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Agosto 1999
S
Conferencia sobre Comercio Internacional de Alimentos a Partir del
Año 2000: Decisiones basadas en criterios científicos, armonización,
equivalencia y reconocimiento mutuo
Melbourne, Australia, 11-15 de octubre de 1999
por
I. Introducción
1. Los profesionales de la alimentación y la nutrición desempeñan una función directa y
catalizadora en asegurar el bienestar nutricional mediante el suministro de alimentos sanos y de
buena calidad a los consumidores, la comunidad y la sociedad en general. Es ampliamente
reconocido que las enfermedades de transmisión alimentaria están estrechamente asociadas con la
contaminación de los alimentos, lo cual representa una importante amenaza para la salud de la
comunidad. Hoy en día todos los países tienen que aplicar con urgencia programas sostenibles de
calidad e inocuidad de los alimentos que a largo plazo les permitan garantizar a sus habitantes un
abastecimiento de alimentos sanos y seguros, en cantidades suficientes y a precios asequibles.
2. Si bien mucho puede hacerse en este contexto utilizando los conocimientos y la
tecnología actuales, aún se necesitan investigaciones básicas para simplificar y normalizar los
métodos de laboratorio y otros métodos de investigación a fin de mejorar el acopio de
información y de desarrollar técnicas sencillas y eficaces que reduzcan los peligros para la salud a
varios niveles. La adopción de enfoques innovadores en la planificación, ejecución y capacitación
en relación con las medidas de control de alimentos puede contribuir en especial a asegurar la
inocuidad y calidad de los alimentos para los consumidores y los mercados locales y las
exportaciones. De hecho, para ello se requiere un esfuerzo coordinado y concertado por parte de
los gobiernos nacionales, el ámbito académico, las asociaciones de consumidores y la industria,
con la frecuente ayuda de los organismos internacionales.
3. En este ámbito las instituciones académicas, mediante una acción de educación,
capacitación, investigación, prestación de servicios y formulación de políticas de sensibilización,
puede proporcionar los fundamentos necesarios para promover la aplicación de estrategias
educacionales que garanticen la calidad e inocuidad de los alimentos.
4. En este documento se presenta un punto de vista integrado y práctico acerca de la función
que el mundo académico desempeña en asegurar la calidad e inocuidad de los alimentos. Así
pues, se abarcarán los aspectos siguientes:
Por razones de economía se ha publicado un número limitado de ejemplares de este documento. Se ruega a los delegados y
observadores que lleven a las reuniones los ejemplares que han recibido y se abstengan de pedir otros, a menos que sea estrictamente
indispensable.
X2805/S
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educación y capacitación
investigación y desarrollo
servicios
F ig u r a 1 -P o r c e n ta je s d e c a r b o h id r a to s , g r a s a s y
p r o te ín a s e n e l s u m in istr o d e e n e r g ía a lim e n ta r ia (S E A )
e n la r e g ió n d e A s ia y e l P a c ífic o , 1 9 9 4 -1 9 9 6
c a rb o h id ra to s
g ra s a s
p ro te ín a s
7 0 .6 1 9 .1 1 0 .2
F u e n te : F A O S T A T , R o m a 1 9 9 9
250 Millones
200
Asia meridional
América Latina
150 Africa subsaharian a
China y Asia
sudoriental
100 Asia occidental y
Africa del norte
50
0
1993 2010 2020
hogares y las comunidades. Las soluciones dependerán de las circunstancias locales y requerirán
la participación de la comunidad y las familias, así como del país en general. De esta manera se
llegará a integrar la calidad y la inocuidad alimentarias en el ámbito de la seguridad alimentaria de
las familias y las comunidades.
exposición en un ambiente protegido. Los cereales y harinas germinados no sólo son nutritivos
sino que pueden almacenarse por períodos prolongados y resultan inocuos para el consumo
familiar y comunitario. Entre las prácticas que se toman en consideración en las DDBA debe
incluirse también una manipulación adecuada del agua. A nivel de los hogares, sobre todo en las
zonas rurales y urbanas marginadas, es vital someter el agua a tratamiento para un consumo
seguro y es necesario educar a las comunidades en este sentido.
