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1. Antecedentes
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convocatorias 2016 y 2017
Dentro de las causas por las que un oficial puede pasar de la situación de actividad a
la situación de retiro se encuentra la denominada renovación, que procura la
sustitución constante de los cuadros con la finalidad de cumplir con los fines para los
que la institución ha sido concebida. La renovación persigue la idoneidad de los
efectivos policiales para el cumplimiento de sus funciones.
Renovación es la acción y efecto de renovar, que significa cambiar una cosa vieja, o
que ya ha servido, por una nueva. Así, se puede llegar a la conclusión inmediata que
se pretendió normar el retiro del servicio efectivo de aquellos oficiales que no
contaban con mayores expectativas dentro de la estructuración policial, por
encontrarse constantemente inaptos para los procesos de ascensos, por haber
alcanzado el límite de edad en el rango según el escalafón interno, por no contar con
las condecoraciones en su grado, o no haber cursado los cursos de perfeccionamiento
necesarios para ascender, por exceso en el lapso de tiempo en la situación de
disponibilidad, por falta de méritos profesionales, y a su propio derecho.
En ese contexto, el Decreto Legislativo 1242, norma que modificó el artículo 87º
del Decreto Legislativo 1149, Ley de la carrera y situación de personal de la Policía
Nacional del Perú, señalan expresamente que esta medida –es decir, la renovación de
cuadros– es regida por dos modalidades:
No obstante, ninguna de las normas citadas –el Decreto Legislativo 1149 y el Decreto
Legislativo 1242–, han establecido causales objetivas para la aplicación de pase al
retiro por causal de renovación de cuadros (sea este ordinario o excepcional), pese a
que el precedente vinculante de la STC 090-2004-AA/TC expone largamente cómo
es que debe aplicarse la discrecionalidad en los procesos de renovación de cuadros en
la Policía Nacional del Perú.
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Respecto con los actos no reglados o discrecionales, los entes administrativos gozan
de libertad para decidir sobre un asunto concreto dado que la ley, en sentido lato, no
determina lo que deben hacer o, en su defecto, cómo deben hacerlo. Se trata de una
herramienta jurídica destinada a que el ente administrativo pueda realizar una gestión
concordante con las necesidades de cada momento. Por tanto, la discrecionalidad
tiene su justificación en el propio Estado de derecho, puesto que atañe a los
elementos de oportunidad, conveniencia, necesidad o utilidad; amén de las
valoraciones técnicas que concurren en una gran parte de las actuaciones de la
administración estatal.
El interés público tiene que ver con aquello que beneficia a todos; por ende, es
sinónimo y equivalente al interés general de la comunidad. Su satisfacción
constituye uno de los fines del Estado y justifica la existencia de la organización
administrativa. El interés se expresa como la confluencia del valor que una cosa posee
en sí misma y como la consecuencia de la inclinación colectiva hacia algo que resulta
atractivo, apreciable y útil. De allí que Fernando Sainz Moreno[2] plantee que la
noción interés público se entienda como expresiones del valor público que en sí
mismo tienen ciertas cosas; o bien como expresión de aquello que únicamente interesa
al público.
Consecuentemente, el interés público es simultáneamente un principio político de la
organización estatal y un concepto jurídico. En el primer caso opera como una
proposición ético-política fundamental que informa todas las decisiones
gubernamentales; en tanto que en el segundo actúa como una idea que permite
determinar en qué circunstancias el Estado debe prohibir, limitar, coactar, autorizar,
permitir o anular algo.
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contra la corrupción en la PNP
Al respecto, Juan Igartua Salaverría[3], precisa que “la administración, está obligada
a justificar las razones que imponen la decisión en el sentido del interés público de
una manera concreta y específica y no con una mera afirmación o invocación
abstracta”. Esta definición de interés público resulta ser de singular relevancia
puesto que, al tener la necesidad jurídica de que –para que sea legalmente válida– una
decisión sustentada en la discrecionalidad exponga su interés de manera concreta y
no abstracta. Esta misma exigencia debe cumplirse en el proceso de renovación de
cuadros excepcional contenido en el Decreto Legislativo 1242, norma que modificó
el artículo 87º del Decreto Legislativo 1149, Ley de la carrera y situación de personal
de la Policía Nacional del Perú.
24. Sobre este extremo, cabe señalar que ello no corresponde ser analizado en esta
vía, toda vez que existe una vía procedimental específica, idónea e igualmente
satisfactoria para ese tipo de pretensiones.
24. Sobre este extremo, cabe señalar que ello no corresponde ser analizado en esta
vía, toda vez que existe una vía procedimental específica, idónea e igualmente
satisfactoria para ese tipo de pretensiones.
25. Con relación al pedido de remisión de los actuados al Fiscal Provincial en lo Penal,
de conformidad con el artículo 8 del Código Procesal Constitucional, cabe
precisar que, no habiéndose acreditado un ánimo doloso en el pase al retiro de los
señores Alcides Honorato López Pardave, Jorge Ernesto Raffo Lecca, Eduar
Wilfredo Cáceres Castro y Carlos Alberto Conde Vela, por la entidad demandada, o
indicio alguno que haga presumir la existencia de un delito, dicha pretensión debe
ser declarada improcedente.
Como se advierte, tal fundamentación está referida a los derechos del cargo, no a los
derechos del grado[7]; que son cuestiones distintas, conforme lo previene el Decreto
Legislativo 1149, modificado por el Decreto Legislativo 1242.