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Universidad Mayor, Real y Pontificia de

San Francisco Xavier de Chuquisaca

Centro de Estudios de Posgrado


e Investigación

Instituto de la Judicatura de Bolivia

Determinar la incorporación de procedimiento que agilice la solución de controversias por


incumplimiento de contratos civiles, con cuantías hasta bolivianos 5000

Tesis para la opción al grado académico de


Magister en administración de justicia – Versión 1

Lic. Juan Sixto Chávez Rojas

Sucre – Bolivia
2009
Universidad Mayor, Real y Pontificia de
San Francisco Xavier de Chuquisaca

Centro de Estudios de Posgrado


e Investigación

Instituto de la Judicatura de Bolivia

Determinar la incorporación de procedimiento que agilice la solución de controversias por


incumplimiento de contratos civiles, con cuantías hasta bolivianos 5000

Tesis para la opción al grado académico de


Magister en administración de justicia – Versión 1

Lic. Juan Sixto Chávez Rojas


Tutor: Dr. Roberto Agreda Maldonado

Sucre – Bolivia
2009
Al presentar esta tesis como un requisito para obtención del Grado Académico de Magíster en
Administración de Justicia, otorgado por la Universidad Mayor, Real y Pontifica de San Francisco
Xavier de Chuquisaca.

Autorizo al Centro de Estudios de Posgrado e Investigación, a la Biblioteca de la


Universidad, para que se haga de esta tesis un documento disponible y de consulta para nuevas
generaciones de estudiantes, según las normas que rigen en la Universidad.

Manifiesto mi acuerdo para que el documento sea utilizado como material productivo, de
acuerdo a lo que establece el Reglamento de Ciencia y Tecnología y respetando para que uso no
suponga ganancia económica, ni potencial.

Asimismo, cedo a la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de


Chuquisaca, los derechos para la publicación de esta Tesis en su integridad o parte de ella,
manteniendo mis Derechos de Autor, hasta un periodo de 30 meses después de su aprobación.

Lic. Juan Sixto Chavez Rojas


Cochabamba, 10 de abril de 2009
Dedicatoria

A mi querida esposa y adorada hijita, quienes en cada momento de mi


vida, son la razón de mi lucha constante de superación.

A mi padre quien con su sabiduría y desde el eterno infimito guía mis


pasos.

A mi madre y mis hermanos quienes en todo momento apoyan mis


decisiones y critican mis errores.
Agradecimientos

A Dios, por permitirme gozar de buena salud y de esa manera cultivar mis conocimientos en el
campo del derecho.

A mis docentes nacionales e internacionales, quienes supieron jerarquizar con sus conocimientos y
experiencias el programa en la maestría en administración de justicia.

A todo el personal del CEPI, quienes nos brindaron su valiosa colaboración y orientación durante el
desarrollo de este proceso de enseñanza y aprendizaje.

A mi tutor Dr. Roberto agreda Maldonado Ph. D., cuya orientación me permitió concluir en forma
oportuna este trabajo de investigación.
Índice
Resumen
Introducción

Capítulo 1
Marco teórico y conceptual nociones generales
1.1 La justicia y el derecho 1
1.1.1. Validez de la Norma y su trascendencia para el Derecho 3
1.1.2. Eficacia Social de la Norma 4
1.1.3. La justicia y el juez 5
1.1.4. La Norma, su Aplicación Práctica 6
1.1.5. El Juez en Materia Civil 7
1.1.5.1.Facultad Probatoria del Juez 8
1.1.5.2.Potestad Jurisdiccional del Juez 10
1.1.5.3.La Sentencia Judicial 11
1.1.5.4.El Derecho y la tutela jurisdiccional 13
1.2. Práctica racional del derecho: un atributo del juez 15
1.2.1. Presupuestos del Derecho administrado por el Juez 18
1.2.1.1.Presupuesto semántico del Derecho 18
1.2.1.2.Presupuesto pragmático del Derecho 19
1.2.1.3.Presupuesto del Juez 20
Mapa conceptual de síntesis del primer capítulo 23

Capítulo 2
Diagnóstico del problema: Ineficacia del procedimiento civil para impartir justicia en
controversias jurídicas emergentes del incumplimiento de un contrato de obra o prestación de
servicio
2.1. El contrato de obra: un instituto jurídico
De derecho civil 24
2.1.1 El Contrato de Obra: Su trascendencia en el ámbito del Derecho Civil. 25
2.1.2. Sistematización normativa del contrato de obra y prestación de
servicio u oficio en la legislación boliviana 26
2.2. El incumplimiento de un contrato de obra o
prestación de un servicio: ¿Es posible
judicializar el conflicto? 33
2.2.1. La Norma Procesal Civil Boliviana: su grado de aplicación en la
solución de conflictos originados por el Incumplimiento de contratos
de obra o prestación de servicios 34
2.2.2. Características del actual procedimiento civil: Su aplicación práctica
para la solución de controversias jurídicas emergentes del
incumplimiento de un contrato de obra 35
2.3. El por qué de la no judicialización de los conflictos
legales emergentes de contratos de obra y
prestación de servicios u oficio 37
2.4. Por qué debe adecuarse el procedimiento para la
solución de conflictos por incumplimiento de un
contrato de obra a un sistema oral civil 39
2.4.1. Carácter principista de la norma procesal civil: Su aplicación práctica. 39
2.4.1.1. Principio Dispositivo 41
2.4.1.2. Principio de Impulso Procesal de Parte 42
2.4.1.3. Principio de Congruencia y Exhaustividad 43
2.4.1.4. Principio de Bilateralidad 43
2.4.1.5. Principio de Contradicción 44
2.4.1.6. Principio de Economía Procesal 45
2.4.1.7. Principio del Debido Proceso 45
2.4.1.8. Principio de Igualdad 46
2.4.1.9. Principio de Oralidad y Escritura 47
2.4.1.10. Principio de Inmediación 47
2.4.1.11. Principio de Concentración y Dirección 48
2.4.1.12. Principio de Saneamiento y Moralidad Procesal 49
2.4.1.13. Principio de Impulso Procesal 50
2.4.1.14. Principio de Preclusión y Eventualidad 51
2.4.1.15. Principio de Publicidad 51
2.4.2. Sistema Procesal Oral: Características específicas del procedimiento. 52
2.4.2.1 Situación actual del sistema procesal boliviano 53
2.4.2.2. El Sistema oral como vía para la solución de controversias por
incumplimiento de contratos de obra y prestación de servicios u oficio 58
Red conceptual de síntesis del segundo capítulo 63

Capítulo 3
Características del procedimiento oral propuesto
3.1. El sistema procesal oral como institución jurídica 64
3.1.1. Legislación Comparada 65
3.1.1.1. El Proceso Oral Civil en la Legislación Peruana 66
3.1.1.2. El Proceso Oral en algunos Estados de Norte América 67
3.1.1.3. El Proceso Oral Civil en la Legislación Uruguaya 68
3.2. El procedimiento oral como vía de solución de
conflictos jurídicos emergentes del incumplimiento
de un contrato de obra y prestación de servicios 70
3.2.1. La Oralidad el Juez y el Proceso 72
3.2.2. La Celeridad en la Solución de Controversias: Un atributo del
Sistema Oral 74
3.2.3. La Oralidad como Vía para la solución de Controversia: Pasos
que debe seguirse para su implementación 74
3.3. La oralidad como vía para la solución de controversias:
pasos que debe seguirse para su implementación 74
3.3.1. Acciones Inmediatas 75
3.3.2. El Sistema Oral como Método para la Solución de Conflictos 76

3.3.3. Juzgados en los cuales se propone la aplicación del procedimiento oral y


oportuna de resolución de conflictos jurídicos a causa del incumplimiento
de contrato de obra o servicio de responsabilidad
hasta bolivianos 5.000 78

Esquema de síntesis de la propuesta 79


Conclusiones 80

Recomendaciónes 82
Referencias bibliográficas anotadas 83
Referencias bibliográficas generales 84
Ficha documental 87
Resumen

El presente trabajo de tesis demostró que existen problemas jurídicos no resueltos en los casos en
que particulares suscriben documentos de contratos civiles con cuantía menor a 5.000 bolivianos, y
se hallan desamparados judicialmente, ya que no existen los mecanismos legales en la
administración de justicia para resolver los menudos problemas legales que lesionan la vida y
condiciones de vida y de trabajo por el incumplimiento de obligaciones de ese monto.

El Derecho como sistema de normas que constantemente va mejorando la relación de los


seres humanos para que la sociedad sea un escenario de mayor justicia, equidad, igualdad, armonía
y fraternidad, tiene el deber de responder y salvar las lagunas, subsanar errores e incongruencias
jurídicas a través justamente, de los investigadores, esto justamente, es el reto que se asumió para la
sistematización de procedimiento que agilite la solución de controversias por el incumplimiento de
contratos civiles con cuantía hasta de 5.000 bolivianos.

En este nuevo procedimiento para la solución de controversias por incumplimiento de


contratos civiles con cuantía hasta 5.000 bolivianos, establece que es necesario implementar el
Procedimiento Civil Oral Judicial específico para la solución de controversias legales originadas por
el incumplimiento de obligaciones contractuales de tipo artesanal o prestación de un oficio en los
juzgados de instrucción de lo civil, y de esa manera facilitar la judicialización de esas actividades
con la finalidad de impartir justicia entre las partes contratantes.

Abstract

This thesis showed that there are unresolved legal issues in cases where individual civil contracts
signed documents with less than 5,000 bolivianos amount, and are homeless court, since there are
no legal mechanisms in the administration of justice to resolve petite legal problems that harm life
and living and working for breach of obligations that amount.

Law as a system of rules that is constantly improving the relationship of human beings to
make society a scenario of greater justice , equity, equality , harmony and brotherhood , has a duty
to respond and fill the gaps , correct errors and inconsistencies legal through precisely the
researchers, this precisely is the challenge that was assumed to systematize procedure agilité dispute
resolution for breach of civil contracts amount to 5,000 bolivianos.

In this new process for dispute resolution for breach of civil contracts amount to 5,000
bolivianos, states that it is necessary to implement the specific Oral Civil Judicial Procedure for
resolving legal disputes arising out of breach of contractual obligations or provide artisan an official
in the courts of civil instruction, and thus facilitate the prosecution of these activities in order to
deliver justice between the parties.

Keywords: Contracts, amount, civil, systematization, speed.


Introducción

El presente trabajo de investigación, tiene su fundamento esencial en la necesidad de lograr una


solución al enorme problema que enfrentan en la actualidad los que contratan servicios artesanales o
un oficio determinado, obligaciones que adquieren las partes (contratante/s y contratado/s) a través
de un contrato de obra o servicio.

Ese tipo de contrato, permite a un artesano ejecutar una obra por cuantías que oscilan
generalmente hasta cinco mil bolivianos, relación contractual que también genera controversias
entre partes contratantes como efecto del incumplimiento del contrato por una de las partes.

De hecho, las contingencias que se originan por esa causa en la actualidad se la deben
resolver en la justicia ordinaria; sin embargo, los sujetos pactantes en esta clase de contratos se
abstienen de judicializar ese tipo de acciones porque a juicio de los interesados encaminar esas
demandas resultan excesivamente onerosas tomando en cuenta la cuantía que se discute.

La importancia y las connotaciones de la problemática abordada se desarrollan a


continuación en el siguiente epígrafe.

Justificación

La prestación de un oficio o ejecución de un determinado trabajo artesanal está legalmente


reconocido como un instituto jurídico relacionado con el Contrato de Obra previsto en el Capítulo
V, del Título II, Parte Segunda, del Libro Tercero, Art. 732 al 749 del Código Civil boliviano
vigente, marco normativo que en la parte sustantiva define de manera precisa las reglas a las que
deben sujetarse las partes contratantes.

Dicho de otra manera, a través de ese marco legal, las partes en base a la autonomía de la
voluntad, exponen los elementos definitorios y descriptivos de una relación contractual, respecto de
los cuales extenderán su consentimiento y a partir de ese hecho nacen las obligaciones para los
contratantes, cuyas cláusulas compromisorias, pasan a tener fuerza de Ley para los pactantes.

En este caso bien podría afirmarse que el contrato suscrito entre quien prestará un trabajo u
oficio y el contratante se pone sobre la mesa de discusión se habla sobre los puntos a estipularse y
luego del ―regateo‖ se logra componer o ajustar los intereses de las partes. Significa que el contrato
recorre etapas que se irán sucediendo en el tiempo conforme a la naturaleza de la obra a ejecutarse.

Ahora bien, esta forma de estructurar un compromiso, sin duda es la expresión más genuina
del querer de los contratantes que se manifiesta mediante, el consentimiento manifestado a través de
las ofertas o propuestas de una de las partes y aceptado por la otra, de esa manera surgen los
elementos constitutivos de un documento que se conoce como contrato.

Esa forma de poner en evidencia una relación contractual entre un prestador de servicios u
oficio en el contexto legal boliviano constituye una práctica arraigada donde el artesano que ejerce
un determinado oficio llega a relacionarse con el contratante y de esa relación puramente
contractual surge un conjunto de obligaciones que las partes deben cumplirlas conforme a lo
pactado.
Pero frente a ese esquema que se considera clásico, tradicional, normal, se han ido erigiendo
estructuras que parecen escapar a esa concepción, generando comportamientos singulares y aún no
muy bien clarificadas por la Ciencia del Derecho; es el caso de un tipo de contrato arraigado en el
mercado artesanal que genéricamente está clasificado como Contrato de la Obra, que en el contexto
jurídico nacional se tornó ostensible y masivo pero que no está en los anales de la jurisprudencia,
debido a que los conflictos emergentes por el incumplimiento del contrato casi nunca se judicializa.

La experiencia adquirida por el investigador en su trayectoria dentro el ejercicio de la


profesión de Abogado y ocupación de Juez, le permitió esbozar esta problemática, a partir de la
necesidad de brindar a la sociedad de un mecanismo legal apropiado destinada a facilitar la solución
de controversias entre partes contratantes, ante el incumplimiento de las cláusulas compromisorias
que suscribieron en contratos de obra o prestación de servicios artesanales u oficio de naturaleza
Civil.

En ese contexto de análisis a través del presente trabajo de investigación se logra demostrar
la factibilidad respecto a que las controversias legales por incumplimiento de obligaciones
contraídas por los pactantes en contratos de obra hasta bolivianos cinco mil, pueden resolverse en
base a un procedimiento oral y de esa manera impartir justicia pronta y oportuna en este tipo de
actos jurídicos.

La sistematización de un procedimiento oral para la solución de controversias de contratos


de obra o prestación de servicios u oficios, será de enorme significación para la sociedad, debido a
que tendrán a su alcance un sistema judicial funcional, toda vez que desde el punto de vista del
proceso en sí, el sistema oral otorga un método abreviado para la solución de controversias legales.

Este mecanismo procedimental destinado a solucionar las controversias emergentes del


incumplimiento de contratos de obra o prestación de servicios, no debe ser entendido como un
proyecto en sí mismo; de hecho, no es adecuado considerar aisladamente un nuevo código. El
proceso oral debe asumirse solo como una parte, de un programa de reforma judicial y por ello debe
ser funcional al mismo.

En consecuencia, cabe insistir que la implantación de un sistema oral no es más que la


dotación a los juzgadores de herramientas destinada a optimizar el proceso, donde el aprendizaje
para las partes, los abogados y el tribunal será una constante.

En base a todo lo expuesto, se justifica la necesidad instituir en el sistema judicial


boliviano un procedimiento alternativo de solución a las controversias legales emergentes del
incumplimiento de contratos de obra o prestación de servicios artesanales u oficios, en base a un
procedimiento oral.

La Ley, es una regla social que nace del seno mismo de la sociedad para imponérsela a ella
en forma obligatoria. Así comprendida la Ley, es también necesario destacar su evolución
dinámica; en ese sentido, cabe destacar que el sistema legal boliviano en los últimos tiempos, fue
incorporando en su legislación importantes institutos jurídicos destinados a normar hechos jurídicos
de carácter sustantivo y adjetivo.

En ese contexto, es preciso hacer mención a disposiciones normativas de enorme


trascendencia social tales como la ―Ley de Abreviación Procesal Civil y de Asistencia Familiar‖,
cuya aplicación hizo posible que el Sistema Procesal Civil Boliviano, se optimice.
Pero esos progresos legislativos no son suficientes en tanto y en cuanto la sociedad
caracterizada por su dinámico desarrollo, exige mayores innovaciones para hacer frente a otras
situaciones legales que se manifiestan como efecto de la convivencia de una sociedad jurídicamente
organizada.

Por lo expuesto la presente investigación esta plenamente justificada porque contribuirá al


desarrollo del Derecho, responde a resolver problemas jurídicos de las personas que realizan
contratos de obra o servicios hasta cinco mil bolivianos. Y además es de gran actualidad, dado que
constantemente se contratan la realización de un sinfín de obras para satisfacer necesidades de
mejoras de viviendas y otras obras de la economía doméstica y el incumplimiento tiene altos índices
que requiere de una respuesta jurídica pertinente.

Situación problémica

Existen una gran cantidad de artesanos que son carpinteros, albañiles, panaderos, zapateros,
chaperos, tapiceros, plomeros, vidrieros, metal mecánicos, etc. quienes con las personas interesadas
es decir los contratantes suscriben contratos, aunque la mayor parte de las veces contratan en forma
verbal, con el objeto de realizar trabajos circunscritos a sus oficios o servicios muchas veces con
responsabilidad hasta de bolivianos 5. 000 y ocurre que no cumplen o realizan lo pactado solo en
parte, por lo que lógicamente, se suscitan conflictos recurriendo los afectados a instancias
policiales, amistades y hasta se enfrentan físicamente, sin solucionar verdadera y definitivamente el
conflicto. Frente a estos hechos existe la necesidad de resolver estos conflictos de manera judicial.
Esta situación es contradictoria y multifactorial.

La implementación de un procedimiento oral para solución de controversias en este tipo de


contratos, constituye una idea central que está respaldada por la legislación comparada, paso
metodológico que permite conocer que en otros países, las partes contratantes, cuentan con métodos
alternativos destinados a solucionar las controversias emergentes de contratos incumplidos. De esa
manera se instauraron procedimientos para resolver conflictos legales a través de juicios orales en
áreas como los interdictos, los procesos ejecutivos entre otros.

La norma cumple una función esencial al interior de la sociedad, en todo aquello que está
relacionado con la necesidad de imponer derechos y obligaciones destinados a armonizar el
comportamiento de los individuos que forman parte de una sociedad.

Dicho de otra manera, el ordenamiento jurídico, en cuanto prescribe deberes, atribuye


derechos y define el ámbito de la libertad de cada persona, es que ha individualizado la necesidad
que los actos ejercitados por la sociedad, estén ajustados a una determinada regla.

A partir de tales premisas, el contrato fue definido como el acuerdo de dos o más partes,
destinado a constituir, regular o extinguir entre sí una relación jurídica patrimonial; en ese contexto,
las partes pueden determinar libremente el contenido del contrato dentro de los límites impuestos
por Ley.

La autonomía de la voluntad de las partes, además les permite a los contratantes, concluir un
contrato conforme a sus intereses y supeditado al tipo de cláusulas que hayan decidido establecer,
de hecho, el contrato tiene fuerza de ley entre las partes contratantes.
Ahora bien, toda esa estructura jurídica de carácter sustantiva, tiene la virtud de asegurar la
eficacia de un contrato y el incumplimiento de ese pacto, genera efectos jurídicos los mismos que al
judicializarse en muchos casos resulta más gravoso para la parte demandante, por falta de un
procedimiento ágil, expeditivo y menos oneroso.

Esa problemática se manifiesta con mayor contundencia en los Contratos de Obra o


Prestación de Servicios Artesanales u Oficio, donde los pactantes ante el incumplimiento por alguna
de las partes, no encuentran en el juicio civil actual la vía idónea para solucionar sus diferencias
contractuales

En una indagación piloto como trabajo de campo realizado a nivel de la población de


artesanos y prestadores de un servicio u oficio, en la Ciudad de Cochabamba, se ha logrado
constatar que de cada diez contratistas que confrontaron problemas por el incumplimiento del
contrato de obra, solo dos recurrieron a la justicia ordinaria y resolvieron sus demandas mediante
una transacción.

