Teorias

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La teoría heliocéntrica sostiene que la Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol (Estrella

del Sistema Solar). El heliocentrismo, fue propuesto en la antigüedad por el griego Aristarco de
Samos, quien se basó en medidas sencillas de la distancia entre la Tierra y el Sol, determinando un
tamaño mucho mayor para el Sol que para la Tierra. Por esta razón, Aristarco propuso que era la
tierra la que giraba alrededor del Sol y no a la inversa, como sostenía la teoría geocéntrica de
Ptolomeo e Hiparco, comúnmente aceptada en esa época y en los siglos siguientes, acorde con la
visión antropocéntrica imperante.

Más de un milenio más tarde, en el siglo XVI, la teoría volvería a ser formulada, esta vez por Nicolás
Copérnico, uno de los más influyentes astrónomos de la historia, con la publicación en 1543 del libro
De Revolutionibus Orbium Coelestium. La diferencia fundamental entre la propuesta de Aristarco
en la antigüedad y la teoría de Copérnico es que este último emplea cálculos matemáticos para
sustentar su hipótesis. Precisamente a causa de esto, sus ideas marcaron el comienzo de lo que se
conoce como la revolución científica. No sólo un cambio importantísimo en la astronomía, sino en
las ciencias en general y particularmente en la cosmovisión de la civilización. A partir de la
publicación de su libro y la refutación del sistema geocéntrico defendido por la astronomía griega,
la civilización rompe con la idealización del saber incuestionable de la antigüedad y se lanza con
mayor ímpetu en busca del conocimiento.

Doctrina de Ptolomeo

La doctrina de está expuesta en el libro «Sintaxis matemática» más conocido por el pomposo
nombre árabe de «Almagesto», que significa «el grande». En este libro, al principio, expone sus
hipótesis fundamentales: Los cielos son esféricos y se mueven circularmente en torno a un eje fijo.

1: «Dado que la Tierra es el elemento más pesado y todas las cosas pesadas son conducidas hacia
ella y tienden hacia su auténtico punto medio, quedando inmóviles en el centro. En consecuencia
tanto más descansará toda la Tierra en el centro y ella que recibe en si todo lo que cae, permanecerá
inmóvil por su peso.».

2: La Tierra es esférica, puesto que por cualquier parte se apoya en su centro...

3: La Tierra está exactamente en el centro del cielo como un punto geométrico, así que el horizonte
biseca el ecuador y la eclíptica en dos partes iguales.

4: Aristóteles decía que el movimiento de un cuerpo simple es simple y los clasifica en rectos (hacia
arriba y hacia abajo) y circulares que son los que asigna a los cuerpos celestes. Ptolomeo, en un
principio, había tomado en consideración el movimiento de la Tierra, por lo menos el de rotación,
pero, partiendo de la Física de Aristóteles, lo rechazó: «Consecuentemente dice Tolomeo de
Alejandría si la Tierra diese vueltas, al menos una revolución diaria, su movimiento tendría que ser
muy violento y su rapidez insuperable, ya que en 24 horas recorrerá todo el ámbito de la Tierra.

Este movimiento vertiginoso lanzaría de repente todas las cosas y parecerían incapaces de unirse, y
más bien se dispersaría lo unido, a no ser que por alguna fuerza de coherencia las mantuviera en su
unidad, y hace tiempo la Tierra dispersada se habría elevado al mismo Cielo (lo que es totalmente
ridículo) y con mayor motivo los seres animados y demás cosas sueltas en manera alguna
permanecerían estables. Pero tampoco las cosas que caen se dirigirían en línea recta al lugar
destinado para ellas ni en la perpendicular al desplazarse entre tanto (la posición) por tanta rapidez.
Y también veríamos que las nubes y cualquier otra cosa pendiente en el aire, siempre eran
arrastradas hacia el ocaso.»

5: Se fija la tarea de demostrar que todos los fenómenos del firmamento son producidos por
movimientos circulares y uniformes. El problema planetario lo resuelve demostrando que «la
aparente irregularidad de los cinco planetas, el Sol y la Luna pueda representarse por medio de
movimientos circulares uniformes, porque sólo tales movimientos son apropiados para su divina
naturaleza.»

Sistema ptolemaico

En el sistema ptolemaico, cada planeta es movido por dos o más esferas: una esfera es su deferente
que se centra en la Tierra, y la otra esfera es el epiciclo que se encaja en el deferente. El planeta se
encaja en la esfera del epiciclo. El deferente rota alrededor de la Tierra mientras que el epiciclo rota
dentro del deferente, haciendo que el planeta se acerque y se aleje de la Tierra en diversos puntos
en su órbita, inclusive haciendo que disminuya su velocidad, se detenga, y se mueva en el sentido
contrario (en movimiento retrógrado). Los epiciclos de Venus y de Mercurio están centrados
siempre en una línea entre la Tierra y el Sol (Mercurio más cercano a la Tierra), lo que explica por
qué siempre se encuentran cerca de él en el cielo.

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