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SISTEMA TRIBUTARIO
2.1. definición del sistema tributario
Según el autor afirma que:
El sistema tributario es el nombre aplicado al sistema impositivo o de recaudación de
un país. Consiste en la fijación, cobro y administración de
los impuestos y derechos internos y los derivados del comercio exterior que se recaudan
en el país, además administra los servicios aduanales y de inspección fiscal, La tendencia
universal es a que haya varios impuestos y no uno solo. Podemos resumir que un sistema
es conjunto de impuestos que rigen en un país en un determinado momento. (Dulio
Leonidas, 2010, pág. 10)
“En Cuba el sistema tributario está regido por la Ley No. 73 del 4 de agosto de 1994,
aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular.”
Desde un punto de vista normativo (lo que debe ser), un sistema tributario cumple ciertos
requisitos para ser una estructura tributaria idónea. Un sistema tributario debe estar
diseñado para atender los siguientes objetivos:
Debe permitir alcanzar los objetivos de la política fiscal (máxima equidad posible,
menor interferencia posible en la asignación de los recursos de la economía y promover
la estabilidad y el crecimiento económico).
Minimizar los costos del sistema, ya sean los que incurre el contribuyente como los
de la administración fiscal (la organización estatal dedicada a la percepción y
el control impositivo)
Lograr un rendimiento fiscal adecuado, lo que implica alcanzar una recaudación
en función de los objetivos propuestos, tanto desde el punto de vista del financiamiento del
gasto público como de incidir en la economía. (Dulio Leonidas, 2010, pág. 10)
Según Delgado Lobo, la Educación Tributaria es considerada como una actividad que
solo concierne a los adultos y el pagar sus tributos es de ellos, bajo este contexto, los
jóvenes no tendrían que preocuparse por la tributación ya que serían totalmente ajenos al
hecho fiscal hasta que no se incorporaran a la actividad económica y estuvieran obligados
al cumplimiento de obligaciones tributarias formales, en este sentido la educación
tributaria de los ciudadanos más jóvenes carecería de sentido desde otra perspectiva.
(Dulio Leonidas, 2010, pág. 20)
Pero en realidad se observa que los jóvenes, desde edades muy tempranas ya empiezan
a incorporarse a la actividad económica no sólo a través de la familia y la escuela, estos
empiezan muy pronto a tomar decisiones económicas como consumidores de bienes y
servicios. El hecho de que los jóvenes no estén sujetos a obligaciones tributarias concretas
no significa que sean totalmente ajenos a la tributación. (Dulio Leonidas, 2010, pág. 20)
El sistema educativo tiene como función formar e informar a los contribuyentes y a los
jóvenes, es una tarea doble, decisiva para la comunidad donde la vertiente formativa es tan
importante como la informativa porque se refiere a la socialización, proceso mediante el
cual los individuos aprenden a conformar su conducta a las normas vigentes en la sociedad
donde viven. (Dulio Leonidas, 2010, pág. 20)
No cabe duda de que la conducta fiscal adulta sería distinta si se educara adecuadamente
desde niños y jóvenes de la sociedad, como ya se viene haciendo en otros países. El sistema
educativo puede preparar a los jóvenes para el momento en que deban cumplir sus
obligaciones como contribuyentes, impartiendo una serie de conocimientos básicos que
expliquen el sentido, el alcance y la finalidad de los impuestos. (Dulio Leonidas, 2010,
pág. 21)
La percepción que se tiene en forma general del sistema tributario es que ocho de cada
diez peruanos tolera evasión de impuestos. Es cierto que, cada vez hay una mayor
conciencia o indignación frente a la corrupción, sin embargo, la mayoría de la población
repudia los actos que transgreden el cumplimiento de las obligaciones y responsabilidades.
(Dulio Leonidas, 2010, pág. 30)
Esto revela la tolerancia en los ciudadanos ante la evasión en el pago de los tributos.
Según una encuesta de Ipsos Apoyo, el 80% de la población peruana “evadiría el pago de
impuestos si supiera que no lo descubrirían”. Mientras que solo un 20% de los individuos
rechazaría la evasión del pago de impuestos. Esto induce a los contribuyentes a ser
morosos y acumular más deudas con la SUNAT. (Dulio Leonidas, 2010, pág. 30)
El 82% de la población no pediría factura para evitar pagar el IGV. Estas actitudes de
la ciudadanía estarían siendo alimentadas, de alguna manera, por la percepción de bajo
desempeño que se tiene la SUNAT en la lucha contra la corrupción. El estudio muestra
que el 47% de los ciudadanos respondió que el desempeño de la administración tributaria
en la lucha contra la corrupción es regular y un 19% refiere que es mala. (Dulio Leonidas,
2010, pág. 31)
Según el autor menciona que:
Por otro lado, la población, es permisiva con la corrupción ya que el 91% de los
ciudadanos no ha denunciado cuando le pidieron coimas o haber entregado coimas. Una
justificación estaría en que el 55% de las personas no sabe dónde denunciar los actos de
corrupción, pero también porque las denuncias realizadas no generan resultados: el 78%
de las personas cree que los resultados de las denuncias son poco efectivos o nada
efectivos. (Dulio Leonidas, 2010, pág. 31)
“Hay tres elementos indispensables para lograr una política tributaria que mejore la
equidad en los países de América Latina, siendo estos:”
Asimismo, concluye que los países de América Latina aparte de ser los países más
pobres del mundo son también los que tienen las tasas más altas de desigualdad de
ingresos, en donde un pequeño porcentaje de la población concentra gran parte de la
riqueza mientras un gran número habitantes se encuentran por debajo de los niveles de
subsistencia. En este contexto sostiene Vito Tanzi que en América Latina los ingresos
están distribuidos en forma desigual, considerando que la recaudación de los ingresos
tributarios deben recaer en los ricos, por lo tanto estos deben soportar la mayor carga
tributaria que los pobres, pero el poder económico y político de los contribuyentes ricos
les permite impedir la adopción de reformas fiscales que incrementaría su carga tributaria.