Ese antecedente que muestra la realidad de los contratos irresolubles que estadísticamente
presenta un índice elevado, debe ser resuelto en el tiempo más breve debido a que un sector
importante de la sociedad, que en el trabajo artesanal o la prestación de un oficio tiene su medio de
vida y no garantizarle una justicia pronta y oportuna para la solución de controversias en caso de
incumplimiento de contrato, constituye otra forma de injusticia.

De esta realidad nace la necesidad de instituir en el sistema legal boliviano de un mecanismo


legal Especializado destinado a la solución de controversias originadas por el incumplimiento de
contratos de obra o prestación de servicios u oficios.

Problema científico

Así identificada problemática que motiva la presente investigación, se ha planteado el siguiente


problema: Determinar la incorporación de Procedimiento que agilice la solución de
controversias por incumplimiento de contratos civiles, con cuantías hasta bolivianos 5.000.

Objeto de estudio

La realidad que se estudió en la presente investigación tiene que ver con el Derecho Civil, en la
parte referida a los contratos civiles, específicamente, los contratos de obra o de servicios de
responsabilidad hasta bolivianos 5.000.

Campo de acción

El campo de acción en que se desarrolló el presente trabajo de investigación está circunscrito al


estudio de las actuales desventajas que sufre el tratamiento de los juicios por incumplimiento de
contratos de obra de tipo artesanal o de prestación de un oficio en la jurisdicción hasta la suma
indicada, en la primera sección de la provincia de Quillacollo del departamento de Cochabamba.

De la misma manera, se realizó adecuado análisis de la legislación comparada a objeto de


dimensionar la aplicación apropiada del sistema oral como medio alternativo para la solución de
controversias legales.
Objetivos científicos

La aspiración del investigador está en relación a la normatividad vigente y se diseña de la siguiente


manera:

 Plantear un régimen legal procedimental civil y oral para resolver controversias jurídicas
emergentes del incumplimiento de contratos de obra o prestación de servicios u oficios entre las
partes contratantes hasta bolivianos 5.000. Determinar el tipo de contratos civiles a ser
considerados de menor cuantía.

 Sistematizar, normas destinadas a impartir justicia en controversias legales emergentes del


incumplimiento de contratos de obra o prestación de servicios artesanales y de oficios.

 Explicar la solución de controversias legales originadas por el incumplimiento de obligaciones


contractuales de tipo artesanal o prestación de servicios.

 Contribuir a facilitar la judicialización de las actividades emergentes de contratos artesanales.

Objetivo general

Determinar la incorporación del Procedimiento que agilice la solución de controversias por


incumplimiento de contratos civiles, con cuantías hasta bolivianos 5.000.

Objetivos específicos

 Realizar revisión bibliográfica del tipo de contratos civiles a ser considerados de menor cuantía.

 Efectuar trabajo de campo en los juzgados de instrucción civil de Quillacollo.

 Revisar a través de la legislación comparada los preceptos legales.

 Proponer un procedimiento ágil, inmediato y efectivo que permita resolver controversias


emergentes de obligaciones y contratos de obra, prestación de servicios u oficio hasta
bolivianos 5.000.

Idea a defender

La solución del problema a juicio del investigador pasa por establecer un marco legal apropiado, en
base a un procedimiento ágil y sumarísimo que permita a las partes resolver sus conflictos en forma
inmediata por lo que formula la presente hipótesis: Es necesario implementar el Procedimiento
Civil Oral Judicial específico para la solución de controversias legales originadas por el
incumplimiento de obligaciones contractuales de tipo artesanal o prestación de un oficio con
responsabilidad hasta bolivianos 5.000 y de esa manera facilitar la judicialización de esas
actividades con la finalidad de impartir justicia entre las partes contratantes.

Al establecer el procedimiento oral para la solución de controversias legales emergentes del


incumplimiento del contratos de obra o de prestación de servicios artesanales u oficios, se facilitará
la solución de ese tipo de conflictos legales que en el contexto social boliviano se halla masificado,
mismos que no son tratados a nivel judicial por ser oneroso, largo y burocrático para los pactantes.

En suma, se plantea la solución de conflictos emergentes de incumplimiento de contrato de


obra o prestación de servicios artesanales y de oficios con responsabilidad hasta bolivianos 5.000 en
los juzgados de instrucción en lo civil, con un procedimiento oral y rápido.
Significación práctica

La significación práctica de la investigación es el de responder al encargo social de contribuir a


resolver problemas no resueltos en caso de incumplimiento de documentos contratos civiles de
cuantía hasta de 5.000 bolivianos. Actualmente, la economía jurídica civil boliviana establece la
judicialización para resolver los problemas jurídicos derivados por incumplimiento de contratos de
cuantía menor, pero la solución supone mucho tiempo, mucho desgaste de dinero, recursos
humanos, energías físicas y psíquicas, lo que no llega a ser justicia. Por ello, la significación
práctica de la propuesta acelera la solución de esos tipos de problemas y no acarrea gastos
innecesarios con el procedimiento oral y directo que se propone.

Diseño metodológico

Se ha asumido el enfoque cualitativo en la realización de esta investigación. El tipo de estudio es


no experimental, y en la elaboración del presente trabajo de investigación se siguieron los siguientes
pasos metodológicos dentro de las indagaciones teóricas e indagaciones empíricas.

Método bibliográfico

Con la finalidad de seleccionar el material bibliográfico necesario destinado a sustentar la parte


doctrinal de la investigación.

Método análisis de contenido

Para precisar los alcances de las disposiciones legales que regulan la resolución de conflictos
jurídicos por incumplimiento de contratos de obra o servicios con responsabilidad hasta bolivianos
5.000.

Métodos inductivo y deductivo

Pasos metodológicos que permitirán obtener conocimientos que conducirán de lo particular a lo


general o viceversa.

Método comparativo

Donde a partir de un estudio comparativo de la normatividad existente tanto en la realidad nacional


como extranjera, se logre precisar la factibilidad de la propuesta.

Método histórico lógico

Que ayuda a encontrar la explicación de la evolución en el tiempo y la relación con la situación


actual del país en materia jurídica contractual.

Estudio de caso

Revisión de procesos con las características anotadas en los tres juzgados de instrucción en lo civil
que existen en la primera sección de la provincia de Quillacollo, departamento de Cochabamba.
Método análisis y revisión de expedientes

Orientada a revelar y explicar los fenómenos que se manifiestan en la realidad; utilizando para tal
efecto la observación directa en los juzgados de instrucción en lo civil de la ciudad de Quillacollo,
departamento de Cochabamba, república de Bolivia, como un medio destinado a obtener
información acerca del tema objeto de la presente investigación.
Capítulo 1

Marco teórico y conceptual nociones generales

1.3. la justicia y el derecho

La necesidad de establecer un orden jurídico capaz de regular la pacífica convivencia de la


sociedad, sin lugar a dudas constituye uno de los principales propósitos que ha motivado para que
los legisladores en el devenir del tiempo, vayan produciendo reglas fundando sus proyectos
legislativos en el valor justicia, cuya administración delegada hizo posible que las civilizaciones de
a poco fueran renunciado al ejercicio de la justicia por mano propia para ingresar a lo que hoy
constituye la administración de justicia a cargo de Juez o Tribunal.

De esa manera, la solución de las distintas controversias jurídicas se hallan a cargo de


tribunales de justicia, quienes en base a una aplicación idónea de normas sustantivas y adjetivas
administran justicia en aras de una convivencia civilizada del hombre.

Pero para que esa tarea rinda y los resultados sean fructíferos, el sistema debe estar
permanentemente remozado, es decir tiene que crearse condiciones propicias para que el juzgador
tenga a la mano, las herramientas adecuadas y acorde a la realidad evolutiva de la sociedad.

Sin embargo, es esencial destacar que a las carencias que tradicionalmente sufren los
procesos legislativos para modernizar sus reglas, se suman otro tipo de exigencias que nacen como
efecto del desarrollo dinámico y complejo de la sociedad donde los conflictos legales tienden a
incrementarse.

En ese contexto de análisis, es trascendental destacar que el sistema judicial requiere de


procedimientos que permitan actuar con mayor rapidez, calidad y eficacia en la administración de
justicia. De hecho, lo que se debe perseguir es la implementación de métodos menos complicados;
que cumplan satisfactoriamente su función constitucional de garantizar en tiempo razonable los
derechos de los ciudadanos y proporcionar seguridad jurídica.

De esa manera la justicia como valor esencial alcanza mayor dimensión no sólo por
eficiencia de la norma o el procedimiento que debe aplicarse a la hora de administrarla; además en
base al mejoramiento de los sistemas, el mismo Estado cumple de mejor manera su rol, lo contrario
daría lugar a que el Estado de a poco se desprenda de la trascendental misión de la administración
de justicia. Esto daría lugar a la pérdida de legitimidad. También puede considerarse así cuando los
órganos jurisdiccionales o no funcionan o lo hacen deficientemente.

Dentro de ese marco de análisis, es innegable que la justicia civil, requiere de un respaldo
normativo capaz de resolver las necesidades de los individuos en tanto que ciudadanos de una
sociedad avanzada. En ese contexto, no es exagerado señalar que interesa de sobremanera la
situación de las normas no solo en su etapa de elaboración, de hecho, es también esencial marcar su
trascendencia en el proceso de su aplicación y al momento de ponderar su grado de utilidad práctica
y jurídica.

De esa manera en el ámbito de la justicia civil, adquieren mucha trascendencia; los términos
como la validez, la vigencia o la eficacia del Derecho, los cuales son empleados por los juristas y
doctrinarios para referirse a requerimientos formales y políticos del proceso de elaboración de la
norma, de los que se ha hecho depender, en ocasiones, la posibilidad real de aplicación de las
normas, su realización social, e incluso su aceptación en la sociedad.
Pero además de lo antes señalado, no debe descartarse el valor social de las normas, en
correspondencia con el ideal de Justicia que a través de una correcta aplicación por los
administradores de justicia se persigue. Asimismo, la eficacia se asegura con el cumplimiento de
ciertos requisitos formales en el proceso de creación, así como con la observancia de principios
técnicos jurídicos que rigen en un ordenamiento jurídico determinado.

Es así que, no basta sólo con que las normas expresen con claridad y precisión su mandato,
sino que debe crearse los medios e instituciones, tanto en el orden del condicionamiento social-
material, proveniente del régimen socioeconómico y político imperante, de los órganos que hacen
falta para su aplicación, como las normativas legales secundarias que sean necesarias para
instrumentar la disposición normativa y que propicien, a su vez, la realización de los derechos y
deberes que de tales situaciones resulten, es decir que la norma sea eficaz.

En ese contexto, la eficacia resulta ser una condicionante para la existencia de la norma y tal
es así, que el desuso u obsolescencia las convierten en inaplicables y provocan su posterior
derogación formal, aunque no su expulsión inmediata del ordenamiento jurídico, ya que perviven y
ante un cambio de circunstancias o intereses, los operadores pueden, reinterpretarlas, rescatarlas y
aplicarlas por cuanto están formalmente vigentes.

La exigencia de eficacia jurídica, es importante que se extienda también en el orden


material, social; no basta sólo con la existencia de una normativa jurídica que desarrolle preceptos
generales, que impida, que mande o que permita: además se requiere, la existencia de una
correspondencia entre norma y realidad, para que refleje así la situación existente o que desee
crearse, manifestándose en consecuencia no sólo la funcionalidad del Derecho, sino también su
legitimidad

La norma, entonces, no sólo será forma jurídica creada y aplicada, sino que será forma de
expresar valores sociales y tendrá como objetivo la eficacia del ideal de Justicia imperante en una
determinada sociedad.

1.3.1. Validez de la norma y su trascendencia para el derecho

Tiene especial importancia para el presente trabajo de investigación sistematizar un análisis


relacionado con la validez de la norma como instrumentos esencial para el Derecho. En ese orden,
no puede dejar de mencionarse a Hans Kelsen, máximo exponente de la Teoría Pura del Derecho,
quien refiriéndose a la norma de derecho considera que ella, es sinónimo de existencia y tendrá
validez desde el momento en que se insertó en el Ordenamiento Jurídico.

Ahora bien, la validez de la norma también es objeto de estudio desde su vertiente


sociológica y a partir de esa óptica adquiere importancia no solo desde el momento de su
nacimiento, sino que además, también tiene relevancia su grado de aplicabilidad; es decir si
corresponde a la necesidad social de instituir un determinado orden legal.

En base a estas aproximaciones teóricas que refleja la trascendencia del Derecho,


comprendido como el principal fundamento para la coexistencia de la sociedad organizada, se deja
establecida que la Justicia y el Derecho constituyen valores inherentes al desarrollo mismo de la
sociedad.
1.3.2. Eficacia social de la norma

La norma adquiere categoría, desde el momento que es perfectamente aplicable a la sociedad, dicho
de otra manera, la eficacia social de una norma, está exteriorizada por la efectiva vinculación de la
regla con la naturaleza social del sistema jurídico, en consecuencia la norma alcanza una real
ponderación cuando ella es correctamente aplicada por el operador de justicia y acatada por los
destinatarios.

A propósito de este mismo punto de vista el profesor García Villegas, afirma que la eficacia
jurídica del Derecho debe analizarse desde dos ángulos: una que expresa la idea de la obligatoriedad
o castigo y otra la realización social de la norma, es decir que son cumplidas voluntariamente.

Así contextualizado este análisis relacionado con la eficacia social de las normas, es preciso
complementar indicando que la regla jurídica, es un instrumento capaz de contribuir al
ordenamiento social de una manera general y obligatoria, declarando facultades y derechos de los
sujetos y de cuya administración depende en gran medida su eficacia y donde el juzgador tiene la
misión de darle sentido a la norma al momento de aplicarla.

El Derecho guía solo si es eficaz, pues no basta con que la norma sea dictada conforme a
requisitos formales que estén vigentes en determinado espacio y tiempo, además es necesario que la
regla tenga una adecuada aceptación de quienes son destinatarios.

1.4.La justicia y el juez

Es importante establecer el análisis de la justicia desde el punto de vista de su administración, tarea


que se halla a cargo de los jueces y cuya intervención es prácticamente determinante para que la
idea de justicia, máxima aspiración de los individuos esté correctamente distribuida entre las
personas que en base a una determinada pretensión buscan dirimir sus diferencias.

Así encaminado este estudio teórico doctrinal, es esencial profundizar aquellos conceptos
que están dirigidos a traducir la misión práctica del Juez, en tanto sea entendida como una
aplicación justa del Derecho, actuación judicial que indudablemente está orientada a esperar una
decisión eminentemente jurisdiccional.

De esa manera, cabe hacer resaltar que los litigios entre particulares que hayan de
sustanciarse con arreglo a la norma, deberá elegirse siempre, entre las diversas posibilidades en
pugna, aquella norma jurídica que se oriente en el sentido de la idea de justicia equitativa y proba.

De hecho, esos valores concentran la atención de todo el que quiera comprender la metódica
actuación del administrador de justicia cuyo máximo empeño está predispuesto en la necesidad de
una correcta aplicación de la norma jurídica y de esa manera producir un derecho justo, es decir
enjuiciar con arreglo a la ley, la buena fe, la equidad y la rectitud.

Por otra parte, en esa relación natural que existe entre justicia y juez, es oportuno destacar
que la contienda judicial que depara un juicio, en el curso natural de los hechos permiten
comprender que las aspiraciones humanas se hallan condicionadas a un enfrentamiento en el plano
jurídico, bien en su modo real de manifestarse, como en la polémica entre los abogados de dos
partes litigantes.

Realizada esa precisión, es absolutamente comprensible que las normas que el juzgador debe
aplicar para emitir un fallo judicial son siempre reglas jurídicas limitadas, que responden a ciertos
principios que rigen la actuación del juez.
1.4.1. La Norma, su aplicación práctica

La función del juez, tiene que ver con la administración de justicia y esa actividad la realiza al
amparo de la independencia judicial que es un rasgo distintivo del sistema boliviano, ello permite al
operador de justicia tomar decisiones con absoluta imparcialidad, fallos judiciales que a la postre se
convierten en verdaderos precedentes legislativos.

A propósito de la sentencia judicial y su valor normativo es necesario resaltar que ese rasgo
deviene del llamado Derecho Consuetudinario que no es más que la Ley no escrita hecha por la
gente y principalmente por el Juez, en sus resoluciones judiciales, que constituyen precedentes
jurídicos, normas que se diferencian del sistema de derecho basado en la tradición romana y que se
compone de los códigos escritos.

Históricamente, se conoce que muchas leyes que se hallan comprendidas dentro el derecho
positivo, fueron creadas por una serie de fallos judiciales especialmente en áreas importantes del
Derecho Civil, de esa manera la aplicación práctica de la norma conlleva la creación de un marco
legal que le sirve al legislador y al juez como un precedente.

El precedente judicial, vigente en legislaciones como la norteamericana y la inglesa, ponen


de relieve la función creadora del juzgador, quien a partir de la aplicación práctica de una norma da
origen a la naturaleza previsible de los resultados, a la igualdad de los litigantes en situaciones
similares, contribuye a una evidente economía judicial y el consiguiente respeto a los conocimientos
acumulados por abogados y jueces.

De hecho, en aquellos países donde tiene preeminencia el Derecho Consuetudinario,


adquiere enorme trascendencia un fallo judicial, así una gran parte de esos precedentes se hallan
sistematizados y organizados en enciclopedias y tratados jurídicos. Tales obras de autoridad
contienen referencias, principios y reglas específicas de la ley dentro de una rama determinada del
derecho, así como menciones de leyes y fallos judiciales pertinentes.

1.4.2. El Juez en Materia Civil

Realizada las anteriores precisiones indudablemente surge la figura del Juez como principal actor
del proceso de aplicación práctica de la norma y la consiguiente creación del Derecho. En ese
contexto, es pertinente destacar el rol del operador judicial tomando en cuenta su función como Juez
en materia Civil, precisión que permitirá distinguir su trabajo en tanto que administrador de justicia
ya sea en un sistema escrito u oral.

En ese marco de análisis es esencial referirse a ciertos enfoques teóricos doctrinales


relacionado con la función del Juez, conocimiento a partir del cual se identificará la natural
correspondencia entre la Justicia y el Juzgador.

En ese entendido, importa señalar que la función que cumple la jurisdicción en un Estado de
Derecho y el rol del Juez en el proceso civil, no puede ser entendidos si no se parte de la previa
concepción de que su carácter, está forjado dentro un marco procedimental propio, por ello es
trascendental distinguir su función jurisdiccional civil.

Los jueces dentro la esfera de sus atribuciones institucionalmente configuradas están


llamados a manejar las etapas del proceso en base a normas procesales que en algunos casos
convierten a los conflictos legales en procedimientos lentos y pesados incapaces de favorecer a la
idea de encontrar la pretendida paz social.
Es indudable que la prueba se halla vinculada necesariamente al proceso, sin embargo no es
posible ignorar que la norma sustantiva configura un especial esquema para el Juez en la solución
de los conflictos legales donde la resolución que se espera del operador de justicia sobrepasa por
completo la mera técnica jurídica en tanto y en cuanto su rol también está dirigida a proteger y
tutelar ciertos intereses superiores.

Por otra parte, adquiere trascendencia este análisis a partir de algunos criterios
especializados expuestos por distintos doctrinarios con los cuales se coincide –entre ellos, el
profesor Meneses Pacheco—que la figura del Juzgador hace resaltar que, una cosa es, que se
produzca un aumento de los poderes procedimentales del Juez y otra muy diferente es que ese
aumento esté relacionado con aquella potestad de la que debe estar investido el juzgador, debido
ante todo, a que un Juez en materia Civil, no es un simple instructor del proceso.

A continuación, se verá las características de la facultad probatoria del Juez.

Facultad Probatoria del Juez

Este estudio relacionado con la Justicia como valor administrado por un juez, obliga a profundizar
aspectos que tienen que ver con la asignación de facultades que derivan en la aplicación de ciertos
actos procedimentales de suma importancia para el curso de un determinado conflicto jurídico, en
ese orden no puede dejar de mencionarse a la facultad probatoria de la que está dotado un Juez.

