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Introducción

Te escribo a ti, amado siervo y creyente en el Señor que


estás pasando por una etapa difícil en tu vida. Te recuerdo
que tienes el Padre más maravilloso que jamás hayas podido
imaginar, por lo que te animo a que en este tiempo de desa-
fío aprendas a relacionarte aún más con Él a través de este li-
bro, la lectura de La Biblia y la oración. Te enviamos con mu-
cho amor este material que, estoy seguro, será de inspiración
y crecimiento espiritual para ti.

Esperamos sinceramente que este obsequio te ayude a


responder tus preguntas y a encontrar soluciones en las
áreas de necesidad que nos expresaste. Creemos que lecturas
de este tipo son un aporte significativo para la superación de
muchas de las situaciones que tenemos que enfrentar. Sin
embargo, creemos que lo más importante es lo que pode-
mos aprender directamente del Señor. Así que antes de estu-
diar este texto ora y pídele a Dios que te dé Su entendimien-
to. También te recomendamos que busques y estudies en tu
Biblia todos los versículos mencionados.

El hábito de leer y meditar regularmente la Palabra de


Dios es decisivo para nuestras vidas. Los principios en este li-
bro te ayudarán a tener una mejor calidad de vida y a fortale-
cer tu camino espiritual. Por eso, también queremos moti-
varte a que perseveres en estudiar la verdad de Dios en su
Palabra; de seguro, Dios te hará crecer en sabiduría, enten-
dimiento y fe.
Si deseas ahondar más en temas como éste, en librerías
cristianas encontrarás muchos libros que tratan asuntos ilu-
minadores sobre la vida diaria del ser humano. El deseo de
Dios de satisfacer tus más grandes necesidades es aún mayor
que el anhelo que tú llevas en tu interior. Nuestra oración es
que a medida que te acerques al Señor por medio de la ora-
ción y el estudio bíblico, Él se revele a ti y te brinde respues-
tas para aplicar a tu vida.

Pat Robertson
Pat Robertson

Las Leyes
Del Reino
Una promesa de esperanza y libertad
en un mundo lleno de confusión

Versión:
Proyecto La Luz
© 2009
CBN, The Christian Broadcasting Network. Inc.
Impreso en Lima – Perú
Indice
LAS PREGUNTAS MAS
INQUIETANTES DE LA VIDA 7
1.- ¿Porqué hay maldad en el mundo? 7
2.- ¿Amará alguna vez el hombre a su prójimo? 8
3.- ¿Cuándo será el fin del mundo? 9
4.- ¿Hay vida después de la muerte? 10
5.- ¿Cómo es el cielo? 11
6.- ¿Cómo puedo ser una persona mejor? 12
7.- ¿Cómo es Dios? 14
8.- ¿Es divino Jesucristo? 14
9.- ¿De dónde procede el hombre? 15
10.- ¿Qué es el pecado original? 15
Reflexionando 17
Uno La ley de la reciprocidad 18
Dos La ley de uso 21
Tres La ley de la perseverancia 24
Cuatro La ley de la responsabilidad 26
Cinco La ley de la grandeza 28
Seis La ley de la unidad 30
Siete La ley de los milagros 32
Ocho La ley del dominio 34
Nueve La ley de la fidelidad 36
Diez La ley del cambio 38
PAT ROBERTSON RESPONDE A LAS

PREGUNTAS MAS
INQUIETANTES
DE LA VIDA

1. ¿Porqué hay maldad en el mundo?

Ante todo, Dios no causa el mal. El mal es el resultado de


dos fuerzas importantes: la primera es un ser que se llama
Satanás que es maligno, muy poderoso y quiere destruir a
Dios, al hombre y a la mujer, hechos a la imagen y semejan-
1
za del Creador .

La segunda fuente del mal es el corazón humano. Hay


mucha maldad oculta en el corazón del hombre; por ello te-
nemos guerras, crímenes, injusticias, racismo y toda clase de
dolores y aflicciones. El mal tiende a multiplicarse. Pero lo
cierto es que si Dios no le diera al hombre la oportunidad de
ser malo no habría libertad. El Señor no es un dictador, sino
que, por el contrario, desea que los hombres decidan amarlo
y servirle, además de hacer lo que es bueno. La otra cara de
esa elección es que el hombre puede decidir no servir a Dios
y hacer lo malo. Adán fue lo que denominamos “cabeza fede-
ral” de la humanidad y su decisión afectó a toda la humani-
dad. Cuando Adán desobedeció a Dios la muerte no solo vi-
no al ser humano sino a toda la tierra en conjunto. La caída
8 Las Leyes del Reino

de Adán introdujo al mundo el dolor y los sufrimientos, co-


mo se indica en Génesis 3.

Unas cuantas generaciones después, la Biblia indica que


los hombres se habían entregado casi totalmente al mal. El
pecado de Adán predispuso a todos sus descendientes al mal.
Por consiguiente, todos tenemos una tendencia que nos
atrae hacia el pecado. Sin embargo, lo verdaderamente nue-
vo es que existe un modo de vencer al mal: por medio del
Hijo de Dios, Jesucristo.

2. ¿Amará alguna vez el hombre a su prójimo?

Siempre habrá personas que amen a su prójimo. Son gen-


te que desea vivir en paz. Los verdaderos seguidores del
Príncipe de Paz, Jesucristo; siempre desean vivir en amor y
armonía con los demás.

Cuando las personas le permiten a Jesucristo regir sus ac-


tos, dejan de pelear y comienzan a dar muestras de amor.
Esta es la esperanza del mundo; fuera del amor de Cristo, no
hay esperanza de paz verdadera. Hasta que aquellos que to-
man las decisiones en el mundo no se hagan seguidores del
Príncipe de Paz –y hasta que Jesucristo mismo regrese a la
tierra– no habrá nunca un verdadero amor entre los hom-
bres. Sin embargo, recuerda que Jesucristo regresará a reinar
en la tierra, y cuando venga los hombres de todas las nacio-
nes, las razas y las culturas podrán vivir unos con otros en ar-
monía perfecta.

En Isaías 11:6-9 podemos vislumbrar algo de lo que será


el mundo después de la segunda venida de Jesucristo: mora-
Las preguntas más inquietantes de la vida 9

rá el lobo con el cordero…la vaca y el oso pacerán…Y el niño


de pecho jugará…porque la tierra será llena del conocimien-
to de Jehová…”

¡En ese día no solo habrá compañerismo y amor perdu-


rable entre los pueblos de la tierra, sino también entre los ani-
males!

3. ¿Cuándo será el fin del mundo?

