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LeyesdelReino-pAT rOBERSON PDF
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Pat Robertson
Pat Robertson
Las Leyes
Del Reino
Una promesa de esperanza y libertad
en un mundo lleno de confusión
Versión:
Proyecto La Luz
© 2009
CBN, The Christian Broadcasting Network. Inc.
Impreso en Lima – Perú
Indice
LAS PREGUNTAS MAS
INQUIETANTES DE LA VIDA 7
1.- ¿Porqué hay maldad en el mundo? 7
2.- ¿Amará alguna vez el hombre a su prójimo? 8
3.- ¿Cuándo será el fin del mundo? 9
4.- ¿Hay vida después de la muerte? 10
5.- ¿Cómo es el cielo? 11
6.- ¿Cómo puedo ser una persona mejor? 12
7.- ¿Cómo es Dios? 14
8.- ¿Es divino Jesucristo? 14
9.- ¿De dónde procede el hombre? 15
10.- ¿Qué es el pecado original? 15
Reflexionando 17
Uno La ley de la reciprocidad 18
Dos La ley de uso 21
Tres La ley de la perseverancia 24
Cuatro La ley de la responsabilidad 26
Cinco La ley de la grandeza 28
Seis La ley de la unidad 30
Siete La ley de los milagros 32
Ocho La ley del dominio 34
Nueve La ley de la fidelidad 36
Diez La ley del cambio 38
PAT ROBERTSON RESPONDE A LAS
PREGUNTAS MAS
INQUIETANTES
DE LA VIDA
5. ¿Cómo es el cielo?
puede ver en la vida de los que antes odiaban a otros que aho-
ra sienten amor. Aún hay más evidencias; algunos estaban
muriendo de cáncer y a otros les dijeron que no volverían a
caminar pero el Señor les dio la salvación y mucho más. Las
pruebas son abrumadoras, Jesucristo es el Hijo de Dios y
quiere extenderte su amor. Pídele a Jesucristo que tome tu vi-
da. Con tus propias palabras, entrégale el control a Él y dile
que te arrepientes de tus pecados y que deseas apartarte de
ellos con su ayuda. Entonces te comprometes a seguirlo a
donde Él te guíe.
Así sabrás que para todas la preguntas solo hay una res-
puesta: la respuesta es Jesucristo.
7. ¿Cómo es Dios?
Sí, hay esperanza; sí, hay solución para este mundo que
está en una grave crisis de valores, donde no hay respeto para
la vida humana y donde reina la anarquía y el caos.
LA LEY DE LA
RECIPROCIDAD
Un principio universal
La ley de la reciprocidad es un principio del reino que
abunda en el mundo físico visible. Si sonríe a alguien, esa
persona le sonreirá. Si le pega a alguien, esa persona le
devolverá el golpe. Es una ley que forma parte del universo,
es una ley inmutable.
¿Qué es el diezmo?
La palabra significa “la décima parte”. Malaquías se re-
fiere a “los diezmos y ofrendas”. Se podría decir, pues, que
no se ha dado ofrenda hasta que se haya dado el diezmo. Por
tanto, muchas personas pasan por alto el mínimo del diez
por ciento y dan de la abundancia de su provisión. Lo peor
que la gente hace, casi siempre, cuando vienen los tiempos di-
fíciles es cortar el diezmo, pero es el momento de comenzar
a dar más. “Probadme”, dice el Señor. “Dad y se os dará”.
a los ríos.
El Gobierno: la enorme burocracia gubernamental desa-
parecería si los hombres comenzaran a tratarse los unos a los
otros como Dios quiere.
LA LEY
DEL USO
La curva exponencial
Mano a mano con la ley del uso funciona la curva expo-
nencial. El Señor explicó cómo dos de los siervos duplicaron
lo que se les había dado. Anualmente, entonces, sus ganan-
cias habrían sido sorprendentes. Si hubieran comenzado
con $100 dólares y hubieran duplicado anualmente al cabo
de veinte años sumarían $50 millones. Él mostró cómo a tra-
vés de un ejercicio diligente y paciente de los dones que Él
nos otorga, podemos entrar en la prosperidad y la abundan-
cia del mundo invisible.
LA LEY DE LA
PERSEVERANCIA
Lecciones de la historia
LA LEY DE LA
RESPONSABILIDAD
Rango y responsabilidad
A principios de siglo diecinueve Gastón Pierre Marc es-
cribió una expresión de dos palabras: “noblesse obligue”. La
expresión obliga a la gente de alto rango, posición o privile-
gio de comportarse de manera noble, amable y responsable
hacia los demás.
La cuestión de la libre empresa
El sistema económico de la libre empresa es el que mejor
suple la necesidad de libertad que Dios da para nuestra exis-
tencia. En su libro, La Riqueza y la Pobreza1, el autor
George Gilder, insiste en que “el dar es el impulso vital y el
centro moral de la libre empresa”. El dar es una cualidad in-
nata de la libre empresa. ¿Pero qué decimos de la responsabi-
lidad? A medida que crece el éxito, aumenta la responsabili-
dad. ¿Corresponde esto al nivel en que se cumple esa respon-
sabilidad? He ahí el problema.