12. La base de conocimientos que se necesita para desarrollar y promover los componentes
de calidad e inocuidad de los alimentos en las DDBA supone asimismo un detenido examen del
comportamiento de las personas en el contexto de los ecosistemas comunitarios. Muchos agentes
patógenos que provocan enfermedades diarreicas sobreviven e incluso proliferan fuera del cuerpo,
lo cual aumenta la transmisión y perpetúa la infección dentro de la comunidad. Los estilos de
vida, las condiciones climáticas y los factores sanitarios favorecen la difusión de los patógenos
entéricos y la contaminación de alimentos y agua potable, provocando enfermedades de
transmisión alimentaria dentro de la comunidad. Deben estudiarse las costumbres, creencias,
tabúes y hábitos alimentarios de las distintas culturas, en relación con la transmisión de peligros y
la difusión de infecciones. El mundo académico puede movilizar activamente la investigación
epidemiológica a este respecto. Los conocimientos adquiridos de esta manera podrán utilizarse
adecuadamente para formular, seleccionar y recomendar estrategias de prevención y control de las
pérdidas de alimentos después de la cosecha y de las enfermedades transmitidas por los alimentos.
Son de vital importancia la conducta y los estilos de vida de las madres de familia y las personas
encargadas de criar a los niños, preparar las comidas y llevar a cabo las tareas domésticas. A este
propósito, unas DDBA bien especificadas pueden representar una herramienta importante para
mejorar el nivel de inocuidad alimentaria.
B. UTILIZACIÓN
13. La utilización de alimentos aptos para el consumo y de buena calidad puede fomentarse
mediante un sistema consolidado de servicios de atención de salud y asistencia, la realización de
programas de alimentación y nutrición específicos, según los contextos comunitarios, y un
adecuado seguimiento y vigilancia del sistema.
E. SEGUIMIENTO Y VIGILANCIA
19. El personal y los docentes académicos, así como los agentes comunitarios que participan
en todo el proceso de desarrollo encaminado a asegurar alimentos sanos y de buena calidad, deben
reunirse con regularidad y comprobar los progresos periódicos del programa/proyecto. Los dos
grupos, el de ámbito académico y el de ámbito comunitario, deben evaluar la eficacia de las
medidas adoptadas. Las ventajas tienen que repercutir no sólo en pro de los trabajadores de la
comunidad/educadores en nutrición/maestros escolares sino y sobre todo en beneficio de las
personas o las comunidades a las que están dirigidas las actividades de cada intervención.
20. En los entornos rurales y urbanos es a menudo en las empresas alimentarias comunitarias
en pequeña escala donde pueden introducirse innovaciones. Los mercados de alimentos en
pequeña escala constituyen un lugar de vital importancia para elaborar soluciones tecnológicas y
procedimientos de seguimiento que permitan aumentar el nivel de seguridad alimentaria local. Por
ejemplo, tienen que identificarse los puntos críticos de control implicados en la preparación, el
consumo y el almacenamiento de alimentos, en especial alimentos complementarios. El hecho de
conservar los alimentos a temperatura ambiente por períodos prolongados puede dar lugar a la
propagación de bacterias. Algunas condiciones y factores críticos, tales como una elevada
contaminación inicial, las temperaturas de cocción y el tiempo y la temperatura de conservación
de los alimentos pueden contribuir a identificar dentro de las comunidades varios peligros
relacionados con la cocción. Los programas comunitarios pueden promover formas de
organización autónoma entre los vendedores de alimentos de las comunidades que promuevan su
educación y el acceso al crédito y a otras fuentes de recaudación de fondos necesarias para
realizar mejoras tecnológicas. Es igualmente fundamental que se evalúen las intervenciones
propuestas y que las ventajas correspondientes se comparen con las prácticas tradicionales.