La Biblia dice que llegará un tiempo cuando Dios creará


un cielo nuevo y una tierra nueva. Este será el comienzo del
nuevo orden, pero antes debemos de vivir en la época pre-
sente. Las personas de todas las naciones deben tener la opor-
tunidad de oír el mensaje de salvación. El Señor dijo que: “y
será predicado este evangelio del reino en todo el mundo y
2
entonces vendrá el fin” .

Habrá una aceleración del evangelismo y un aumento de


la cantidad de personas que le entreguen su vida a Jesucristo;
a la vez los que se niegan a aceptar al Señor se harán peores.
Después de esto vendrá el juicio de Dios. Los que hayan men-
tido, robado, asaltado y desfalcado tendrán que pagar el pre-
cio de sus malas obras. Entonces Jesucristo vendrá y estable-
cerá su reino de mil años de rectitud y veremos lo que sería si
los hombres vivieran como hermanos. Luego Dios acabará fi-
nalmente la tierra actual y creará un nuevo cielo y una nueva
tierra. Dios limpiará el universo de todo el que hace maldad y
los que enseñan la justicia resplandecerán para siempre. 3

Aún queda la pregunta ¿Cuándo sucederá todo esto? La


respuesta es mil años después de que llegue a su conclusión
10 Las Leyes del Reino

la época presente. No podemos asegurar nada al respecto


porque Dios no le permitió al hombre tener el conocimiento
de los tiempos.4

Pero hay señales como brújula. La reunión del pueblo de


Israel para constituir una nación se produjo en 1948. Jesús
dijo:”Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los
tiempos de los gentiles se cumplan” 5. Esto sucedió en 1967
cuando Israel tuvo el control de toda Jerusalén. “El fin de los
tiempos” no se refiere a que el mundo explotará o llegará a su
fin.

Si supiéramos que Cristo vendrá hoy o dentro de mil


años, deberíamos vivir nuestra vida de la misma manera, co-
mo siervos fieles de Dios. Jesús mismo nos advirtió: “estad
preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que
no pensáis.”6

4. ¿Hay vida después de la muerte?

¡Sí! Enfáticamente hay vida después de la muerte para to-


dos los seres humanos. Ahora bien, cómo pasarás tu vida des-
pués de la muerte depende de la relación que tengas con
Dios ahora. No solo hay vida después de la muerte, sino que
además, Dios nos dará cuerpos nuevos. La Biblia dice que ha-
brá una resurrección de los santos y otra de los impíos 7. Los
que hayan vivido para Dios tendrán un cuerpo tal como lo
tiene Jesucristo, los que no hayan vivido para Él irán al lugar
de tormento y castigo.

Con frecuencia se plantea la pregunta: si un Dios de


amor podría enviar a alguien al infierno. Recuerde que Dios
Las preguntas más inquietantes de la vida 11

nos está llamando, nos envía señales, predicadores, maestros


y evangelistas para advertir a los que viven de modo contra-
rio a la voluntad de Dios que acudan a Él. Esas personas no
quieren formar parte del reino de Dios y así, el Señor dice:
“su deseo es permanecer lejos de mí y voy a hacer que sus de-
seos se satisfagan”. Lejos de Dios hay una oscuridad eterna,
pero Dios no escogió enviar a nadie a esa oscuridad. En lu-
gar de ello, permite que muchas personas reciban lo que han
demostrado que desean.

En los últimos años ha habido muchos casos de personas


que han vuelto a la vida después de haber estado “clínica-
mente muertas” durante un período breve de tiempo.
Muchas de ellas han visto el cielo y a algunas se les ha permi-
tido ver el infierno. Para todas ellas esa experiencia hizo que
sus vidas cambiaran; y esto trata de un testimonio uniforme
de la existencia de vida después de la muerte. La Biblia nos
enseña también con mucha claridad que no debemos comu-
nicarnos con los muertos, Levíticos 19:31 dice: “no os vol-
váis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis,
contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios”.

Los llamados fantasmas o espíritus que hablan por me-


diación del médium son en realidad demonios que fingen ser
los espíritus de seres humanos muertos. Si se lo permites, te
engañarán e intentarán alejarte de Dios

5. ¿Cómo es el cielo?

El cielo es el lugar donde está Dios. La Biblia nos habla


de calles de oro transparente como el vidrio y paredes hechas
con piedras preciosas 8. Cuando lleguemos al cielo todo lo
12 Las Leyes del Reino

que consideramos como motivo de gozo en la tierra será


reemplazado. El apóstol Pablo lo describió así: “cosas que
ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre,
son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman” 9.
Estar en la presencia de Dios producirá un deleite de tal in-
tensidad que sobrepasará todo lo que hayamos podido expe-
rimentar en la tierra. Además en el cielo no habrá muerte ni
tristeza, enfermedad ni pobreza.

La Biblia también nos habla de coronas y tronos en el cie-


lo. Se asignarán a las distintas personas varias funciones y di-
ferentes niveles de personalidad. Hay muchas cosas que no
sabemos realmente respecto al cielo. ¿Habrá animales allá?
Eso no lo podemos asegurar. Sabemos que en el cielo podre-
mos reconocer a nuestros seres queridos, y que experimen-
taremos un gran gozo al volver a reunirnos con ellos 10.
También se producirá una extensión de la comprensión men-
tal del hombre de modo que será capaz de entender mucho
más de lo que puede entender ahora. ¿Cómo es el cielo? Es
mejor que lo que cualquier ser humano pudiera imaginar.

6. ¿Cómo puedo ser una persona mejor?

El único modo es mediante la entrega de nuestro corazón


a Dios. La Biblia dice: que no hay quien haga lo bueno, no
hay ni siquiera uno” 11, es la realidad. Los inconversos pueden
intentar hacer las cosas mejor, pero sus esfuerzos están desti-
nados a fracasar. La Biblia dice que nadie puede hacerse dig-
no de recibir las bendiciones de Dios tratando de ser mejor.

Efesios 2:8-9 dice:”que es por gracia y no por obras que


somos salvos, para que nadie se gloríe”. Si el corazón se opo-
Las preguntas más inquietantes de la vida 13

ne a Dios, habrá solo un modo en que una persona pueda me-


jorar verdaderamente: entregándole su corazón a Jesucristo.

