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El aparato circulatorio

El aparato circulatorio proporciona oxígeno y


nutrientes a los tejidos corporales y retira los
productos de desecho de las células de los tejidos.
Esta ilustración muestra el corazón y los diferentes
tipos de vasos sanguíneos del sistema circulatorio
humano. Los vasos rojos indican sangre oxigenada,
transportada normalmente por las arterias. Los
vasos azules muestran sangre pobre en oxígeno,
transportada por las venas. Los vasos finos que se
ramifican a partir de las venas y las arterias son los
capilares, conductos con paredes finas y
permeables, que permiten el intercambio de
sustancias entre la sangre y los tejidos corporales.
El sistema endocrino
El sistema endocrino consiste en varias glándulas
que segregan sustancias químicas, llamadas
hormonas, al flujo sanguíneo. Las hormonas
influyen y regulan diversas actividades como el
metabolismo, el crecimiento, el desarrollo mental
y el comportamiento emocional.
AL APARATO URINARIO
El aparato urinario elimina los productos de
desecho del organismo y ayuda a regular el
agua y el equilibrio químico. Los órganos del
aparato urinario incluyen los dos riñones, de
forma oval, cada uno con un tubo delgado y
largo llamado uréter, que conecta con la vejiga.
Otro vaso tubular, la uretra, se extiende desde
la vejiga al exterior del organismo.
EL ESQUELETO
El esqueleto humano es una estructura
fuerte y flexible formada por 206 huesos,
que soporta el cuerpo y protege los órganos
internos. Además, los huesos del esqueleto
almacenan calcio, un mineral esencial para
la actividad de las células nerviosas y
musculares. El núcleo blando del hueso, la
médula ósea, es el lugar en el que se
forman los glóbulos rojos, ciertos glóbulos
blancos y las plaquetas. Los huesos tienen
diferentes tamaños y formas, adaptados
para realizar funciones específicas. El
esternón, por ejemplo, es una lámina ósea
que ayuda a proteger el corazón y los
pulmones en el pecho. Los huesos
fusionados del cráneo encierran en su
interior el encéfalo. Los huesos cortos y
delicados de la muñeca y la mano
aumentan la destreza y proporcionan una
considerable flexibilidad en los
movimientos pequeños y precisos. Los
huesos largos y pesados de las piernas
actúan como palancas resistentes a la hora
de realizar movimientos rápidos o
enérgicos.
EL SISTEMA NERVIOSO
El esqueleto humano es una estructura
fuerte y flexible formada por 206
huesos, que soporta el cuerpo y
protege los órganos internos. Además,
los huesos del esqueleto almacenan
calcio, un mineral esencial para la
actividad de las células nerviosas y
musculares. El núcleo blando del hueso,
la médula ósea, es el lugar en el que se
forman los glóbulos rojos, ciertos
glóbulos blancos y las plaquetas. Los
huesos tienen diferentes tamaños y
formas, adaptados para realizar
funciones específicas. El esternón, por
ejemplo, es una lámina ósea que ayuda
a proteger el corazón y los pulmones en
el pecho. Los huesos fusionados del
cráneo encierran en su interior el
encéfalo. Los huesos cortos y delicados
de la muñeca y la mano aumentan la
destreza y proporcionan una
considerable flexibilidad en los
movimientos pequeños y precisos. Los
huesos largos y pesados de las piernas
actúan como palancas resistentes a la
hora de realizar movimientos rápidos o
enérgicos.
SISTEMA MUSCULAR
(ANTERIOR)
La siguiente ilustración muestra la compleja red
de músculos esqueléticos del cuerpo. Los
músculos esqueléticos se unen a los huesos del
esqueleto y permiten los movimientos
voluntarios. Un músculo esquelético se une a los
huesos que constituyen la articulación, bien
directamente o por medio de un tendón o una
banda fibrosa llamada fascia. Los huesos se
mueven cuando los músculos se contraen o se
acortan en la articulación. El tamaño de un
músculo depende de la función que desempeña.
Cuando se requiere destreza, como en los dedos,
los músculos suelen ser muy pequeños. Cuando
