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Supuestos Filosóficos de la

Epistemología de las Ciencias Sociales


de

[ INTRODUACCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES ]


OBJETIVOS:

Reconocer los fundamentos filosóficos que han sostenido la investigación epistemológica

Comprender el rechazo que en la antigüedad se hizo del conocimiento empírico así como de
todo lo que ello conlleva

Diferenciar las tradiciones del Realismo del Idealismo, así como diferenciar entre lo que sería
una pregunta por el conocimiento humano en la antigüedad de lo que es la modernidad.

REALISMO Y GNOSEOLOGÍA: LA PREOCUPACIÓN FILOSÓFICA POR EL SABER

La reflexión que se ha desarrollado históricamente en torno al conocimiento puede ser


comprendida a partir de dos grandes conceptos que clasifican la teorización Epistemológica
como tal: Realismo e Idealismo. Se trata de dos grandes conceptos que si bien surgen en
contextos eminentemente filosóficos, se actualizan constantemente en las teorías
epistemológicas contemporáneas. En ese sentido hoy se habla de epistemologías realistas e
idealistas, queriendo señalar de esa manera el enfoque que posee cada teoría como tal. Luego,
lejos de pretender simplemente una historia sobre la génesis de estos conceptos, pretendemos
exhibir las principales características de estos conceptos, así como las implicaciones que de ellos
se deriva para la investigación Epistemológica.

Desde los inicios mismos de la reflexión filosófica los primeros pensadores se preocuparon por
problemas relativos al conocimiento. PARMÉNIDES (515 a.C.) distinguió en su Poema, única
obra conocida de este pensador, dos vías o caminos que aparecen para el investigador ante
cualquier objeto de conocimiento: que el objeto es, existe y por eso puede ser pensado, o que
el objeto no es, no existe y es imposible pensarlo. Lo que se señala a través de esta distinción es
la separación de dos ámbitos, uno en el que es posible la episteme, conocimiento, y el otro el
que constituye como tal la doxa, u opinión.

Pues bien, ahora yo te diré (y recuerda tú mi palabra cuando la hayas escuchado) cuáles
son las únicas vías de investigación en las que puede pensarse. La primera, que es y que es
imposible que no sea, es el camino de la Persuasión (ya que sigue a la Verdad). La otra, que
no es y que necesariamente tiene que no ser, ésta, te lo aseguro, es una vía
completamente impracticable, ya que nadie puede conocer lo que no es -ello es imposible-
ni expresarlo. Pues lo mismo es lo que puede pensarse y lo que puede ser. Aquello sobre lo
que se puede hablar y pensar tiene que ser, ya que le es posible ser, pero es imposible que
la nada sea. Te ordeno que consideres esto, ya que ésta es la primera vía falsa de
investigación de la que te aparto. Pero también te aparto de aquella por la que los mortales
que nada saben deambulan bicéfalos, ya que la incapacidad que anida en sus propios
pechos guía sus mentes vacilantes. Son arrastrados, como sordos y ciegos, estupefactos,
gentes sin juicio, que creen que ser y no ser son lo mismo y no lo mismo y que el camino de
todas las cosas vuelve hacia atrás sobre sí mismo.

2 [ POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
Nunca, pues, prevalecerá que las cosas que no son sean, pero tú aparta tu pensamiento de
esta vía de investigación y no permitas que el hábito que se origina de la mucha práctica te
fuerce a marchas por esta vía, excitando un ojo desatento y un oído y una lengua ruidosos,
sino juzga mediante la razón la muy debatida argumentación propuesta por mí.1

Se sostiene entonces una identidad entre el sujeto de ser y el objeto de pensar, pues solo puede
ser pensado lo que es algo. Por otra parte, por la vía del no ser resulta imposible emprender
cualquier investigación, pues lo que no es no es susceptible de pensarse. Lo que nada es no
puede ser pensable ni decible, no ofrece ningún tipo de contenido al pensamiento. A pesar de
que los fragmentos del Poema exhiben una criptica exposición de las ideas de PARMÉNIDES,
bajo estos supuestos se inició una tradición que tuvo gran resonancia en todo Occidente. La
distinción entre un ámbito propio del saber y el conocimiento, caracterizado porque se ocupa
de los que es, del ser y otra errónea, denominada doxa, caracterizada a partir de las opiniones
de los mortales que deambulan supuestamente en el ámbito del no ser. Es decir, la verdad es
caracterizada aquí como una adecuación del pensamiento con lo que es y no puede dejar de ser,
lejos de la opinión que ronda entre la multiplicidad y la relatividad. Lo verdadero es y no puede
dejar de ser, mientras que la opinión o la falsedad ronda entre la apariencia del ser y el no ser.
Luego, alcanzaremos el conocimiento en la medida que la realidad, el Ser, lo que existe y es, es
alcanzada por el pensamiento.

