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Camilo Henríquez

(Valdivia, actual Chile, 1769 - Santiago de Chile, 1825)


Religioso y político chileno. Propagador de la causa de
la Independencia, fue el pionero del periodismo en su
país.

Camilo Henríquez estudió en Perú, en el colegio de los


frailes de la Buena Muerte, donde fue ordenado
sacerdote. Sus lecturas teológicas estuvieron también
acompañadas por los libros
de Voltaire, Montesquieu, Rousseau y otros ilustrados
cuyo pensamiento presagiaba la Revolución Francesa.
Ello lo puso en el punto de mira del Santo Oficio, que le
abrió un proceso del que sin embargo quedó libre. Estando en Quito fue testigo de la insurrección
de Ecuador y se solidarizó de inmediato con lo que consideraba una lucha justa contra la tiranía.

Cuando tuvo noticias de que estaba sucediendo lo mismo en Chile, regresó apresuradamente a su
país para unirse a los patriotas. A partir de 1811 fue uno de los prohombres clave en la
independencia de Chile y participó en la mayor parte de los sucesos políticos y militares de la
época. Ese mismo año, en un sermón pronunciado en la catedral de Santiago, reclamó la
independencia de la patria chilena.

Desde su regreso a Chile, Henríquez se dedicó al periodismo y aprovechó el desarrollo de la


imprenta que trajo consigo la independencia. A través de sus artículos lanzaba encendidas
soflamas que parecían querer recrear los ardientes escritos de Jean-Paul Marat. En 1812, a
instancias de José Miguel Carrera, editó su propio periódico, titulado La Aurora de Chile, del que
aparecieron casi cincuenta números, todos ellos con artículos de Henríquez. En 1812 escribió El
catecismo de los patriotas, donde realiza una vigorosa defensa de la libertad y la razón frente al
despotismo, la superstición y la ignorancia. En 1813 se suspendió la publicación de La Aurora de
Chile por ser considerada excesivamente liberal y desestabilizadora; en su lugar se publicó El
Monitor Araucano, periódico también dirigido por él, de corte más administrativo.
Senador en el período de 1812 a 1814, presidió el senado en 1813, fomentando la abolición de la
pena de muerte y la protección y civilización de los indígenas. Colaboró en la redacción del
reglamento constitucional de 1812, en el que se establecía la soberanía del pueblo y se prohibía
expresamente acatar órdenes emanadas por autoridades que residieran fuera del país. Tras el
desastre de Rancagua huyó a Mendoza y siguió hasta Buenos Aires. Allí dio a conocer en 1815
un ensayo, Acerca de las causas de los sucesos desastrosos de Chile, en el que abandonaba el
radicalismo democrático en favor de un poder sólido y resolutivo.
A invitación de Bernardo O'Higgins, regresó en 1822 a su país, donde continuó su labor periodística
como fundador de El Mercurio de Chile, colaborador de El Curioso y redactor del Diario de la
Convención de Chile. A su vez, se preocupó también de la educación, impulsando el sistema
lancasteriano de enseñanza. Retomó su actividad política en calidad de diputado por Valdivia en
el Congreso de 1823 y de representante de Copiapó en el período 1824-1825. En el Parlamento
presentó diversos proyectos de importancia. En 1823, tras la renuncia de Manuel de Salas, fue
nombrado director de la Biblioteca Nacional. Recibió autorización eclesiástica para secularizar y
se le nombró capellán militar.
Camilo Henríquez compuso dos piezas teatrales, Camila o La patriota de Sudamérica y La
inocencia en el asilo de las virtudes; sin embargo, como autor literario no tuvo particular mérito.
Máximo reconocimiento merece en cambio su incansable labor periodística como articulista y
fundador de diversas revistas y periódicos, entre los que destaca uno destinado a ejercer una gran
influencia en el futuro: El Mercurio de Chile.

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