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HACIENDA AUTONÓMICA Y LOCAL

LA HACIENDA AUTONÓMICA
En un periodo de treinta años, España ha pasado de tener una estructura
administrativa casi completamente centralizada a situarse entre los países más
descentralizados de la OCDE, por delante de muchas naciones con una larga tradición
federal. Hoy en día, respecto a los gobiernos regionales, destacar que son con
diferencia la mayor de las administraciones públicas españolas, absorbiendo más de un
tercio de su gasto total y más de la mitad de su personal.
Las administraciones autonómicas tienen un papel bastante decisivo en muchos
sentidos, ya que ellas mismas se ocupan de la gestión de los servicios públicos con una
incidencia más directa sobre el bienestar de los ciudadanos, incluyendo la sanidad, la
educación y los servicios sociales. A su vez, debido a la dimensión alcanzada es evidente
que su actuación tiene ciertas implicaciones macroeconómicas que podrían poner en
compromiso la capacidad de la administración central para alcanzar importantes
objetivos, entre ellos la estabilización de las fluctuaciones cíclicas y la sostenibilidad
presupuestaria a largo plazo.
En España existen dos modelos de financiación de las Comunidades Autónomas: el
régimen común y el régimen foral.
A su vez, dentro del régimen común, Canarias poseen un régimen económico y fiscal
especial por razones históricas y geográficas, que se ha regulado teniendo en cuenta
las disposiciones de la Unión Europea sobre regiones ultraperiféricas.
En cuanto a Ceuta y Melilla, son dos ciudades que participan de la financiación
autonómica, de conformidad con sus Estatutos de Autonomía y también del régimen de
financiación de las Haciendas Locales. Asimismo, disponen de un régimen de fiscalidad
indirecta especial, caracterizado entre otros aspectos porque en su territorio se aplica
el Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación, en lugar del IVA.
La Constitución Española se refiere al sistema de financiación de las Comunidades
Autónomas en los artículos 156 a 158. Asimismo, reconoce las especialidades de los
territorios forales y de Canarias.
Junto con los recursos que el sistema de financiación proporciona a las Comunidades
Autónomas, hay que añadir el resto de recursos de que estas disponen: tributos
propios, transferencias de los Presupuestos Generales del Estado, fondos de la Unión
Europea, entre otros. A sí mismo, las Comunidades Autónomas pueden obtener
financiación acudiendo al endeudamiento, en los términos previstos por la normativa
vigente.
Por ello, respecto a la hacienda pública autonómica, se trata de un tema con un peso
importante dentro de la agenda de investigación de FEDEA. Además, en esta área
coexisten varias líneas de trabajo. El Observatorio de las Comunidades Autónomas se
dedicará al seguimiento sistemático de las cuentas de las administraciones
autonómicas y de las liquidaciones de su sistema de financiación. A su vez, se
elaborarán y mantendrán series anuales de financiación regional a competencias
homogéneas e igual esfuerzo fiscal en las que se depurará la información oficial sobre
el tema con el fin de mejorar la comparabilidad de los datos de financiación existentes
para las comunidades de régimen común. Es de gran importancia destacar el nuevo
Sistema de Cuentas Públicas Territorializadas, una nueva herramienta estadística en
cuyo diseño ha participado FEDEA que permite realizar un análisis detallado de la
incidencia territorial de los gastos e ingresos del sector público español, enriqueciendo
así un debate que tradicionalmente se ha abordado desde la muy limitada perspectiva
que ofrecen las llamadas balanzas fiscales regionales.
En conclusión, FEDEA intentará contribuir al debate sobre el diseño óptimo y las
reformas necesarias del sistema de financiación regional. Se trata de una pieza
enormemente importante de nuestro marco institucional cuyo correcto diseño es vital
para garantizar el buen funcionamiento del Estado autonómico porque se trata del
componente de nuestro sistema legal que tiene que garantizar y hacer consistentes
entre sí dos principios constitucionales básicos, la autonomía y la igualdad, así como
asegurar que las distintas administraciones rinden cuentas correctamente a sus
ciudadanos y tienen por tanto los incentivos adecuados para maximizar su bienestar.

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