Está en la página 1de 4

Aprenda a volar aviones

Volar un aeromodelo es una experiencia casi única; y esto de "unico" se dice por
muchas razones. Aparte de la emoción que supone ser capaz de dominar nuestro modelo
y hacerlo evolucionar en las tres dimensiones según nuestros deseos, hay otras cosas,
sobre todo en los primeros vuelos, capaces de hacernos sentir emociones fuertes. En
concreto, ninguna persona "norrnal" sabe como funciona un aeromodelo (u otro avión
de cualquier tamaño) ni tiene una idea aproxima de cómo reacciona un modelo volante a
los mandos que lo hacen funcionar. Estas reacciones son bastante peculiares y para
aprenderlas hace falta una cierta práctica . El problema es que en media hora de práctica
sin supervisar, una persona normal puede romper una docena de aeromodelos y eso es
capaz de descorazonar a cualquiera. ¿Cómo se puede arreglar este problema?

Aprenda bajo tutela

Si usted pretende aprender a jugar al golf, lo más probable es que vaya usted a un cluby
pida unas clases ¿no?. Pues bien, eso mismo es lo que le recomendamos ahora: vaya a la
tienda donde adquirió su modelo, y donde probablemente le hayan resuelto algunas
dudas sobre su construcción y pregunte donde hay un club de aeromodelismo. En ese
club, un sábado o domingo por la mañana, se encontrarán unos cuantos modelistas que
le puedan echar una manita. No se corte usted un pelo en ir a pedir ayuda, a que le
comprueben si el modelo está en orden (haremos un artículo sobre todo lo que puede
estar mal en un modelo aparentemente "bueno" y en pedir a un aficionado durante
varios fines de semana para que le enseñe a volar el modelo: el 99% de los aficíonados
del club habrán hecho lo Mismo cuando empezaron.

El metodo tradicional de ¿aprender?

Hay una forma de aprender a volar aeromodelos diferente, que consiste en ir a un


descampado cualquiera, amplio, y sin nadie a la vista. Una vez allí, se pone en marcha
el modelo y avolar, que seguro que no es tan difícil. Conocemos los resultados: mucho
tiempo para ajústar el motor , damos gases, y en escasos segundos el modelo está en el
suelo, y probablemente roto. Es posible aprender, pero a fuerza de romper modelos (eso
sí, seguro que aprenderá usted a reparar aviones de forma excelsa), y no más de un 10%
de los que así lo inten tan llegan a aprender.

Fases del vuelo

En cada vuelo de un modelo, hay tres fases: el despegue, el vuelo propiamente dicho y
el aterrizaje. Es evidente que cada vuelo debe constar de las tres, ejecutadas de forma
correcta. También es evidente que las dos fases realmente peligrosas para la integridad
de nuestro modelo son la primera y la última, por realizarse por fuerza muy cerca del
suelo y con poco tiempo para las posibles correcciónes. Estas dos fases no las debe
ejecutar el novato sino el instructor, al menos hasta que se tenga una cierta pericia
volando el modelo.
El transcurso del primer vuelo debe ser diferente de lo que nosotros esperamos. Es de
suponer que el aficionado y presunto piloto dispone de un avión adecuado, tanto en
cuanto a su elección y diseño como en lo referente a la construcción, montaje de motor
y radio, etc. El instructor debe verificar todos estos puntos, así como el correcto
funcionamiento de la radio y del motor; este debe estar rodado, adecuadamente
carburado y ser capaz de mantenerse al ralentí y a plenos gases sin señales de mal
funcionamiento.

