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De vez en
cuando,
la risa
2
AURORA ELENA
OLMEDO
Aurora Elena
Olmedo
3
Tapa Y diagramación: Aurora Elena Olmedo
I.S.B.N.
el
Independencia Nº 3570
4
Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Índice
5
14- De amigos, sólo amigos
15- Sueños que no deben soñarse
16- Desamor
17-De hijos y lactancias
18- Después
19- Entre tu modo y el mío
20- Gata triste
21- Usted
22- No debo ir a verte
23- Que te parece si…
24- Acuerdo para una última voluntad
25- Quien hubiera dicho
26- Cuando me lo dijeron
27- Nunca digas
28- Para decir adiós
29- Nostalgia urbana
30- Como sus besos
6
Canciones a las seis de la tarde
(Queridas amigas …)
7
7- Y sin embargo
8- Yo te escribo
9- Amor por tu guitarra
10- Carta apócrifa a Facundo Quiroga
11- El más hermoso
12- Instante
13- De la realiza
8
un poco menos buena,
me enoja la bravura,
las ganas de batalla,
el cansancio que solía hacerme llorar,
cuando quería ser lo que no soy
o cuando quería ser linda como esas
que son lindas hasta cuando lloran.
Y siempre estabas tú para reírte.
9
y no saber si extrañas la hondura
de mi boca indecente.
…………………………………
El alba apaga
un cigarrillo en el humo del mío
y cierro los ojos como una gata triste
y te sueño,
doblada en la azotea sin cornisa.
10
¿Cómo será envejecer sin vernos?
Y el sueño me alivia,
te trae y me río… ¿Sabes?
¡Hace tantos sueños que te estoy soñando!
Delmira Agustini
Un verdugo incompetente
me arranca dulcemente las pupilas.
Mi vida sin usted es claustro abierto,
es una dura humedad por la matriz fría,
es buscar a tientas sus hombros y no hallarlos
en la cama vacía.
11
mordiendo el aire, me abro y me abro estrías.
Mis piernas van a un túnel desprovisto
en la cama vacía..
12
me arrastro por un hilo de alegría.
Mestizo corazón que quiere tanto
en la cama vacía.
Nadie se da cuenta
A veces
los árboles hacen el amor en las plazas,
con ojos vidriosos de sexo inconfesable,
13
con gemidos feroces ungidos de ternura
y una pluralidad de labios
que inmisericordes muerden
la piel inexplicable.
Y nadie se da cuenta.
Los vemos arañando un cielo obsceno
que hace a veces de cama .
Están los ojos ebrios
ante el llanto final , ante la lengua dócil
que descansa después entre las piernas
expertas en piruetas
a pesar de la cárcel de raíces.
14
Nadie sabe que pasa.
Y nadie se da cuenta.
15
J.A.Buesa
Nos levantamos
y el Domingo se despierta tartamudo.
Nos arrastramos como un caracol dulce
por la casa sin patria
y una taza de café absuelve substituta ,
a la ciudad saturada de los solos.
Y vamos izados a las ganas.
Y allá vamos,
a comprar el pan, un regimiento
de eternizados ángeles con sexo.
16
monedas, el cambio…
y un amanecer de genitales.
Y nos vamos.
con el pan y el amor colgando
17
tan felices del brazo.
Abrimos la puerta,
calentamos el café nuevamente
y partimos el pan tibio
y la rutina.
18
Domingo por la tarde
donde baten
las alas murciélagos melancólicos,
viscosos de besos invertidos.
Nada avanza.
Es una zanja hambrienta la soledad
de las manos,
un ejercicio inútil la búsqueda del otro,
una guerra de siestas con pupilas
clavadas al deseo.
Es domingo,
apenas por la tarde.
La paloma le hace el amor a la plaza.
Se suicida la risa.
19
Toda esta larga semana sin usted
Cuando puedo,
cuando los muslos con úteros gritones
no me traicionan lo suficiente,
rozo al descuido
la imaginada yema sus dedos.
Y me lleno de almendros
y de un brusco hedor suicida
que me invade las ingles
confusas de jueves,
sin sal y sin especias.
20
Toda esta larga semana,
todo este tanto amor
clavado a los cines con trasnoche.
Tengo el alma con asfalto,
por amarlo, a veces,
y caderas de pubis múltiples,
tristísimos de martes,
calladamente miércoles.
Todos estos tantos días sin tenerlo,
sobre mi pecho de hormigón de otoño,
toda esta larga boca que me ruega
y que no puedo llenar con sus semanas.
Y en mi entreabierta memoria
de los pechos,
me cae un sensato miércoles de iglesia,
un jueves en celo e imparable,
y como un trozo de carne perfumada
que arranco del muslo cristalino,
cae el viernes como un orgasmo breve
y un sábado lleno
de café con ganas perdonables.
21
en la mesa de llorones ceniceros.
Callada y morena
Yo he tocado fondo,
como ya me he muerto, he nacido eterna.
No quiero deseos de desear sus labios.
No quiero este enjambre que en mis manos tiembla.
Sólo este silencio de dique y cerrojo,
de aldaba y de luna, golpea y golpea.
Como un rictus nuevo,
como una sentencia en mi mudez nueva.
Y usted que me mira y acaso sonríe.
Y usted que me quiere callada y morena.
22
Mi grito es antiguo,
medieval , mi vientre que mata las brevas
y hago un duelo dulce
con palabras de humo que ya no son ciertas.
Me armo de silencio
y anudo fatigas de asfalto con penas.
Y como aún respiro,
perdono a mi muerte y al adiós. Mis venas
trafican su sangre con héroes de acero.
Y usted que me quiere callada y morena.
Mezquina de amores,
vengo de tan lejos a vivir de piedra.
