pobres criaturas, cómo los ha
perdido la locura de un padre.
Las tres Medeas: Es tuya la culpa, Jasón.
Cubren todos a las Medeas y sólo el cuchillo se alza
sobre ellas. Suben al carro enviado por Apolo.
Jasón: Abre esa puerta. No te atrevas. Es tu sangre.
Infame bestia. Madre sin corazón. Muerdes el tuyo
para romper el mío. Cómo vivir y a quien llorar si ni
siquiera me dejas sus cuerpecitos, libres de vida. Que
te castiguen los dioses, bruja sin misericordia,
abominable bestia. Lloro a mis hijos y porgo por testigo
a los dioses, la mano asesina es de esta leona
despiadada.
Corifeo: Con inesperados y horribles acontecimientos
se tejen ciertas historias. Lo que habría de suceder, no
sucedió nunca y lo que esperábamos, nunca se
cumplió. Lo inesperado se abre paso.
Mientras salen las Medeas en el carro, con los niños
en sus piernas
Fin
Adaptado por Sergio Alexánder Mantilla
Para el Colegio Balbino García
Promoción 2018