También es necesario efectuar un examen o evaluación de riesgos. Sobre la base de las funciones
y las tareas establecidas, es posible medir algunos indicadores del impacto y llevar a cabo una
evaluación conjunta que tenga en cuenta las observaciones formuladas para fines de corrección.
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F. PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
21. El sistema de producción de alimentos, que incluye la producción, elaboración,
distribución, preparación y consumo de alimentos, guarda relación con el grado de desarrollo y el
nivel de ingresos y las características culturales de la comunidad a la que atiende. Cada
comunidad tiene problemas específicos y únicos en cuanto a la calidad e inocuidad de los
alimentos, según su propia situación. Dado que en cada sistema hay diferentes factores sociales y
económicos, se necesitan diferentes estrategias de control de la inocuidad de los alimentos, como
en el caso de una comunidad específica.
22. La producción alimentaria debe hacer hincapié en la producción de alimentos y la
horticultura a nivel familiar, escolar y comunitario. Ante todo es necesario asegurar la inocuidad
de los alimentos mediante la prevención de la contaminación durante la fase de producción. Esto
puede lograrse adoptando medidas adecuadas, como por ejemplo, la prevención de la
contaminación de la leche por Brucella sp. mediante la vacunación de los animales. Los niveles
de residuos de plaguicidas pueden controlarse aplicando estos productos de manera correcta y
siguiendo las buenas prácticas agrícolas. A partir del ámbito académico, las disciplinas
relacionadas con la biotecnología pueden aplicarse con resultados óptimos para producir plantas
más resistentes a las enfermedades y que requieran un uso limitado de plaguicidas. La
biotecnología alimentaria puede contribuir asimismo a satisfacer la demanda creciente de
alimentos. En cuanto a la contaminación química, la prevención incluye la adopción de medidas
ambientales encaminadas a mantener la concentración de las sustancias químicas en unos niveles
seguros.
23. Las instituciones académicas, con sus actividades de investigación y programas de
desarrollo, pueden ayudar a identificar y afrontar dentro de las comunidades los problemas
relacionados con el acceso a alimentos sanos. Al efectuar un análisis microbiológico de muestras
de “chappati” procedentes de suburbios urbanos y tomadas en distintas fases de preparación y
almacenamiento, se detectaron concentraciones elevadas de microbios. Los factores incriminados
en la contaminación alimentaria fueron la materia prima, los manipuladores de alimentos, el
equipo utilizado y la superficie de los utensilios 4. En los programas agrícolas deben integrarse los
principios para un sólido control de la calidad de los alimentos. En Tailandia 6, los programas de
producción agrícola incluyen la producción de alimentos nutritivos (sobre todo alimentos
complementarios para niños pequeños), la producción de arroz de tierras altas y la mejora de
suelos. Los beneficios que se obtienen de esta manera son la generación de ingresos y la
seguridad alimentaria. Entre las demás actividades comunitarias de producción de alimentos
figuran la horticultura doméstica, la fruticultura, el cultivo de legumbres y sésamo, la siembra en
estanques piscícolas y la prevención de enfermedades endémicas entre las aves de corral.
gran medida de la manipulación de los alimentos en la granja o la tierra comunitaria. Por ejemplo,
el uso de técnicas inadecuadas de secado y almacenamiento puede llevar al desarrollo de
micotoxinas.
25. En numerosos países de Asia un elevado porcentaje de los agricultores y productores de
alimentos está constituido por mujeres, quienes también desempeñan una función predominante
en las actividades posteriores a la producción. El aprendizaje participativo, mediante estudios de
la comercialización a nivel de base, puede ayudar a identificar, junto con las mujeres interesadas,
los problemas que éstas experimentan y sus prioridades en materia de inocuidad de los alimentos.