Y usted va asolando , rompiendo mis vallas,
y ya no resuelvo esta boca abierta,
que ávida, indócil, se muerde y se expone
como vientre fértil, como oquedad nueva
y usted no respeta la mudez que estreno
y cabalga y mata mi impiedad excelsa
y derriba templos mientras yo no hablo.
23
Y usted que me quiere callada y morena.
24
Soy sobreviviente, vuelvo del suicidio,
cuando abrí la tierra, yo la dejé abierta.
No quiero quererlo. . .Y usted no pregunta.
La amnistía tarda. No existe frontera
entre mi osadía de vencer sus cercos
y su amor atila pisando mi huella.
No debo quedarme. Indulte mi tiempo.
Vengo del destierro…vengo de mi guerra
y grito en silencio su nombre y no quiero.
Y usted que me quiere callada y morena.
Versos, versos...
Me cae
la noche vertical sobre los hombros.
La ciudad tiene
los pechos descubiertos de lujuria
y hasta escancia
una lágrima de amor sobre mi espalda.
Y yo me acuerdo de él
y yo no puedo
regresar sin tocarlo.
Desflorada de amores
25
acumulo rescoldos en los pechos desiertos.
La tarde está demente
y me grita montada
en un potro de amores.
26
El hombre que me ama
27
Morena de piedad, suelta de risas,
me río de su incierta lejanía.
El hombre que yo amo está en la tierra
y sé que me está amando todavía.
28
mis piernas son tropeles de osadía,
son ciervas desvestidas que galopan
la piel futura y dulce de agonía.
Precariamente tristes
Te acercas a mí
y huelo tu sed de gruta líquida,
y tu olor a café recién hecho,
el que beberás conmigo mientras encierro
a mi luminoso corazón de azufre.
Como un animal en su ambiente justo
quisiera ser. No tendría
esta catapulta de los juicios
ni atrio con listas de pecados
en los que yo no creo.
Y no se me caerían encima
todas las corduras con infiernos,
cuando advierto que estás
tan triste como yo, sonriendo ileso,
como yo, precariamente triste.
29
Y ahora,
por viernes y de a ratos,
precisamente alegre.
Y podría pedirte que me ames
y podrías pedirme que te ame
con el agua y la espuma y la miel dura,
esta tarde con ojos maquillados.
Y seríamos por fin ,naturaleza,
en el beso del hambre,
en la sábana sin pezones tristes,
en el túnel que nutre
estos toros menudos sin alcoba.
Es viernes, la antesala
del lento paso , insomne solitario
de mi fin de semana.
30
Dejo en ti y en el aire
un hedor luminoso de jazmines
por el pubis nómada y brillante,
mi ancla boreal y sedentaria,
precariamente triste
porque falto y me faltas
a la patria final de nuestros sexos.
Y siguiendo la lista
de los tantos pecados inventados,
falto a tu patria y falto a tu garganta,
faltas a mi asfixia y al resuello,
mientras vamos cruzando un viernes más,
ligeramente alegres y mañana,
otra vez ,
precariamente tristes.
Pobreza Excelsa
31
Éramos pobres
en el hueco vasto
feroz del alba,
buscándonos en el aliento magro
de la pena siniestra,
de los lobos afuera y acechando.
Éramos dos solos con montañas
de besos y de hijos despertando.
Atónitos surtidores de alimentos
cosechando el aire con el llanto.
Éramos pobres
con cantos condenados,
y estrías soñadoras en el alma.
Los surcos calcinados de las manos
bifurcaban el desierto
y un polvo de adioses perdurando.
Aún en los golpes
de tu dolor futuro y ya cansado.
Éramos pobres,
moliendo el rumbo que una vez soñamos.
Un hombre y una mujer
recogiendo las esquirlas de los tantos
ensueños que tuvimos,
una vez anhelando.
Éramos pobres como pájaros
a destiempo y sin cielos emigrando.
32
Con la única posesión del beso,
y un amor tan grande amurallado
que me atrevo a creer que era ese amor
eso que nos venía...salvando.
No hubo nadie,
nadie más bello que aquel hombre alegre
germinando mi rostro seminal.
Amé su canto con fervor de lunas,
con los párpados cocidos a los pájaros.
Batallas
No te espero y vienes,
si espero es que faltas.
Si me vuelvo esquiva,
me ofreces el alma.
Me alejas la boca,
me dejas tan rara.
33
Me río y me marcho,
me sigues, te enfadas.
Me pides y vuelvo,
y yo quiero y nada.
Batalla de orgullos,
sin tregua ni pausa,
tu silencio es rubio,
mi bandera es blanca.
Busco la estrategia,
recreo la hazaña
de irme y enredas
mi cuello con anclas.
Te pido y me enojo,
te espero y tú nada.Me ruegas amores,
plegarias , plegarias.
Prometes, me acerco,
pregunto y te callas.
Si amores me busco
presentas batalla
y construyes cercos
y me asestas jaulas.
Tu locura es bella,
paciente mi calma.
Te afrento y te ofendo
y entonces me abrazas.
Me miras, me ruegas,
no quiero, te enfadas.
El milagro es nunca,
la ternura es mansa.
Peleo y me aparto.
Me cansas, me cansas.
Revuelo de orgullos,
amándote, me amas,
34
me alejo, te duele,
me acerco, te escapas.
Emprendo la huída,
me besas, me encantas.
Elijo y reelijo
las mejores armas.
La batalla es siempre.
Te rindes, me matas.
Me odias, me imploras.
Te gano y me ganas.
35
De amigos, sólo amigos.
36
M.E. Walsh
37
Me cae tu amor como un trofeo
y he dejado los grises de la tarde.
Verás… No tengo tanto frío.
38
Voy a llenar la calle de pancartas,
panfletos, graffities, pasacalles...
paredes pintadas que te griten:
S.O.S. la reina necesita de tu ayuda.