Si quiere ser una persona mejor, deberá unirse a


Jesucristo. Deberá tener la actitud de: “vengo a ti, Señor, y
voy aceptar tu salvación por fe”. Cuando esto ocurra, es co-
mo si Dios dijera: “voy a absolverte de todos tus pecados,
porque has sido perdonado por el sacrificio y la muerte de
Jesucristo. Cuando le entregues tu vida a Cristo pídale que
sea también el Señor de su vida. Es posible que el cambio no
sea rápido pero vendrá mientras estés entregándote a Cristo.
De este modo te has convertido en una buena persona, por-
que Jesús vive y obra por ti. Esto quiere decir que Jesús está
amando a otros por medio de ti. Es un proceso continuo; en
primer lugar, ya no tendrás que competir con otros porque
estás experimentando el amor y el perdón de Dios. En se-
gundo lugar, comienzas a tener esperanza porque sabes que
ya eres parte de la familia de Dios y Él te está cuidando.

Otra cosa que sucede es que la tendencia a quebrantar las


leyes se elimina porque Dios te ha dado una nueva naturale-
za; ya no tienes que tomar bebidas alcohólicas, ni usar dro-
gas, ni fumar cigarrillos y comer en exceso. Muchos viven
atados por el temor, el odio y la amargura. El Señor quitará
todo eso del corazón si se lo permitimos. De este modo po-
drás ser una persona mejor, feliz y más productiva.

El Señor no nos dice que nunca tendremos problemas, si-


no que nos dará armas para vencerlos. Para tener pruebas de
la victoria por medio de Jesucristo mira a tu alrededor. Por
todas partes encontrarás templos cristianos llenos de perso-
nas que hablan abiertamente acerca de la gracia de Dios. Se
14 Las Leyes del Reino

puede ver en la vida de los que antes odiaban a otros que aho-
ra sienten amor. Aún hay más evidencias; algunos estaban
muriendo de cáncer y a otros les dijeron que no volverían a
caminar pero el Señor les dio la salvación y mucho más. Las
pruebas son abrumadoras, Jesucristo es el Hijo de Dios y
quiere extenderte su amor. Pídele a Jesucristo que tome tu vi-
da. Con tus propias palabras, entrégale el control a Él y dile
que te arrepientes de tus pecados y que deseas apartarte de
ellos con su ayuda. Entonces te comprometes a seguirlo a
donde Él te guíe.

Así sabrás que para todas la preguntas solo hay una res-
puesta: la respuesta es Jesucristo.

7. ¿Cómo es Dios?

Es la sustancia de todas las virtudes humanas. Puede ha-


cer todas las cosas que nos resultan imposibles. Él tiene po-
der absoluto, lo sabe todo y está presente en todas partes.
Dios es inmortal, es infalible, es espíritu y es eterno, no tiene
principio ni fin. Es la esencia misma del amor y el amor mis-
mo, juez honrado, justo y recto. Es el Padre de toda la crea-
ción, Él existe fuera del universo y está presente en todo el
universo, Él es su gobernante. Es la fuente de toda la vida y
de todo lo que existe 12. La mejor descripción de Dios es la pa-
labra Yahvé que se suele traducir como Jehová o el Señor,
“Él que hace que todo sea”.

8. ¿Es divino Jesucristo?

Sí. La Biblia dice que Él es la imagen del Dios invisible 13.


Jesucristo es la segunda persona del Dios trino, el eterno
Las preguntas más inquietantes de la vida 15

Hijo de Dios, pero a la vez es Dios mismo. Es eterno, omni-


presente y omnisciente. Tiene todos los atributos divinos de
Dios el Padre y del Espíritu Santo y Él mismo es Dios.

9. ¿De dónde procede el hombre?

La Biblia nos dice que Dios mismo fue el Creador del


hombre. El Señor dijo: “hagamos al hombre a nuestra ima-
gen”14. La Biblia nos dice que tomó un puñado de polvo y so-
pló vida en Él y el hombre fue un ser viviente.15 De este mo-
do, la fusión de lo espiritual con los elementos físicos de la tie-
rra, creó un ser humano, hecho a la imagen de Dios.

Por tanto el hombre es la única criatura que conocemos,


aparte de los ángeles mismos, que tiene la capacidad de rela-
cionarse con Dios y adorarlo. El Señor fue el que le dio al
hombre este deseo. Fuimos creados por Jehová mismo a su
imagen y con la preciosa naturaleza de Dios.

10. ¿Qué es el pecado original?

Dios creó al hombre a su imagen, justo y libre; que podía


escoger a Dios o alejarse de Él. El quebrantar el único man-
damiento que le había dado Dios fue un pecado. A partir de
ese momento el espíritu del hombre siempre ha estado daña-
do. Está lisiado en la parte más importante de su ser, en el es-
píritu. Esto es el pecado original. La mayoría de los niños tie-
nen una naturaleza rebelde, hacen las cosas que se les dicen
que no hagan. Pues bien, esa rebeldía natural se deriva del pe-
cado original del hombre. Solo los que acuden a Jesucristo se
pueden liberar de esa tendencia. Ese el concepto de nacer de
nuevo, y es algo que no podemos hacer de ningún modo por
16 Las Leyes del Reino

nosotros mismos. El apóstol Pablo dice: “¡miserable de mí!


¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” 16 Dice que el
bien que quiere no lo puede hacer 17. Pablo luchó contra su
naturaleza pecaminosa hasta que comprendió que: “ahora
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús”. Romanos 8:1

Debemos recordar que el pecado original es una tenden-


cia a hacer el mal y no un acto de maldad. Dios no castiga a
nadie por sus tendencias. Por consiguiente, los niños peque-
ños no van al infierno debido al pecado original, porque nun-
ca cometieron actos pecaminosos ellos mismos.

1.- Génesis 1:26


2.- Génesis 6:5
3.- Daniel 12:3
4.- Mateo 24:36
5.- Lucas 21:24
6.- Mateo 24:44
7.- Daniel 12:2,3 – Mateo 25:46
8.- Apocalipsis 21:18-21
9.- 1 Corintios 2:9
10.- Lucas 23:42,43 – Hebreos 12:22,23
11.- Salmo 14:3
12.- Deuteronomio 7:6-8 – Salmo 147:5 – Isaías 43:3
66:1 – Jeremías 32:17 – Juan 4:24 – Hebreos 13:1
13.- Colosenses 1:15
14.- Génesis 1:26
15.- Génesis 2:7
16.- Romanos 7:24
17.- Romanos 7:15-20
REFLEXIONANDO

Todas estas preguntas fueron formuladas por hombres y


mujeres que tuvieron la oportunidad de escoger cual pre-
gunta le harían a Dios si pudieran. Realmente fueron muchí-
simas más, pero las que hemos tratado son las más frecuen-
tes.