A propósito de esa potestad reconocida a los juzgadores, el profesor Gonzáles Pérez,


textualmente, hace resaltar lo siguiente:

―La Prueba debe ser considerada como el medio a través del cual el Derecho pretende
determinar la verdad de las proposiciones en el marco del proceso judicial, es decir, la verdad de los
enunciados fácticos en cuanto presupuesto normativo de aplicabilidad de las normas. Cuando esa
aproximación a la realidad indispensable para la justicia de la decisión, no develada por las partes a
través de sus pruebas, es el Juez desde su posición institucional quien debe asumir dicha tarea,
efectuando una labor complementaria del material probatorio. Entra en juego una especie de criterio
de plenitud del material probatorio de acuerdo con el cual todas las pruebas relevantes deben ser
adquiridas a iniciativa de parte o, si es necesario a iniciativa del Juez‖ 1

Si se admite ese punto de vista como elemento esencial de la función judicial, entonces se
está frente a un sistema judicial que permite producir decisiones más justas donde se respeten
plenamente los derechos subjetivos o interés legítimo de los justiciables.

Vista de esa manera la función jurisdiccional del Juez, surge de manera nítida la figura del
operador de justicia cuya intervención será tanto mayor cuando más contenido tenga el objetivo de
Justicia que se intenta conseguir.

A todo lo expuesto, debe agregarse que la prueba aportada por el Juez, lejos de buscar el
beneficio de una de las partes, tiene un interés objetivo: de hecho, no está destinada a convencer
sobre la factibilidad de la pretensión de alguna de las partes, sino que busca alcanzar dentro de los
estrictos términos en la que situaron las partes el objeto del litigio aquella verdad extraprocesal.

Esa tarea asignada al juzgador, indudablemente no afecta el grado de imparcialidad de dicha


autoridad jurisdiccional, en el entendido de que desconoce por completo el contenido de la prueba
agregada al proceso, en ese caso, el resultado de la actividad probatoria puede perfectamente
terminar con la emisión de una decisión más legitimada.
Siguiendo con este análisis, es oportuno hacer resaltar que doctrinalmente está claramente
patentizado que el Juez para que pueda emitir medidas probatorias deben cumplirse ciertas garantías
mínimas, que vienen exigidas por la idea del derecho fundamental al debido proceso, la seguridad
jurídica y la garantía del juez imparcial.

Tales garantías, se erigen como límites a la potestad probatoria del juzgador, precisamente
en razón a la exigencia del debido proceso y por ende constituyen un ideal regulativo de lege
ferenda y un criterio interpretativo no despreciable de lege lata que obliga al operador de justicia a
conjugar armoniosamente la norma con el debido proceso.

Pero tales presupuestos no son en sí mismos reales y efectivos, adquieren esa cualidad si se
desarrollan en el marco de la fase contradictoria del proceso, donde las partes puedan discutir sobre
la prueba ofrecida.

Potestad Jurisdiccional del Juez

Otro de los rasgos que jerarquiza la función judicial es sin duda la potestad jurisdiccional de la que
está investido el Juez, en tal virtud, afirma el profesor Bordali, que la potestad del manejo de iter
procesal, está a dentro de la esfera de sus atribuciones institucionalmente configuradas.

Según el citado autor, el Juez maneja los tiempos dentro el proceso, independientemente de
la actividad que ejerciten las partes y esa potestad deriva en la actuación de oficio del juzgador
aspecto que está catalogado como uno de los principios procedimentales fundamentales dentro lo
que se ha venido en llamar el iter procesal y de esa manera se reconoce al Juez la facultad para
promover de oficio todas las medidas necesarias para impulsar el proceso.

En base a esa prerrogativa jurisdiccional el juzgador tiene a su alcance disposiciones


normativas para que de oficio asuma decisiones destinadas a encaminar el proceso. En suma, el
Juez, tiene como función formalizar todo los presupuestos procesales establecidos en la norma, de
él depende el manejo sincronizado del procedimiento, cuya observancia es una exigencia de orden
público. De esto deriva que, en el proceso Civil –señala el profesor Bordali- ―vengan atribuidos al
órgano jurisdiccional poderes excepcionales, no solo para el control e instrucción de la causa, sino
también en orden al contenido de la decisión y a la efectiva ejecución‖2

La doctrina y la jurisprudencia nacional tienen en sus registros valiosos antecedentes que


permiten asegurar una notable evolución en el campo de la actuación de los jueces. En este sentido,
resulta evidente que se debe dotar al sistema judicial de amplias facultades para que se logren
resultados judiciales más justos y de esa manera tutelar con absoluta solvencia el interés general que
se encuentra comprometido en el litigio.

Según todo lo enfocado en este análisis relacionado con la potestad jurisdiccional de Juez,
conviene reafirmar que en el Proceso Civil al igual que en otras áreas de la ciencia del Derecho,
requiere como condición necesaria para que la justicia esté correctamente administrada de
elementos normativos capaces de garantizar una eficiente potestad jurisdiccional de quienes tienen a
su cargo la tarea de dirimir contiendas judiciales, es decir, es necesario que el proceso se funde en la
mejor aproximación posible a la realidad empírica, aun cuando se trate de una aproximación
relativa en función de la extensión y utilidad epistémico (científica) de las pruebas disponibles.

Cuando esta aproximación a la realidad, indispensable para la administración de justicia y la


debida decisión, no es develada por las partes a través de sus pruebas, es el Juez quien debe asumir
dicha tarea, empero sin premiar la dejadez o negligencia de las partes, así como con imparcialidad.
La Sentencia Judicial

Es fundamental distinguir que más allá de cualquier conceptualización teórica relacionada con el
Derecho, debe estudiarse el sentido del Derecho. Valoración que no es meramente teórica, de hecho
tiene implicaciones de orden práctico que permiten describir la forma como efectivamente se aplica
el Derecho en la praxis, donde la sentencia tiene importancia no solo porque pone fin a una
contienda judicial, de hecho un fallo de esa naturaleza, también define derechos en base a la sana
crítica y al leal saber.

Una sentencia, se caracteriza por ser una resolución judicial dictada por un Juez o Tribunal
que pone fin a la litis. Una descripción más amplia de la sentencia, permite comprender que se trata
de una determinación que declara o reconoce el derecho o razón de una de las partes, obligando a la
otra a cumplirla.

Pero la decisión judicial que emana de un Juez, además de sus connotaciones de orden
formal, queda sujeta a ciertos requisitos que debe reunir, en ese contexto, un fallo judicial de esa
naturaleza está sujeto a un determinado periodo de tiempo para ser dictada, debe ser congruente, de
tal manera que logre resolver todas pretensiones jurídicas que las partes invocaron a lo largo del
litigio. A propósito de este singular detalle, el profesor Bordali, en su obra ―El Debido Proceso‖
expone lo siguiente:

―El fallo no debe contener más, ni algo distinto, de lo pedido por las partes, está limitado por
los hechos alegados. Sin embargo, podría realizar una calificación jurídica diversa de la hecha por
las partes. La redacción de la sentencia corresponde al juez que la haya dictado (si se trata de un
órgano jurisdiccional unipersonal) o a uno de sus miembros, si se trata de un órgano colegiado (en
este caso, previa deliberación y votación de la sentencia por parte de los miembros del tribunal).
Una vez firmada la sentencia por el juez o por todos los miembros del tribunal, se da a conocer
mediante lectura en audiencia pública o mediante notificación por escrito a las partes. Dado que la
sentencia es una resolución decisoria, en la mayoría de los casos es posible impugnarla mediante un
recurso judicial. Cuando no es posible la presentación de ningún recurso, ya sea porque los
interpuestos han agotado la vía judicial, o porque se ha acabado el plazo para interponerlos, la
sentencia se denomina Sentencia Firme‖.3

Como producto intelectual, la sentencia indudablemente es fruto de un dilatado proceso


crítico, donde el razonamiento lógico tiene enorme trascendencia y al mismo tiempo que resalta el
esfuerzo del juzgador, quien sin despojarse de su condición humana, examina los hechos,
determina el derecho aplicable y extrae la conclusión correspondiente.

El proceso de selección y determinación de la norma legal aplicable, constituye la premisa


mayor, en toda esa compleja actividad que precede a la elaboración de una resolución final,
operación que induce al juez a la sistematización de un conjunto de juicios de valor.

A propósito del papel del Juez y la Sentencia en sí misma, el autor antes citado expresó el
siguiente razonamiento: La lógica juega un papel preponderante en toda actividad intelectual; pero
su función no es exclusiva. Ni el juez es una máquina de razonar ni la sentencia una cadena de
silogismos. ―Es, antes bien, una operación humana, de sentido preferentemente crítico, pero en la
cual la función más importante incumbe al juez como hombre y como sujeto de voliciones‖4.

Cuando una solución es justa a un magistrado, rara vez le faltan los argumentos jurídicos
que la puedan motivar. De hecho, el buen juez siempre encuentra el buen derecho para hacer
justicia y resolver de mejor manera los conflictos jurídicos sometidos a su jurisdicción y
competencia.
El Derecho y la tutela jurisdiccional

Siguiendo con este enfoque relacionado con la justicia y el juez, es fundamental referirse al Derecho
y a la tutela jurisdiccional, función que se halla a cargo de jueces y tribunales, quienes por mandato
legal tienen la misión de administrar justicia, en cuyo cometido emiten fallos en las diversas etapas
del proceso.

En legislaciones con tradición jurídica romanista donde el sistema judicial se halla


constituido por los llamados jueces letrados, la tutela jurisdiccional se la realiza en base a sentencias
en las que se acostumbra a fundar sus fallos en razonamientos lógicos, históricos o utilitarios, dicho
de otra manera, el Juez se empeña en mostrar que no está convencido de que su razonamiento solo
debe estar fundado en la lógica, también cuentan la historia y la utilidad, o las tres a la vez.

En la praxis, el juzgador también recurre a la intuición en perspectiva de la justicia. La


palabra final en esta materia no la dan la lógica jurídica, ni la historia, ni la utilidad (funcionalidad
legal) conjuntamente. Las tres son insuficientes, lo que cuenta es la justicia. En ese orden, la
intuición de la justicia pasa a ser el dato primario y central del proceso judicial.

La intuición de la justicia permite priorizar el análisis de los hechos del caso y de esa manera
seleccionar los considerados relevantes y desdeñar los irrelevantes. También preside la elección de
la norma jurídica general cuyo sentido, por coincidir con el sentido de justicia inherente al caso.

El Juez elegirá aquella conclusión lógica, histórica o pragmáticamente utilizable, que le


permita hacer justicia en el caso. ―El juez intuye la justicia porque su experiencia y su conocimiento
le permiten comprender cuál es la mejor de las diversas posibilidades normativas a su alcance‖5

La tutela jurisdiccional, no es otra cosa que resolver una contienda judicial en base a una
sentencia y en ese proceso la decisión imparcial del administrador de justicia tiene como finalidad
suprema, tutelar una determinada pretensión jurídica y a partir de ese hecho, el Derecho como
institución impone sus reglas en procura de que esa tutela sea real y efectiva.

La necesidad de tutelar los derechos de la sociedad y la finalidad específica de impartir


justicia a tal fin, tiene su estructura normativa donde se ha instituido reglas específicas de tal
manera que cada uno de los actores adecue sus actos a Derecho.

En esa relación de causa y efecto, el juzgador que tiene a su cargo la solución de la litis,
necesariamente pondrá fin a un conflicto tomando en cuenta los elementos principales y normativa
aplicable al caso, recurrirá a la doctrina y jurisprudencia. En suma el operador de justicia, utilizará
su propia sistemática en la interpretación y aplicación del Derecho.

De esa manera la tutela jurisdiccional de los derechos adquieren trascendencia y


consiguientemente la justicia administrada por los jueces necesita perfeccionarse conforme el
devenir del tiempo. El Derecho concebido como lenguajes normativo, en su dimensión semántica
establece las condiciones necesarias para que pueda servir en puridad como medio facilitador para
que el juzgador pueda conocer los contenidos normativos aplicables a un caso concreto.

Analizado desde distintas aristas, la trascendencia de la justicia administrada siempre está


supeditada a la intervención del operador de justicia y la estructuración de un adecuado sistema
judicial, necesariamente debe confluir a una práctica racional del Derecho por el juzgador.
1.5. Práctica racional del derecho: un atributo del juez

Un enfoque analítico desde esta perspectiva permite realizar un estudio crítico de la función del
Juez en tanto que operador de justicia y por tanto constructor de una práctica racional del Derecho.
Dicho de otra manera, el Derecho y la Justicia hallan su máxima expresión en el momento mismo
en que un juez dirime una controversia, en pleno ejercicio de su jurisdicción y competencia y brinda
la tutela jurisdiccional demandada por los litigantes.

Ahora bien, la solución de una contienda jurídica pasa por la determinación adoptada por el
juez a través de un texto que se denomina sentencia. La dimensión de una resolución judicial
fundada en Derecho fue puesta de relieve por el profesor Jiménez Asencio, en base al siguiente
punto de vista:

―Ni una sentencia se ha de escribir como el Quijote ni tampoco debe leerse como tal, lo que
no implica que deba descuidarse su redacción. La sentencia es una pieza de orden técnico o
―artístico‖, si se quiere y se toma en el sentido de que debe conformarse a las reglas del arte
jurídico; esto es lo genuino de toda sentencia, que viene a decir el derecho para el caso en la medida
en que el derecho es configurador del orden político y social. Atenidos a un juicio técnico de la
sentencia que abone su bondad por atenerse al derecho, factible es desde luego, estoy por decir que
imprescindible, establecer la crítica de las normas jurídicas a las que la sentencia se haya atenido.
Pero entonces la crítica no se ha de dirigir contra el autor de la sentencia, sino directamente contra
el derecho positivo, que deberá ser cambiado. Que un juez se atenga al derecho establecido aunque
inadecuado no puede ser objeto de crítica, sino todo lo contrario. Finalmente, conviene señalar que
las deficiencias en llevar a ejecución lo juzgado no siempre, mejor dicho casi nunca, se debe a
desidia del juez que debe llevarlo a efecto. Las carencias respecto de los medios indispensables se
deben a la Administración del Estado que, a través del Ministerio de Justicia, es la que tiene que
suministrarlos‖.6

La práctica racional del Derecho, constituye apego a los principios elementales del Derecho,
lo que establece un requisito esencial en el campo de la administración de justicia y el jurista que
oriente su trabajo apegado a tales principios, no solo que se erige en un verdadero apóstol de la
justicia, además tiene la responsabilidad de interpretar el sentido de la Justicia.

El Juez que se empeña por buscar en las leyes, las soluciones a los conflictos que debe
dirimir. Tiene la sabiduría para encontrar en ellas una salida, siempre, aun cuando la misma norma
no la contenga de modo explícito. Es su interpretación del planteamiento, que puede resolver, con
ayuda de los principios, todo tipo de conflictos que se sometan a su composición, pues tiene la
virtud de encontrar la única respuesta correcta – este punto de vista fue emitido por el profesor
Gonzáles Pérez – quien además enfatiza lo siguiente: ―Esos jueces, no obstante, son las personas
encargadas de asumir el reto que el nuevo orden significa. Con ellos se afronta los problemas de la
justicia‖7
El juez en la práctica, encara su trabajo en base a exigencias que tienen que ver no sólo con
el conocimiento del Derecho, sino también de otras disciplinas, sumando a esos factores, la
averiguación profunda de las implicaciones de todo orden que pueda tener relevancia y alternativas
de solución del caso, con la aplicación de los principios y valores que la sociedad construye
conforme a su desarrollo dinámico.

El Juez de hoy no puede ignorar que el legislador se equivoca, pero ello no significa que el
Juez, deba aplicar dicha norma en la sentencia, sino en cuyo caso deberá aplicar los valores,
principios, su prudente arbitrio, sana critica o su conocimiento intuitivo o lógico jurídico.
En lo que atañe al Derecho, la elección debe ser comprensiva, en lo posible, de todos los
elementos que lo integran (valores, principios, normas y aplicaciones). Si alguno de ellos se
sacrifica, sólo será por su contrariedad real con uno superior. Pero, además, lo que hace que la
labor del juez sea hoy más difícil y exigente que nunca; es que el Juez de la actualidad no ha de
desatender que el Derecho no sólo está compuesto por manifestaciones abstractas como las normas,
los principios y los valores. Por el contrario, la inmensa mayoría de su contenido está integrada por
presentaciones concretas: reglamentos y actos administrativos, contratos, reglamentos privados,
sentencias, en fin, situaciones jurídicas palpables inmersas en infinidad de actividades humanas que
el Juez no puede desconocer.

De esa manera, el Derecho resulta entrelazado con la Psicología, la Economía, la actividad


financiera, la Ingeniería, la Medicina, la Arquitectura y casi toda actividad humana y especialmente
si se engendran conflictos, ―el Juez habrá de intervenir y se espera que lo haga de manera adecuada,
con las garantías que el sistema político otorga a todos los asociados, pero con conocimiento de
causa‖.8

1.5.1. Presupuestos del derecho administrado por el juez

La práctica racional del Derecho, no es un fin en sí mismo, de hecho nace como efecto de la
intervención de los operadores de justicia y la necesidad de aplicar una norma sustantiva o adjetiva
a un caso dado y todo cuanto se produzca como fundamento para la toma de decisiones por el
juzgador debe estar recubierto de una alta dosis de racionalidad.

Lo ideal dentro la práctica judicial es indudablemente una lógica práctica racional del Juez
tiene su explicación en el sentido práctico de entender el rol del juzgador como un aglutinamiento
de presupuestos que el operador de justicia debe ir articulando al texto que elaborará en el momento
que le toque definir una pretensión jurídica.

De esa manera la doctrina reconoció que la práctica del derecho en los tribunales de justicia
estará supeditada a presupuestos semánticos -de significado- y pragmáticos -de funcionalidad
jurídica- ligados esencialmente con la Ciencia del Derecho, con la Sociología y con las personas
individual y colectivamente consideradas.

Presupuesto semántico del Derecho

Este abordaje teórico doctrinal del sentido práctico de las decisiones judiciales, permite analizar el
rol del juez identificando su vocación desde el punto de vista de la aplicación u observancia del
presupuesto semántico en la contextualización de sus decisiones en el momento de aplicar el
Derecho para la solución de una litis.

El presupuesto semántico como requisito para una práctica racional del Derecho debe ser
entendido, como el estudio del uso instrumental del lenguaje jurídico. Esto quiere decir que el
juzgador se halla compelido a utilizar un lenguaje jurídico mediante el cual se haga comprender a
las partes el camino seguido y el resultado obtenido, es decir que debe permitir al Juez conformar
racionalmente las nociones jurídicas que usará en su veredicto.

De esa manera adquiere relevancia la determinación de los presupuestos semánticos


necesarios, los cuales innegablemente sirven de guía para la construcción del leguaje normativo, el
mismo que debe permitir la estructuración de enunciados unívocos, consistentes y adecuadamente
sistematizadas, de tal forma que un fallo judicial esté exento de ambigüedades, vaguedades e
indeterminaciones.
Pero no sólo eso, la delimitación de los contenidos normativos, también repercute en la
necesidad de ubicar su sentido semántico, tarea que obliga a la realización de una delimitación de
áreas de clasificación normativa las que serán empleadas para el fin específico que tiene el juez a la
hora de dirimir una controversia jurídica.

Finalmente cabe destacar que el uso real del Derecho está básicamente dado por la adopción
consciente forzada o no, que pueda tener el juzgador, de los conceptos y contenidos normativos
concretizados en las expresiones jurídicas.

Presupuesto pragmático del derecho

La necesidad de activar los presupuestos específicos a la hora de poner en funcionamiento la norma


procesal civil, convierte al juzgador en un verdadero constructor de aquellas decisiones racionales
donde su mayor esfuerzo científico está inmerso en la constatación de los contenidos normativos
que le plantea el Derecho.