Ya no sé si fue verdad.
Fue tan lindo
pero tan breve
que no me alcanza para rellenar
ni diez segundos del Domingo,
como un tren que pasa
tragando los andenes
y deja los bancos de la estación
con marionetas tristes.
39
un abrazo de arena
resbalando por esta rara
manera de querernos.
Un laberinto de pudores
con espejos velados en la entrada.
Y fue lindo,
interminablemente tarde,
como un ilusión óptica,
y luego transparente,
y luego invisible.
Pero fue demasiado lindo
y creo,
firmemente creo,
que los sueños lindos
no deben probarse,
que hay sueños
a los que no tendríamos que acercarnos,
ni tener ni un parpadeo de adelanto,
40
que hay sueños
que no deben soñarse,
porque lo efímero duele,
porque duele mucho tener
sólo un instante,
algo o a alguien que se quiere
y perder porque es hábito la pérdida.
41
42
Desamor
Será
que el gemido precursor se está arrojando
por cada balcón
que encuentra suelto,
y no sé despunta por tu aliento.
43
Ha envejecido la humedad al tacto.
Y creo
que son los funerales mas tristes
que han dado los pezones .
Es una masacre de los muslos
que no tienen consuelo.
De hijos y lactancias
44
Y hará de nuestra carne materia
decisiva.
M.
Hernández.
45
Mujer elemental, contando historias
de nueve antojos y emplumadas panzas,
como un trompo sediento de caricias
que ellos creen que nunca me hacen falta.
Sin belleza, sin brillos, casi rústica
por la casa, descalza...
Buscando un resquicio en sus urgencias,
dando a luz esbozos de nostalgias,
mujer de un escenario invulnerable
pero a solas...tan blanda.
“Ya están grandes”, me dices,
“pero ¿ves? ... haces falta...”
Y me siento a llorar pero me río
y corro a prepararles las tostadas...
Y me miras enorme de ternura
y sonriendo me abrazas...
Y me escondes las cunas y los versos
Y me amas...me amas.
Después
46
Ejerciendo el adiós de las gaviotas.
Nos dejarán los versos
la extremaunción anónima,
la mísera culpa de sabernos poetas,
y un cortejo de plumas
caducarán los versos que forjamos.
Porque volveremos a vernos en las horas finales.
Después,
solo después,
cuando ese después sea un despojo,
volveremos a estar como de ajenos,
como huéspedes de cuartos olvidados,
prestándonos la risa, como un postrer tesoro.
Y en el hueco de algún calendario inconcluso
seremos dos espejos
devolviéndonos el pobre testimonio
De alguna cobardía,
de una apenas nostalgia.
47
habrá un después... te espero,
un después por si acaso.
Un después,
casi nada.
48
Un grito como en silencio
entre tu beso y mis labios,
entre mi sitio y tu esquina,
entre mi patio y tu espacio,
existen orografías
de mundo empecinados,
una grieta de sal dulce
para un adiós renovado.
Entre tu gente y mis rostros,
entre tu tregua y mi pacto,
entre tu sed y mi vino,
entre mi encaje y tu manto,
entre tu voz y mi grito,
y mi yugo y tu trabajo,
y mi locura sin tiempo
y tu cordura por años
entre tu modo y el mío
entre mi vuelo cansado,
entre tus anclas gloriosas,
entre tu remo y mis barcos,
existen sentencias dulces
y abismo vastos, muy vastos.
Gata triste
Doblada
como una gata triste,
varada en la pausa de la luna
en la noche de los humos largos.
49
y una entraña por demás
desconsolada.
Ahora en el exilio,
con aljibes sin pudor,
desangelados.Derramo
mi cuerpo blando en la ventana,
como una gata triste,
derramada en alguna cornisa
donde aún transitan
desencantados devotos,
bebiendo la luna como un vino
que se vuelca del vaso.
Usted
( Versos secretos)
50
como siempre, urgente de belleza.
Se mudó la luz que encandilaba el alma,
los soles rodaron por las hierbas
para ensanchar aún más la llaga dulce
dulcísima de amor entre mis cuencas.
Para que usted lejano y muy hermoso,
desbocara los duendes de mi anemia.
Pasó a mi lado usted arrasando el aire,
los soles, el gentío, las veredas..
Si a su lado parecíamos tan solo
medievales siervos de su gleba.
¡Que mudez de bronce ata mi garganta,
cuando usted, señor está tan cerca!
Cuando al verlo pasar sin la pausa
de un dejo, sólo un dejo de clemencia,
sin demorar lo ausente de sus ojos
en mi sombra siquiera....
Mis labios disfrazan su humo dulce,
los muslos melodiosos ocultan su indecencia
pues un témpano, usted, cierra el resquicio
remoto de añorarlo entre mis trenzas.
Yo no he nacido para amar cediendo el cetro,
ni para estrenar débiles puertas,
ni para asolar los muros y contarle
que amo cada sesgo de su piel de piedra.
Yo no he nacido para amar luceros altos,
me resisto a llorar, señor, su ausencia.,
para no renunciar a mi linaje
en el callado grito que tengo en mi tristeza.
Y aunque ánforas de llanto traicionen mis pupilas
Señor, jamás usted se dará cuenta.
Nunca verá usted mi frente pobre.
Nunca deja el trono ávido a su reina.
51
Sé que suelo domar fierezas dulces
fecundada de lejos sin su ofrenda.
Mi lírico universo hiende el aire
y el sol muere de lonjas en su tierra.
Pero usted, no podría entenderlo,
usted es un transeúnte de la tierra.
No debo ir a verte
52
Me bebo cien tazas de café y escribo.
Me bebo tu olvido. No debo ir a verte.
Me arraigo a esta mesa umbría y ajena.