El ser humano siempre ha querido encontrar respuestas


a todo lo que para su intelecto no tiene explicación y muchos
pasaron toda su vida en busca de respuestas, pero jamás las
encontraron; porque buscaron en el lugar incorrecto.

La Biblia ha sido y es la clave para poder responder a to-


das esas interrogantes que por siglos no han tenido respues-
ta. Así mismo, en la Biblia encontramos los principios, las ba-
ses y los fundamentos para poder dar solución a todos los
problemas que el hombre se ha creado por darle la espalda a
Dios.

Sí, hay esperanza; sí, hay solución para este mundo que
está en una grave crisis de valores, donde no hay respeto para
la vida humana y donde reina la anarquía y el caos.

Debemos tomar conciencia de lo grave de la situación


mundial. Para esto, a continuación ponemos a disposición
del lector leyes o principios establecidos por Dios en su
Palabra que funcionan si tomamos la decisión de ponerlos
por obra. Leyes que pueden alterar el curso y la marcha de es-
te mundo que va camino a la destrucción.
UNO

LA LEY DE LA
RECIPROCIDAD

J esús reveló una ley que transformará al mundo: “dad


y se os dará…” 1. Palabras que forman un principio
espiritual para aliviar la crisis mundial. En Lucas
6:36-38 enmarcó las cinco palabras claves. Al poner esto,
lado a lado con la enseñanza más grande sobre el amor, Jesús
estableció la perfecta “ley” para la conducta: “amarás a tu
prójimo como a ti mismo”. 2

Un principio universal
La ley de la reciprocidad es un principio del reino que
abunda en el mundo físico visible. Si sonríe a alguien, esa
persona le sonreirá. Si le pega a alguien, esa persona le
devolverá el golpe. Es una ley que forma parte del universo,
es una ley inmutable.

El nivel del individuo


La fe cristiana es personal. Jesús dijo: “dad y se os dará;
medida buena…“ 3 Palabras para los que sufren problemas
económicos. Dar es algo fundamental, y esto opera en el
mundo invisible como el visible. Son muchas las personas a
las que lo único que les interesa es el sueldo. Son receptores
antes que dadores. Ya que todo es de Dios, es a Él a quien te-
nemos que recurrir en nuestra necesidad.
la ley de la reciprocidad 19

Malaquías 3:7-10 expresa los pensamientos de Dios, y la


seriedad con que Dios toma eso de dar. Primero tenemos
que dar. Nuestro Padre está más que dispuesto a cumplir
con su parte de la ley de la reciprocidad. Si tienes dificultades
económicas, lo más sabio es darle al Señor de tu dinero.
Comienza a dar de lo que tengas. No importa cuán apre-
miante sea la situación; las leyes del reino tocan el mundo in-
visible.

¿Qué es el diezmo?
La palabra significa “la décima parte”. Malaquías se re-
fiere a “los diezmos y ofrendas”. Se podría decir, pues, que
no se ha dado ofrenda hasta que se haya dado el diezmo. Por
tanto, muchas personas pasan por alto el mínimo del diez
por ciento y dan de la abundancia de su provisión. Lo peor
que la gente hace, casi siempre, cuando vienen los tiempos di-
fíciles es cortar el diezmo, pero es el momento de comenzar
a dar más. “Probadme”, dice el Señor. “Dad y se os dará”.

El potencial para el mundo


La ley de la reciprocidad puede traer alivio a los grandes
problemas del mundo:
Los intercambios comerciales: habría intercambio según
se necesitara y se desease, inspirados por una competencia sa-
ludable
La injusticia: los increíbles extremos de riqueza y pobre-
za se nivelarían con la simple bondad y generosidad huma-
nas.
El crimen: el hurto, el robo, el vandalismo, el tráfico y
uso de drogas, el abuso de poder y el terrorismo desaparece-
rían.
La contaminación: el aire, el agua y la tierra serían lim-
piados. Ya no habría fábricas arrojando humo al aire y ácido
20 Las Leyes del Reino

a los ríos.
El Gobierno: la enorme burocracia gubernamental desa-
parecería si los hombres comenzaran a tratarse los unos a los
otros como Dios quiere.

Se excluye a los renegados


La ley de la reciprocidad no dará resultado con renega-
dos que sean totalmente anarquistas. Según el renegado
siembre, cosechará. El incrédulo no es igual a la persona que
obedece a la ley. La ley de la reciprocidad, aún entre los que
no se han entregado personalmente a Dios Todopoderoso
funciona pues es una ley que da resultado en el mundo visi-
ble.

1.- Lucas 6:38


2.- Mateo 22:39
3.- Lucas 6:38
DOS

LA LEY
DEL USO

E l Señor en Mateo 25:14-30 a través de la parábo-


la pone de manifiesto la ley del uso. El primer
siervo recibió cinco talentos, negoció con ellos,
los duplicó. El siervo de los dos talentos hizo lo mismo. El
tercer siervo actuó de manera diferente, tomó el talento, ca-
vó un hoyo y lo enterró. Tuvo temor de perder el dinero. El
señor regresó y llamó a sus siervos, preguntándoles: ¿Qué hi-
cieron con mi dinero? El primer siervo respondió: tomé los
cinco talentos y negocié con ellos, aquí están los que me diste
y cinco más. El señor se agradó.

El segundo siervo dijo: tomé tus dos talentos, compré y


vendí, aquí están los dos que me diste y dos más; el señor se
agradó también. Entonces le tocó al tercero y dijo: tuve mie-
do, y escondí tu talento y aquí tienes lo que es tuyo. El señor
le respondió: “siervo malo y negligente…” 1.

Se considera malo al siervo que no quiso tomar lo que su


señor le había dado con el fin de emplearlo y lo aumentarlo.
La clave no era la cantidad sino el uso que se le había dado.
Pero lo asombroso de la parábola es la conclusión: porque al
que tiene, le será dado… 2. Esto nos puede parecer que va
contrapelo, simplemente porque no hemos podido ver lo im-
22 Las Leyes del Reino

portante que es para Dios el uso que hacemos de lo que Él


nos da. Si estamos dispuestos a usar lo que Él nos ha dado
tendremos más, si no, lo hemos de perder.

La curva exponencial
Mano a mano con la ley del uso funciona la curva expo-
nencial. El Señor explicó cómo dos de los siervos duplicaron
lo que se les había dado. Anualmente, entonces, sus ganan-
cias habrían sido sorprendentes. Si hubieran comenzado
con $100 dólares y hubieran duplicado anualmente al cabo
de veinte años sumarían $50 millones. Él mostró cómo a tra-
vés de un ejercicio diligente y paciente de los dones que Él
nos otorga, podemos entrar en la prosperidad y la abundan-
cia del mundo invisible.