Es necesario que las mujeres del campo puedan participar en las actividades de comercialización,
lo cual puede lograrse ampliando su acceso a las guarderías, los consultorios de planificación
familiar y los centros de salud maternoinfantil (SMI). A este respecto es posible que representen
una ayuda los centros de coordinación establecidos con el apoyo del mundo académico y de las
organizaciones competentes, mediante la realización de programas comunitarios que abarquen
una amplia gama de actividades de desarrollo entre las cuales extensión, crédito, distribución de
insumos, atención pública de salud y educación de adultos.
Fomento comunitario
Extensión
Servicios
Investigación y desarrollo
Capacitación y educación
A. CAPACITACIÓN ACADÉMICA
36. La capacitación académica se imparte en instituciones, principalmente en el marco de
programas universitarios y de postgrado, y pueden representar una contribución valiosa en el
contexto arriba indicado. Unos ejemplos pertinentes en relación con los estudios de postgrado son
los programas en materia de toxicología en la alimentación y la nutrición, control de calidad en la
industria alimentaria, tecnología adecuada para la elaboración de alimentos, y protección del
consumidor en la alimentación y la nutrición.
37. Los cursos que se ofrecen en el marco de estos programas pueden mejorar las capacidades
analíticas de estudiantes y alumnos internos. Por ejemplo, el seguimiento de los contaminantes
constituye un elemento fundamental de/en los programas de inocuidad de los alimentos. Mediante
estos cursos los docentes universitarios pueden proporcionar a los estudiantes los datos y
conocimientos necesarios para que se conviertan en potenciales funcionarios de inocuidad de los
alimentos, y permitirles acceder a los laboratorios para analizar las causas comunes de las
enfermedades de transmisión alimentaria. Además, una adecuada capacitación permite movilizar
los recursos de la facultad y los estudiantes y elaborar protocolos y procedimientos de garantía de
calidad que lleven por fin a potenciar la capacidad analítica en contextos más amplios.
38. Los programas académicos pueden ayudar a asegurar que las buenas prácticas se apliquen
a la producción y elaboración de alimentos y a los procedimientos de control de la inocuidad. Por
ejemplo, las buenas prácticas de elaboración son de vital importancia para un sólido desempeño
profesional del personal de calidad e inocuidad de los alimentos. Además, en el ámbito de la
fabricación o elaboración de alimentos, pueden asegurarse aplicando las buenas prácticas de
fabricación (BPF) y las buenas prácticas de higiene (BPH) a la elaboración de alimentos. Es
posible integrarlas en la capacitación práctica tanto dentro de las instituciones como en los cursos
para becarios. Estos cursos permitirán aprender los métodos de mantenimiento de registros, en
especial a la hora de anotar los resultados de las actividades de control de la calidad. Es preciso
darse cuenta de que para ello se requiere un buen conocimiento de la información técnica
relacionada con el producto alimenticio, los métodos de elaboración y las instalaciones de
producción. La bromatología y la tecnología alimentaria representan disciplinas complejas que
suponen conocimientos especializados en una amplia gama de esferas tales como química,
bioquímica, química física, microbiología, nutrición, toxicología y sectores afines. Habida cuenta
del amplio alcance de los problemas de inocuidad y calidad de los alimentos, las instituciones
académicas pueden recibir capacitación periódica en elaboración de nuevos productos, nuevas
tecnologías, nuevos métodos de elaboración de alimentos, y procedimientos de ensayo y análisis.
Para esto se necesitará asistencia técnica de la FAO, sobre todo para los países en desarrollo 8.
39. El Codex puede utilizar de manera eficaz los conocimientos científicos y los datos de las
investigaciones sobre microbiología e higiene de los alimentos llevadas a cabo por las
instituciones académicas a fin de afrontar los peligros microbiológicos originados por los
alimentos. El establecimiento y la expansión de los servicios de control de la calidad que prestan
las instituciones académicas pueden contribuir en parte al logro de los objetivos de la CCA de
protección de la salud humana y facilitacíon del comercio alimentario. Para promover las BPF en
el marco del fomento de la inocuidad de los alimentos, el ámbito académico puede participar en la
preparación de manuales destinados tanto a los vendedores como a los compradores. Esto
proporcionaría detalles sobre muchas características, como por ejemplo los parámetros de calidad
de los productos. Hoy en día, dado que los productos alimenticios se comercializan entre grandes
distancias, es indispensable que se dé una descripción formal de los bienes 5.