Y me ato a la silla. Me quedo a quererte.
Convoco a las hadas, pronuncio tu nombre…
me encierro en el cuarto, no puedo tenerte…
Que te parece…
si nos ponemos ropa antigua,
aquella que estrenamos para encontrarnos,
por primera vez ,
con la risa tonta y con vergüenza,
en la esquina imprudente
de las trenzas largas,
53
que enseñó a besarnos
con los labios de uvas,
en los glúteos cantores
y en el zumo ebrio del amor a tientas,
aquel que aún no conocíamos.
54
el espejismo de tus besos largos
por mi mansa orografía ya desnuda.
Sólo te pido ayuda
cuando decante sus perfiles, la agonía.
De Becker me hablarás, de su poesía
y cerraré los ojos con Neruda.
Sólo te pido ayuda,
para esta historia sin fe ni moraleja
para ejercer la risa, si me dejas
y no querer amarte, por las dudas.
Sólo te pido ayuda.
Cuando ya no pueda más, querré tu boca
por mis dedos, por la luz azul y poca,
por mis hombros, por mis cúspides menudas.
Sólo te pido ayuda.
Y aún desecho la idea de tu muerte
Estás linda, dirás . . . Seremos fuertes
cuando acuda la sombra, cuando acuda . . .
Sólo te pido ayuda
cuando la anemia, cuando la voz mía
desgranando tu nombre día a día
muerda el indulto, la paz y quede muda.
55
y miradas furtivas y campañas de encono.
Quien hubiera dicho que terminaríamos
de brasas y de amor hasta los huesos.
La piel esta transida.
Y andan diciendo que me buscas
porque he clausurado tus entierros.
La risa nos adorna si ensayamos
frases de amor ante el espejo.
Me parece que es tarde. ¡Gente grande!
escondiendo un pudor, ruborizada...!
Cuando me lo dijeron
Llevo las manos vacías,
por lo que hubo en mis
manos.
A.
Porchia
Cayó como un cemento en mi blandura.
El infierno temido y ahora cierto.
Fue como saborear por el desierto
un puñado de sal en la hendidura.
56
incrédulo de adiós, fuerte y silente.
Perplejo corazón que no entendía.
Rogué a la muerte un dejo de amnistía
y no morirme así, públicamente.
57
58
Nunca digas
59
Quise adelantarme a los olvidos
y una sucesión de princesas tristes
me decían adiós con los pechos desiertos.
Nostalgia urbana
De la calle colgaban
los músculos blandos
de una nostalgia anunciada.
Yo iba
rodando como un ovillo sin punta,
60
en diagonal,
como una luna triste y sin pestañas,
nombrando almanaques,
por la calle de las lucecitas rotas.
Moreno el cemento,
la nostalgia se puso
el vestido del domingo
y hubo un ruego en la carne perfumada.
De la calle colgaban
las vendas rotas de pezones tristes,
las vendas cómplices de cicatrices.
Sí, yo iba con los ojos
como dos botellas después de copular,
y el corazón cansino y atorado
de mi avidez de verte.
Todo el exilio
61
se me caía encima.
Me eché al hombro
el saco con tus besos
que hedían a añoranza.
De la calle colgaban
los músculos blandos
de la orfandad ,
la tierra ausente.
Tanta ceremonia sin historia
que ahora me deja
sin mí en el espejo.
La gente me ve pasar
con el cabello revuelto
tan largo de adiós, tan largo
que se asombran sin quererlo.
Pero yo ya no hago caso
de lo que piensan pues llevo,
pues llevo el cabello largo
tan largo como sus besos.
Que los besos que él me daba
apurados y a destiempo
me volvieron un aljibe
de su boca y desde adentro.
Y tan largo él me besaba
y yo toda un largo fuego
para hacer tizón su boca
muriendo de amor, muriendo.
............................
Destejo la oscura alfombra
62
de mi pelo y la destejo
para dar versos de pena
desmarañados al viento.
Que mi amor tan bello y rubio
en tanto fragor de negro
restallaba como esquirlas
salpicado de luceros.
Mis hebras de noche eran
crines buenas en sus dedos
Trenzada de ahogo era
mi pelo, su abrevadero.
Trenzado de sombra fresca
cubriéndolo al sol de enero
y suelto la manta bruna
para abrigarlo en invierno.
Trenzado de hechizo y monte
norte y sur de amor al cuello
lo enamoraba jugando
cayendo suelto, cayendo.
Por eso ya no hago caso
cuando murmuran diciendo
que mi pelo es la cascada
deshilachada de tiempo
Que un lío de ocre oscuro
se desfleca como un cerro
de hierbas entrelazadas
llamando a su amor, gimiendo.
Surco el aire y abro surcos
de un bruno trigal al viento,
pues llevo el cabello largo,
tan largo como sus besos.
63
No tienes que partir
64
65
Desnudez
66
Contradicciones
67
era su mano grande por la abierta
oquedad de mi risa femenina.
Era como el andar de los cansados
el amor del amor sin mas cabida
para este tropel en estampida
de todos mis besos apurados.
Era una risa triste en cada esquina,
era un sueño legal clamando usura,
era como la sal en la hendidura
en mi carne honesta y clandestina.
68
vivir, viendo a mi muerte enamorada
Vacío
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Estas manos exiliadas
sin alma,
la orgía intacta,
la huérfana matriz que llora
con ojos de incrédula suicida
ante la muerte que se ríe
desde el otro lado del espejo.
De adiós
70
Me quede mirándote de adiós
con la mirada fija en los perros,
con la mirada larga que suplica,
con la devoción de los silencios,
mansedumbre fiel que ofrece vida
a cambio de la paz de los regresos.
Me quede mirándote de perros
lamiendo mi cauce de amor bueno.
71
Solemne escultura de silencio.