Un ejemplo de esto son los cristianos evangélicos que se
encuentran aliados a los conservadores en lo relacionado con
la economía y la política. A estos se les ha dado mucho y solo
se han concentrado casi exclusivamente en la salvación per-
sonal, pasando por alto su responsabilidad hacia una política
pública inteligente, hacia los asuntos internacionales y hacia
los desposeídos.
A quien mucha luz se le ha dado mucho se le demanda.
La bendición trae unida la responsabilidad. Una absoluta de-
dicación a la verdad haría progresar la causa del cristianismo
evangélico, acaso hasta el punto de ganar el mundo, proeza
que hasta ahora no hemos podido alcanzar.
LA LEY DE LA
GRANDEZA
T
odo el mundo desea ser grande, pero a causa de
las debilidades humanas pensar así puede traer
malos resultados. Jesús estableció un principio,
en dos partes, al que se ha denominado la ley de la grandeza.
En una ocasión le preguntaron: “¿Quién es el mayor en el rei-
no de los cielos?” En Mateo 18:2-4 está la respuesta, muy dis-
tinta a la que estamos acostumbrados en nuestros días.
En otra ocasión se pusieron a discutir sobre quién de
ellos era considerado el más grande, en Lucas 22:25-27 el
Señor les responde con mucha paciencia. Cada vez que sur-
gía la pregunta, la respuesta contenía la misma doble ense-
ñanza: si quieres ser grande, tienes que hacerte como un ni-
ño y tienes que hacerte como un siervo.
¿Qué es lo que tiene el niño que Él quiere que emule-
mos? En primer lugar, los niños confían en sus padres, todos
los niños tienen una fe increíble en sus padres; no se preocu-
pan por el alimento, el vestido o el techo. La confianza abso-
luta en la provisión y el amparo de Dios es el primer paso ha-
cia la grandeza.
En cuanto a dejarse enseñar, ellos escuchan, tienen un
apetito voraz de aprender. El Creador desea y se complace
en tal actitud. Los niños están deseosos de aprender, sus
mentes están abiertas. Ese también es un paso hacia la gran-
La ley de la grandeza 29
LA LEY DE LA
UNIDAD
LA LEY DE LOS
MILAGROS
El tiempo de hablar
La Escritura nos dice que Jesús calmó una tempestad, ha-
blándole 3; levantó tres muertos, hablándoles 4; echó fuera de-
monios, hablándoles 5. Los milagros los haremos con nues-
tra boca, hablando la Palabra del Señor.
El mayor obstáculo
El tener fe, el ver, el no querer dudar, el hablar son ele-
mentos de importancia crítica en la ley de los milagros, pero
Jesús recalcó otra cosa: el mayor obstáculo para la obra de
los milagros es la falta de perdón. Sin el perdón se nubla nues-
tra visión de Dios y de su reino. No podremos ver ningún mi-
lagro sin él. La falta de perdón no es un rasgo aceptable en el
reino de Dios. Esto revela el horrible pecado del orgullo, por-
que solo los humildes pueden perdonar. El arma principal
para superar la crisis que enfrentamos en el mundo es el
amor y éste solo opera en una atmósfera de perdón y recon-
ciliación.
Los Milagros están a nuestra disposición
Si nosotros viviéramos hoy a través de la fe en el reino de
Dios, veríamos muchos milagros más. Dios quiere que cada
uno de nosotros penetre en el mundo invisible y permita que
Él haga milagros a través de nosotros en el mundo visible. Él
lo hará sin las limitaciones del tiempo o las circunstancias. Él
espera que practiquemos los principios que Él mismo ha es-
tablecido en las Escrituras.
LA LEY DEL
DOMINIO
1. Oseas 4:6
2. Marcos 11:22
3. Efesios 6:13,17
NUEVE
LA LEY DE LA
FIDELIDAD
La voluntad de Dios
Lo que Él desea para sus hijos, que han de ser sus colabo-
radores en la propagación del evangelio, es que observen la
ley de la fidelidad en todo lo que hagan o se han propuesto
hacer. La ley de la responsabilidad va junto con la ley de la fi-
delidad. La aceptación de que la bendición de servir a Dios
conlleva una responsabilidad --a la que no podemos ser aje-
nos-- implica que nuestro servicio debe hacerse con fideli-
dad. El apóstol Pablo lo recalcó: ahora bien, se requiere de
los administradores, que cada uno de ellos sea hallado fiel.” 2
Dios toma muy en serio lo de ser fieles en los encargos que se
nos den y que brillemos en ellos.
La ley de la fidelidad 37
1. Deuteronomio 7:9
2. 1 Corintios 4:2
3. Mateo 25:2
4. Job 8:7
DIEZ
LA LEY DEL
CAMBIO