En la práctica la efectividad de las normas se advierten en el momento en que se realiza su


valoración para lo que se toma en cuenta la efectividad constitucional de la norma. Por ello, no es
exagerado afirmar que es requisito previo de esa racionalidad, la existencia de medios aptos por los
cuales el operador jurídico pondrá en práctica la dinámica procesal hasta concluir con una
sentencia.

Pero eso, es apenas una pauta que obviamente es útil para tratar de evitar la existencia de
confusiones normativas. El principio de regularidad de las normas es una regla que evita que otra
norma vaya en contradicción con los enunciados propuestos por el Juez: es decir, en la praxis el
operador de justicia sabrá seleccionar la disposición normativa que se adecua al momento procesal.

En síntesis, no es posible establecer fundamentos científicos en ese proceso racional de


poner en práctica el Derecho Procesal Civil, si no hay una fase donde se pueda razonar el contenido
de las normas y se logre ordenar los conocimientos y las prácticas jurídicas.

Presupuesto del juez

Al margen de las consideraciones anteriores, la práctica racional del Derecho, además exige que el
mismo juez tenga entre sus recursos, aquellos que están orientados a sistematizar su trabajo
aplicando presupuestos de tipo social o individual, así, recurrirá a la formulación de criterios
psicológicos, sociológicos, antropológicos y en todas aquellas áreas relacionadas con la conducta
humana.

Básicamente son tres tipos de roles que el Juez debe adoptar como presupuestos para
ejercitar su función juzgadora, un rol de tipo laboral el mismo que está asignado en función a su
cargo; otro predeterminado por la función pública que desempeña y finalmente el derivado
directamente de su actividad material e intelectual concreta ejecutada con el fin de llevar a efecto su
función jurisdiccional esto es la aplicación del Derecho.

Todas aquellas apreciaciones de orden institucional relacionados con las estructuras donde
trabaja el Juez, o las funciones que desempeña como funcionario público, o finalmente el tipo de
especialización concreta en el desarrollo de sus actividades intelectuales de juzgador no constituyen
las únicas referencias en cuanto a los llamados presupuesto personales de Juez y que tienen que ver
con la práctica racional del Derecho, es también necesaria la existencia de otros presupuestos
personales e individuales del operador jurídico.
En efecto, también pesa a la hora de evaluar la función del juez expresado como una
práctica racional del Derecho, aquellos aspectos que están relacionados con la voluntad y el
interés que tenga el operador jurídico en seguir y cumplir una serie de pautas de índole científico.

La importancia de la racionalidad no descansa en el fondo en su papel del juzgador como


caracterización descriptiva del proceder humano, sino en su papel normativo en tanto indicación de
cómo la gente debería funcionar en relación con intereses superiores de sus preocupaciones
cognoscitivas y prácticas.

La racionalidad, como la moralidad, tiene un peso normativo y concierne a lo correcto, lo


apropiado, las formas inteligentes de hacer las cosas y no al curso de acontecimientos meramente
usuales o habituales. A propósito de este enfoque relacionado con los presupuestos del Juez, el
profesor Gonzáles, emite el siguiente criterio:

―Las normas de racionalidad, como las de moralidad, de ninguna manera se ven afectadas o
invalidadas por el hecho de que la gente las viole. Esto básicamente nos lleva a dos punto sencillos
de señalar: que personalmente fuera de las observaciones de tipo psicológico, el real y efectivo
desarrollo de una serie de pautas racionales en el campo jurídico dependerá de la elección y
adopción de la racionalidad científico – jurídica y de los modelos científicos estrictos como
finalidades a conseguir, alcanzar y mantener en el campo jurídico, por parte de los participantes de
esta labor.‖ 9

Por lo precedentemente expuesto, se llega al convencimiento de que el Juez, está avocado a


propiciar la búsqueda, elección y adopción de los medios efectivos a través de los cuales pueda
llevar a cabo la realización de un procedimiento denominado racionalidad jurídica, basado
principalmente en la idoneidad intelectual del operador de justicia.

A lo largo de toda esta fundamentación teórica, lo que en rigor se ha tratado de explicar, es


la función del Juez en su condición de administrador de justicia, donde a partir de una concreta
comprensión del Derecho, sea capaz de resolver los conflictos suscitados en la esfera del Proceso
Civil en particular.

Otro aspecto que se puso de relieve a lo largo del presente capítulo, es aquel relacionado con
algunas acciones propias del Juez, particularidades que se fueron hilvanando como resultado de la
experiencia del investigador, en ese orden, lo que se teorizó en este trabajo de investigación son
aspectos relacionados con el panorama jurídico, con diferentes enfoques, interpretaciones y
resultados.

Asimismo, el Juez por su condición misma se halla estrechamente conjuncionado con la


problemática de la sociedad razón por la que es el primero en advertir que el tejido social es
extremadamente contradictorio en conductas e ideas. Tales contradicciones como no podía ser de
otra manera, pasan a poblar igualmente lo que es el conjunto de la Teoría y de la Práctica del
Derecho.

En todo este complejo espectro, es importante hacer constar que en toda colectividad y en su
derecho, lo racional y lo irracional, constituyen en la práctica, una mezcla indisoluble y siempre
variable y las decisiones judiciales, que traducen y aplican a una situación concreta los dictados
abstractos de la Ley pasa a ser un atributo del Juez.
En el capítulo 1, se hizo relación de la teoría y la práctica de la función del juez o tribunal en
materia civil y sus características esenciales de su accionar con el Derecho (aplicación de leyes y
de jurisprudencia) en dirección hacia la justicia (toma de opción por la justicia). En el siguiente
capítulo se expondrá el diagnóstico de realidad teórica jurídica y de la realidad del problema del
incumplimiento de contrato de obra o servicio con responsabilidad hasta de cinco mil bolivianos.

Técnica: Mapa conceptual


Capítulo 2

Diagnóstico del problema: ineficacia del procedimiento civil para impartir justicia en
controversias jurídicas emergentes del incumplimiento de un contrato de obra o prestación de
servicio

2.1. El contrato de obra: un instituto jurídico de derecho civil

La problemática planteada en el presente trabajo de investigación, está orientada a demostrar que un


instituto jurídico trascendental como el Contrato de Obra, se halla fuera de todo contexto
procedimental en el ámbito del Derecho Civil, situación que se origina como efecto de que ese tipo
de actos jurídicos se estructuran en un ámbito donde la relación contractual que se genera entre las
partes, está casi enteramente basado en la buena fe de los contratantes.

Otro hecho destacable en este tipo de actos jurídicos, es que los pactantes a menudo utilizan
cláusulas compromisorias simples donde la autonomía de la voluntad de las partes contratantes
también los induce a prescindir de ciertas condiciones y resumen su relación contractual a la
obligación de ejecutar una obra a cambio de una determinada contraprestación.

Esa relación simple y sin mayores compromisos para los pactantes, en la actualidad, se
convirtió en una fuente generadora de las mayores injusticias para los contratantes, quienes ante la
falta de un mecanismo procedimental adecuado no encuentran soluciones prontas y oportunas para
la solución de controversias que se generan como efecto de un eventual incumplimiento de contrato.

En ese contexto, cabe hacer resaltar que un instituto jurídico como el Contrato de Obra, en
sus efectos no puede quedar reducido solo a la voluntad de los pactantes, como toda relación
contractual, también debe dotársele de un procedimiento ágil y expeditivo capaz de asegurar a los
titulares de este tipo de contratos la mediación de la justicia ante la presencia de un hecho
controvertido.

2.1.1 El Contrato de Obra: Su trascendencia en el ámbito del Derecho Civil

Este instituto jurídico, se halla normativamente regulado por el Código Civil Boliviano en su parte
sustantiva. La estructura legal que sustenta este ámbito del Derecho Civil, presenta sus
particularidades propias que lo convierten en un área especializado no sólo por los sujetos que
deben intervenir en esta clase de relación contractual, pues además, es también singular para el
Derecho y la Justicia, la naturaleza de la contraprestación que debe hacer efectivo el contratista.

Teorizar la problemática de los contratos en general y el contrato de obra en particular,


conlleva la necesidad de aceptar que esa temática, constituye una materia compleja y polifacética
que requiere del jurista el replanteo de casi todos los temas del derecho de contratos y no un mero
transporte de compromisos.

Visto de esa manera el Contrato de Obra, motivo de este trabajo de investigación, importa
hacer resaltar que es bien diversa la consideración del concepto mismo del contrato, de la
autonomía privada, del consentimiento y de muchos otros factores, según se analice desde la
perspectiva del contrato tradicional o de otras formas como la Standard por ejemplo.
En ese contexto, una descripción textual de las disposiciones que regulan los llamados
contratos de obra, hará posible conocer en forma precisa el campo donde se origina este tipo de
vinculación contractual y ese análisis permitirá justificar la hipótesis propuesta. En tal virtud, será
pertinente desarrollar un adecuado análisis de la actual normativa que regula el contrato de obra o la
prestación de un servicio u oficio y que se hallan contenidas en el Código Civil Boliviano.

2.1.2. Sistematización normativa del contrato de obra y prestación de servicio u oficio en la


legislación Boliviana

Tiene notable relevancia para el presente trabajo, desarrollar un análisis del actual sistema legal que
regula la vigencia de los contratos de obra o prestación de servicios en el sistema legal boliviano,
esa aproximación teórica permitirá exponer los elementos definitorios y descriptivos de la relación
contractual que se origina a partir de la suscripción de un pacto de esa naturaleza y cuales los
aspectos conflictivos que se originan por un eventual incumplimiento de los mismos.

Los diferentes preceptos legales que sirven de estructura al Instituto Jurídico de los llamados
contratos de obra en el Código Civil Boliviano, son los siguientes:

Artículo 732 (Noción).

 ―I.- Por el contrato de obra el empresario o contratista asume, por si solo o bajo su dirección e
independientemente, la realización del trabajo prometido a cambio de una retribución
convenida.

 II.- El Objeto de este contrato puede ser la reparación o transformación de una cosa, cualquier
otro resultado de trabajo o la prestación de servicios.‖

Un estudio exhaustivo de la norma contenida en el artículo que se estudia, deja en evidencia


que la relación contractual que se instituye como efecto de este marco legal, tiene naturaleza mixta,
porque está fundado en principios de orden civil y laboral, precisamente esa particularidad hace
exigible la necesidad de implementar un procedimiento especial para la solución de controversias
por incumplimiento de las obligaciones comprometidas por los pactantes.

A propósito de esta particularidad el Dr. Walter Gumucio, en su obra Código Civil, expone
el siguiente comentario:

―El contrato de obra llamado también de locación de obras es un contrato por el cual una de
las partes se obliga a hacer alguna cosa para la otra y sin subordinación frente a ésta, todo mediante
un precio en dinero. Locación de obra es un contrato por el cual una de las partes denominada
locador de obra que puede ser empresario, constructor, contratista, profesional liberal, autor, artista,
se compromete a alcanzar un resultado material o inmaterial asumiendo el riesgo técnico o
económico, sin subordinación jurídica y la otra parte denominada el locatario de la obra que puede
ser el dueño, propietario, comitente, patrocinado, cliente, se obliga a pagar un precio determinado o
determinable, en dinero. En el Derecho moderno se denomina contrato de obre o de empresa; el que
ejecuta la obra se llama empresario y el que la paga, dueño de la obra o comitente. El contrato de
obra presenta los siguientes caracteres: 1) es bilateral porque origina obligaciones a cargo de ambas
partes; y por lo tanto oneroso; 2) es consensual porque no requiere para su celebración ninguna
formalidad, salvo casos de excepción; 3) es de tracto sucesivo, porque se supone que las
contraprestaciones recíprocas son aproximadamente equivalentes.‖10
En este tipo de actos jurídicos lo que en realidad sobresale no es la cuantía o el monto que se
contrata, de hecho la prestación y la contraprestación emerge como condición objetiva de la
relación contractual.

Artículo 734 (determinación del monto de retribución).

―Cuando las partes no han convenido en el monto de la retribución que debe pagarse al contratista
ni en el modo de determinarlo se los establece sobre la base:

1) De las tarifas vigentes o de los usos cuando se trata de servicios prestados por personas que
ejercen una profesión u oficio.

2) De los informes periciales cuando se trata de otras obras.‖

Esta determinación legal relacionada con la contraprestación o el pago por el servicio


prestado o la obra ejecutada, refleja en forma inequívoca que la fijación de esa condición
contractual, no solo se halla librada a la autonomía de la voluntad, en ocasiones también se puede
recurrir a otros factores legalmente toleradas, esta es otra de las particularidades por las que la
solución de controversias emergentes de la suscripción de un contrato de esta naturaleza debe estar
bajo tuición de los operadores de justicia, porque en la actualidad no existe un medio
procedimental-alternativo que facilite la solución de esos conflictos legales.

Artículo 735 (oportunidad en que debe hacerse la retribución).

 ―I. La retribución debe ser hecha a la conclusión o entrega de la obra si no se hubiera convenido
otra cosa.

 II. Sin embargo, cuando para el ejercicio de una actividad la ley requiere estar habilitado por un
título profesional, quien preste servicio sin llenar ese requisito no puede exigir retribución
alguna.‖

Se trata de otra regla que limita la autonomía de la voluntad de las partes y aclara las
condiciones que deben reunir los sujetos contratados para la ejecución de una determinada obra o la
prestación de un servicio u oficio.

Artículo 736 (provisión de la materia).

 ―I. La provisión de la materia necesaria para la realización de una obra será hecha por el
contratista o por el comitente según convenio de partes.

 II. Si no se ha convenido nada al respecto se entiende que el contrato comprende solamente la


mano de obra, salvo los usos en vigencia‖.

La elocuencia del precepto contenido en el artículo antes citado, permite confirmar que este
instituto jurídico presenta la particularidad de que los resultados del acto contractual puede estar
sujeto a la voluntad de las partes o interpretarse conforme a esta regla, o finalmente se deriva a los
usos y costumbres como medio destinado a dilucidar una determinada situación contractual
relacionada con la provisión de materiales.
Artículo 737 (variación al proyecto).

―I. El contratista no puede variar el proyecto de la obra si el comitente no le ha autorizado por


escrito y no se ha convenido en modificar la retribución.

II. El comitente puede disponer variaciones en el proyecto siempre que su monto no exceda
a la quinta parte de la retribución total convenida. En este caso el contratista tiene derecho a un
aumento proporcional en la retribución.‖

Se trata de otra medida legal con una enorme carga protectiva hacia la fuerza laboral, no
permitiendo que la autonomía de la voluntad de las partes cobre primacía para afectar intereses de
los pactantes.

Artículo 738 (control por el comitente).

―I. El comitente tiene derecho a controlar, a su cuenta, los trabajos de realización de la obra.

II. Cuando comprueba que no se la ejecuta conforme al convenio o a las reglas del arte
puede fijar un término para que el contratista se ajuste a tales condiciones y si no le hace puede
pedir la resolución del contrato, quedando a salvo el derecho del comitente al resarcimiento del
daño.‖

Según este precepto legal la resolución de un contrato de esta naturaleza, no está librada
exclusivamente a los términos del contrato, pues además adquieren influencia otros factores ligados
a la profesión o el arte del contratista. En tal caso la norma enseña que las partes fijarán un término
para que el contratista se ajuste a tales factores.

Artículo 739 (noción).

―La disposición del artículo anterior es inaplicable al caso en que el contrato no genera una
obligación de resultado sino de medios, como los servicios de un profesional liberal, salvo que éste
autorice el control.‖

En base a esta disposición legal se especifica una condición particular que debe primar entre
el comitente y el contratista cuando se trata de la prestación de un servicio por un profesional. De
esa manera una vez más se establece un límite a la autonomía de la voluntad y se deja en evidencia
el carácter protectivo de la norma, respecto a las condiciones que se establece como efecto de una
relación de trabajo.

Artículo 740 (reajuste en la retribución).

―Si los aumentos o disminuciones en el valor de los materiales o de la mano de obra son mayores a
la décima parte de la retribución total convenida y derivan de circunstancias imprevisibles, dan
lugar al reajuste en la retribución; el cual puede ser acordado sólo en cuanto a aquella diferencia que
exceda de la décima parte.‖

La retribución es un término propio del Derecho Laboral, que en esta disposición normativa
se ha incorporado con la finalidad de regular la relación contractual de los pactantes, quienes deben
observar esta regla, cuya finalidad no es otra que evitar excesos en cuanto a la prestación y la
contraprestación.
Artículo 741 (responsabilidad por vicios o por falta de cualidades de la obra).

―I. Cuando la obra adolece de vicios o no reúne las cualidades prometidas, el contratista debe, a su
costa, eliminar tales vicios o dotar la obra de las cualidades convenidas y resarcir el daño
ocasionado por su culpa.

II. Si los vicios o la falta de cualidades hacen la obra impropia para el uso a que está
destinada, el comitente puede pedir la resolución del contrato.‖

Esta exigencia contractual, es una regla propia al campo del Derecho Civil que le da entera
vigencia a la autonomía de la voluntad de las partes en contratos de obra exclusivamente.

Artículo 742 (recepción de obra afectada de vicios)

―I. Si, siendo los vicios conocidos o reconocibles, el comitente recibe la obra, el contratista no es
responsable de ellos.

II. De acuerdo a la disposición contenida en el artículo anterior el contratista responde tanto


por los vicios que silenció de mala fe como por los vicios ocultos, dentro del término de seis meses
de haberse recibido formalmente la obra por el comitente‖.

Siguiendo con este análisis, es pertinente destacar que la normativa establecida para la
regulación de este instituto jurídico también cumple la finalidad de legislar aspectos relacionados
con la recepción de la obra, acto jurídico que está sujeto a un marco específico y no exclusivamente
a la voluntad de los contratantes.

Artículo 743 (ruina de edificios)

―Cuando un edificio se arruina, en todo o en parte, por vicio del suelo o por defectos de la
construcción, o presenta evidente peligro de ruina, el contratista responde, si ha lugar, frente al
comitente y a sus causahabientes dentro del término de tres años contado desde la entrega formal de
la obra‖.

El precepto contenido en este artículo, constituye una medida legal relativamente flexible,
característica que se ha observado en toda la estructura legal de este instituto jurídico.

Artículo 744 (recepción de obra afectada de vicios)

―Si la ejecución de la obra se ha hecho imposible por una causa no imputable a ninguna de las
partes, el comitente debe pagar al contratista por la parte de la obra realizada en proporción a la
remuneración total convenida y dentro de los límites en que para él la obra es útil‖.

De esta manera se dejó normativamente protegida la fuerza laboral del contratista que frente
a una contingencia sobreviniente, le está reconocido el trabajo desplegado, empero no solo para él,
sino que la protección legal es para ambas partes, ante la existencia de condiciones que no las
atingen, sino que no son atribuibles a ellas.

Artículo 745 (recepción de obra afectada de vicios)

―I: Si, por causa no imputable a ninguna de las partes, la obra perece o se deteriora sin estar en mora
el comitente, la pérdida es a cargo del contratista cuando éste ha proporcionado la materia.
II. Si la materia ha sido proporcionada por el comitente, el perecimiento o deterioro de la
obra está a su cargo en cuanto a la materia proporcionada y al del contratista en cuanto al trabajo.‖

Otro hecho trascendente en el proceso de estructuración normativa de los contratos de obra


constituye la sistematización de reglas como las contenidas en el artículo 745 del Código Civil
Boliviano, en base a la cual, se orienta a las partes para la elaboración del contrato en base a
cláusulas predispuestas.

Artículo 746 (recesión del contrato)

―I. El comitente puede rescindir unilateralmente el contrato, aún cuando se haya iniciado la
obra, resarciendo al contratista los gastos y trabajos realizados y la falta de ganancia.

II. El contratista puede también rescindir unilateralmente el contrato por justo motivo, con
derecho a ser rembolsado por los gastos y a la retribución por la obra realizada, y siempre que no
cause perjuicio al comitente‖.

De esta manera queda incorporada otra norma específica destinada a garantizar la mano de
obra del contratista, cuando cualquiera de los pactantes toma la determinación de resolver el
contrato.