Los adioses hablados siempre sobran.
Me quede mirándote de rocas
erguida de azul, llorando de olas.
72
pero estaba
las calles bifurcadas de horizontes
y tan intensa de cristal la escarcha
y además estábamos de invierno
y el sol hecho jirones por la espalda.
Decidí dejar de amarte
pero estaban
anudados de melancolías, los árboles
y era tan largo el humo de las fábricas
y tan extensa de adiós la despedida
y los niños tan faltos de lactancia
y los grandes tan cansados de sudores
de ser bueyes que no aran,
que no quise añadirme más tristeza
y no quise lágrimas.
Decidí dejar de amarte
pero mi suelo vertía sangre blanca,
y era invierno y había gente que en silencio
fecundaba llagas
y estaban desiertos de muelles
y las alcantarillas eran ojos de pupilas blandas
y el mar de mi ciudad era un vientre
sin hijos ni fauna.
Y estaba el invierno y los obreros
condolíanse de sus palas
y los niños descalzos de calderas
arañaban brasas.
Y por eso no quise,
añadir mas duelos ni mas zanjas.
Entonces decidí amarte
porque estabas
bello de los pies a la cabeza,
y aún me hacía reír, tu risa clara.
73
Y entonces yo decidí
yo decidí que te amaba
y aunque estaban tristes las calles, y la gente,
y el sol, los niños y las fábricas
yo ya no quise añadirme mas tristeza,
y era invierno y te amé y sonrío el alba
Desde lejos
74
Si de amor nadie muere, sin morir yo quisiera
olvidarme del hombre que aún mi vida no olvida.
Marcharía a otras tierras si con eso la vida
otro amor más hermoso, más hermoso me diera.
Desencuentro
Era un adiós
75
Tuve un sueño y después
me desgastó una nada.
Ya no concebía esperas redentoras.
Me dolía el dolor de mis palabras
y si acaso me salvaba, quedaría sin aire.
No podía salvarme.
Esta mañana
El mal que no he hecho,
¡Cuánto mal ha hecho! Porchia.
76
que arrastro mi corazón
pesado, pesado de ancla.
Ahora que soy persona
alta, usual y cotidiana,
77
¿De que me sirve el recuerdo
ahora que soy tan casta,
y no desperdigo versos
y soy firme, fuerte y sabia?
……………………………
¿De que me sirve encontrarte
por azar, esta mañana?
Si ya soy grande y no sueño
y tú estas triste y no hablas.
La luz
La luz contorsionada
como una mujer que goza,
da sobre mi corazón tendido
al rodar de la luna.
El cristal me atrapa
el gesto inmoral de la distancia.
78
Aprendizaje
… aprendiendo en mi mismo, que un sueño
no puede volver otra vez a soñarse.
José Hierro
No puedo nombrarte.
No pueden mis labios resbalar tu nombre,
disfrutar mi boca surcando tu nombre.
No quiero siquiera
saber que aún me llamas. Ya sé que me llamas,
que gritas silencios , que nadie responde.
No puedo decirlo.
Traiciono los pactos, me vendo sin precio.
En mis labios vastos, en los labios nuevos
besando la sangre del sol de la tarde,
me puebla la tarde, me alivia la tarde
con tu amor de lejos.
79
que amaron tu nombre con todas las formas
que el amor se puebla.
Ahora entendemos. La luna no debe soñarse.
No debes, no debo. Apenas
la estela , tan sólo el reflejo de la luna cuenta.
Domestica el duelo,
estrecha la mano del adiós . Ya es siempre.
Bebamos en nombre de ese amor el vino,
algún vino dulce.
No te hablo del olvido. Tuvimos belleza tan grande,
tan grande…queriéndonos tanto como nos quisimos.
No sueñes regresos.
No existe el regreso. Deja muy tranquila la luna y su altura.
Tú sabes que siempre me llevas a cuestas.
Si….Yo sé lo mucho que tu amor espera.
Te llevo conmigo, dorado y sonriente, desdoblando esquinas,
cantando mi nombre. Te llevo conmigo dorado y sin penas.
80
Que no te de pena. Ya no tengo pena.
Si fue nuestra risa la marca y el sello
de tanto amor lindo de grillos saltando por la risa clara.
Por eso aprendimos,
que es mejor de lejos, que la luna es luna,
que el adiós es lejos, que ahora es distancia.
Acaso imagines
lo bello, lo bello que fue conocerte. Saber que tu vida
amaba mi vida. Que el amor es bueno.
Ya ves. Yo no puedo mirar tantas huellas.
Tú fuiste sortija, rayuela y la pausa de una tarde eterna.
Y ya somos grandes, por eso entendemos.
81
Tú domando el tiempo con tu risa fuerte de potros y amores.
Yo, escribiendo versos, tú esquivando canas.
Ya no habrá preguntas…Son cosas que tuvo
la luna y su altura y un aprendizaje . Y al fin ya sabremos
que son sólo cosas que pasan, que pasan…
82
(Otras veces, sólo otras veces
yo te desalojo, me resumo en células primeras
y transito tu lava,
tu colmena fecunda de semillas futuras
Me convierto en la ínfima transeúnte de tu sangre
y pueblo tu cintura
y aun no estoy concebida, aun no irrumpo
en candentes ternuras expiatorias
y entonces ya no existo
y ya no necesito ser tan, pero tan fuerte.
Y entonces, sólo entonces soy pobre y soy endeble
y lluevo el alba toda con llantos femeninos.)
83
por el espejismo develado del linaje.
¡Nuestros hijos tampoco,... No... No deben saberlo!
¡Nadie debe saber que estamos desvalidos,
inermes ,abrazados, lloviéndonos el alba.)