Por ahora no sabemos si ese Ser, la realidad, lo que existe, es lo material. El pensamiento de
Parménides no llega tan lejos. Lo único que señala es que la vía del conocimiento está marcada
por una identidad entre el pensamiento y lo que es o existe. Evidentemente el error, o la
falsedad, serán o se dará cuando el pensamiento trata de decir algo o pensar algo sobre lo que
no es, sobre el no ser, pues de este evidentemente no se puede decir ni pensar nada. Es luego
precisamente en este punto en donde se funda el realismo, es decir, el enfoque epistemológico
que sostiene que efectivamente existe con independencia del pensamiento una realidad
objetiva que es, el Ser y que por supuesto el objetivo del conocimiento científico será decir y
pensar esa realidad que existe objetivamente. En síntesis, el conocimiento es en la medida que
se logra pensar o decir algo sobre esa realidad existente con independencia de mi propio
pensamiento y de mi mismo. Nada lejos de la postura que sostenemos la mayoría de seres
humanos. La mayoría creemos que la realidad es objetiva, y que lejos de una posición crítica
respecto al mundo externo este es objetivo y existe ahí para ser conocido, es.

Sin embargo el problema de ¿qué es la realidad?, ese ser, se agudiza una vez PLATÓN
problematiza la realidad material. Sin abandonar la senda marcada por PARMÉNIDES, PLATÓN
guiado bajo el interés de fundar una ética normativa lejos del relativismo, postula una teoría
que requiere unos objetos sustantivos eternos, verdaderos y absolutos, la Teoría de la Ideas o
Teoría de las formas. No obstante el problema se generará una vez la teoría platónica sostiene

1
Disponible en: http://sapiens.ya.com/enkaipan/Parmenides__Poema.pdf?rnd=1163805790383 Consultada 26 de
octubre de 2012.

[ INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIA SOCIALES ]


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la necesidad de plantear una realidad objetiva lejos de la realidad material. Sin el ánimo de
tratar de elaborar una definición completa del pensamiento platónico, lo que queremos mostrar
es como en términos epistemológicos comienza a elaborarse una teorización acerca de lo que
es el conocimiento verdadero lejos del error y de la falsedad.

Lo primero es señalar que en PLATÓN como tal prevalece un interés ético y práctico antes que
las teorizaciones abstractas que veíamos en PARMÉNIDES. Es decir, si vamos a llegar a un
conjunto de formulaciones acerca de lo que es el conocimiento y lo que no lo es, es en función
de la vida y del papel que este conocimiento juega en la vida cotidiana. Me explico. El
pensamiento de PLATÓN parte de un interés puntual por superar el relativismo ético presente
en su tiempo a través de los distintos discursos de los Sofistas, pensadores y educadores griegos
para quienes la verdad no es algo absoluto sino relativo a cada discurso y ocasión. Por ejemplo,
si no sabemos bien qué es la justicia y la definición de esta virtud es relativa al tiempo, modo y
lugar y en ese caso la ética como tal peligra pues lo que denominamos justo en un momento
dado puede no serlo en otro y así una vida ética no sería posible. Viviríamos en medio de un
relativismo que dependería únicamente de nuestra capacidad para elaborar discursos que
justificaran nuestra acción, la verdad sería simplemente una ficción retórica.

En ese sentido, si es característico de la filosofía griega a partir de PLATÓN el desarrollar una


pregunta específica que aclare la esencia de un ente u objeto en particular, bajo la forma qué es
x, una vez indagamos por la esencia de virtudes éticas como la justicia, la bondad, la piedad,
estas virtudes éticas para PLATÓN deben poseer una esencia única y absoluta bajo la cual se
definan lejos del relativismo. De alguna manera permitir el relativismo en el conocimiento ético
sería abrir la puerta no solo a la corrupción de los seres humanos, sino también a la
indiferenciación de cuando una persona obra éticamente de cuando no lo hace.

Así, en PLATÓN esta preocupación ética va de la mano con una preocupación ontológica, es
decir, acerca de una decisión que defina el ser de la verdad, o cual es la realidad verdadera. La
verdad o lo verdadero no puede residir en el mundo material donde vivimos el día a día, esta
debe encontrarse lejos del mundo material o del devenir. Me explico, si una característica del
mundo material en el que vivimos es que este se encuentra en constante movimiento y cambio,
sujeto al devenir, la primera problemática a la que se enfrenta PLATÓN es que la verdad no
puede encontrarse como tal en dicho mundo o si no estaría sujeta a la contingencias de este,
sujeta al cambio. Esa es una de las razones por la cual postula su famosa Teoría de las ideas, a
través de la cual el filósofo griego postula la existencia de unos objetos verdaderamente reales,
sustraídos del movimiento del mundo material en una trascendencia que fundará el ámbito del
verdadero saber. Por esa razón, las Ideas en PLATÓN, u objetos verdaderos de conocimiento,
no se encuentran propiamente en el mundo material, sino en un mundo distinto sustraído del
incesante movimiento al que está sujeto todo lo material. Por ejemplo, si preguntáramos ¿qué
es la belleza?, el filósofo como tal, a partir de las sugerencias de PLATÓN, distinguirá la belleza
en sí misma de las cosas bellas y las propiedades sensibles que participan de la belleza. En ese
sentido el filósofo postula que la belleza en sí misma existe con independencia de las cosas
bellas que existen en el mundo material. Mientras que el hombre común que no es capaz de

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trascender el mundo material, confundirá a la belleza en sí misma con una multiplicidad de
cosas que denomina bellas, pero que en últimas lo son en tanto participan de alguna manera de
la idea de belleza que es una como tal. Luego quizás es mejor, para evitar confusiones,
referirnos a la Teoría de las Ideas como Teoría de las formas, pues la alusión a la palabra idea
puede llevar a confusiones que nos lleven a pensar que se trata de ideas como contenidos
mentales, y nada distorsionaría más a PLATÓN. La idea como contenido mental solo aparecerá
hasta las teorías del conocimiento propias de la modernidad. Las ideas o formas en Platón son
realidades separadas del mundo material, separadas de los hombres por supuesto en tanto son
plenamente objetivas y verdaderas. No son ideas como contenidos mentales en las cabezas de
las personas, pues en ese caso estarían sujetas a la especificidad y relatividad de quien las
piensa. Tienen que estar separadas de todo lo material, incluso del hombre mismo, en una
realidad inmaterial y eterna no sujeta al cambio y las contingencias del mundo. En esa dirección
se ha hecho común concebir el pensamiento platónico a partir de la imagen de la línea que
reproducimos a continuación.