Es codicia querer que se cumpla todo de inmediato. El


camino de Dios es de crecimiento y madurez gradual y segu-
ra, que va rumbo a la perfección. El plan de Dios es que fije-
mos metas realistas que nos exijan lo suficiente y nos man-
tengan ocupados sin fatigarnos y que demos fruto. Nunca
debemos tener en poco los pequeños comienzos. El creci-
miento vendrá y al poco tiempo la cosecha.

En el lado impropio de la curva


Es una tragedia cuando el hombre se sitúa en el lado equi-
vocado de la curva exponencial. Esto es, el resultado de la co-
dicia que insiste en tenerlo todo en el acto. Jesús mismo su-
frió la tentación como nosotros; pasó por esta prueba.
Satanás le prometió todo si hacía lo que Él le mandaba. El
Señor le contestó que haría las cosas como Dios manda. La
ley de Satanás es esta: obtenlo ahora, dinero fácil y rápido,
éxito de inmediato. En el reino de Dios es la ley del uso la
La ley del uso 23

que rige proporcionando una seguridad y prosperidad ge-


nuina y duradera.

La más poderosa ley


La ley del uso junto con la curva exponencial, es quizás la
más poderosa de las leyes en cuanto a la vida cotidiana. El
que es fiel en lo poco será puesto en lo mucho. No debemos
tener en poco los comienzos pequeños sino ejercitar la eter-
na ley del uso. Lo único que nos falta es oír con entendi-
miento la Palabra de Dios. “Háganlo a mi manera” dice el
Señor.

1.- Mateo 25:26


2.- Mateo 25:29
TRES

LA LEY DE LA
PERSEVERANCIA

D ebemos observar que la perseverancia es un as-


pecto dominante del universo. En Mateo 7:7-
11 Jesús enseñó la ley de la perseverancia; el
significado de “pedir”, “buscar”, “llamar” es que sigamos pi-
diendo, sigamos buscando y sigamos llamando. El Padre da
“cosas buenas a los que le siguen pidiendo.” “El reino de los
cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” 1. Las ben-
diciones de Dios las recibiremos al esforzarnos; Dios cede
paulatinamente las cosas buenas del reino y del mundo a
aquellos que luchan. Jacob luchó toda la noche antes de con-
vertirse en Israel; Abraham esperó cien años para recibir al hi-
jo de la promesa. Jesús dijo que siguiéramos pidiendo, bus-
cando y llamando, no tengas miedo de causar alboroto ya
que Dios prefiere eso a la pereza y la indolencia.

Tenemos que recordar que hay un adversario. Se llama


Satanás y una de sus tácticas preferidas es la de propagar el de-
sánimo y la depresión. Satanás constantemente nos inunda
los oídos con afirmaciones negativas tales como: “no estás
haciendo nada… vas por mal camino“. Así, muchas veces
nos desanimamos y desistimos. Por el contrario siempre de-
bemos estar alerta contra el desánimo y la depresión. Dios
La ley de la perseverancia 25

no permitirá – si permanecemos firmes– que nos venzan la


prueba y la tentación, sino que nos dará la victoria. 2

Lecciones de la historia

Consideremos a Abraham Lincoln

Llegó a ser uno de los dirigentes públicos y morales más


grandes de la historia de Estados Unidos, pero el éxito no lle-
gó sin antes pasar por fracasos personales que después le per-
mitirían desempeñarse acertadamente en el medio en que ha-
ría su mayor contribución.

Consideremos a Tomás Alva Edison

Este insigne inventor llevó a cabo cientos de experimen-


tos que fracasaron antes de tener éxito con la bombilla eléc-
trica.

En mi propia labor en la vida aprendí lo esencial que es la


perseverancia. Pasamos años de lucha, de esfuerzo, de an-
gustia y de privación para desarrollar la madurez hasta el pun-
to de estar preparados para un ministerio global. En 1979
examiné la historia de la CBN y me di cuenta de que en esos
años Dios nos había dirigido hacia la ley de la reciprocidad,
la del uso y la de la perseverancia.

1.- Mateo 11:12


2.- 1 Corintios 10:13
CUATRO

LA LEY DE LA
RESPONSABILIDAD

L as leyes de la responsabilidad, de la reciprocidad,


del uso y de la perseverancia están interrelacio-
nadas. En Lucas 12:48 Jesús lo resumió así: to-
do aquel al que se le da, tiene una responsabilidad, tanto en
lo espiritual como en lo físico. El haber sido favorecido lleva
aparejado una responsabilidad que aumentará a medida que
aumente el favor. Está muy mal pedirle a Dios algo y luego
no estar dispuestos a aceptar la responsabilidad que esto im-
plica. En nuestra asociación nos hemos dado cuenta de que
ser favorecidos representa una responsabilidad que nunca se
ha de olvidar.
La Iglesia debe escuchar
Los líderes de la Iglesia, en especial, deben asegurarse de
reaccionar con seriedad ante la responsabilidad que se les ha
concedido y por lo menos practicar lo que enseñan. Los car-
gos eclesiásticos traen consigo mucha responsabilidad. Los
primeros discípulos de Cristo llevaban cargas y responsabili-
dades extraordinarias y pagaron un precio muy grande por
la oportunidad de propagar el evangelio. Nunca dejaron de
sentirse responsables. Aún la gente común que ha recibido el
don de la vida eterna es llamada a una vida de mucha más res-
ponsabilidad. Esto es algo que cada cristiano tiene que asu-
mir. Basta mirar en Mateo 28:18-20 donde Jesús les da la
Gran Comisión poco antes de ascender al cielo.
La ley de la responsabilidad 27

Rango y responsabilidad
A principios de siglo diecinueve Gastón Pierre Marc es-
cribió una expresión de dos palabras: “noblesse obligue”. La
expresión obliga a la gente de alto rango, posición o privile-
gio de comportarse de manera noble, amable y responsable
hacia los demás.
La cuestión de la libre empresa
El sistema económico de la libre empresa es el que mejor
suple la necesidad de libertad que Dios da para nuestra exis-
tencia. En su libro, La Riqueza y la Pobreza1, el autor
George Gilder, insiste en que “el dar es el impulso vital y el
centro moral de la libre empresa”. El dar es una cualidad in-
nata de la libre empresa. ¿Pero qué decimos de la responsabi-
lidad? A medida que crece el éxito, aumenta la responsabili-
dad. ¿Corresponde esto al nivel en que se cumple esa respon-
sabilidad? He ahí el problema.
Un ejemplo de esto son los cristianos evangélicos que se
encuentran aliados a los conservadores en lo relacionado con
la economía y la política. A estos se les ha dado mucho y solo
se han concentrado casi exclusivamente en la salvación per-
sonal, pasando por alto su responsabilidad hacia una política
pública inteligente, hacia los asuntos internacionales y hacia
los desposeídos.
A quien mucha luz se le ha dado mucho se le demanda.
La bendición trae unida la responsabilidad. Una absoluta de-
dicación a la verdad haría progresar la causa del cristianismo
evangélico, acaso hasta el punto de ganar el mundo, proeza
que hasta ahora no hemos podido alcanzar.