Esta descripción de los principales artículos contenidos en el Capítulo relacionado con el


Contrato de Obra, previsto por el Código Civil Boliviano, refleja con total precisión que se trata de
un Instituto Jurídico especializado, con una clara tendencia de no contraponerse a la esencia tuitiva
que caracteriza a la normativa que protege el trabajo por cuenta ajena, particularidad que hace
exigible la sistematización del procedimiento acorde con esos principios que permita una adecuada
y justa solución de controversias jurídicas emergentes del incumplimiento de un contrato de obra o
prestación de servicios.

2.2. El incumplimiento de un contrato de obra o prestación de un servicio: ¿Es posible


judicializar el conflicto?

La falta de un procedimiento especializado para la solución de conflictos emergentes del


incumplimiento de un contrato de obra o prestación de servicios, constituye para la sociedad
boliviana un contratiempo que origina no solo injusticias para las partes, sino que además deja al
Instituto Jurídico de los Contratos de Obra sin un adecuado marco legal capaz de facilitar la
solución de los mismos.

Ese hecho real, constituye para el Sistema Procesal Civil boliviano un lastre que se fue
acentuando conforme al devenir del tiempo, dejando a su paso huellas de injusticia para los
pactantes de este tipo de contratos que por su naturaleza, están adecuados a una cuantía que en la
mayoría de los casos no pasa de cinco mil bolivianos, realidad que no permite a los sujetos
contratantes judicializar los conflictos emergentes por el incumplimiento de un contrato, porque una
demanda resulta onerosa para un artesano, en términos de tiempo y recursos económicos.
2.2.1. La Norma Procesal Civil Boliviana: su grado de aplicación en la solución de conflictos
originados por el Incumplimiento de contratos de obra o prestación de servicios

En la legislación boliviana se logró sistematizar un Código de Procedimiento Civil, destinado a


resolver los conflictos jurídicos emergentes de los actos y contratos que se suscitan entre personas
naturales o jurídicas, para cuyo efecto, se han instituido procedimientos sumarios, ordinarios y
especiales, en base a los mismo el sistema judicial se encarga de administrar justicia.

En efecto, en base a todo ese marco normativo entra en funcionamiento el Sistema Procesal
Civil, donde el Órgano Judicial tiene a su cargo la administración de justicia y de esa manera el
proceso en sí adquiere trascendencia. A propósito de esta particularidad el doctor Decker Morales,
emite el siguiente criterio:

―En la sustanciación del proceso, estamos convencidos que el juez ni las partes actúan
arbitrariamente, por el contrario, están reguladas por las normas procesales. Por eso, el proceso
tiene un contenido orgánico que permite examinarlo desde dos puntos de vista: el uno en su forma
estática, o sea la estructura y los elementos; el otro dinámico, o sea, su aspecto funcional‖11

Dentro este espectro jurídico, indudablemente la norma procesal civil constituye la base
esencial para que el juez pueda definir derechos, por eso es esencial que cada instituto jurídico
cuente con normas apropiadas, que le permita al operador de justicia contar con los instrumentos
idóneos para encausar una correcta administración de justicia.

En esta clase de instituto jurídico, los Contratos de Obra de Prestación de Servicios u Oficio,
cuya existencia está sujeta a una normativa sustantiva específica en el Código Civil Boliviano,
ingresan al tráfico procesal solo en base a una forzada adecuación a normas procedimentales
estructuradas para los procesos sumarios o sumarísimos, actos jurídicos que no necesariamente
facilitan la solución de controversias emergentes del incumplimiento de ese tipo de contratos debido
a que ese tipo de juicios están sujetos al sistema procesal escrito.

2.2.2. Características del actual procedimiento civil: Su aplicación práctica para la solución de
controversias jurídicas emergentes del incumplimiento de un contrato de obra

La realización de un diagnóstico de la problemática planteada a través del presente trabajo de


investigación, permite afirmar que el actual sistema legal en materia procesal no está estructurado
como para facilitar la solución de controversias emergentes del incumplimiento de un contrato de
obra o de prestación de un servicio, debido a que ese tipo de relación contractual se origina casi
generalmente bajo una forma bilateral en la que se realiza un trabajo por cuenta ajena, sujeto a una
contraprestación.

Esa forma atípica que caracteriza a esta clase de relación contractual, no está sujeto a un
procedimiento especial para la solución de las controversias jurídicas que se presentan como efecto
del incumplimiento de un contrato de obra, ese aspecto dificulta para una administración de justicia
en términos de oportunidad y perentoriedad.

Una descripción resumida de la actual estructura del Código de Procedimiento Civil,


permitirá describir el alcance real esa normativa:
Libro Primero, incluye la siguiente disposición normativa: Título I.- Del Órgano Judicial; Título
II.- De la Partes; título III.- De los Actos Procesales; Título IV.- De las Resoluciones Judiciales;
Título V.- De los Recursos; Título VI.- De la Conclusión Extraordinaria del Proceso.

Toda esa disposición normativa, está orientada a normar la estructura que tendrá a su cargo
de la solución de controversias, al mismo tiempo que establece reglas a fin de que el Órgano
Judicial administre los Procesos en General.

Libro Segundo, en este apartado, se clasifican los procesos en: Proceso Ordinario; Procesos
Sumarios y Sumarísimos.

Esa configuración de la parte normativa relacionada con los procesos civiles, conforman un
procedimiento escrito donde es enteramente dificultoso llevar adelante la sustanciación de casos
relacionados con los llamados contratos de obra o prestación de servicios u oficio, en rigor debido a
que los sujetos pactantes casi generalmente son artesanos y los montos contratados en este tipo de
ocupaciones alcanzan hasta cinco mil bolivianos, los interesados no judicializan el conflicto y
recurren a otras forma de solución extra judicial.

Libro Tercero, regula los Procesos de Ejecución, se trata de un instituto jurídico creado para
resolver conflictos jurídicos emergentes de aquellos actos o contratos mediante la que se establecen
obligaciones para los deudores en base a un título ejecutivo.

Libro Cuarto, establece reglas para la sustanciación de los llamados Procesos Especiales, entre los
que figuran: el Proceso Concursal; los Interdictos; el Desalojo; los Procedimientos Voluntarios;
Procesos Arbitrales; Procesos de Responsabilidad; Procesos y Recursos Previstos en la Constitución
Política del Estado.

Si bien el Código de Procedimiento Civil en Bolivia, logró sistematizar un procedimiento


normativo adecuado a la realidad boliviana, sin embargo no estableció una regulación especializada
para resolver los conflictos emergentes del incumplimiento de contratos de obra o prestación de
servicios u oficio, controversia jurídica que en la actualidad está sumamente arraigada por la
estructura económica que rige en Bolivia y el abundante trabajo artesanal.

2.3. El porqué de la no judicialización de los conflictos legales emergentes de contratos de


obra y prestación de servicios u oficio

La experiencia adquirida por el investigador en su trayectoria dentro el ejercicio de la profesión de


Abogado, como Juez, le ha permitido platicar en varias oportunidades sociales y culturales en la
gestión 2008 con dirigentes de organizaciones sociales de Quillacollo -quienes enfatizaron no
mencionar sus nombres- sobre esta problemática, a partir de la necesidad de brindar a la sociedad de
un mecanismo legal apropiado destinada a facilitar la solución de controversias entre partes
contratantes, ante el incumplimiento de las cláusulas compromisorias que suscribieron en contratos
de obra o prestación de servicios artesanales u oficio de naturaleza Civil.

Esta problemática dio lugar al conocimiento de numerosos casos de incumplimientos de


contratos de obra o de servicio, que se dan en la primera sección de la provincia de Quillacollo,
habiéndose logrado constatar los siguientes hechos y permiten confirmar lo siguiente:
 Existen gran cantidad de problemas emergentes del incumplimiento de contratos de obra o
servicio, que lo resuelven en forma amigable o prefieren dejarlo luego de tener conflictos
policiales y hasta de agresiones, sin recurrir a la vía judicial.

 De esa gran cantidad pocos comentan que intentaron acudir a la vía judicial para resolver
controversias legales emergentes del incumplimiento de contrato de obra o servicios, pero que
no lograron llegar al estado de sentencia debido a que las partes decidieron arribar a una
transacción o en su caso lo abandonaron.

 Las causas por las que no recurren a la vía judicial, -mencionan los dirigentes y personas
particulares- que era una pérdida de tiempo y el costo que representa sostener un juicio no
compensa con el monto litigado.

Para la triangulación o el cruzamiento de datos se procedió a indagar expedientes en los tres


juzgados en lo civil de la primera sección de la provincia de Quillacollo y se obtuvo los siguientes
resultados de expedientes e informes anuales de la gestión 2008, entregados en dependencia de la
Corte Superior de Justicia y al Consejo de Judicatura de Cochabamba y es como sigue:

 Juzgado primero en lo civil 689 casos, de los cuales ninguno contempla procesos por
incumplimiento de contrato o de obra de servicio hasta cinco mil bolivianos con sentencia.

 Juzgado segundo en lo civil 680 casos, de los cuales ninguno contempla procesos por
incumplimiento de contrato o de obra de servicio hasta cinco mil bolivianos con sentencia
ejecutoriada.

 Juzgado tercero en lo civil 678 casos, de los cuales ninguno contempla procesos por
incumplimiento de contrato o de obra de servicio hasta cinco mil bolivianos con sentencia
ejecutoriada.

Todo lo que permite colegir que no se recurrió a los juzgados de instrucción en lo civil para
la solución de los problemas de incumplimiento de contrato de obra o de servicio con
responsabilidad hasta cinco mil bolivianos. Toda vez que podían hacerlo, tomando en cuenta la
previsión de la Constitución Política del Estado anterior y la actual en lo referente al órgano
judicial, la Ley de Organización Judicial y la Circular de la Corte Suprema de Justicia de fecha 6 de
abril de 2004, que establece que la jurisdicción y competencia de los juzgados de instrucción en lo
civil comprende procesos judiciales de 1 a 80.000 bolivianos; y de 80.000 más 1 boliviano a los
juzgados de partido en lo civil.

Sin embargo de lo anterior, las personas perjudicadas por incumplimiento de dichos


contratos hicieron uso, seguramente, de otras medidas no judiciales, en general para no erogar
gastos y tiempo, tomando en cuenta la duración del procedimiento normal en estos casos. Lo que
justamente exigen un proceso oral, directo y rápido.

2.4. Por qué debe adecuarse el procedimiento para la solución de conflictos por
incumplimiento de un contrato de obra a un sistema oral civil

La naturaleza de los contratos que se pactan para la ejecución de obras o prestación de servicios, el
resultado del trabajo de campo realizado y la experiencia del investigador, constituyen los
fundamentos fácticos que permiten justificar el por qué es necesario establecer un sistema oral para
la solución de controversias emergentes de contratos de este tipo.
Ahora bien, si está adecuadamente establecido el por qué y para qué del presente trabajo de
investigación, es fundamental poner de relieve las características del sistema legal procesal civil,
conocimiento que permitirá demostrar que sí es factible establecer un mecanismo de solución de
controversias por incumplimiento de un contrato de obra o prestación de servicio, en base a un
procedimiento oral.

2.4.1. Carácter principista de la norma procesal civil: Su aplicación práctica

Encuadrar este análisis relacionado al funcionamiento del sistema procesal oral en materia civil,
obliga en principio a la realización de un estudio pormenorizado de los principios procesales, los
mismos que son de inexcusable observancia a la hora de aplicar el Derecho.

Si bien no es factible agotar el análisis de todos los aspectos jurídicamente formales en


cuanto al proceso civil, sin embargo fue altamente productivo para este trabajo de investigación
sistematizar una serie de fundamentos que permitirán alcanzar los objetivos propuestos.

La administración de justicia, analizada por el propio juzgador, innegablemente está fundada


en una natural autocrítica y fruto de ello cualquier investigación jurídica que se realice siempre
merecerá la emisión de propuestas que pueden en algún momento modificar el curso de la
normativa y la propia Doctrina.

Realizada dichas precisiones, seguidamente se concentrará este estudio a una constatación


doctrinal y empírica de la importancia de los principios procesales en materia civil. En ese contexto,
conviene resaltar la importancia de los Principios inherentes al objeto del proceso, al mismo tiempo,
reconocer en ellos el cumplimiento de importantes funciones, tales como:

 Servir de bases previas al legislador para estructurar las instituciones del proceso en uno u otro
sentido; pero no solo eso, también adquiere trascendencia porque los principios procesales,
deben ser aplicados.

 Facilitar el estudio comparativo de los diversos ordenamientos procesales vigentes y los que
rigieron en otras épocas;

 Finalmente, constituyen instrumentos interpretativos de innegable valor.

Esa versión doctrinal, pone en evidencia la importancia de los principios procesales, razón
por la que su estudio para el presente trabajo de investigación constituye un aporte teórico
trascendental, pues a partir de la descripción de toda la gama de principios que sustentan al proceso
civil se puede comprender la necesidad de implantar un sistema oral en la legislación boliviana
destinada a encauzar un procedimiento alternativo para la solución de conflictos legales emergentes
del incumplimiento de contratos de obra y de prestación de servicios u oficio.

A propósito de la trascendencia de los principios procesales, el profesor Alvarado, sintetizó


el siguiente punto de vista:
―Los principios del procedimiento resuelven situaciones de estructura del proceso, la
objetividad del mismo y el conjunto ritual en la tramitación de la causa, para así abogados y jueces
tramiten de la mejor manera los procesos. El sistema procesal civil encuentra su apoyo ideológico
en la concepción liberal de la sociedad, que se manifiesta principalmente en el aspecto económico,
en la distinción entre públicos y privados. En el proceso civil el interés que la parte solicita que sea
protegido o tutelado por el órgano jurisdiccional es privado, siendo preponderante en él la
autonomía de la voluntad. El Titular de ese interés es el individuo, no la sociedad y, por tanto, se
trata de un derecho o interés disponible. Resulta así que la Constitución se asienta en una
concepción que reconoce a los particulares la disposición de sus intereses, su autonomía de la
voluntad, su libertad para decidir tanto que relaciones jurídicas materiales que contraen como la
mejor manera de defender los derechos subjetivos que tienen, y de ahí se deriva el principio de
oportunidad, de donde deriva el principio dispositivo‖.12

Lo que hasta aquí se expuso, tiene la finalidad suprema de encaminar esta investigación
haciendo resaltar, la importancia de la norma procesal civil, su carácter principista y cual su utilidad
para casos específicos donde el conflicto legal se manifiesta como efecto de obligaciones de menor
cuantía, producto de la ejecución de una obra o la prestación de un servicio.

Principio Dispositivo

El amplio apoyo doctrinal seleccionado para sustentar la parte teórica del presente trabajo de
investigación permite realizar una adecuada descripción de este principio, en tanto que fundamento
básico para identificar el Derecho Privado que se tutela a través de la normativa civilista.

El Principio Dispositivo, en esencia, privilegia la autonomía de la voluntad de las partes, por


ello es innegable su vocación por realizar ponderaciones a la naturaleza privada del derecho
subjetivo que se ventila en el proceso.

Dentro esta valoración de fin específico del Principio Dispositivo, no puede dejar de
mencionarse que la autonomía de la voluntad de los individuos marca su finalidad específica, de ahí
que la actividad jurisdiccional de la persona, sólo puede iniciarse a pedido de parte.

El particular actúa libremente para individualizar el interés que le impulsa para reclamar por
su derecho. La determinación del objeto del proceso, está a cargo de la persona que quiere hacer
valer su pretensión jurídica. Finalmente, el Órgano Jurisdiccional debe ser congruente al
momento de resolver intereses privados de las partes.

Lo anteriormente expuesto, efectivamente pone de relieve el Principio Dispositivo de la


regla que se aplica en los procesos civiles, conocimiento que todo juez pone a su servicio con fines
procedimentales.

Principio de Impulso Procesal de Parte

Es clara la normativa procesal civil así como la propia jurisprudencia cuando señalan que en esta
materia, la disponibilidad del derecho material corresponde a las partes. Dicho de otra manera,
cuando se trata de resolver un interés privado el juzgador no debe ir más allá de lo que desean las
partes.
A propósito de esta particularidad que se halla expresada en el Principio de referencia, el
Doctor Morales Guillén, en su clásico libro sobre el ámbito civil, enfatiza que mediante este
principio, las partes delimitan el ―Thema Decidendum”, por el que el Juez, no puede fallar más
allá de lo pedido por las partes, de hacerlo corre el riesgo de pronunciar una decisión más allá de lo
pedido. Pero tampoco puede omitir pronunciamiento sobre algunos de los puntos propuestos.

En suma un juez puede apartarse de los planteamientos jurídicos de los litigantes, cuando los
considere erróneos, pero no de los hechos y razones que exponen como fundamento fáctico de sus
pretensiones. Por eso se habla de la vinculación del Juez a la pretensión.

Principio de congruencia y exhaustividad

Se trata de dos enunciados que predominan en el vocabulario del jurista, toda vez que será esta
autoridad jurisdiccional quien debe cuidar que exista una relación inmediata entre las pretensiones
de las partes y la resolución judicial que emerge en el proceso y que se conoce como sentencia.

Félix Trigo, citado por el profesor Alvarado, a propósito de la trascendencia de este


principio expone lo siguiente:

―El principio de congruencia encuentra su fundamento también en el interés privado que se


deduce en el proceso. Del mismo modo que la parte decide tanto si acude a los tribunales en su
defensa de su derecho como sí, una vez abierto el proceso, mantiene o no su pretensión jurídica, el
tribunal está sujeto al deber de congruencia. Por eso, la decisión judicial no tiene por qué ser
favorable o desfavorable a las partes, pero si, debe ser coherente con las cuestiones que han sido
objeto del debate, de forma que ofrezca a todas ellas respuesta razonada de lo que oportunamente se
ha planteado‖13

A modo de complementar lo señalado por el autor antes citado, es oportuno enfatizar que
efectivamente esas premisas se utilizan para realizar una cautelosa síntesis de los actuados, para
luego emitir un pronunciamiento sobre lo que se litigó ni más, ni menos.

Principio de bilateralidad.

La complejidad de las actuaciones de litigantes y operadores de justicia, conlleva la necesidad que


cada uno de los actores se arreaten a normas y principios de validez universal, en ese contexto, el
principio de bilateralidad, conjunciona la actividad de las partes y de esa manera se define la
existencia misma del proceso como tal.

Virtualmente no existe ninguna posibilidad de que la norma procesal civil funcione si el


juzgador no utiliza la formula que determina el traslado de los actuados, es decir, al señalar de
manera sacramental ―óigase a la parte‖ el Juez le da vigencia a la bilateralidad del acto procesal.

Principio de Contradicción

En la medida en que el principio de bilateralidad entra en funcionamiento, el carácter contradictorio


del procedimiento se va manifestando inexcusablemente. Con referencia a la importancia de este
principio para el derecho procesal civil, el profesor Alvarado, señala lo siguiente:
―Es el método por el cual ante cada oportunidad procesal que la Ley confiere a una de las
partes, otorga una similar a la contraparte. Tiene su máxima expresión en el proceso de
conocimiento. En esta clase de procesos, la alternancia de las partes aparece como perfecta; a la
demanda del actor corresponde la contestación del demandado, ambas partes producen los medios
de prueba que han propuesto respectivamente en uno u otro de sus escritos de proposición; ambas y
por su orden pueden presentar sus alegatos en conclusiones. Ambas partes tienen la oportunidad de
intervenir.‖14

Es obvio que el principio de bilateralidad se atenúa en procesos especiales tales como los
interdictos o los juicios ejecutivos y/o coactivos, casos en los que el juez tiene la potestad de intimar
a una de las partes a tiempo de admitir la demanda, esto debido a que los títulos ejecutivo y
coactivos por determinación legal adquieren la condición de una sentencia extrajudicial.

Principio de economía procesal

En el ámbito de la administración de justicia es fundamental la abreviación y simplificación de un


proceso, de esa manera se evita su irrazonable prolongación y haga inoperante la tutela de derechos
e intereses comprometidos en una determinada contienda jurisdiccional.

En ese contexto el principio de economía procesal resulta ser uno de los propósitos que
orienta el trabajo del juez. Este principio hace resaltar que está inspirado en la concepción tan
divulgada y aceptada por la población de que ―la justicia que tarda, no es justicia‖.