Lo primero que evidenciamos es que la teoría del conocimiento en PLATÓN elabora una
distinción radical entre el mundo inteligible o de la ciencia (episteme) del mundo material o
sensible, mundo de los fenómenos o de la opinión (doxa). Uno de los primeros problemas que
ocupó la mente de los filósofos antiguos sin lugar a duda fue el problema del movimiento, pues
¿cómo pretender conocer algo si esto no es estático y en cambio su continuo movimiento lo
transforma constantemente? Es decir, si conocer algo significa saber qué es algo y el
movimiento de manera continua somete a los seres de este mundo a una constante
transformación, aparentemente no sería posible conocer. Por ejemplo, determinamos que un
determinado objeto es x, pero resulta que el movimiento al que están sometidos todos los seres
de la naturaleza posiblemente puede transformar ese objeto x en algo absolutamente distinto,
por ejemplo en y. Luego, ¿cómo puede algo ser x y y a la vez? Entonces, lo que algún momento
determiné como es X ya no lo es, es otra cosa y en ese sentido una cosa no puede ser dos cosas

[ INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIA SOCIALES ]


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distintas a la vez pues se violaría el principio de no contradicción, lo cual señalaría que
efectivamente no conozco. Una cosa no puede ser y no ser a la vez, eso lo pudimos deducir a
partir de los pensamientos de PARMÉNIDES. Por eso en la Teoría de las formas en PLATÓN se
elabora una decisión ontológica que sitúa el conocimiento más allá de lo material, es decir, en
una realidad inteligible ajena al devenir del mundo material. Mientras en un extremo de la línea
se ubican los objetos del pensamiento como tal, las ideas o formas, en el otro extremo están las
imágenes, o objetos decadentes que no proporcionan ninguna verdad. Por ejemplo, si
tuviéramos que indagar sobre lo que es el hombre, la verdad la encontraríamos en la forma o
idea del hombre. Esta idea o forma se puede pensar como el molde que comparten todos los
hombres existentes de alguna manera, y que es completamente inteligible e inmaterial, lejos de
las existencias materiales de los hombres concretos y singulares que habitan el mundo y por
supuesto lejos de las imágenes que elabora por ejemplo el arte acerca del ser humano.

Esta primera e inicial distinción entre dos caminos o vías, una que lleva al error y otra hacia la
verdad, como señalamos ya, la encontramos inicialmente en PARMÉNIDES de ELÉA, pensador
del siglo V a.C. que a través de su poema constata la dependencia que tiene el problema del
conocimiento del problema general de la metafísica, ¿qué es el ser?, o mejor aún ¿qué es lo
real? Me explico. Si el conocimiento es conocimiento de algo, evidentemente lo que señala
PARMÉNIDES es que hay una identidad entre ser y pensar, es decir, se hace necesario indagar
qué es el ser para luego ir un paso adelante y averiguar como lo conocemos, o si este por lo
menos puede ser conocido. A esto lo denominamos Realismo, y es el enfoque teórico que
sostiene que el conocimiento debe aspirar a conocer la realidad existente, lo que existe. Luego
desde el realismo la pregunta por excelencia es ¿qué existe?, para así determinar como conocer
eso que es existente.

El desarrollo de este enfoque Epistemológico se dará de una manera más enfática en


ARISTÓTELES, quien construye su teoría del conocimiento a partir de una crítica a la Teoría de
las Ideas o de las Formas en PLATÓN. Sin embargo, la Teoría de la ideas o de las formas en
PLATÓN ya es de suyo realista en tanto plantea la existencia de una realidad objetiva en sí
misma, el mundo de las ideas o de las formas.

Sin pretender un desarrollo absoluto del pensamiento de ARISTÓTELES, figura capital del saber
en occidente, nos interesa resaltar las diferencias específicas que lo distanciaron de la teoría de
las ideas de PLATÓN, así como explicar el conjunto de conceptos en torno a los cuales se
constituyó su teoría del conocimiento. Sin embargo, es también muy importante hacer énfasis
en el enfoque realista que adopta la epistemología de manera definitiva en el pensamiento de
ARISTÓTELES. De cierta manera, a través de la comprensión de esta perspectiva se entenderá el
cambio que se operó en la modernidad con otros pensadores que se preocuparon por el
problema del conocimiento.

