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Casa de Oración Iglesia del Nazareno

Tema 28: Llamados a perdonar.


Base bíblica: 2 Corintios 2:5-11.
Introducción
Cristo le enseñará una y otra vez, que mientras usted vive deberá perdonar tantas veces
como sea necesario. Una vida plena será imposible mientras usted no abrace y practique el
mandato de amar a su prójimo, lo cual implica la necesidad de perdonar.

Perdonar, puede resultar ser tan difícil, sobre todo cuando usted no ha tenido
responsabilidad en el génesis de la ofensa. Dios desea que usted aprenda a perdonar. Por
tanto, usted necesita un corazón noble que le ayude a entender que de la misma manera
como Cristo perdonó, de la misma manera Dios desea que usted lo haga.
Es un hecho que todo aquel que desea ser plenamente feliz, debe aprender a perdonar.
Aquellos que no perdonan, se condenan a vivir en un estado de constante amargura. ¿Qué
desea usted? ¿Ser plenamente feliz, o vivir en constante amargura? Considere las
siguientes verdades contadas por el apóstol Pablo:
1. Perdonar restaura el gozo.
“Así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea
consumido de demasiada tristeza”.

Cuando usted perdona, le concede a quien falló una libertad que le permitirá recuperar el
gozo. Aquella persona que pecó, de la cual Pablo estaba hablando, estaba consumida por
una tristeza profunda. Es por eso que Pablo pide que le concedan el perdón y le consuelen
para que pueda recuperar el deseo de vivir.
Es probable que mientras usted no perdona a esa persona que le ofendió, sin saberlo,
usted le esté reteniendo el gozo. Si aquella persona que le ofendió se arrepintió, entonces
usted deberá hacer lo propio: perdonar. El perdón produce gozo. No se convierta en un
esclavo de la amargura, perdone y así podrá continuar avanzando hacia el destino que
Dios ha preparado para usted.
2. Perdonar confirma el amor.
“Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él”.

Si usted en verdad ama, perdonar será solo una consecuencia de lo primero. La falta de
perdón es otra forma de asesinato. Mientras se lleve en el corazón una ira profunda, o un
odio encendido contra alguien, usted será culpable ante Dios de asesinato (1 Juan 3:15).
Pero si usted perdona, tanto usted, como la persona que lo ofendió, experimentarán el
amor de Dios.
Si usted es de los que dice: te amo, pero no te perdono, usted está en una contradicción. El
amor no guarda rencor, tampoco es egoísta. La mejor manera de demostrar que en verdad
tenemos un corazón limpio y aprobado por Dios, y que además amamos, es ejerciendo la
virtud del perdón. Le pregunto: ¿por qué usted afirma que Dios lo ama? Porque ¿está vivo?
Hay muchas personas vivas y ellos ignoran el amor de Dios. ¿Usted cree que Dios lo ama
porque usted tiene una casa o un empleo? Hay muchas personas que tienen ambas cosas
e ignoran el amor de Dios. Pero la verdad es que usted y yo sabemos que Dios nos ama
por una razón muy sencilla: Dios nos perdonó. Quien perdona, testifica del amor.
3. Perdonar, estorba a satanás.
“Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”.

El diablo nunca se hará tan poderoso como cuando logra entrometerse entre una rivalidad,
pleito o división. El diablo se alimenta del odio de las personas, especialmente en las
familias y en la iglesia. El destruye las vidas de aquellos que admiten el odio en sus
corazones. Con “tomar ventaja” el apóstol Pablo quiso decir: “podría destruirlos”. Si usted
sabe que debe perdonar a alguien, es mejor que lo haga, de lo contrario, usted se expone a
la destrucción.
Si usted necesita ser perdonado, es mejor que busque a quien ofendió y haga lo propio.
Las personas se quejan de su condición, pero pocas veces se atreven a indagar sobre las
causas de su estado. En muchas ocasiones, la causa es la misma: odio, resentimiento.
Ocúpese de mantener su corazón limpio. Quizá alguien le debe dinero, alguien más le
mintió. Entonces no se exponga a las maquinaciones de satanás en su contra. Deténgalas,
evite que el enemigo lo destruya.
Conclusión
Perdone. No se permita albergar rencor o ningún tipo de resentimiento en su interior. Dios
quiere que usted goce de un corazón noble y amoroso. Reflexione y determine perdonar
como lo hizo Jesús.

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