(Dulio Leonidas, 2010, pág. 34)
CAPITULO III
ECONOMIA DEL PERÚ
3.1. comportamiento de la economía peruana
Según el autor afirma que:
La economía peruana se encuentra inmersa en varios retos en el transcurso del año.
Los problemas climatológicos del fenómeno de El Niño costero y los casos de
corrupción, han afectado directamente a nuestra economía. (INEI, 2017, pág. 9)
“El entorno económico internacional ha sufrido grandes y drásticos cambios durante los
últimos años, desembocando en importantes transformaciones estructurales y
desequilibrios agudos.”
Dentro de las tendencias que se han dado se pueden resaltar las siguientes:
Cambios en el uso de las materias primas. Los materiales sintéticos ganan importancia
relativa con respecto a los productos primarios.
Modificaciones en el uso de la mano de obra. La automatización ha sustituido gran
parte de la mano de obra no calificada y a la vez ha crecido la demanda por mano de
obra calificada.
Mayor énfasis en producción industrial. Este tipo de bienes han adquirido mayor valor
con respecto a la producción primaria.
3.3. Actividades económicas de Perú
Según la fuente (INEI, 2017, pág. 50) afirma que:
El Perú es un país ubicado en Sur América con una superficie total de 1.285.216 km² y
una población estimada de 31 millones. El país es considerado como uno de los más
diversos del mundo, condición reflejada en su multitud de paisajes: valles, mesetas,
desiertos, selva, costas etc. Es para muchos un país en vía de desarrollo que ha logrado
grandes avances en los últimos años.
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional para el 2016, la economía del
Perú es la quincuagésima segunda (52ª) más grande del mundo (séptima en Latinoamérica)
con un PIB de US$ 206.542 millones, detrás de otras economías latinoamericanas
como Venezuela 32ª (US$333.715 millones) y Colombia 42ª (US$274.135 millones).
Perú es la séptima economía más grande de América Latina, detrás
de Brasil, México, Argentina, Colombia, Venezuela y Chile.
El alza en el precio del petróleo y la fortificación del dólar son algunas causas que provocan
un nuevo dilema financiero.
El Perú, Brasil, Chile, Argentina y México son algunos de los países latinoamericanos que
sufren en las últimas semanas por el alza del dólar y el impacto en la economía doméstica.
En este “Mayo Negro”, solo basta revisar el comportamiento de las principales economías
de la región para ver que la volatilidad cambiaria, los tropiezos bursátiles y la reducción
de las expectativas de crecimiento afecta a los americanos con igual intensidad.
El desarrollo, según Amartya Sen, puede ser entendido como la expansión de libertades
individuales o de capacidades humanas. Esta concepción parte de la premisa que el
incremento de las rentas personales no es el único medio para expandir las libertades en
una sociedad pues existen también otros factores como los derechos humanos o el papel
de las instituciones sociales y económicas. Bajo esta mirada, es necesario fomentar las
capacidades humanas esenciales como, por ejemplo, tener acceso a recursos adecuados
para lograr un nivel de vida decorosa y participar en la vida en comunidad.[1] Los bienes
son solo herramientas para poner en marcha aquellas actividades que lleven a una vida
digna. Pobres serán, entonces, aquellas personas que no solo tengan escasos recursos
económicos sino, sobre todo, quienes tienen menos opciones entre las cuales elegir con
libertad.
Así pues, uno de los requisitos para hablar de desarrollo como expansión de libertades
es la estabilidad del sistema democrático y, en este orden de ideas, la corrupción es un
indicador que mide dicha estabilidad. Y es que en un sistema democrático donde los
índices de corrupción son altos, esta situación se ve reflejada en la perpetuidad de las
desigualdades sociales existentes y en la vulneración de diversos derechos a causa de
conductas que pueden calificar como delitos contra la administración pública, además de
los efectos negativos que genera en las economías nacionales. Para afirmar entonces que
estamos ante una democracia genuina, los derechos humanos deben estar garantizados. No
obstante, la presencia de corrupción endémica es un obstáculo para el ejercicio pleno de
los derechos, sobre todo por parte de los más pobres. (INEI, 2017, pág. 80)