Lo primero es señalar que hay un enfoque común entre ARISTÓTELES y PLATÓN, en tanto el
primero fue discípulo del segundo: los dos aspiran a un conocimiento no relativo que pueda dar
cuenta de qué es lo real y verdadero. Sin embargo también las diferencias son patentes, pues

6 [ POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
como ya lo señalaremos la crítica fundamental de ARISTÓTELES a su maestro es que hay que
traer las Ideas o Formas a la realidad, a los objetos existentes y no dejarlas en un mundo
paralelo y trascendente lejos de lo material. El punto esencial de esta disputa es respecto a la
valoración que le dan los dos pensadores a la experiencia humana. Mientras PLATÓN considera
que si nos atenemos únicamente a la experiencia estaremos sujetos a la contingencia de lo
material que es cambiante, y en donde no encontraremos verdad, ARISTÓTELES considera que
el conocimiento debe partir de la experiencia sin eludirse de ella al mundo de las ideas. PLATÓN
consideraba que el conocimiento sensible es falso pues solo proporciona imágenes erróneas
sobre las cosas, pura doxa u opinión, y a lo sumo servirá como una primera instancia que el
filósofo debe trascender si desea aspirar a las ideas. ARISTÓTELES sin embargo desde un
enfoque absolutamente distinto nos dice que el conocimiento empieza necesariamente por la
sensación, de modo que sin conocimiento sensible, sin la experiencia, no es posible el
conocimiento, sin necesidad de postular objetos trascendentes. Luego, mientras para PLATÓN
el filósofo debería trascender la experiencia en aras a una intuición intelectual a través de la
cual conociera las ideas, para Aristóteles no hay que trascender, el conocimiento está en la
experiencia. En síntesis, lo verdadero para PLATÓN, las ideas, existen separadas de las cosas del
mundo real, en un mundo aparte, el mundo de las ideas, mientras para ARISTÓTELES las formas
están en las cosas en sí mismas. Luego, lejos del dualismo platónico que separaba lo existente
entre el mundo de los fenómenos y el mundo de la ideas, para ARISTÓTELES solo existe el
mundo de los fenómenos y de los seres que existen en él, concretos, materiales, por eso el
conocimiento no puede prescindir de la experiencia y los sentidos.

Si partimos de la experiencia, la primera pregunta a la que se enfrenta ARISTÓTELES es ¿qué


existe? En ese caso la respuesta es para el filósofo que en la realidad existe una multiplicidad de
seres concretos o substancias, como el los llama, que están ahí en el mundo para ser conocidos.
Objetos o substancias existentes en sí mismas, substancias reales y objetivas. En realidad lo que
se evidencia acá, es que la postura realista que señalamos es lo más parecido a la actitud del
hombre común que supone que vive en un mundo material rodeado de seres diversos. El
realismo en ese caso no es sino la actitud epistemológica del hombre que situado en el mundo
supone la existencia de una multiplicidad de seres en torno suyo que están ahí dispuestos para
ser conocidos. En ese caso, desde la postura realista lo que se privilegiará es un modelo de
verdad entendida esta como correspondencia o adecuación. Hay verdad si hay una adecuación
o correspondencia entre el objeto que está fuera de nosotros y el concepto que hemos
elaborado de él. Como ya lo señalamos, el realismo es la actitud acrítica e ingenua del hombre
que busca conocer. Estoy frente a un árbol, supongo que existe autónomamente, y formulo que
habrá verdad en la medida que el concepto que yo elabore de ese objeto se corresponde con la
entidad o substancia que está fuera de mi y que percibo a través de los sentidos. En síntesis,
como señala Manuel, GARCÍA MORENTE: “el realismo afirma la existencia del mundo, de las
cosas que constituyen el mundo, y de nosotros dentro de ese mundo, como una de tantas
cosas”2.

2
GARCÍA MORENTE, MANUEL. Lecciones Preliminares de Filosofía. México: Porrúa, 2007, p.92.

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En ese caso, lo que planteamos a través de la postura realista es que el investigador se
encuentra en una actitud natural ante el mundo y sus objetos, y busca conocerlos tratando de
elaborar conceptos que los definan. No obstante, y sin olvidar el problema que ya había
señalado PLATÓN frente al devenir del mundo fenoménico, si lo que existe son objetos que
tienen existencia singular y autónoma, ¿como conocerlos sin caer en las contingencias del
mundo material? Aristóteles enfrentado a ese problema va a formular un conjunto de
conceptos que le permitirán salvarse el problema del cambio sin necesidad de postular ideas
trascendentes como las platónicas.

La solución aristotélica se ha denominado hilemorfista, pues sostiene que todas las cosas son
un compuesto de materia y forma. Me explico, sin eludirse del mundo material, ARISTÓTELES
sostiene que los seres materiales tienen una forma que es la que los hace ser lo que son. En
síntesis, la forma se encuentra en los objetos concretos y ella es la que los define esencialmente,
pues la materia no define esencialmente a algo. En ese caso, el pensador que desee conocer un
objeto debe a través de los sentidos tratar de acceder a la forma que define al objeto como tal,
a diferencia de la materia, que si bien es importante no lo define. Expliquémoslo a partir de un
ejemplo3:

La imagen corresponde a un par de esculturas del maestro Fernando, BOTERO en la ciudad de


Medellín. El investigador aristotélico completamente realista afirmará en primer lugar que
dichas esculturas existen y existen de manera autónoma sin depender de nada para hacerlo, es
decir, son substancias, están ahí para ser conocidas, son reales y objetivas. Ahora bien, en
cuanto son substancias, objetos realmente existentes en el mundo la pregunta del investigador
frente a dichos objetos será: ¿qué son? Evidentemente son esculturas, pero para caracterizar
auténticamente lo que son y no confundirlas con esculturas de otro artista debemos ser más
específicos. En ese caso acudimos a los conceptos aristotélicos de materia y forma. Se trata de
esculturas de bronce, es decir, el material del cual están hechas es el bronce, sin embargo como
ya se puede notar no basta señalar su material para hacer específica y concreta la respuesta a la

3
Imagen disponible en: http://www.elmercuriodigital.net/2012/01/botero-dona-una-escultura-al-parque-que.html
Consultada 26 de octubre de 2012.