Principio del Debido Proceso

El carácter principista de la norma procesal civil, no emerge de un inusitado trazo doctrinal, esa
cualidad está ampliamente difundida como resultado de la práctica jurisdiccional que se va dando
en el tiempo y los juzgadores tienen a su cargo, hacer de esos principios su más valiosa
herramienta.

El debido proceso consagrado como Garantía constitucional, está igualmente reconocido


como derecho humano en el Pacto de San José de Costa Rica y en el pacto de Derechos civiles y
Políticos, en virtud de esas garantías está claramente reconocido el derecho que toda persona tiene
para a un proceso justo y equitativo, en el que sus derechos, se acomoden a lo establecido por
disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación similar.

Comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales, a fin
de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualesquier tipo de acto emanado del
Estado que pueda afectar sus derechos.

Una de las aspiraciones más notables de la justicia administrada, indudablemente tiene que
ver con el principio del debido proceso, máxima procesal al que todo sujeto aspira y que el sistema
judicial a través de sus instancias correspondientes, está llamado a garantizar.

Al respecto el Tribunal Constitucional boliviano, lo definió de la siguiente manera en la


Sentencia Constitucional 93/2005-R, de fecha Sucre, 28 de enero de 2005:
―El derecho de toda persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se
acomoden a lo establecido por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se
hallen en una situación similar (..) comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las
instancias procesales, a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier
tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos‖ (SSCC 0418/2000-R y
1276/2001-R). Asimismo, en la SC 0119/2003-R, de 28 de enero, ha señalado que ―se entiende que
el derecho al debido proceso es de aplicación inmediata, vincula a todas las autoridades judiciales o
administrativas y constituye una garantía de legalidad procesal que ha previsto el Constituyente
para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación o motivación de las resoluciones
judiciales…Esta garantía constitucional entre sus elementos constitutivos cuenta con el derecho a la
defensa; el derecho a un juez o tribunal natural, competente, independiente e imparcial; el derecho a
la presentación amplia de la prueba pertinente del imputado o encausado, el derecho que tiene toda
persona a ser escuchada en un proceso legal antes de que se asuma determinaciones que le afecten
en su persona, sus bienes y su situación jurídica en general‖

Principio de igualdad

El principio de igualdad, desde el punto de vista jurídico tiene un enorme significado para las partes
que intervienen en un juicio. Se trata de un principio que asegura la igualdad de los sujetos
procesales, permitiendo que tengan las mismas oportunidades de atacar y defenderse, dicho de otra
manera que sean tratados procesalmente de la misma manera.

En ese orden, quienes intervienen en el proceso no gozan de privilegio o fuero alguno ante el
juzgador, será esa autoridad quien se encargue que los contendientes tengan los mismos derechos,
las mismas posibilidades y cargas procesales

En suma al estar ubicadas las partes en igualdad de condiciones, queda plenamente ratificada
que ante la majestad de la Ley, nadie es más ni menos, precisamente en atención a ese principio el
operador de justicia está compelido a que ese principio tenga preeminencia en el proceso civil, por
lo que debe esforzarse por mantenerlo vigente en todo momento.

Se recomienda en atención a este principio que el Juez, debe hacer un esfuerzo por
mantenerse equidistante, sin favorecer con su actuación a ninguna de las partes –este punto de vista
fue emitido por el profesor Alvarado – por lo que a juicio del indicado doctrinario: ―No debe, pues
de otro modo arriesgar su propia función jurisdiccional‖15

Principio de oralidad y escritura

Otro principio que está estrechamente vinculado al proceso civil es el de oralidad y escritura, su
aplicación está en función a que predomine la forma oral o escrita en un determinado sistema
procesal.

Así, en el principio de escritura, el juzgador conoce la demanda, los recursos y demás


peticiones de las partes en base a una forma escrita. En el principio de oralidad la intervención de
los litigantes se realiza a viva voz, en audiencias, bajo la dirección del Juez.

Principio de inmediación

Se caracteriza porque hace posible el contacto directo entre el Juez, las partes y demás sujetos
intervinientes en el proceso. La inmediación adquiere su categoría como elemento valioso en el
sistema procesal civil a partir de la potestad jurisdiccional que ostenta el Juez, que no admite
intermediación alguna para conocer y resolver un caso sometido a su competencia.
La inmediación está prevista como obligatoria e irrenunciable y lo está bajo pena de nulidad
absoluta en muchas legislaciones del mundo. La inmediación especialmente en primera y segunda
instancia, impone al juez o tribunal la obligación de tomar personalmente la audiencia de recepción
de prueba.

Principio de concentración y dirección

La concentración y dirección se hallan íntimamente ligadas al proceso mismo, en tanto que actos
procesales protagonizados por partes y el Juez, aparecen concentrado en uno solo. Se encarga de
aproximar los actos procesales uno con otros, así, en una misma audiencia pueden recepcionarse
pruebas, intentar conciliación, es decir resolver todo cuanto se proponga en esa oportunidad.

El principio de dirección que está normativamente establecido en el Código Civil y define la


función direccional del Juez en todo lo relativo al proceso y el principio de autoridad que debe
imponer el juzgador especialmente en las audiencias.

Para ejercer este principio, el juzgador está investido de suficiente autoridad para tomar
determinaciones tendientes a garantizar el buen desenvolvimiento de las actuaciones procesales en
el menor tiempo posible, evitando en su caso, discusiones impertinentes, ajenas a las relaciones
procesales o intrascendentes no orientadas al esclarecimiento de la verdad de los hechos
controvertidos.

La doctrina se refiere a este principio como el de autoridad del Juez, para contraponerlo al
papel de mero espectador del proceso puesto que dicha autoridad jurisdiccional es el Director del
proceso. Se trata de una potestad reglada reconocida al Juzgador.

Principio de saneamiento y moralidad procesal

En virtud de este principio los jueces adquieren facultades suficientes para resolver in limine todas
aquellas cuestiones susceptibles de entorpecer el pronunciamiento sobre el fondo de la causa o
determinar en su caso, la inmediata finalización o la abreviación del proceso y se concluya de
manera oportuna.

A propósito de las características de este principio el profesor Cortez Domínguez, emite el


siguiente criterio doctrinal:

“Este principio permite al juzgador revisar y sanear el proceso en cualquier etapa, de manera
que se puedan evitar nulidades o dictar sentencia sin pronunciamiento en cuanto al fondo.
Cuestiones de forma (competencia y capacidad, integración de la litis consorcio) son ejemplos
típicos del saneamiento del proceso. Además, por este principio el órgano judicial tiene la
obligación de ordenar de oficio que se subsane cualquier acto procesal que tenga algún defecto y
omisión, como disponer de oficio toda diligencia o trámite que fuere necesario para evitar
nulidades‖.16

Por otra parte, es también esencial considerar que en el proceso judicial el Estado y la
sociedad están vinculados a la eficacia y rectitud del mismo, en ese orden, es de sumo interés para
los nombrados que la actividad misma se enmarque a un plano razonable de rectitud, buena fe y
lealtad, de manera que quede eliminada cualquier inmoralidad procesal.
El profesor De Santo, citado por Cortez Domínguez, con relación a la eficacia del principio
de moralidad procesal expone lo siguiente:

―Obliga a los jueces a prevenir y sancionar todo acto contrario al deber de lealtad, probidad
y buena fe. Autoriza al juez a tiempo de pronunciar sentencia, declarar la malicia o temeridad que
hubiesen incurrido las partes o profesionales intervinientes en el proceso. Impone al juez, remitir
antecedentes a la justicia penal cuando resultare probada la connivencia o colusión. Autoriza la
imposición de sanciones pecuniarias, compulsivas y progresivas tendientes a que las partes cumplan
los mandatos judiciales y sanciones conminatorias a terceros‖.17

Lo que precede, es una gran lección al Derecho que el juzgador debe tomar en cuenta a la
hora de asumir decisiones judiciales pertinentes.

Principio de Impulso Procesal

El funcionamiento de la norma procesal civil, está bajo una férrea influencia de los principios
procesales de inexcusable aplicación, dicho de otra manera, esos enunciados de validez procesal,
condicionan el comportamiento de juzgadores y partes intervinientes en un determinado proceso
judicial.

En esa línea de análisis, no es exagerado señalar que el proceso, es un organismo sin vida
propia, avanza al tiempo que se construye como efecto del camino que recorre en el proceso de
realización conforme a los actos procedimentalmente ejecutados por las partes y el Juez. Toda esa
fuerza que mueve al proceso se llama impulso procesal.

Este principio permite poner un límite en el tiempo a los actos procesales y al principio de
preclusión, que establece un orden entre los mismos e impide su regresión, haciendo posible el
desenvolvimiento de la relación procesal. Se conocen tres modos de impulsar el procedimiento: a
iniciativa de las partes; por determinación judicial, o por mandato legal.

Principio de preclusión y eventualidad

El principio de la eventualidad puede caracterizarse como aquél en cuya virtud todas las alegaciones
que son propias de cada una de las etapas preclusivas en que se parcela el proceso deben deducirse
en forma simultánea y no sucesivamente.

El principio de preclusión que viene a ser un instrumento útil para el juzgador, se caracteriza
porque dentro de las distintas fases o tiempos del proceso, se encamina un acto procesal concreto,
de tal manera que si la parte no lo realiza oportunamente pierde la posibilidad de realizarlo.

Así, la ley marca por ejemplo, un plazo para contestar a la demanda y si el demandado no
aprovecha la posibilidad que le concede la ley, no podrá ya realizar las alegaciones propias de la
contestación a la demanda; y lo mismo cabe decir de la proposición de prueba o de cualquier otro
acto con contenido propio.

Principio de publicidad

El principio de publicidad, reconoce su fundamento en la conveniencia de conferir a las partes y a la


opinión pública un medio de fiscalizar la conducta de los operadores de justicia como también de
las propias partes, es decir, mediante la publicidad existe la posibilidad que las partes y terceros
puedan tener acceso al desarrollo del litigio, haciendo las veces de control hacia la responsabilidad
profesional de jueces, magistrados y abogados.
En ese contexto, la publicidad viene a ser una garantía para las partes que intervienen en el
proceso, fundamentalmente porque hace posible salvaguardar el contradictorio, y por ello cada parte
tiene derecho a examinar y compenetrarse de los actuados que se organizan en el proceso.

Con relación a terceros, la publicidad se convierte en la mejor garantía de imparcialidad


respecto de la administración de justicia que, en todo caso es una función pública. Este principio es
la esencia del sistema democrático del órgano ejecutivo y al igual que la publicidad de los actos del
parlamento/senado u órgano legislativo. La publicidad de los actos del órgano judicial se justifica
plenamente. Porque el pueblo es el soberano, juez de jueces y es garantía de la función
jurisdiccional.

2.4.2. El Sistema Procesal Oral: características específicas del procedimiento

Se coincide con varios jurisconsultos extranjeros y bolivianos –entre ellos Pantaleón Dalence-- que
afirman que la justicia es tardía, es otra forma de injusticia. La justicia pronta y oportuna constituye
una aspiración al que quieren llegar los litigantes y el propio sistema judicial, sin embargo esa
posibilidad en forma total, aún es remota conseguirla en la realidad jurídica boliviana.

De hecho el sistema procesal civil, aún se halla muy lejos de alcanzar ese objetivo,
principalmente porque no existen perspectivas de sistematizar un régimen oral ni siquiera para
aquellos juicios de menor cuantía que para la judicatura constituye una importante carga procesal.

Sin embargo a través de este trabajo de investigación se propone la implementación de un


marco normativo destinado a posibilitar la sistematización de un régimen legal capaz de aplicarse
como medio alternativo para la solución de controversias legales emergentes de contratos y
obligaciones emergentes del incumplimiento de un contrato de obra o prestación de servicios, toda
vez que este importante instituto jurídico no se adecua fácilmente al actual sistema escrito. Eso se
desprende de toda la experiencia acumulada por el investigador como Juez en materia Civil.

Basado siempre en esa experiencia, se puede afirmar que la judicatura en el campo civil, a
diario debe conocer, sustanciar y resolver litigios relacionados con problemas de posesión,
propiedad, contratos, sucesiones, interdictos, y todas aquellas que por imperio de la normatividad
sustantiva y adjetiva es de competencia de los jueces de la materia conflictos jurídicos que se tornan
lentos, pesados y costosos, que ni duda cabe casi siempre violentan la convivencia social por la
ambigüedad y a veces indefinición de los derechos de las partes en litigio.

Superar ese panorama sombrío, implica buscar alternativas que permitan adecuar los
conflictos legales en materia civil a un sistema oral. Para poder medir la factibilidad de una
propuesta de esa naturaleza, obliga en principio realizar un análisis teórico de la oralidad en materia
civil, para que a partir de ese estudio se pueda sustentar con absoluta precisión las ventajas de ese
tipo de sistema procesal.

Situación actual del sistema procesal Boliviano

El ajuste de un sistema a otro, conlleva una serie de contratiempos, sin embargo el actual
funcionamiento del sistema judicial tiene sus enormes reparos principalmente por la considerable
carga procesal que obliga a los operadores de justicia civil proponer alternativas de solución y de
esa manera tratar de superar un modelo procesal profundamente escrito, claro está, atendiendo al
excesivo e injustificado tiempo que de ordinario debe transcurrir desde el comienzo del proceso
hasta el logro de una resolución eficaz, vale decir, con capacidad de producir transformaciones
reales en las vidas de quienes acudieron a tribunales.
Ese tipo de transformación tiene que estar fundado en la necesidad de encontrar soluciones
inmediatas a las demandas civiles promovidas en aquellos casos donde la cuantía es menor de tal
forma que el Juez, tenga la oportunidad de resolver en forma inmediata algún derecho reclamado,
en ese orden la reforma procesal que se propone, debe saber introducir el modelo de proceso civil
por audiencias, donde el predominio formal sea de la oralidad.

Uno de los puntos más relevantes a abordar en esta señalada reforma procesal civil está
ligado con la necesidad de poner fin con la extendida imagen o sensación de una Justicia lejana y
distante, donde el juez aparentemente figura y se sitúa al final de los dilatados trámites que
comprende el proceso civil actual.

Dada las experiencias que se dieron en otras legislaciones resta decir que el modelo oral
estructura el trabajo jurisdiccional, de modo que cada asunto puede ser mejor seguido y conocido
por el tribunal desde su inicio, cuestión especialmente relevante en lo que se vincula con la práctica
y valoración de la prueba.

A través de esta apretada síntesis, es posible sostener que en un sistema oral la inmediación
es completamente efectiva e inexorable, lo que en gran medida permitiría cambiar el
comportamiento jurisdiccional del Juez.

Finalmente cabe reflexionar que en este estudio se intenta seguir dos líneas fundamentales.
En primer lugar, realizar un diagnóstico y explicación de la situación actual real en relación con el
punto que a este trabajo interesa y en segundo lugar, se analizará el modelo de juez que se requiere
para un régimen procesal oral como el que se postula, asimismo, se hará resaltar la real importancia
de la inmediación judicial en las decisiones que debe realizar el juzgador, donde queda descartada la
conveniencia de la asunción de posiciones doctrinales que atentan tanto con la imparcialidad y
neutralidad del juzgador como contra la razonabilidad que al final, debe imponerse si se atiende a
los dictados de la experiencia práctica.

Según el actual sistema procesal civil boliviano vigente, constituye una regla formal la
escritura. De hecho, el protagonismo del expediente no cuenta con unos contrapesos efectivos, ni
aún en aquellas instancias o procedimientos en los cuales el legislador pretende la introducción de
mayores grados de oralidad.

En ese contexto, la marcada estructura del proceso civil y la arraigada cultura de la


escritura influyeron enormemente para que los operadores y sujetos jurídicos acomoden su
actuación a las reglas conductuales propias del modelo escrito, facilitando de esta manera el
surgimiento y la consolidación de los importantes problemas que caracterizaron el funcionamiento
del sistema procesal civil boliviano.

El actual sistema procesal como no podía ser de otra manera, también dio forma a los jueces
quienes están inmersos en un modelo procesal que por un lado claramente privilegia la excesiva
acumulación de papeles y resoluciones judiciales y por el otro no valora en su verdadera dimensión
la concentración procesal y la inmediación judicial, dos principios sumamente importantes.

Esta situación, que puede calificarse de estructural, vale decir, proveniente del diseño formal
escrito que recoge la norma procesal civil, debe entenderse como la causa fundamental del modelo
de juzgador con la que hoy cuenta el sistema boliviano y se hace visible en la mayoría de los casos
sólo al momento de dictar la sentencia.
Es innegable que el actual sistema procesal al estar estructurado para su aplicación en forma
escrita conlleva una profunda disgregación y desconcentración de los juicios civiles por su excesiva
duración, donde es posible advertir que el juzgador no es visible durante el curso de los procesos
sino en los momentos previos a la dictación de la sentencia.

La forma escrita, para casos donde se tiene que dilucidar conflictos por actos o contratos de
menor cuantía, no se muestra como una eficiente regla, debido fundamentalmente que la fórmula
escrita del juicio apunta en la dirección contraria a la que aparece como la más razonable,
conveniente y útil en términos de celeridad concentración e inmediación, donde la fase probatoria
en gran medida exige un contacto directo y frontal del juez con las partes y sus distintos medios de
prueba.

En un sistema escrito que tiende a la desconcentración y dispersión de los actos, también de


las actuaciones probatorias, la inmediación judicial en la práctica probatoria suele no tener un
correlato efectivo con aquello que disponen las normas legales.

No es exagerado señalar, que la propia normativa procesal es la que determinó por


evidenciar la incompatibilidad existente entre un sistema escrito y la posibilidad de una efectiva
inmediación judicial. En ese orden importa ratificar que frente a normas en principio favorecedoras
de la inmediación se contraponen otras que claramente valorizan la extendida mediación impuesta
en la práctica, especialmente perjudicial tratándose de las pruebas personales, seriamente
desperfiladas en su importancia, actualmente a cargo de los receptores o, en cualquier caso, bajo
responsabilidad de otros funcionarios distintos del juez que actúan como ministros de fe.

De hecho, por el diseño que impone la estructura escrita y desconcentrada del actual sistema
procesal boliviano, resulta prácticamente imposible que los jueces puedan dictar la sentencia con el
recuerdo cercano de la prueba rendida.

Todo transcurre lentamente, en los tiempos que requiere el proceso escrito, de forma tal que
cuando la causa llega al estado de dictar la sentencia, el juzgador que, prescindiendo de
intermediarios, sí se ha dado el trabajo y tomado el tiempo de presenciar la práctica de las pruebas
habrá debido fallar entretanto ya varios casos de variada complejidad, razón por la cual la mayoría
de las veces habrá olvidado lo que presencio y escucho directamente en persona, quedando
constreñido a la constancia escrita que figura en los actuados.

En síntesis, vale confirmar que el dominio estructural de la escritura hace surgir en los
jueces el convencimiento de que no es importante el contacto directo con los elementos que
componen la causa, especialmente con los medios de prueba testifical, ya que todos sus resultados
deben ser consignados en actas y serán éstas las únicas que deban utilizarse para pronunciar la
decisión.

El juez renuncia a presenciar la práctica de las pruebas, de lo cual se hace cargo un


intermediario, tomando conocimiento de ella posteriormente por la transcripción escrita que dicho
intermediario realizó. Así planteadas las cosas, la delegación, la mediación, la intermediación y la
validación de referencias ajenas surgen como la alternativa ofrecida desde la práctica.

Se posterga así la actividad más trascendente del proceso, entregándola a sujetos


intermediarios cuya actuación, por mayor esfuerzo que pongan, genera importantes defectos en la
integridad del convencimiento judicial, especialmente en lo que liga con las denominadas pruebas
testificales, dado el alejamiento o el desconocimiento mismo de la fuente de prueba.
Lo paradójico de este desencuentro entre el Juez y la prueba constituye una de las
debilidades más evidentes del actual sistema. El juez tiene la misión de escudriñar la trascendencia
de una prueba que está mimetizado entre los generalmente numerosos escritos acumulados en el
expediente.