Poema de amor
84
Yo ya no me arranco tu mitad que insiste,
yo muy poco hago por cerrar tus ojos,
¡Que poco me asusta tu fragor de olores
rodando mis labios como pozos rojos!
Sin título
85
Abre
como una cueva final tu boca buena,
desanuda las fauces encantadas
y sorpréndeme. Convénceme
con argumentos de cavernas.
Olvida la sortija y los semáforos,
las luces, las agendas, los itinerarios.
Ya deja el enjambre y las alarmas,
la brújula siniestra y el cemento.
Abulta tus labios con los besos
por mi cuarto y mi pecho.
La gloria final y mucha tregua
te vuelven superior a mi costado.
Te nombro mi amor por sólo un día,
te vuelvo responsable del presente
y un breve futuro sin relojes.
No tardes que se vuelan
de amor los almanaques.
Los labios
Abdico de amor
y aunque estoy grande
derramo mi lava enamorada
desde una furia dulcísima y trigada.
Escanciando los vinos, voy besándote.
86
Soy final y feroz , morena y amplia.
No puedo pedir más.
Estoy completa.
87
por los muslos despoblados,
una barbarie de otoños
rasgando lonjas y labios.
Sobre tu cuerpo cabalga
mi sangre como soldado,
hay fronteras extranjeras
y universos asolados.
Todos mármoles que escancian
cuando cerca y sin embargo,
un sino de nunca, nunca
tragando los calendarios.
Sobre tu cuerpo y mi cuerpo
no hay futuro, no hay pasado,
no hay años prometedores,
solo pobrísimos años.
Sobre tu cuerpo florecen
hielos, hielos sin mis labios
y sobre el mío, glaciares
sangrando de amor y partos.
Hay llaga y artillería,
un surco de polvo blanco,
y besos casi posibles
en lejanísimos labios.
88
Sobre tu cuerpo y mi cuerpo
hay sendas de amor descalzo,
un sino de nunca, nunca
separando, separando.
Te di las manos
Tengo un adiós
89
la llave redentora que lo salve.
Tenerlo se parece a lo infinito.
Alegría
90
Ya el destino final...Septiembre canta
junto al ancho corazón de un campanario.
91
92
Volvámonos de trigo
93
y tendrán por mi cuerpo un tizón en sus lechos.
94
Por la frente
(De abuelos y de amores)
A modo de panal,
a modo de aleteo de perdones,
sonriendo la tiza y el silencio
un hombre bello y una mujer bella
esquivan almanaques
de a traiciones y se toman
al descuido las manos.
95
La vida arrulla un vuelo
de esplendores.
Un velo de tranvía embiste
el ensueño al fin, insobornable.
La plaza cobra un ocre de ternura,
cegada va la lumbre sonrojada.
La frente se humedece con un beso.
Secreta
96
Una luna feroz que escancia abismos
me entretiene de ausencias.
97
Y callada y furtiva
dejaría que entrase por mis sábanas
98
podría llorar agradeciendo
la paz definitiva y acabada.
Las piernas finales como ángulos
en el alivio final de mi deseo.
Respiras
Respiras
por la piel incansable,
y la construyes.
por mis surcos de miel
como una ofrenda.
99
Asciendes en mí
y eres un astro de ámbar
en los cálices
de mi cuerpo que ahora
son dos muslos gigantes,
un andamio de gozo.
Hay una cierva
morena y feraz que se prepara
y quiere ser fecunda y concebida.
Hay una bestia sublime
y casi dulce
que anticipa el jadeo
y se abre poderosa
como una miel voraz,
en dos mitades.
Me faltas
100
Murmuro tu nombre y me resbalan
espermas imposibles en mis sedas.
Y no vuelves a mí
y hay un ultraje imperdonable
en mi piel desvestida
que ya no puede más,
que aún espera.
Me faltas
en cada rincón de mis carencias
con olor
a sangre bautizada.
Cada tarde azul
a la orilla de este mar con tijeras de vicio,
espero y más me faltas,
y bajo recurrente
con belfos hambrientos a buscarte
y me duele en el vientre
un tigre con las vísceras expuestas.
101
¡Que esta noche es luna,
que esta noche quiero
y si tú detienes la noche y me ayudas,
esta noche puedo!
¿No sientes el aire
vuelto poesía urdiendo un comienzo?
Y aunque es algo tarde,
se me inflama el pecho
por tanta poesía
que llevo y que tengo?
Esta noche es buena ,
no puedo dormirme sin escribir versos,
que huele a milagro
y nazco secreta como hace ya tiempo.
Ven, amor, te pido,
¿no ves que me crecen de rimas los dedos?
Me ahoga de lunas, es tanto el lirismo
que hoy llevo adentro.
Que esta noche es pura,
que hay magia de anzuelos
102
pescando palabras que me van salvando
de tanto destierro.
Que hay risa en las calles,
que de gloria muero
y escribo y escribo como un lápiz ángel
y esta noche quiero.
No ves que me asisten
catervas de versos,
que esta noche es risa, que puedo y que canto,
¡que esta noche es cierto!
103
Conmovida de parto y regocijos,
la sangre se defiende poderosa.
104
Y aunque el alma de sur aún nos estalla,
expertos de batalla y resistencia
pactemos la nostalgia por la herencia
volviéndonos de pan en la batalla.
Ofrendas
105
106
Me voy
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con la garganta atestada por los pájaros,
y un sueño de a piedad como lactancia.
108
Canto de amor y vida
109
cruza un ala de seda por la almohada.
Ceremonia
110
me creyeron de luz, desvergonzada.
Un inquilino molesto
Te llevo en mi corazón
como un inquilino molesto y necesario.
Ocupas el cuarto mejor en mi cabeza
e invades la íntima frontera.
Pero a pesar
de tu obstinada permanencia,
no puedo echarte pues, arbitrario el corazón,
se aferra a tu contrato enamorado.