40. Cuando se imparten la educación y capacitación necesarias, a menudo se obtiene un
mayor nivel de conocimientos; esto debe extenderse a las prácticas de inspección, análisis,
producción, elaboración y consumo de alimentos. Los programas educacionales se evalúan en
gran medida simplemente en base al material que producen y al alcance de su distribución. Se han
desplegado escasos esfuerzos por evaluar la eficacia de la educación y capacitación, una tarea que
aún debe llevarse a cabo.
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B. CAPACITACIÓN NO ACADÉMICA
41. El nivel de instrucción relativamente bajo de la población en general constituye un
obstáculo para una integración eficaz de los intereses de los consumidores en el control de
alimentos. Los consumidores, en especial los que tienen un nivel de alfabetización limitado,
carecen de la competencia profesional, los conocimientos y las capacidades básicas que necesitan
para comunicar eficazmente sus problemas a los oficiales de control de alimentos, comprender los
aspectos técnicos de la inocuidad y calidad de los alimentos y potenciar su papel para poder
efectuar los cambios necesarios. El mundo académico, mediante la elaboración y aplicación de
programas pertinentes de educación e información de los consumidores, puede ayudar a superar
estas dificultades pedagógicas. Gracias a los cursos de capacitación no formal es posible
establecer un mecanismo que lleve a los consumidores a tomar conciencia de la importancia de
las cuestiones de calidad e inocuidad de los alimentos. Los esfuerzos comunitarios realizados por
las instituciones académicas están encaminados a aprovechar al máximo los programas
educacionales e informativos y a crear grupos de fomento para aumentar el nivel de conciencia
acerca de la inocuidad de los alimentos. En particular, es posible impartir capacitación no formal a
las mujeres en el establecimiento de instalaciones de venta de alimentos, para lo cual sin embargo
tal vez no se necesite una formación específica, además de la experiencia doméstica de
preparación de alimentos. Este aspecto puede optimizarse impartiendo capacitación científica de
carácter práctico en el establecimiento de empresas alimentarias que ofrezcan alimentos sanos y
de buena calidad.
42. En cuanto a la contaminación bacteriana de los alimentos, que representa una fuente
importante de enfermedades para el hombre, el ámbito académico puede ofrecer una variedad de
cursos a medida de carácter no formal. Los organismos que producen intoxicación son normales
contaminantes ambientales que originan el suelo, los animales, el equipo de elaboración y el
personal encargado de la elaboración y preparación de los alimentos, incluidos una cocción
insuficiente, un enfriamento ineficaz de los alimentos cocidos, un almacenamiento deficiente, la
contaminación cruzada entre alimentos cocidos y alimentos crudos, un recalentamiento
inadecuado, una limpieza impropia del equipo y un intervalo demasiado largo entre la preparación
y el consumo de los alimentos. La educación de los manipuladores (tanto a nivel comercial como
doméstico) en técnicas adecuadas de manipulación, preparación y almacenamiento puede ayudar
a prevenir las enfermedades bacterianas de transmisión alimentaria que desempeñan una función
importante en la capacitación práctica y en los programas de acción de las instituciones
académicas. Debe prestarse atención a los enfoques participativos adoptados por los
consumidores, en relación con la inocuidad de los alimentos, a varios niveles. Es posible alentar a
los varios grupos de consumidores a que asuman responsabilidades en materia de fomento de la
inocuidad de los alimentos también a partir de programas académicos específicos.