En un esquema de trabajo de esa naturaleza el juez acostumbra fallar sólo leyendo el


expediente que se pone a su disposición; de allí que se habla del paradigma o modelo de juez
lector.

Finalmente cabe hacer resaltar que en el sistema procesal escrito, la figura del Juez no
trasciende tan nítidamente, en los hechos, prácticamente el juicio entero, desde la demanda hasta la
sentencia, puede transcurrir en primera instancia sin que las partes, ni siquiera sus abogados, se
enfrenten en ningún momento con el juez ni éste por consiguiente los vea ni escuche.

Visto de esa manera, el modelo escrito de los procesos civiles constriñe en forma
desmesurada la actividad del Juez, quien adquiere relevancia al momento de dictar sentencias y
resoluciones. Lo cierto es que el verdadero culpable de estos problemas debe buscarse en la
estructura del sistema escrito que hace inviable una compaginación real con la inmediación judicial.

Por todo lo expuesto, queda plenamente demostrado que el actual sistema procesal en
materia civil, es completamente desventajoso para las personas que buscan una justicia pronta y
oportuna en conflictos jurídicos de menor cuantía, por ello la clara necesidad de cambios en este
sentido.

El Sistema oral como vía para la solución de controversias por incumplimiento de contratos
de obra y prestación de servicios u oficio

Cuando se habla de la necesidad de establecer medios alternativos para la solución de conflictos


legales emergentes de contratos de obra y prestación de servicios u oficio, figuras contractuales que
está descritos en el Código Civil boliviano, inmediatamente surge la pregunta: ¿Cuál la solución a
esa problemática?. Sin lugar a dudas, debe buscarse en la implementación de un profundo cambio
en el diseño estructural del actual procedimiento civil, donde la oralidad y sus reglas tales como la
concentración procesal, la inmediación judicial y la publicidad sean valorados en su verdadera
dimensión y se pase del sistema escrito al oral.

En efecto, la opción por un modelo procesal oral se sostiene en una estructura y en unas
coordenadas formales claramente diversas a las que hoy identifican el modelo procesal escrito.

De hecho en el sistema oral, la prueba del material fáctico aportado por las partes se
produce oral y concentradamente, con la inmediación efectiva del juez y con general publicidad.

Son estos actos formales presentes en la fase de la prueba las que bastan para identificar al
sistema oral, sin perjuicio de reconocer que la adecuada regulación de una audiencia previa al acto
del juicio con sus tradicionales y muy útiles finalidades delimitadoras tanto del objeto del juicio
como de la prueba debiera contribuir decisivamente en la rápida consolidación del nuevo sistema.

Los efectos positivos de un modelo procesal oral en la fase probatoria no se discuten. En


efecto, junto con aportar flexibilidad y espontaneidad en el procedimiento probatorio, en este
modelo procesal se apuesta por la concentración probatoria en única audiencia, lo que se plantea
como una solución más razonable.
Claramente, la concentración favorece y posibilita la aplicación efectiva de la oralidad en
esta fase del proceso. Con su previsión se debe perseguir que las actuaciones probatorias orales
verificadas en el acto del juicio, su desarrollo y resultados permanezcan en la memoria del juez al
momento de dictar la sentencia.

Al imponerse una práctica probatoria fundamentalmente concentrada y consagrarse la


proximidad de dicha práctica con el momento de dictar sentencia se posibilita también la
inmediación efectiva y real, lo que debe permitir obtener los mayores provechos del contacto
directo, frontal y concentrado del juzgador con las partes y sus medios de prueba, facilitando
asimismo la valoración judicial.

De esa manera la inmediación judicial aparece claramente fortalecida en la estructura


procesal oral y concentrada, donde a partir de la presencia efectiva del Juez se encamina con mayor
precisión de la práctica de la prueba

En ese camino, el juez forma su convicción a través de la presencia directa en la práctica de


las pruebas, a través del contacto directo con las personas que intervienen en la audiencia, todo eso,
indudablemente debe ir complementado con la adopción de un sistema de valoración libre de la
prueba que mantenga solamente aquellos criterios legales que constituyan una expresión máximas e
indubitable de lo sucedido.

El modelo procesal civil oral permitirá entre otras cosas, satisfacer la necesidad de
estructurar el trabajo jurisdiccional más racionalmente, de modo tal que cada asunto sea mejor
seguido y conocido por el tribunal, especialmente en lo que liga con la práctica y valoración
probatoria, cambiando así la imagen de una Justicia lejana y pesada, aparentemente situada al final
de dilatados trámites, tras los cuales en muchas ocasiones resulta difícil que se perciba el real
interés y esfuerzo de los Tribunales y de quienes los integran.

A su turno, un diseño formal oral y concentrado del proceso civil, sostenido efectivamente
en esta implicación inicial y permanente del juez con la causa, sin intermediarios, construirá un
importante reto para los jueces al imponerles un profundo cambio de hábitos, viéndose éstos
forzados a abandonar su habitual distancia generada y fomentada, no caben dudas, por un modelo
escrito reconocido multiplicador de la intermediación y de la dispersión procesal.

Efectivamente, una nueva normativa sostenida en el modelo oral exigirá del Juez, un
contacto directo e inmediato entre el juez y las pruebas requisito que se justifica en la necesidad de
hallar certeza razonable sobre los hechos que deba formarse sobre lo visto y oído, no sobre el reflejo
documental escrito del resultado de los medios de prueba, de modo que la consecuencia es que el
juez que presencio la prueba necesariamente debe ser el mismo que dicte la sentencia.

Como puede verse, la asunción efectiva de un proceso civil oral debe aparejar un verdadero
nuevo modelo de juez civil que asuma una posición más cercana con la causa, las partes y muy
especialmente con la práctica de las pruebas, que abandone el tradicional rol de juez lector para
transformarse en un juez visible, director, presente y partícipe, cambio que viene impuesto por las
concepciones más racionales del Derecho Procesal, ya recogido en los regímenes procesales civiles
de distintos países tanto de América Latina como de Europa.

Dicho más claramente, la mayor y más intensa intervención que se exige para el juez en
modelos procesales orales debe traducirse fundamentalmente en mayores poderes de dirección y
control formal del proceso, particularmente del debate oral y concentrado que se propicia en este
sistema.
En el campo de acción que corresponde al proceso civil es de suyo razonable y, desde
luego, conveniente, que la Ley confíe fundamentalmente a las partes la tarea de alegar y probar los
hechos que les interesen, debiendo el juez juzgar según las alegaciones y pruebas aportadas por las
partes, sin que esté, por regla general, habilitado para introducir por sí mismo hechos nuevos de
carácter fundamental ni para realizar o intervenir en más actividad probatoria que la solicitada por
las partes del juicio.

En otros términos, debe ser suficiente que el juez esté convencido de la verdad de un hecho
o que tenga la certeza de la afirmación fáctica. En un proceso civil, el convencimiento del juzgador
sobre la verdad o certeza de las afirmaciones de las partes debe formarse en el marco de
posibilidades y limitaciones que le son consustanciales atendida su propia naturaleza.

En efecto, las limitaciones que se experimenta en el actual sistema procesal civil, deben de
alguna manera y en algún grado con una regulación procedimental de la práctica de la prueba que
tienda a la facilitación del contacto inmediato del juez, el fundamental destinatario de la prueba, con
los medios de prueba; en ese orden, saber combinar la oralidad del procedimiento y la inmediación
judicial efectiva producirá claras ventajas en las posibilidades de mayor acercamiento al
descubrimiento de la relación jurídico material envuelta en el proceso.

Además, desde luego, la razonable vigencia de los principios dispositivo y de aportación de


parte no implica que el juez civil esté obligado a presenciar la práctica de las pruebas como si de
una persona inerme se tratara, desprovista de toda intervención o facultad directiva. Asumiendo la
clara conveniencia de apostar por la introducción de la oralidad al proceso civil y pensando en un
modelo procesal sustentando en la oralidad, la concentración y la inmediación judicial efectiva.

En resumen, debe el legislador asegurar al juez razonables posibilidades de dirección en el


momento de la práctica probatoria a través de las cuales esa autoridad judicial pueda instar por el
resultado final más justo posible, atendidos los elementos de hecho y de derecho aportados por las
partes.

Bien se dijo que en el momento de practicarse la prueba el juzgador no está sometido


pasivamente ni mucho menos vinculado a las omisiones, errores o actividades fraudulentas, ilícitas
o inútiles de las partes.

Es necesario avanzar en el terreno procesal y procedimental, para que se facilite y asegure el


acceso a la justicia, para que un nuevo sistema procesal oral civil resulte un instrumento
efectivamente accesible a todos y se deben contemplar los instrumentos procesales que eviten o en
su caso sancionen la mala fe, el fraude y el ánimo dilatorio que pueda tener alguna de las partes.

Los principios dispositivo y de aportación de parte deben continuar rigiendo en el proceso


civil oral, sin contradicciones. Y, sobre todo, con un prudente y práctico criterio, apoyados en la
sabia experiencia, se debe saber estructurar el proceso de modo tal que las facultades procesales de
dirección que se contemplen para el juez sean efectivamente utilizadas por esa autoridad.

El capítulo 2 realiza el diagnóstico de la realidad, del problema del incumplimiento de


contrato de obra o de servicio de responsabilidad hasta bolivianos 5.000 que existe en la primera
sección de la provincia de Quillacollo, del departamento de Cochabamba y la falta de recurrencia de
las partes ante los juzgados de instrucción en lo civil de Quillacollo, a pesar que la Ley de
Organización Judicial, contempla y precisa la Circular del 6 de abril de 2004, de la Corte Suprema
de Justicia, estableciendo que los juzgados de instrucción atenderán casos con la cuantía de 1
boliviano hasta 80.000 bolivianos. Se fundamenta la necesidad de oralizar el proceso civil para
estos casos con fundamentación doctrinal. En el siguiente capítulo se desarrolla la propuesta.
Técnica: Red conceptual

Diagnóstico del
incumplimiento de contrato
de obra o servicio hasta
Bs.5.000

La CPE, LOJ, CPC y la Problemas, necesidades y


Circular de la Corte expectativas de los
Suprema de Justicia del afectados
6/04/2004) establece

Que es atribución (de acuerdo a Unos recurren a la policía sin


la competencia y jurisdicción) resolver sus controversias en forma
conocer los procesos de 1 completa y satisfactoria, creándose
boliviano hasta 8.000 más bien conflictos y problemas
bolivianos. familiares.
Otros recurren a los amigos y
tampoco resuelven sus problemas.
Sin embargo, los perjudicados Nadie o casi nadie recurre a los
por el incumplimiento de Juzgados de Instrucción en lo Civil
contrato de obra o de servicio que son competentes, por evitar
con responsabilidad hasta de gastos de tiempo, dinero y energías
bolivianos 5.000 no recurren a en la tramitación.
la justicia. Gran cantidad de problemas por
incumplimiento de dichos
contratos.
Fuente: Elaboración propia.
Necesidad y expectativa de que
exista un procedimiento oral,
directo y oportuno.
Capítulo 3

Características del procedimiento oral propuesto

3.1. El sistema procesal oral como institución jurídica

Toda la fundamentación teórica expuesta a lo largo del presente trabajo, tiene la finalidad de reflejar
la urgente necesidad de implantar un modelo procesal Civil, acorde con el desarrollo de la Ciencia
del Derecho, que permita a los operadores de justicia ejercitar un trabajo más eficiente, en
conflictos legales que por su naturaleza requieren de un procedimiento más expeditivo.

En ese contexto, es esencial enfatizar que para comprender la importancia del cambio que se
propone en base a este trabajo de investigación, debe diferenciarse en forma clara el rol que le
tocará desempeñar al juzgador en el sistema oral, que dicho sea de paso es un modelo que difiere
completamente al actual régimen procesal civil que rige en el sistema jurídico boliviano.

En efecto, cabe destacar que el procedimiento oral posibilita la existencia de un juez


efectivamente visible no sólo al momento de dictar la sentencia, sino ya desde el inicio del proceso,
y muy especialmente en la trascendente actividad de la práctica de las pruebas. Posibilita el
surgimiento de la figura del juez presente, partícipe y director.

De esta manera, además, se contribuye a mejorar la imagen de la Justicia, acercándola a los


justiciables. La conjunción efectiva entre la forma oral y la concentración procesal y probatoria
termina haciendo insoslayable la inmediación judicial, imponiéndose al juez la presencia efectiva en
la práctica de las pruebas, presencia que por lo demás se valora por él como verdaderamente útil
atendida la estructura concentrada del proceso y la clara proximidad que se plantea entre la
recepción de las pruebas y la dictación del fallo asegurándose que siempre sea el mismo juez que
presenció la práctica de las pruebas el que termine resolviendo la controversia jurídica.

3.1.1. Legislación comparada

La pertinencia y la factibilidad de la propuesta en este trabajo de investigación, está sustentada en


base a los antecedentes legislativos que se fueron dando en distintas legislaciones, respecto a la
implantación del sistema oral en el procedimiento Civil, cuyas reformas están precedidas de
estudios que se fueron elaborando en organismos internacionales como el Instituto Iberoamericano
de Derecho Procesal.

En efecto, fue en base a tales iniciativas que se aprobó el Anteproyecto de Código Procesal
Civil Modelo, cuya idea inicial se desarrolló en las IV Jornadas celebradas en Venezuela, en 1967,
continuó en las V Jornadas en Colombia, en 1970, en las VII Jornadas llevadas a cabo en
Guatemala, en 1981 y en las VIII, celebradas en Ecuador, en 1982.

El señalado marco jurídico, fue el resultado de una corriente de procesalistas de varias partes
del mundo que "coincidieron en la necesidad de un proceso más ágil y más cercano al individuo‖,
de esa manera surgió la necesidad de sistematizar un procedimiento oral uniforme en toda
Latinoamérica.

En este trabajo de reforma se tomó en cuenta la realidad latinoamericana, con sus carencias
económicas, técnicas y materiales y sus características, como la rigidez de un sistema escrito, con la
consecuente falta de inmediación el desarrollo desconcentrado y en fases preclusivas, que no hacen
otra cosa que limitar el trabajo del juzgador.
Esta realidad latinoamericana no es ajena al régimen procesal boliviano, que desde la
implementación del procedimiento civil no se apartó de la influencia del sistema romano y perdura
hasta hoy, sin tomar en cuenta que el desarrollo de la Ciencia del Derecho, exige la realización de
cambios conforme avanza el desarrollo social.

Esa realidad, indudablemente constituye un importante apoyo para proponer cambios en el


procedimiento civil aplicando un sistema oral en aquellas controversias jurídicas que nacen de la
elaboración de contratos de obra o prestación de servicio u oficio y de esa manera ingresar a un
circuito jurídico que permita a los sujetos pactantes contar con un procedimiento ágil capaz de
establecer soluciones justas en caso de conflicto.

El Proceso Oral Civil en la Legislación Peruana

Se trata de un sistema con similares características que la legislación uruguaya, en ese contexto
indicar que se inicia con la demanda y la contestación a la demanda, actos procesales que se las
realiza en forma escrita.

Tratándose de procesos contenciosos, se logró sistematizar los siguientes actos procesales:


proceso de conocimiento, proceso abreviado, proceso sumarísimo, proceso cautelar y el proceso de
ejecución. Dependiendo de cada proceso, pueden darse las siguientes audiencias:

 Audiencia de Conciliación,

 Audiencia de Saneamiento, si el juez considera necesaria la actuación de pruebas,

 Audiencia de Prueba,

 Audiencias especial y complementaria, si son necesarias.

Luego de todas estas audiencias, de ser el caso, se dicta sentencia. Dependiendo de la clase
de proceso, los plazos varían, así, un proceso de conocimiento, de acuerdo con los plazos fijados
por la ley demora mínimo 200 días y si existiesen audiencias especial y complementaria y
reconvención aproximadamente cincuenta días más. Este juicio corresponde a un procedimiento
ordinario.

El proceso abreviado demora mínimo 71 días y aproximadamente 20 días adicionales si


existiesen audiencias especial y complementaria y reconvención. A través de este proceso se
tramitan controversias como la prescripción adquisitiva, rectificación de áreas o linderos,
responsabilidad civil de los jueces, expropiación, tercerías, impugnación de un acto o resolución
administrativa y ciertos juicios cuya cuantía sea mayor a una cantidad determinada por la ley.

El proceso sumarísimo tarda aproximadamente 15 días y todos los actos que se practican se
los hacen en una misma audiencia, así el saneamiento, la conciliación, las pruebas y la sentencia.
Por este proceso se tramitan las controversias de alimentos, divorcio, interdicción, desalojo, y otras
causas que no superan una cuantía determinada.

Finalmente el proceso ejecutivo, tiene que estar fundado en un título ejecutivo. Su trámite, si
existe oposición, tiene una duración de acuerdo con la ley de máximo 23 días. Si no existe
oposición el juez dicta sentencia sin convocar a ninguna audiencia e inmediatamente se aplica la vía
de ejecución. En este proceso existe limitación, tanto respecto a los medios de prueba que pueden
actuarse (solamente declaración de parte, documentos y pericia), como de las excepciones que se
pueden proponer por parte del ejecutado.
El Proceso Oral en algunos Estados de Norte América

Este es el único proceso oral en los Estados Unidos de América, vigente solamente en algunos de
los Estados de ese país, cuya resolución no es competencia de un jurado sino del juez. Es decir es el
proceso más similar al proceso oral vigente en algunos países de Latinoamérica.

Su gran diferencia con los procesos orales latinoamericanos es que las partes, a través de sus
abogados, buscan descubrir la verdad material del litigio antes de la fijación de la audiencia oral.
Todo el trámite anterior a esta audiencia se efectúa directamente entre los abogados de las partes,
sin intervención del juez. El juzgador sólo interviene para resolver puntos exclusivamente de
derecho.

Este proceso se inicia también con una fase escrita compuesta por la presentación de la
demanda y su contestación, luego se entra a una etapa anterior a la audiencia en la cual las partes
entre sí, sin intervención del juez, actúan directamente las pruebas, inclusive la testimonial. El juez
únicamente interviene cuando entre las partes existe alguna discusión en derecho.

Luego de esta etapa y una vez que todos los incidentes procesales fueron resueltos por el
juez, muchos de los hechos ya fueron aceptados por ambas partes y descartados del conflicto, es
decir, la materia del litigio se encuentra perfectamente definida, el juez convoca a la audiencia en la
cual, previa revisión del proceso, decidirá sobre el caso.

El efecto más importante de la forma en que se lleva adelante este proceso oral es que el
90% o más de los conflictos no llegan a audiencia, puesto que las partes previamente a la misma
llegan a un acuerdo transaccional.

El Proceso Oral Civil en la Legislación Uruguaya

Sin lugar a dudas, en este sistema se realizó importantes innovaciones, así, la audiencia es el núcleo,
sobre todo en el proceso de conocimiento. Dicha audiencia se prepara con los escritos de las partes
en donde constan sus respectivas e iníciales proposiciones en relación al punto o puntos conflictivos
y en los que, además, se debe acompañar e indicar toda la prueba de la que se dispone -principio de
lealtad procesal-, sin perjuicio de la complementación que puede resultar necesaria en la propia
audiencia preliminar.

Los principios que guían el proceso son la publicidad, la inmediación y la concentración.


Como consecuencia de la inmediación no se permite la delegación de facultades y la sentencia se
pronuncia inmediatamente después de la audiencia, con la única posibilidad de diferir su redacción.

Se faculta al juez o tribunal a rechazar in límine una demanda cuando fuere manifiestamente
improponible, para corregir el procedimiento propuesto, para ordenar diligencias de
esclarecimiento, para ordenar la presencia de testigos y peritos y a las partes, para rechazar pruebas
inadmisibles, inconducentes e impertinentes, para imponer a los procuradores y abogados las
sanciones disciplinarias pertinentes, para dirigir el proceso y aplicar las sanciones que correspondan
a quienes obstaculicen u observen conducta incompatible con el decoro y la dignidad de la justicia.