1.- Gilder George, La Riqueza y la Pobreza,


Bantam, Nueva York, 1982, pp. 30,31ss.
CINCO

LA LEY DE LA
GRANDEZA

T
odo el mundo desea ser grande, pero a causa de
las debilidades humanas pensar así puede traer
malos resultados. Jesús estableció un principio,
en dos partes, al que se ha denominado la ley de la grandeza.
En una ocasión le preguntaron: “¿Quién es el mayor en el rei-
no de los cielos?” En Mateo 18:2-4 está la respuesta, muy dis-
tinta a la que estamos acostumbrados en nuestros días.
En otra ocasión se pusieron a discutir sobre quién de
ellos era considerado el más grande, en Lucas 22:25-27 el
Señor les responde con mucha paciencia. Cada vez que sur-
gía la pregunta, la respuesta contenía la misma doble ense-
ñanza: si quieres ser grande, tienes que hacerte como un ni-
ño y tienes que hacerte como un siervo.
¿Qué es lo que tiene el niño que Él quiere que emule-
mos? En primer lugar, los niños confían en sus padres, todos
los niños tienen una fe increíble en sus padres; no se preocu-
pan por el alimento, el vestido o el techo. La confianza abso-
luta en la provisión y el amparo de Dios es el primer paso ha-
cia la grandeza.
En cuanto a dejarse enseñar, ellos escuchan, tienen un
apetito voraz de aprender. El Creador desea y se complace
en tal actitud. Los niños están deseosos de aprender, sus
mentes están abiertas. Ese también es un paso hacia la gran-
La ley de la grandeza 29

deza. Luego, los niños son humildes. Rara vez se ve a un ni-


ño jactarse de ser superior. Al niño no le importa que su pa-
dre sea un príncipe o un mendigo, lo único que le importa es
que ese hombre es su papá y que le ama. No llevan máscaras,
son inocentes, transparentes y genuinos. Sea usted como
ellos e irá en camino a la grandeza.
Un concepto difícil
Lo segundo que añadió Jesús es que el secreto de la gran-
deza es el servicio. Esto va en contra de la sociedad, pero
Jesús dice: “si quieres ser alguien, se como un niño” y aña-
de:” no, hazte siervo si quieres en verdad ser grande”. Es que
si queremos la verdadera grandeza tendremos que pagar el
precio.
Da resultado en el comercio
Henry Ford es un buen ejemplo. Él deseaba crear un
buen transporte, de bajo costo y eficiente a la disposición del
mayor número de personas posible. Así que produjo auto-
móviles “Model T”. Al poco tiempo miles se beneficiaron de
un trasporte barato. Cuanto más servía más dinero ganaba y
más grande se hizo su negocio.
Se necesita ahora
Así surge un principio para la vida. Los que sirven a otros
son los grandes. Cuanto más profundo es el servicio, tanto
más grande llega a ser el individuo. Si miramos a nuestro alre-
dedor hallaremos falta de grandeza. Necesitamos hombres y
mujeres que dirijan nuestra nación para que asuma sus res-
ponsabilidades y los riesgos de servir a otras naciones. La na-
ción que más haga por las demás será la que crecerá en gran-
deza. Esa nación será exaltada, elevada y engrandecida a me-
dida que se arraiguen las leyes de la reciprocidad y el uso.
Como las naciones así también nosotros.
SEIS

LA LEY DE LA
UNIDAD

D esde el comienzo Dios ha mantenido una ley


con la cual los hombres tropiezan continua-
mente. La llamó la ley de la unidad. En
Génesis 1:26 Dios mismo habla en plural; hubo cierta con-
versación que involucraba a más de una persona y había uni-
dad. Después de que el hombre rehusó obedecer a Dios, en
Génesis 3:22-23, Dios declara en unidad la sentencia. Dios
se mueve en la unidad. La armonía es central cuando se desa-
ta el increíble poder de Dios. La unidad en el mundo invisi-
ble gobierna el mundo visible. La unidad es la fuente del po-
der creador de Dios.
La Iglesia primitiva
La Biblia muestra la unidad y su poder en la Iglesia pri-
mitiva. Un versículo lo ilumina todo, Hechos 1:14. Estaban
unánimes juntos; entonces el poder fluyó en aquella unidad.
El Espíritu Santo le fue enviado al pueblo de Dios como nun-
ca antes. Entonces comenzó la Iglesia. El Señor actuó en
aquel ambiente de armonía.
La unidad en la búsqueda
La unidad ha de comenzar con el individuo. Santiago di-
ce: “el hombre de doble ánimo no recibirá nada del Señor” 1,
y añade que no debe haber duda alguna. La gente puede estar
dividida entre la búsqueda de fines materiales y de la vida cris-
La ley de la unidad 31

tiana. En Lucas 10:38-42 se encuentra el relato de Marta y


María como ejemplo de esta problemática. Jesús se agradaba
de Marta pero le preocupaba su actitud. María había “escogi-
do la buena parte”, su búsqueda se había unificado; Marta no
era de una sola mente y no tenía paz, estaba “afanada y turba-
da con muchas cosas”. “No podemos servir a dos señores” 2.
La solución claro está, es tener una sola mente.
También es un principio colectivo
Lo que es verdadero para el individuo es verdadero para
la familia, el grupo, la organización y la nación. Mateo 12:25
dice que un grupo sin unidad interna, ya sea familia, negocio
o entidad política se derrumbará. La unión produce la fuer-
za, la desunión produce la debilidad. Lo mismo se puede de-
cir del mundo comercial. Muchas empresas han pasado por
tiempos difíciles justamente por haber abandonado la uni-
dad.
Unidad en la diversidad
La unidad que brota de la verdad del reino de Dios no in-
siste en la uniformidad, ni la desea. Hay diversidad; esto lo
vemos en los discípulos de Cristo que estaban unidos en lo
que buscaban, pero eran un grupo multiforme. La variedad
es el modo de Dios. La variedad y la diversidad sirven al pro-
pósito de Dios, pues obran de manera distinta y acertada pa-
ra el bien común.
El Señor no está buscando una selección de autómatas en
las familias, negocios, iglesias y naciones. Lo que Él busca es
gente con personalidad, talentos y estilos diversos que estén
unidos en propósito y trabajen por el bien común.