43. Los académicos pueden contribuir a hacer conocer la multitud de agentes y el nivel de
protección que se ofrece contra sustancias tóxicas específicas con objeto de estimar de manera
realista los riesgos para el ser humano. La administración nacional de alimentos y medicamentos
o un organismo equivalente, en consulta con otros organismos, se encarga de establecer distintos
niveles legales, es decir, el nivel máximo de un contaminante que se permite en los alimentos y
piensos con arreglo a consideraciones económicas, nivel de viabilidad tecnológica y evaluación
del riesgo toxicológico. Se le puede pedir asimismo que sensibilice a los gobiernos mediante
programas de educación/capacitación adecuados. A través de cursos en materia de toxicología en
la alimentación y la nutrición (tanto regulares como fuera de los establecimientos de enseñanza)
pueden abordarse las repercusiones de la contaminación de los alimentos en la inocuidad y en los
reglamentos alimentarios, en especial con referencia a los contaminantes de los alimentos (según
la definición del Codex Alimentarius FAO/OMS), y puede determinarse su importancia para la
salud pública. Las sustancias tóxicas que se encuentran naturalmente en los alimentos, así como
los peligros microbianos y los contaminantes industriales, al suscitar cierta preocupación
representan una esfera que puede ser objeto de estudio por parte de los académicos. La
producción y las prácticas agrícolas, que constituyen los primeros eslabones de la cadena
alimentaria, pueden tratarse en el contexto arriba indicado. Como ejemplo de una grave forma de
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VIII. Servicios
52. Las instituciones académicas pueden proporcionar, en el marco de sus programas/
proyectos de extensión, servicios de análisis y asesoramiento destinados a los grupos de
consumidores de distintos niveles económicos y a la industria.
53. Por lo que concierne a las necesidades de la industria alimentaria, las instituciones pueden
analizar periódicamente los productos alimenticios, tanto preparados como elaborados, y las
materias utilizadas a los efectos de inspección de las materias primas, control de los procesos,
control de calidad, y detección de contaminantes alimentarios específicos. Los datos sobre
fuentes, frecuencia, resultados analíticos, ingestión estimada a partir de las dietas, repercusiones
para la salud y disposiciones reglamentarias pueden examinarse en relación con los plaguicidas,
las micotoxinas, los nitratos, los aditivos alimentarios añadidos intencionalmente y los
contaminantes del agua potable.
54. Es posible prestar asesoramiento a los consumidores periódicamente o a petición, y
proporcionarles asistencia en caso de que exijan un resarcimiento. Sin embargo, las instituciones
académicas no pueden hacerse cargo de las cuestiones referentes a la legislación en materia de
consumidores, pero pueden hacer mucho para sensibilizar y movilizar a los consumidores, a todos
los niveles, mediante seminarios y talleres periódicos. En el marco de los servicios que prestan,
las instituciones académicas pueden prestar asistencia en forma de información a los grupos de
mujeres sobre el establecimiento de empresas de venta de alimentos en condiciones higiénicas.
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A. ASOCIACIONES
57. Deben revisarse o actualizarse periódicamente las prioridades establecidas en materia de
investigación, dado que ésta forma parte integrante de los programas nacionales de calidad e
inocuidad de los alimentos. El hecho de utilizar y compartir los resultados de la investigación en
el ámbito de las políticas alimentarias nacionales contribuirá a una mejor gestión de la calidad e
inocuidad de los alimentos. Esto promoverá asimismo un acopio uniforme de datos y permitirá a
los organismos tener un acceso inmediato a información actualizada. Luego, cuando esta
información sea compartida por los organismos y los departamentos competentes y la industria,
podrá establecerse un sistema de información cabal en el cual se requerirá una intensa
participación de los sectores de la salud, la agricultura, la educación y el desarrollo rural.