Y me envicias el aire,
y me vives de cerca
y nuestras firmas de locación son el pretexto,
el arma mejor que nos excusa
a tenernos cerca y enlazados
a este pacto de amor no declarado.
El saludo es solemne y nos sufrimos
creyéndonos de otros,
111
respirándonos el aliento que dejamos,
inventándonos el sueño de vernos
cada día, con la llave necesaria.
Te llevo en mi corazón
como un inquilino molesto,
te transporto, me habitas, te contagio,
me vuelves, te estaqueas a ese cuarto
y cargamos como grúas incansables
nuestra habitada soledad
sin decir nada.
112
salimos a la tarde
y nos arrojamos
a la ciudad
que con voz gangosa
anunciaba
reveses de risas
y de páramos.
Salimos a la noche
a celebrar las ingles
y los pechos,
y los ojos vidriosos
y la risa y el llanto.
Nadie,
nadie era tan feliz,
nadie era tan bello,
como fuimos nosotros.
Yo llevaba
en la seda deshojada,
en la breve intimidad
de la piel láctea,
olor a la lluvia y a la tierra
cuando llueve en verano,
cuando llueve de lava sin anemia.
Y así salimos.
Salimos al ladrillo sin aire
de la ciudad ardida.
113
Nos arrojamos
al crepúsculo sin nombre,
sin ropa, sin futuro,
sin ningún documento,
con peces en el vientre
y una extraño sentimiento,
como un aguacero
de lágrimas antiguas.
Un agorero pájaro
con naipes en vez de alas,
en la rama de la plaza
miraba
tanto gozo condenado,
tanta calentura con sonrisas
y prefirió callarse,
por las dudas.
114
Rimas
115
de inculparnos del místico pecado!
Por mi boca
Hoy
que te quieres morir
por un rato,
hundirte en la siesta del desierto
bajo las águilas ebrias
de ese dios que derrama
lágrimas de acero,
yo te pido que vivas desde mí,
desde este corazón con bondades rapaces,
desde este cuerpo
de barro enamorado.
116
Pero si quieres morir,
muere por mi boca,
abierta como una flor
mojada e inmensa,
como una dúlcisima caníbal
con indultos,
como una misericordia
con piadosos labios.
Y si quieres seguir
muriendo por un rato,
muere por mi pecho,
desde los diurnos olivos que maduran
ofreciendo sus frutos con descaro,
dos palomas ardidas
que atraviesan
con su desnudez depredadora
la llaga sin luz de tu tristeza.
Y si aún deseas
continuar muriendo,
muere por mis piernas,
muere desde el sueño hueco
de mi centro fértil,
desde un dolor obsceno que te ofrece
refugio, una cueva que infinita
agoniza de gozos cristalinos.
Y si quieres todavía
morir la tarde,
117
como un si fuera
un efímero suicidio que ha dejado
esperando la resurrección
en la puerta blanda,
muere por mi vientre,
por mis manos, por mi lengua,
muere por mis huesos imparables,
por mis caderas de jazmines con dientes,
por mi cuello con más sur que norte.
Pero muere desde mí
y a tu regreso,
me hallarás a tu lado
como una nodriza sin pudores,
libando tu sangre y tu piel clara,
a tu lado.
Pero hazlo desde mí,
desde mi boca,
y muere por mi boca
y vive en ella,
118
hasta que al fin, amanezca.
No me despierten
Voy a dormir, nodriza, acuéstame
A. Storni.
119
jugándole una broma a la cordura,
sueño y río de a ratos.
Si me tocas la cabeza, por favor
hazlo despacio,
si me tapas, te pido que me cubras
con ternura, los brazos.
Si me hablas de amor, di una mentira
pero inventa en mis labios
un sueño de magia y de castillos
de algún mundo lejano.
No temas por mí si no despierto
pues no quiero despertar, sí acaso
ves que me muevo, solo intenta
una canción de cuna a mi costado,
una caricia suave por la frente
como un vuelo de pájaro.
Pero no me despiertes que yo tengo
sueños descansando.
120
y alardeando la antigua valentía.
121
Acostumbrada a volar, amando el aire,
transitada de grillos por las venas...
Quiere mi risa para claudicarla.
Quiere un pacto de pena.
Acaricia mi frente y devuélveme
la cuna y la hamaca . No... no temas.
Yo vivo de milagros ... Solo un rato,
mas no dejes que vuelva.
Y saldré a volar como volando
surcando el norte de la risa eterna.
No dejes que se acerque por ahora,
que ha urdido ya sus estrategias.
Estoy tan cansada...Yo te pido
Deja que duerma...
Me quiere sobornar con llantos dulces,
y si me distraigo, arma cadenas.
Por eso me río desde el viento
y con mis alas borro toda huella.
Pero ahora he llegado caminando
Y arrastrando las piernas,
Me distraje feliz con unos versos
y quebró en su dolor, mi ala izquierda.
Ambiguo
122
Voy a buscarte
el mejor ángulo
de tu boca abierta,
que he dejado de ser
mi propia idea
de la valentía.
Voy a buscarte
quien sabe porque
de todo lo que dejé
que me sacaran,
de todos
123
los aterrizajes forzosos
y de todas las mujeres
sobrevivientes
que parí en silencio,
lo mejor que tuve,
lo mejor de mi largo
siglo de batalla,
has sido tu risa
y tu palabra.
Por eso
voy a buscarte.
Adiós y adiós
124
Quedarán mis palabras
"¡Que hermoso cuando cantas!"
No sabremos la vida
que hubiera sido juntos.
No tendremos el juego
de bastones eróticos.
Me seguirás buscando
jugando adolescente.
No sabré de tu cama,
no sabrás como el muslo
palpita desde el centro.