1.- Santiago 1:6-8


2.- Mateo 6:24
SIETE

LA LEY DE LOS
MILAGROS

E xiste la ley de los milagros, que es la disposición


de Dios para alterar el orden natural poniendo a
un lado la manera en que las cosas operan nor-
malmente. Dios es todopoderoso y perfectamente capaz de
cambiar en cualquier momento el modo en que se hacen las
cosas; pero aún así Él opera dentro de determinados princi-
pios.
El alcance de la Fe
“Tened fe en Dios” 1, por gracia a través de la fe hemos de
ver y entrar en el reino de los cielos, donde reside el poder de
lo milagroso. Aceptando a Jesús ganamos entrada a un mun-
do totalmente nuevo, el reino secreto. Cree que Dios existe,
confía en Él, espera que Él entre en comunión contigo, que
te muestre su voluntad y su propósito.
Primero, tenemos que quitar los ojos de las circunstan-
cias, de lo imposible; mirar a Dios y las posibilidades.
Segundo, no debemos dudar en nuestro corazón. Jesús
declaró que nuestro corazón debe estar plenamente conven-
cido, sin duda alguna. Como dijo:”para los hombres es im-
posible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posi-
bles para Dios”. 2
La ley de los milagros 33

El tiempo de hablar
La Escritura nos dice que Jesús calmó una tempestad, ha-
blándole 3; levantó tres muertos, hablándoles 4; echó fuera de-
monios, hablándoles 5. Los milagros los haremos con nues-
tra boca, hablando la Palabra del Señor.
El mayor obstáculo
El tener fe, el ver, el no querer dudar, el hablar son ele-
mentos de importancia crítica en la ley de los milagros, pero
Jesús recalcó otra cosa: el mayor obstáculo para la obra de
los milagros es la falta de perdón. Sin el perdón se nubla nues-
tra visión de Dios y de su reino. No podremos ver ningún mi-
lagro sin él. La falta de perdón no es un rasgo aceptable en el
reino de Dios. Esto revela el horrible pecado del orgullo, por-
que solo los humildes pueden perdonar. El arma principal
para superar la crisis que enfrentamos en el mundo es el
amor y éste solo opera en una atmósfera de perdón y recon-
ciliación.
Los Milagros están a nuestra disposición
Si nosotros viviéramos hoy a través de la fe en el reino de
Dios, veríamos muchos milagros más. Dios quiere que cada
uno de nosotros penetre en el mundo invisible y permita que
Él haga milagros a través de nosotros en el mundo visible. Él
lo hará sin las limitaciones del tiempo o las circunstancias. Él
espera que practiquemos los principios que Él mismo ha es-
tablecido en las Escrituras.

1.- Marcos 11:22


2.- Marcos 10:27 5.- Véase Marcos 10:25
3.- Marcos 4:39
4.- Mateo 9:23-25; Lucas 7:11-16; Juan 11:34
OCHO

LA LEY DEL
DOMINIO

H ace algunos años, orando y queriendo enten-


der cuál es el propósito de Dios, oí su voz:
“¿Cual es mi deseo para el hombre?” Le res-
pondí: “yo no sé Señor, Tú lo sabes”. Me dijo: “mira el
Génesis”. Lo abrí al comienzo y leí 1:26-27 “y señoree”.
Entonces supe el propósito de Dios. Él quería que el hombre
tuviera dominio en aquel entonces… y ahora. Esta es una ley
del reino.
Como en el principio
Dios quiere que volvamos a tomar el dominio que le dio
al hombre en el principio. Génesis usa dos palabras: domi-
nio y subyugar. Esto requiere responsabilidad. La intención
de Dios fue que su mundo fuera gobernado y subyugado
por aquellos que son gobernados por Dios. Dios quiere que
el hombre vuelva a poseer aquel dominio original. Dios en
realidad no le quitó el dominio al hombre, este perdió la rela-
ción y el entendimiento necesarios para ejercerlo debida-
mente. Cuando el hombre a través de Jesús reafirma sobre sí
mismo el dominio de Dios, entonces puede reafirmar sobre
todo lo demás el dominio que Dios le ha dado.
Los colaboradores de Dios
El Señor nos considera colaboradores con Él en el desa-
La ley del dominio 35

rrollo y operación de su reino. A los cristianos Dios les ha con-


fiado el mensaje de reconciliación y para llevarlo Dios tuvo
que darles autoridad. Lucas 9:1-2 muestra que en la mente
del Señor la autoridad iba mano a mano con la proclamación
del reino. Así que al darles tal autoridad a sus seguidores, Je-
sús en efecto les decía: “restituyo la autoridad sobre quien se la
robó en el huerto. Pueden reafirmar su dominio”.
La estrategia de Satanás
Satanás –aunque derrotado– está vivo hoy y su principal
arma es el engaño. Si nos dejamos engañar jamás usaremos
el domino que se nos ha dado y jamás venceremos las crisis
del mundo. Satanás ha hecho que los cristianos se sientan
avergonzados de ser cristianos. Un sinnúmero de cristianos
han tenido miedo de llevar una Biblia por la calle. Se ponen
nerviosos al pensar que serán sorprendidos en oración. Y en
cuanto a la autoridad –ya sea sobre Satanás o sobre el orden
natural– su timidez es asombrosa. Dios quiere que asuma-
mos nuestra autoridad. La ley del dominio, si se ejerce debi-
damente, la garantizará.
Tiene que ser expresado
La ley del dominio depende de la palabra hablada. Tene-
mos que tomar autoridad expresándola. No debemos de dis-
cutir con Satanás, sencillamente decimos: ¡En el nombre de
Jesús, te mando que salgas de aquí, Satanás! Otra vez el pun-
to central es “tener fe en Dios” 2. El arma con que se maneja
la autoridad de Dios es la Palabra de Dios, la cual fue descrita
por Pablo como la “espada del Espíritu”3. Simplemente de-
bemos proclamar la autoridad que Dios nos ha restaurado.