58. Es posible que los gobiernos, por conducto de las instancias políticas centrales, tengan
que fortalecer las capacidades de investigación nacionales. Para ello se involucrará a las partes
competentes, incluidas las universidades, tanto públicas como privadas (cuando proceda), la
industria y los consumidores. Así pues, hay que consolidar las asociaciones con el fin de
fortalecer la capacidad nacional y comunitaria a varios niveles. Para este fin será necesario
asignar fondos separados; integrar los objetivos nacionales de calidad e inocuidad de los
alimentos en los programas comunitarios; realizar inversiones de capital en infraestructura para
laboratorios de investigación; impartir capacitación a los investigadores; y mejorar el
mantenimiento de los laboratorios teniendo en cuenta las directrices internacionales. Por último,
resultaría muy útil adoptar un enfoque regional y aplicarlo estrictamente en las investigaciones
sobre calidad e inocuidad de los alimentos de interés común, a fin de facilitar un comercio
alimentario seguro dentro de los países y entre los países.
de la población, a saber, los grupos socialmente desfavorecidos así como los grupos vulnerables
desde el punto de vista nutricional. Podrá estudiarse la posibilidad de adoptar un enfoque
comunitario para facilitar la aplicación de las medidas arriba indicadas.
3. Promoción de investigaciones pertinentes
Las prioridades en materia de investigación deben centrarse en la mejora de los resultados
relacionados con la calidad de los alimentos y utilizarse como base necesaria para la capacitación
y la reestructuración de los planes de estudios. Puede mencionarse el ejemplo del establecimiento
de una base de datos sobre inocuidad de los alimentos para facilitar información acerca de las
actividades relacionadas con la inocuidad de los alimentos a nivel local, nacional y regional. Esta
información se pondrá a disposición de los responsables de la adopción de decisiones de manera
eficaz, a través de los resultados utilizables de las investigaciones. Más tarde podrá recabarse
apoyo de los organismos internacionales para una aplicación eficaz, mediante propuestas
referentes a ámbitos en pequeña y gran escala.
4. Capacitación basada en las necesidades
Las instituciones académicas, en coordinación con la industria y los gobiernos, deben
organizar cursillo de capacitación a breve plazo para quienes venden alimentos por la calle, a
través de programas de estudios formales y no formales. Es necesario que se prepare y se
uniforme material didáctico y formativo destinado a los consumidores con un grado de
instrucción bajo, que pueda utilizarse en las comunidades de zonas específicas. También es
posible elaborar programas de gestión de la calidad e inocuidad de los alimentos para el personal
encargado de la producción alimentaria industrial.
Las instituciones académicas y la industria deben coordinar de cerca sus actividades de
capacitación en materia de producción alimentaria en condiciones higiénicas y de control de los
peligros asociados y las pérdidas de alimentos. A la hora de impartir capacitación en
producción/preparación en condiciones higiénicas de alimentos normales y para fines
terapéuticos, también deberá prestarse la debida atención a los hospitales, los hoteles y las
residencias para personas mayores.
De esta manera los programas educacionales podrán desempeñar una función de
importancia y polifacética que haga hincapié en la calidad e inocuidad de los alimentos. La
protección de la salud del consumidor y la garantía de una producción correcta, una buena
fabricación y unas prácticas comerciales leales podrán lograrse adoptando enfoques preventivos
bien fundados que a largo plazo resulten sostenibles.
XI. Bibliografía
1. FAO/Organización Mundial de la Salud (OMS), 1997. Suplemento al Vol.1B del Codex
Alimentarius, Requisitos Generales (higiene de los alimentos), 2ª edición, FAOSTAT,
Roma, 1999.
2. Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IIPA), Informe
sobre políticas alimentarias, Washington, D.C., 1997.
3. Randell A.W., Miyagishima K., Maskeliunas J. (1998) - Alimentación, nutrición y
agricultura, n. 21, “Comisión del Codex Alimentarius: La protección de los alimentos
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Project supported by World Health Organization (WHO) – Under the collaborating
centre for Nutrition Research, M.S. University , Baroda, India.
5. Spriegel G. (1993) Quality, safety and profit: A retailer’s view Proc. Food Sci. Technol.
Today, 7(3): 171-175.
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