se necesita fuerza, como en el muslo, los
músculos son grandes.
SISTEMA MUSCULAR (POSTERIOR)
La siguiente ilustración muestra la compleja red
de músculos esqueléticos del cuerpo. Los
músculos esqueléticos se unen a los huesos del
esqueleto y permiten los movimientos
voluntarios. Un músculo esquelético se une a los
huesos que constituyen la articulación, bien
directamente o por medio de un tendón o una
banda fibrosa llamada fascia. Los huesos se
mueven cuando los músculos se contraen o se
acortan en la articulación. El tamaño de un
músculo depende de la función que desempeña.
Cuando se requiere destreza, como en los dedos,
los músculos suelen ser muy pequeños. Cuando
se necesita fuerza, como en el muslo, los
músculos son grandes.
SISTEMA RESPIRATORIO
El aparato respiratorio está compuesto por los
pulmones, un par de órganos elásticos situados
en la cavidad torácica o tórax, y los tubos de aire
que conducen hasta ellos. El aire que entra en los
pulmones proporciona oxígeno a las células del
organismo. El aire expulsado de los pulmones
elimina el dióxido de carbono del organismo. En
el proceso de la respiración, el aire entra en el
sistema respiratorio a través de la nariz o la boca.
Pasa entonces a través de la laringe y llega a la
tráquea. En el centro del pecho
aproximadamente, la tráquea se divide en dos
tubos, los bronquios derecho e izquierdo. El
bronquio derecho se divide en tres ramas, que
llevan el aire a los tres lóbulos del pulmón
derecho. El bronquio izquierdo se bifurca en dos
ramas, que proporcionan aire a los dos lóbulos
del pulmón izquierdo.
EL SISTEMA RESPIRATORIO
Los órganos del sistema digestivo
descomponen el alimento en sustancias más
sencillas, para que puedan ser absorbidas por la
corriente sanguínea. Esos órganos también
eliminan la materia no digerible y los productos
de desecho del cuerpo a través de la excreción.
El sistema inmunológico
El sistema inmunológico defiende el cuerpo de la
invasión de organismos que pueden causar
enfermedades. El sistema inmunológico utiliza dos
mecanismos de defensa: la inmunidad innata y la
inmunidad adquirida. La respuesta inmunitaria
innata ocurre inmediatamente para proteger el
cuerpo de cualquier tipo de sustancia extraña. Este
sistema utiliza barreras, como la piel y las
membranas mucosas que revisten todas las
cavidades corporales, y sustancias químicas
protectoras, como las enzimas de la saliva y las
lágrimas, que destruyen las bacterias. La respuesta
inmunitaria adquirida, que requiere de una
exposición previa a la sustancia extraña, se basa en
la acción de glóbulos blancos especializados,
llamados linfocitos, para responder a tipos
específicos de invasores extraños. Los linfocitos B
producen unas proteínas llamadas anticuerpos,
que circulan en la sangre y atacan a los organismos
específicos que causan las enfermedades. Los
linfocitos T atacan a los organismos invasores
directamente.
SISTEMA REPRODUCTOR
MASCULINO
La función principal del aparato reproductor
masculino es producir espermatozoides, las
células reproductoras masculinas, y liberarlos
en el cuerpo de la mujer. A diferencia de las
estructuras reproductoras de las mujeres, las
estructuras reproductoras masculinas están
localizadas fuera de la pelvis. Esa situación
externa mantiene la temperatura del esperma
ligeramente más baja que la temperatura
corporal, algo necesario para su desarrollo
normal.

Haga clic sobre las palabras en rojo para


obtener más información sobre las partes del
aparato reproductor masculino.
EL SISTEMA REPRODUCTOR
FEMENINO
El papel del aparato reproductor femenino es más
complejo que el del masculino. Además de producir
células sexuales conocidas como óvulos, el cuerpo
femenino también protege y nutre al feto durante un
periodo de unos nueve meses, mientras crece dentro
del útero de la madre. Además, las mamas de la mujer
sirven para proporcionar sustento a los recién nacidos.

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