1. Oseas 4:6
2. Marcos 11:22
3. Efesios 6:13,17
NUEVE

LA LEY DE LA
FIDELIDAD

L as Escrituras muestran que uno de los atributos


de Dios es la fidelidad. Él sobre todas la cosas per-
manece fiel a sus promesas. Él no se puede des-
decir; Él no puede faltar a lo que promete, porque lo que pro-
mete, hay que tener por seguro, que lo cumplirá a su tiempo.
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que
guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan
sus mandamientos, hasta mil generaciones” 1. Es una ley del
reino de Dios, la ley de la fidelidad.

La voluntad de Dios
Lo que Él desea para sus hijos, que han de ser sus colabo-
radores en la propagación del evangelio, es que observen la
ley de la fidelidad en todo lo que hagan o se han propuesto
hacer. La ley de la responsabilidad va junto con la ley de la fi-
delidad. La aceptación de que la bendición de servir a Dios
conlleva una responsabilidad --a la que no podemos ser aje-
nos-- implica que nuestro servicio debe hacerse con fideli-
dad. El apóstol Pablo lo recalcó: ahora bien, se requiere de
los administradores, que cada uno de ellos sea hallado fiel.” 2
Dios toma muy en serio lo de ser fieles en los encargos que se
nos den y que brillemos en ellos.
La ley de la fidelidad 37

En las relaciones humanas


Una de las cosas que más está destruyendo los matrimo-
nios y las familias es justamente que los cónyuges tomen la
decisión de quebrantar este principio, esta ley, la ley de la fi-
delidad. En este mismo momento en todo el mundo se está
quebrantando la fidelidad conyugal. Ser fieles el uno al otro
es uno de los ingredientes que la pareja matrimonial debe
usar para la construcción familiar.

La fidelidad puesta en ejercicio trae a las relaciones huma-


nas confianza, seguridad, protección; desaparecen por com-
pleto todas las dudas que se generan la falta de esta.

La aplicación de la ley de la fidelidad abre puertas que ja-


más pensamos que se pudieran abrir: “y su señor le dijo:
bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mu-
cho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” 3 Son innumera-
bles los testimonios de personas que empezaron desde muy
abajo con un simple encargo en una empresa y al final llega-
ron a ser los dueños de la empresa, simplemente por la fideli-
dad demostrada. “Y aunque tu principio haya sido pequeño,
tu postrer estado será muy grande.”4

Esta ley es invariable, no cambia y es una herramienta del


reino para poder lograr el cambio que el mundo necesita ya.
Dios quiere rodearse de hombres y mujeres fieles que cum-
plan con sus responsabilidades para con Dios y los hombres.

1. Deuteronomio 7:9
2. 1 Corintios 4:2
3. Mateo 25:2
4. Job 8:7
DIEZ

LA LEY DEL
CAMBIO

E l mundo tal como está, y como va, muestra una


sola cosa: que le ha dado completamente la es-
palda a Dios, a su Palabra, a sus principios, a sus
leyes. Todo el mundo hace lo que cree que es correcto. A lo
bueno, a lo sano, lo llama malo y a lo malo lo llama bueno, ha
tergiversado todo. La Biblia dice: “y cambiaron la verdad de
Dios por la mentira…” 1. El hombre ha tomado una decisión
trascendental: dejó de creerle a Dios, su Creador, su Hace-
dor y al desobedecerlo creyó en sí mismo, en su carne y en Sa-
tanás. El hombre cambió el orden natural de las cosas y se
perdió.
La intención de Dios
Cuando la Biblia dice: “y creó Dios al hombre a su ima-
gen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” 2 Su
intención era que estuvieran con Él, que caminaran con Él,
que hicieran cosas junto a Dios. Marcos declara: “y estable-
ció a doce, para que estuviesen con Él, y para enviarlos a pre-
dicar.” 3 Jesús estableció a sus discípulos para enseñarles,
guiarlos, instruirlos y no para que cada uno de ellos hiciera lo
que quisiera. Hoy en día esto no sucede, el hombre camina
sin rumbo, sin esperanza, las naciones están a la deriva por-
que han elegido alejarse de Dios y no escuchar su voz.
Se necesita un cambio
El hombre necesita volver a su Creador, necesita cambiar
La ley del cambio 39

de manera de ser y de vivir. Volver a los principios y funda-


mentos para los cuales el hombre fue creado. Para estar con
Dios. Cuando no hay guía y dirección el hombre cae en el
caos. La Biblia dice: “en aquellos días no había rey en Israel;
cada uno hacía lo que bien le parecía.” 4 De esta situación el
hombre tiene que volverse, tomar una decisión. Así como el
hijo pródigo se dio cuenta de lo mal que estaba sin la cober-
tura de su padre y tomó la decisión de regresar a casa, el hom-
bre tiene que regresar a Dios.
En Cristo
La escritura es bien clara: “de modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí to-
das son hechas nuevas.” 5 Aquí es donde entra en funciona-
miento la ley del cambio. Todo tiene que cambiar, hacerse
nuevo, si antes robaba ya no debo robar, si antes mentía ya no
debo mentir, si antes hacia lo que quería ahora ya no lo hago.
La persona decide acercarse a Dios, le da la cara y ya no la
espalda, empieza a escuchar a Dios y a obedecerlo. Pero la
ley del cambio no es de un momento, sino que se debe de
guardar todos los días de nuestra vida porque el adversario
está siempre atento para que en cualquier debilidad que ten-
gamos, retrocedamos.
El cambio hay que mantenerlo. La lucha es diaria para el
cristiano; los tiempos son difíciles, pero aplicando esta ley
obtendremos la victoria para nosotros y el mundo.

1.- Romanos 1:25


2.- Génesis 1:27
3.- Marcos 3:14
4.- Jueces 17:6
5.- 2 Corintios 5:17
CONCLUSION

Para terminar el tiempo que has tenido con Dios a través


de la lectura de este libro maravilloso, solo te queda dar un
gran paso para que estos principios o leyes expuestas se acti-
ven para ti y tu vida tenga un cambio total.

¿Qué es lo que tienes que hacer? Simplemente inclina tu


rostro, y haz esta oración: “Señor Jesús reconozco que soy
pecador y que te necesito, me arrepiento y te pido perdón
por todos mis pecados. Te abro mi corazón y te recibo como
mi Salvador y Señor; gracias Jesús”.

Ahora eres un hijo de Dios y lo que tienes que hacer es


buscar una iglesia cristiana cerca de tu casa, empezar a leer la
Biblia, orar a Dios (conversar con Él) y compartir con los tu-
yos lo que Dios ha hecho contigo. Todo esto te llevará a cre-
cer en esta que es tu nueva vida unido a Jesús.

¡Que Dios te bendiga!

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