El procedimiento implementado en esa legislación, también está orientado a regular la litis


consorcio facultativo y necesario. En el caso de litis consortes facultativos ellos son considerados
como litigantes independientes. En los casos de litisconsorcio necesario no se puede dar trámite a la
demanda si no comparecen todos los interesados. Asimismo, se ha normado la intervención de
coadyuvantes y litisconsortes, así como de excluyentes. De igual modo se lo hace con respecto al
emplazamiento de terceros, como es el caso del saneamiento por evicción.
Se regula la condena en costas sobre la base de los costos reales del proceso, por lo cual la
parte a quién beneficia la condena debe presentar su liquidación. Además quien litigue con
temeridad o mala fe comprobadas debe ser condenado al pago de daños y perjuicios, sea en el
mismo proceso o en otro, según se lo haya exigido.

Se dan disposiciones sobre las notificaciones por oficina, por correo, por telegrama, por acta
notarial, por la policía, por juez o tribunal comisionado o por otros medios idóneos que habilite la
Corte Suprema.

Entre los requisitos de la demanda, aparte de los ordinarios ya conocidos se hace exigible
que en ella debe contener el valor de la causa que deberá ser determinado precisamente, salvo que
ello no fuera posible, en cuyo caso deberá justificarse la imposibilidad y señalarse su valor
estimativo, indicándose las bases en que se funda la estimación.

A la demanda se debe acompañar, entre otros aspectos, las pruebas y en ella se debe indicar
las pruebas que se solicitarán y practicarán, con el fin de mantener el principio de lealtad procesal.
En la demanda se pueden acumular pretensiones en las condiciones que el Código determine.

La legislación dispone la sana crítica y la obligación del juez o tribunal de determinar cuáles
son los medios de prueba en que funda su decisión. El rechazo de prueba por el juez o tribunal
permite que no se abonen al proceso pruebas inconducentes o impertinentes.

Las reglas precisas sobre la actuación de las pruebas permiten que el tribunal pueda
apreciarlas en su totalidad, durante la audiencia. Por ejemplo, los peritos deben necesariamente
concurrir a la audiencia. Cada una de las partes tiene facultad para designar su perito. Eso permite al
juez o tribunal apreciar con amplitud los aspectos técnicos.

Los recursos tienen una regulación muy técnica y, también, responden al derecho de
defensa. Así el recurso de apelación de una sentencia puede interponerse en los quince días
siguientes. Se instituyó la apelación diferida para ciertos casos.

3.2. El procedimiento oral como vía de solución de conflictos jurídicos emergentes del
incumplimiento de un contrato de obra y prestación de servicios.

Los contratos de obra y de servicio, son contratos netamente civiles, que merecen un solución en la
vía civil y ante la falta de un órgano protector, de un órgano competente que tenga un
procedimiento ágil, dinámico, las partes en conflicto, acuden a instituciones que no otorgan una
verdadera solución a su problema, por ejemplo se dirigen a los Centros de Conciliación, mismos
que tiene la característica de funcionalidad en vía voluntaria, refiriéndonos a la participación en la
audiencia conciliatoria, aunque luego de participar voluntariamente en dicha audiencia la resolución
se convierte en coercitiva.

Otros acuden a la vía penal, enjuiciándose por abuso de confianza, apropiación indebida,
cuando en realidad es un caso netamente civil, por las características propias de la situación, al
haber nacido por medio de contrato verbal o escrito, por cuyo motivo merece una respuesta también
civil, salvo que dicho acto se encuadre a algún tipo penal.

A través del presente trabajo de investigación el tesista, en base a su experiencia como


juzgador en materia Civil, no solo ha logrado advertir que un sector importante que de la sociedad
boliviana que se dedica al trabajo artesanal o que presta servicios u oficio por cuenta ajena no
cuenta con una vía idóneo que le facilite la solución de controversias por el incumplimiento de
contrato.
En ese orden es oportuno reiterar que el actual sistema cargado de excesivos rituales, una
extrema delegación de funciones, expedientes difíciles de leer y de factura diversa, extensión de
plazos y básicamente la existencia de un juez distanciado de las partes, inviabiliza la judicialización
de ese tipo de conflictos legales, porque en la práctica resulta oneroso sostener un juicio civil de
esas características.

Lo cierto es que muchos de esos defectos son atribuibles al sistema escrito. Por ello, debe
insistirse en las ventajas cualitativas propias de la oralidad, que bien implementada, otorgará un
resultado satisfactorio, en contraposición con la realidad actual de la justicia.

De hecho, la estructura del proceso tiene íntima relación con su resultado final que es la
sentencia. Ese, es su núcleo central al que debe arribar el juzgador, desde la presentación de las
partes y conforme los elementos de juicio que se hubieran aportado.

Se insiste actualmente en la importancia que la decisión sea fundamentada, acorde con las
nuevas exigencias del mundo jurídico. De ello se deduce la importancia de la interpretación jurídica
a cargo del magistrado, que debe dar una respuesta a los justiciables, en aras de la protección
judicial efectiva.

De lo que se trata entonces, es la forma por la cual el juez toma conocimiento del caso. No
hay duda que en el plano fáctico, la inmediación garantiza una versión de primera mano, acerca de
testimonios y versiones de las partes. En ese sentido, la sentencia es la expresión de la realidad
fáctica, en ello está basada la implementación de un sistema procesal en materia civil.

El contacto con las partes y testigos, humaniza el proceso y permite una mejor evaluación de
los valores en juego. El sentido axiológico del caso puede ser complejo, porque son posibles las
numerosas combinaciones de valores positivos y negativos. Siempre hay competencia entre los
valores que otorgan sentido al caso pendiente y la inmediación es la mejor herramienta de
acercamiento del juez a la realidad de las partes.

El contacto directo de los protagonistas con el juzgador, les permite explicar y justificar los
hechos, lo que permite dictar una sentencia que realice todos los valores jurídicos positivos de una
manera equilibrada.

En el plano del conocimiento no jurídico, el proceso oral supone el contacto directo con los
peritos y las partes que conocen las modalidades que afectan a los hechos. El magistrado tiene
entonces la oportunidad de conocer los aspectos oscuros de aquello que tendrá que resolver. Es el
momento de conciliar el leguaje técnico con el natural propio del mundo jurídico.

En suma, el proceso oral resulta funcional a la formulación de una sentencia justa y


adecuadamente fundada. Otorga al juez las mejores herramientas para elaborar su pronunciamiento.

3.2.1. La oralidad el juez y el proceso

Constituye una trilogía inseparable para el sistema procesal oral la conjunción de esos tres factores,
dicho de otra manera, desde el punto de vista del proceso en sí, el sistema oral, otorga una
participación más efectiva del juez, permitiendo un juicio más justo y objetivo, que asegure la
igualdad de las partes.
En ese orden, según De la Rua, la verdadera fórmula para aproximar la justicia al pueblo,
para hacerla más realista, más justa, es a través del aumento de los poderes de los jueces, de modo
que estos puedan suplir las dificultades de la parte más débil y que el objetivo solo puede encontrar
su plena realización, en el sistema oral.

La trascendencia del sistema procesal oral enseña que la finalidad de la actividad


jurisdiccional es hacer justicia y para la consecución de ese logro, el juez no debe asistir
pasivamente en el proceso, para pronunciar al final una sentencia, sino que debe participar en la litis
como fuerza viva y activa.

El juez del procedimiento oral, entra en contacto con los interesados y resuelve frente a la
comunidad. Es el verdadero protagonista, acorde al mandato constitucional, sin intermediarios
burocráticos. En ese orden, se vive en el mundo de la apariencia, donde la oralidad presupone una
mayor credibilidad, confianza en la persona del homen–juez, dado que un proceso
predominantemente oral significa aproximar el juez del hecho, permitiendo un análisis
fenomenológico.

Finalmente cabe destacar que para las partes, el sistema oral brinda la oportunidad de ser
oídas por quien va a resolver. El beneficio de la oralidad no es solo para mejor resolver, sino que
importa la oportunidad-derecho de que el justiciable sea escuchado por este. El art. 8-1 de la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos, dispone que ―toda persona tiene derecho a ser
oída...por un juez o tribunal competente‖, debe comprenderse que esta norma es también para los
casos civiles.

En el mismo sentido, la Carta de Derechos de las Personas ante la Justicia, en el Ámbito


Judicial Iberoamericano, dispone que las audiencias ―se celebrarán siempre con presencia de Juez o
Tribunal de acuerdo con lo previsto en las leyes‖.

En definitiva, el proceso oral es el único que garantiza a las partes, la efectiva posibilidad de
ser oídas en audiencia, conforme al aforismo anglosajón day on court.

3.2.2. La celeridad en la solución de controversias: un atributo del sistema oral

En este análisis no puede dejar de mencionarse a la celeridad como componente esencial del
sistema procesal oral. La concentración resulta en realidad un beneficio para todo tipo de proceso y
un requisito de la naturaleza de la oralidad, en tanto el debate debe ser continuado, bajo el
―principio de integridad de la vista‖.

Requiere igualmente el dictado de la sentencia, sin dilación y por los mismos jueces que han
recibido la audiencia. En su correcto cumplimiento, garantiza los beneficios de la inmediación y
alienta la obtención de soluciones consensuadas del litigio.

3.2.3. La oralidad como herramienta para el juzgador

Por los resultados que se obtuvieron en las legislaciones donde se implementó el sistema oral, se
puede concluir que no se trata de un modelo, sino de una herramienta para el juzgador, que implica
aprendizaje para las partes, los abogados y el tribunal.

Por el lado de los abogados, el problema es similar. Su presencia resulta inexcusable y los
interrogatorios exigen conocer el caso. Por ello, también se imposibilita la delegación dentro de los
estudios jurídicos.
3.3. La oralidad como vía para la solución de controversias: pasos que debe seguirse para su
implementación.

Conforme a la hipótesis propuesta, la implementación de un sistema oral para la solución de


controversias jurídicas en materia civil, no solo parte de una visión enteramente pragmática de un
operador de justicia, su connotación también está ligada con la necesidad social de mejorar la
justicia boliviana en el campo del Derecho Civil.

Ahora bien, es necesario enfatizar que la implementación de un sistema oral en la legislación


boliviana, requiere entre otras cosas, que se creen las condiciones necesarias a tal fin, en el
entendido de que su perfeccionamiento constituye todo un proceso, principalmente tomando en
cuenta que se trata de una propuesta novedosa, así comprendido la fase de adecuación del sistema
oral, es precio encaminar un conjunto de acciones que faciliten la aplicación de un método de
solución de controversias bajo un sistema oral.

3.3.1. Acciones inmediatas

Siguiendo experiencias de otras legislaciones donde ya se implantaron sistemas orales, requiere la


adopción de ciertas medidas inmediatas relacionadas con los siguientes aspectos:

 Aumentar el número de jueces en materia civil, asimismo reubicar los Juzgados de lugares
donde existe poco movimiento judicial a los lugares donde existe excesiva carga procesal,
jueces que deberán ser preparados para actuar en este tipo de procesos, provistos de amplias
facultades para dirigir e impulsar el trámite y, paralelamente, sujetos a responsabilidades en
caso de omitir el uso de esas facultades.

 Que los jueces sean capacitados para dirigir la o las audiencias y poner en práctica, sin temor,
las nuevas facultades conferidas por la ley.

 Adecuar físicamente las instalaciones, además de proporcionar suficiente cantidad de


mobiliario, así como el de proporcionar la suficiente cantidad de personar subalterno, conforme
a los requerimientos de un sistema de esta naturaleza.

 Que los abogados tengan una formación legal y humanística apropiada para desempeñarse en
un sistema oral.

La implementación de la oralidad en el proceso civil de nuestro país, sin duda, requiere de


una decisión política, puesto que la misma requiere de una transformación compleja en todos los
campos, entre otros, el humano, el económico, mental, además esta transformación no va a llegar si
cada uno de los operadores de justicia, no divulguemos las ventajas del sistema.

3.3.2. El sistema oral como método para la solución de conflictos

La implementación de este instituto jurídico, permitirá dotar de un mecanismo legal para la solución
de conflictos, emergentes del incumplimiento de contratos de obra o prestación de servicios.

Así configurado el sistema evitará que los juicios sean largos, tediosos, costosos, evitará que
algunas personas se escuden en dichos juicios, para cometer sus actos ilegales, fechorías, dado que
en la actualidad, muchos deudores de mala conciencia, señalan que es mejor aceptar la devolución
de la cantidad que ellos determinan, en lugar de someterse a juicios largos y costosos.
Con el juicio oral en materia civil, se subsanará muchos conflictos o en su caso, se logrará
solucionarlos, recurriendo a jueces específicamente designados para los juzgados de Procedimiento
Oral Civil, instancia que tendrá a su cargo la Solución de Controversias emergentes del
incumplimiento de contratos de obra y prestación de servicios.

En el procedimiento a implementarse, tiene que ser como se dijo, un procedimiento


sumarísimo, por cuyo motivo presentada la demanda oral, se sentará en acta o escrita, con o sin
abogado, el juez inmediatamente debe disponer la citación personal o por cédula del demandado en
su domicilio o taller, para que se presente dentro el plazo de las 24 horas, pudiendo disponerse su
presentación en el día, si la demanda fuere presentada en horas de la mañana, de acuerdo a las
circunstancias conforme al prudente criterio del Juez.

En dicha audiencia el demandado deberá presentar toda la prueba con la que pretenda
defender su posición, con o sin abogado. En caso de ser necesario, de acuerdo al criterio del Juez, y
en su caso a petición de parte, se llevará a cabo inmediatamente inspección de visu al lugar de los
hechos y en su caso se recibirá las declaraciones testifícales de los presentes, mismas que podrán
diferirse en casos excepcionales para el día siguiente.

Solo en caso, muy necesario se recibirá prueba pericial, misma que será recibida en forma
oral y el mismo día, en que fuere deferido la recepción de testimonios de los testigos.

Concluida la audiencia se dictará sentencia, sin cuartos intermedios.

La sentencia podrá ser apelada ante Juez de Partido, en la misma audiencia.

Remitido el proceso en el plazo de 24 horas, el Juez de Partido, recibirá en audiencia, los


fundamentos de la apelación de las partes, en el plazo de 24 horas y concluida la misma, dictará
auto de vista, confirmando o revocando total o parcialmente, sin recurso ulterior.

La sentencia tiene fuerza coercitiva.

En caso de no hacerse presente el demandado, se llevará a cabo la audiencia en su rebeldía,


y la resolución del Juez, será notificada por cédula en su domicilio o taller, en el día, para su
cumplimiento obligatorio.

El sistema será aplicable a los actos y contratos que no alteren el orden publico, ni
contravengan alguna disposición legal expresa o afecten derechos de terceros.

Es importante establecer que es una formalidad esencial que deberá observarse durante el
desarrollo del procedimiento, el deber de escuchar a ambos participantes durante la exposición del
conflicto y las pretensiones de cada una de ellas.
3.3.3. Juzgados en los cuales se propone la aplicación del procedimiento oral y oportuna de
resolución de conflictos jurídicos a causa del incumplimiento de contrato de obra o servicio de
responsabilidad hasta bolivianos 5.000.

La Constitución Política del Estado anterior y la actual en lo referente al órgano judicial, la Ley de
Organización Judicial y la Circular de la Corte Suprema de Justicia de fecha 6 de abril de 2004 que
establece que la jurisdicción y competencia de los juzgados de instrucción en lo civil comprende
procesos judiciales de 1 a 80.000 bolivianos. Por ello se propone que se ventilen los casos de
incumplimiento de contrato de obra o de servicio con responsabilidad hasta bolivianos 5.000 con un
procedimiento oral, oportuno, y en un máximo de dos audiencias, para lo cual se deberá rescatar la
experiencia internacional detallada en los tópicos anteriores y además aplicar la nueva forma de ser
y actuar del Juez, también fundamentado a lo largo del presente informe final de tesis.

Técnica: Esquema

Propuesta

Procedimiento oral y oportuno para la resolución de conflictos jurídicos emergentes por


incumplimiento de contrato de obra o de servicio de hasta bolivianos 5.000

Juzgados de Instrucción en lo Civil, CPE, LOJ, circular de la Corte Suprema de Justicia 6-04-2004

Implementando la metodología oral, directa y oportuna para la resolución de controversias en dos


audiencias.

Fuente: Elaboración propia.


Conclusiones

A la culminación del presente trabajo de investigación, se ha arribado a las siguientes conclusiones:

Primera. En ese contexto, la experiencia del investigador para encarar el presente trabajo ha tenido
una trascendental importancia, toda vez que le ha permitido advertir una problemática que se
manifiesta de manera nítida dentro la administración de justicia en materia civil, donde los
contratantes y artesanos o personas que ejercen un oficio, no encuentran una vía idónea para
resolver sus conflictos legales emergentes del incumplimiento de un contrato.

Segunda. En efecto, una acuciosa investigación a nivel de estos sujetos de derecho como son los
artesanos, se ha podido constatar que no hacen uso del sistema judicial para resolver sus conflictos
debido a que el procedimiento judicial les resulta oneroso y muchas veces pérdida de tiempo y
mayores conflictos hasta de naturaleza familiar a causa de dicho problema irresuelto. Por ello no
judicializan sus controversias y cuando recurren a la vía civil, no concluyen el proceso por los
contratiempos que confrontan en un sistema caracterizado por la permanente mora procesal.

Tercera. El presente trabajo de investigación se halla convenientemente sustentado en base a un


adecuado aporte doctrinal y de la legislación comparada, que ha orientado de manera apropiada
sobre actuación coherente en la Justicia y el Derecho. Dicha hipótesis ha sido probada y resuelto el
problema formulado con el diseño de resolución de controversias emergentes de obligaciones y
contratos de obra, prestación de servicios u oficio con responsabilidad hasta bolivianos 5.000 para
lo que debe aplicar un procedimiento oral, directo y oportuno en los juzgados de instrucción en lo
civil en un máximo de dos audiencias.

Cuarta. En ese orden, establecer un procedimiento oral para la solución de controversias en el


campo civil, tiene un importante fundamento en la variada legislación comparada, donde es posible
advertir que la oralidad ha sido aplicado para la solución de controversias en determinado campo
del Derecho Civil y de esa manera institutos jurídicos como los interdictos o los ejecutivos, se
resuelven en una sola audiencia. El procedimiento en aquellos procesos civiles donde se discute el
cumplimiento de un contrato de obra o prestación de servicio, debe simplificarse en beneficio de la
equidad entre las partes y del propio Juez que evitará innecesarias prevenciones y suspensiones que
tradicionalmente se dan en los juicios y que dificultan una solución rápida del conflicto jurídico. Por
ello es necesario implementar en el sistema jurídico boliviano un procedimiento oral.
Recomendaciones

Primera. La fundamentación expuesta a lo largo del presente trabajo de investigación, permite


constatar la factibilidad para poder implementar en el sistema legal boliviano de un procedimiento
civil oral destinado a implantar un método para la solución de controversias, en virtud de esos
antecedentes, se recomienda al Poder Judicial de Bolivia, encaminar iniciativas destinada a
posibilitar la implementación de ese procedimiento oral, para lo que debe tomar en cuenta todos los
aportes, doctrinales y normativos que se han expuesto en este trabajo de investigación e iniciar la
capacitación de jueces de los juzgados e instrucción en lo civil que debe ser implementado para
conocer y resolver controversias emergentes de obligaciones y contratos de obra, prestación de
servicios u oficio y en base a un procedimiento oral.

Segunda. Investigación y propuesta de un instrumento de legal para la implementación de juzgados


instrucción en lo civil para la resolución de controversias emergentes de obligaciones y contratos de
obra, prestación de servicios u oficio de bolivianos 5.000 y en base a un procedimiento oral,
estableciendo las modificaciones, complementaciones y derogaciones que correspondan en la
economía jurídica civil boliviana.

Tercera. Desarrollo de trabajos pilotos por juzgados sorteados por un órgano judicial competente
para iniciar en la vía de transición la aplicación de procedimiento oral y oportuno en la resolución
de controversias emergentes de obligaciones y contratos de obra, prestación de servicios u oficio de
bolivianos 5.000 que no eran resueltos anteriormente por los juzgado de instrucción y menos de
partido en lo civil.
Referencias

2008 Informe gestión 2008. Cochabamba: Presidencia Corte Superior de Justicia.


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