8 [ POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
pregunta ¿qué son? Se hace necesario acudir a un concepto como el de forma para especificar
que son esculturas de Fernando, BOTERO no por el material del cual están hechas, sino por la
forma que define lo que son. En ese caso diríamos que dicha forma es lo esencial en ellas y en
este caso será su voluminosidad, característica común a las obras de BOTERO. La
voluminosidad si bien es perceptible a través de los sentidos no es algo material. En ese caso se
puede tratar de lienzos, esculturas de yeso o mármol, serán lo que son no dependiendo del
material sino de la forma que hace que sean lo que son.

No obstante no hay que engañarse respecto a que la forma se reduce simplemente a la forma
que toma la materia, como se ve en el caso de las esculturas. Si pensáramos ¿qué es el ser
humano?, diríamos que desde su materia es un conjunto de huesos y carne y sin embargo la
forma que define al ser humano no está dada por la forma como se organizan esos huesos y esa
carne. Si esto fuera así la pesadilla de Frankenstein sería posible, es decir, hacer un ser humano
organizando como nos enseña la anatomía un grupo de huesos y de carne tomados de
diferentes partes para hacer un ser humano. La forma al ser mucho más que la manera como se
organiza la materia, lo que define es aquello que no cambia en la substancia, a pesar de que en
el aspecto material cambie. Es decir, si tenemos un ser humano que ha perdido sus
extremidades en la guerra, por ejemplo, seguirá siendo un ser humano, a pesar de que la forma
de su materialidad se alteró. La forma al ser una suerte de substrato inmaterial que reside en
todas las substancias y seres de este mundo permanecerá a pesar del cambio. En el caso del ser
humano, ARISTÓTELES sostuvo que la forma que define al ser humano en esencia es su alma,
una especie de substrato inmaterial que al ser el centro racional del hombre lo define así este
pierda gran parte de su cuerpo.

En esos términos y sin necesidad de postular una realidad trascendente como PLATÓN, el
conocimiento para ARISTÓTELES es una actividad empírica que se ocupa de objetos que existen
en este mundo. Ahora bien, a pesar de que se accede al conocimiento de estos a través de la
experiencia, el conocimiento como tal de una substancia se dará una vez el investigador acceda
a al concepto formal que los define. Como vemos lo que postula ARISTÓTELES a partir del
concepto de forma es que conocer algo es identificar aquello que no cambia y define la
naturaleza del ser que estamos conociendo, en el caso del ser humano es su alma que se
caracteriza por ser eminentemente racional.

IDEALISMO Y EPISTEMOLOGÍA: LA PREOCUPACIÓN POR EL SABER CIENTÍFICO

A finales del siglo XIV y a lo largo del siglo XV, se comenzó a suscitar una crisis cultural,
epistemológica y científica en todo occidente que transformará por completo la concepción del
conocimiento humano como tal. Esta crisis que dio inicio a la modernidad como tal puso en tela
de juicio todos los relatos metafísicos que en el pasado habían sostenido a la civilización, crisis
de las ideas que habían sostenido la cultura, la sociedad, la vida en occidente. Me refiero a crisis
profundas como la que se suscitó una vez se dio el cisma de Occidente y emergió la Iglesia
Protestante, o el conflicto que se generó con la religión una vez la revelación religiosa fue

[ INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIA SOCIALES ]


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puesta en entre dicho por la ciencia experimental que surgía entre los primeros astrónomos. Si
en el pasado la verdad acerca del hombre y del mundo se encontraba en la revelación religiosa y
dicha verdad se encontraba depositada en la Iglesia Católica Romana, una vez surge la Iglesia
Protestante se pone en entre dicho la idea de que solo hay un único camino de verdad y
salvación. En ese sentido la crisis religiosa que causó la Reforma mostró a los hombres de ese
tiempo que no hay una única y definitiva verdad. Por otra parte, recuérdese que el
descubrimiento del Nuevo Mundo al final del siglo XV profundizó la idea que ya se había
introducido con las exploraciones de los navegantes hacia el oriente: el mundo no es Europa,
hay distintas formas de vida, distintas culturas, distintas verdades, etc., Sin embargo la crisis
más profunda que se dio en el ámbito del pensamiento se puede evidenciar en la obra de Rene
Descartes, pues entra en crisis el modelo realista que explicamos se exhibe en el pensamiento
de ARISTÓTELES y en cambio se da un giro hacia una suerte de idealismo que transformará por
completo la investigación científica. Caracterizar el origen de este idealismo es lo que nos
proponemos en este aparte.