Doble mando

Al igual que cuando dimos nuestras primeras clases prácticas en al autoescuela, el


control sobre el modelo debe poder pasar de novato a instructor de forma lo más rápida
y segura posible. Esto se puede hacer de dos maneras: la tradicional, que consiste en
pasarse fisicamente la emisora de la mano del alumno a la del instructor y el doble
mando electrónico, que utiliza dos emisoras. El sistema tradicional tiene como ventaja
su bajo coste y su simplicidad. Tiene, no cabe duda, algunos inconvenientes, pero de
orden estético: a veces resulta algo feo (bueno, desairado, ya que "además la emisora es
suya") tener que arrebatar al emisora a tirones a un alumno petrificado por el pánico, al
ver que su modelo va hacia el suelo a gran velocidad.
El sistema "electrónico" consiste en unir las emisoras (que deben ser iguales) con un
cable especial. El emisor del instructor tiene un interruptor: cuando está accionado, el
alumno tiene el control; al dejarlo de accionar el alumno tiene el control. En algunas
emisoras modernas se pueden transferir todas o solo alguna de las funciones para
simplificar él aprendizaje. El único inconveniente es la necesidad de disponer de dos
emisoras iguales.

Nuestros primeros minutos

Una vez el modelo en el aire, el instructor lo ajustará de forma que vuele sin desviarse.
Una vez hecho esto, y con el modelo a una altura segura (cuanta más mejor, siempre y
cuando veamos bien el modelo) y con el sol a nuestra espalda, ya podemos poner
nuestras sudorosas manos en la emisora. Lo primero que hay que aprender es sencillo:
llevar el modelo recto y nivelado (esto es, con las alas a la misma altura). El primer
problema se hace aparente de forma inmediata: no sabemos cúanto hay que mandar para
obtener una determinada respuesta del modelo. En los primeros minutos (hay quien
aprende antes), lo habitual es aplicar demasiado mando, con lo que conseguimos que el
modelo vaya dando "bandazos" (si hablamos de la dirección o alerones) o subiendo y
bajando si tocamos la profundidad. Lo que hay que aprender es a mandar lo menos
posible para que el modelo vaya por donde queremos. En caso de necesidad, el
instructor puede reducir el mando en la emisora o, si esta dispone de ellos, aplicar los
reductores de mando o dual rates, que hacen el modelo menos sensible a nuestros dedos.
Si hemos elegido un entrenador adecuado, el modelo corregirá las pequeñas
desviaciones solo (digamos que si inclinamos las alas 3Oº volverá a volar nivelado.

Modere su velocidad

Además de comprobar que los mandos son más sensibles de lo que se espera, el otro
problema inmediato es que nuestro avión tiene una molesta tendencia a desaparecer en
la lejanía en pocos segundos: todo sucede con demasiada velocídad. Hay que darse
cuenta de que un entrenador puede volar a casi cien kilómetros por hora, y a esta
velocidad no podemos ver el modelo en pocos segundos. La solución a este problema es
sencilla: si nuestro modelo es un entrenador de tamaño medio, basta con reducir motor
hasta que vuele a velocidad media-baja sin perder altura. Pidale al instructor que lo
trime de nuevo y pruebe, tendrá el doble de tiempo para pensar... y si comete errores,
hay más tiempo para corregirlos.

Y ahora ¿c6mo se gira?

A los pocos segundos de volar en línea recta, es evidente que hay que hacer que el
modelo gire. El giro de un avión no se produce igual que el de un coche: recuerde que
nos movemos en tres dimensiones. Salvo muy raras excepciones, como los veleros muy
estables y lentos, la aplicación de un solo mando (dirección) no hace que el modelo gire
según nuestro deseo, sino otras cosas. Por ejemplo: si aplican "dirección" a su
entrenador de ala alta, el modelo se inclinará hacia ese lado, girará un poco (faltaría
más) y acto seguido indinará el morro hacia el suelo, hacia el que se precipitará acto
seguido.
Entonces ¿como se gira? Hay que coordinar una serie de acciones. Primero aplicamos
dirección con suavidad hasta que las alas del modelo se inclinan unos 30 grados.
Entonces hay que dejar de aplicar dirección y tirar de la profundidad hacia arriba. Con
esto, y si las cantidades de dirección y profundidad son las correctas, el modelo
describirá un viraje y continuará virando mientras sigamos tirando de la profundidad
hacia arriba. Cuando el modelo apunta en la dirección deseada, dejaremos de dar
profundidad y nivelaremos las alas, aplicando dirección con suavidad hacia el lado
opuesto.