Y seguirás pensando
que me sigo escondiendo
en mi cueva pasada.
No sabrás que abandono
celosas madrigueras.
Tendremos la ventaja
de no vernos doblados.
No veré tus arrugas,
no verás mis arrugas.
Te quedará por siempre
mi pelo despeinado
jugando entre las lágrimas
de tu eterno ...."Algún día...,
No oirás si mi voz
con el tiempo se quiebra,
ni verás que mis ojos,
pesarán de futuros
recuerdos que no fueron.
Nos quedará la duda,
te quedarán mis labios
con la risa del grillo.
125
Y guardaré en mis versos
tu nombre disfrazado.
Me seguirás buscando
donde fui por mis libros,
por la calle que ha sido
tu eterna calesita.
Tendremos la ventaja
de no vernos cansados,
sin canas o temblores
en la risa perenne
que fue el lazo tan nuestro,
un código increíble,
los amantes verbales.
No veré como sufres,
yo ya sé como sufres.
Dudarás que yo sufra.
Dudarás que te quise
aunque tanto te quise.
Dudarás de mi abrazo
trepada a tus alturas.
No nos veremos viejos.
126
no nos oiremos sordos.
Seremos como eternos,
con tus besos enormes
y mis manos temblando
escondidas al pecho.
Seremos como eternos
sin habernos vivido,
y en tu tosca y alegre memoria
lograrás la sonrisa.
Y apoyada en tu hombro,
me recordarás feliz.
Canciones
a las 6
de la tarde
(Queridas amigas…)
127
Los cónyuges distantes
128
No es tiempo de derrota, tan solo una rotura
del vértigo el mundo, trasunto de estampida.
Si te atreves al gesto de la mano extendida
¡hay cántaros de vida urgiendo mi cintura!
Y si te dicen
129
Me preguntas si es verdad lo que te han dicho,
esas tantas versiones andadoras,
de que muero por un hombre que es hermoso
en una soledad que me devora.
130
Me preguntas si es verdad lo que te ha dicho
ese cruel vocerío que me aplasta.
No es verdad que me muero, aun suspiro!
Aun lo quiero! Y hoy verás... Eso me basta!
131
¿Qué tengo los ojos muy brillantes?
Será por las luces del salón.
Le pongo cerrojos a las lágrimas
que tratan de aliviar tanto dolor
Sus cosas marchan bien ¡Cómo me alegro!
Mis cosas no podrían ir mejor.
¿Por qué será que cuando al verlo
me late tan fuerte el corazón?
Perdone la osadía de quererlo.
Usted sabe que en las cosas del amor
la lucha es en vano y uno deja
la vida por un poco de ilusión!
Ah...Usted me agradece la visita,
me extiende la mano y un pudor
enciende mi piel y siento brasas
rodando por mi culpa y mi emoción.
No insista, señor...Yo ya me marcho.
Usted está ocupado. Acaso estoy
robándole tiempo y reconozco
que es harto demandante su función.
Usted se despide y yo desmayo
en torrentes de súbita emoción
y luego sonríe y yo le imploro
¡No sonría de ese modo, por favor!
132
Queridas amigas
133
(Y con digno ademán de reina alegre
se yergue mi esplendor. Como al descuido,
deslizo unas palabras pertinentes
burlándome del hombre que ha partido)
Tampoco exageren...Simplemente
jugaba el juego dulce del vencido.
El hombre era tan bello..No, no es cierto...
¡haber querido así como he querido!
134
(La sed crepuscular, la tarde es tarde.)
¿Amigas, es que acaso habían creído
caterva tan falaz de desaciertos?
(La lluvia insiste. Es tarde. Ha oscurecido)
Amor de siempre
135
Me lo contaron y entonces
entre soles andariegos
me arrullaron con azahares
enamorados los vientos
y con gracia trashumante
la voz plural de un secreto
hizo eclosión en mi alma,
¡Ah... Dios mío que sea cierto!
Pues me han hablado de él
aquel de los ojos buenos,
él de las selvas nocturnas
poblando vastas su pecho.
Quien redimió en otros labios
la tibia urgencia del beso...
Y yo que ya no vivía
por venerarlo, de lejos.
Hoy tengo un nidal de trinos
y un cáliz de rosas llevo
y voy desgranando brevas
que se hacen miel en los dedos.
Porque un rumor me ha contado,
¡ah...Dios mío, que sea cierto!
que mi amor decía mi nombre
y sonreía! al hacerlo.
136
Jazmines
137
Y sin embargo
138
¿De que le serviría la insistencia
a este corazón cansado y loco?
139
Yo te escribo
140
con tu amor vigilante que se ensaña a mi lado.
141
Yo te pido una tregua. Tengo un leño y un manto.
Tengo magia y un grillo. Tengo un verso y un canto.
142
Las cuerdas te atrapan las manos hermosas
como si esculpidas en trozos de rosas.
143
La calle de a poco me atrapa en su sombra
y escucho aun como ella te aclama y te nombra.
144
Yo lo he visto pasar, erguido el porte,
como una luz punzó por mi ventana
con un revuelo ecuestre y la cohorte
que propagó la historia americana.
Yo lo he visto pasar con todo el norte
en el sol de su frente soberana.
El más hermoso
145
¿Por qué vuelo sin querer de rama en rama?
Y estoy loca , inconciente y casi lloro
pero río y alzo himnos de esperanza...
Es que estoy viviendo un sueño, el más divino,
él que nubla mis sentidos y me alcanza
para no morir en siglos de alegría,
para urdir dentro de mi todas las magias.
Instante
146
dulcísimo de luz, se volvió amante.
De la realeza
147
Aunque abdique y acoples las medallas,
una reina de amor nunca se muere.
(Dirás que hay una reina que te quiere
y querrás vencerme en las batallas.)
148