Señala DESCARTES, en un tono muy autobiográfico en su obra el Discurso de Método, que en su


tiempo existe una enorme confusión entre los distintos saberes de tal manera que el ideal de
verdad prometido por las distintas ciencias y saberes resulta inalcanzable. Lo que se afirma es
que los estudios en vez de acercar al hombre al conocimiento de la verdad, lo que hacen es
sumergirlo en la duda constante y en la conciencia de la propia ignorancia. Al parecer el ideal de
verdad que se tenía en el pasado se ha disuelto:

Desde la niñez, fui criado en el estudio de las letras y, como me aseguraban que por medio
de ellas se podía adquirir un conocimiento claro y seguro de todo cuanto es útil para la vida,
sentía yo un vivísimo deseo de aprenderlas. Pero tan pronto como hube terminado el curso
de los estudios, cuyo remate suele dar ingreso en el número de los hombres doctos, cambié
por completo de opinión, Pues me embargaban tantas dudas y errores, que me parecía que,
procurando instruirme, no había conseguido más provecho que el de descubrir cada vez
mejor mi ignorancia. Y, sin embargo, estaba en una de las más famosas escuelas de Europa,
en donde pensaba yo que debía haber hombres sabios, si los hay en algún lugar de la tierra.
Allí había aprendido todo lo que los demás aprendían y no contento aún con las ciencias
que nos enseñaban, recorrí cuantos libros pudieron caer en mis manos, referentes a las
ciencias que se consideran como las más curiosas y raras. Conocía, además, los juicios que
se hacían de mi persona y no veía que se me estimase en menos que a mis condiscípulos,
entre los cuales algunos había ya destinados a ocupar los puestos que dejaran vacantes
nuestros maestros. Por último, parecíame nuestro siglo tan floreciente y fértil en buenos
ingenios, como haya sido cualquiera dé los precedentes. Por todo lo cual, me tomaba la
libertad de juzgar a los demás por mí mismo y de pensar que no había en el mundo doctrina
alguna como la que se me había prometido anteriormente4.

4
Disponible en: http://www.weblioteca.com.ar/occidental/delmetodo.pdf Consultada 26 de octubre de 2012.

10 [ POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
Ahora bien, en tanto nosotros somos hijos de este estado de duda completamente moderno no
parece sorprendernos lo que señala DESCARTES. Se ha hecho común en nuestra época el que no
exista una verdad única y definitiva y en cambio vivimos en un estado de opinión constante en
el que podemos coexistir entre verdades contradictorias sin entrar en conflicto alguno. ¿Acaso
alguno de nosotros ha entrado en un estado de angustia ante la multiplicidad de religiones
distintas, convicciones y verdades diversas y contradictorias que existen hoy en día? ¿Alguno ha
sido atacado por la angustia de la duda una vez constata que incluso entre las distintas ciencias
hay posiciones contrarias e irreconciliables?

Evidentemente, la situación actual en la que vivimos no es la que padece DESCARTES en pleno


siglo XVII. De alguna manera el espíritu intelectual que abunda en su época si bien sigue siendo
dependiente de la educación escolástica plenamente medieval, ya va avanzando a la vez hacia
las ciencias modernas que tienen un carácter experimental, generando así un conflicto. La
escolástica como tradición medieval dominó por completo el ámbito intelectual europeo,
especialmente en las primeras universidades, desde el siglo XI al XIV. Realizando una
articulación entre teología y filosofía, el conocimiento que se difundió a través de la escolástica
suponía una articulación entre fe y razón que no daba espacio a la ciencia experimental. Lo que
queremos señalar es que el conocimiento se caracterizaba por tener una muy fuerte relación
con la revelación bíblica, así como con las tradiciones filosóficas dominantes de la época que no
contradecían a la revelación cristiana. Por supuesto, una vez a partir del Renacimiento se
comienzan a operar grandes transformaciones y adelantos técnicos, se planteó la necesidad de
nuevas ciencias y métodos de investigación que redundarán en la ciencia moderna del siglo XVII.
Es entonces cuando entra en escena el moderno concepto de ciencia experimental que separará
definitivamente a la ciencia de la filosofía y por supuesto de la revelación cristiana. El
conocimiento tendrá que ser empírico o no será.

Volviendo entonces a la situación en la que se encuentra DESCARTES, lo que se evidencia en su


situación es la crisis de uno de los supuestos más grandes que había tenido el conocimiento
hasta la era moderna y es la idea de que el saber es uno, que tiene un solo fundamento. Se trata
de un estado de duda y error constante ante la ausencia de una verdad dominante y apodíctica,
es decir, verdad que fundamente todo el conocimiento. En ese contexto las preguntas que
desarrolla DESCARTES se enmarcan en esta época de crisis donde no existe certeza sobre cual es
la verdad o cual es su fundamento. Por eso las preguntas cartesianas por excelencia serán:
¿cómo huir del error y encontrar la certeza? ¿Cuál es el fundamento de la verdad?