Los primeros virajes

Hay dos normas básicas para hacer nuestros primeros virajes: primera, hacerlos hacia
"afuera": si el modelo vuela hacia nuestra derecha, el viraje debe hacerse a la izquierda.
El objetivo de esto es evitar que el modelo se nos ponga de frente, haciendo que el
modelo vuele haciendo ochos muy largos. Cuando el modelo apunta directamente hacia
nosotros, la impresión es que el mando de dirección (o alerones) funciona al revés: al
intentar gira a la derecha, el modelo se va a nuestra izquierda. Esta es una situación que
para el novato es altamente peligrosa, y si el instructor no se anda listo el modelo puede
acabar en el suelo.
La segunda norma de los primeros virajes es hacerlos con suavidad. Esto se consigue
inclinando poco el modelo al comenzar el viraje. Como norma, cuanto más se inclina el
modelo, más profundidad deberemos aplicar para evitar que pierda altura y más cerrado
sale el viraje. Esto, llevado sus extremos, hace que un piloto experto haga giros muy
cerrados con las alas del modelo inclinadas más de 60º.

Correcciones

Hay que aprender a corregir los virajes que no se ajustan a nuestro gusto u objetivo. En
realidad estas correcciones están destinadas a conseguir que el modelo haga lo que
nosotros queremos; hay una serie de problemas (pocos) que debemos aprender a
arreglar desde los primeros vuelos. 1) El modelo pierde altura en los virajes: se debe a
que las alas del modelo están demasiado inclinadas: Las soluciones son diversas: (a>
aplicar menos dirección al iniciar el viraje volar algo más rápido utilizando el mando de
gases, que para eso está. 2) El modelo gira poco: poca inclinación al empezar el viraje.
Aplicar más 3) El modelo no acaba el viraje (se cuelga y vuela con el morro hacia
arriba, deja de virar): algunos modelos necesitan que se siga aplicando algo de dirección
durante casi todo el viraje. Control de la altura ¿Cómo creen que deben controlar la
altura? Es probable que crean que esta regulación se hace mediante la profundidad:
empujando la palanca, el modelo pica y pierde altura y viceversa. Esto es cambiar altura
por velocidad, y solo sirve para hacer pasadas a toda velocidad. En cuanto al viceversa
(tirar atrás de la profundidad para subir), comprobarán que el modelo se queda sin
velocidad y sí insistimos deja de volar "entra en pérdida").. Recuerden: la altura se
controla con el mando de gases. Para bajar cortamos motor gradualmente, y el modelo
irá perdiendo altura. Para ganarla, damos gases y elevamos suave mente el morro del
modelo. Es muy importante entender este concepto desde los primeros vuelos para
cuando estemos
Aprendiendo a aterrizar.

Objetivo en los primeros vuelos

Con lo que hemos contado, tendrán ustedes material suficiente para ir haciendo
prácticas. El objetivo que debemos conseguir es ser capaces de volar el modelo en una
trayectoria determinada. Hay que ser capaz de mantener nuestro avión en una zona del
campo determinada. Pasados unos cuantos vuelos veremos que adquirimos soltura en la
realización de virajes, y que desaparece el agobio de tener que pensar en cada momento
del viraje qué mando es el que tenemos que accionar. Sobre todo, mientras estén en
proceso de aprendizaje acudan al campo todos los días posibles y practiquen,
practiquen, practiquen. Buenos vuelos.
Salvando las distancias, volar un aeromodelo es algo parecido a montar en bicicleta: una
vez que hemos montado un par de días, el viraje, su inclinación y el pedaleo se hacen
armoniosos y espontáneos. Lo mismo pasa con la realización de virajes y pasadas a lo
largo del campo. Ésto es lo básico para poder volar tu avión. Muy pronto incluiré como
hacer circuitos y las primeras aproximaciones, y después como Aterrizar y despegar.

También podría gustarte