Para resolver este dilema, convencido de necesitar un método en la búsqueda de la verdad,


pues como señala DESCARTES “No basta, en efecto, tener el ingenio bueno, lo principal es
aplicarlo bien”, desarrolla un conjunto de procedimientos para lograr su propósito. El primero
de ellos será denominado duda metódica, procedimiento intelectual que ante el estado de
duda y error busca purificar el pensamiento de opiniones infundadas. En ese sentido DESCARTES
pretenderá desembarazarse de la falsedad para así cernir lo verdadero. Lejos de la tradición
escolástica la duda como experimento racional es de carácter personal, pues no se aceptará
como verdadera nada en lo cual pueda residir el 7más mínimo motivo de duda. Afirma

[ INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIA SOCIALES ]


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DESCARTES:
Ya me percaté hace algunos años de cuántas opiniones falsas admití como verdaderas en la
primera edad de mi vida y de cuán dudosas eran las que después construí sobre aquéllas,
de modo que era preciso destruirlas de raíz para comenzar de nuevo desde los cimientos si
quería establecer alguna vez un sistema firme y permanente, con todo, parecía ser esto un
trabajo inmenso y esperaba yo una edad que fuese tan madura que no hubiese de
sucederle ninguna más adecuada para comprender esa tarea. Por ello, he dudado tanto
tiempo, que sería ciertamente culpable si consumo en deliberaciones el tiempo que me
resta para intentarlo. Por tanto, habiéndome desembarazado oportunamente de toda clase
de preocupaciones, me he procurado un reposo tranquilo en apartada soledad, con el fin
de dedicarme en libertad a la destrucción sistemática de mis opiniones.

Para ello no será necesario que pruebe la falsedad de todas, lo que quizá nunca podría alcanzar;
sino que, puesto que la razón me persuade a evitar dar fe no menos cuidadosamente a las cosas
que no son absolutamente seguras e indudables que a las abiertamente falsas, me bastará para
rechazarlas todas encontrar en cada una algún motivo de duda5.

No obstante, contrario a lo esperado por el filósofo, no hay verdad alguna que pueda sostenerse
ante la duda radical que ha operado como principio metodológico. Si este principio reza que hay
que dudar de todo aquello en lo cual resida el más mínimo motivo de duda, al final del
experimento mental no parece sostenerse ninguna verdad en píe. ¿Acaso hay alguna verdad de
la cual podamos tener certeza absoluta, es decir, ni el más motivo de duda? El experimento
llevado a cabo por DESCARTES rápidamente le muestra que siempre es posible dudar así sea a
partir de lo más mínimo de todo lo que de algún modo consideramos verdadero. Sumido
entonces en un estado de duda aún mucho mayor que en el que estaba una vez inició su
empresa intelectual, emprende el filósofo una vez más su experimento mental:

He sido arrojado a tan grandes dudas por la meditación de ayer, que ni puedo dejar de
acordarme de ellas ni sé de qué modo han de solucionarse, por el contrario, como si
hubiera caído en una profunda vorágine, estoy tan turbado que no puedo ni poner pie en lo
más hondo ni nadar en la superficie. Me esforzaré, sin embargo, en adentrarme de nuevo
por el mismo camino que ayer, es decir, en apartar todo aquello que ofrece algo de duda,
por pequeña que sea, de igual modo que si fuera falso y continuaré así hasta que conozca
algo cierto, o al menos, si no otra cosa, sepa de un modo seguro que no hay nada cierto6.

Sin embargo una vez más DESCARTES se sumen en las dudas y en la imposibilidad de alcanzar
una verdad resistente a la duda radical que ha implementado. La duda hiperbólica o radical

5
Disponible en: http://materialsdefilosofia.com/wp-content/uploads/2011/09/Descartes-Meditaciones-
metaf%C3%ADsicas.pdf Consultada 26 de octubre de 2012.
6
Op. Cit.

12 [ POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
ataca por completo la experiencia del filósofo, de tal manera que no le resulta en ningún
sentido verdadero cuanto aprende y ha aprendido a través de los sentidos, e incluso llega a
dudar de que se encuentre en un estado de vigilia pues es posible estar en medio de un sueño.
Expliquémonos. Parte DESCARTES de la idea de que todo cuanto ha considerado verdadero
hasta ese momento ha sido aprendido a través de los sentidos, sin embargo si es posible dudar
así sea en lo más mínimo de los sentidos, pues ha habido situaciones donde ellos han mostrado
como verdadero algo que no es, la consecuencia es que no se puede fiar en nada de lo que ha
aprehendido a través de ellos, en los sentidos no reside la certeza.

Vale la pena resaltar que en ese contexto se comienza a operar la transición del realismo al
idealismo. Si bien señalamos que el modelo de verdad que operaba en la antigüedad, o por lo
menos bajo el paradigma del realismo, era la idea de adecuación entre el concepto que se tiene
de la cosa y la cosa misma que existe, es decir la verdad como adecuación, en la modernidad
esta noción de verdad se transformará. En DESCARTES se evidencia que la verdad lejos de ser
una adecuación comienza a estar sujeta al criterio de certeza, como bien señala DESCARTES,
será verdadero lo que se le presente con claridad y distinción a su pensamiento lejos de la duda.
La certeza comienza a operar como criterio epistemológico aceptando como verdadero solo lo
que no presenta duda ente mi propio pensamiento. En esa dirección lo que acontece
epistemológicamente a partir de la duda cartesiana es que el sujeto comenzará a ejercer un
papel central en el conocimiento humano. Si bien en el pasado podríamos pensar que bajo un
modelo realista el conocimiento como actividad estaba centrado en el objeto de conocimiento,
la cosa o el objeto que pretendemos conocer, bajo el idealismo el centro será el sujeto de
conocimiento como tal: si yo dudo de la existencia del objeto y no tengo certeza de este es
posible que no exista o no sea verdadero.

En el pensamiento de DESCARTES encontramos evidentemente la afirmación del idealismo una


vez el filósofo reflexivamente afirma que solamente hay algo de lo cual no puede dudar y es que
él efectivamente es algo, un yo ante el cual se presenta el mundo del cual duda
vehementemente. Si solo abunda la duda y reflexivamente afirma que no hace sino dudar, errar,
imaginar, ser engañado, etc., todas estas acciones deben en algún sentido ser desarrolladas por
un agente que las ejecute, luego, es absolutamente la deducción de un yo como primera verdad
apodíctica:

Supongo, por tanto, que todo lo que veo es falso y que nunca ha existido nada de lo que la
engañosa memoria me representa no tengo ningún sentido absolutamente: el cuerpo, la
figura, la extensión, el movimiento y el lugar son quimeras. ¿Qué es entonces lo cierto?
Quizá solamente que no hay nada seguro. ¿Cómo sé que no hay nada diferente de lo que
acabo de mencionar, sobre lo que no haya ni siquiera ocasión de dudar? ¿No existe algún
Dios, o como quiera que le llame, que me introduce esos pensamientos? Pero, ¿por qué he
de creerlo, si yo mismo puedo ser el promotor de aquéllos? ¿Soy, por lo tanto, algo? Pero
he negado que yo tenga algún sentido o algún cuerpo, dudo, sin embargo, porque, ¿qué
soy en ese caso? ¿Estoy de tal manera ligado al cuerpo y a los sentidos, que no puedo

[ INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIA SOCIALES ]


13
existir sin ellos? Me he persuadido, empero, de que no existe nada en el mundo, ni cielo ni
tierra, ni mente ni cuerpo; ¿no significa esto, en resumen, que yo no existo? Ciertamente
existía si me persuadí de algo. Pero hay un no sé quién engañador sumamente poderoso,
sumamente listo, que me hace errar siempre a propósito. Sin duda alguna, pues, existo yo
también, si me engaña a mí y por más que me engañe, no podrá nunca conseguir que yo no
exista mientras yo siga pensando que soy algo. De manera que, una vez sopesados
escrupulosamente todos los argumentos, se ha de concluir que siempre que digo «Yo soy,
yo existo» o lo concibo en mi mente, necesariamente ha de ser verdad7.

El giro que se evidencia con el pensamiento cartesiano supone la principal característica del
pensamiento epistemológico moderno y es: anteponer el problema del conocimiento al
problema metafísico. Antes que suponer que existen objetos en el mundo dispuestos para ser
conocidos, el sujeto se antepone como una realidad desde la cual juzga como huir del error y
acercarse a la verdad. Mientras habíamos visto que la actitud realista, que acontecía en la
antigüedad, incluso hasta inicios del siglo XVI, implicaba una actitud natural ante el mundo que
le rodea, suponiendo la existencia de las cosas que le rodean, el idealismo señala el transito
hacia una actitud Epistemológica anti-natural. Lejos de la actitud pasiva del realista que se sitúa
ante el mundo esperando que este le provea de conocimientos, el idealista afirma ante todo la
inmediatez del propio pensamiento como realidad indubitable desde sonde puedo juzgar el
mundo. Lejos del mundo del cual no tengo certeza, el pensamiento aparece como esa realidad
inmediata que cobrará una importancia absoluta en la epistemología moderna. El yo, o sujeto
de conocimiento, será esa nueva instancia que jugará un papel fundamental en el conocimiento
del mundo. Es mi pensamiento y sus ideas como realidad indubitable desde donde se
establecerán todas las relaciones cognoscitivas. Del mundo no se nada con certeza, pero si sé
que soy un pensamiento, un yo pensante que tiene ideas acerca de ese mundo. Así las cosas no
hay nada sino solo yo y mis pensamientos. ¿Acaso queda algo de esa realidad externa que
suponíamos existente de manera objetiva una vez nos damos cuenta que el mundo se me da a
mi solamente como una representación en ideas?

TESIS DEL REALISMO

• El mundo existe de manera objetiva y en él existe una multiplicidad de substancias u objetos


que tienen existencia autónoma
• El conocimiento se da una vez el sujeto se forme un concepto que se adecúe a la realidad
externa con la que se encuentra.
• Los objetos existentes en el mundo juegan un papel central en el conocimiento, pues es el
sujeto el que debe buscar la manera de conocerlos a través de la formulación de conceptos que
los definan esencialmente.

7
Disponible en: http://materialsdefilosofia.com/wp-content/uploads/2011/09/Descartes-Meditaciones-
metaf%C3%ADsicas.pdf Consultada 26 de octubre de 2012.

14 [ POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO]
TESIS DEL IDEALISMO

• No hay certeza sobre la existencia de los objetos exteriores a mí mismo


• Antes que partir desde una actitud confiada en los objetos existentes, se parte de la duda y la
sospecha. El punto de partida del conocimiento es el yo
• El papel central en el conocimiento humano está dado por el sujeto como actor de
conocimiento
• Del mundo no sé nada objetivamente, solo tengo acceso a ideas de mi propio pensamiento
• El criterio de verdad ya no será la adecuación entre el concepto y el objeto sino la certeza
como operación intelectual operada por el sujeto.

[ INTRODUCCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIA SOCIALES ]


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